lunes, 31 de agosto de 2009

Majestic 12: Los documentos secretos que avalan la existencia de aliení­genas

Unos documentos filtrados a un ufólogo mencionan a un grupo gubernamental secreto supuestamente relacionado con ovnis. Pero, ¿son auténticos estos documentos?

En diciembre de 1984, Jaime Shandera, un productor cinematográfico de Hollywood y ufólogo, recibió por correo un paquete en cuyo interior sólo había un rollo de película en blanco y negro de 35 mm sin revelar. No iba acompañado de ninguna carta ni tenía remitente. Sólo el remitente proporcionaba una pista sobre su origen: Nuevo México.

Al revelar la película, vio que contenía negativos de lo que parecía ser un informe, del 18 de noviembre de 1952, para el presidente electo Dwight D. Eisenhower. En la primera página había una advertencia: "Este es un documento de ALTO SECRETO - SÓLO PARA LECTURA, que contiene información clasificada, esencial para la seguridad nacional de los Estados Unidos". en la segunda página había una lista de doce influyentes científicos, jefes militares y consejeros de información de EE UU. Hasta la tercera página no se apreciaba con claridad el tema del documento: el hallazgo de un platillo volador accidentado y de unos cuerpos de extraterrestres cerca de Roswell, Nuevo México, en julio de 1947.

La última página del documento era un memorando del presidente Harry Truman dirigido al ministro de Defensa, James Forrestal, de fecha 24 de septiembre de 1947. En él, Truman daba instrucciones a Forrestal para que pusiese en marcha la Operación Majestic-12, pero sin dar ningún indicio de qué podía ser.

Revelaciones Sorprendentes

Por sí solo, ese memorando no tiene sentido. Pero, al leerlo junto con el informe de 1952, la historia parece clara: en julio de 1947, una "nave aérea en forma de disco" se estrelló cerca de Roswell y los militares hallaron "entidades biológicas extraterrestres". Cuando el presidente Truman fue informado del accidente, autorizó al ministro de Defensa -Forrestal- a formar un comité que se hiciese cargo de la situación.

En 1952, cuando Eisenhower fue elegido presidente, se puso en su conocimiento la operación Majestic-12. El informe contiene una lista de los doce miembros del comité y una descripción de los detalles del accidente. El párrafo final hace hincapié en la necesidad de "evitar a toda costa que cunda el pánico", y confirma que el Gobierno está ocultando la verdad sobre los ovnis. Pero la cuestión es: ¿son auténticos estos documentos?

En Busca de la Verdad

Entre los ufólogos hay división de opiniones. En el campo "pro-Majestic" hay investigadores, como el físico nuclear Stanton T. Friedman, que ha dedicado más de diez años al tema, y los ufólogos Bill Moore y Jaime Shandera.

Para acrecentar el misterio que rodea al Majestic-12 (también conocido como MJ-12 o MAJIC), durante los últimos años han llegado otros envíos a los buzones de los investigadores. El primero era una tarjeta postal enviada a Bill Moore en 1985. Expedida en Nueva Zelanda, sugería que buscase en los Archivos Nacionales de Estados Unidos unos ficheros recién desclasificados. Moore y Shandera así lo hicieron, y encontraron un memorando que confirmaba la existencia del MJ-12, escrito por Robert Cutler, asesor especial de Eisenhower en Seguridad Nacional y dirigido a Nathan Twining, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas de EE UU.

Entre 1992 y 1996, otro ufólogo recibió varios documentos relativos al MJ-12, que compartió con Friedman. Se demostró que había dos que parecían auténticos. El primero es una orden breve dirigida al general Nathan Twining (un supuesto miembro del MJ-12), concerniente a sus actividades durante el viaje que realizó el mes de julio de 1947 a Nuevo México, el lugar del supuesto platillo accidentado.

El segundo documento es un memorando para el presidente Truman, dictado por el ministro de Estado George C. Marshall y dirigido al viceministro. Si bien en el papel no se menciona directamente el MJ-12, el encabezamiento es: "MAJIC EO 092447 MJ-12".

La Última Evidencia

El documento del MJ-12 más espectacular fue enviado por correo en 1994 a Don Berliner, un veterano ufólogo y escritor científico. El anónimo rollo de película contenía 23 páginas de un "Manual de Operaciones del Grupo Especial Majestic-12", datado en abril de 1954. Era un detallado manual de instrucciones titulado: "Entidades y Tecnología Extraterrestres, Recuperación y Destrucción".

Como la mayoría de los documentos del MJ-12 están sobre película, no es posible analizar el papel ni la tinta originales. Pero existen muchos detalles objetivos que pueden comprobarse, como las cualificaciones de los doce miembros del comité, las fechas de las reuniones, el estilo de documentos similares y la validez de las firmas.

Claramente, el MJ-12 era un grupo muy selecto: además del ministro de Defensa Forrestal, había tres directores del servicio secreto, un general de las Fuerzas Aéreas, un general del Ejército, el ministro del Ejército y cinco de los científicos más influyentes de Estados Unidos. Se trataba de la flor y nata de las comunidades militar, científica y de información de Estados Unidos. Si alguna vez ha existido un grupo gubernamental supersecreto relacionado con el fenómeno ovni, podría haber sido éste.

Una Historia Secreta

El único miembro del MJ-12 que parecía estar fuera de lugar era Donald Menzel, un astrónomo de la Universidad de Harvard. Había escrito tres libros y muchos artículos contra el fenómeno. Todos los miembros, excepto Menzel, eran conocidos por tener acreditaciones de alto nivel de seguridad y, como Menzel constaba en la lista del MJ-12, los investigadores pensaron que el documento era falso.

Sin embargo, en abril de 1986, Stanton Friedman hizo un importante descubrimiento. Consiguió tener acceso a los documentos de Menzel, depositados en el archivo de la Universidad de Harvard, y averiguó que este astrónomo estuvo relacionado durante treinta años con la Agencia de Seguridad Nacional.

Profundizando más en sus indagaciones, Friedman también descubrió que Menzel tenía una acreditación "Ultrasecreta de Alto Nivel" en la CIA; que realizaba trabajos consultivos de muy alta clasificación para muchas corporaciones importantes de Estados Unidos; que mantenía estrechas relaciones con los otros científicos del grupo MJ-12; y que asesoraba al Gobierno en muchos proyectos secretos.

Por tanto, parecía que Menzel tenía la cualificación necesaria para estar en el MJ-12. Además, hizo varios viajes a Nuevo México durante 1947 y 1948 a cargo del Gobierno. ¿Podían tener alguna relación con el accidente de 1947 en Nuevo México que se comenta en los documentos del MJ-12?

Los otros miembros del grupo también fueron investigados. Todos habían trabajado en proyectos de alto secreto, habían formado parte de varios comités de investigación y desarrollo, y ninguno de ellos estaba con vida para ser interrogado sobre sus actividades. Pero sus idas y venidas podían conocerse por muchas fuentes: registros de llamadas telefónicas, correspondencia, actas de reuniones y otros documentos guardados en las bibliotecas presidenciales y en la de la División de Manuscritos del Congreso.

La referencia más antigua a Majestic está en un memorando supuestamente enviado por Truman a su ministro de Defensa, James Forrestal. El comunicado -en el que se menciona al consejero científico del presidente, Vannevar Bush- tenía la fecha del 24 de septiembre de 1947. Éste fue el único día entre mayo y diciembre en que Truman se reunió con Bush. Forrestal también lo hizo ese día, un hecho que Stanton Friedman descubrió después de largos meses de investigaciones.

Incertidumbres

Esta fecha también es significativa porque fue el día después de que Nathan Twining, general jefe del Mando Logístico del Aire, envió un memorando secreto al Pentágono, referente a los "OVNIS". enél, Twining afirmaba que "el fenómeno descrito es algo real y no visionario ni ficticio"

Además, un plan de vuelo de 1947 demuestra que Twining había viajado a Nuevo México el 7 de julio de 1947. De acuerdo con el informe, ese mismo día se inició una operación secreta para asegurar el rescate de unos restos... para su posterior estudio científico. ¿Es posible que esto sea sólo una coincidencia?

Joe Nickell, analista de documentos y escritor para la revista Skeptical Enquirer, cree que es una coincidencia. Concentrándose en el formato y en la presentación de los documentos, ha destacado varios "problemas importantes".

"Uno de los más obvios -opina este investigador- es la firma de Truman." El estudio de documentos autentificados ha demostrado que la firma que lleva el memorando del MJ-12 está mal situada en la página. Además, parece prácticamente idéntica a la de un memorando auténtico de Truman, encontrado por Stanton Friedman. Dos firmas idénticas son sospechosas.

Estudio en Detalle

Nickell también se refiere en su análisis a los formatos de las fechas, a la tipografía y al estilo del lenguaje empleados en los documentos. De nuevo, mediante el estudio de documentos autentificados, ha demostrado que en los del MJ-12 hay ciertos detalles que desentonan.

La conclusión de Nickell es que "los muchos elementos anómalos y sospechosos detectados en los documentos del MJ-12 demuestran claramente que se trata de falsificaciones".

Pero Friedman no está de acuerdo. Ha dedicado diez años a la investigación de las objeciones de Nickell y todavía insiste en que los documentos son auténticos. Aún no he escuchado ningún argumento convincente en contra del MJ-12 -afirma Friedman-. Francamente, considero que estos papeles contienen los secretos más importantes que jamás han trascendido a la opinión pública.

Verdaderos o falsos, los documentos acerca del Majestic-12 son, ciertamente, los más intrigantes que han salido a la superficie en el campo de la ufología. En su libro TOP SECRET/MAJIC, de 1996, Friedman presenta una lista de treinta detalles. Si son falsos, es probable que fuesen escritos por alguien que tenía conocimiento de algunos asuntos internos. Si son verdaderos, prueban que el Gobierno está ocultando. la verdad sobre los ovnis.

viernes, 28 de agosto de 2009

Dreamland: La ení­gmatica Area 51

Por qué esta prohibido penetrar en esta zona de Nevada? ¿Esconden ovnis y tecnología extraterrestre en estas montañas el gobierno Norteamericano?
¿Qué custodian tan celosamente. Un hombre dice saber la respuesta.

A unos 190 km al noroeste de Las Vegas, en el desierto de Nevada, los mapas oficiales se quedan en blanco. Es una zona con caminos, arroyos, montañas, edificios, y una pista de 9,5 km, pero sobre el papel no existe. Es como si hubiese cesado toda actividad humana en un área tan grande como Suiza.

El acceso está totalmente prohibido. Los carteles advierten: "Está autorizado el uso de armas letales". Su espacio aéreo es el más inviolable de Estados Unidos. Se trata del Polígono de Tiro y de Pruebas Nucleares de Nellis, llamado comúnmente Área 51.

¿Tecnología alienígena?

