jueves, 29 de enero de 2009

El Incidente Roswell

En 1947, Estados Unidos anunció el hallazgo de un platillo volador cerca de Roswell, Nuevo México. Horas después lo desmintió. ¿Qué hay detrás de esta historia?

Los titulares eran espectaculares: «La RAAF captura un platillo volador en un rancho de Roswell», "El Ejército declara que ha encontrado un disco volador", "El Ejército encuentra un platillo volador en un rancho de Nuevo México". El 8 de julio de 1947, el oficial de prensa de la base de las Fuerzas Aéreas estadounidenses en Roswell (Roswell Army Air Field, RAAF) había lanzado la noticia más importante del siglo.

La primicia se divulgó al mediodía, hora de Nuevo México, y debido a las diferencias horarias en EE UU llegó tarde a la mayoría de los periódicos de la mañana, pero apareció en algunos vespertinos. La nota de prensa inicial fue ampliada por la base aérea, y tanto la oficina del sheriff como los periódicos locales fueron asediados por una ansiosa opinión pública. De pronto, en medio de tanta expectación, el Ejército cambió su versión: no era un ovni, sino sólo un globo.

Los titulares del día siguiente daban por zanjada la historia: "La noticia sobre los platillos voladores pierde interés; el "disco" de Nuevo México es sólo un globo meteorológico". Durante algunos días, en muchos periódicos aparecieron imágenes de los supuestos restos, y luego cesó la información sobre el incidente durante treinta años.

La historia del platillo accidentado habría permanecido ignorada de no haber sido por una conversación casual entre el físico nuclear Stanton Friedman y el director de una televisión de Luisiana. Un día de 1978, mientras esperaba para ser entrevistado acerca de sus trabajos sobre ovnis, Friedman entabló conversación con el director de la emisora, quien le dijo que debía hablar con un hombre llamado Jesse Marcel. "Cuando estuvo en el Ejército, Marcel llegó a tocar fragmentos de uno de esos platillos voladores. Ahora vive en Houma, Luisiana."

Un testigo presencial

Al día siguiente, Friedman se puso en contacto con Jesse Marcel, oficial de información de la RAAF cuando ocurrió el presunto accidente, cerca de Corona, a 120 km de Roswell. Marcel dijo que se le ordenó recoger los restos y entregarlos en Wright Field (Ohio), donde el Ejército almacenaba material capturado al enemigo. No recordaba las fechas exactas.

Mientras esto sucedía, el oficial de prensa, Walter Haut, anunciaba oficialmente la noticia, que sería desmentida ese mismo día afirmando que se trataba de un globo meteorológico.

El ufólogo William Moore, que colaboraba con Friedman, obtuvo el relato de un testigo que daba un marco temporal a los acontecimientos. En el primer número de Flying Saucer Review, la presentadora de televisión Hughie Green declaraba que, cerca de Filadelfia, escuchó en la radio del coche que el Ejército había recuperado un ovni. Trató de averiguar algo más sobre el caso, pero no lo consiguió. Aunque no fuera mucho, tenía una fecha: finales de junio o principios de julio de 1947.

Investigación en profundidad

Moore encontró los periódicos del 8 de julio de 1947 que cubrían el suceso de Corona-Roswell. En los artículos aparecían las fechas y los nombres del ranchero, el sheriff y el personal de la RAAF. Friedman y Moore entrevistaron a 62 personas relacionadas con el acontecimiento, entre ellas Bill Brazel (hijo del ranchero que halló los restos), algunos vecinos -como Loretta Proctor- que incluso habían recogido piezas, y el hijo de Jesse Marcel.

Haut, el oficial de prensa que había dado a conocer la historia, aún vivía en Roswell, y gracias a su anuario se pudo localizar a otros testigos y obtener detalles del suceso. En 1986, Friedman y Moore ya habían entrevistado a 92 personas y publicado seis artículos. Friedman convenció a los productores de Misterios Sin Resolver de la conveniencia de emitir un reportaje sobre Roswell en su programa en la NBC-TV. En agosto de 1989, mientras filmaban en Roswell, Friedman conoció a Glenn Dennis, antiguo trabajador de la Funeraria Ballard, que prestaba sus servicios a la base aérea.

Por primera vez, Glenn mencionó las anomalías habidas en el hospital de la base en el verano de 1947. No sólo fue consultado sobre la manera de tratar "cuerpos pequeños", sino que fue expulsado por la fuerza del hospital en su siguiente visita.

¿Tenían cuerpos de extraterrestres hallados en el lugar del accidente? Dennis así lo cree. Según dice, conoció a una enfermera de la base que le comentó que dos doctores habían practicado la autopsia a unos cadáveres "muy malolientes". Según Dennis, esos cuerpos tenían la piel grisácea, cabezas grandes, hendiduras u orificios como nariz, orejas y boca, cuatro finos dedos, sin pulgar, y carecían de pelo. Después de varios encuentros con Dennis, la enfermera desapareció, en apariencia trasladada a Gran Bretaña, pero cuando trató de ponerse en contacto con ella sus cartas le fueron devueltas con el sello "Difunta".

Esa emisión de Misterios sin resolver en septiembre de 1989, fue todo un éxito: fue vista por 28 millones de personas en EE UU. Le siguió una avalancha de libros, programas de TV y ataques de detractores. Por entonces, los investigadores se habían dividido en dos facciones: si bien ambas estaban de acuerdo en que se había estrellado un ovni en el rancho Foster, una, en la que figuraba el propio Friedman, creía que había ocurrido un segundo accidente, en San Agustín (Nuevo México).

¿Otro OVNI?

La teoría de un segundo accidente se basa sobre todo en los testimonios de dos testigos clave. El primero, Gerald Anderson, se puso en contacto con Friedman después de ver en 1990, la reposición del documental de Misterios sin resolver En aquella época, el otro testigo, Grady Barnett, había relatado su historia a dos amigos que posteriormente informaron a Friedman.

Ambos testigos contaron casi lo mismo: el descubrimiento de los cuerpos de extraterrestres en el lugar del platillo accidentado. Según Anderson, uno de los alienígenas había sobrevivido al aterrizaje forzoso. Entretanto, empero, Barnett había fallecido y la historia de Anderson no pudo ser contrastada. Muchos ufólogos no acaban de creer en el accidente de San Agustín.

Los hechos de Corona gozan de una mayor credibilidad. En la obra de Friedman "Crash At Corona", escrita en colaboración con Don Berliner y publicada en 1992, se resuelven algunas de las incógnitas de la historia. Ahora sólo queda por ver qué puede dar de sí la desclasificación de la documentación oficial relativa al caso, ordenada en junio de 1997.

Roswell: La historia completa

La historia del accidente de Roswell empezó el 2 de julio de 1947, cuando Mac Brazel oyó una fuerte explosión en plena tormenta eléctrica.

A la mañana siguiente, Brazel, que era el administrador del rancho Foster, situado entre Roswell y la ciudad de Corona, salió a inspeccionar una bomba de agua. Por el camino descubrió una zona de un kilómetro de longitud sembrada de restos de un material que, cuando se doblaba, se volvía a enderezar espontáneamente.

También había trozos de lo que más tarde se vino a llamar las "viguetas en I", que tenían grabados unos extraños símbolos de color azul lavanda. Esas viguetas eran tan livianas como la madera de balsa y no podían romperse ni quemarse.

El 6 de junio, Brazel volvió al lugar, cargó los restos que pudo en su vieja camioneta y los entregó al sheriff de Roswell, quien a su vez los mostró al comandante Marcel. Éste los examinó y comentó que eran de un material muy extraño y totalmente diferente a lo que había visto.

Como oficial de información de la única unidad de bombardeo atómico del mundo, el parecer de Marcel merecía cierta credibilidad. El jefe de la base de Roswell, William Blanchard, ordenó a Marcel y a Sheridan W. Cavitt, un oficial de contraespionaje, que acompañasen al ranchero hasta el lugar y recogiesen los restos.

El hallazgo

En su libro "Crash At Corona", Friedman recoge el testimonio de Marcel: "Los restos estaban esparcidos por una superficie inmensa. No eran de algo que se hubiese estrellado o hubiese estallado al chocar con el suelo. Eran de algo que explotó mientras volaba a gran velocidad. Mi opinión como entendido en aviación es que aquello no era un globo meteorológico ni un avión ni un misil".

Los dos hombres cargaron en sus vehículos todos los trozos que pudieron, dejando una gran cantidad de ellos. En el viaje de regreso a Roswell, Marcel se detuvo en su casa para enseñar algunos de los restos a su esposa y a su hijo.

A la mañana siguiente, el coronel Blanchard ordenó que se aislase la zona. Envió un grupo de soldados y policías militares al rancho, y se procedió a una búsqueda minuciosa por toda la zona. De vuelta a Roswell, el teniente Haut, el oficial de prensa, anunció la captura de un plato volador. La noticia fue difundida por la radio local y apareció en las ediciones vespertinas de los periódicos de la zona.

Mientras tanto, el comandante Marcel recibió orden de embarcar los restos del presunto platillo volador en un B-29 y trasladarse con ellos a Wright Field (actual base de Wright-Patterson), en Ohio, haciendo escala en el cuartel general de la 8a. Fuerza Aérea, en Fort Worth (Texas).

Mientras, en Washington, el jefe del Mando Aéreo Estratégico había tenido noticia del caso y se había puesto en contacto con el jefe de Estado Mayor de Fort Worth, al que encargó que inventase una historia alternativa y que dejase la gestión del incidente en manos del general Roger Ramey, el jefe de esa base.

Cuando Marcel aterrizó en Fort Worth, Ramey le dijo que no comentase nada, que él se hacía cargo del asunto. Irving Newton, el meteorólogo de la base, llevó al lugar de los hechos unos trozos de un globo meteorológico y de un reflector de radar, hecho de hoja de aluminio y varillas de madera. Marcel posó con esos restos falsos y se dijo a la prensa que se había cometido un error, que no era un platillo volador, sino un reflector de radar.

La nueva versión de la historia fue emitida a las 17 horas, demasiado tarde para los periódicos, excepto para la última edición de Los Ángeles Herald Express. El subtítulo decía "El general cree que se trata de los fragmentos de un radar meteorológico".

Hallazgo de cuerpos

La limpieza del rancho Foster y de sus alrededores duró una semana, durante la cual se prohibió a Marcel que hablase con nadie. La búsqueda de restos se amplió y, dos días más tarde, se encontró el elemento principal del platillo volador y, a sólo 1.600 m de éste, los cadáveres de unos extraterrestres.

En 1990, Stanton Friedman entrevistó a un fotógrafo militar -identificado sólo como FB- que declaró haber visto unos cuerpos en un campo cercano a Corona. FB estaba destinado en la base aeronaval de Anacostia (Washington DC), cuando él y otro fotógrafo recibieron la orden de ir a Roswell. Una vez allí, los dos hombres fueron conducidos a una tienda montada en un campo y se les dijo que fotografiasen su contenido. "Vi cuatro cuerpos", afirmó FB. Las cabezas le parecieron desproporcionadamente grandes.

Desde enero de 1995, en más de treinta países se han difundido fragmentos de la supuesta autopsia de un extraterrestre. El aspecto del presunto alienígena de la película concuerda con las descripciones de algunos testigos oculares, y el cámara afirma haber rodado el reportaje el 31 de mayo de 1947, cerca de Socorro (Nuevo México). ¿Pudo ocurrir un tercer accidente ovni?.

miércoles, 28 de enero de 2009

Area 51: Dreamland

Porqué esta prohibido penetrar en esta zona de Nevada? ¿Esconden ovnis en estas montañas el gobierno Norteamericano? Un hombre dice saber la respuesta.

A unos 190 km al noroeste de Las Vegas, en el desierto de Nevada, los mapas oficiales se quedan en blanco. Es una zona con caminos, arroyos, montañas, edificios, y una pista de 9,5 km, pero sobre el papel no existe. Es como si hubiese cesado toda actividad humana en un área tan grande como Suiza o el Principado de Asturias (10.000 Km. de extensión aproximadamente).

El acceso está totalmente prohibido. Los carteles advierten: "Está autorizado el uso de armas letales". Su espacio aéreo es el más inviolable de Estados Unidos. Se trata del Polígono de Tiro y de Pruebas Nucleares de Nellis, llamado comúnmente Área 51. También recibe nombres como Dreamland, Groom Lake o Cuadrado Rojo.

¿Tecnología Alienígena?

Fundada en 1954 como una base secreta donde la Lockheed Aircraft Corporation pudiese desarrollar aviones espía para la CIA, el Área 51 sigue siendo la sede de algunos de los proyectos más revolucionarios de EE UU. Allí se probó el bombardero "stealth" Northrop B-2 , además de una serie de aviones nada convencionales. Siempre ha sido objeto del máximo secreto -las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (USAF) no admitieron su existencia hasta 1994-, ya que representa lo último en tecnología militar. El único problema, según algunos investigadores, es que ni la tecnología ni las técnicas son estadounidenses: provienen del espacio exterior.

