miércoles, 30 de abril de 2008

John Dee

Este increíble inglés, nacido en Londres en 1527 y fallecido en 1608 fue famoso por sus extraordinarios conocimientos de las matemáticas, además de ser un destacado científico; pero por sobre todo es conocido por perfiles ocultistas que practicó y desarrolló.John Dee fue quien concibió la idea del meridiano básico, el meridiano de Greenwich. También introdujo por primera vez dos globos terráqueos Mercator, que trajo desde Lovaina (provincia de Brabante, en Bélgica), junto con instrumentos de navegación marítima que permitieron a las Islas Británicas ostentar el titulo de “soberanas del mar”.
Cursó estudios en la Universidad de Cambridge y gracias a su inteligencia llegó a ocupar posiciones destacadas, pero también por su inteligencia fue expulsado de este lugar de estudios. John Dee era capaz de fabricar desde robots mecánicos hasta extrañas computadoras, era un cerebro excepcional para su época. Un ejemplo de esto es el hecho ocurrido en ocasión de realizarse una representación de teatro shakesperiano en la Universidad y a Dee se le ocurrió una broma demasiado pesada: Fabricó un enorme escarabajo mecánico que provocó el pánico de los asistentes y la suspensión de la obra.
Este hecho llevó a la expulsión del estudiante bajo el veredicto de “brujería”.
En cuanto al ocultismo, siempre sindicó una fecha como muy especial en su vida, era el día 25 de mayo de 1581; ya que ese día consiguió (después de varias tentativas en el campo de la física y la química) crear el “espejo mágico” que era un espejo de color negro, construido con antracita.
Ese espejo se encuentra intacto en el British Museum, pero la fórmula para mirar en él y descubrir los mundos dimensionales, como hacía su creador, se la llevó John Dee a la tumba.

SU RELACIÓN CON EL DOCUMENTO VOYNICH
John Dee dedicó gran parte de su vida a recorrer el mundo y coleccionar extraños escritos, que por lo general eran de antiguos papiros. Nadie nunca pudo saber de donde los sacaba o quien se los conseguía.
Durante el reinado de Enrique VIII, el duque de Northcumberland se dedica a quitar de circulación todo escrito que tenga como contenido el tema de la brujería o que simplemente, fuese considerado poco claro.
Para lograr su objetivo, requisó los monasterios, que eran los lugares por excelencia, donde se guardaban estos textos.
Fue así que en una abadía del condado de Essex encontró un manuscrito, cuyas páginas semejaban papiro; estaba escrito en forma cifrada y había sido copiado del original (según se leía en el prólogo) por Roger Bácon, considerado el gran mago y ocultista por excelencia de su siglo (hoy se lo sindica como una de las encarnaciones del Conde de Saint Germain y como miembro de la Logia Rosacruz ).
El prólogo decía lo siguiente: “Esta es copia fiel del original que se encuentra guardado bajo las montañas que corren sobre la costa oeste de un lejano lugar situado en el extremo sur del planeta”.
Teniendo en cuenta que el “copista” del manuscrito, Roger Bácon vivió entre 1214 y 1294 queda bien en claro que aún no se conocía la existencia del continente americano (por lo menos oficialmente), y sin embargo, de acuerdo a la descripción del prólogo el “lejano lugar” que tiene al limite oeste una extensa cadena montañosa, sería nuestro país, Argentina.
El duque de Northcumberland era muy amigo de John Dee y conociendo la debilidad de éste por los antiguos manuscritos, le regaló el que había encontrado en Essex.
Dee trató de descifrar el manuscrito pero no lo logró, solo pudo determinar que la primera parte del escrito decía que contenía “los secretos de los mundos olvidados y subyacentes”.
En 1588 John Dee regala el famoso libro-papiro al emperador Rodolfo II.
A partir de 1666 el misterioso documento pasa de mano en mano y recorre el mundo. Nadie logra descifrarlo, hasta que en 1962 llega a Estados Unidos donde aún está a la venta, superando su valor el millón de dólares.
Desde la muerte de John Dee en 1608, nadie se ocupa del documento hasta el año 1666, en que el Dr. Marcus Marci, rector de la Universidad de Praga, envía el escrito al jesuita Kicher, experto en criptografía, para su interpretación, pero para el religioso fue imposible desentrañar el misterio.
Se pierde el rastro del documento hasta 1914, en que se vuelve a encontrar en el pueblo italiano de Frascatti; en poder de unos jesuitas que tenían allí su convento.
En ese año (1914) el manuscrito es adquirido por el editorialista W. Voynich, tomando desde ese momento el nombre con el cual lo conocemos.
Voynich lleva el documento a Estados Unidos y dos años más tarde, es contactado por Adolph Cyrus Roidingercht, quien dice poder descifrarlo, ya que un antepasado suyo que era amigo de Roger Bácon, recibió de éste, una guía de traducción de un código secreto que usaban los habitantes protohistóricos del extremo sur del planeta y que en ese momento obraba en su poder por derecho de legado familiar.
Cuando Roidingercht puso manos a la obra, descubre que el documento habla de una civilización desaparecida, cuyos integrantes eran seres de no más de un metro de altura que dominaban la fuerza de gravedad y que además habían desarrollado máquinas que les permitían horadar las rocas, construyendo grandes ciudades subterráneas que intercomunicaban por debajo de la superficie con todo el planeta. Una de estas máquinas recibe el nombre de “nilotrona”.
Asimismo, muestra un mapa celeste de un sector desconocido del firmamento, donde se aprecian dos soles y dos lunas (o planetas).
Cada página del documento está pintada de un color diferente, todos ellos muy vivos y brillantes, semejantes a los del aura humana.
Sobre una de las páginas hay una especie de diccionario de botánica con plantas dibujadas que son muy singulares, algunas parecen tener ojos y se concluyó que son especies desconocidas para nuestro planeta actual.
Hasta aquí lo que pudo descifrar Roidingercht del “documento Voynich”, ya que el 22 de enero de 1917 desapareció misteriosamente sin dejar rastros y nunca más conocerse nada de su paradero.
Aparentemente tuvo que huir precipitadamente, ya que se encontraron todas sus pertenencias, incluso su pipa humeando en el cenicero de su escritorio, al lado del documento Voynich, que se encontraba abierto en una página donde estaban los planos de una extraña máquina semejante a las turbinas de los modernos “jets” y a un costado de la hoja, un modelo a escala de un artefacto muy similar al actual avión Concordé.
Posteriormente, en 1919 el decano de la Universidad de Pennsylvania, William Newbold, se aboca a la tarea de continuar descifrando el Voynich.
Es así que después de dos años de trabajo, en una conferencia de prensa dice haber descifrado cosas muy interesantes en el documento y se prepara para dar una serie de charlas sobre el particular; pero extrañamente no las puede llevar a cabo, comienza a contradecirse sobre lo descubierto y cada vez se hace más difícil contactarse con él.
Luego se supo que recibía amenazas de los “conspiradores contra el conocimiento oculto “, los tristemente célebres “hombres de negro”.
Newbold falleció en 1926, y al igual que Bácon, se llevó a la tumba el secreto para descifrar el Voynich.
Del trabajo de Newbold se rescataron algunas partes descifradas del documento que dicen que el ser humano posee una energía muy especial que se gesta en la parte superior del cerebro y su medida es la del “voluciclo”. Esta es la tercera organización cerebral independiente, cuya sede se encuentra en la columna vertebral. Cada zona intervertebral tiene relación particular con el conocimiento que puede adquirir el ser humano y actúa como archivo o depósito.
Las zonas intervertebral están relacionadas íntimamente con el “conjunto sonomedular” que tiene, al igual que el voluciclo, su centro de actividad en la parte superior de la cabeza.
Hasta aquí lo que hoy se sabe del extraño y misterioso “documento Voynich”
Muchas copias del Voynich dan vueltas en el mundo buscando alguien que logre descifrar por completo los secretos de las más remotas civilizaciones que poblaron nuestro planeta (y que quizás aún lo hagan, bajo nuestros pies).

martes, 29 de abril de 2008

Jonathan Swift

Tal vez el nombre de Jonathan Swift resulte desconocido para mucha gente, pero no así su obra “Los viajes de Gulliver”.
La mayoría de nosotros ha leído durante la niñez las peripecias del marino y a quien no conozca este libro, lo invito a deleitarse con su lectura.
Escritor político y satírico anglo-irlandés, considerado uno de los maestros de la prosa en inglés y de los más apasionados satirizadores de la locura y la arrogancia humanas.
Sus numerosos escritos políticos, textos en prosa, cartas y poemas tienen como característica común el uso de un lenguaje efectivo y económico.

Nacido en Dublín el 30 de noviembre de 1667, estudió en el Trinity College de dicha ciudad. Obtuvo un empleo en Inglaterra como secretario del diplomático y escritor William Temple, pariente lejano de su madre. Las relaciones con su patrón no fueron especialmente cordiales y, en 1694, el joven Jonathan regresó a Irlanda, donde se ordenó sacerdote. Tras la reconciliación con Temple, volvió a su servicio en 1696. Supervisó la educación de Esther Johnson, hija de la recién enviudada hermana de Temple, y permaneció con el caballero hasta su muerte, en 1699. Durante ese tiempo, Swift, aunque tuvo frecuentes discusiones con su patrón, dispuso de gran cantidad de tiempo para la lectura y la escritura.

LOS VIAJES DE GULLIVER
La obra maestra de Swift, Viajes a varios lugares remotos del planeta, titulada popularmente Los viajes de Gulliver, fue publicada como anónimo en 1726 y obtuvo un éxito inmediato. A pesar de que fue concebida originalmente como una sátira, un ataque ácido y alegórico contra la vanidad y la hipocresía de las cortes, los hombres de estado y los partidos políticos de su tiempo, el autor fue añadiendo, durante los seis años que tardó en escribirla, desgarradas reflexiones acerca de la naturaleza humana.
Fue conocido como un inocente cuento para niños que relata las experiencias vividas por un marino (Gulliver) abandonado en una tierra de gigantes, posteriormente en otro viaje es dejado en Liliput, una tierra de pequeños seres (llamados liliputienses) y por último vive en un lugar donde los caballos son los amos y los humanos sus bestias, sirvientes y mascotas.
Viendo la obra no deja de ser una ficción aventurera para los pequeños, pero si prestamos atención a ciertos detalles nos encontramos con claves ocultas que asombran y plantean una gran duda sobre los conocimientos y las intenciones del autor en incluirlas en su obra.
De la visita a Liliput el personaje cuenta que “vivían en islas voladoras perfectamente circulares” aunque cualquier similitud con naves extraterrestres que hoy conocemos es pura coincidencia (¿es pura coincidencia?).
También cuenta que estos seres pequeños pasan su tiempo observando el cielo con telescopios y han confeccionado un catálogo de 10.000 estrellas (otra licencia del autor, ya que en esa época el catálogo europeo oscilaba en 3.000 cuerpos celestes)
Pero la más asombrosa de las pistas que Jonathan Swift introduce en su obra es que los liliputienses “han llegado a descubrir dos estrellas menores (satélites) alrededor de Marte”; asegurando que el primero rota alrededor del planeta en 10 horas (en realidad el satélite Fobos gira en 7 horas, 39 minutos) y el otro en 21 horas.
Swift se adelantó 151 años al norteamericano Asaph Hall quien descubrió (¿descubrió?) Las lunas marcianas bautizándolas Fobos y Deimos (“Terror” y “Pánico”), los nombres de los dos compañeros de Marte, el dios de la guerra, recién en 1877.

BUSCANDO UNA EXPLICACIÓN
Varias son las teorías que se barajan para explicar este hecho:
* Que fuese una casualidad, algo que prácticamente se descarta, dado la casi exactitud de los datos.
* Una precognición (una profecía que en el caso de Swift sería la única).
* Una manera encubierta de transmitir conocimientos (similar a la utilizada por Nostradamus) a fin de evitar el castigo de la Inquisición.
* Que el autor de los Viajes de Gulliver fuese miembro de una sociedad secreta con grandes conocimientos (se especula con que Swift fuese Masón o Rosacruz) y con la necesidad de dar su mensaje oculto.
Extrañamente, una compilación de las obras de Jonathan Swift publicada en 1760, en donde se incluían “Los viajes de Gulliver” se acompaña con un folleto titulado “Una carta de la Gran Maestra de los Libres Masones.