Fundada en 1954 como una base secreta donde la Lockheed Aircraft Corporation pudiese desarrollar aviones espía para la CIA, el Área 51 sigue siendo la sede de algunos de los proyectos más revolucionarios de EE UU. Allí se probó el bombardero "stealth" Northrop B-2 , además de una serie de aviones nada convencionales. Siempre ha sido objeto del máximo secreto -las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (USAF) no admitieron su existencia hasta 1994-, ya que representa lo último en tecnología militar. El único problema, según algunos investigadores, es que ni la tecnología ni las técnicas son estadounidenses: provienen del espacio exterior.

Desde que se estableció el Área 51 varias personas declararon haber visto objetos extraños sobrevolando su espacio aéreo, pero las autoridades negaron los hechos. Sin embargo, uno de sus propios hombres declaró que por los cielos del Área 51 no sólo circulaban ovnis, sino que la USAF utilizaba activamente tecnología alienígena.

Robert "Bob" Lazar, que trabajó cinco meses en la base a partir de diciembre de 1988, hizo unas manifestaciones por televisión en mayo de 1989. Identificado como "Dennis" -su silueta aparecía a contraluz y su voz fue distorsionada electrónicamente- reveló que el Gobierno de EE UU estaba investigando nueve platillos voladores e intentaba adaptar la tecnología alienígena a sus propios fines. Añadió que tanto él como su mujer habían recibido varias amenazas de muerte.

En noviembre, decidió aparecer públicamente para evitar mayores riesgos. Describió un lugar secreto, conocido como S-4, cercano al lago Papoose, en el interior del Área 51, donde se guardaban las naves alienígenas. Explicó que él formaba parte de un equipo de 22 ingenieros contratados para investigar los sistemas de propulsión de los platillos.

En el interior del S-4

Según lazar, el S-4 era un enorme complejo subterráneo que ocupaba toda una cordillera montañosa. Al principio, pensó que estaba trabajando con tecnología altamente sofisticada creada por el hombre, pero cuando entró en uno de los platillos se convenció de que era de otro mundo porque tanto su forma como sus dimensiones no parecían haber sido concebidas por humanos.

No tenía junturas aparentes, nada de soldaduras, ni pernos o remaches -dijo lazar Los bordes de todos los elementos eran redondos y suaves, como si estuviesen hechos con cera caliente sometida a un rápido proceso de enfriamiento. Según el testimonio, había troneras, arcos y delgadas sillas de sólo 30 cm de altura. Su unidad de propulsión era un objeto no mayor que una pelota de béisbol, que irradiaba un campo antigravitatorio a través de una columna hueca, emplazada verticalmente en el centro de la nave.

Lazar tuvo acceso a un memorando que confirmó sus sospechas. Había una cantidad impresionante de información sobre ovnis, incluso fotografías de autopsias de pequeños seres grises con grandes cabezas calvas. Se afirmaba que los alienígenas procedían de la galaxia Zeta Reticuli y se citaba un incidente, ocurrido en 1979, en el que los alienígenas mataron a varios guardias y científicos de la base. Todo ello le convenció de que estaba trabajando en una nave alienígena, creada por mentes alienígenas con materiales alienígenas.

Él nunca afirmó categóricamente que viera alienígenas en el S-4, pero sí vio algo extraño. Andando por un pasillo pudo observar, a través de una puerta entreabierta, a dos hombres con batas blancas mirando hacia abajo y hablando a algo pequeño con brazos largos. Sólo fue un vistazo rápido, pero no sé qué podía ser aquello, dijo lazar

Valorando las pruebas

Son afirmaciones increíbles. Ahora bien, ¿estaba lazar adaptando a sus propios fines los lugares comunes de platillos voladores y hombrecillos grises o su historia prueba que son auténticos?

Según George Knapp, que entrevistó a lazar en la televisión, más de una docena de personas han aportado desde entonces datos que parecen apoyar las afirmaciones de lazar Tiene en su poder la grabación en video de un testimonio que estuvo a cargo de importantes planes militares. Asegura que las autoridades conocen la tecnología alienígena y han tenido en su poder a alienígenas desde los años cincuenta. Sin embargo, el video no será emitido públicamente mientras ese hombre esté vivo, ya que todos los testigos quieren permanecer en el anonimato por temor a las consecuencias.

Amenazas de muerte

Otro periodista que investigaba el Área 51 abandonó por miedo a las represalias. Un ingeniero electrónico dijo que había visto un platillo volante y estaba dispuesto a declararlo en un programa de televisión. Se echó atrás al percatarse de que era vigilado. Otro testigo fue amenazado directamente: "Sabemos que viaja mucho -le dijeron-, y no nos gustaría que usted o su familia sufrieran un accidente".

Ante la cámara, lazar se muestra frío, calmado y sin pretensiones. No alardea de conocimientos en temas que no domina. Ha contado siempre la misma historia, lo cual no es habitual en los falsos testigos. Pero él mismo tiene algunas lagunas: no ha podido demostrar documentalmente sus dos diplomas obtenidos en prestigiosas universidades norteamericanas, está arruinado y fue declarado culpable de regentar un burdel. Los motivos de lazar para dejar el anonimato son también dudosos. Asegura que lo hizo porque pensó que no dar la cara era un insulto para la ciencia y los ciudadanos de su país. Sin embargo, sus bocetos de la nave alienígena se han comercializado en forma de maqueta y ha vendido los derechos de su historia para hacer una película.

Lazar asegura que, entre 1982 y 1984, trabajó para la Iniciativa de Defensa Estratégica (la guerra de las galaxias) en el Laboratorio Nacional de Los Alamos, en Nuevo México, lo cual fue negado rotundamente por las autoridades, asegurando que no había ningún documento que probase dicho empleo Pero durante su investigación, el periodista George Knapp vio que el nombre de lazar constaba en el directorio telefónico interno de Los Alamos. Por otra parte, parece confirmarse por la declaración de la renta.

Desde entonces han salido a la luz mas datos. En 1995, una empresa alemana distribuyó un video titulado Secrets of the Black World, en el que aparecen varios testigos que aportan más información sobre lo que ocurría en el Área 51.

¿A prueba de video?

Norio Hayakawa, de una emisora de TV japonesa, capturó en imágenes la fugaz aparición de un objeto que se elevaba desde el Área 51. Filmó una luz resplandeciente, que se deslizaba por el cielo sobre las montañas. Un posterior análisis de la película por computadora llevó a Hayakawa a concluir que "definitivamente el objeto no es un avión convencional".

Otras muchas filmaciones muestran un objeto brillante que se desplaza por el cielo a velocidades increíbles y que ejecuta maniobras presuntamente imposibles. Uno de ellos se aproximó a un equipo de la NBC, y sus miembros regresaron con quemaduras producidas por radiaciones radiactivas. Algunos llegaron más lejos, al parecer hasta el interior del S-4, y filmaron una habitación llena de sarcófagos metálicos donde se almacenan alienígenas muertos.

Desgraciadamente, captar un ovni en película o en cinta de video no es una prueba definitiva de su existencia. En Secrets of the Black World pueden verse dos platillos voladores, pero uno de ellos tiene el aspecto de un reactor volando a poca altura y el otro era una secuencia mal montada de un "cubo de basura volador".

A pesar de todo, muchos piensan que está ocurriendo algo en el desierto de Nevada. "Hay por lo menos ocho Black Programs volando por el Área 51", asevera el escritor aeronáutico Jim Goodall. Los Black Programs son proyectos secretos del Gobierno, como el bombardero "stealth". que incluyen asombrosas pruebas de velocidad y maniobrabilidad que pueden hacer pensar a muchos que se trata de platillos voladores.

Goodall cree que las aeronaves de las que habla son silenciosas e increíblemente rápidas, como una que abandonó el Área 51 y fue detectada por un radar volando a más de 16.000 km h. Goodall pone en duda que tales velocidades estén al alcance de la tecnología humana. Cuando Goodall preguntó al ex presidente de Lockheed si creía en la existencia de los ovnis, éste respondió: "Sí. Estoy plenamente convencido de su existencia".

Relación con el Majestic 12

Lazar aseguró que los operarios que trabajaban en la zona S-4 llevaban distintivos con la palabra MAJ impresa. ¿Podría tener alguna relación con Majestic-12, el equipo de científicos creado con el máximo secreto por el presidente de EE UU en 1947 para investigar los platillos voladores?

jueves, 27 de agosto de 2009

El incidente Roswell: El dí­a que comenzó el ocultamiento militar

En 1947, Estados Unidos anunció el hallazgo de un platillo volador cerca de Roswell, Nuevo México. Horas después lo desmintió. ¿Qué hay detrás de esta historia?

Los titulares eran espectaculares: "La RAAF captura un platillo volador en un rancho de Roswell", "El Ejército declara que ha encontrado un disco volador", "El Ejército encuentra un platillo volador en un rancho de Nuevo México". El 8 de julio de 1947, el oficial de prensa de la base de las Fuerzas Aéreas estadounidenses en Roswell (Roswell Army Air Field, RAAF) había lanzado la noticia más importante del siglo.

La primicia se divulgó al mediodía, hora de Nuevo México, y debido a las diferencias horarias en EE UU llegó tarde a la mayoría de los periódicos de la mañana, pero apareció en algunos vespertinos. La nota de prensa inicial fue ampliada por la base aérea, y tanto la oficina del sheriff como los periódicos locales fueron asediados por una ansiosa opinión pública. De pronto, en medio de tanta expectación, el Ejército cambió su versión: no era un ovni, sino sólo un globo.

Los titulares del día siguiente daban por zanjada la historia: "La noticia sobre los platillos voladores pierde interés; el "disco" de Nuevo México es sólo un globo meteorológico". Durante algunos días, en muchos periódicos aparecieron imágenes de los supuestos restos, y luego cesó la información sobre el incidente durante treinta años.

La historia del platillo accidentado habría permanecido ignorada de no haber sido por una conversación casual entre el físico nuclear Stanton Friedman y el director de una televisión de Luisiana. Un día de 1978, mientras esperaba para ser entrevistado acerca de sus trabajos sobre ovnis, Friedman entabló conversación con el director de la emisora, quien le dijo que debía hablar con un hombre llamado Jesse Marcel. "Cuando estuvo en el Ejército, Marcel llegó a tocar fragmentos de uno de esos platillos voladores. Ahora vive en Houma, Luisiana."

Un Testigo Presencial

Al día siguiente, Friedman se puso en contacto con Jesse Marcel, oficial de información de la RAAF cuando ocurrió el presunto accidente, cerca de Corona, a 120 km de Roswell. Marcel dijo que se le ordenó recoger los restos y entregarlos en Wright Field (Ohio), donde el Ejército almacenaba material capturado al enemigo. No recordaba las fechas exactas.

Mientras esto sucedía, el oficial de prensa, Walter Haut, anunciaba oficialmente la noticia, que sería desmentida ese mismo día afirmando que se trataba de un globo meteorológico.

El ufólogo William Moore, que colaboraba con Friedman, obtuvo el relato de un testigo que daba un marco temporal a los acontecimientos. En el primer número de Flying Saucer Review, la presentadora de televisión Hughie Green declaraba que, cerca de Filadelfia, escuchó en la radio del coche que el Ejército había recuperado un ovni. Trató de averiguar algo más sobre el caso, pero no lo consiguió. Aunque no fuera mucho, tenía una fecha: finales de junio o principios de julio de 1947.