Desde que se estableció el Área 51 varias personas declararon haber visto objetos extraños sobrevolando su espacio aéreo, pero las autoridades negaron los hechos. Sin embargo, uno de sus propios hombres declaró que por los cielos del Área 51 no sólo circulaban ovnis, sino que la USAF utilizaba activamente tecnología alienígena.

Robert "Bob" Lazar, que trabajó cinco meses en la base a partir de diciembre de 1988, hizo unas manifestaciones por televisión en mayo de 1989. Identificado como "Dennis" -su silueta aparecía a contraluz y su voz fue distorsionada electrónicamente- reveló que el Gobierno de EE.UU. estaba investigando nueve platillos voladores e intentaba adaptar la tecnología alienígena a sus propios fines. Añadió que tanto él como su mujer habían recibido varias amenazas de muerte.

En noviembre, decidió aparecer públicamente para evitar mayores riesgos. Describió un lugar secreto, conocido como S-4, cercano al lago Papoose, en el interior del Área 51, donde se guardaban las naves alienígenas. Explicó que él formaba parte de un equipo de 22 ingenieros contratados para investigar los sistemas de propulsión de los platillos.

En el Interior del S-4

Según lazar, el S-4 era un enorme complejo subterráneo que ocupaba toda una cordillera montañosa. Al principio, pensó que estaba trabajando con tecnología altamente sofisticada creada por el hombre, pero cuando entró en uno de los platillos se convenció de que era de otro mundo porque tanto su forma como sus dimensiones no parecían haber sido concebidas por humanos.

No tenía junturas aparentes, nada de soldaduras, ni pernos o remaches -dijo lazar Los bordes de todos los elementos eran redondos y suaves, como si estuviesen hechos con cera caliente sometida a un rápido proceso de enfriamiento. Según el testimonio, había troneras, arcos y delgadas sillas de sólo 30 cm de altura. Su unidad de propulsión era un objeto no mayor que una pelota de béisbol, que irradiaba un campo antigravitatorio a través de una columna hueca, emplazada verticalmente en el centro de la nave.

Lazar tuvo acceso a un memorando que confirmó sus sospechas. Había una cantidad impresionante de información sobre ovnis, incluso fotografías de autopsias de pequeños seres grises con grandes cabezas calvas. Se afirmaba que los alienígenas procedían de la galaxia Zeta Reticuli y se citaba un incidente, ocurrido en 1979, en el que los alienígenas mataron a varios guardias y científicos de la base. Todo ello le convenció de que estaba trabajando en una nave alienígena, creada por mentes alienígenas con materiales alienígenas.

Él nunca afirmó categóricamente que viera alienígenas en el S-4, pero sí vio algo extraño. Andando por un pasillo pudo observar, a través de una puerta entreabierta, a dos hombres con batas blancas mirando hacia abajo y hablando a algo pequeño con brazos largos. Sólo fue un vistazo rápido, pero no sé qué podía ser aquello, dijo lazar

Valorando las Pruebas

Son afirmaciones increíbles. Ahora bien, ¿estaba lazar adaptando a sus propios fines los lugares comunes de platillos voladores y hombrecillos grises o su historia prueba que son auténticos?

Según George Knapp, que entrevistó a lazar en la televisión, más de una docena de personas han aportado desde entonces datos que parecen apoyar las afirmaciones de lazar Tiene en su poder la grabación en video de un testimonio que estuvo a cargo de importantes planes militares. Asegura que las autoridades conocen la tecnología alienígena y han tenido en su poder a alienígenas desde los años cincuenta. Sin embargo, el video no será emitido públicamente mientras ese hombre esté vivo, ya que todos los testigos quieren permanecer en el anonimato por temor a las consecuencias.

Amenazas de Muerte

Otro periodista que investigaba el Área 51 abandonó por miedo a las represalias. Un ingeniero electrónico dijo que había visto un platillo volante y estaba dispuesto a declararlo en un programa de televisión. Se echó atrás al percatarse de que era vigilado. Otro testigo fue amenazado directamente: "Sabemos que viaja mucho -le dijeron-, y no nos gustaría que usted o su familia sufrieran un accidente".

Ante la cámara, lazar se muestra frío, calmado y sin pretensiones. No alardea de conocimientos en temas que no domina. Ha contado siempre la misma historia, lo cual no es habitual en los falsos testigos. Pero él mismo tiene algunas lagunas: no ha podido demostrar documentalmente sus dos diplomas obtenidos en prestigiosas universidades norteamericanas, está arruinado y fue declarado culpable de regentar un burdel. Los motivos de lazar para dejar el anonimato son también dudosos. Asegura que lo hizo porque pensó que no dar la cara era un insulto para la ciencia y los ciudadanos de su país. Sin embargo, sus bocetos de la nave alienígena se han comercializado en forma de maqueta y ha vendido los derechos de su historia para hacer una película.

Lazar asegura que, entre 1982 y 1984, trabajó para la Iniciativa de Defensa Estratégica (la guerra de las galaxias) en el Laboratorio Nacional de Los Alamos, en Nuevo México, lo cual fue negado rotundamente por las autoridades, asegurando que no había ningún documento que probase dicho empleo Pero durante su investigación, el periodista George Knapp vio que el nombre de lazar constaba en el directorio telefónico interno de Los Alamos. Por otra parte, parece confirmarse por la declaración de la renta.

Desde entonces han salido a la luz mas datos. En 1995, una empresa alemana distribuyó un video titulado Secrets of the Black World, en el que aparecen varios testigos que aportan más información sobre lo que ocurría en el Área 51.


¿A prueba de vídeo?

Norio Hayakawa, de una emisora de TV japonesa, capturó en imágenes la fugaz aparición de un objeto que se elevaba desde el Área 51. Filmó una luz resplandeciente, que se deslizaba por el cielo sobre las montañas. Un posterior análisis de la película por computadora llevó a Hayakawa a concluir que "definitivamente el objeto no es un avión convencional".

Otras muchas filmaciones muestran un objeto brillante que se desplaza por el cielo a velocidades increíbles y que ejecuta maniobras presuntamente imposibles. Uno de ellos se aproximó a un equipo de la NBC, y sus miembros regresaron con quemaduras producidas por radiaciones radiactivas. Algunos llegaron más lejos, al parecer hasta el interior del S-4, y filmaron una habitación llena de sarcófagos metálicos donde se almacenan alienígenas muertos.

Desgraciadamente, captar un ovni en película o en cinta de video no es una prueba definitiva de su existencia. En Secrets of the Black World pueden verse dos platillos voladores, pero uno de ellos tiene el aspecto de un reactor volando a poca altura y el otro era una secuencia mal montada de un "cubo de basura volador".

A pesar de todo, muchos piensan que está ocurriendo algo en el desierto de Nevada. "Hay por lo menos ocho Black Programs volando por el Área 51", asevera el escritor aeronáutico Jim Goodall. Los Black Programs son proyectos secretos del Gobierno, como el bombardero "stealth". que incluyen asombrosas pruebas de velocidad y maniobrabilidad que pueden hacer pensar a muchos que se trata de platillos voladores.

Goodall cree que las aeronaves de las que habla son silenciosas e increíblemente rápidas, como una que abandonó el Área 51 y fue detectada por un radar volando a más de 16.000 km h. Goodall pone en duda que tales velocidades estén al alcance de la tecnología humana. Cuando Goodall preguntó al ex presidente de Lockheed si creía en la existencia de los ovnis, éste respondió: "Sí. Estoy plenamente convencido de su existencia".

Relación con el Majestic-12

Lazar aseguró que los operarios que trabajaban en la zona S-4 llevaban distintivos con la palabra MAJ impresa. ¿Podría tener alguna relación con Majestic-12, el equipo de científicos creado con el máximo secreto por el presidente de EE.UU. en 1947 para investigar los platillos voladores?.

martes, 27 de enero de 2009

Encuentros con humanoides

Cientos de personas normales y corrientes han informado acerca de "encuentros en la tercera fase". Pero los relatos de secuestros realizados por humanoides resultan aún más sorprendentes.

¿Son los humanoides ocupantes de los OVNIS -y los propios OVNIS- simples imágenes proyectadas para que testigos sensibles las vean? Quizás estas proyecciones se propongan poner a prueba las reacciones de determinados testigos al control hipnótico. Y quizás solo los sujetos menos sensibles -los que experimentan un trance poco profundo- informan acerca de sus "encuentros". Y, por supuesto, aquellos que no son sensibles al hipnotismo no tienen ningún encuentro del que informar.

Pero, para aquellos que son susceptibles a hipnosis -los sujetos de "trance profundo"- la historia puede ser muy diferente. Muchos testigos de OVNIS o de susocupantes humanoides han sufrido "amnesias temporales" inexplicables. En los últimos años se han obtenido testimonios haciendo recordar estos "lapsus" a sujetos en trance profundo. Bajo hipnosis, revelan frecuentemente que sus mentes han sido manipuladas por quienquiera que controle los OVNIS, hasta el punto de haber sido "secuestrados" mentalmente, quizás con propósitos experimentales.


Encuentros en la cuarta fase

El secuestro físico o mental por OVNIS se denomina ahora "encuentro en la cuarta fase" (E 4), aunque no forma parte de la clasificación original de los encuentros del doctor J.A. Hynek. La conexión entre los E 3 (o informes de "contactos") y los siniestros E 4 puede verse claramente en los siguientes casos.

A las 11.30 de la noche, el 17 de marzo de 1978, el mecánico Ken Edwards, que volvía a casa después de una reunión sindical en Manchester, tomó una salida de la autopista. Esta salida está flanqueada, tiene terraplenes a ambos lados y pasa junto a una planta de energía atómica rodeada por un muro de seguridad de 3 metros de altura, que está construido encima de los terraplenes. Las luces largas permitieron a Ken ver una figura de dos metros de estatura que bajaba por un terraplén. Se inclinaba hacia adelante al andar, manteniendo los brazos en la misma dirección, de modo que parecía imposible que pudiera mantener el equilibrio. Además, los brazos parecían salir de su pecho, no de sus hombros. El ser llevaba un traje plateado y un casco que sólo permitió a Ken distinguir dos ojos redondos.

Ken detuvo su furgoneta en el arcén y observó, alarmado, cómo la figura se detenía en medio del camino y, desde unos 4,50 m de distancia miraba hacia él. Dos rayos de luz, estrechos como lápices, se proyectaron desde los ojos de la figura y le alcanzaron. Después de un rato, la figura siguió avanzando hacia la parte izquierda de la carretera, subió por el terraplén, pasó a través del muro de seguridad y desapareció.

Ken declaró después que sintió "una especie de parálisis" mientras los rayos estuvieron enfocados hacia él. Cuando fue entrevistado por la Red de Investigadores de OVNIS (UFOIN), Ken agregó que todo el encuentro duró entre cuatro y cinco minutos y que tardó cinco minutos más en llegar a su casa. Sin embargo, su esposa estaba segurísima de que había llegado a casa a las 12.30 y no a las 11.40 como era de esperar. Hay un lapso de tiempo sin explicación. En este caso no se menciona ningún OVNI, pero no sería extraño que hubiera habido alguno por los alrededores.

Otro encuentro terrorífico tuvo lugar en Belo Horizonte, Brasil. A las 7,30 de la tarde del 28 de agosto de 1963, tres niños estaban en el jardín de su casa, jugando junto a un pozo. Vieron un objeto esférico que flotaba en el aire, a unos 5 metros sobre el jardín. Era transparente y estaba iluminado por dentro, de modo que pudieron ver a sus cuatro ocupantes, sentados en taburetes. Uno parecía manipular un panel de instrumentos y todos llevaban ropa parecida a la de los buceadores.

Uno de ellos salió por la parte inferior de la nave y descendió, inmóvil y erguido, entre dos haces de luz amarillenta. Andando con decisión y balanceando los brazos, el ser fue hacia ellos. Miró a los niños con su único ojo, hizo algunos gestos con las manos, emitió extraños sonidos y después se sentó en el brocal del pozo.

Uno de los niños luchó contra la "parálisis" que sentía en presencia de la criatura y logró tomar un ladrillo. Instantáneamente, el ser emitió un rayo de luz, que salía de su parte central, hacia él y el ladrillo cayó de su mano. Después de hacer más gestos, la criatura se alejó y se elevó flotando por el rayo de luz hasta la nave; en ese momento se produjo un gran resplandor y la esfera se elevó por el cielo oscuro. Liberados súbitamente de su extraña parálisis, los niños corrieron hacia la casa llamando a gritos a su madre.