lunes, 28 de abril de 2008

Jack el Destripador

Este asesino, llamado Jack arbitrariamente, ya que nunca se supo verdaderamente su nombre ni su identidad; burló durante tres meses a la famosa Scotland Yard, realizando todos sus crímenes en Whitechapel (uno de los barrios más miserables de Londres, habitado mayoritariamente por prostitutas).
Se dio el lujo de mandar a la policía partes anatómicas de sus víctimas y luego desaparecer para siempre creando (hace más de 100 años) uno de los mayores enigmas policiales.
La carrera homicida de Jack comienza exactamente el 6 de agosto de 1888. Su primera víctima fue Emma Schmitd, una prostituta a la que degolló de oreja a oreja, le abrió el vientre y esparció los intestinos al lado del cadáver. Le cortó una oreja que envió cuidadosamente envuelta a Scotland Yark, como macabra tarjeta de presentación.
Su segundo crimen fue el 31 de agosto y su víctima Marta Turner, una prostituta de 45 años que sufría enfermedades venéreas. La víctima fue degollada (posiblemente con un bisturí), prácticamente de oreja a oreja, le abrió el vientre y le extrajo un riñón que envío también a Scotland Yard.
La última persona que la vio con vida fue su compañera y amiga Pear con quien caminaron juntas buscando clientes.
La policía detuvo al ex marido Roger Tabrán y al amante de la víctima Henry Wright, pero se comprobó que ambos nada tenían que ver con el crimen.
El asesino reaparece el 8 de septiembre, en la calle Bucks Row (Whitechapel).
La víctima esta vez es otra prostituta, Mary Ann Nichols, de 37 años. Como en el caso anterior usa un bisturí, llevándose las vísceras. Por las incisiones en el cuerpo se determina que el homicida es zurdo.
Jack descansó hasta fines de septiembre, más precisamente hasta el día 30 de ese mes, cuando se encuentra con Annie Chapman. Esta mujer de 50 años, gorda y deforme, que no tenía ni donde dormir, fue vista por una testigo conversando alrededor de las once de la noche con un hombre de aparente buena posición, bien vestido y elegante.
A la víctima se la encontró en la calle, faltándole un riñón y con la leyenda escrita en la pared: “Esta es la cuarta y mataré muchas más antes de desaparecer. Jack el Destripador”.
La presión que la gente ejercía sobre Scotland Yard era terrible, cada pista terminaba en nada y para colmo. cuando todavía no se habían acallado los comentarios del último crimen, Jack aparece de nuevo.
A principios de octubre de ese fatídico 1888, es encontrada la quinta víctima:
Catherine Eddowers, una bonita y bien conservada mujer de 38 años, que también (como todas las víctimas), ejercía la prostitución. El crimen lo realizó en una pequeña plaza al final de la calle Berne, en Whitechapel y a pesar de que la plaza estaba rodeada de barracas contenedoras de cueros, con mucha vigilancia, nadie vio ni escuchó nada, mientras el asesino tuvo tiempo y tranquilidad para extraerle los ovarios.
A los pocos días, más precisamente, el 9 de octubre, es el turno de Elizabeth Stride, una sueca de 40 años que había estado en muy buena posición económica, cuando estuvo casada con un ejecutivo bancario; pero diez años atrás murieron sus dos hijos ahogados en un naufragio en el Támesis, donde ella se salvó de milagro. Este hecho, sumado a la depresión y el alcoholismo, la llevaron a prostituirse. Jack la asesinó frente al Nº 40 de la calle Berne. Su cuerpo mutilado fue encontrado junto a sus anillos y algunos peniques.
El último crimen registrado de Jack el Destripador fue el 9 de noviembre a Marie Jannette Kelly; una hermosa joven de 26 años que compartía una habitación con Nelly Guinnard (quien encontró el cadáver).
Las mujeres habían decidido recibir a sus clientes en su casa por el miedo que les producía la presencia del asesino en las calles.
Este crimen (que fue cometido entre las 9 y las 11 de la mañana, según pudo establecer la policía), fue sin dudas el más macabro y horrendo de todos.
Con la tranquilidad que le daba trabajar dentro de una habitación, Jack no solo mató a Marie degollándola de oreja a oreja, sino que también le arrancó la nariz, las orejas y los pechos. El abdomen y el estómago se encontraron abiertos, mientras que el hígado descansaba sobre el muslo derecho, los riñones y el corazón estaban sobre la mesa de luz. A la víctima le faltaba el útero.
Hasta aquí la macabra lista de crímenes; que si bien resulta desagradable, es necesaria conocer para comprender la magnitud de este asesino.
Muchas especulaciones se han hecho durante más de cien años sobre la identidad y los motivos de Jack el Destripador.
Se supone que era médico, dado que manejaba a la perfección el bisturí y realizaba incisiones perfectas en los cuerpos.
Se especuló con que podía ser un fanático religioso (teniendo en cuenta que las víctimas fueron siete, número cabalístico del bien), decidido a terminar con las prostitutas o por lo menos, con algunas de ellas.
También un psicólogo atribuyó su aversión a las prostitutas, por ser hijo de una mujer dedicada a esta vida.
Por último. hay dos teorías (que fueron llevada incluso al cine) que nos habla de un respetable cirujano que liberaba su parte “animal”. Se lo conoció como el Dr. Jekyll y su contrapartida era Jack el Destripador.
Ya en este siglo el estreno del film "From Hell" (2001) donde narra la macabra historia, interpretada por Jhony Deep, muestra una teoria manejada hace algunos años que proponen que Jack, no fue un único personaje, sino que fue un grupo Masónico intentando borrar evidencias de un hijo bastardo del príncipe ingles.
Sea cual fuese la motivación y el propósito de esta mente enferma; desapareció después de su séptimo crimen para nunca más volver e instalarse en la triste categoría de macabro enigma, hace ya más de 100 años.

viernes, 25 de abril de 2008

Conde Alejandro Cagliostro

Amigo y sucesor del conde de Saint Germain, Cagliostro fue un personaje encantador de las cortes reales de Europa, donde según se cree practicó la magia, la curación psíquica, la alquimia, la adivinación por medio de la bola de cristal y otras artes ocultas.
Algunos historiadores lo acusaron de ser un embaucador y un farsante, mientras que otros afirmaron que sus poderes psíquicos y ocultos eran verdaderos, y que Cagliostro era un hombre generoso que había tratado de ayudar a los pobres.
Su verdadero nombre aparece con frecuencia como Giusepe Bálsamo, nacido en 1743 en Palermo, en el seno de una familia siciliana pobre. Bálsamo fue un personaje real, pero su identidad como el Conde Cagliostro es dudosa.
De acuerdo con la leyenda, el joven Cagliostro era un astuto granuja callejero y aprendió a edad temprana a convertir su talento psíquico natural para la precognición en un lucrativo negocio de adivino de la buenaventura.
A los veintitrés años viajó a Malta, decidido a forjar fama y fortuna, y recibió la iniciación en la Orden de los Caballeros de Malta, donde estudió alquimia, kabbalah y otras ciencias ocultas. Se cambió el nombre por el de Conde Alessandro Cagliostro, tomando prestado el apellido de su madrina. Más tarde se unió a la francmasonería en Inglaterra, la cual tuvo una gran influencia en sus creencias. Ver Francmasonería.
Cagliostro pasó la mayor parte de su vida adulta como un nómada entre la realeza de Europa, Inglaterra y Rusia. En Roma, conoció a Lorenza Feliciani, con !a que se casó y a la que convirtió en compañera de varías de sus empresas ocultas, como la adivinación por medio de la bola de cristal, la curación por la imposición de las manos, el conjuro de espíritus y la predicción de los números ganadores de la lotería. También vendían pociones mágicas, el "elixir de la vida" y la piedra filosofal. Llevaban acabo sesiones espiritistas, transmutaban los metales, practicaban la nigromancia o magia negra, exorcizaban a los demonios e hipnotizaban a la gente. Las certeras dotes de Cagliostro como adivinador le ganaron un nuevo nombre: "E1 divino Cagliostro".
El éxito espectacular engendra invariablemente el resentimiento ajeno, y así Caglíostro cayó en desgracia con la comunidad médica y la iglesia católica. En 1875, él y su esposa fueron víctimas de un infame engaño, el del fraude relacionado con el episodio del "Collar de la Reina". Los dos fueron embaucados por la Condesa de Lamotte, quien cometió una estafa de 1,6 millones de francos por un collar de diamantes que supuestamente estaba destinado a la reina María Antonieta, y acusó a Caglíostro y a su esposa de robarse el rallar.
Cagliostro y Lorenza se encontraron entre las personas encarceladas y juzgadas por dicho fraude. Según la leyenda, Cagliostro obtuvo la libertad para él y su esposa contando una fantástica historia de su vida. Dijo que había sido criado en Medina, Arabia, por un hombre llamado Althotas, quien le había enseñado el ocultismo. Explicó que sus riquezas procedían del Cheríf de la Meca, quien misteriosamente le abría cuentas bancarias a su favor dondequiera que fuera. Negó ser miembro de la secta secreta de los rosacruces y tener trescientos años, y dijo que había profetizado que la Condesa de Lamotte era una mujer peligrosa.
Cagliostro y Lorenza fueron a Inglaterra, donde aquél predijo la Revolución Francesa. Sin embargo, un periódico londinense publicó una revelación comprometedora sobre la verdadera historia personal de Cagliostro que destruyó su refulgente reputación.
Humillados, Caglíostro y su esposa se encaminaron a Roma, donde aquél trató de crear una orden de "francmasonería egipcia". La Iglesia hizo que lo detuvieran y lo enviaran a un calabozo, donde pasó dieciocho meses de interrogatorios en manos de la Inquisición. Hallado culpable de "impiedad, herejía y delitos en contra de la Iglesia", fue sentenciado a muerte el 7 de abril de 1791. Lorenza fue condenada a cadena perpetua en un convento de Roma, donde se cree que murió en 1794.
El Papa Pío VI le conmutó la sentencia de muerte de Cagliostro por la de cadena perpetua. Fue enviado a San Leo, donde pasó cuatro años incomunicado en una celda subterránea. Poco después de haber sido trasladado a una celda sobre la superficie de la tierra, murió -supuestamente de apoplegía- el 6 de marzo de 1795. Los rumores de que estaba vivo y de que había escapado milagrosamente de su prisión persistieron durante años en Europa, Rusia y América.

jueves, 24 de abril de 2008

LOBIZÓN

El lobizon es el lobo-hombre en Argentina. El origen de la leyenda es las leyendas de werewolves de Alemania. Los inmigrantes trajeron las leyendas de sus países. Las leyendas se mezclaron con las de los Indios y forma una leyenda nueva.
El séptimo hijo varón en un familia, cuando llegara a la adolescencia se transforma en un lobizon. Es necesario que la familia no tenga hijas.
El mito le atribuye solo dos noches para transformarse martes y viernes. Para cumplir con este proceso se revuelca en algún elemento desintegrado. Por ejemplo arena, ceniza o la suciedad de un animal.
Recupera la forma humana durante el día.
Su muerte solo se garantiza con una balas de plata.
Para romper la maldición; es necesario bautizar el niño en siete iglesias diferentes, bautizado con el nombre Benito, y el mayor hermano es su padrino. En 1907, mucho parientes mataron o abandonaron sus séptimos hijos por miedo de la leyenda. En 1973 Presidente Perón decretó el decreto 848. mediante el cual el 7mo hijo era becado para todos sus estudios, incluido colegio o universidad y el presidente es su padrino.
Esta es parte del mito, pero de donde surge esto existe una enfermedad patológica llamada licantropía. El que sufre esta enfermedad está plenamente convencido de que es un animal salvaje. Suele andar a cuatro patas, desea devorar carne cruda y aúlla como un lobo. Es, pues, posible que muchas de las historias especificas sobre el hombre-lobo sean casos de verdadera licantropía, que era bastante común en los siglos XVI y XVII. Por ejemplo el caso de Jean Grenier, un enfermo mental que confeso muy orgulloso haber dado muerte a muchas jovencitas y luego haberlas devorado, por lo cual fue juzgado y condenado rápidamente, ya que los tribunales lo creyeron a pies juntillas. Seguramente no era cierto ya que esta dolencia de licantropía da al que la sufre la alucinación de que se ha metamorfoseado de veras, y que sus dientes y garras han crecido.El folklore de la mayoría de las naciones ofrece muchas y variadas historias de hombres-lobo. También nos relatan de qué manera un hombre lograba en convertirse en lobo y pactar con el diablo. Algunos procedimientos son semimágicos y no implican ningún diabolismo directo.Según las creencias populares de Italia cualquiera concebido en luna llena se convertía en hombre-lobo, sin más ceremonias. Lo mismo le ocurría a quien durmiera a la intemperie en un viernes bajo la luna. En los Balcanes sólo hay que comerse cierta flor y, según el folklore, sólo con comer cerebro de lobo ya es suficiente, se hagan tales cosas con intención o sin intención de ser lobo.Por el simple hecho de hacerlas se sufría la metamorfosis. Pero si alguno tenia verdadero interés de ser hombre-lobo en España no sé tenia que fiar de cosas tan sencillas y tenía que acudir al “Usan Lupus” un escrito de la época de los Aquelarres, el describe unas ceremonias muy complicadas, y ritos muy especiales. Uno de los que describe es una clara ceremonia de magia negra. El aspirante a lobo debe ir a un bosque solitario o a la cima de una montaña durante la noche de luna llena. A la media noche debe trazar un circulo mágico en el interior del cual se encenderá una hoguera y en ella pondrá a hervir un caldero conteniendo ingredientes tales como cicuta, opia, adormidera y perejil. Entonces se pronuncia un conjuro con versos invocando al demonio para que le mande la gran sombra gris, que hace temblar a los hombres. Luego se quita la ropa y se unta con el ingrediente preparado y se pone un cinto de piel de lobo. A continuación se arrodillará y esperará y si lo ha hecho todo bien vendrá el demonio y le concederá el poder de transformarse.Son muchas las historias de hombres-lobos, y sus actividades durante la noche son aterradoras en todas las historias del folklore. La más escalofriante, sin duda es la de la Alemania del XVI: el caso de Peter Stubb, un supuesto hombre-lobo. Asesino a muchas personas que le habían ofendido, pero no se las comió porque eran adultas. En especial violaba, mataba y devoraba a muchachas y niñas de tierna edad. Se dice que tuvo un hijo de su propia hija y que se lo comió después de asesinarlo.Dicen que, perseguido en su forma animal por muchos hombres y perros, Stubb trató de desorientar a sus perseguidores quitándose el cinto y recuperando su forma humana. No le valió para nada ya que sus perseguidores sospecharon que era eso lo que había ocurrido y lo llevaron bajo su forma humana a los magistrados que lo declararon culpable. Lo torturaron de forma horrible y lo ejecutaron; su cabeza fue empalada a las puertas de la ciudad de Bedbug.Se ve que algunas veces atrapar a un hombre-lobo era lo más sencillo. Pero el folklore dice como defenderse del hombre-lobo. El centeno, el muerdago, la ceniza, son una buena protección. El hombre lobo sólo puede ser matado con una bala de plata que este bendita, según las leyendas. El hombre-lobo según los relatos se cura de su licantropía si cuando tiene forma de lobo alguien lo llama por su nombre de humano.