Investigación en Profundidad

Moore encontró los periódicos del 8 de julio de 1947 que cubrían el suceso de Corona-Roswell. En los artículos aparecían las fechas y los nombres del ranchero, el sheriff y el personal de la RAAF. Friedman y Moore entrevistaron a 62 personas relacionadas con el acontecimiento, entre ellas Bill Brazel (hijo del ranchero que halló los restos), algunos vecinos -como Loretta Proctor- que incluso habían recogido piezas, y el hijo de Jesse Marcel.

Haut, el oficial de prensa que había dado a conocer la historia, aún vivía en Roswell, y gracias a su anuario se pudo localizar a otros testigos y obtener detalles del suceso. En 1986, Friedman y Moore ya habían entrevistado a 92 personas y publicado seis artículos. Friedman convenció a los productores de Misterios Sin Resolver de la conveniencia de emitir un reportaje sobre Roswell en su programa en la NBC-TV. En agosto de 1989, mientras filmaban en Roswell, Friedman conoció a Glenn Dennis, antiguo trabajador de la Funeraria Ballard, que prestaba sus servicios a la base aérea.

Por primera vez, Glenn mencionó las anomalías habidas en el hospital de la base en el verano de 1947. No sólo fue consultado sobre la manera de tratar "cuerpos pequeños", sino que fue expulsado por la fuerza del hospital en su siguiente visita.

¿Tenían cuerpos de extraterrestres hallados en el lugar del accidente? Dennis así lo cree. Según dice, conoció a una enfermera de la base que le comentó que dos doctores habían practicado la autopsia a unos cadáveres "muy malolientes". Según Dennis, esos cuerpos tenían la piel gris-marronosa, cabezas grandes, hendiduras u orificios como nariz, orejas y boca, cuatro finos dedos, sin pulgar, y carecían de pelo. Después de varios encuentros con Dennis, la enfermera desapareció, en apariencia trasladada a Gran Bretaña, pero cuando trató de ponerse en contacto con ella sus cartas le fueron devueltas con el sello "Difunta".

Esa emisión de Misterios sin resolver en septiembre de 1989, fue todo un éxito: fue vista por 28 millones de personas en EE UU. Le siguió una avalancha de libros, programas de TV y ataques de detractores. Por entonces, los investigadores se habían dividido en dos facciones: si bien ambas estaban de acuerdo en que se había estrellado un ovni en el rancho Foster, una, en la que figuraba el propio Friedman, creía que había ocurrido un segundo accidente, en San Agustín (Nuevo México).

¿Otro OVNI?

La teoría de un segundo accidente se basa sobre todo en los testimonios de dos testigos clave. El primero, Gerald Anderson, se puso en contacto con Friedman después de ver en 1990, la reposición del documental de Misterios sin resolver En aquella época, el otro testigo, Grady Barnett, había relatado su historia a dos amigos que posteriormente informaron a Friedman.

Ambos testigos contaron casi lo mismo: el descubrimiento de los cuerpos de extraterrestres en el lugar del platillo accidentado. Según Anderson, uno de los alienígenas había sobrevivido al aterrizaje forzoso. Entretanto, empero, Barnett había fallecido y la historia de Anderson no pudo ser contrastada. Muchos ufólogos no acaban de creer en el accidente de San Agustín.

Los hechos de Corona gozan de una mayor credibilidad. En la obra de Friedman Crash at Corona, escrita en colaboración con Don Berliner y publicada en 1992, se resuelven algunas de las incógnitas de la historia. Ahora sólo queda por ver qué puede dar de sí la desclasificación de la documentación oficial relativa al caso, ordenada en junio de 1997.

Roswell: La Historia Completa

La historia del accidente de Roswell empezó el 2 de julio de 1947, cuando Mac Brazel oyó una fuerte explosión en plena tormenta eléctrica.

A la mañana siguiente, Brazel, que era el administrador del rancho Foster, situado entre Roswell y la ciudad de Corona, salió a inspeccionar una bomba de agua. Por el camino descubrió una zona de un kilómetro de longitud sembrada de restos de un material que, cuando se doblaba, se volvía a enderezar espontáneamente.

También había trozos de lo que más tarde se vino a llamar las "viguetas en I", que tenían grabados unos extraños símbolos de color azul lavanda. Esas viguetas eran tan livianas como la madera de balsa y no podían romperse ni quemarse.

El 6 de junio, Brazel volvió al lugar, cargó los restos que pudo en su vieja camioneta y los entregó al sheriff de Roswell, quien a su vez los mostró al comandante Marcel. Éste los examinó y comentó que eran de un material muy extraño y totalmente diferente a lo que había visto.

Como oficial de información de la única unidad de bombardeo atómico del mundo, el parecer de Marcel merecía cierta credibilidad. El jefe de la base de Roswell, William Blanchard, ordenó a Marcel y a Sheridan W. Cavitt, un oficial de contraespionaje, que acompañasen al ranchero hasta el lugar y recogiesen los restos.

El Hallazgo

En su libro Crash at Corona, Friedman recoge el testimonio de Marcel: "Los restos estaban esparcidos por una superficie inmensa. No eran de algo que se hubiese estrellado o hubiese estallado al chocar con el suelo. Eran de algo que explotó mientras volaba a gran velocidad. Mi opinión como entendido en aviación es que aquello no era un globo meteorológico ni un avión ni un misil".

Los dos hombres cargaron en sus vehículos todos los trozos que pudieron, dejando una gran cantidad de ellos. En el viaje de regreso a Roswell, Marcel se detuvo en su casa para enseñar algunos de los restos a su esposa y a su hijo.

A la mañana siguiente, el coronel Blanchard ordenó que se aislase la zona. Envió un grupo de soldados y policías militares al rancho, y se procedió a una búsqueda minuciosa por toda la zona. De vuelta a Roswell, el teniente Haut, el oficial de prensa, anunció la captura de un plato volador. La noticia fue difundida por la radio local y apareció en las ediciones vespertinas de los periódicos de la zona.

Mientras tanto, el comandante Marcel recibió orden de embarcar los restos del presunto platillo volador en un B-29 y trasladarse con ellos a Wright Field (actual base de Wright-Patterson), en Ohio, haciendo escala en el cuartel general de la 8a. Fuerza Aérea, en Fort Worth (Texas).

Mientras, en Washington, el jefe del Mando Aéreo Estratégico había tenido noticia del caso y se había puesto en contacto con el jefe de Estado Mayor de Fort Worth, al que encargó que inventase una historia alternativa y que dejase la gestión del incidente en manos del general Roger Ramey, el jefe de esa base.

Cuando Marcel aterrizó en Fort Worth, Ramey le dijo que no comentase nada, que él se hacía cargo del asunto. Irving Newton, el meteorólogo de la base, llevó al lugar de los hechos unos trozos de un globo meteorológico y de un reflector de radar, hecho de hoja de aluminio y varillas de madera. Marcel posó con esos restos falsos y se dijo a la prensa que se había cometido un error, que no era un platillo volador, sino un reflector de radar.

La nueva versión de la historia fue emitida a las 17 horas, demasiado tarde para los periódicos, excepto para la última edición de Los Ángeles Herald Express. El subtítulo decía "El general cree que se trata de los fragmentos de un radar meteorológico".

Hallazgo de Cuerpos

La limpieza del rancho Foster y de sus alrededores duró una semana, durante la cual se prohibió a Marcel que hablase con nadie. La búsqueda de restos se amplió y, dos días más tarde, se encontró el elemento principal del platillo volador y, a sólo 1.600 m de éste, los cadáveres de unos extraterrestres.

En 1990, Stanton Friedman entrevistó a un fotógrafo militar -identificado sólo como FB- que declaró haber visto unos cuerpos en un campo cercano a Corona. FB estaba destinado en la base aeronaval de Anacostia (Washington DC), cuando él y otro fotógrafo recibieron la orden de ir a Roswell. Una vez allí, los dos hombres fueron conducidos a una tienda montada en un campo y se les dijo que fotografiasen su contenido. "Vi cuatro cuerpos", afirmó FB. Las cabezas le parecieron desproporcionadamente grandes.

Desde enero de 1995, en más de treinta países se han difundido fragmentos de la supuesta autopsia de un extraterrestre. El aspecto del presunto alienígena de la película concuerda con las descripciones de algunos testigos oculares, y el cámara afirma haber rodado el reportaje el 31 de mayo de 1947, cerca de Socorro (Nuevo México). ¿Pudo ocurrir un tercer accidente ovni?

según Ray Santilli, el productor musical que dice haber comprado la película al cámara, varios militares reconocen en ese extraterrestre al que se recuperó del platillo accidentado en Nuevo México. ¿Podrá esta película ayudar a esclarecer lo que sucedió realmente en julio de 1947?

miércoles, 26 de agosto de 2009

Los triángulos voladores: ¿Naves aliení­genas o armas ultrasecretas?

Los investigadores indagan sobre unos gigantescos y negros aparatos alados y se preguntan: ¿son ovnis o aviones de combate secretos?

Los ovnis aparecen en todas formas y tamaños, pero, hasta ahora, parecían tener casi siempre unas formas habituales. Esto sucedía con los objetos en forma de disco o de cigarro, pero ahora se ven también ingenios de forma triangular. Este tipo de objetos se llaman a veces volcanes silenciosos, pero es más normal referirse a ellos como triángulos voladores.

En los testimonios hay algunas variantes, pero presentan unas características suficientemente comunes para sugerir que se trata de un mismo tipo de objeto. En general, el triángulo volador se describe como de más de 100 m de ancho y de un color negro o gris. La forma triangular es más visible cuando se mira por debajo, es decir, que el aparato es bastante plano y tiene la forma de un pedazo de pizza.

Numerosos informes también mencionan que estos objetos tienen forma de cuña, parecida a un bumerang. Hay frecuentes informes de tres luces montadas en la parte inferior de estos aparatos, concretamente una luz en cada esquina. Sin embargo, algunos testigos mencionan una cuarta luz situada en el centro del objeto, entre las luces más visibles. En general, las luces de los extremos del objeto se describen como rojas y la central como blanca.

Por supuesto, muchos avistamientos de ovnis ocurren de noche y, en el caso de triángulos voladores, es un hecho que las luces parecían volar en una formación triangular que, a menudo, es lo primero que atrae la atención. Pero a diferencia de las luces de los aviones, éstas no son intermitentes.

La primera oleada

La primera oleada de avistamientos de triángulos voladores ocurrió en marzo de 1983 en el valle del Hudson. Los testimonios mencionaron "alas voladoras" u ovnis en forma de "V". Un testigo dijo que el objeto "era enorme y cubría todo el cielo".

En los cuatro años siguientes, centenares de personas del valle del Hudson han manifestado haber visto este aparato. No obstante, fueron los acontecimientos de Bélgica, en 1990, los que llamaron la atención mundial y dieron como resultado uno de los más espectaculares y bien documentados avistamientos de todos los tiempos.