¿Humanoide u Holograma?

A eso de las 8.40 de la noche, el 7 de enero de 1974, un hombre de negocios belga conducía su coche cerca de Warneton, en la frontera con Francia, cuando de repente los faros se apagaron, el motor se detuvo y la radio enmudeció. Puso el freno de mano y vio en un campo, a unos 150 metros de distancia, un objeto "parecido al casco de un soldado inglés" apoyado sobre tres patas. Entonces, sintiendo un temor creciente, se dio cuenta de que dos extrañas figuras se acercaban a él. La más pequeña, que se parecía mucho al hombrecillo de la publicidad de "Michelin", llevaba un casco redondo, tenía ojos como canicas y un tajo en lugar de boca. La más alta llevaba una especie de uniforme, un cinturón con balas y un casco cúbico. Sus caras parecían idénticas. El ser más alto abrió la boca y el alarmado hombre de negocios sintió una conmoción en la nuca y oyó un sonido modulado. En ese momento, apareció otro coche a lo lejos. Los dos seres se volvieron al unísono y se dirigieron rígida pero ágilmente, haciendo movimientos idénticos y sin que el abundante barro los molestara, hacia su nave donde se reunieron con una tercera criatura similar. Todos entraron en el objeto; las piernas de la máquina desaparecieron, se elevó y se esfumó, justo en el momento en que el otro coche llegaba al lugar.

Si estos informes detallados y diferentes narran casos de proyecciones, ¿cómo las hacen? En un artículo publicado en la Flying Saucer Review en 1980, J.G. Adams consideraba algunos rasgos de otros informes sobre humanoides en los que éstos sólo eran parcialmente visibles y a los que se puede agregar el caso de Oscar Iriart, en Argentina, quien quedó intrigado al ver que los seres que encontró en 1968 tenían únicamente piernas transparentes. El señor Adams hace una lista de seres que han sido vistos "de pie" en el aire, otros que se deslizaban sobre el suelo, los que aparecían rodeados por un halo y los que se desvanecieron o desaparecieron bruscamente. Todos esos fenómenos, dice, son rasgos típicos de los hologramas.

Técnicamente, tenemos la posibilidad de "proyectar en el espacio abierto un objeto que sea visualmente sólido" usando un rayo de luz -especialmente un rayo láser- y una lámina transparente que "contiene la imagen y no tiene porqué ser tan grande como la imagen resultante de la proyección...". Anomalías tales como las imágenes parciales pueden ocurrir cuando el rayo es oscurecido. Los humanoides observados con tanta frecuencia, ¿serán producidos por una variante de la holografía que tiene la posibilidad de penetrar en la mente humana?

Secuestrados por extraterrestres

El 1ero de julio de 1965, el granjero Maurice Masse andaba por un viñedo contiguo a uno de sus campos de lavanda en Valensole, Basses Alpes, Francia, cuando vio en el campo un objeto que tenía la forma de un balón de rugby y el tamaño de un coche Dauphine. Cerca había dos seres pequeños (descritos como "del tamaño y la complexión de un niño de ocho años") que estaban recogiendo flores de lavanda. Masse se dirigió hacia ellos sin vacilar, pero fue visto por una de las criaturas que lo apuntó con una "vara"; quedó inmóvil, "paralizado". Cuando las criaturas volvieron a su nave lo hicieron "subiendo como burbujas por un haz luminoso". El inmovilizado granjero los vio a través de las paredes transparentes de su máquina. Hubo un ruido sordo, las patas de la nave giraron, el objeto flotó, alejándose, y acabó desvaneciéndose a 20 metros de distancia.

Parece significativo que las características faciales de las criaturas de Valensole fueran similares a las de los seres que participaron en un clásico de E 4: el secuestro de Betty y Barney Hill en New Hampshire en 1961, para un "examen médico" y de los que secuestraron a António Villas Boas en Minas Gerais, Brasil, en 1957, para examinarlo y llevar a cabo experimentos sexuales.
A medida que disponemos de más informes, han empezado a surgir de ellos fascinantes parecidos y pautas de conducta humanoide, incluso en casos en que testigos no conocían las historias de otros contactos en otras partes del mundo.

Y ahora, consideremos un último caso que podría darnos algunas pistas acerca de lo que puede estar sucediendo.
A primera hora del 31 de mayo de 1974 una pareja joven, Peter y Frances, iba en coche desde Salisbury (en lo que entonces era Rhodesia) hacia Durban, en Sudáfrica, por el puente de Beit. Su coche, un Peugeot 404, fue escoltado por un objeto brillante desde cerca de Umvuma hasta las inmediaciones de Fort Victoria. Todas las luces desaparecieron, salvo un extraño resplandor en la parte exterior del coche que, aparentemente, no era controlado por su conductor; hacía mucho frío; la radio siguió transmitiendo un programa de Lourenzo Marques mucho después de que su alcance normal hubiese sido sobrepasado. En Fort Victoria, cuando se detuvieron para poner gasolina, el OVNI se elevó y desapareció temporalmente. Reemprendieron la marcha a las 5.30 de la mañana. Ahora los escoltaban dos OVNIS: uno estaba exactamente encima de ellos.

El terreno seco familiar cambió súbitamente y apareció una vegetación tropical y pantanos; el camino se hizo más recto. Peter estaba en un estado semicomatoso; una fuerza ajena a él controlaba el coche. Frances se durmió a las 6.15 de la mañana. Despertó alrededor de las 7, cuando estaban a algo más de un kilómetro del puente Beit. Nuevamente, los OVNIS se elevaron mucho, como si obedecieran a una señal.
Los funcionarios de la frontera rieron cuando vieron a la pareja envuelta en mantas en una estupenda mañana cálida. Cuando cruzaron el puente y fueron a poner gasolina en Sudáfrica descubrieron -atónitos- que el depósito seguía lleno. ¡El coche no había consumido prácticamente nada en un viaje de 280 kilómetros!

Eso era todo lo que recordaban Peter y Frances de su extraño viaje. Pero, seis meses después, inquietos todavía por su extraña experiencia, se pusieron en contacto con el Natal Mercury de Durban, después de leer un articulo que trataba con comprensión de los testigos de un OVNI. Se llamó al investigador Carl van Vlierden quien, suponiendo que habían perdido la noción del tiempo, logró que un médico interrogara a Peter bajo hipnosis. El resultado fue un relato mucho más detallado del extraordinario encuentro.

De acuerdo con éste, cuando dejaron atrás Fort Victoria, el OVNI que estaba encima de ellos envió rayos de luz sobre el coche; usándolos y usando la radio lograron controlarlo. Colocaron pantallas a su alrededor y proyectaron en ellas escenas de vegetación tropical. El coche fue teleportado por encima del camino. Peter sintió lo que iba a ocurrir y luchó mentalmente contra la "invasión". Añadió que él y Frances fueron programados en el interior del coche y que su esposa se durmió a causa de la voz de "ellos", que hablaba por la radio del coche.

Parece que Frances no es un sujeto capaz de caer en un trance profundo pero Peter si, y además posee facultades psíquicas. Bajo hipnosis, manifestó que ellos lo habían descubierto en sólo siete segundos.

Más preguntas que respuestas

Un ser bajó por el rayo de luz y se sentó junto a la dormida Frances; podía adoptar cualquier forma que deseara. Peter dijo que entonces le enseñaron el interior del OVNI, por medio del haz que lo unía al coche. También se le comunicaron muchos datos acerca de los extraterrestres, gran número de los cuales viven -según le dijeron- entre nosotros, en la Tierra. Nunca intervienen directamente en nuestros asuntos, pero son los que planean, los que in fluyen, los que persuaden.

El resto del mensaje es bastante incoherente. En su estado consciente normal, Peter parece un joven sensato y práctico, que no prestaría atención a semejantes tonterías. Pero sigue en pie el hecho de que, hipnotizado, cuenta una extraordinaria historia, según la cual pretende haber sido secuestrado por extraterrestres. ¿Acaso ha sido elegido por alguien, en algún sitio, porque es un sujeto de trance profundo?

Los humanoides, ¿serán simples proyecciones de mentes extraterrestres o son imágenes que ya están en el subconsciente de los testigos y son extraídas y devueltas a él de un modo más impresionante, como sugería C. Maxwell Cade? Quizá los testigos constituyan meros instrumentos...: sus mentes subconscientes crean imágenes increíblemente reales para que sus mentes conscientes las registren como encuentros.

Y, quién sabe, quizás el tan criticado George Adamski era un sujeto de trance profundo, cuya mente había sido manipulada, implantando en ella imágenes fantásticas que él creyó reales. ¿Acaso "ellos" tienen interés en crear mártires ufológicos?
Si alguien, en algún lugar, está programando las mentes de testigos selectos para que las historias que cuentan puedan ser confirmadas y enriquecidas bajo hipnosis, ¿quién es y por qué ha organizado esta manipulación? Quizás estas criaturas desconocidas son, realmente -y usando sus propias palabras- "los que planean, los que influyen, los que persuaden."

lunes, 26 de enero de 2009

Ovnis en la Antigüedad

La historia de los avistamientos de objetos volantes no identificados y de la variada fenomenología que los acompaña, puede dividirse en dos grandes etapas: una que engloba los avistamientos habidos desde épocas prehistóricas hasta nuestro siglo XX, y otra que recoge los avistamientos contabilizados en la época tecnológica, desde aquellos nueve discos volantes que avistara Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 junto al monte Rainier, en Washington, hasta hoy.

Siempre han estado

Desde los albores de la humanidad como tal, el hombre acepta como lógica la existencia de fuerzas inteligentes, de seres supuestamente no humanos -dioses, ángeles, demonios y un sinfín de intermediarios- que intervienen directamente en el curso de nuestra vida sobre este planeta.

Los textos y legados que en el curso de los tiempos han ido reflejando el acontecer de la historia de la humanidad están salpicados de testimonios que ilustran la presencia permanente de objetos volantes que evolucionan de forma inteligente a baja altura sobre la superficie terrestre. La lista de tales avistamientos en todo el mundo y en todas las épocas prueba que la actuación y la intervención de una o de varias inteligencias distintas de la nuestra forman parte integrante y continuada de la historia de la humanidad.

Si prestamos oídos al bioquímico inglés Francis Crick -Premio Nobel en 1962 por haber descubierto la estructura del ADN-, habríamos sido creados por una supercivilización del espacio que en una época remota infectó al planeta Tierra con un microorganismo destinado a desarrollarse en el tiempo hasta llegar a ser lo que hoy somos los seres humanos. Otros científicos secundan este supuesto, como por ejemplo Vsevolod Troitsky, de la Academia de Ciencias de la URSS, para quien la Tierra es un campo de experimentación de nuevas formas de vida, controlado por seres superiores y desconocidos para nosotros.

Los más antiguos legados de la humanidad parecen refrendar estos supuestos. Aportaré solamente dos ejemplos.

En el Popol Vuh, el Libro del Consejo de los indios quichés, de la gran familia maya, se dice: «Y los Maestros Gigantes hablaron, así como los Dominadores, los Poderosos del Cielo: Es tiempo de concentrarse de nuevo sobre los signos de nuestro hombre construido, de nuestro hombre formado, como nuestro sostén, nuestro nutridor, nuestro invocador, nuestro conmemorador. Haced pues que seamos invocados, que seamos adorados, que seamos conmemorados, por el hombre construido, el hombre formado, el hombre maniquí, el hombre moldeado.»

Algo similar recoge la Epopeya de la Creación, cuando pone en boca del dios creador y solar babilonio Marduk las siguientes palabras: «Produciré un sumiso Primitivo; 'Hombre' será su nombre. Crearé un Obrero Primitivo. En él recaerá el servicio de los dioses, para que ellos puedan descansar tranquilos.»

Sigamos pues la pista histórica de la presencia de estos supuestos dioses -en realidad, nada más que seres inteligentes tecnológicamente superiores a nosotros- en la atmósfera terrestre.

Los Testimonios más Antiguos

El volumen II de la Introducción a la Ciencia Espacial, publicado por la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, incluye un capítulo de estudio de los OVNIs. Se afirma allí literalmente que «los OVNIs son objetos materiales que están, o bien pilotados, o controlados por control remoto por seres que son de fuera de este planeta». Y también se afirma que «las visiones OVNI parecen extenderse a lo largo ya de 47.000 años».

El testimonio acaso más antiguo que relaciona a los supuestos dioses con los objetos volantes no identificados, sea el que transmiten los aborígenes de los montes Kimberley, en el noroeste de Australia.