miércoles, 23 de abril de 2008

HADAS

“Cuando un niño dice que no cree en las hadas, cae muerta una de ellas; por eso van quedando tan pocas”. James Barrie (autor de Peter Pan).
Así es como éste autor significa de alguna manera la casi inexistencia de éstos maravillosos seres que siempre nos han rodeado, dejando por sentado que cuanto más desbastado sea el ambiente, más lejos habitarán las Hadas.
Probablemente en algún frondoso y recóndito lugar virgen de nuestro planeta, puedan existir en mayor número. Como todos los Elementales, son seres mágicos que salvaguardan a la naturaleza toda, haciéndolo a su manera y desde otros planos de existencia.
Antiguamente, las Hadas eran muy conocidas, ya que se hablaba muchísimo de éstas bellas mujeres en largas leyendas de amor, contadas tanto por marineros como por leñadores y pescadores. Al transcurrir los años ha disminuido notablemente su presencia, debido al deterioro que estamos provocándole a nuestro medio ambiente.
La palabra “Hada”, se utiliza en todo el mundo como nombre genérico o sinónimo de cualquier otro elemental . En Francia e Inglaterra, las palabras Fée (hada) y Elf (elfo), se usan habitualmente definiendo a la “gente menuda”, de ahí que hablamos del “mundo feérico” o el “mundo élfico”.
Al igual que sus pares, los Gnomos, manejan la Ley de transmutación (el poder de cambiar de aspecto), mutando de animal a viento, a nubes o hasta incluso convertirse en pequeñas lucecitas de relámpagos de luz incandescente y colorida, que relucen por un instante.
Las Hadas, podrían definirse a sí mismas como las divinidades de la naturaleza femenina que representan a las fuerzas generadoras de la tierra, vinculadas con las más hermosas manifestaciones de la vida: las flores, los ríos, los fuentes, los bosques y los niños.
Como dividieron el trabajo, con los demás elementales, les corresponde a las hadas la custodia de diferentes tesoros:
* las hadas de los bosques: protegen a los animales y plantas, además del hombre ayudándolo desde sus principios en la evolución aquí en la tierra.
* las hadas de las fuentes: se establecieron cercas de los ríos , proveyendo así de agua a las tierras vecinas, favoreciendo de ésta manera la agricultura.
En cuanto a la clasificación de las Hadas, podemos encontrarlas “buenas” y “malas”; aunque ésta dualidad es relativa a algunos comportamientos en distintas circunstancias. Nunca desvirtúan su verdadera esencia que es la de conservar y proteger con los designios traídos por un Ser Superior (Dios.).
Por ejemplo: las Hadas malas, son aquellas que plantaron ortigas en los campos y son acompañadas por los cuervos y murciélagos, siendo así su presencia factor de contrariedades, inviernos crudos, cosechas infértiles, etc.
Las hadas que habitan en el agua también son clasificadas: En habitantes de agua dulce (Las Ninfas con cuerpos de mujeres normales) y las habitantes de agua salada (Las Sirenas, con cola de pez o patas de oca).
Les gusta danzar en ronda, tomadas de las manos, pero de espaldas. Son sumamente hermosas, dotadas de una delicadeza casi angelical y una voz encantadora. De largos cabellos, ojos cautivantes profundos de color verde esmeralda, seductores y en algunos casos con una estrella o cruz en su frente.
Las Hadas terrestres viven encima y debajo de la tierra, en las entradas de las cuevas y en pequeños escondites del bosque, mientras que las acuáticas habitan en las orillas de los ríos, dentro de las fuentes, etc.
Estas encantadoras mujeres que han acompañado desde siempre al hombre, tal vez volverían a acercarse si pudiésemos recuperar la inocencia de la niñez.

PREFERENCIAS DE LAS HADAS

EL INVIERNO: Durante el invierno las hadas duermen, tal y como hacen sus plantas y árboles. Si queremos, las hadas pueden pasar el invierno en nuestras casa, solo tendremos que tener paciencia. Pueden ser maravillosos amigos, tanto de las personas como de los animales. Les encantan los niños pequeños. Las hadas y duendes son un buen barómetro para saber las vibraciones de nuestra casa, puesto que si hay energía negativa, se irán.

EL JARDÍN: Si queremos atraer a las hadas a nuestro jardín, debemos:Poner casas de pájaros y comederos, además de flores y plantas que sean atractivas a las abejas y mariposas. Las hadas se sienten atraídas por los lugares donde merodean las mariposas..Estas son algunas de las plantas que atraen mariposas y hadas al jardín: Crisantemo, Tomillo, Lavanda, Rosas, Petunia, Verbena y Zinnia. Se puede instalar también una pequeña fuente de agua e incluir estatuas de hadas. Cualquier cosa que refleje la luz o sea muy colorida y encima se mueve atrae particularmente a los gnomos y duendes. A la hadas y duendes del agua les gusta el sonido de cascadas y ver las fuentes. Hay que dejar un área del jardín, salvaje, y no demasiado cultivado, esto hará que se encuentren a gusto.

ANILLOS DE LAS HADAS: Las hadas bailan a menudo en círculos sobre el césped. A esto se le suele llamar "anillos de las hadas". El encantamiento salvaje de la música de las hadas puede llevarnos al interior del anillo, y hacer que nos quedemos en cautividad en su mundo. El baile puede parecer que dura solo unos minutos, pero realmente la duración es de 7 años, según nuestra temporalidad. La manera de rescatar a una persona que ha caído dentro del anillo, es por medio de otra persona, la cual tiene que poner firmemente un pie fuera del anillo y el otro fuera, agarrar al que está dentro, tirar fuertemente y sacarlo.

CURIOSIDADES: Si las hadas quieren quedar ocultas, no hay nada que el humano pueda hacer. Cuando se está buscando hadas nunca se debería llevar "hierro", lo desprecian. No se puede silbar en los bosques porque rompe el aura natural del lugar. Probablemente el mejor momento para encontrar hadas es a la luz de la luna llena. Se pueden buscar entre las aberturas de las piedras o en un agujero, cerca de un río o del mar.

HECHIZO PARA CONVOCAR A LAS HADAS:
Según la tradición, la formula para llamar a las hadas esta basada en un ritual muy simple: Siéntese donde el gato se sientaCruce los dedos de los piesCierre los ojos. Y huela una rosa. Entonces diga: Gadflykins! Gladtrypins! - Gutterpuss and Cass! Vengan a mi las hadas - cada chico y cada chica.
En definitiva, las hadas son un interrogante difícil de resolver, pero el hecho de suponer su presencia hacen para quienes creen en su existencia que la vida tenga un toque mágico y espiritual...

martes, 22 de abril de 2008

DEMONIOS

Un espíritu de bajo nivel, que interactúa con el mundo físico. Se cree universalmente que los demonios existen en variedades numerosas y que pueden ser enteramente buenos, enteramente malos o capaces de ambas cosas (el mal y el bien).
Pueden ofrecer consejo y ayuda o pueden ser responsables de la mala suerte, las enfermedades y la muerte.
Los demonios pueden ser llamados, controlados o arrojados por adeptos calificados, como un sacerdote, mago, hechicero o shamán.
Demonio significa "lleno de sabiduría" y se deriva del griego daimon que se traduce como "poder divino", "destino" o "dios".
Para los griegos, los daimons eran espíritus mediadores ‑incluyendo aquellos de héroes deificadosentre la humanidad y los dioses. Un daimon actuaba como un espíritu asesor.
Los demonios han sido clasificados en varios sistemas en la religión y la cultura occidental, desde por lo menos el año 100 al 400 de nuestra era. El Testamento de Salomón, que data de este período, describe el anillo mágico de Salomón que servía para comandar a los demonios llamados Djinn y ofrece los nombres y funciones de varios demonios hebreos, griegos, asirios, babilónicos, egipcios y quizás persas. Durante los siglos XVI y XVII, los cristianos expertos en estudios de demonología los catalogaron en varias jerarquías en el infierno y les asignaban atributos y deberes, incluyendo los de embajadas en diversas naciones terrestres. La jerarquía más compleja fue diseñada por Johann Weyer, quien calculó que había 7.405.926 demonios sirviendo a 72 príncipes.
Mucha de la sabiduría popular acerca de los demonios tiene que ver con las relaciones sexuales entre demonios y seres humanos. Los demonios con tales apetitos se encuentran en las demonologías de los antiguos hebreos, egipcios, griegos, romanos, asirios, persas y de otras culturas.
La demonología judaica es compleja y se deriva de fuentes hebreas, cristianas, árabes, germánicas y eslavas. Las obras kabbalísticas contienen concepciones contradictorias. El Zohar sigue una leyenda talmúdica del origen de ciertos demonios como el producto de relaciones sexuales entre humanos y fuerzas demoníacas: cada polución de semen resultaba en demonios. Otros demonios, como Lilith, fueron creados como espíritus sin cuerpo, durante los seis días de la Creación, especialmente en el ocaso de la víspera del sábado; también se decía que copulaban con humanos ='los terrores de la noche". Otros escritos kabbalísticos hablan de demonios creados del fuego y el aire, demonios que llenan el aire entre la Tierra y la Luna, y demonios buenos que ayudan a la gente. Hay demonios que, junto a los ángeles, están a cargo de las horas nocturnas y de la interpretación de enfermedades, y existen algunos que poseen sellos que deben ser usados para conjurarlos. En el cristianismo, el concepto de los demonios se asocia sólo con el mal. Incluye a los ángeles que echaron su suerte con Lucifer y que con él fueron arrojados fuera del cielo, así como a los dioses paganos, convertidos en demonios por la Iglesia.
Como agentes del diablo, los demonios se dedican a conducir a los hombres por el mal camino, a atormentarlos, a atacarlos sexualmente, y en algunos casos, a poseerlos. Antes del siglo XII, no se consideraba posible el acto sexual con los demonios, pero la creencia se convirtió en dogma en el siglo XIV. Se decía que había demonios en forma de hombres (íncubos) que acosaban a las mujeres, mientras que otros en forma de mujeres (súcubos) acosaban a los hombres. Durante la Inquisición, los herejes ‑que eventualmente incluyeron a las brujas‑ fueron acusados de mantener orgías sexuales con los demonios. Se representaba el acto sexual como desagradable y doloroso, aunque según la Iglesia (que tenía un concepto bajo de la mujer, como ser débil y con inclinaciones inmorales) algunas mujeres disfrutaban de la cópula con demonios. Los nacimientos monstruosos se explicaban como producto de relaciones sexuales entre seres humanos y demonios.
En otras culturas como la shintobudista japonesa, los demonios se ven como fantasmas de los muertos.
Aquellos demonios que acosan a los seres humanos con problemas y enfermedades son expulsados por medio de ritos de exorcismo. Existe una creencia universal de que los demonios pueden ser mantenidos a raya mediante varios ritos preventivos tales como ciertas oraciones, ensalmos o bien por medio de amuletos que se llevan en el cuerpo o se guardan en un lugar determinado. En la magia ritual, se conjura a los demonios por medio de un ritual elaborado y se les asignan tareas. Se considera que son traicioneros y se dice que es más bien peligroso trabajar con ellos.

lunes, 21 de abril de 2008

VAMPIROS

El vampiro, un ser que murió, pero no esta muerto, que es más que humano. Él puede regalar un muerte innoble, reducir al hombre a simple aliento, puede hacernos vampiros, darnos la vida eterna, la juventud. Todo por tomarnos el alma y nuestra calidad humana.
Esta es la leyenda que a lo largo de la historia nos ha llegado; pero cual es la verdad detrás de todo esta mezcla de mito y realidad.
Según una encuesta internacional, la imagen del vampiro es una de las más conocidas e inconscientemente deseadas. Todos los países, todas las regiones en su lengua dan una palabra para este ser, y una formula para alejarlos y cuidarse de ellos.
En otro nivel, el de las imágenes que ya pertenece al mundo todo, esta el vampiro alto pálido, un aristócrata de capa negra y mirada hipnótica. Drácula, el Nosferatu, ya esta en nuestras mentes.
Toda la tradición indica que el vampiro fue un ser humano que murió en condiciones particularmente horribles y fue transformado por un poder que nada en este mundo puede detener. El vampiro gana una vida eterna en el otro lado. Su mundo es frío, oscuro, solitario. esto es porque el vampiro debe matar para continuar su extraña vida. Por eso las tradiciones más antiguas los tratan como a las plagas medievales, de las que se conoce su crueldad y su comienzo pero no su fin.

LOS ORÍGENES
Toda historia tiene, por lo general, algo de veracidad, aunque sea una pequeña porción. El vampirismo no iba a ser la excepción.
Para muchos investigadores, el verdadero Drácula fue Vlad Tepes, quien nació en Sighsoara, Rumania, algún día de 1431 (Otros autores aseguran que el lugar de nacimiento de Vlad Tepes fue Transilvania).
Su padre era un caballero de la orden del Dragón, y se ganó el apodo de "Dracul", que en buen rumano quiere decir "diablo". Vlad heredó el "honor" de su padre, y se pasó a llamar Vlad Draculea, es decir, hijo de Dracul. De todas maneras, la historia lo recuerda como Vlad Tepes, que significa "Vlad, el empalador". No en vano recibió ese nombre, pues una de sus aficiones más adoradas era empalar a sus víctimas.Pero no es el único personaje tildado de "vampiro". Existen otras historias que aparentan tratar de estos seres. Por ejemplo, en el siglo XVII comenzaron a publicarse relatos sobre este tema, supuestamente verídicos. Uno de ellos relata la exhumación del cadáver de un vampiro ocurrida en Belgrado, en 1732: "Estaba inclinado hacia un lado. Tenía la piel fresca y rubicunda; las uñas largas y perversamente torcidas; la boca cubierta con la sangre absorbida la noche anterior. Por lo tanto se atravesó el pecho del vampiro con una estaca. Éste profirió un alarido terrible mientras la sangre brotaba abundantemente de la herida. Luego fue incinerado hasta que quedó convertido en cenizas".Quien crea esto debe estar muy enajenado. Bueno, más tarde, el cristianismo le agregó al mito del vampiro un origen: estos eran cadáveres animados por un demonio. Como vemos, el tiempo fue dando forma a una leyenda que hasta nuestros días llega bastante remozada.