Desde la oleada de avistamientos del 29 de noviembre de 1989, Bélgica ha experimentado una gran actividad ovni, con informes de alta calidad presentados por testimonios muy fiables. Entre ellos se incluyen observadores experimentados, como personal militar y miembros de la policía belga: el tipo de personas que es menos probable que puedan confundir un objeto convencional con un fenómeno anormal.

En muchos avistamientos se menciona un objeto de forma triangular. Como resultado de esto, el Ejército del Aire belga decidió enviar aviones a investigar siempre que se produjese algún avistamiento.

En una ocasión se enviaron aviones sólo para comprobar que los avistamientos procedían de personas que habían visto las luces de una antena de una estación de radar. Como resultado, el Ejército decidió que sólo se enviarían aviones si los avistamientos visuales estaban relacionados con pruebas radar. En la noche del 30 de marzo de 1990 y a primeras horas del día siguiente, esto fue precisamente lo que sucedió.

Evidencia de radar

Los avistamientos se concentraron en la región de Wavre y muchos informes hablaban de tres luces que volaban en una formación triangular perfecta. Muchas personas vieron que estas luces estaban en la parte inferior de un enorme ingenio de forma triangular. El objeto fue detectado por dos bases radar en tierra, una del Ejército del Aire belga y otra de la OTAN. Se dieron las oportunas órdenes para que despegasen dos cazas F-16 del Ejército del Aire belga, preparados para una alerta de reacción rápida.

Los cazas pronto localizaron el objeto en sus radares y maniobraron para cercarlo. Pero, de alguna manera, el objeto rompió el cerco en varias ocasiones y parecía que podía moverse casi instantáneamente desde una posición inmóvil a otra, a una velocidad de más de 1.000 km/h.

Esta acción evasiva sugiere que el aparato estaba bajo control inteligente, pero la aceleración que imprimía en las maniobras que efectuaba habría matado a cualquier ocupante humano. El Ejército del Aire belga quedó muy intrigado con estos acontecimientos y cooperó con un grupo belga de investigación de ovnis para llevar a cabo una detallada investigación.

El jefe del estado mayor del aire belga, el coronel Wilfred de Brouwer, admitió que habían llegado a la conclusión de que el ovni era una nave sólida, que había penetrado sin autorización en el espacio aéreo belga. En vista de que los militares niegan sistemáticamente la existencia de los ovnis, esto casi era una admisión.

Avistamientos nocturnos

Tres años después, el triángulo volador hizo otra aparición, esta vez sobre Gran Bretaña. Los avistamientos ocurrieron en las primeras horas del 31 de marzo de 1993 y, quizá por ser tan temprano, muchos de los testimonios fueron agentes de policía de patrullas nocturnas y soldados en su turno de guardia alrededor de bases militares.

Las descripciones eran parecidas a las de los avistamientos belgas. Muchos informaron que tres luces se movían en perfecta formación, mientras que otros, que las vieron de cerca, dijeron que las luces señalaban los bordes de un gigantesco ovni triangular. Varios testimonios informaron de otra característica que se ha mencionado con frecuencia con relación al triángulo volador: el sonido grave de un zumbido que parecía provenir del objeto.

Un informe de la base de la RAF en Cosford, Shropshire, indica que toda una patrulla de guardia dijo que había visto un ovni pasando por encima de la base. Otro informe, del servicio de controladores de tráfico aéreo, señala que a la misma hora, las pantallas de la zona reflejaron un vacío total de aeronaves.

Amenaza contra la seguridad

El informe más sensacional de aquella noche procedía de un meteorólogo de la base de la RAF en Shawbury, a pocos kilómetros de la base de Cosford. Al enterarse del avistamiento, salió al exterior para ver si podía ver algo.

Con asombro, vio un aparato de forma triangular que volaba directamente hacia la base emitiendo un zumbido grave. Estimó que el tamaño del objeto era algo menor que el de un Jumbo. El testimonio informó que, de pronto, el objeto dirigió un haz de luz hacia tierra barriendo de lado a lado, como si buscase algo. A continuación, la luz se apagó y el objeto pasó lentamente por encima de él, casi directamente por encima de la base.

En un intento para encontrar una explicación, el Ministerio de Defensa inició una detallada investigación sobre estos avistamientos. El Ministerio siempre había sostenido que los ovnis no tenían "importancia para la defensa", pero ahora se enfrentaba a un dilema. No podía seguir diciendo que estos fenómenos no eran importantes para la defensa, cuando numerosos testimonios militares habían informado de la presencia de un aparato triangular que volaba por encima de dos instalaciones militares claves.

El Ministerio intentó vincular los avistamientos a algún acontecimiento mundano. Efectuó una serie de comprobaciones, investigando en primer lugar la actividad de los aviones militares y civiles, y de los lanzamientos de globos meteorológicos. Incluso consultó al Real Observatorio de Greenwich si podría existir alguna explicación astronómica, como una actividad meteorítica desacostumbrada, pero todas sus investigaciones no dieron ningún resultado.

Una de las teorías suponía que las luces fueron producidas por la reentrada de un cohete ruso en la atmósfera terrestre. Pero si bien este suceso podría explicar una particular concentración de avistamientos de luces a gran altura y a la 1.10 de la noche, los avistamientos del ovni habían ocurrido durante varias horas. No había manera alguna de explicar claramente el avistamiento de la base de la RAF de Shawbury, por lo que esta teoría tuvo que eliminarse.

Prototipos de aviones

Se ha sugerido que el triángulo volador podría ser alguna clase de prototipo de avión secreto. Durante varios años han habido rumores de un sustituto hipersónico del Blackbird SR-71 de la Lockheed y que este nuevo avión se llamaba Aurora.

El Ejército del Aire belga investigó la posibilidad de que el triángulo de 1990 fuese un caza Stealth F-117 norteamericano, pero recibió garantías de que no fue así. Era improbable que algún avión secreto fuese pasado fuera de los limites y de las zonas de riesgo aprobados exclusivamente y nunca habría volado dentro de un espacio aéreo fuertemente defendido sin el visto bueno diplomático. Un incidente diplomático sería muy arriesgado, debido a la posibilidad de que el avión secreto fuese interceptado y se hiciese público.

Por razones similares, el Ministerio de Defensa británico rechazó la idea de que el responsable fuese un prototipo norteamericano. Como los gobiernos son incapaces de dar respuesta, ¿aprovechan esta confusión los verdaderos operadores? existe una interesante conexión entre los avistamientos de las últimas horas de la noche del 30 de marzo y las primeras horas del día siguiente. Si estos relatos hubieran sido recogidos por los medios de comunicación., Deberían haberse publicado el 1 de abril, precisamente el día de los inocentes anglosajón. ¿Y quién habría hecho caso de una noticia de ovnis este día? ¿se trata de una coincidencia, de un engaño muy elaborado o de un signo de que la inteligencia que hay detrás de este objeto tiene un gran sentido del humor?

aunque estas oleadas de avistamientos de triángulos voladores son importantes, no lo son menos los testigos militares y las implicaciones en la seguridad nacional. Debería recordarse que muchos pilotos informan de avistamientos casi a diario. Los expedientes de casos de todos los grupos de ufólogos de todo el mundo contienen numerosos ejemplos de testimonios que han visto este visitante tan misterioso.

martes, 25 de agosto de 2009

Agentes del silencio: ¿Cuál es el fin de los Hombres de Negro?

Raramente, quizá nunca, se cumplen las amenazas de los misteriosos hombres de negro.
¿Cuál es entonces el propósito de sus visitas?
¿Qué explicación tiene este fenómeno desconcertante?

En septiembre de 1976, el doctor Herbert Hopkins, médico e hipnotizador de 58 años de edad, trabajaba como consultor en un caso de teleportación en Maine (Estados Unidos). Una noche en que su esposa e hijos habían salido dejándole solo, sonó el teléfono y un hombre que se identificó a sí mismo como vicepresidente de la Organización de Investigaciones OVNI de Nueva Jersey solicitó entrevistarse con él para discutir el caso. El doctor Hopkins aceptó, pues en aquel momento le pareció lo más natural. Se dirigió a la puerta trasera a encender la luz para que el visitante pudiera encontrar el camino desde el parking, y vio al hombre que ya estaba subiendo los escalones de la entrada. "No vi ningún coche, pero aunque lo hubiera tenido era imposible que llegara a mi casa con tanta rapidez desde ningún teléfono", comentó más tarde asombrado.

Pero en aquel momento el doctor Hopkins no experimentó sorpresa alguna, y acogió al visitante. El hombre vestía traje negro, sombrero, zapatos y corbata negros, y camisa blanca. Pensé que su aspecto era de un empleado de una funeraria. Sus ropas eran impecables: el traje, sin arrugas, y la raya de los pantalones, perfecta. Al quitarse el sombrero vi que era completamente calvo, y que carecía de cejas y de pestañas. Su palidez era cadavérica, y sus labios eran de un rojo brillante.

En el transcurso de la conversación se frotó los labios con los guantes, de ante gris, y el doctor se sorprendió al comprobar que los llevaba pintados.

¿Visitante de otra dimensión?

Sin embargo, fue más tarde cuando el doctor Hopkins reflexionó sobre lo extraño del aspecto y de la conducta de su visitante. En aquel momento siguió la conversación con toda naturalidad, considerando que el episodio formaba parte de su actividad profesional. Cuando concluyó el relato, su visitante afirmó que el doctor tenía dos monedas en el bolsillo relacionadas con el caso. Le pidió al doctor que pusiera una de las monedas en su mano y él lo hizo así. El extraño dijo al doctor que mirara la moneda, no a él; mientras miraba la moneda pareció desenfocarse y luego se desvaneció gradualmente. "Ni usted ni nadie más en este planeta volverá a ver esta moneda otra vez", dijo el visitante.

Después de hablar un rato más de los tópicos acerca de los OVNIS, el doctor Hopkins advirtió que el visitante hablaba más despacio. El hombre se levantó tambaleándose y dijo muy despacio: "Mi energía se esta agotando, debo irme ahora, adiós." Se encaminó vacilante hacia la puerta y bajó los peldaños con inseguridad, de uno en uno. El doctor Hopkins vio una luz brillante en la carretera, una luz blanco-azulada y de brillo distinto a la de los faros de un coche. En aquel momento, sin embargo, supuso que se trataba del coche del extraño, aunque ni lo vio ni lo oyó.

Más tarde, cuando regresó la familia del doctor Hopkins, examinaron la carretera, encontrando señales que no podían pertenecer a un coche, pues estaban en el centro de la calzada. Al día siguiente, y aunque la carretera no se había utilizado, las marcas ya no estaban.

El doctor Hopkins quedó sumamente alarmado por la visita, sobre todo desde que empezó a plantearse lo extraordinario de la conducta de su visitante. De ahí que siguiera al pie de la letra las instrucciones de aquel hombre; borró las cintas de las sesiones hipnóticas que estaba realizando en relación al caso que le ocupaba, y aceptó abandonar el mismo.