Cuentan que en tiempos remotos sus dioses trazaron sobre las rocas unos dibujos antropomorfos de notable tamaño, los Wandjinas, con rostros carentes de boca y rodeadas sus cabezas por uno o dos semicírculos en forma de herradura, con finas líneas que irradia el círculo exterior. Después de ello y de instruir a los nativos, los Wandjinas o dioses se transformaron en serpientes míticas y se refugiaron en charcos cercanos. Cuentan los nativos que de vez en cuando se les puede ver de noche en forma de luces que se mueven a gran altura.

A gran altura debió moverse también un desconocido aparato volador, inteligentemente guiado, hace ahora unos 11.000 años. Así se desprende de los datos recogidos en los mapas de Piri Reis, que se conservan en el museo Topkapi de Istanbul. Fueron trazados en 1513 por el almirante de las flotas turcas Piri Reis, y muestran fielmente los accidentes geográficos de las costas americanas, incluyendo los de la Antártida. Con la notable peculiaridad de que en ellos el extremo Sur de la Tierra de Fuego enlaza por medio de la estrecha lengua de tierra con la Antártida, allí en donde hoy en día las aguas del estrecho de Drake enlazan entre sí a los océanos Atlántico y Pacífico. Cotejados los mapas con las fotografía infrarrojas aéreas que reflejaban el perfil submarino, se llegó a la conclusión de que realmente había existido este puente de tierra entre el continente sudamericano y la Antártida a finales de la última glaciación; o sea, hace ahora unos 11.000 años. Piri Reis había reseñado en sus mapas con asombrosa exactitud costas, islas, bahías y montañas que en parte hoy ya no son visibles, sino que están cubiertas por una considerable capa de hielo. El propio almirante Piri Reis indicó, en los textos explicativos de sus mapas, que para su confección se había servido de otros mapas anteriores, entre ellos uno requisado a un marino que había formado parte de las tripulaciones de Cristóbal Colón, y que fue capturado en aguas peninsulares ibéricas. Debemos concluir que alguien trazó con perfección la orografía terrestre de aquella zona del globo hace 11.000 años. ¿Quién fue? El cartógrafo americano Arlington H. Mallery afirmó en su día que no podemos imaginarnos como se trazó un mapa tan preciso sin el concurso de la aviación.

Artilugios Volantes en la Antigua India

Vimos anteriormente como en su libro sagrado Popol Vuh, los indios quichés de la gran familia maya decían de nuestros creadores que éstos eran unos constructores. Damos ahora un salto en la geografía y nos vamos a la India, en donde podemos leer en la gran epopeya sánscrita del Mahabharata que precisamente Maia, el constructor, el ingeniero y arquitecto de los asuras, diseñó y construyó un gran habitáculo de metal, que fue trasladado al cielo. Era solamente uno de muchos habitáculos similares. Cada una de las divinidades Indra, Yama, Varuna, Kuvera y Brahma, disponía de uno de estos aparatos metálicos y voladores.

El gran sabio de la antigua tradición, Narada, explica que la ciudad volante de Indra se hallaba ininterrumpidamente en el espacio. Estaba rodeada de una pared blanca, que producía destellos de luz cuando el vehículo se desplazaba por el firmamento.

Otros aparatos automáticos se desplazaban libremente bajo agua y en las profundidades de los océanos de una forma similar a los modernos submarinos.

El texto sánscrito del Mahabharata se refiere normalmente a los aparatos volantes con el nombre de «vimanas».

Pero habla también de grandes ciudades -colonias- espaciales, de grandes ciudades submarinas, y de ciudades subterráneas.
Arjuna, una de la divinidades, disponía de un indestructible vehículo volador anfibio, pilotado por su ayudante Matali.

Todas estas construcciones y aparatos voladores, submarinos y subterráneos, están descritos en la epopeya del Mahabharata con gran lujo de detalles, con detalle de sus medidas y descripción de sus características.

También Valmiki, el autor de la otra gran epopeya hindú, el Ramayana, nos habla con absoluta naturalidad de los vehículos que -a voluntad de su piloto- volaban libremente por el aire. También eran metálicos y brillaban en el cielo.


Objetos Volantes Inteligentemente Guiados, en los textos bíblicos

Leemos en los textos bíblicos cómo el profeta Ezequiel nos narra su encuentro con un vehículo volante, que se le acercó tanto -junto al río Quebar, en la inmediaciones de Babilonia- que incluso vio a uno de sus tripulantes, el cual le habló a él personalmente.

Esta visión que Ezequiel tuvo, y que está descrita con lujo de detalles en los textos bíblicos, fue detenidamente analizada por el ingeniero de la agencia espacial norteamericana -la NASA- Josef Blumrich, quién concluyó que lo que vio el profeta fue efectivamente y sin ningún género de dudas una nave volante. Tanto es así, que dicho ingeniero -director de la Oficina de Construcción de Proyectos de la NASA-, rediseñó el aparato descrito por Ezequiel y patentó algunos de sus elementos.

También en la Biblia, la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra refleja con precisión los efectos de una explosión atómica, anunciada a Lot por dos emisarios que bajan de las alturas y comen alimentos en casa de su anfitrión.

Finalmente, en muchos pasajes de los textos bíblicos -comenzando por el libro del Exodo- se describen con detalle nubes inteligentemente guiadas. En el caso del libro citado, una de estas nubes -luminosa de noche y en forma de columna de humo de día- guía al pueblo de Israel en su huída de Egipto. Esta nube indica el camino a seguir, proporciona alimento, e incluso desciende hasta el suelo para que sus tripulantes (en este caso el mismo Yahveh) pueda dar órdenes verbales al caudillo de los hijos de Israel, Moisés.

El Ovni de Belén

La estrella de Belén, cuya aparición está tan íntimamente ligada al fenómeno Jesús, es -como se puede repasar en los Evangelios- una «estrella» que se mueve y que, además, tiene la facultad de detenerse. No es extraño que una estrella esté aparentemente «parada» en el firmamento, como parece que lo están todas las que vemos normalmente, ni tampoco que una estrella se mueva, como es el caso de las estrellas fugaces o de los cometas. Lo que sí se sale realmente de lo usual es que haga ambas cosas: moverse y pararse. Y que, además, demuestre ser inteligente: «Salieron, y la estrella que habían visto en Oriente» -podemos leer en los Evangelios- «iba delante de ellos hasta que se detuvo encima de donde se hallaba el niño.»
Se le ha querido dar una explicación astronómica a este fenómeno de la llamada estrella de Belén, aduciendo que se habría tratado de la conjunción -tercera conjunción por aquellas fechas- de los planetas Júpiter y Saturno. En dicha conjunción los citados planetas se juntaron ópticamente en dirección Sur de tal manera que los magos de Oriente, en la ruta que seguían de Jerusalén a Belén, siempre tenían a estos dos planetas que formaban una sola estrella, delante de ellos. La estrella iba efectivamente, como dicen los Evangelios, precediéndoles.

Hasta aquí, todo correcto. Pero si hubieran caminado siempre en la dirección que les indicaba esta conjunción de Júpiter y Saturno -y dado que se trataba de un fenómeno extraatmosférico que por lo tanto, por mucho que avanzasen los magos, siempre habría estado situado por delante de ellos- a donde habrían llegado es a las aguas litorales del mar Rojo.

Pero no: se detienen a 7 km escasos de Jerusalén. ¿Por qué? Porque no iban en pos de la conjunción Júpiter-Saturno, sino de un objeto brillante que finalmente se detuvo a baja altura encima del lugar encima del lugar en el que se hallaba el niño: Jesús. Un objeto volador que se movía inteligentemente dentro de nuestra atmósfera.

Los Hijos del Cielo

Los antiguos habitantes de China se autodenominaban «hijos del cielo». Y su literatura clásica proporciona una abundante selección de observaciones de objetos volantes desconocidos, con especificación muy concreta del momento histórico en que apareció cada uno de ellos.

Una de las referencias más antiguas que podemos hallar figura en la obra Ciencia Natural, que en el capítulo X reza: «Bajo el reinado de Xi Ji» -hace aproximadamente 4.000 años- «fueron vistos dos soles en la ribera del río Feichang, uno de los cuales subía por el este, mientras que el otro bajaba por el Oeste. Ambos producían un ruido como el trueno.»

En época mucho más reciente, el escritor Wang Jia, que vivió bajo la dinastía de los Tshin, relata en su libro Reencuentro una historia acaecida en el siglo IV antes de JC: «Durante los 30 años del reinado del emperador Yao, una inmensa nave flotaba por encima de las olas del mar del Oeste. Sobre esta nave, una potente luz se encendía de noche y se apagaba de día. Una vez cada 12 años, la nave daba una vuelta por el espacio. Por esto se la denominaba Nave de Luna o Nave de las Estrellas». En su obra Observaciones del Cielo, otro historiador, que vivió entre los años 960 y 1279 nos da una imagen todavía más clara de esta nave del cielo, afirmando de ella: «Había una gran nave voladora expuesta en el palacio de la Virtud bajo la dinastía de los Tang. Medía más de 50 pies de largo, y resonaba como el hierro y el cobre, resistiendo perfectamente a la corrosión; se elevaba en el cielo para retronar después, y así continuamente.»

Por su parte, el historiador Zhang Zuo, autor de la Historia del Poder y de la Oposición, escribe también que «el 29 de mayo del año 2 bajo el reinado del emperador Kai Yuan, durante la noche, apareció una gran estrella móvil, del tamaño de una cuba, que volaba en el cielo del Norte, acompañada de otras estrellas más pequeñas; esto duró hasta el amanecer».

Otro texto, el Nuevo Libro de los Tang, reza en su capítulo XXII, dedicado a la Astronomía: «El año 2 bajo el reinado del emperador Quian-fu, dos estrellas, una roja y la otra blanca, que medían como os veces la cabeza de un hombre, se dirigieron una junto a la otra al Sudeste. Una vez paradas en el suelo, aumentaron lentamente de tamaño y lanzaron luces violentas. Al año siguiente, una estrella móvil brilló de día como una gran antorcha. tenía el tamaño de una cabeza. Habiendo llegado del Nordeste, sobrevoló dulcemente la región, para desaparecer finalmente en dirección Noroeste.»

En otro pasaje de este mismo libro podemos leer: «En marzo del año 2, bajo el reinado del emperador Tian Yu, cierta noche una gran estrella surgió de la bóveda del cielo. Era cinco veces más grande que un celemí y volaba en dirección del Noroeste. Descendió hasta treinta metros del suelo. Su parte superior lanzó luces de fuego de color rojo anaranjado. Sus luces llegaban a más de cinco metros. Se desplazaba como una serpiente, rodeada de numerosas estrellas pequeñas que desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Se vió una especie de vapor que subía muy alto hacia el cielo.»
Esta es solamente una brevísima selección de cuanto puede leerse en los textos clásicos chinos acerca de los OVNIs.

Tráfico Aéreo en la Cuenca Mediterránea

Autores como Plinio el Viejo, Plutarco, Dio Cassio, Séneca, Cicerón o Julio Obsequens fueron en mayor o menor grado conscientes de que los dioses estaban guiando a los hombres sobre la Tierra. Sin ir más lejos, en el libro octavo de la Eneida, Virgilio habla de «ruedas que transportaban rápidamente a los dioses».
En el Prodigiorum Liber (el Libro de los Prodigios), el historiador Julio Obsequens recoge textos originales de Cicerón, Tito Livio, Séneca y otros. Podemos leer allí:
«Siendo cónsules Cayo Mario y Lucio Valerio, se pudieron ver en diversos lugares de Tarquinia un objeto que semejaba una antorcha encendida que súbitamente cayó del cielo. Hacia el anochecer se vio un objeto volador circular, parecido en su forma a un "clypeus" (el escudo redondo empleado por los legionarios romanos) llameante, que cruzaba el cielo del Oeste hacia el Este.»

También podemos leer allí que «en el territorio de Spoleto, en la Umbría, una esfera de fuego, de color dorado, cayó a tierra dando vueltas. después parecía que aumentase de tamaño, se elevó del suelo, y ascendió hacia el cielo, en donde oscureció al disco del Sol con su claridad cegadora. Después desapareció en dirección al cuadrante Este del cielo.»

Tito Livio también informa por su parte: «Naves fantasma han sido vistas brillando en el cielo...Mientras que en el distrito de Amiterno aparecieron en muchos lugares hombres con vestidos destellantes, de lejos y sin acercarse a nadie.»
Son solamente unos botones de muestra de la abundante literatura clásica que refiere este tipo de avistamientos.

Intervienen en el curso de nuestra Historia

Hay momentos concretos a lo largo de la historia de la Humanidad, en que figuras u objetos que descienden del cielo, intervienen en los asuntos de los hombres, e incluso llegan a decidir nuestras disputas en uno u otro sentido. En algunas ocasiones, la ayuda ha sido favorable al signo de la Cruz, si bien el motivo de este favoritismo se nos escapa. Así aconteció en las luchas de los cristianos contra los moros, y también -durante la conquista de América- en las luchas contra los indios.