PRIMEROS VAMPIROS
En occidente el mito del vampiro no era una creencia muy enraizada. De hecho, según podemos leer en la obra de Daniel Cohen, "Enciclopedia de los monstruos", la palabra para definir vampiro en inglés apareció recién en 1734.
El primer vampiro de la literatura inglesa sería lord Ruthven, quien aparece en una novela escrita en 1819. El autor de este libro, llamado simplemente "Vampiro" fue John Polodori, doctor personal del poeta lord Byron.
Más tarde, en 1847, apareció Varney, the Vampyre, que adquirió cierta popularidad al ser publicado como novela de folletín. Pero quien marcaría pauta y dictaría cátedra en esto de los vampiros sería Bram Stoker y su libro Drácula. (1897)Y acá volvemos con nuestro adicto al empalamiento, Vlad Tepes. Muchos autores afirman que es posible que Bram Stoker se haya basado en el empalador para crear su obra cumbre, que dicho sea de paso se convirtió en todo un éxito apenas fue publicada. No está demás decir que el castillo de Drácula en Bran, Brasov, Rumania, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para todos aquellos que gustan del vampirismo. Es un centro turístico de importancia dentro de Rumania. Es preciso mencionar que ciertas ideas que se tienen acerca de los vampiros son creaciones insertadas en trabajos literarios o películas de cine relativamente recientes. Entre estas ideas podemos tratar aquella que supone que los vampiros se pueden convertir en murciélagos. Que sepamos, Vlad Tepes jamás pudo hacer semejante gracia. De todas formas, no han faltado quienes creen en estas historias, y se han dedicado a la caza de vampiros. Es el caso del doctor Johannes von Lobel, quien participó en una cacería de "hombres-murciélago" en Serbia y dijo que era capaz de percibir un ligero pulso en los cadáveres que, en su opinión, eran de vampiros.

VAMPIROS MODERNOS
Una muestra de aquello nos la da en investigador español Manuel Carballal, quien en un artículo escrito en la revista Karma 7 nos señala una historia que da para pensar.
Víctimas de la creencia en los vampiros:
En enero de 1973 John Pye, un joven oficial de la Brigada de Homicidios de la policía británica, acudió al número 3 de la urbanización "The Villes", en Stokeon-Trent, en lo que parecía un caso rutinario.
El cadáver de un hombre había aparecido en extrañas circunstancias.
Al llegar a la casa del fallecido, descubrió que el hombre sentía tal terror por la luz eléctrica que no utilizaba lamparitas en su casa. La habitación estaba sumida en la más absoluta oscuridad, así que tuvo que realizar la inspección ocular utilizando una linterna. A medida que el policía escrutaba cada rincón de la habitación, su asombro iba en aumento. Pye descubrió extraños elementos entorno al cadáver: sobre las mantas, junto a la cara y entre las piernas, encontró bolsas de sal; el hombre había mezclado el mineral con su orina en diversos recipientes, y fuera, en el alféizar de la ventana, se veía un cuenco invertido que cubría una mezcla de excrementos humanos y ajo...El cadáver encontrado pertenecía a Demetrious Myiciura, un inmigrante polaco, que 25 años antes había dejado su país para instalarse como ceramista en Inglaterra. Según el informe forense, Myiciura se había asfixiado con una cebolla en vinagre; el Juez de Instrucción consideró el caso como "inusual", a pesar de que existían precedentes de "personas que tragando la comida sin masticar se asfixiasen". Sin embargo el joven policía John Pye, había continuado investigando. El aspecto de la habitación, que parecía una "fortaleza contra vampiros" le llevó a consultar bibliografía sobre el tema, y en un excelente tratado de Anthony Masters titulado "Natural History of the Vampire" -editado en Inglaterra un año antes-, Pye encontró la confirmación a sus sospechas: sal y ajo son los repelentes tradicionales de los vampiros, y la mezcla en el alféizar de la ventana de Myiciura debía atraerlos, para que luego se envenenaran con el ajo. Cuando el policía puso al juez al corriente de sus descubrimientos bibliográficos, el magistrado ordenó un nuevo examen a la supuesta cebolla en vinagre, descubriendo así que en realidad se trataba de un diente de ajo. Como medida final para ahuyentar a los vampiros, el pobre y supersticiosos ceramista se había acostado con un diente de ajo en la boca, y el ajo le había causado la muerte por asfixia.Fin de la cita. Para finalizar este pequeño recorrido por la historiografía vampírica, nos parece oportuno señalar que en la actualidad aún quedan algunas personas que creen ser vampiros, o al menos actúan como si lo fueran. De hecho, se han reportado casos de jóvenes que han malentendido juegos de rol, por ejemplo, y terminan asesinando a sus compañeros, madres o parientes, para tomar su sangre. O también se puede mencionar a los asesinos en serie, quienes se caracterizan, entre otras cosas, por beber la sangre y comer partes de sus víctimas. Los vampiros no existen. Pero sus émulos sí. A cuidarse, entonces.

viernes, 18 de abril de 2008

GNOMOS

Gnomos o nomos , según el diccionario, significa ser fantástico, dotado de poder sobrenatural, también son llamados duendes, pigmeos o enanos, como se los conoce habitualmente en los cuentos de hadas. Paracelso, los nombró por primera vez, allá por el siglo XVI, derivando dicho término del griego “gnome y grignosko”, que significa conocimiento y sabiduría.El alquimista suizo los bautizó de ésta manera, ya que para él, éstos pequeños seres conocían los secretos de la tierra y de todo el cosmos.
En verdad, Paracelso no se equivocaba atribuyéndole dichas características a estos seres, ya que las tradiciones más serias los sitúan dentro de una categoría de Espíritus de la Naturaleza o Elementales.
Estos Espíritus o Elementales existen en la Tierra desde tiempos muy remotos, pudiendo ser testigos de la formación de todos los seres vivos, los ríos, los bosques, teniendo por ello un amor incalculable hacia la madre Naturaleza. Así se dividieron el trabajo de custodiar éstos preciosos “tesoros”; acompañando también la evolución del planeta y del hombre mismo.
Dentro de los Elementales podemos citar: las Salamandras (Espíritus del Fuego), las Hadas (Espíritus del Aire), las Ondinas (Espíritus del Agua), Los Silfos (Espíritus del Suelo), y algunos más.

CARACTERÍSTICAS SIGNIFICATIVAS
Invisibilidad: Debido a que son seres etéreos habitan en una dimensión distinta a la nuestra, por lo que es muy difícil percibirlos.
Transformistas: Ya que manejan a la perfección la Ley de Transmutación, adoptan distintas formas según la necesidad del momento. .
Longevos: Dado que la sustancia que compone sus cuerpos es mucho menos densa que la de los demás seres que habitan la tierra; alcanzan a vivir entre 400 y 500 años.
Juguetones y escurridizos: Quizás ésta sea una de las más constantes entre todos ellos. La razón se les atribuye a que conservan su pureza y viven para cumplir un plan divino, sin objeciones de ningún tipo.
Pero volviendo al tema de los Gnomos, habiendo hecho así una reseña de los Elementales, hablemos ahora de su aspecto físico ya que varía de acuerdo a una clasificación muy amplia: por el color de la piel: que puede ser blanca, roja, verde o morena; por la textura de su piel: lisa o cubierta de pelos, con grandes o pequeñas orejas alargadas o cuernos; con tupidas barbas y aspecto humano.
En cuanto a su vestimenta: es muy pequeña, ceñida a sus cuerpos, con gorras o capuchas en sus cabezas, de colores verdes o pardos para confundirse con el follaje.
Hablan el lenguaje de las Ninfas, que son otros elementales del agua dulce. Viven solitariamente o en grandes familias (ya que los hay de ambos sexos), y esporádicamente buscan la compañía del hombre.
Los Gnomos o Duendes viven un poco menos que sus pares las Hadas o las Salamandras, ya que sus cuerpos son un poco más densos que el de éstas.
Según el español Vicente Beltrán Anglada, estudioso del tema, reconoce que “habitan el interior de las piedras, en la profundidad del suelo y en los huecos de los árboles.”
Algunos trabajan en las minas, ya que cuidan los tesoros de la tierra, como los minerales y las piedras preciosas.
Se los asocia directamente vinculados a las sectas.
Las setas, son aquellos hongos que constan de un tallo y en cuyo extremo superior se halla ubicado un sombrerito (del tipo de los honguitos de los cuentos). En algunas ocasiones, si el Gnomo se encontrara en peligro, podría llegar a convertirse en una seta para pasar inadvertido. Se mimetizan tanto con su hogar, que por si alguna razón éste llegara a desaparecer, el ser que lo habita también desaparecerá.
En cuanto a su alimentación, se sabe que es a base de miel, granos, agua y el manjar favorito de todos los elementales: la leche.
Ahora bien. ¿Cuál es la misión de los Gnomos?. Su misión, además de ser específica, es muy importante ya que custodian los grandes bosques, protegiendo a los animales, impidiendo que los cazadores furtivos terminen con ellos, y evitando que los leñadores talen indiscriminadamente los árboles, utilizando para tal fin toda clase de obstáculos de origen “natural.”.
Estos seres, que se han popularizado gracias a los libros de cuentos para niños, de ninguna manera forman parte de la fantasía; muy por el contrario, son una realidad, de otra dimensión distinta a la nuestra, pero realidad al fin.

jueves, 17 de abril de 2008

BRUJAS

La brujería se extiende por todo el mundo, pero ha desempeñado funciones muy distintas según los tiempos y lugares. La antropología moderna distingue entre la brujería simple, los supuestos cultos de brujas diabólicas de la edad media, y el moderno movimiento neopagano. Este artículo está basado en los mitos diabólicos y características tradicionalmente atribuidas a la brujería, como así también la historia de su persecución por la Inquisición.

Presuposiciones
El concepto de brujería en la edad media se basaba en ciertos prejuicios. Éstos incluían la creencia en que el diablo y sus acólitos, los demonios, los trasgos, los íncubos y los súcubos, eran reales y ejercían sus poderes en el mundo; en que la gente podía tener relaciones físicas con ellos y en que podían establecerse pactos entre las personas y los demonios.
En la brujería diabólica de la edad media se creía que los brujos eran siervos del diablo. En compensación por servirle bajo contrato, los brujos recibían supuestamente ciertos poderes, en especial producir o curar o traspasar enfermedades; provocar tormentas o lluvias o, a veces, causar la sequía; provocar la impotencia en los hombres y esterilidad en las mujeres; así como arruinar las cosechas, hacer que los animales quedaran estériles y que la leche se volviese agria. Se creía que eran capaces de despertar el amor por medio de filtros y pociones, o de destruirlo con hechizos y encantamientos; causar daño o incluso provocar la muerte con una mirada (el llamado mal de ojo) o clavando alfileres en una muñeca o estatuilla de cera que representara a la persona a la que se quería causar daño. Supuestamente podían hacerse invisibles y volar con la ayuda del palo de una escoba. Se creía que adivinaban el futuro, reanimaban objetos inanimados, revivían a los muertos o conjuraban otros espíritus; así mismo se suponía que podían transformarse ellos mismos y a otros en animales, sobre todo en gatos y lobos.

Organización tradicional y práctica
De acuerdo con la mayoría de los expertos, los brujos europeos de la época medieval en adelante estaban organizados en grupos o aquelarres de doce miembros, la mayor parte de ellos, pero no exclusivamente, formados por mujeres, y por un líder, generalmente, masculino.
Este líder estaba considerado como vicario del diablo y muchos de sus fieles más ingenuos le trataban como si fuera el mismo diablo. Tradicionalmente se le representaba vestido de negro o con disfraz de macho cabrío, ciervo u otros animales con cuernos.
El grupo se reunía una o dos veces por semana en lo que generalmente constituía una reunión local. En estas reuniones las brujas llevaban a cabo supuestamente ritos de culto al demonio, informaban de sus actividades y hacían planes para la próxima semana.
Otras reuniones regionales, llamadas Sabbats —seguramente como un acto provocativo hacia el sabbat judío-cristiano—, se reunían probablemente a centenares, a veces miles de alegres asistentes, incluyendo los brujos y sus neófitos. El lugar de reunión de brujos más famoso de la Europa antigua y medieval fue Brocken, el pico más alto de las montañas Harz, en Alemania, donde transcurre la escena del Sabbat tan impresionantemente descrita en el Fausto de Goethe. Los dos Sabbats más importantes se celebraban en la noche del 30 de abril (Noche de Walpurgis) y la del 31 de octubre (víspera de la festividad de Todos los Santos). También se celebraban Sabbats en las noches del 31 de julio (Fiestas de la cosecha) y del 1 de febrero (Candelaria), además de otras.
El Sabbat comenzaba con la iniciación de los neófitos. Se supone que la ceremonia iniciativa incluía prestar juramento de obediencia al demonio, firmando con él pactos de sangre y profanando crucifijos, por ser la señal de la Cruz, y otros objetos sagrados; la asignación de un espíritu ayudante bajo la forma de gato, ratón, comadreja, sapo u otro animal pequeño, que actuara de sirviente del brujo; la realización de diversos actos obscenos de obediencia al demonio y su vicario. A la iniciación seguía un acto de culto general que con frecuencia incluía la misa negra, una farsa de la misa católica. Se dice que el culto desembocaba en una danza que se hacía cada vez más salvaje e indecente. El Sabbat terminaba supuestamente en una orgía sexual.