Tanto en casa del doctor Hopkins como en la de su hijo mayor, siguieron ocurriendo incidentes curiosos. Hopkins supuso que tenían alguna relación con la extraña visita, pero nunca supo nada más de su visitante. En cuanto a la Organización de Investigaciones OVNI de Nueva Jersey, tal institución no existía.

La narración del doctor Hopkins es probablemente la más detallada de la visita de un HDN (hombre de negro), y nos enfrenta con el aspecto más fantástico del problema. En primer lugar, debemos preguntarnos si un doctor respetado y competente inventaría una historia tan extraña; y si así fuera: ¿por qué motivo? Por otra parte, ¿podría haber sido todo una ilusión, a pesar de las huellas que observaron otros miembros de su familia? ¿Es posible que la verdad se encuentre entre la realidad y la imaginación? Es decir: ¿podría tratarse de un impostor que visitó al doctor por alguna oscura razón, y que actuó para desencadenar en él, con alguna finalidad, la invención de sucesos misteriosos?

Consecuencias sorprendentes

La menos convincente de todas las explicaciones es la de que todo el incidente se desarrollara en la imaginación del doctor. Cuando su esposa e hijos regresaron a casa le encontraron realmente asustado, con las luces de la casa encendidas y sentado en una mesa en la que había una pistola. Confirmaron las marcas en la carretera y una serie de alteraciones en el teléfono que, parece ser, comenzaron inmediatamente después de la visita. Por lo tanto parece que si sucedió algún acontecimiento real, aun que su naturaleza permanece misteriosamente incierta.

La existencia de hechos extraños fue aceptada por las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, que estaban al corriente de que personas que se hacían pasar por miembros de la USAF visitaban a testigos de OVNIS. En febrero de 1967, el coronel George P. Freeman, portavoz del Pentágono para el proyecto Blue Book de la USAF, declaró al investigador John Keel en el transcurso de una entrevista:
Hombres misteriosos con uniforme de las Fuerzas Aéreas, o luciendo credenciales de agencias gubernamentales, han venido "silenciando" a testigos de OVNIS. Hemos comprobado gran cantidad de estos casos, y ninguno de estos hombres está vinculado a las Fuerzas Aéreas. Hasta ahora no hemos sido capaces de descubrir nada acerca de esos hombres. Al hacerse pasar por oficiales de las Fuerzas Aéreas o por agentes del gobierno están cometiendo un delito federal. Estamos seguros de atrapar alguno. Por desgracia, el rastro está ya demasiado frío cuando nos enteramos de alguno de estos casos, pero seguimos intentándolo.

Una pregunta sigue en el aire: los impostores referidos por el coronel Freeman y por el doctor Hopkins, ¿pertenecen a la misma categoría de extraños visitantes? Las observaciones de OVNIS, al igual que los crímenes pasionales, atraen a gran cantidad de personas mentalmente inestables que son perfectamente capaces de hacerse pasar por agentes autorizados con tal de tener acceso a los testimonios. Es probable que algunos de los supuestos HDN sean tan sólo pseudo-investigadores de esta clase.

Una curiosa circunstancia repetida en los informes acerca de los HDN es la incoherencia de su conducta: si están representando a seres humanos, no lo hacen demasiado bien. Despiertan la sospecha de sus víctimas mucho más por su ignorancia que por sus conocimientos. Desde luego pudiera ser que los que calificamos de impostores sólo sean aquellos cuyo trabajo no ha resultado convincente; quizá haya muchos casos de HDN que nunca conoceremos, simplemente porque los visitantes han persuadido a sus víctimas de que no hay nada sospechoso en sus visitas, o de que más les valdrá guardar silencio.

Los HDN suelen advertir al testigo que no diga nada acerca de la visita, y que cese toda actividad relacionada con ella: este detalle constituye una característica casi definitoria de estos extraños seres. Además, hay que tener en cuenta que conocemos todos los casos registrados de HDN sólo porque esas instrucciones han sido desobedecidas, y eso significa que se deben de haber dado muchísimos casos más. Y, sin embargo, jamás, que se sepa, se ha producido ninguno de los castigos terribles con que son amenazados los testigos. En 1976, Carmen Cuneo, una testigo canadiense, fue avisada por un misterioso visitante para que dejara de contar su experiencia y abandonara el caso, o de lo contrario sería visitada por otros tres HDN. "Le dije: ¿y esto qué significa? -Bien, respondió él, podría causarle molestias... quizá algunas heridas." Un año antes, Carlos de los Santos, testigo mexicano, fue detenido cuando se dirigía a una entrevista en televisión,no por una, sino por dos limusinas negras, y uno de los ocupantes, vestido de negro y de aspecto escandinavo, le dijo: "Cuidado, chico; si aprecias tu vida y la de tu familia, no vuelvas a hablar de tu visión."

Sin embargo, no existe evidencia alguna de que estas amenazas se hayan materializado alguna vez, aunque muchos testigos han desoído las advertencias. En realidad, por muy siniestros que puedan parecer los HDN, se caracterizan por su no violencia; lo peor que puede decirse de ellos es que atosigan a los testigos con sus visitas y llamadas inoportunas, o simplemente que les molestan con su presencia.

Amenazas de violencia

Mientras que para la víctima el que no se cumplan las amenazas es lo mejor que puede suceder, éste resulta para el investigador uno de los aspectos más desconcertantes del problema. La violencia, si se concretara en acciones físicas, ayudaría cuanto menos a definir el fenómeno. Además, la mayoría de las evidencias son, en el fondo, simples rumores, y con frecuencia no de gran calidad; casos también descritos como los del señor Richardson o el doctor Hopkins son por desgracia la minoría. Hay una gran falta de precisión en demasiados de los informes. El escritor norteamericano Brad Steiger asegura que cientos de ufológos, con tactos y testigos casuales de OVNIS declaran haber sido visitados por los HDN -generalmente en número de tres, generalmente vestidos de negro-, pero sólo cita algunos hechos puramente anecdóticos. Asimismo, John Keel, experto en fenómenos inexplicables, sostiene haber visto en muchas ocasiones los Cadillacs negros con pasajeros siniestros de aspecto oriental y vestidos de negro, pero tratándose de un reportero experto muestra un curioso recelo a ocuparse de esas visiones o a brindarnos un articulo versado sobre un tema tan importante. Aseveraciones como éstas no constituyen evidencias válidas: sólo sirven para alimentar la imaginación.

Y volvamos al mito de los HDN y a la posibilidad de que el fenómeno sea sólo eso: un mito. ¿Es posible que se trate de una ilusión?, ¿que todo sea una creación de la imaginación popular, cuyas obsesiones personales toman esta forma porque, de una u otra manera, los OVNIS constituyen una de las preocupaciones culturales más importantes de nuestro tiempo? Por otro lado está la versión de Woodrow Derenberg, que insiste en que los dos hombres vestidos de negro que trataron de silenciarlo eran emisarios de la Mafia. Por otro, David Tansley sugiere que se trata de entidades psíquicas representativas de las fuerzas ocultas que tratarían de evitar la expansión del "verdadero conocimiento". Dominick Lucchesi, uno de los amigos de Albert Bender, sostiene que provienen de alguna civilización desconocida, posiblemente enterrada en un área remota de la Tierra (el Amazonas, el desierto de Gobi o el Himalaya).

Pero existe un hecho común a casi todos los informes sobre los HDN, hecho que toda teoría debe considerar y que puede encerrar la clave del problema. Se trata de que los HDN poseen información a la que no han podido tener acceso, información privada, no tratada en la prensa, quizá conocida únicamente por algunos investigadores y oficiales pero no por el público. A veces, la única persona que posee esa información resulta ser la que es visitada. En otras palabras, los HDN y sus víctimas comparten conocimientos que quizá no posea nadie más. Además, casi siempre estos HDN aparecen cuando el testigo está solo. En el caso del doctor Hopkins, por ejemplo, el visitante tuvo mucho cuidado en llamar cuando la esposa y los hijos estaban fuera, y comprobó este extremo antes de presentarse. La conclusión debe ser que entre los HDN y sus testigos se establece una comunicación distinta, algún lazo paranormal.

¿Verdad o paranoia?

A todo esto hay que añadir otra serie de rasgos del fenómeno que no concuerdan con la realidad cotidiana. Por ejemplo, esos pomposos coches negros: ¿dónde están cuando no visitan a los testigos? ¿Dónde están guardados? ¿Nunca se les ve en colisiones o accidentes? ¿Es posible que se materialicen desde otro nivel existencial cuando son necesarios?

Estas son sólo algunas de las muchas preguntas que suscita el fenómeno de los HDN. Lo malo es que estos casos se producen en un espectro que va desde lo más creíble a lo más increíble. En un extremo están las visitas en las que no ocurre nada anormal, salvo la falsa identidad del visitante o el conocimiento de información privada. Pero en el otro extremo se dan casos en los que la única explicación posible seria que el testigo hubiera sucumbido a la paranoia. En su obra The truth about the men in black (La verdad sobre los hombres de negro) la investigadora Ramona Clark habla de un investigador anónimo que fue asaltado por tres hombres de negro el 3 de julio de 1969:

"Sobre la ventanilla del coche en que viajaban se hallaba el símbolo que asociaban a sus visitas. A aquel hombre este símbolo le causó un impacto psicológico profundo. Jamás había visto en ningún ser humano un miedo como el de aquel hombre."

A este primer encuentro siguió un hostigamiento continuo. Se produjeron llamadas misteriosas, la casa estaba vigilada. El hombre empezó a oír voces y a ver formas extrañas. Cadillacs negros le seguían a todas partes. En una ocasión su familia y él estuvieron a punto de sufrir un accidente por culpa de un Cadillac que se les echó encima. Empezó a tener pesadillas en las que aparecían los HDN. No podía descansar, su trabajo se resintió y temía perder su empleo.

¿Estaba todo en su mente? Resulta tentador pensar que si. Pero un amigo suyo confirmó que mientras hablaban, en la acera de enfrente un hombre de aspecto extraño paseaba arriba y abajo. Era un hombre alto, de unos cincuenta y cinco años, y vestía completamente de negro.

lunes, 24 de agosto de 2009

La negra silueta del mal: Los Hombres de Negro dentro de la historia humana

Los hombres de negro despertaron gran interés en los años cincuenta. Pero el poderoso símbolo de la figura vestida de negro se remonta a muchos siglos atrás.

Los investigadores de OVNIS y las personas que los han visto no son de ningún modo los únicos que reciben visitas de hombres vestidos de negro. Quienes investigan la resurrección religiosa de 1905 en el Norte de Gales, han hallado relatos que parecen tener una similaridad con el fenómeno HDN (hombres de negro): En la vecindad habita una joven excepcionalmente inteligente, perteneciente a la clase campesina, cuyo dormitorio ha sido visitado tres veces seguidas a medianoche por un hombre vestido de negro. Esta figura ha entregado un mensaje a la chica, a la cual se le ha prohibido, sin embargo, relatarlo.