La Gloria de Dios

Una ocasión importante en que manifestaciones concretas del cielo ayudaron a los cristianos, se dio en plena campaña exterminadora de Carlomagno contra los paganos sajones. Así lo explica claramente el monje Lorenzo, en sus Annales Laurissenses. Explica en esta obra histórica cómo los sajones se habían rebelado contra las tropas de los francos, y avanzaban hacia el castillo de Sigisburg para conquistarlo. La oposición de los francos fue dura, motivo por el cual los sajones no pudieron culminar su gesta. Y leemos literalmente en la obra citada: «Entonces, cuando los sajones advirtieron que las cosas no iban a su favor, comenzaron a construir andamios desde los cuales pudiesen saltar valientemente al castillo mismo. Pero Dios es tan bueno como justo. Superó su valor, y el mismo día en que prepararon el asalto contra los cristianos que vivían dentro del castillo, la gloria de Dios apareció en manifestación encima de la iglesia en el interior del castillo. Los que lo observaron, muchos de los cuales aún viven hoy en día, dijeron que tenían el aspecto de dos grandes escudos de color rojo llameante, y que se movían por encima de la iglesia. Y cuando los paganos que estaban afuera vieron este signo, cayeron seguidamente en la confusión y quedaron aterrorizados por el pánico, huyendo precipitadamente.»
Como consecuencia de la intervención de este poder aéreo, los sajones se rindieron y decidieron en juramento solemne su conversión al cristianismo. Por lo tanto, acatar las leyes de Carlomagno.

América: Reestreno del Drama de Moisés

De Europa nos vamos a tierras norteamericanas. Porque si Yahveh hizo caminar a Moisés con sus seguidores por el desierto durante cuarenta años, el dios de los aztecas obligó a éstos a una caminata de casi 3.000 km, antes de que hallasen en una pequeña isla en medio del lago Texcoco, al águila de su profecía devorando a una serpiente. Era el símbolo que les indicaba que aquella era su tierra de promisión.
Los paralelismos entre el éxodo del pueblo de Israel y el éxodo del pueblo azteca comienzan con la personalidad misma de los dos protagonistas, Yahveh y Huitzilopochtli. Ambos querían ser considerados como protectores e incluso como padres, pero eran tremendamente exigentes, implacables en sus frecuentes castigos, y muy irritables. Ambos les indicaron a sus pueblos elegidos que abandonasen la tierra que habitaban. Ambos acompañaron personalmente a sus protegidos a lo largo de todo el peregrinaje. Yahveh lo hizo como ya vimos en forma de una curiosa nube o columna de fuego y de humo que les procuraba luz de noche y sombra de día, o les señalaba el camino que debían tomar. Huitzilopochtli, a su vez, acompañaba a los aztecas en forma de un gran pájaro. La tradición afirma que fue un águila o una grulla blanca, que les iba indicando la dirección en la cual debían caminar desde las tierras de Arizona y de Utah hasta el emplazamiento de la actual capital de México.

Pero lo más curioso es que los dos pueblos -israelitas y aztecas- transportaban una especie de caja sagrada que para ellos tenía una gran importancia y que servía para comunicarse directamente con la divinidad. Los israelitas llevaban la famosa Arca de la Alianza, y los aztecas llevaban un cofre, tal y como nos lo cuenta fray Diego Durán, historiador contemporáneo de la conquista: «Cuando llegaban a un lugar para quedarse en él durante algún tiempo, lo primero que hacían era construir un templo que servía para alojar el cofre en que llevaban a su dios.»

Los Escudos Volantes de los indios Hopi

Si Carlomagno fue ayudado por unos escudos volantes y los aztecas -procedentes de Arizona-contaron con el apoyo de una inteligencia que dominaba el vuelo, ambas circunstancias se repiten en la historia de los indios hopi -establecidos en la actual Arizona-. Según explica su jefe White Bear, contaban sus antepasados que sus abuelos habitaban unas tierras situadas al Oeste, o sea en algún punto del océano Pacífico. Al hundirse estas tierras, unos seres descendidos de las alturas -los katchinas- les ayudaron a trasladarse al continente americano, en parte sirviéndose de escudos volantes. Estos seres sabían además tallar grandes bloques de piedra, dominaban el transporte aéreo de estos bloques, y eran diestros en la construcción de instalaciones subterráneas. Algo muy parecido a lo que nos narran según vimos los antiguos textos sánscritos.

Ovnis durante la Conquista de América

Alguna inteligencia seguía sobrevolando a los humanos en tierras americanas siglos más tarde. Así, Bernal Díaz del Castillo, cronista de Hernán Cortés, escribe en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España: «Dijeron los indios mexicanos que vieron una señal en el cielo que era como verde y colorada y redonda como rueda de carreta y que junto a la señal venía otra raya y camino de hacia donde sale el Sol y se venía a jnutar con la raya colorada». Y, un poco más adelante: «Lo que yo vi y todos cuantos quisieron ver, en el año 27» -1527- «estaba una señal del cielo de noche a manera de espada larga, como entre la provincia de Pánuco y la ciudad de Tezcuco, y no se mudaba del cielo, a una parte ni a otra, en más de veinte días.»
Son, una vez más, solamente dos pinceladas de los mucho objetos volantes no identificados que -en este caso- refieren las crónicas de la conquista de América.

¿Vienen de Sirio?

Cuentan los dogones, que habitan en las tierras de la actual república africana de Mali, que desde siempre, el elemento para ellos más importante del firmamento es una estrella pequeña que gira alrededor de la gran estrella Sirio, el brillante astro que luce en la constelación del Can Mayor. Por los estudios realizados de sus tradiciones, podemos afirmar que poseen este conocimiento por lo menos desde el siglo XII. Cuando en cambio la moderna astronomía no descubrió Sirio B -que orbita alrededor de Sirio A y es invisible al simple ojo humano- hasta mediados de siglo pasado.

Los dogones conocían por lo menos siete siglos antes la existencia de Sirio B, siendo conscientes además de que es invisible. Pero además, el dibujo ritual que ellos trazan para mostrar la órbita en que Sirio B gira alrededor de Sirio A, es absolutamente idéntico al dibujo que ofrece el moderno diagrama astronómico de la órbita de Sirio B alrededor de Sirio A. Los dogones saben además que Sirio B es un cuerpo extraordinariamente pequeño. Y también aquí la astronomía oficial confirma que Sirio B es una «enana blanca», una estrella pequeña. También dicen los dogones que Sirio B es la estrella más pesada que existe. Y una vez más la ciencia confirma: Sirio B -a la que ellos llaman Po Tolo- es, en cuanto enana blanca, una estrella extraordinariamente densa, o sea, extraordinariamente pesada.

Pero además, y de acuerdo con la mitología de los dogones, Po Tolo da una vuelta alrededor de Sirio A cada cincuenta años. Y confirma también aquí la moderna astronomía que Sirio B da una vuelta alrededor de Sirio A exactamente cada cincuenta años. Más asombroso aún: durante sus festividades rituales, los dogones rinden honores al hecho de que Po Tolo gire sobre sí mismo. ¿De donde podían saber -no los dogones, sino nadie- desde hace ocho siglos que las estrellas giran sobre su propio eje?

Cuando se les plantea a ellos esta pregunta, afirman que un día llegaron unos seres procedentes del sistema de Sirio, con la finalidad de instaurar la sociedad en la Tierra. De ellos proceden sus conocimientos. Estos seres desconocidos -a los que ellos llaman «nommos»- descendieron a la Tierra en un arca que, antes de aterrizar, giraba o volteaba en el aire. El aterrizaje aconteció en el Nordeste del país de los dogones y produjo un ruido importante al descender el arca. Los dogones describen el aterrizaje de forma muy gráfica: «El arca se posó en la tierra seca del Zorro y desplazó polvo, levantado por el remolino que causó. La violencia del impacto dejó el suelo rugoso. El arca era como una llama que se apagó al tocar la tierra.» Era roja como el fuego y se volvió blanca cuando aterrizó.

Y muchos más ...

La brevedad de un artículo no da para más. En el tintero se han quedado centenares de casos OVNI en la Antigüedad, en la Edad Media y en tiempos más recientes, hasta llegar a aquellos que cité al principio, vistos por Kenneth Arnold en 1947. Para enumerar solamente a algunos de los más importantes, falta hablar de los Objetos Volantes No Identificados vistos por Tutmosis III el Grande, por Alejandro Magno y por Timoleón (ambos en el s. IV a.JC), por Cayo Julio César y por Pompeyo (s. I a.JC), y por Constantino el Grande (s. III). También la espada volante vista sobre Jerusalén en el s. I y citada por Flavio Josefo. Ni hay que olvidar el cuadro La Madonna e san Jiovannino de la escuela de Filippo Lippi (s. XV), en que junto a la Virgen aparece en el cielo un OVNI, ni el OVNI citado en los anales de la Inquisición, y que transportó al Dr. Torralba en viaje de ida y vuelta de Valladolid a Roma en 1527.

Deben recordarse igualmente los fenómenos OVNI citados por Pedro de Valdivia y por el cronista Pedro Cieza de León (s. XVI), y por Fray Junípero Serra (s. XVIII). No deben omitirse los cilindros volantes vistos sobre Nuremberg en el s. XVI, la viga aérea vista por Benvenuto Cellini, los globos ígneos que sobrevolaron Basilea también en el s. XVI, la columna brillante que se presentó la víspera de la batalla de Lepanto, una vez más en el s. XVI, los OVNIs que evolucionaron sobre Cataluña en 1604, recogidos en el Diari de Jeroni Pujades, iguales chismes volantes vistos sobre el mediodía de Francia en 1621, la hostia volante que sobrevoló Braga en 1640, la bola volante que sobrevoló Robozero, en Rusia, en 1663, y finalmente los 446 OVNIs reportados por el director del observatorio mexicano de Zacatecas, en 1883.

En absoluto puede afirmarse -a la vista de este repertorio- que los OVNIs son una invención o un fenómeno característico de nuestro siglo XX.

viernes, 23 de enero de 2009

Hombres de Negro (Men in Black)

A medida que aumentan las observaciones de OVNIS, crece también la persecución de que son objeto los testigos... Las visitas de los siniestros hombres de negro, siempre amenazadoras o cuanto menos inquietantes, consiguen a menudo silenciarlos.

¿Quienes son los Hombres de Negro?

Este es un gran misterio que la policía, los científicos y algunos ufólogos no han querido o no han podido investigar a fondo por lo tanto, no han comprendido en su cabal dimensión. Los llamados Hombres de Negro, es un tema difícil y escabroso para muchos.

Existen muchas especulaciones; unos comentan que son agentes de la KGB, de la desaparecida Unión Soviética, otros afirman que son agentes del FBI; otros mas opinan que son un grupo terrorista financiado por las mafias norteamericanas e italianas; otros cuantos mas señalan que son un grupo de brujos y hechiceros que han formado una "Orden Secreta" y que realizan practicas ocultistas, y el restante opina que son extraterrestres o "espías cósmicos".

Para contrarrestar todo este mar de dudas he aquí un breve , pero sustancioso articulo en el que tratamos la verdad acerca de los enigmáticos Hombres de Negro...

Para ubicar el origen de los llamados Hombres de Negro, hay que levantar la mirada hacia el espacio exterior. Efectivamente, hay que ubicarlos en el Cosmos. Son extraterrestres; una especie de "espías siderales", los cuales están formados por "agentes especiales" provenientes de distintas razas de alienígenas.

Objetivos que persiguen

El objetivo primordial es establecer la paz mundial. Están infiltrados entre el "bajo mundo" y de alguna manera impiden muchas masacres y destrucciones. Ellos son los responsables de la desactivación misteriosa de las armas nucleares que un país piensa arrojar a otro. Hacen llamadas anónimas a las autoridades con el fin de delatar a grandes mafias del narcotráfico. Protegen sin que se de cuenta nadie, a hombres importantes que son piezas claves en el mundo, cuya muerte podría provocar conflictos tremendos y hasta una Tercera Guerra Mundial.

Están en todas partes

Existen Hombres de Negro en el Pentágono, en el Kremlin, en Inglaterra, China, Japón, en todas partes de los cinco continentes. Las personas que los han visto los describen como "varones humanoides vestidos impecablemente con traje o con ropa negra".

Testimonios de decenas de personas los han visto descender de naves espaciales y detrás de cada suceso de importancia mundial.