Brujería moderna
Esencialmente, la brujería es similar en todas partes del mundo. La diferencia más importante reside en que en algunas sociedades no occidentales los brujos, también llamados hechiceros, chamanes y curanderos, han desempeñado una función incuestionable en la comunidad.
Han asumido recibir su poder de espíritus que son venerados, o al menos temidos, por la comunidad; son personas que se piensa tienen acceso al mundo de los espíritus y son contempladas con respeto o temor. Los médicos brujos poseen supuestamente poder para curar las enfermedades, convocar la lluvia y asegurar el éxito de la caza o de la guerra; para exorcizar a los demonios que puedan poseer a miembros de la comunidad o para aplacar demonios que de otra forma podrían volverse hostiles; así como para extirpar el mal, denunciar a los malhechores y llevar a cabo su destrucción.
En la India, algunas tribus y miembros de las castas más bajas acuden con frecuencia a los brujos y hechiceros. Incluso los hindúes de castas altas pueden llegar a recurrir a ellos en tiempos de sequía o hambruna. En Birmania, Indonesia y otras partes de Asia, los brujos constituyen una parte importante de la vida cotidiana. La brujería está extendida por toda África. El vudú de Haití y los hechiceros en otros países latinoamericanos son otra forma de brujería, al igual que los cultos al demonio en las Islas Salomón y en las islas Nuevas Hébridas.
En Estados Unidos, la creencia en la brujería permanece entre los habitantes de las montañas del sur y otros grupos relativamente aislados. Hasta hace poco tiempo el brujo o echador de mal de ojo era muy temido en determinadas zonas de Pennsylvania, y los granjeros pintaban signos específicos en sus graneros para preservarlos de los desastres inducidos por ellos. Incluso en las grandes ciudades todavía es posible encontrar personas que creen en el mal de ojo y otros poderes de la brujería.
En los últimos años se ha incrementado el interés general por varios tipos de ocultismo. Se han publicado muchos libros sobre brujería y astrología, y aparecen personas en Europa y Estados Unidos que se consideran brujos. La aparición de formas modernas de brujería, que suelen denominarse Wicca (que viene de la antigua palabra inglesa wicce, que significa ‘brujo’), podría atribuirse a la influencia de varios escritores de culto y antropólogos de comienzos del siglo XX, además del creciente interés por formas alternativas de expresión religiosa. Similares en ceremonial y organización a la descripción de los cultos diabólicos de los brujos, las organizaciones de Wicca no entran en el culto al demonio ni realizan prácticas dañinas. Algunos expertos consideran la brujería moderna como un culto a la fertilidad, pero en general las frecuentes diferencias metodológicas y filosóficas entre los grupos hacen difícil una generalización.

miércoles, 16 de abril de 2008

SIRENAS

Seguramente el mar es uno de los lugares donde se han tejido innumerables leyendas y mitos que lindan entre la realidad y la imaginación.
Los navegantes de la Europa medieval enumeraban serpientes gigantes, pulpos capaces de devorar barcos y tripulaciones completas, seres fantásticos, entre los que las SIRENAS, ocuparon un lugar preponderante en el imaginario colectivo de esos días.
Entrando en el siglo XVI, periodo de mayor trafico marítimo entre Europa y América, las bitácoras de abordo dan cuenta de la aparición repentina de bellas mujeres que seducían con su voz a toda la tripulación y tenían la extraña característica de ser mitad pez y mitad humano.Al canto de las sirenas se atribuía tan poderoso hechizo que nadie podía sustraerse a su atracción y era la perdición de los navegantes que destrozaban sus barcos contra las escolleras por seguir su voz. Su imagen vive hoy en cuentos infantiles, películas de la factoría Disney, lienzos de pintores y objetos decorativos que van desde un pisapapeles hasta un alfiler de corbata. Su nombre se ha insertado en el lenguaje corriente para acuñar frases de sentido hecho, como "cuerpo de sirena", para referirse a la mujer de armoniosa figura, o "escuchar cantos de sirena" para aludir a quien oye algo bello aunque de tramposo fundamento.Pero, ¿han existido realmente estos bellos seres acuáticos? Cristóbal Colón creyó ver alguno a lo largo de sus cuatro viajes transatlánticos. Crónicas más antiguas hablan de una sirena que recibió el bautismo y llegó a figurar como santa en algunos almanaques con el nombre de Murgen, capturada en el siglo VI al norte de Gales. Se cuenta de otra en 1403 que vivió en Harlem hasta su muerte y aprendió a hilar, aunque nadie logró entender su habla. Otros, por el contrario, niegan la existencia real de tales criaturas, como el renacentista Andrea Alciato, que habla de ellas en escéptico tono de burla: "Sin piernas, doncellas. Sin hocico, peces".
Pero donde reside la verdad de esta leyenda, existen realmente? o el cansancio de los marinos y la necesidad de contar historias fantásticas a sus camaradas los llevaron a inventar tales relatos?.

LOS SERES DEL MAR (mitología)
Innumerables son los habitantes de las aguas, especies animales y vegetales aún desconocidas, y lo mismo ocurre con seres feéricos y legendarios. Las sirenas son, entre ellos, los más conocidos. Les siguen en popularidad las ondinas y las ninfas. Quizás algunos hayan oído hablar de las mujeres-foca, de las hadas lavanderas o de las náyades.
Para los antiguos griegos, las ninfas eran los espíritus elementales del agua. Ellos dieron nombre a todas las razas de ninfas:
-Oceánidas y Nereidas, para las ninfas marinas, verdaderas antepasadas de las sirenas; -Náyades, Creneas y Pegeas, las ninfas de las fuentes; -Potamides, las ninfas de los ríos; -Limnades, las de los lagos.
Pero claro, el agua está presente en todo lo que nos rodea, y los sabios pronto se dieron cuenta de que habitaban ninfas del agua en muchos otros lugares. Y también hubo que buscar nombres para ellas. Al grupo de las ninfas de las aguas las llamaron Efidríades, y luego nombraron Uranias a las ninfas del cielo y Epigeas las de la tierra. Estas últimas se dividían en:
-Oréades, ninfas de las montañas; -Napeas y Auloníades, ninfas de los valles; -Melíades, ninfas de los prados; -Dríades y Hamadríades, ninfas de los bosques; -Corícides, ninfas de las cuevas.

EL ORIGEN DE LAS SIRENAS
Difícil es dilucidar el verdadero origen de las sirenas. Dejando a un lado a las antiguas sirenas con forma de mujeres-ave, se dice que la primera mujer-pez conocida fue Atargatis, la diosa de la luna, protectora de la fecundidad y el amor. Atargatis, perseguida por Mopsos, se sumergió en el lago Ascalón con su hijo, y se salvó gracias a su cola de pez. Esta leyenda se confunde con la de la diosa siria Derceto, que también se arrojó a las aguas del mismo lago, después de matar a uno de sus sacerdotes y abandonar a la hija de ambos en el desierto. Derceto recibió la cola de pez como símbolo de su pecado, y su hija, criada por las palomas, se convirtió en Semíramis, reina de Babilonia.
También puede encontrarse una semejanza con las sirenas en la diosa Afrodita, hija del semen de Zeus convertido en espuma de mar, que fue diosa del amor y protectora de los marinos. Su espejo ha sido heredado por toda la estirpe de sirenas.
Para buena parte de los sabios griegos, sin embargo, las sirenas tienen por padre a Aqueloo, un río personificado en figura de hombre con cola de pez. En cuanto a la madre, la confusión crece: puede ser la diosa de la memoria, o alguna de sus hijas, las musas. Quizá las sirenas sean hijas de la Elocuencia, de la Danza, de laTragedia o de la Música. Hasta podrían ser hijas de Ceto, la ballena.

OCEANIDAS Y NEREIDAS
El dios Océano y su hermana Tetis tuvieron trescientas hijas, las Oceánidas, que luego se extendieron por todos los mares y los abismos marinos. Una de ellas, Dóride, fué madre de otras cincuenta ninfas de agua, las Nereidas, llamadas así en honor a su padre Nereo, de la raza de los Viejos del Mar, creada también por Océano y Tetis.
Las Nereidas habitan en el Mar Mediterráneo, y cada una de ellas representa una de las formas de este mar. Por ejemplo, Talía es la sirena verde, y Glaucea, la azul. Dinamenea simboliza el vaivén de las olas, y Cimodaré, la calma. Una de las Nereidas, Anfitrite, fue amante de Poseidón y madre de los Tritones. Las Nereidas protegían a los barcos, y no cantaban para atraer a los marinos, sino para complacer a su padre. Los antiguos describieron a las Nereidas con el cuerpo cubierto de escamas y formas de pez. A partir de aquí, el mito de la Sirena fue creciendo por todo el mundo como las ondas en la superficie calma del agua...

SIRENAS EN LA VIDA REAL
Hasta en los mapas del Renacimiento podía leerse la frase “Hic sunt sirenae”(Aquí están las sirenas) escrita en medio de las áreas destinadas a los océanos.
El hombre que surcó el Atlántico, Cristóbal Colón, también asegura que él y sus hombres las vieron, aunque no tan bellas como cuentan las historias. Muchas crónicas de reyes refieren la existencia de sirenas capturadas, y aún cercanos nuestros días navegantes y exploradores relatan encuentros con mujeres marinas, como una que apareció en la Antártida en 1823 u otra en las Bahamas en 1869.
La primera tenía los cabellos verdes, la segunda, azules. Sin ir más lejos, en Liérganes, municipio español, existió un hombre-pez, y circulan rumores de otro ser de estas características en el río Ebro.
Un escrito de 1432, aparecido en Venecia cuenta el siguiente relato:
" El ser capturado esta noche por un grupo de marinos concuerda con las conocidas sirenas, es una mujer de cabellos y ojos negros, sus piernas están cubiertas por duras escamas y terminan en una sola extremidad con forma de cola de pez. No había forma de comunicarse con ella, su rostro mostraba el dolor y la necesidad de volver al agua, intentamos sacar algunas de estas escamas pero sus gritos y los movimientos desesperantes voltearon a los 3 marinos que la sostenían. Esto me conmovió enormemente y decidí regresarla nuevamente al agua."
Este hecho sucedió el 28 de enero de 1432 a bordo del barco veneciano "Nuestro Señor de las tempestades", que navegaba por las costas del sur de África; su capitán (se desconoce su nombre ya que estos barcos formaban parte de una compañía mercantil, en donde los capitanes rotaban de barcos en cada viaje) asentó este relato y dio fe de ser real.

SIRENAS, CANCIONES Y LEYENDAS
"Encantan a los mortales que se les acercan. ¡Pero es bien loco el que se detiene para escuchar sus cantos! Nunca volverá a ver a su mujer ni a sus hijos, pues con sus voces de lirio las sirenas lo encantan, mientras que la ribera vecina está llena de osamentas blanqueadas y de restos humanos de carnes corrompidas..." Este texto escrito hace 2.800 años es probablemente el origen de la más antigua y conocida de las leyendas: las sirenas que atraen a los marinos con sus voces mágicas, y hacen encallar los barcos y ahogarse los tripulantes. Homero lo imaginó así, y así nos lo contó en La Odisea.
Las páginas de muchos otros libros se han nutrido de los seres de las aguas, y las leyendas, como ríos de la memoria de la Humanidad, han permanecido hasta nuestros días. ¿Quién no ha imaginado al rey del mar con su tridente?

martes, 15 de abril de 2008

DRAGONES

Según la leyenda el dragón era un monstruo fabuloso en forma de reptil, parecido al cocodrilo y al que se representa con alas, garras grandes, cola de serpiente y aliento de fuego.
En el antiguo Oriente Próximo, el dragón simbolizaba el mal y la destrucción. Esta idea se encuentra, por ejemplo, en Enuma Elisha, epopeya mesopotámica escrita hacia 2000 a.C.
Uno de los protagonistas de la leyenda es la diosa Tiamat, dragón que personifica los océanos y comanda las hordas del caos y cuya destrucción era condición previa para crear un universo ordenado. Según los egipcios, Apohis, dragón de la oscuridad, era expulsado cada mañana por Ra, el dios sol. En las sagradas escrituras hebreas, el dragón representa la muerte y el mal.
Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón que aparece en la principal literatura terrorífica de la Biblia, sobre todo en el Apocalipsis, y en otras tradiciones posteriores. En el arte cristiano, el dragón simboliza el pecado y como tal aparece aplastado bajo el pie de santos y mártires simbolizando el triunfo de los cristianos sobre el pecado y, por lo tanto, sobre el paganismo. La leyenda de san Jorge y el dragón ilustra claramente este significado.
En la mitología clásica, se asocia el dragón con un guardián. El de Ladon protege las manzanas de oro en el jardín de las Hespérides, papel que reaparece en los romances medievales, donde los dragones custodian, con frecuencia, doncellas cautivas. Los griegos y los romanos creían que eran capaces de entender, y transmitir a los mortales, los misterios del mundo. Ambos aspectos del dragón, tanto el favorable como el que inspira terror, se entremezclan en el folclore de las tribus paganas del norte de Europa. En el Cantar de los Nibelungos, Sigfrido mata a un dragón y se hace invulnerable al untarse su sangre por el cuerpo.

Uno de los principales episodios de Beowulf también narra el combate con un dragón. Los antiguos escandinavos adornaban la proa de sus naves esculpiéndolas en forma de dragón. Entre los conquistadores celtas de Bretaña era un emblema heráldico, símbolo de la soberanía, y durante la ocupación romana del siglo I a.C. se convirtió en un estandarte militar. También aparece en los escudos de las tribus teutonas que más tarde invadieron Bretaña y, hasta el siglo XVI, se veía en los estandartes de batalla de los reyes ingleses. Forma parte del escudo de armas de muchas casas nobiliarias europeas.