La joven en cuestión, esposa de un granjero, que se convirtió en la predicadora Mary Jones -una de las figuras destacadas de la resurrección- era muy famosa por las misteriosas luces que aparecían cuando estaba dedicada a su misión. En una ocasión, cuando se encontró con su siniestro visitante por la noche, Mary fue "rescatada" por una de sus luces, que lanzó un rayo blanco a la aparición. El HDN desapareció.

Todo esto parece una fantasía delirante, si no fuera por el hecho de que existen evidencias probadas de algunos de los fenómenos relatados, muchos de los cuales fueron presenciados por varios testigos independientes, algunos de ellos abiertamente escépticos. ¿Significa esto que los HDN existieron en realidad y aparecieron realmente en el dormitorio de "aquella inteligente joven de la clase campesina"? Lo que sabemos acerca de la oleada actual de HDN puede ayudarnos a comprender casos similares acaecidos en el pasado. Los hombres de negro, en una forma u otra, aparecen en el folklore de todos los países, y periódicamente pasan de la leyenda a la vida cotidiana. El 2 de junio de 1603 un joven campesino se confesó culpable, frente a un tribunal del sudoeste de Francia, de varios actos provocados por su transformación en lobo; había acabado secuestrando y comiéndose a un niño. El "hombre-lobo" afirmó que estaba actuando bajo las órdenes del Dios del Bosque, del cual era esclavo. Describió al Dios del Bosque como un hombre alto y moreno, vestido todo de negro y montado en un caballo negro.

Bajo la protección de la oscuridad

Montague Summers, que cuenta el caso en su libro The werewolf (El hombre lobo), no duda en identificar este y todos los otros HDN con el diablo de la doctrina cristiana, y ésta sigue siendo una interpretación muy extendida: incluso hoy algunos teóricos sostienen que el origen de los OVNIS es diabólico, y los HDN, consecuentemente, deben ser los agentes de Satán. En los lugares del mundo donde la doctrina religiosa que prevalece presupone dos facciones opuestas del bien y del mal, el bien es comparado con la luz y el mal con la oscuridad, los agentes del bien tienden a ser rubios y vestidos de blanco, mientras que los agentes del mal tienen pelo oscuro y van vestidos de negro. Naturalmente, de esto se derivan otras connotaciones. Bajo la protección de la oscuridad pueden llevarse a cabo toda clase de trampas y pueden cometerse crímenes. La oscuridad también está asociada con el invierno y con la muerte: en casi todo el mundo, los ritos y costumbres relacionados con la muerte están asociados al color negro. Así pues, cualquiera que sea su papel especifico. el HDN constituye una figura siniestra. Es un hipócrita que no trabaja abiertamente; representa la mentira más que la verdad, la muerte más que la vida.

Debido a estos elementos simbólicos evidentes, mucho teóricos especulan con el hecho de que los HDN no son criaturas de carne y hueso, sino construcciones mentales proyectadas desde la imaginación del que percibe, y que adoptan una forma que combina la leyenda tradicional con las imágenes contemporáneas. Sin embargo, no es tan simple como parece: la mayoría de los relatos aseguran que se trata de criaturas reales que se mueven en el mundo real y físico.

En opinión de aquellos que han vivido algún encuentro con los HDN, hay varios orígenes posibles. En su definición más concreta, el HDN se dice representante de un departamento oficial, algunas veces tan honrado y legitimo como las Fuerzas Aéreas, otras veces una organización más secreta como la CIA o el FBI. El americano medio, en particular, no parece muy convencido de que cuerpos de investigación tales como la CIA estén trabajando necesariamente en favor del interés público. Del mismo modo que se ha hablado de que existe una conspiración de encubrimiento gigante en torno al fenómeno OVNI organizada por el gobierno, puede ser que los HDN formen parte de esta operación, siendo su único objetivo el escamotear los hechos silenciando a testigos y robando fotografías y otras pruebas.

El hecho de que las identidades de un gran número de HDN han sido comprobadas y de que invariablemente han resultado no ser las personas que pretenden ser, añade fuerza a esta sospecha, que puede calificarse de pura paranoia. Como consecuencia, en 1970 un teórico americano, Tony Kimery, escribió de forma totalmente seria: Los misteriosos HDN y toda su fuerza de ladrones, secuaces y oficiales de información muy bien adiestrados, constituyen una gran parte de los complejos fenómenos de los OVNIS que a su vez forman parte de otro importante y complejo fenómeno (sic). es sabido que ahora tienen en marcha proyectos destinados a conseguir un completo control de las instituciones política, financieras, religiosas y científicas. Ellos -los HDN- poseen un gran trasfondo e historia que se remonta a siglos atrás.

Los HDN son a menudo descritos como de piel oscura, y no suelen dominar mucho el inglés o, a la inversa, tienen una forma de hablar extremadamente precisa y meticulosa, que sugiere una falta de costumbre evidente. Mary Hyre, periodista del Oeste de Virginia, advirtió que un extraño visitante tomaba un bolígrafo de su escritorio y lo examinaba con asombro, como si no hubiera visto nunca algo semejante. Y una persona que había visto OVNIS, la señora Butler, que recibió una visita de un hombre que afirmaba ser un comandantes de las Fuerzas Aéreas, se quedó perpleja al ver que estaba tan poco familiarizado con la comida americana que había que enseñarle cómo comerla. De ahí que se les catalogue como extranjeros, actitud muy acorde con la proverbial xenofobia americana. Sin embargo, curiosamente, ningún testigo parece haber sugerido que los HDN sean de origen ruso: en los casos en que se mencionan detalles concretos, siempre se da a entender que son vagamente "orientales". A menudo se habla de ojos achinados; las caras inexpresivas sugieren al inescrutable asiático; otras veces se los describe como totalmente calvos. No hay como unir el "peligro amarillo" con el "hombre de negro" para conseguir un "malo" perfecto.

Aunque los testigos raramente afirman creer que sus visitantes proceden de más allá de la Tierra, esto queda a menudo implícito en sus declaraciones. Los tres hombres de Bender eran claramente de origen extraño. Otros HDN han mostrado un comportamiento que parece sugerir que pueden funcionar sólo durante un limitado lapso de tiempo: al cabo de un rato insisten en que tienen que marcharse, o toman pastillas, o piden agua, y algunas veces dan muestras de perder fuerza.

Todavía existe otra posibilidad: que los HDN, por una parte, no sean ni seres de carne y hueso (incluso seres extraterrestres de carne y hueso), ni pura alucinación o ilusión, sino algo a medio camino.

Secuestros y amenazas

El supuesto secuestro a bordo de un OVNI de Frank Fontaine en diciembre de 1979, que duró siete días, fue uno de los raros casos franceses que han atraído la atención mundial. El secuestro en si fue, por supuesto, el acontecimiento central del caso, pero fue tan sólo el comienzo de una serie de incidentes: uno de ellos, que implicaba a los HDN, afectó a otro miembro del trío secuestrado, Jean-Pierre Prévost, quien relató la siguiente historia:
La noche del viernes 7 al sábado 8 de diciembre de 1979, Frank, Salomón y yo nos habíamos quedado levantados charlando, y nos fuimos a la cama a eso de las 5 o 5,30 de la mañana. A las siete sonó el timbre de la puerta: Salomón y Frank no lo oyeron, así que fui yo mismo a abrir. Me encontré con tres tipos. Uno de ellos era de estatura normal, muy bien vestido con un traje color verde oscuro (casi negro), corbata negra, camisa blanca y un chaleco a juego con el traje; llevaba barba, negra como su cabello, y bigote. Su apariencia general era buena. Los otros eran mayores y más corpulentos.

De lo que sigue, no le dije nada a la policía -aunque si les relaté la visita- porque ya estamos hartos de que nos llamen chiflados. Sin embargo, esos dos tipos que iban con el hombre de la barba no existían realmente, de eso estoy seguro. En primer lugar, no tenían visión. Es difícil de explicar: me atravesaban con sus ojos, pero aquellos ojos no eran más que una masa blanca. ¡Eran espantosos!

El tipo de la barba me preguntó: "¿Sos uno de los tres?", con lo cual se refería, naturalmente, a si yo era uno de los tres implicados en el caso del secuestro en Ciergy-Pontoise. Yo conteste que sí, y él prosiguió: "Bien, en ese caso podes decirle a tus compañeros: ya dijeron demasiado. Les va a ocurrir un accidente, y si dicen algo más, será más serio que todo eso... " Y habiendo dicho esto desaparecieron; pero aún no consigo explicarme cómo lo hicieron. No tomaron el ascensor, ya que se hubiera oído, ni bajaron por las escaleras, ya que la puerta de entrada hace un ruido ensordecedor. Me dirigí hacia la ventana que da al estacionamiento. Toda la noche, al menos hasta las cinco de la mañana o más tarde, habíamos observado la presencia de un Ford Capri verde metálico situado debajo de nuestra ventana, un Ford que no reconocimos. Bueno, cuando miré hacia abajo, vi como el Ford empezaba a moverse. ¿Cómo habían conseguido meterse en él sin usar las escaleras o el ascensor? Un completo misterio.

Desperté a Franck y Salomón y fuimos a la policía, aunque no les dimos los increíbles detalles acerca de los dos "gorilas". La policía dijo que mientras no nos atacaran o hirieran no podían hacer nada, así que volvimos a casa. Y eso fue todo.

Las fuerzas del mal

Jean-Pierre dijo a los investigadores que había visto a los tres hombres en varias ocasiones posteriores. Generalmente los veía por la calle o en un mercado, pero. en una ocasión recibió otro aviso mientras estaba en una tienda de tabacos comprando cigarrillos: le advirtieron que no mencionara nada acerca de sus experiencias y sus amenazas. Más tarde, bajo hipnosis, Jean-Pierre indicó que las personas no eran extraterrestres, sino intraterrestres, fuerzas del mal provenientes del interior de la Tierra. También añadió -curiosamente- que el hombre de la barba era real, pero que sus dos secuaces eran irreales.

Casos como este resultan incomprensibles precisamente porque carecen de consecuencias. Pero una cosa parece cierta: del mismo modo que las visitas de los HDN parecen tener su origen en algún tipo de conexión mental o psíquica entre los HDN y el testigo, las consecuencias de la visita depende menos de los HDN que de la actitud adoptada por el testigo. Si toma las palabras de los HDN al pie de la letra, si cree en sus amenazas, es muy posible que caiga en una depresión nerviosa: puede desarrollarse en él algún tipo de paranoia y puede creer que le siguen a todas partes, o que es acosado por fenómenos paranormales (extrañas llamadas telefónicas, fenómenos poltergeist). Es probable incluso que estos fenómenos secundarios sean auténticos, por cuanto proceden de la propia víctima: constituyen manifestaciones de sus temores -pero no son menos reales por ello- y no desaparecerán hasta que se rinda, abandonando sus estudios acerca de los OVNIS o guardando silencio.

Si, por otro lado, decide continuar con el asunto, parece ser que los HDN son impotentes frente a él. Carlos de los Santos, al ser detenido cuando se dirigía a una entrevista televisiva por una banda de personajes fuertes y amenazadores, sintió miedo en un principio; dio la vuelta, regresó a casa y canceló la entrevista. Pero un amigo le tranquilizó y le persuadió de que no se dejara intimidar: quince días más tarde hizo la entrevista; ¡y los HDN no dijeron ni mu!