Comunicación "Telepática"

Estos hombres casi no hablan.... Actúan. Se comunican telepáticamente entre ellos y tienen sus misiones que cumplir y su "territorio" que cuidar. Tres Hombres de Negro cuidaron a Margareth Thatcher cuando era presidenta del Reino Unido. Algunos otros estuvieran cuidando a Nixon hasta que sucedió el caso "Watergate". Cada presidente norteamericano tiene dos a cuatro Hombres de Negro que los cuidan.

Nadie los ha contratado

Lo singular del asunto es que nadie los ha contratado y muy poca gente los ha visto. Son mandados por potencias extraterrestres para cuidar la estabilidad del planeta......

Conspiración a Albert Bender

"Viajé a lo Fantástico y encontré la respuesta", declaró Albert Bender, director del International Flying Saucer Bureau, organización amateur dedicada a los OVNIS, del estado norteamericano de Connecticut. "Sé qué son los platillos voladores." Desgraciadamente, el resto del mundo no se ha enterado, ya que a Bender se le impidió comunicar su descubrimiento al mundo. Como otros, recibió la visita de tres siniestros hombres vestidos de negro que consiguieron amedrentarle.

Bender tenía la intención de publicar sus decisivos descubrimientos en su propia revista, Space Review. Pero antes de hacerlo le pareció que debía exponer sus ideas a un colega. Le envió pues su articulo por correo y, pocos días después, llegaron los hombres.

Bender, que se había echado un momento en su cama porque no se encontraba muy bien, notó la presencia de "tres figuras oscuras" en la habitación. Las figuras se volvieron más claras. Todas vestían ropas oscuras. Parecían clérigos, pero llevaban sombreros de tipo Homburg. Era difícil distinguir sus caras porque los sombreros las ocultaban parcialmente y las sombreaban. La sensación de miedo desapareció... Súbitamente, los ojos de las tres figuras se iluminaron como linternas eléctricas concentrándose en mi. Parecían quemarme el alma y el dolor que sentía sobre los ojos se volvió casi insoportable. Entonces sentí que en aquel momento me estaban transmitiendo un mensaje por telepatía».

Sus visitantes confirmaron que Bender tenía razón en sus suposiciones acerca de la verdadera naturaleza de los OVNIS -uno de ellos llevaba consigo el informe de Bender- y le proporcionaron información adicional. Esto le aterrorizó tanto que se sintió muy dispuesto a aceptar sus exigencias de que cerrara su organización y dejara de publicar su revista. Se le dijo que no debía decir la verdad a nadie "por su honor de ciudadano americano".

¿Pretendería Bender que alguien crea su historia? Sus amigos y colegas quedaron atónitos; uno de ellos, Gray Barker, publicó un libro sensacionalista, They knew too much about flying saucers (Sabían demasiado sobre los platillos voladores), y el mismo Bender proporcionó una versión aún más extraña en su Flying Saucers and the Three Men (Platillos volantes y los tres hombres), publicado unos años después, en respuesta a los insistentes pedidos de sus ex-colegas. En él relataba una descabellada historia acerca de naves espaciales con bases en la Antártida, teoría que figura entre las más rebuscadas que se han dedicado a este tema. Se ha sugerido que la inverosimilitud de la historia de Bender se proponía despistar a los investigadores serios de OVNIS.

Créase o no, la versión original de la visita de los tres desconocidos presenta un enorme interés para los investigadores de OVNIS, por que existen muchos informes similares, provenientes a veces de personas que difícilmente pueden haberse enterado de la experiencia de Bender. Tanto quienes ven OVNIS como quienes los investigan pueden ser visitados por hombres de negro (HDN) y aunque la mayoría de los informes provienen de los Estados Unidos, hay otros que llegaron de Suecia, Italia, Gran Bretaña y México. Por otra parte, las visitas de los HDN se han venido produciendo durante tres décadas, al igual que las oleadas más importantes del fenómeno OVNI, y bien pueden haber tenido precursores en siglos anteriores.

Como la historia de Bender, la mayoría de los informes posteriores no sólo contienen detalles poco posibles, sino que son auténticamente ilógicos; prácticamente en todos los casos parecen existir más razones para descreer que para creer. Pero esto no elimina el misterio; simplemente exige que lo estudiemos desde otra perspectiva. Porque, hayan sucedido o no estas cosas, el hecho es que alguien informó acerca de ellas y, ¿por qué tanta gente iba a relatar estas extrañas y siniestras visitas, de forma independiente y, con frecuencia, de mala gana? ¿Y por qué sus relatos se parecen tanto entre si, y contribuyen de este modo a confirmar unas pautas persistentes que caracterizan uno de los mitos -o realidades- más poderosos de nuestro tiempo?

El Estereotipo del Mito

El informe típico sobre HDN es más o menos como sigue: poco después de haber observado un OVNI, el sujeto (que puede ser un testigo o un investigador) recibe una visita. Con frecuencia, esto ocurre tan pronto que todavía no se ha producido un informe oficial ni una publicación. Para abreviar, los visitantes no pueden haber obtenido de forma normal la información que sin duda poseen: nombres, direcciones, detalles acerca del incidente y de la gente implicada.

La víctima está, casi siempre, sola en el momento de la visita, generalmente en su propia casa. Sus visitantes, que suelen ser tres, llegan en un gran coche negro. En Estados Unidos suele ser un prestigioso Cadillac, pero pocas veces de un modelo reciente. Al mismo tiempo, aunque se trata de un automóvil antiguo, lo más frecuente es que esté en perfectas condiciones, que esté escrupulosamente limpio por dentro y reluciente por fuera, y que presente incluso el inconfundible olor a "coche nuevo". Si el sujeto anota el número de matrícula y lo investiga, descubre siempre que se trata de un número inexistente.
Los visitantes son casi siempre hombres; muy raramente aparece una mujer, pero nunca más de una. Su aspecto se ajusta a la imagen estereotipada de un agente de la CIA o de los servicios secretos: llevan trajes oscuros, sombreros oscuros, corbatas oscuras, zapatos y calcetines oscuros, pero camisas blancas; los testigos comentan a menudo su aspecto impecable... toda la ropa que llevan parece recién comprada.
Las caras de los visitantes son descritas como vagamente extranjeras, casi siempre "orientales"; muchas descripciones hablan de ojos almendrados. Cuando su piel no es oscura, tienden a estar muy tostados. A veces aparecen toques extraños; en el caso del doctor Hopkins, que relataremos más adelante, el hombre de negro ¡parecía llevar los labios pintados de rojo! Los HDN tienen en general rostros serios y carentes de expresión; sus movimientos son rígidos y torpes. Su actitud es formal, fría, siniestra, casi amenazadora; nunca son simpáticos, aunque tampoco demuestran hostilidad. Los testigos han sugerido muchas veces que no parecían humanos.

Algunos HDN exhiben documentos de identidad y, por cierto, han aparecido llevando uniformes de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos u otros uniformes. Pueden mostrar tarjetas de identidad, pero como la mayor parte de la gente no reconoce las tarjetas de la CIA u otros servicios "secretos", eso no demuestra nada. Si dan sus nombres y el testigo trata de confirmarlos, descubre invariablemente que son falsos.

La entrevista incluye a veces un interrogatorio y, otras, una simple advertencia. De todos modos, los visitantes, aunque hacen preguntas, están muy bien informados y tienen acceso a informaciones secretas. Hablan con frases y entonación perfectas -a veces, demasiado perfectas- y su lenguaje suele tener reminiscencias del de los "malos" convencionales de las películas policíacas: "¡Caramba, señor Fulano; me temo que no me está diciendo la verdad!", "Señor Mengano. yo que usted no enviaría ese informe", amenazas corteses que tanto gustaban a los guionistas de Hollywood.

La visita termina casi invariablemente con una advertencia sobre la necesidad de no hablar con nadie del incidente (si se trata de un testigo) o de abandonar la investigación (si se trata únicamente de un investigador). A menudo se le amenaza con actos violentos. Y los HDN desaparecen tan súbitamente como habían llegado.

La mayor parte de los ufólogos de los OVNIS narrarían una historia como la precedente si se les pidiera que describieran una típica visita de HDN. Sin embargo, un examen comparativo indica que visitas tan "perfectas" ocurren pocas veces. Un estudio de 32 de los casos más detallados y fiables revela que muchos rasgos difieren de la historia arquetípica: en cuatro casos no se produjeron visitas, sino llamadas telefónicas, y, de los restantes, en cinco ocasiones había tres hombres, en dos había cuatro, en cinco había dos y en los demás un solo visitante.
Aunque el aspecto y la conducta de los visitantes se adapta en general al prototipo, varían de lo totalmente natural a lo totalmente estrafalario. El coche, pese a que en Estado Unidos es el medio de transporte más común, sólo es mencionado en un tercio de los informes; en cuanto a los detalles pintorescos -el Cadillac, el modelo anticuado, en perfecto estado- son más bien la excepción. De 22 informes norteamericanos, sólo 9 mencionan el coche; de éstos sólo tres eran Cadillac, sólo dos negros y sólo dos modelos antiguos.

Por otra parte, estos detalles arquetípicos tienden a ser más notorios en casos menos fiables, particularmente aquellos protagonizados por investigadores y no por quienes han visto un OVNI. Este hecho será relevante cuando consideremos las posibles explicaciones del fenómeno HDN.

Sin embargo, aunque el caso "ideal" de HDN no es universal en la práctica, tiene valor como una especie de retrato-robot, en el que figuran todos los rasgos que han sido observados. Quizás el caso que más se acerca al arquetipo sea el de Robert Richardson, de Toledo (Ohio), quien en julio de 1967 informó a la Aerial Phenomena Research Organization (Organización de investigación de Fenómenos Aéreos, APRO), que había chocado con un OVNI mientras conducía por la noche. Al salir de una curva, se había enfrentado con un extraño objeto que bloqueaba el camino; no había podido frenar a tiempo y lo había golpeado, aunque no con mucha fuerza. Justo después del impacto, el OVNI desapareció. Los policías que volvieron con Richardson al lugar sólo hallaron las marcas de su frenazo, pero en una visita posterior encontró un trocito de metal que, según él, podría provenir del OVNI.

Tres días después, a las 11 de la noche, dos hombres de algo más de veinte años aparecieron en casa de Richardson y le interrogaron unos 10 minutos. No se identificaron, y Richardson -que después se sorprendió al recordarlo- no les preguntó quiénes eran. No estuvieron hostiles ni amenazadores; se limitaron a interrogarle. Observó que se marchaban en un Cadillac negro de 1953, o sea un modelo fabricado 14 años antes; cuando se investigó el número de la matrícula se descubrió que aún no había sido atribuido, lo cual demostraba que, fuesen cuales fuesen sus visitantes, se trataba de impostores.

Una semana después, Richardson recibió una segunda visita de dos hombres diferentes que llegaron en un Dodge moderno. Llevaban trajes negros y tenían la tez oscura; aunque uno de ellos hablaba perfectamente el inglés, el segundo tenía acento, y Richardson pensó que los dos tenían algo de extranjero. Al principio parecían tratar de persuadirlo de que no había chocado con nada, pero después le reclamaron el trozo de metal. Cuando les dijo que lo había entregado a la APRO para su análisis, lo amenazaron: "Si quiere que su esposa siga siendo bonita, le conviene recuperar el trozo de metal."

La existencia de ese fragmento de metal sólo la conocían Richardson, su esposa y dos socios importantes de la APRO; aparentemente, los dos desconocidos sólo podían haberse enterado de su existencia poniendo una escucha en su teléfono o en el de la APRO. No había una vinculación clara entre los dos pares de visitantes pero ambos compartían el acceso a informaciones que no eran del dominio público. Y quizás esa sea la clave del misterio que encierran los HDN.

jueves, 22 de enero de 2009

Huellas de Fuego: ¿Mensajes del Purgatorio?

En 1897, el párroco de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma, inició una extraña colección: las huellas de fuego dejadas en páginas de libros, ropas o sábanas por almas que han regresado del más allá para «pedir el sufragio de oraciones».

La iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, situada frente al Tíber, en Roma, constituye una curiosidad en sí misma: es la única construcción de estilo neogótico de la capital. Pequeña, apretada entre altos edificios, es una rareza arquitectónica de la Ciudad Eterna. Pero encierra otras rarezas, además de su aspecto exterior.

Dentro de la iglesia hay algo que quizá sea único en el mundo: en un cuartito contiguo a la iglesia se puede adivinar lo que podríamos llamar «una colección de testimonios del más allá». Se trata de un conjunto de sábanas, hábitos, tablillas y páginas de libros encerrados en vitrinas de cristal, todos los cuales muestran signos impresionantes: cruces, huellas ennegrecidas de dedos y de manos.