El dragón en la mitología oriental
En la mitología de varios países orientales, sobre todo en China y Japón, el dragón representa el poder espiritual supremo y es el símbolo más antiguo y más ubicuo del arte oriental. Los dragones representan el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza. Viven en el agua y proporcionan salud y buena suerte y, según la creencia china, traen la lluvia para las cosechas. El dragón de los tradicionales desfiles chinos de Año Nuevo repele los malos espíritus que podrían echar a perder el año que se inicia.
El dragón de cinco garras se convirtió en el emblema imperial chino; el de cuatro es el dragón normal, y el japonés tiene tres garras. En la mitología hindú, Indra, dios del cielo y de la lluvia, mata a Vitra, dragón de las aguas, para liberar a la lluvia.

lunes, 14 de abril de 2008

ÁNGELES

En la Biblia se los menciona 387 veces, en la Cábala judía se calcula su cantidad entre 49 y 100 millones. En todo caso cifras tan misteriosas como la naturaleza, funciones y alas de los ángeles.
Santo Tomas de Aquino explicó que los ángeles pueden tomar forma humana pero carecen de materia, y que solo son pensamiento.
La pregunta es el pensamiento de quién? Obviamente, del Creador de todas las cosas. La misma palabra ángel nos llega de la traducción griega del original hebreo mal´akh, que significa la cara oculta de Dios, luego devenida en mensajero. Representa un espíritu celestial considerado precisamente como mensajero, o intermediario, entre Dios o los dioses y la humanidad. Todas las religiones están relacionadas con el vínculo que los seres humanos tienen o deben tener con el reino sobrenatural. En la religión griega antigua, en el judaísmo y cristianismo, y en el Islam se piensa que esta relación incluye a los ángeles, enviados como mensajeros divinos a la humanidad para instruirlos, informarlos o dirigirlos. Un ángel puede actuar también como guardián protector, como guerrero celestial, e incluso como poder cósmico. Más aún, la línea divisoria entre un ángel bueno y un ángel malo, o demonio, está a veces poco clara. Por lo tanto, los ángeles pueden describirse en general como poderes personificados mediadores entre lo divino y lo humano.
Incluso a pesar de su absoluto monoteísmo, adoración a un solo dios, el antiguo Israel fue capaz de asumir la imagen de un concilio de dioses convirtiendo a todos ellos en ángeles que sirven a un solo dios, lo mismo que los cortesanos terrenales sirven sólo a su rey. Esta aceptación de una creencia en la existencia de ángeles se desarrolló de forma relativamente fácil porque tanto los dioses menores como los ángeles podían ser llamados hijos de Dios. En el pensamiento hebreo tradicional, se asumía que los ángeles tenían la forma de varones humanos, por lo que podían ser confundidos con hombres. Después del periodo del exilio babilónico de Israel (597-538 a.C.), el pensamiento judío con respecto a los ángeles fue considerablemente alterado y enriquecido. Basándose en el arte mesopotámico, los artistas y escritores comenzaron a dotar de alas incluso a los serafines antropomórficos, y se desarrolló un interés por las prendas de los ángeles, sus nombres y sus categorías. Además de la influencia mesopotámica, la tradición dualista persa añadió otra dimensión a la angeolología hebrea postulando ángeles hostiles y destructivos que se rebelaban contra Dios. La secta judía Qumran, o de los Esenios, por ejemplo, veía el mundo como un campo de batalla, la escena de un combate entre el espíritu de la Verdad y el espíritu del Mal, este último, un poder demoníaco opuesto a Dios llamado Belial. Posteriores desarrollos, tanto en el judaísmo como en la cristiandad, mostraron un importante crecimiento del mundo angélico, no menor al hecho de la continuidad de la antigua práctica de aceptar a los dioses de religiones politeísticas convirtiéndolos en querubines. Aunque la creencia en los ángeles es ampliamente testificada en la Biblia, muchos teólogos, a pesar de todo, sugieren que el concepto fue adoptado por los escritores bíblicos tanto como mecanismo literario para personificar la presencia divina, como un medio para degradar a los dioses de religiones politeístas. Basándose en las tradiciones del judaísmo y el cristianismo, que eran consideradas como auténticas revelaciones anteriores a la revelación final de Mahoma, el Islam desarrolló su propia jerarquía angélica. Muchos de ellos, tales como los arcángeles Miguel y Gabriel o los portadores del trono de Alá (un león, un águila, un toro y un hombre), muestran su clara inspiración judeo-cristiana. La religión preislámica árabe era politeísta, lo que explica el desarrollo en el Islam de una jerarquía de tales espíritus celestes.
Que los ángeles son enviados a la Tierra para cumplir misiones defensivas contra el mal lo indican los textos religiosos. Así el ángel iraní Vophu Manah o espíritu del bien le llevo la palabra divina a Zoroastro hace más de 2500 años, y el arcángel Gabriel le dictó el Corán al profeta Mahoma un milenio después, corporizándose ante el como lo había hecho siglos atrás ante la Virgen María, para anunciarle que Dios la había elegido para ser madre de Jesús.
Pero antes de todo esto Dios le asignó a cada mortal, por infiel o pecador que fuera, un custodio celestial especifico: el ángel de la guarda, sin duda el más popular entre las miríadas de ángeles destinados a cuidar desde las órbitas planetarias hasta el crecimiento de las plantas, pasando por la salud, las artes y el estado de ánimo. Esto sin incluirlas legiones de ángeles desterrados que Lucifer envía a boicotear cuando les sea posible, la obra del Creador.
En los antiguos ritos indoeuropeos, los ángeles nacían de cinco años y en un repollo. En los primeros relatos del Antiguo Testamento, los ángeles seducían a las mujeres hermosas. Esta circunstancia desapareció en tiempos de Jesús: por entonces las criaturas celestiales estaban instaladas en esferas celestiales muy elevadas y de ningún modo podían tener contacto con los humanos. Lo cierto es que los ángeles no aparecen en el arte cristiano antes del siglo IV d. C., tal vez porque los antiguos judíos tenían prohibida su representación figurativa y en términos sintéticos, sus rasgos físicos parecen provenir del arte asirio a través del legado griego y romano. No obstante las Crónicas de Enoc, inmensa recopilación de textos primitivos hecha en el siglo II a, C., detallaban el aspecto y el hábito de los ángeles y demonios. Crónicas a las que San Jerónimo declaró apócrifas precisamente unos 400 años después de Cristo, condenando su visión maniqueísta del bien y del mal enfrentados a muerte, pero sin poder impedir su definitivo ingreso al Antiguo Testamento. Si bien ese santo logró minimizar los sórdidos poderes de los ángeles malos y destacar las luminosas virtudes de los buenos, luego ya en tiempos del Nuevo Testamento, su doble esfuerzo pasó al olvido: ahí apareció claramente como un tercio de todos los ángeles del cielo se reveló contra Dios bajo la influencia de Lucifer, y tras su derrota en el combate, lo siguieron al infierno.
En la historia de la humanidad, ningún dilema suscitó tantas y tan largas controversias como la existencia del Bien y el Mal, representados desde siempre por ángeles y demonios ya presentes en el año 4241 a.c en Egipto, y en Asiría y Babilonia en el siglo XXIX a.C.
Por ese entonces, Marduk era la única deidad alada y los babilonios difundían su creencia en seres bondadosos y etéreos que protegían uno por uno a cada simple mortal: los ángeles custodios, defensores del hombre contra toda influencia maligna.
Para Zoroastro, el Mesías persa del siglo VII a.C., la vida era regida por dos principios: la luz y las tinieblas, en un eterno antagonismo. Con estos antecedentes, el relato bíblico da cuenta de un Dios omnisciente que creó a los ángeles sólo para cumplir un rol de emisarios cósmico, y también de cómo nacieron los ángeles caídos o demonios. El ángel más amado por Dios, quiso ser tan perfecto como su creador y, en abierto desafio a su poder supremo, organizó ejércitos de ángeles rebeldes que condujo hasta las mismas puertas del cielo. En el Apocalipsis, San Juan narra dramáticamente la batalla entre los ángeles leales guiados por San Miguel Arcángel, lo que también figura en una parte del Corán, incluyendo las denominaciones Ibis y Shaitan, que en occidente significan Diablo y Satán.

viernes, 11 de abril de 2008

Adriano, el Emperador diferente

Fue un gobernante magistral, quizás el mejor que tuvo Roma. No participó en conquistas gloriosas ni se entregó alas más disparatadas orgías. Trajo la paz a las fronteras del Imperio y mejoró notablemente la vida de sus súbditos. Un pueblo, no obstante, que nunca le colocó en el majestuoso lugar que le correspondía, probablemente porque jamás entendió al hombre que habitaba en Adriano: un emperador que desconcertaba e irritaba a partes iguales.
Muchos biógrafos han intentado descifrar el enigma de Adriano, quién era y qué pensaba realmente, pero sólo han podido aportar conjeturas. Aquel militar de origen hispano, ascendido a emperador en oscuras circunstancias se envolvió de sordos silencios y de inexplicables incoherencias. Su carrera parecía concienzudamente planeada para suceder en el trono a su pariente Trajano; sin embargo, jamás dio muestras de una desmesurada sed de poder, y tampoco pudo probarse que maquinara plan alguno para desbancar a otros aspirantes.
Sabedor de su enorme capacidad intelectual, su trato con los demás oscilaba entre la generosidad y la humillación. Pragmático, distante y poco dado a las muestras de afecto, fue en cambio un profundo amante del arte y la poesía, y demostró un dolor casi extravagante cuando la muerte liquidó su célebre romance con el joven Antinoo. Le llamaron en su tiempo: algo así como “el hombre de las mil caras”.
Una muestra del complejo carácter de Adriano: por un malévolo capricho, por el puro gusto de la sin razón o por motivos que sólo él conocía, jamás clarificó el lugar de su nacimiento, en el año 76 de nuestra Era. Algunas fuentes lo sitúan en Roma; otras, en Itálica (cerca de Hispalis, la actual Sevilla). Sí está claro que era de ascendencia hispana, que su padre fue un Pretor llamado Aelius Afer y que su madre, Domitia Paulina, era hija de una de las familias más ricas de Gades (Cádiz).
Cuando el pequeño Publius Aelius Hadrianus (éste era su nombre completo) contaba alrededor de diez años, su padre falleció. Un primo de éste, Trajano, pasó a ser su tutor. Su educación transcurrió en Roma, salvo una breve estancia de un año en Itálica, y muy pronto Trajano le conminó a enrolarse en el ejército: la fórmula más fácil de escalar posiciones en la sociedad romana. E1 primer peldaño para que aquel joven alcanzara algún día la cúspide apareció en el año 97: el emperador Nerva adoptaba a Trajano justo antes de morir y le nombraba su sucesor. Adriano accedió, por tanto, al círculo imperial, una ligazón que se incrementó al desposarse, tres años después, con Vibia Sabina, la sobrina del nuevo imperator.
Fue un matrimonio por interés? Seguramente. Pese a que ambos mantuvieron el enlace hasta su muerte, los cronistas hicieron manifiesta la total falta de amor entre ambos. Lo que no está claro es si Adriano maquinó solo la jugada o si se dejó llevar por los consejos de la que se alzaría como su más firme protectora (y, según se rumoreaba, amante ocasional): Pompeya Plotina, la esposa de Trajano.
Historiadores como Indro Montanelli preferirían la primera opción: "Nos cuesta, lo confesamos, admitir que un episodio tan fausto como el advenimiento del más grande emperador de la Antigüedad se debiera a una coincidencia fútil y más bien sucia como el adulterio", escribió.