El fenómeno de los HDN merece ser estudiado detenidamente. Cualquiera que sea su naturaleza -si son completamente ilusorios o si hay algún grado de realidad en ellos-, ejercen un gran poder sobre las mentes de sus víctimas. Cuanto más los comprendamos, mejor podremos aprender a utilizarlo o contrarrestarlo. Y, aunque no sea por ninguna de estas razones, el fenómeno HDN es importante porque proporciona al sociólogo una oportunidad para estudiar una leyenda en plena formación. La siniestra mascarada de los HDN nos proporciona un fenómeno contemporáneo equiparable con la bruja, el hombre-lobo y el vampiro del pasado.

viernes, 21 de agosto de 2009

Visitantes de negro: El mito de los Hombres de Negro (Men In Black)

A medida que aumentan las observaciones de OVNIS, crece también la persecución de que son objeto los testigos. Las visitas de los siniestros hombres de negro, siempre amenazadoras o cuanto menos inquietantes, consiguen a menudo silenciarlos.

"Viajé a lo Fantástico y encontré la respuesta", declaró Albert Bender, director del International Flying Saucer Bureau, organización amateur dedicada a los OVNIS, del estado norteamericano de Connecticut. "Sé qué son los platillos voladores." Desgraciadamente, el resto del mundo no se ha enterado, ya que a Bender se le impidió comunicar su descubrimiento al mundo. Como otros, recibió la visita de tres siniestros hombres vestidos de negro que consiguieron amedrentarle.

Bender tenía la intención de publicar sus decisivos descubrimientos en su propia revista, Space Review. Pero antes de hacerlo le pareció que debía exponer sus ideas a un colega. Le envió pues su articulo por correo y, pocos días después, llegaron los hombres.

Bender, que se había echado un momento en su cama porque no se encontraba muy bien, notó la presencia de "tres figuras oscuras" en la habitación. Las figuras se volvieron más claras. Todas vestían ropas oscuras. Parecían clérigos, pero llevaban sombreros de tipo Homburg. Era difícil distinguir sus caras porque los sombreros las ocultaban parcialmente y las sombreaban. La sensación de miedo desapareció... Súbitamente, los ojos de las tres figuras se iluminaron como linternas eléctricas concentrándose en mi. Parecían quemarme el alma y el dolor que sentía sobre los ojos se volvió casi insoportable. Entonces sentí que en aquel momento me estaban transmitiendo un mensaje por telepatía».

Sus visitantes confirmaron que Bender tenía razón en sus suposiciones acerca de la verdadera naturaleza de los OVNIS -uno de ellos llevaba consigo el informe de Bender- y le proporcionaron información adicional. Esto le aterrorizó tanto que se sintió muy dispuesto a aceptar sus exigencias de que cerrara su organización y dejara de publicar su revista. Se le dijo que no debía decir la verdad a nadie "por su honor de ciudadano americano".

¿Pretendería Bender que alguien crea su historia? Sus amigos y colegas quedaron atónitos; uno de ellos, Gray Barker, publicó un libro sensacionalista, They knew too much about flying saucers (Sabían demasiado sobre los platillos voladores), y el mismo Bender proporcionó una versión aún más extraña en su Flying Saucers and the Three Men (Platillos volantes y los tres hombres), publicado unos años después, en respuesta a los insistentes pedidos de sus ex-colegas. En él relataba una descabellada historia acerca de naves espaciales con bases en la Antártida, teoría que figura entre las más rebuscadas que se han dedicado a este tema. Se ha sugerido que la inverosimilitud de la historia de Bender se proponía despistar a los investigadores serios de OVNIS.

Créase o no, la versión original de la visita de los tres desconocidos presenta un enorme interés para los investigadores de OVNIS, por que existen muchos informes similares, provenientes a veces de personas que difícilmente pueden haberse enterado de la experiencia de Bender. Tanto quienes ven OVNIS como quienes los investigan pueden ser visitados por hombres de negro (HDN) y aunque la mayoría de los informes provienen de los Estados Unidos, hay otros que llegaron de Suecia, Italia, Gran Bretaña y México. Por otra parte, las visitas de los HDN se han venido produciendo durante tres décadas, al igual que las oleadas más importantes del fenómeno OVNI, y bien pueden haber tenido precursores en siglos anteriores.

Como la historia de Bender, la mayoría de los informes posteriores no sólo contienen detalles poco posibles, sino que son auténticamente ilógicos; prácticamente en todos los casos parecen existir más razones para descreer que para creer. Pero esto no elimina el misterio; simplemente exige que lo estudiemos desde otra perspectiva. Porque, hayan sucedido o no estas cosas, el hecho es que alguien informó acerca de ellas y, ¿por qué tanta gente iba a relatar estas extrañas y siniestras visitas, de forma independiente y, con frecuencia, de mala gana? ¿Y por qué sus relatos se parecen tanto entre si, y contribuyen de este modo a confirmar unas pautas persistentes que caracterizan uno de los mitos -o realidades- más poderosos de nuestro tiempo?

El estereotipo del mito

El informe típico sobre HDN es más o menos como sigue: poco después de haber observado un OVNI, el sujeto (que puede ser un testigo o un investigador) recibe una visita. Con frecuencia, esto ocurre tan pronto que todavía no se ha producido un informe oficial ni una publicación. Para abreviar, los visitantes no pueden haber obtenido de forma normal la información que sin duda poseen: nombres, direcciones, detalles acerca del incidente y de la gente implicada.

La víctima está, casi siempre, sola en el momento de la visita, generalmente en su propia casa. Sus visitantes, que suelen ser tres, llegan en un gran coche negro. En Estados Unidos suele ser un prestigioso Cadillac, pero pocas veces de un modelo reciente. Al mismo tiempo, aunque se trata de un automóvil antiguo, lo más frecuente es que esté en perfectas condiciones, que esté escrupulosamente limpio por dentro y reluciente por fuera, y que presente incluso el inconfundible olor a "coche nuevo". Si el sujeto anota el número de matrícula y lo investiga, descubre siempre que se trata de un número inexistente.

Los visitantes son casi siempre hombres; muy raramente aparece una mujer, pero nunca más de una. Su aspecto se ajusta a la imagen estereotipada de un agente de la CIA o de los servicios secretos: llevan trajes oscuros, sombreros oscuros, corbatas oscuras, zapatos y calcetines oscuros, pero camisas blancas; los testigos comentan a menudo su aspecto impecable... toda la ropa que llevan parece recién comprada.

Las caras de los visitantes son descritas como vagamente extranjeras, casi siempre "orientales"; muchas descripciones hablan de ojos almendrados. Cuando su piel no es oscura, tienden a estar muy tostados. A veces aparecen toques extraños; en el caso del doctor Hopkins, que relataremos más adelante, el hombre de negro ¡parecía llevar los labios pintados de rojo! Los HDN tienen en general rostros serios y carentes de expresión; sus movimientos son rígidos y torpes. Su actitud es formal, fría, siniestra, casi amenazadora; nunca son simpáticos, aunque tampoco demuestran hostilidad. Los testigos han sugerido muchas veces que no parecían humanos.

Algunos HDN exhiben documentos de identidad y, por cierto, han aparecido llevando uniformes de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos u otros uniformes. Pueden mostrar tarjetas de identidad, pero como la mayor parte de la gente no reconoce las tarjetas de la CIA u otros servicios "secretos", eso no demuestra nada. Si dan sus nombres y el testigo trata de confirmarlos, descubre invariablemente que son falsos.

La entrevista incluye a veces un interrogatorio y, otras, una simple advertencia. De todos modos, los visitantes, aunque hacen preguntas, están muy bien informados y tienen acceso a informaciones secretas. Hablan con frases y entonación perfectas -a veces, demasiado perfectas- y su lenguaje suele tener reminiscencias del de los "malos" convencionales de las películas policíacas: "¡Caramba, señor Fulano; me temo que no me está diciendo la verdad!", "Señor Mengano. yo que usted no enviaría ese informe", amenazas corteses que tanto gustaban a los guionistas de Hollywood.

La visita termina casi invariablemente con una advertencia sobre la necesidad de no hablar con nadie del incidente (si se trata de un testigo) o de abandonar la investigación (si se trata únicamente de un investigador). A menudo se le amenaza con actos violentos. Y los HDN desaparecen tan súbitamente como habían llegado.

La mayor parte de los ufólogos de los OVNIS narrarían una historia como la precedente si se les pidiera que describieran una típica visita de HDN. Sin embargo, un examen comparativo indica que visitas tan "perfectas" ocurren pocas veces. Un estudio de 32 de los casos más detallados y fiables revela que muchos rasgos difieren de la historia arquetípica: en cuatro casos no se produjeron visitas, sino llamadas telefónicas, y, de los restantes, en cinco ocasiones había tres hombres, en dos había cuatro, en cinco había dos y en los demás un solo visitante.

Aunque el aspecto y la conducta de los visitantes se adapta en general al prototipo, varían de lo totalmente natural a lo totalmente estrafalario. El coche, pese a que en Estado Unidos es el medio de transporte más común, sólo es mencionado en un tercio de los informes; en cuanto a los detalles pintorescos -el Cadillac, el modelo anticuado, en perfecto estado- son más bien la excepción. De 22 informes norteamericanos, sólo 9 mencionan el coche; de éstos sólo tres eran Cadillac, sólo dos negros y sólo dos modelos antiguos.

Por otra parte, estos detalles arquetípicos tienden a ser más notorios en casos menos fiables, particularmente aquellos protagonizados por investigadores y no por quienes han visto un OVNI. Este hecho será relevante cuando consideremos las posibles explicaciones del fenómeno HDN.

Sin embargo, aunque el caso "ideal" de HDN no es universal en la práctica, tiene valor como una especie de retrato-robot, en el que figuran todos los rasgos que han sido observados. Quizás el caso que más se acerca al arquetipo sea el de Robert Richardson, de Toledo (Ohio), quien en julio de 1967 informó a la Aerial Phenomena Research Organization (Organización de investigación de Fenómenos Aéreos, APRO), que había chocado con un OVNI mientras conducía por la noche. Al salir de una curva, se había enfrentado con un extraño objeto que bloqueaba el camino; no había podido frenar a tiempo y lo había golpeado, aunque no con mucha fuerza. Justo después del impacto, el OVNI desapareció. Los policías que volvieron con Richardson al lugar sólo hallaron las marcas de su frenazo, pero en una visita posterior encontró un trocito de metal que, según él, podría provenir del OVNI.

Tres días después, a las 11 de la noche, dos hombres de algo más de veinte años aparecieron en casa de Richardson y le interrogaron unos 10 minutos. No se identificaron, y Richardson -que después se sorprendió al recordarlo- no les preguntó quiénes eran. No estuvieron hostiles ni amenazadores; se limitaron a interrogarle. Observó que se marchaban en un Cadillac negro de 1953, o sea un modelo fabricado 14 años antes; cuando se investigó el número de la matrícula se descubrió que aún no había sido atribuido, lo cual demostraba que, fuesen cuales fuesen sus visitantes, se trataba de impostores.