Esta singular colección fue iniciada en 1897. En aquel año, la capilla de la Virgen del Rosario, situada junto a la iglesia, se incendió. Cuando las llamas quedaron extinguidas el párroco de aquella época, Victor Jouet, observó algo extraño en una pared del altar. Quizá había sido una jugarreta del fuego, pero el hecho era que el humo había trazado un dibujo que resultaba, por lo menos, alucinante: parecía un rostro, un rostro de expresión afligida y melancólica.

Jouet llegó a una conclusión muy personal: quizá era un difunto que trataba de comunicarse con los vivos, probablemente un alma en pena, condenada a pasar un período más o menos largo en el purgatorio. El religioso se preguntó si en otros lugares se habrían registrado apariciones análogas, y comenzó a realizar investigaciones en ese sentido.

La búsqueda no resultó nada sencilla pero, al cabo de algunos años, el padre Jouet consiguió reunir muchos testimonios curiosos que parecían confirmar su hipótesis: en varios casos, almas que se encontraban en el purgatorio se habían manifestado a los vivos, pidiendo plegarias e intercesiones que apresuraran su llegada al paraíso.

La documentación relativa a estos hechos increíbles se conserva justamente en el museo anexo a la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, un museo escalofriante que permite revivir, a través de las dramáticas «huellas de fuego» que han persistido de ellas, las sombrías historias que ocurrieron en el pasado.

Era la noche del 21 de diciembre de 1838. José Stitz estaba leyendo un libro de oraciones cuando, de improviso, se estampó en una de las páginas la huella de una mano. El corazón de Stitz dio un brinco de temor, tanto más porque le pareció sentir una presencia insólita, una ráfaga de viento frío. Después, creyó escuchar una voz: reconoció la de su hermano, muerto hacía poco, que le suplicaba que hiciera rezar unas misas por su alma, para abreviar su estancia en el purgatorio. Stitz se sobresaltó; creyó que se había quedado dormido un momento, pero no era así: lo probaba la palma ennegrecida claramente visible en una página del libro.

También le hermana Margarita del Sagrado Corazón recibió, en la noche del 5 de junio de 1864, una visita de ultratumba. La religiosa estaba acostada; de pronto, su celda se llenó de sombras indistintas y una de éstas se fue concretando, lentamente, hasta hacerse reconocible: era la hermana Maria, muerta poco tiempo antes. La aparición, vestida con el hábito de las clarisas –orden a la que había pertenecido la difunta–, parecía desesperada. Cuando vivía –explicó a la atónita Margarita– había cometido un grave pecado: había deseado ardientemente la muerte, con el objeto de sustraerse a los dolores que le causaba la enfermedad que sufría, y a consecuencia de la cual murió. Por esto, le habían correspondido veinte años de purgatorio. El «fantasma» pidió luego oraciones que apresuraran su paso al paraíso. La hermana Margarita, aunque lógicamente se sentía aterrorizada, creía ser víctima de una alucinación. Y, para convencerla, la aparición quiso dejar un signo tangible de su presencia y tocó con un dedo de fuego la funda de su almohada.

Junto a este documento, se encuentra en la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio otro testimonio ultraterreno. Fue dejado, el 1 de noviembre de 1731, por el padre Panzini, abad de la ciudad italiana de Mantua. Su venida a este mundo para pedir la intercesión de los vivos se estampó sobre la túnica de la venerable madre Isabella Fornari, abadesa de las clarisas de Todi, con dos huellas, la segunda de las cuales quemó el hábito y la camisa de la religiosa. El padre Panzini dejó además otros «signos» en hojas de papel y en una mesilla de madera en la que hasta quedó impresa una cruz.

La lista podría continuar largamente, pero bastará con recordar aquí otra historia vinculada a una huella de fuego. Se remonta a 1814. Una noche de ese año Margarita Demmerlé, de Metz (Francia), recibió la visita de la madre de su marido: «Soy tu suegra, muerta de parto hace treinta años –dijo el fantasma–. Haz una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Marienthal por mí.» La nuera obedeció, y cuando hubo realizado la peregrinación, la difunta reapareció. Después de agradecerle su bondad le dijo que, finalmente, estaba a punto de ascender al paraíso y le dejó un «recuerdo»: una huella de fuego en el vestido que llevaba.

¿Qué decir a propósito de este insólito «museo del más allá»? Quizá convenga subrayar, en primer lugar, que los episodios ocurrieron en épocas pasadas, cuando la gente quizá estuviera más dispuesta a aceptar la posibilidad de estas «visitas». Hay que observar, además, que estas extrañas apariciones siempre tuvieron lugar por la noche, en las horas que se han revelado como más idóneas para que se produzcan fenómenos de alucinación y sugestión.

Agreguemos, finalmente, que algunas de estas historias tienen como protagonistas, ya a religiosos, ya a creyentes fervientes, como José Stitz, que estaba leyendo un libro de oraciones cuando se le apareció su difunto hermano.

De modo que bien podríamos imaginar que estas personas –que, por otra parte, es posible que estuvieran adormiladas, o en esa especie de ligero trance que tanto se parece al duermevela– hayan provocado ellas mismas esos fenómenos psicokinéticos. En ese caso, los «fantasmas» y sus «huellas de fuego» podrían haber sido creados por sus mentes que, fuertemente impresionadas por su presunto contacto con el más allá, habrían originado acontecimientos PK.

¿Será esta una explicación demasiado racionalista? No deja de ser extraño que ni siquiera quienes creen en la realidad del espiritismo hagan figurar con seguridad «las huellas de fuego» entre los fenómenos que dan fe de una comunicación entre este y «el otro mundo». Hechos de este tipo suceden muy pocas veces en el curso de sesiones mediúmnicas. El estudioso alemán Hartmann informó acerca de uno, ocurrido en presencia de la médium Elisabetta Esslinger:

En el transcurso de una sesión, la mujer, antes de estrechar la mano a una presunta «pobre alma», liberada por medio de sus asiduas plegarias, se envolvió la mano con un pañuelo. Fue una protección utilísima, porque el apretón hizo saltar chispas que dejaron sobre la tela trazas de quemaduras en forma de mano.

Por otro lado, en un opúsculo editado por los misioneros del Sagrado Corazón se puede leer:

La Iglesia condena el espiritismo, considerado una creencia susceptible de evocar con prácticas mediúmnicas el espíritu de los difuntos. Pero el museo recoge solamente huellas causadas por almas que volvieron espontáneamente, para pedir sufragios de plegarias o buenas obras.

Las «huellas de fuego» se hallan, por lo tanto, estrechamente ligadas a un problema de fe. Misteriosas, enigmáticas, constituyen un desafío inquietante para el hombre del año 2000 que, evidentemente, es ya incapaz de sumergirse en una atmósfera que haga posibles fenómenos de este tipo.

miércoles, 21 de enero de 2009

Hermanas Fox: Fundadoras del Espiritísmo

Unos extraños golpeteos en casa de la familia Fox causaron sensación en los Estados Unidos; muchas personas los consideraron como la prueba de la comunicación entre vivos y muertos.

Lo que le sucedió a Margaretta Fox y a sus hermanas, si las apariencias no engañaban, fue el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad. Una prueba concluyente de que podemos comunicarnos con los espíritus de los muertos –lo que presupone que los muertos existen en forma de espíritus con los que es posible la comunicación– significaría el fin de miles de años de especulación: se demostraría que la muerte no es el fin de la vida, sino el traslado de la existencia a otro plano superior. De ahora en adelante, nuestro paso por la Tierra podría ser considerado no como un breve incidente biológico sino como parte de un proceso mayor. Esto, y nada menos que esto, parecía quedar demostrado por lo que ocurrió en un pequeño chalet de madera en el pueblo de Hydesville, en él estado de Nueva York, el 31 de marzo de 1848. Esta «apertura» marcó el comienzo del movimiento espiritista moderno, cuyos adherentes alcanzarían posteriormente cifras millonarias en todo el mundo.

Los hermanos Fox eran siete, pero sólo tres participaron en los hechos: Leah, que tenía treinta y cuatro años en 1848, Margaretta, de catorce, y Catherine, de doce. El relato definitivo del incidente, que hizo época, lo proporcionó la madre cuatro días después en una declaración jurada, y ratificada como exacta por su marido. Contó que la casa donde vivían provisionalmente había padecido temblores inexplicables en las paredes y muebles, ruidos de pasos y golpes en las paredes y puertas. La familia llegó «a la conclusión de que la casa debía albergar a algún espíritu inquieto y desgraciado».

Cansada por las molestias, la familia se acostó temprano la noche del viernes 31 de marzo. Margaretta y Catherine –las únicas que vivían aún con sus padres– sentían miedo de los ruidos y se habían instalado en la habitación de sus padres. Sin duda, fue la presencia tranquilizadora de su padre y su madre lo que animó a las chicas a responder con tanto descaro cuando comenzaron los golpeteos.

Las niñas oyeron los golpes y trataron de hacer un ruido parecido, chasqueando los dedos. Mi hija menor, Cathie, dijo: «Señor Slipfoot, ¡haga como yo!», golpeando las manos. El sonido dio inmediatamente la misma cantidad de golpes. Cuando ella se detuvo, el sonido cesó un rato. Entonces Margaretta dijo, en broma: «No; haga como yo. Cuente uno, dos, tres, cuatro», golpeando las manos al mismo tiempo, y los golpeteos volvieron como antes. Tuvo miedo de repetirlo...

De esto pasaron gradualmente a comunicaciones más elaboradas, usando un código alfabético por medio del cual se descubrió que los golpes eran obra de un espíritu; finalmente, la entidad se identificó como un buhonero de treinta y un años que afirmaba haber sido asesinado en esa misma casa y cuyos restos estaban enterrados en el sótano.

Acudieron vecinos a verificar lo que ocurría; ellos también escucharon los golpes, hicieron sus propias preguntas y recibieron respuestas. Al día siguiente llegaron más visitantes y por la noche, a petición del espíritu, algunos hombres se pusieron a excavar en el sótano, para ver si podían comprobar la historia; desgraciadamente el pozo se llenó de agua y hubo que abandonar el intento.

Para la familia Fox, en aquel momento, se trataba de la presencia de un fantasma. A lo largo de la historia se han dado miles de relatos en que los muertos vuelven a la Tierra para transmitir mensajes o advertencias a los vivos, pero en este caso aparecía un nuevo elemento: una conversación entre vivos y muertos. Posteriormente una historiadora del movimiento espiritista, Emma Hardinge Britten, observó que eso significaba que no sólo el buhonero supuestamente asesinado, sino legiones de espíritus, buenos y malos, encumbrados e inferiores, podían comunicarse con la Tierra en ciertas condiciones incomprensibles para los mortales; que esas comunicaciones eran producidas por medio de las fuerzas del magnetismo espiritual y humano, en una afinidad química; que las variedades del magnetismo de diferentes individuos proporcionaban «poder mediúmnico» a unos y se las negaban a otros.

Al principio nadie entendió esas sutilezas, pero estaba claro que las hermanas Fox, de alguna manera, estaban dotadas para recibir esas comunicaciones: los golpeteos sólo se presentaban en su presencia y, además, ocurrían dondequiera que fueran ellas. Como sus vidas habían sido trastornadas por la publicidad, las niñas y su madre se marcharon de Hydesville y se instalaron en casa de la hermana mayor, Leah, en Rochester, pero los golpeteos viajaron con ellas. Una y otra vez los mensajes insistían: «Habéis sido elegidas para comparecer ante el mundo y convencer a los escépticos de la gran verdad de la inmortalidad.»

Si ese mensaje hubiese llegado, un buen día a unas escolares jóvenes e ignorantes de un distrito rural, podría haber supuesto una prueba convincente de que seres en otro plano de existencia trataban de comunicarse con nosotros en la Tierra. Pero la situación no era tan simple, ya que esas ideas eran corrientes en los Estados Unidos durante los años 1840.

En el siglo anterior hubo gente que consideró el recién descubierto mesmerismo no como un estado mental alterado que podía ser explicado en términos humanos, sino como un proceso previsto para permitir la comunicación con los espíritus. La controversia continúa. Dos años antes de los acontecimientos de Hydesville, un comentarista anotó que «periódicos y revistas rebosan de mordaces discusiones en torno al magnetismo y la clarividencia».

Ese comentarista era Andrew Jackson Davis, un místico norteamericano semianalfabeto que, en estado de trance, producía libro tras libro de sorprendentes revelaciones acerca de la vida, del Universo, de cualquier cosa. El hecho de que sus relatos estén plagados de errores no favorece su credibilidad, pero en su época muchos aceptaron sus predicciones acerca de una nueva era:

Es verdad que los espíritus se comunican entre sí mientras uno está en el cuerpo y el otro en una esfera más elevada, y eso también cuando la persona que está en el cuerpo no es consciente del influjo, y por lo tanto no puede ser convencida del hecho; y esta verdad seguirá presentándose en forma de demostración viva y el mundo saludará con deleite la llegada de esa era en que el interior de los hombres se abrirá y se establecerá una comunicación intelectual, como la que ahora poseen los habitantes de Marte, Júpiter y Saturno.