Nombramiento sospechoso
La carrera militar y política de Adriano bajo el mandato de Trajano fue silenciosa, pero siempre ascendente. Tribuno militar de las legiones, cónsul a los 32 años (la edad mínima requerida) y, finalmente, legado de la provincia de Siria. Ocupaba este último puesto el 9 de agosto de 117 cuando una noticia surcó el Imperio: Pompeya Plotina y el prefecto de los pretorianos, Caelius Attianus, acababan de anunciar que Trajano, gravemente enfermo, había adoptado a Adriano como hijo y, por tanto, sucesor. Dos días después se hacía pública la noticia de la muerte del Emperador. A nadie escapaba lo extraño de la situación.
¿Por qué Trajano había esperado hasta último momento para adoptar a su sobrino segundo, un hombre al que había conocido desde que éste era un chiquillo?
La sospecha general lo atribuía a un oscuro plan urdido por Pompeya Plotina y Caelius Attianus, que, por cierto, había sido también tutor de Adriano. Trajano, según escribió un siglo después el historiador Dión Casio, murió en realidad el 8 de agosto, sin hijos y sin nombrar heredero alguno. La Emperatriz se habría encargado rápidamente de redactar aquel documento (ella adujo que el Emperador estaba demasiado enfermo para esperado hasta el último momento escribir) y, una vez anunciada y asegurada la sucesión, se habría dado la noticia de la muerte de Trajano. Nunca se supo ni se sabrá si Adriano estaba al tanto de aquellos supuestos enredos o si, una vez más, fue sólo la voluntad de sus protectores la que le permitió ascender otro peldaño, el definitivo en esta ocasión. El ejército le aceptó de buen grado y, en aquellos tiempos, eso significaba que Adriano, a sus 41 años, podía asumir sin problemas el título que eligió para sí: "Imperator Caesar Traianus Hadrianus Augustus".
Un gobierno pacífico ‑ E1 objetivo político de Adriano estuvo claro desde el principio: La Paz. Roma era un imperio marcial por naturaleza, vivía por y para la guerra. Sin embargo, aquella maquinaria que daba empleo a miles de hombres y aportaba nuevas conquistas y suculentos botines ya no era rentable: la economía del Imperio se hundía en un pozo sin fondo y las últimas campañas de Trajano en Asia no habían hecho más que empeorar las cosas.
Adriano detuvo en seco las guerras de expansión, abandonó los problemáticos dominios asiáticos más allá del río Éufrates y firmó la paz ‑o incluso la compró‑ con varios de los pueblos limítrofes con el Imperio. Sin embargo, no desarmó sus dominios: hizo fortificar las fronteras, mantuvo a los soldados en continuas maniobras, reorganizó la estructura y mejoró las instalaciones. Su estrategia era intimidar al enemigo sin necesidad de entrar en gravosos combates.
La visión de Adriano no era compartida por la totalidad de los capitostes romanos, y mucho menos por aquellos que ya habían ocupado cargos de importancia en la administración del belicoso Trajano.
Cuatro de ellos fueron acusados de conspiración y ejecutados al poco de ascender Adriano al poder. La reacción de éste fue insólita: juró públicamente que nada tenía que ver con el asunto y que la orden había partido del Senado a instancias de Caelius Attianus, lo que técnicamente era cierto (claro que Attianus, obedeciera o no órdenes de Adriano, actuó en beneficio de éste: otra vez la mano protectora despejaba el camino al nuevo emperador). Roma quedó estupefacta. Muchos gobernantes antes que él
habían estado detrás de auténticas carnicerías de conspiradores sin tener que dar explicaciones: la idea que se tenía de los gobernantes era que se encontraban por encima del bien y del mal. Al traspasar la culpa a otros, además, Adriano se ganó un enemigo de por vida: el Senado.
Lo cierto es que cuando se produjeron los asesinatos Adriano estaba en Oriente. O, mejor dicho, no había pisado Roma una sola vez desde que ascendió al poder (tardaría nueve meses). Su trato para con la ciudad imperial y todo lo que representaba rayó en el desdén. Nunca se preocupó gran cosa de anteponer a su nombre la ristra de cargos que los emperadores iban engrosando a lo largo de sus mandatos. En palacio, sustituyó las clásicas orgías por banquetes con charla intelectual. Siempre que pudo estuvo ausente de Roma para tratar los asuntos de provincias (que le inquietaron más que los capitalinos) sobre el terreno. Y en especial pasó largas temporadas en Atenas, el lugar donde fue más homenajeado y al que se sentía vinculado por su cultura, que le fascinaba.

Popular, pero insufrible.
E1 reinado de Adriano fue la cúspide de lo que Edward Gibbon, en su clásico Historia del declive y la caída del Imperio romano, calificó como "el período más feliz de la historia de la humanidad", que se extendió desde Nerva hasta Marco Aurelio. Su gran virtud fue su olfato para las decisiones prácticas, que tuvieran un impacto inmediato en el bienestar de sus súbditos: expandió el programa de reparto de alimentos entre los pobres (conocido como alimenta e instaurado por Trajano), estableció que los intereses que los súbditos pagaban por los préstamos recibidos del erario público sirvieran para el mantenimiento de los huérfanos; se negó a aceptar herencias de personas que hubieran dejado una familia que mantener (legar los bienes al Emperador era una costumbre
muy enraizada); modificó la ley por la cual se confiscaban las propiedades de los fugitivos y permitió que una parte se repartiera entre sus hijos; prohibió que se desmantelaran casas para reutilizar los materiales en otras ciudades; y desterró la práctica por la cual los amos podían condenar a sus esclavos a muerte sin pasar por la corte de justicia.
Otra de las características de sus reformas fue su obsesión por el orden: para aligerar la burocracia estatal mandó quemar las escrituras de deudas consideradas incobrables y, para dotar de coherencia a la administración de justicia, ordenó compilar los edictos promulgados por pretores y ediles.
La cercanía que podía ganar con la popularidad de su política, sin embargo, la perdía con su exagerada rigidez para con los festejos y su suficiencia en el trato con funcionarios e intelectuales. "No gobernó buscando la adulación",escribió Dión Casio.
Detestaba que los poderosos se enriquecieran injustamente, aunque él mismo era proclive a regalar ingentes sumas de dinero; nunca atendía visitas los días festivos por muy urgente que fuera el asunto; y, excepto para su cumpleaños (el 24 de enero), no permitía que se celebraran juegos de circo en su honor. Su perfección, por otra parte, resultaba irritante. Podía aparecer en cualquier lugar sin previo aviso y despachar tranquilamente los más variados asuntos, recordaba nombres, fechas y lugares con absoluta precisión, se percataba de los más mínimos errores en los documentos...
Nadie sabía cómo tratarle. "Era a la vez austero y afable, digno y juguetón, reflexivo e impulsivo, tacaño y generoso, esquivo y directo, cruel y piadoso." Así le definió a finales del siglo IV el historiador Aelius Espartianus, quien concluía: "Y siempre, en cualquier aspecto, era variable".

Una sola pasión.
Las personas que más sufrieron el torbellino interior que parecía poseer a Adriano fueron su esposa y los intelectuales de los que gustaba rodearse. A Vibia Sabina la trató siempre con respeto y cordialidad, incluso la llevó consigo en sus viajes, pero jamás le dio muestras de un íntimo apasionamiento. Muchos matrimonios se concertaban por interés, pero los desposados, con el paso del tiempo, urdían un entramado sucedáneo del amor. Eso jamás sucedió con Adriano, y su esposa se vengó por ello: decidió que aquel "monstruo" ‑como le llamaba‑ jamás tendría un heredero y recurrió incluso al aborto para garantizarlo.
Las verdaderas aficiones del Emperador en momentos de ocio parecían ser los perros, los caballos, la caza y la charla con filósofos y poetas. Estos, sin embargo, tenían que soportar otro de los ocultos recovecos de su carácter: su vanidad y esnobismo. Disfrutaba desarmando dialécticamente a sus contrincantes (dado que nadie osaba llevar la contraria a un emperador, no encontraba demasiadas dificultades para ello) y le encantaba dejar boquiabierta a su audiencia proclamando sus arcaicos gustos literarios. Era un enamorado de la cultura griega, pero renegaba de Homero y Platón y encontraba poco interesantes algunas de las glorias latinas, como Cicerón o Virgilio.
Dos de los más grandes historiadores romanos, Tácito y Suetonio, fueron coetáneos de Adriano, aunque no gozaron de su favor. El segundo incluso fue despedido del cargo de secretario de la Emperatriz por irrespetuoso.
Erudito en numerosas disciplinas, un magnífico orador, tocaba la flauta y componía poemas de amor. Pero el auténtico amor parece ausente en su vida. O quizás estuvo presente en una ocasión. Un capítulo aparte en la vida de Adriano lo conforma Antinoo, el adolescente griego que apareció silenciosamente en la vida del Emperador cuando éste rozaba la cincuentena. Accedió a la corte por razones desconocidas, pero pronto se convirtió en aun alumno?, el hijo que el Emperador nunca tuvo?, ¿un amante? Nunca se ha sabido con certidumbre la verdadera naturaleza de la relación. No sería extraño que se tratara de una mezcla de todas, al más puro estilo de los efebos griegos, aunque la de amante es la opción con más predicamento. De hecho, de todos los emperadores ‑a excepción de Claudio‑ circularon habladurías sobre sus relaciones con personas de ambos sexos.
De lo que dejaron constancia los historiadores romanos es del impacto que causó en Adriano la muerte de Antinoo, ahogado en las aguas del Nilo cuando apenas tenía 20 años. El gobernante fue la mofa del Imperio por sus exageradas muestras de dolor, por la deificación de Antinoo, por las incontables estatuas del bello adolescente que mandó esculpir y por las ciudades que ordenó proyectar y rebautizar en su honor (una de ellas, Antinoopolis, se fundó en el lugar donde falleció).

La cuestión sucesoria.
De vuelta a Roma tras la muerte de Antinoo y una revuelta sofocada en Judea, el carácter de Adriano dio un giro radical: se agudizaron su cinismo e intransigencia. Contaba ya 60 años, estaba enfermo y había perdido el ímpetu de antaño para su trabajo. Sin embargo, tenía que afrontar una de las mayores decisiones de su vida: designar un he redero. El primer elegido fue un senador (del que se murmuraba que también era su amante) llamado Lucius Commodus, famoso por su belleza, frivolidad y gustos lujosos. La popularidad de Adriano, pese a los logros de su carrera, cayó en picado por aquella in sensata decisión. En cualquier caso, el he redero falleció antes que él a causa de una enfermedad. El segundo candidato fue otro senador, Antonino Pío, que fue mejor recibido y, a la postre, se demostró un magnífico emperador.
Adriano moría el 10 de julio de 138 en Baiae, en la bahía de Nápoles. Sus últimos días transcurrieron entre lamentos, tanto por los fuertes dolores que le aquejaban como por la frustración de no encontrar quien le administrara una dosis de veneno o una estocada letal. E1 hombre más poderoso del Imperio, aquel que podía quitar la vida de cualquiera de sus súbditos, no tuvo fuerzas o coraje para acabar con la suya de manera fulminante. El Senado, su enemigo desde los inicios, se aferró a la impopularidad de los últimos tiempos e inició un proceso para condenar su recuerdo Antonino Pío consiguió detener el proceso y lograr la justa deificación del emperador más lúcido, aunque inusual, que había conocido Roma.

jueves, 10 de abril de 2008

René Descartes, el misterio de su muerte

Fue uno de los protagonistas y porque no fundador de la filosofía moderna, vivió en el Siglo XVII, época en que la razón era protagonista por sobre las cuestiones místicas y religiosas. Mediante sus meditaciones y su método intentó dar respuesta al escepticismo reinante. Su teoría no fue el rechazo o la negación de la duda sino su aceptación hasta las últimas consecuencias. Es decir, utilizó la duda como método y sometió todo conocimiento a duda con el fin de encontrar una verdad de la que ya no pudiese dudar ni el más escéptico. Pero no estamos aquí para hacer un análisis de su pensamiento, sino el de un rumor que comenzó a tener firmeza poco después de su muerte. ¿Pudo Descartes morir asesinado por sus rivales intelectuales?

Formación Intelectual
Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye, en la Turena francesa. Pertenecía a una familia de la baja nobleza, siendo su padre, Joachin Descartes, Consejero en el Parlamento de Bretaña. La temprana muerte de su madre, Jeanne Brochard, pocos meses después de su nacimiento, le llevará a ser criado en casa de su abuela materna, a cargo de una nodriza a la que permanecerá ligado toda su vida.
A los ocho años, fue enviado a un nuevo colegio, fundado por el rey Enrique IV en La Flèche, una aldea 105 km al noroeste de La Haya. En esta escuela, que posteriormente se convirtió en la mas celebre de Europa, fue supervisado en su preparación humanística por jesuitas y estuvo bajo la tutela del padre Charlet, un pariente lejano que se convertiría en su "segundo padre" Durante los 10 años que pasó en La Flèche, René estudió a los autores clásicos griegos y latinos, adquirió práctica para escribir en francés y latín, estudió música y artes dramáticas e incluso dominó las caballerescas artes de la equitación y la esgrima. Al crecer, se interesó en la ciencia, cuya enseñanza no era otra cosa que las teorías de Aristóteles, de 2000 años de antigüedad, reinterpretadas por académicos medievales. Pero en la escuela jesuítica también se impartían los más recientes avances en matemáticas y astronomía.
El joven tenía una sed insaciable de conocimientos y poco después se vio a sí mismo en el límite del conocimiento de su época. Al descubrir errores y contradicciones en las enseñanzas de sus maestros, rehusó aceptar los enormes y graves vacíos en el mapa del conocimiento como si fuesen dictados por Dios. Luego de otros dos años en la Universidad de Poitiers, finalmente se tituló en leyes en 1616. Ahí terminaron los estudios formales del joven Descartes, pero rehusó ejercer la profesión de abogado y tampoco se sintió satisfecho con la vida contemplativa del académico. Así, anunció su plan de buscar el conocimiento viajando, observando y aprendiendo de lo que llamó "el libro del mundo"
Después de sus estudios opta por la carrera de las armas y se enrola en 1618, en Holanda, en las tropas de Maurice de Nassau, príncipe de Orange. Allí conocerá a un joven científico, Isaac Beeckman, para quien escribe pequeños trabajos de física, como "Sobre la presión del agua en un vaso" y "Sobre la caída de una piedra en el vacío", así como un compendio de música. Durante varios años mantienen una intensa y estrecha amistad, ejerciendo Beeckman una influencia decisiva sobre Descartes, sobre todo en la concepción de una física matemática, en la que había sido instruido por Beeckman. Continúa posteriormente sus investigaciones en geometría, álgebra y mecánica, orientado hacia la búsqueda de un método "científico" y universal.
La noche del 10 de noviembre de 1619 tiene tres sueños sucesivos que interpreta como un mensaje del cielo para consagrarse a su misión filosófica. La importancia que concede Descartes a estos sueños choca con las características que se le atribuyen ordinariamente a su sistema ( racionalismo), pero según el mismo Descartes nos relata, estarían en la base de su determinación de dedicarse a la filosofía, y contendrían ya la idea de la posibilidad de fundamentar con certeza el conocimiento y, con ello, reconstruir el edificio del saber sobre cimientos firmes y seguros. Habiéndose dotado con su método de una moral provisional, renuncia a su carrera en el ejército. De 1620 a 1628 viaja a través de Europa, residiendo en París entre los años 1625-28, dedicando su tiempo a las relaciones sociales y al estudio, entablando amistad con el cardenal Bérulle, quien le animará a desarrollar sus teorías en afinidad con el catolicismo. Durante este período se ejercita en su método, se libera de los prejuicios, acumula experiencias y elabora múltiples trabajos descubriendo especialmente en 1626 la ley de refracción de los rayos luminosos. También en esta época redacta las "Reglas para la dirección del espíritu", obra inacabada que expone lo esencial de su método.