Una semana después, Richardson recibió una segunda visita de dos hombres diferentes que llegaron en un Dodge moderno. Llevaban trajes negros y tenían la tez oscura; aunque uno de ellos hablaba perfectamente el inglés, el segundo tenía acento, y Richardson pensó que los dos tenían algo de extranjero. Al principio parecían tratar de persuadirlo de que no había chocado con nada, pero después le reclamaron el trozo de metal. Cuando les dijo que lo había entregado a la APRO para su análisis, lo amenazaron: "Si quiere que su esposa siga siendo bonita, le conviene recuperar el trozo de metal."

La existencia de ese fragmento de metal sólo la conocían Richardson, su esposa y dos socios importantes de la APRO; aparentemente, los dos desconocidos sólo podían haberse enterado de su existencia poniendo una escucha en su teléfono o en el de la APRO. No había una vinculación clara entre los dos pares de visitantes pero ambos compartían el acceso a informaciones que no eran del dominio público. Y quizás esa sea la clave del misterio que encierran los HDN.

jueves, 20 de agosto de 2009

Ovnis y subconsciente: ¿Simple problema psicológico?

Muchas personas creen que los objetos voladores no identificados proceden de planetas ajenos al sistema solar, y que los pilotean seres inteligentes. Sin embargo, el gran psicoanalista C. G. Jung sugirió que su verdadero significado se halla en lo más profundo del inconsciente humano.

Los Objetos Voladores no identificados fascinaban a Carl Gustav Jung, creador de la teoría del "inconsciente colectivo", hasta el punto que en 1959 les dedicó un librito: Platillos volantes.

Jung, pionero del psicoanálisis, basé buena parte de su trabajo en el concepto de los arquetipos: símbolos cargados de significado, motivos o figuras que representan lo mismo para toda la humanidad. Estos símbolos pueden aflorar espontáneamente desde las profundidades del inconsciente, manifestándose en cualquier creación humana y evocando respuestas ¿emocionales e imaginativas muy poderosas. Para entender su naturaleza y sus implicaciones, Jung reunió una asombrosa cantidad de paralelos provenientes de las zonas de la actividad humana en que domina lo no-racional: la religión, la mitología, los rituales antiguos y primitivos, los sistemas ocultistas como la astrología y la alquimia, etc. Al mismo tiempo, para probar que esos arquetipos estaban muy presentes en el psiquismo del hombre moderno, mostró cómo surgían una y otra vez en los sueños de sus pacientes, así como en el arte, el folklore y los mitos populares del siglo XX.

La hija de un psiquiatra amigo suyo, por ejemplo, tuvo un sueño en que aparecía un monstruo semejante a una serpiente con cuernos; Jung la identificó como un monstruo de iguales características al que se refiere la literatura alquímica del siglo XVI La niña tomaba ésta y otras imágenes de su sueño -según Jung- de las "bibliotecas" de símbolos, abiertas a toda la humanidad, a lo largo de la historia, por mediación del inconsciente colectivo.

Jung creía que una de esas imágenes arquetípicas era el disco; los OVNIS constituirían una variante moderna de dicha imagen. La gente cree que ve OVNIS, tal como ha creído en otras visiones "no patológicas", como los ángeles de Mons. Muchos soldados dijeron haber visto estas apariciones durante la lucha que acompañó la retirada británica de Mons, en 1914. Esta comparación resulta reveladora, ya que, aunque fueran imaginarios, los ángeles guerreros eran reales en las mentes de los soldados, a causa de la alteración emocional que los horrores de la guerra les habían causado. La gente que es presa de semejantes emociones, dice Jung, tiende a ver visiones colectivas. Y esas visiones son proyecciones -palabra clave- que toman la forma de una respuesta a sus necesidades emocionales.

En pocas palabras y, para simplificar: el hombre moderno va "buscando un alma". Y esa búsqueda, con todas las tensiones que la acompañan, con el terror y la desesperación, lleva con frecuencia a proyecciones colectivas.., cuyo resultado son visiones, rumores, pánicos masivos, creencias exóticas. En ellas, Jung adivina el proceso de formación de un mito. (El subtítulo de la obra Platillos volantes es "Un mito moderno de cosas que se ven en el cielo"). En el centro de los mitos aparecen siempre los arquetipos, que proporcionan el motivo y la forma esenciales.

Así pues, Jung sugiere que los OVNIS son una proyección mítica. De hecho, bien podrían ser los heraldos de alguna convulsión de gran alcance que se está preparando en la psique colectiva de la humanidad. Hay quien considera que esta convulsión se ve prefigurada por la pasión actual de Occidente por el ocultismo; otros creen que se trata de la expansión mundial del comunismo; pero también puede ser algo que nadie ha imaginado aún. Esas transformaciones siempre han venido acompañadas, a lo largo de la historia, por la aparición, en religión, arte y literatura, de los arquetipos más poderosos y dominantes.

Los discos o platillos voladores son, desde el punto de vista de Jung, versiones modernas del que quizá sea el mito más poderoso de todos, el que Jung denominó "mandala", palabra de origen sánscrito. El arte y la religión hindúes están llenos de mandalas. Pero éstos aparecen en todas partes: desde el arte infantil moderno hasta los antiguos círculos de piedras erguidas, desde el anillo que se usa en el solemne ritual del matrimonio de las iglesias cristianas hasta los círculos del infierno de Dante y los garabatos distraídos de los oficinistas preocupados. El mandala consiste, básicamente, en un circulo, aunque sus variaciones son innumerables. Simplificando, se podría decir que significa la busca de la realización, la culminación, la totalidad.

Esto nos trae bruscamente de nuevo al desorientado hombre moderno. Vivimos en un mundo "disociado", dividido como la mente de un esquizofrénico, con poca o ninguna comunicación entre las partes. Exteriormente, está dividido en dos bloques internacionales que se desafían; paralelamente, la tecnología, cada vez más avanzada, nos amenaza con un holocausto inminente. Los impulsos más oscuros e irracionales de la naturaleza humana, que habían sido rechazados por la razón y que parecían definitivamente vencidos en los siglos XVIII y XIX han regresado -y triunfado- en el siglo XX.

Interiormente también estamos divididos. La ciencia y los valores materialistas nos han proporcionado un elevado nivel de vida, pero han devaluado todas las áreas de lo irracional: las emociones, los instintos, la imaginación, los impulsos religiosos.
Jung no pretende que su visión de un mundo enfermo sea original. Lo que le interesa es el efecto que la disociación provoca: causa tensiones, enfermedades, deformaciones monstruosas. De modo que la mente disociada grita pidiendo la reconstitución de un equilibrio sano y armonioso entre sus partes... es decir, la totalidad. Y a causa de ese deseo inconsciente, el desdichado hombre moderno, hambriento de espiritualidad, proyecta mandalas en todas partes, hasta en el cielo.

Es éste un análisis fascinante. Jung halla mandalas en otras esferas, como los sueños y el arte moderno. Pero tampoco renuncia a posibles explicaciones alternativas. Algunas observaciones de OVNIS, o algunos sueños donde aparecen mandalas, presentan también elementos de simbología sexual. Sin embargo, como siempre, descarta secamente la tendencia freudiana a detenerse en la forma simbólica de órganos sexuales que adoptan las naves espaciales en nuestros sueños. Para Jung son mucho más importantes los elementos distintivos del OVNI-mandala, que considera una variante del arquetipo más adecuado para nuestro tiempo. En esta edad tecnológica en que vivimos, ¿qué imagen puede simbolizar con mayor acierto una "totalidad restaurada" que una máquina misteriosa, un trozo de ingeniería celestial?

Por otra parte, el aspecto "celestial" de la proyección OVNI es también esencial en el análisis de Jung. Le llamaban particularmente la atención la conducta "poco natural" y las pautas de vuelo de los OVNIS. Con frecuencia la visita del OVNI se interpretaba como prueba de la existencia de extraterrestres avanzados, seres celestiales superpoderosos y amistosos que nos observan, y que se preocupan por las actividades autodestructivas del hombre en el planeta Tierra. Jung también notó que en alguna de esas historias el deseo de alcanzar la totalidad había tomado la forma, más precisa y personalizada, de desear un salvador, un ser más que humano que descendería a ayudarnos a encontrar el alivio y la curación que no podemos hallar por nosotros mismos.

En esta parte de su análisis, Jung hace una importante aclaración: a lo largo de la historia siempre se han visto "cosas que se movían por el cielo", mucho antes de que adoptaran el aspecto de misteriosas naves espaciales, escapadas de un mal relato de ciencia-ficción. Esferas volantes que se movían de forma extraña, discos y globos aparecen con frecuencia en los anales de visiones extrañas y fenómenos inexplicables sucedidos en tiempos revueltos del pasado.

Una y otra vez, Jung subraya que lo importante no es que realmente haya algo en el cielo. Aunque existan los OVNIS, igualmente pueden ser considerados proyecciones, del mismo modo que proyectamos inconscientemente una intensa carga de simbolismo, con toda la fuerza de los arquetipos, en muchos objetos o individuos que nos rodean, como armas, joyas, artistas de cine o políticos.

En última instancia, Jung no descarta la posibilidad de que pueda existir una base física y objetiva. Las pantallas de radar y las cámaras no sueñan, ni padecen alucinaciones. Como él mismo dice: "O las proyecciones psíquicas pueden provocar ecos en el radar, o la aparición de objetos reales proporciona la oportunidad para proyecciones mitológicas".

Eso, por supuesto, constituye una ironía; no creía que las proyecciones psíquicas afectaran al radar. Pero conviene subrayarlo, a causa del persistente impulso de los medios de comunicación y otros defensores del statu quo racionalista, que aprovechan todas las oportunidades para denunciar a Jung como una especie de charlatán crédulo y desorbitado, metido hasta la cintura en lo que Freud llamó desdeñosamente "el negro lodo del ocultismo". Sus detractores han malentendido y desfigurado insistentemente las investigaciones de Jung acerca de la alquimia, la astrología y lo "irracional" en todas sus formas.

Como contrapartida, Jung siempre insistió en que hay que mantenerse abierto a una enorme cantidad de temas que, de algún modo, podrán contribuir a aumentar los conocimientos sobre el inconsciente humano. Con esta finalidad, registró y analizó la relevancia simbólica de los OVNIS. Pero también comprendió que, en los continuos informes sobre OVNIS y en los estudios que se hacían sobre ellos había un núcleo de datos "sólidos" que sólo podían concebirse si allá arriba había objetos reales, aunque fueran mal interpretados por quienes los veían.

Jung no se consideraba de ningún modo un profeta, sino un psicólogo, un observador científico. Pero la historia está llena de ejemplos en los que un hombre de ciencia, a partir de la observación y de los estudios objetivos, ha percibido "proféticamente" una verdad que sus contemporáneos ignoraban, por culpa de su ceguera intelectual. El punto de vista de Jung sobre los OVNIS, ¿será ejemplo de ello?