El amanecer de una nueva era

A partir de semejantes declaraciones no es sorprendente que Davis haya sido considerado el san Juan Bautista del movimiento espiritista. Sus escritos inculcaron una sensación de expectativa en los Estados Unidos y explican por qué el público interpretó rápidamente los acontecimientos de Hydesville como signos de una nueva era.

Las cosas avanzaron con extraordinaria rapidez. Mientras ellas vivían con su hermana Leah, en Rochester, los espíritus explicaron a las chicas que debían alquilar el salón más grande de la ciudad y dar una demostración de sus poderes; lo hicieron el 14 de noviembre de 1848. Ahora, por fin, todo el asunto había salido a la luz y pronto se vio que la opinión pública estaba claramente dividida entre los adherentes entusiastas que habían estado esperando una revelación de este tipo y los escépticos, no menos decididos, que veían estas manifestaciones como una impostura en el mejor de los casos y como obra del demonio en el peor.

Las emociones estaban exacerbadas. Las chicas fueron ridiculizadas y sufrieron con frecuencia agresiones físicas; hasta se atentó contra sus vidas. Cuando un comité investigó los fenómenos y no pudo encontrar pruebas de superchería, sus conclusiones fueron ignoradas y se nombró un segundo comité, más severo. Cuando también éste informó que no había encontrado pruebas de engaño, los enemigos de las chicas se enfadaron aún más. Las hermanas Fox no podían llevar una vida normal. Se marcharon de Rochester a Troy, después a Albany, capital del estado, y finalmente a Nueva York, donde llegaron en junio de 1850.

Aunque es cierto que los procedimientos de investigación eran primitivos, desde el punto de vista actual, debemos aceptar que los neoyorquinos que acudieron a ver a las hermanas Fox no estaban dispuestos a que nadie se burlara de ellos; cientos de espectadores acudieron dispuestos a ser los que revelarían al mundo cómo se fraguaba la impostura, y salieron –si no persuadidos de que el mensaje de los espíritus era genuino– convencidos de que el fenómeno desafiaba las explicaciones normales. Horace Greeley, director del Tribune y uno de los hombres más influyentes del país, estaba persuadido de la honestidad de las chicas y se transformó en su ardiente paladín.

A esas alturas habían aparecido otros médiums que pretendían emular a las hermanas Fox, pero ninguno amenazó su preeminencia. Los fenómenos evolucionaron desde las preguntas y respuestas por medio de golpes hasta la escritura automática y las manifestaciones en voz alta, culminando en la comunicación oral, en la que los espíritus se «apoderaban» de las médium. Los mensajes eran acompañados por toda clase de fenómenos físicos: movimientos de muebles, teleportaciones, levitaciones de los asistentes o de la médiums, toda clase de ruidos y una amplia variedad de fenómenos luminosos. Una y otra vez, las hermanas fueron puestas a prueba, con más severidad cuando Kate se sometió a las investigaciones de William Crookes mientras visitaba Inglaterra. Crookes dio fe de su autenticidad con persuasiva insistencia:

Durante varios meses he disfrutado de la oportunidad casi ilimitada de comprobar los diversos fenómenos que ocurrían en presencia de esta dama, y examiné especialmente los fenómenos auditivos... Parece que sólo es necesario que coloque su mano en cualquier sustancia para que se produzcan en ella fuertes golpes, como una pulsación triple, que a veces son tan fuertes que se oyen a varias habitaciones de distancia. He escuchado... esos sonidos que provenían del suelo, las paredes, etc., cuando las manos y los pies de la médium estaban sujetos, cuando estaba de pie sobre una silla, cuando estaba suspendida del techo en un columpio y cuando se desvaneció en un sofá... Los comprobé de todas las formas que se me ocurrieron, hasta que tuve que llegar a la conclusión de que eran hechos auténticos y objetivos, no producidos mediante trucos o medios mecánicos.

Pero no todos estaban tan convencidos. Desde el principio, los escépticos afirmaron que las hermanas hacían trampa. Nunca lograron demostrar sus afirmaciones, y las explicaciones que proponían eran, en general, totalmente inadecuadas. Pero sus teorías iban a recibir un inesperado apoyo, primeramente de la familia de las hermanas Fox y después de las mismas médiums.

¿Confesión o Confusión?

El día en que las hermanas Fox admitieron haber cometido fraude, fue un día feliz para los escépticos. No obstante, esta confesión fue posteriormente revocada. ¿Qué pensar de las fundadoras del espiritismo?

Tres años después de aquellos acontecimientos que marcaron época, ocurridos el 17 de abril de 1851 en casa de la familia Fox, en Hydesville (Estados Unidos), una tal señora Culver hizo unas declaraciones en Arcadia (Nueva York) que causaron gran revuelo. Estaba emparentada con los Fox, ya que la hermana de su marido era la esposa de David, hermano de las Fox. Declaró que:

Durante dos años había creído sinceramente en la comunicación por golpeteos; sin embargo, algo que vi en una visita que hice a las hermanas me hizo sospechar que hacían trampa. Decidí que de alguna manera debía salir de dudas, y algún tiempo después me ofrecí a Catherine para ayudarla en sus demostraciones.

Catherine, al parecer, aceptó de buen grado su ofrecimiento, y pasó a enseñarle cómo se hacían los trucos:

Los golpes se producen con las puntas de los pies. Hay que utilizar todos los dedos. Después de practicar durante casi una semana, con Catherine al lado enseñándome, también yo fui capaz de producir estos golpes.

Hoy en día es imposible averiguar cuál fue el motivo de la revelación de la señora Culver. Puede que se tratara simplemente de amor a la verdad, o que hubiera por medio una cuestión de celos. A primera vista su revelación no parece que pueda explicar todos los fenómenos relacionados con las hermanas Fox.

Por otro lado, es un hecho que se observó y examinó una y otra vez a las hermanas y que nunca fueron descubiertas en flagrante impostura. Tal como señaló su defensor, Horace Greeley, editor del Tribune, era, en efecto, posible que muchas cosas de las que ellas realizaban las pudiera hacer también un mago en el escenario. Sin embargo éstos eran artistas profesionales con experiencia, y en cambio las dos niñas no poseían las mismas habilidades que ellos, ni estaban entrenadas.

Sin embargo, los razonamientos de sus defensores y los resultados favorables de las investigaciones fueron olvidados cuando el 24 de septiembre de 1888 Margaretta (entonces señora Kane) comunicó a un periodista del New York Herald que tenía la intención de revelar que su actuación como médium había sido un engaño desde el principio basta el fin. Su hermana menor, Catherine (entonces señora Jencken) acudió desde Inglaterra para apoyarla. El 21 de octubre se congregó en la Academia de la Música de New York una gran multitud que quería oír la confesión:

Estoy aquí esta noche para denunciar, como una de las fundadoras del espiritismo, que todo ha sido un engaño desde el principio al fin, que se trata de la más absurda de las supersticiones, la más vil blasfemia conocida en el mundo.

El New York Herald describió la reacción:

Se produjo un terrible silencio. Todos sabían que se encontraban ante la principal responsable del espiritismo, su fundadora, su más alta sacerdotisa y médium. Se puso de pie sobre una pequeña mesa de pino, calzada sólo con medias. Mientras ella se mantenía inmóvil pudieron oírse diversos golpes fuertes, tan pronto en las bambalinas, como detrás del escenario o en el pasillo... La señora Kane se excitó. Comenzó a dar palmadas, a bailar y chilló: «¡Es un engaño! ¡El espiritismo ha sido desde el principio al fin una farsa! ¡No es más que un truco! ¡No hay nada de verdad en ello!» Siguió un torrente de aplausos.

Ese hubiera debido ser el golpe mortal al movimiento de cuyo nacimiento Margaretta era responsable. No obstante, pese a que la mayoría de los presentes quedaron convencidos, otros no, y sus reservas se vieron justificadas al cabo de un año, cuando Catherine primero y Margaretta después se retractaron de su confesión. Margaretta recalcó que todo lo que había dicho en contra del espiritismo era «absolutamente falso». Se negó a decir quiénes la presionaron, pero mencionó que «altas jerarquías de la Iglesia Católica hicieron todo lo que pudieron para que entrara en un convento». De hecho, se había convertido al catolicismo poco después de la muerte de su marido.

También culpó a su hermana Leah, acusándola de haberlas arrastrado a ella y a Catherine en ese asunto. Pudo muy bien ser que Leah animara a sus hermanas menores y que, siendo la que tenía más sentido práctico y visión del futuro, tomara la decisión de embarcarse las tres en un tipo de vida en el que el stress emocional y social era inevitable. No obstante, nunca anteriormente sus hermanas habían mostrado resentimiento.

¿Cuál era, pues, la verdad que se escondía detrás de la confesión y posterior retractación? Indudablemente, si Margaretta era capaz de producir sobre el escenario golpes simulados, demostrando así sus facultades para engañar al público, hay motivos más que suficientes para pensar que también utilizó estos trucos durante sus actuaciones como médium.

La sospecha de que, al menos algunas veces, hacía trampa fue confirmada por una fuente inesperada: su marido. El explorador del Ártico Elisha Kent Kane se había enamorado de Margaretta cuando ésta contaba sólo 13 años de edad. En contra de la voluntad de su familia la estuvo cortejando durante tres años, hasta que finalmente se casó con ella. A su muerte, Margaretta publicó las cartas y versos que él había escrito durante aquellos años. Contenían abundantes pruebas de que su marido creía que hacía trampas. «Oh, Maggie –escribió en una carta–, ¿no te cansas nunca de esta monotonía sin fin de continuos engaños?» Y en otra: «No puedo soportar el pensar que estás enredada en un asunto de maldad y engaños.»

El hecho de que Margaretta autorizara la publicación de estos documentos acusatorios sugiere que era consciente de haber estado empleando trucos. Sin embargo, si aceptamos la declaración hecha en 1888 de que todo fue un engaño desde el principio al final, nos encontramos casi con tantas cuestiones por resolver como si aceptamos que todo es verídico. Una de las personas más famosas que se sentaren junto a las hermanas Fox fue la cantante Jenny Lind, que distinguió entre los fenómenos físicos y mentales: «Aunque vosotras fuerais capaces de producir estos sonidos, es imposible que contestéis las preguntas que me han sido contestadas esta noche.»

Nos han quedado docenas de testimonios contemporáneos de gente convencida –a menudo en contra de su escepticismo inicial– de las cualidades psíquicas de las hermanas Fox. Esto no significa que las actuaciones de las hermanas se aceptaran como lo que pretendían ser. Muchas personas entre ellas, Horace Greeley, admitían la veracidad del fenómeno como tal, pero mantenían una opinión más abierta con respecto a su naturaleza:

Sea cual sea el origen o la causa de los golpeteos, lo que es un hecho es que las señoritas en cuya presencia se dan estos ruidos no los producen. Las señoritas afirman haber sido informadas de que esto no es más que el comienzo de una nueva era, en la cual los espíritus encarnados estarán más estrecha y claramente conectados con aquellos que han adquirido inmortalidad... De todo esto no sabemos nada, ni podemos aventurar nada. Pero si nos limitáramos a escribir las preguntas que hicimos y las respuestas que obtuvimos durante una sesión, se nos acusaría de haberlo hecho adrede para apoyar la teoría que considera estos fenómenos como manifestaciones de espíritus difuntos.

Parece razonable atribuir las «confesiones» de las dos hermanas menores a los avatares de su vida personal: ambas eran aún colegialas cuando todo comenzó; ambas habían sido catapultadas desde un oscuro medio rural hasta una posición prominente en una de las ciudades más grandes del mundo. El trágico fin de la romántica historia de amor de Margaretta hubiera desequilibrado a cualquier muchacha menos vulnerable. Margaretta se dio a la bebida y a la droga, como había hecho su hermana antes de casarse con el abogado Henry Jencken. A pesar de que este matrimonio le dio dos hijos, terminó también con la temprana e inesperada muerte del marido. En estas circunstancias, y quizás influenciadas también por los enemigos del espiritismo, no es de extrañar que las dos hermanas –ninguna de las cuales fue nunca muy inteligente– llegaran a un estado de confusión en el que la verdad y la falsedad se confundían.

En 1904, cuando todas las hermanas Fox habían muerto, una de las paredes de su vieja casa de Hydesville se derrumbó. Entre las ruinas se encontró los restos de un cadáver. Fue imposible identificar a quién había pertenecido el cuerpo. Sin embargo, constituye una curiosa afirmación del «mensaje» que habían recibido las hermanas Fox medio siglo antes.