"Pienso, luego existo"
En 1633 Descartes terminó el primer borrador de una extensa obra que se titularía Le Monde (El Mundo). Pero entonces recibió la noticia de que el astrónomo Galileo había sido condenado por la Iglesia Católica en Roma por adherirse a la teoría de que la Tierra gira alrededor del Sol, la cual Descartes apoyaba. Dejó de lado su manuscrito y durante los siguientes tres años escribió el libro en que definió su método científico en una forma que fuera aceptable para los teólogos eclesiásticos. En una época en que casi todos los libros académicos se escribían en latín, Descartes publicó el suyo en francés, con el título de Discours de la méthode (Discurso del método). Pero su cita más famosa se conoce en latín. Es su sonora demostración del poder de la mente: Cogito, ergo sum (Pienso, luego existo).
El Discurso de Descartes de 1637 postuló cuatro reglas para la investigación científica: 1) no dar por cierto algo que no parezca evidente, 2) dividir un problema en el mayor número posible de partes, 3) buscar primero soluciones para los problemas más simples y preceder paso a paso con los más complicados, y 4) revisar las conclusiones para asegurarse de que no hay omisiones.
El método de Descartes fue una doctrina revolucionaria en una época en la que se esperaba que el científico o filósofo respaldara sus teorías con citas de la Biblia o de obras eclesiásticas, y pronto tuvo muchos adversarios. Pero también tuvo importantes partidarios, entre ellos la reina Cristina de Suecia, que obtuvo las obras de Descartes por medio del embajador francés en su corte, e inició una correspondencia con él en 1647. Cristina heredó el trono a la muerte de su padre, Gustavo II Adolfo, cuando tenía seis años. Mientras que un regente gobernó el país a su nombre, Cristina fue educada en un medio rural alejado de la corte, pero se le dio la educación que normalmente se impartía a los jóvenes. Se prohibió a los extranjeros asistir al funeral de su padre, "para que no sepan de nuestra pobreza", explicó el concilio gobernante. Coronada a los 18 años en 1644, Cristina decidió corregir la desfavorable imagen que tenía Europa de su país.
La joven reina hizo de su corte el centro del arte y el conocimiento del norte de Europa, trayendo músicos y artistas de Alemania e Italia. Pero la estrella de este firmamento intelectual fue Descartes. La reina decidió atraer al académico francés desde su autoexilio en Holanda y nombrarlo filósofo residente de su corte en Estocolmo. Descartes, de 53 años, cedió con renuencia ante la insistencia de Cristina, y en el otoño de 1649 abordó un barco rumbo al que llamó Suecia.

Las madrugadas educativas, el invierno y la muerte.
Recibido ceremoniosamente en Estocolmo, Descartes fue asignado para escribir versos en francés para un ballet. Pero su principal obligación fue ser tutor de la reina, con una particularidad, la reina le cita en palacio cada mañana a las cinco de la madrugada para recibir sus lecciones. Descartes, de salud frágil y acostumbrado a permanecer escribiendo y leyendo en la cama hasta media mañana encuentra en esta obligación algo muy difícil de sobre llevar, por su parte su estudiante real resultó ser aplicada pero poco ilustrada para poder lograr reflexiones propias y si sumamos que la vida en la corte ofrecía poco estímulo intelectual para el filósofo francés, se puede decir que Descartes se encontraba decepcionado y con ganas de marcharse cuanto antes.
El invierno le resultó intolerable y se quejó de la estación diciendo que "se hielan hasta los pensamientos de los hombres". El 1° de febrero de 1650, a sólo cuatro meses de su llegada a Suecia, Descartes enfermó de un resfrío que se convirtió en pulmonía, o así se dijo entonces; murió 10 días después. Siendo católico en la Suecia protestante, Descartes fue sepultado en un cementerio normal mente destinado a niños no bautizados. El embajador francés grabó en la lápida una enigmática inscripción: "Expió los ataques de sus rivales con la inocencia de su vida." ¿quiénes eran los rivales? Cierto era que otros cortesanos tenían razones para envidiar la prominencia del visitante francés, quien era el primero entre los académicos y artistas atraídos por Cristina a Estocolmo. ¿Acaso había un motivo religioso para querer quitar a Descartes del camino? Secretamente, la reina protestante se inclinaba al catolicismo y se supone que se carteó con el Papa y recibió a dos emisarios secretos de Roma. ¿Es que Descartes influyó sobre la reina en su misión espiritual? De ser así, debió haber varios en Estocolmo que temieran de su poder sobre la impresionable y joven soberana y que tenían razones de peso para querer eliminarlo.

Comienzan los rumores de Asesinato.
Al poco tiempo de morir, se comenzaron a tejer rumores sobre una posible conspiración de los intelectuales de la corte de Suecia para alejar a Descarte de la reina, incluso las sospechas se extienden a la miembros de la iglesia protestante, quienes vieron en las doctrinas católicas del francés un peligro hacia la estabilidad de la religión de Estado. Hay quienes dicen que la ortodoxia protestante era demasiado severa y rígida para la joven reina y su curiosidad intelectual. Tal vez se sintió atraída por la peculiar percepción religiosa de Descartes, aunque no hay evidencia de que él estuviera relacionado con su conversión.
En el circulo intimo de los allegados a Descartes en Suecia, se puede decir que no logró estrechar amistad con nadie, siempre fueron muy distantes con él, participaban de sus charlas y debates, incluso escribió algunas reflexiones por encargo. Esta situación llevo a que varias veces sintiera necesidad de marcharse de ese lugar tan hostil para su persona.

La peregrinación de sus restos y el robo del cráneo.
Después de su muerte el cuerpo de Descartes había de permanecer aún en Suecia dieciséis años, hasta que en 1666 los amigos y admiradores del sabio en Francia se decidieron a gestionar el regreso a la patria de los restos del grande hombre. El primero de mayo se procedió a su exhumación del lugar en que reposaban, donde habían sido enterrados, por permiso especial de la reina, según el ritual de la Iglesia romana. Los huesos, debidamente embalados y sellados, fueron enviados a Copenhague. Allí, como los marineros daneses se negasen a transportarlos -pues para ellos navegar con un cuerpo muerto era mal presagio-, fue preciso fingir que se trataba de una mercancía cualquiera. Durante los tres meses de retraso ocasionados por este incidente se encargó de su custodia el embajador francés en Suecia, el caballero de Terlon. Por fin, el difunto fue admitido a bordo del buque, y en aquella forma, poco solemne pero expeditiva, el féretro atravesó Alemania, Holanda y Flandes sin obstáculos.
Como nadie es profeta en su tierra, el segundo tropiezo lo tuvo Descartes al llegar a Francia. Allí los aduaneros del proteccionista Colbert vigilaban para que no se introdujese en el país ningún artículo que pudiese socavar la preponderancia industrial francesa. Tuvieron que abrir el envoltorio, y visto su contenido, pasaron adelante. El féretro fue depositado al fin en la iglesia de Santa Genoveva. Antes de ser puesto en su morada final, el ataúd fue abierto para realizar una revisión y se hizo un macabro descubrimiento: el cráneo había sido sustraído.En el ataúd sólo se halló una tibia, un fémur, un cúbito y un radio; lo demás estaba pulverizado. Había también un hueso que se discutió durante largo tiempo si se trataba de un frontal. Pero es inverosímil que el cráneo hubiese quedado reducido a polvo antes que todo lo demás. El supuesto frontal, en todo caso, difícil de identificar, planteaba un enigma. En 1821, en carta fechada a 6 de abril, el químico sueco Berzelius manifestaba al paleontólogo Cuvier hallarse en posesión del auténtico cráneo de Descartes: no de un frontal ni unas mandíbulas, sino de una pieza casi entera a la que faltaba la mandíbula inferior.
Hay algunos indicios que hacen suponer que el cráneo fue robado en Suecia por el relato de unas Memorias de la reina Cristina de Suecia, fechadas en 1751, en que se dice siguiente: «No se debe pasar en silencio un hecho conocido por pocas personas... Un oficial de la guarnición de Estocolmo, comisionado para exhumar el féretro de Descartes cuando se trataba de transportarlo a Francia, habría hallado un modo de abrirlo, extrajo el cráneo del difunto, que conservó consigo durante el resto de sus días, muy cuidadosamente, como uno de los mejores recuerdos de aquel gran filósofo. Después de la muerte del oficial sus acreedores, en lugar de dinero, no hallaron nada más que aquel cráneo, que ha pasado después a otras manos. Aquel oficial se llamaba Isaac Planstrom.» Pero el cráneo también fue devuelto a Francia y registrado desde 1878 en el inventario de especimenes anatómicos del Musée de L'Homme en París. Desafortunadamente, cabeza y cuerpo permanecen separados hasta hoy en día junto al río Sena.

Informe médico, 330 años después.
En 1980, el publicista y científico alemán Eike Pies clasificaba correspondencia de Willem Piso, su ancestro del siglo XVII, en los archivos de la Universidad de Leyden en Holanda. De pronto, dio con el recuento de un testigo de la muerte de Descartes, 330 años antes: era una carta escrita por el médico de la reina Cristina, Johann van Wullen, un renombrado galeno de esa misma época. "Como usted sabe, varios meses atrás Descartes llegó a Suecia para rendir homenaje a Su Serena Majestad la Reina", escribió Van Wullen. "Justo ahora, a la cuarta hora antes del alba, este hombre expiró... La Reina quiso ver esta carta antes de enviarla. quiso saber qué escribí a mis amigos acerca de la muerte de Descartes. Me ordenó estrictamente evitar que mi carta cayera en manos de extraños." Movido por la curiosidad, Piso siguió leyendo la peculiar información de la misiva. A continuación se detallaba día por día el progreso de la enfermedad final de Descartes. ¿Por qué, se preguntó Eike Pies, juzgó necesario el médico de la corte sueca escribir a su colega de Holanda acerca del curso de una enfermedad tan común como la pulmonía? ¿Por qué la reina en persona censuró las noticias acerca de la muerte de su renombrado huésped? En busca de otra opinión, Pies tradujo la carta, omitió nombres, lugares y fechas, y la entregó a un patólogo criminalista. El veredicto: los síntomas descritos en la carta de Van Wullen corresponden a intoxicación aguda por arsénico. Dañando el tracto intestinal, esta intoxicación produce intensas náuseas y dolores estomacales. Las membranas mucosas se hinchan, estallan los vasos sanguíneos y la sangre mezclada con los jugos gástricos forma una masa negra que se excreta por los intestinos o por medio de vómito. Estos síntomas no son los que se asocian con pulmonía.
¿Cómo se resuelve un crimen de tres siglos de antigüedad? Hay pocas posibilidades de hallar al culpable y ninguna de hacer un juicio. Pero se puede reunir evidencia, pues el arsénico se deposita en los huesos, uñas y pelo de la víctima, y puede ser hallado mucho tiempo tras la muerte. ¿Deberían exhumarse otra vez los restos? Muchos protestarían seguramente por esta nueva perturbación en aras de la remota posibilidad de descubrir un crimen que ocurrió hace tanto. Y hallar al culpable, si es que hubo alguno, es imposible, además de innecesario hasta cierto punto. Pero Descartes fue el primer promotor de la investigación científica. Aplicando las cuatro reglas postuladas en el Discurso del método, se podría decir lo siguiente: 1) no es un hecho evidente que haya muerto de pulmonía, 2) el problema podría dividirse en cuatro partes: ¿fue envenenado?, ¿cómo?, ¿por quién?, ¿por qué motivo?, 3) el problema más sencillo es la causa de la muerte y esto podría resolverse antes de los problemas más difíciles, si no insolubles, 4) revisar las conclusiones, para asegurar que no se cometieron errores, añadiría una nota que seguramente resultaría fascinante a la historia y una conclusión más interesante a la biografía de uno de los pensadores más profundos e influyentes en las páginas del conocimiento indagado por el hombre.

¿Envenenamiento con arsénico?
En su época, se anunció que Descartes murió de pulmonía a principios de 1650. Esta enfermedad se inicia con resfrío, temblores, fiebre y agudos dolores de pecho; los subsecuentes síntomas incluyen tos, jadeos y expectoración color óxido. En contraste, la carta de la época del médico de la corte, Johann van Wullen, a un colega holandés, muestra un cuadro totalmente distinto al que presentaba el filósofo: "Durante los primeros dos días, su sueño fue profundo y no comió, bebió ni tomó medicamento. El tercero y cuarto días estaba agitado y no durmió, aún sin comer o medicarse. Al quinto día fui llamado a su lecho, pero Descartes no quiso que le diera tratamiento. Como las señales inequívocas de la muerte próxima eran obvias, acepté gustosamente mantenerme alejado del moribundo. Al pasar el quinto y sexto días, se quejó de mareo y de fiebre interna. Al octavo día, de hipo y vómito negro. Luego tuvo respiración inestable y la mirada extraviada, presagiando la muerte. Al noveno día, todo estaba perdido. A la mañana del décimo día su alma regresó a Dios." Esta descripción del avance de la enfermedad final de René Descartes coincide mucho mejor con los síntomas de intoxicación aguda por arsénico que con los que son característicos de la pulmonía. Si se confía en la carta del médico Johann van Wullen, Descartes pudo ser víctima de un asesinato.

Conclusión.
Nunca sabremos con certeza, si René Descartes murió envenenado por un posible complot intelectual-religioso en Suecia, o si efectivamente el frío intenso del invierno le provocó una pulmonía que terminó con su vida. Indudablemente todo apunta a sostener la teoría del asesinato como la mas firme, pero ¿quien fue el autor de semejante complot? esta pregunta quedará sin respuesta hasta que algún hallazgo casual eche luz sobre las causas de la muerte del Filósofo.