jueves, 12 de junio de 2008

El Vuelo 401...

El día 29 de diciembre de 1972, a las 21.00 horas, parte desde el aeropuerto internacional John F. Kennedy en Nueva York y con destino a Miami un avión trirreactor Whisperliner L-1011 (versión 318), fabricado por la empresa Lockheed.
El avión (que tiene menos de 1.000 hs. de vuelo) había sido adquirido por la línea aérea Eastern un mes antes y era sensiblemente superior en confort a los Jumbos 747 y a los Douglas DC-10.
Al comando de la nave se encuentra el experimentado piloto Bob Loft, y lo auxilian el primer oficial Albert Stocckstill y Don Repo.
Llevan 163 pasajeros, que junto a 13 tripulantes, suman 176 personas.
Al llegar a Miami y accionar los mandos, comprueban que parte del tren de aterrizaje no responde; por lo que, comunicados con el control se les ordena sobrevolar el aeropuerto a 2.000 pies de altura.
Luego de un rato de gran tensión, el Whisperline L-1011, identificado como el Vuelo 401 se precipita vertiginosamente, cayendo en la zona pantanosa de los Everglades. De las 176 personas que componían el viaje solo sobrevivieron 77.
El comandante Bob Loft y su primer oficial Albert Stocckstill fueron rescatados ya muertos; mientras que Don Repo luchó un día más contra la muerte, pero finalmente, corrió la misma suerte que sus dos compañeros.
Hasta aquí la crónica de un accidente más en la larga e interminable lista de percances aéreos.
Lo verdaderamente insólito comienza a partir de ese momento:
Dos de los tres pilotos, Bob Loft y Don Repo se aparecerán a tripulantes y pasajeros de los vuelos de la línea Eastern en el trayecto Nueva York-Miami.
Aunque desde un primer momento, la empresa aérea trató de ocultar y negar los hechos asombrosos que sucedían y prohibió a su personal comentarios al respecto; algunas informaciones se “filtraron “ al público.
Fue así que el investigador John Fuller se interesó por saber que pasaba realmente en los vuelos Nueva York-Miami de Eastern Airlines, concluyendo que “hay extrañas apariciones que pueden catalogar como sucesos paranormales”.
Las apariciones de Bob Loft y sobre todo de Don Repo (el que más se ha visto) forman parte de una verdad.
Aparecen en forma de espectros que se ven flotando sobre las alas de los aviones, también como nubes fantasmagóricas y en algunos casos surgen voces “de ninguna parte”, dando desde enigmáticos mensajes, hasta precisas órdenes y recomendaciones técnicas para evitar catástrofes.
Entre algunos informes recogidos por Fuller se destacan los siguientes casos:
En marzo de 1973 las azafatas Denisse Woodfrud y Ginny Packard trabajando en un mismo vuelo de la empresa Eastern, desde Nueva York, con destino a Miami; ven por separado la “presencia de un ser” incorpóreo, pero que a su vez significaba un obstáculo para su movimiento dentro de la cocina del avión; para (más tarde) surgir de una pequeña nubosidad el rostro claramente identificable de Don Repo.
En el mismo año, precisamente en el mes de septiembre, una azafata al prepararse para despegar desde Nueva York (por supuesto, con destino a Miami), observa que hay un pasajero de más que no figura en la lista, sentado en primera clase, vestido con uniforme de comandante de la empresa.
Al inquirirle sobre por que no figura en la lista de pasajeros y quien es y no recibir respuestas, llama a una compañera, que tampoco tiene éxito.
Ante la imposibilidad de solucionar el inconveniente, llaman al comandante de la nave para que expulse al intruso.
Cuando el comandante se hace presente y asombrado dice: “ Pero si es Bob Loft “, el hombre se desmaterializa ante sus ojos.
Bob y Repo continuaron apareciendo en distintas situaciones y ante diversos testigos; pero tal vez el hecho que técnicamente reviste mayor importancia es el que ocurrió en febrero de 1974.
En esta ocasión Don Repo se manifestó primero a dos azafatas, luego al ingeniero de vuelo y posteriormente alertó sobre un peligro en la nave.
En la cabina de mando se materializa el rostro de Repo y aunque se mantiene inmóvil, se escucha su voz que dice claramente: “Presten atención, porque hay peligro de incendio”.
Cuando el avión llega a Miami, uno de los motores no responde y al tocar la pista, la nave se incendia. Solo un rápido operativo (para el que estaban preparados gracias a la aparición de Repo) evitó la tragedia.
John Fuller, luego de años de investigación y de recoger testimonios, logró que la empresa aérea reconociera los hechos y llegó a las siguientes conclusiones:
A) Los hechos suceden siempre en aviones L-1011 de la empresa Eastern Airlines, incluso en aviones que esta compañía ha alquilado a otras líneas. . .
B) En la mayoría de los casos, los aviones en los que se han manifestado las apariciones, llevaban piezas recuperadas del trágico Vuelo 401.
C) Siempre ocurren en la ruta Nueva York-Miami.
Fuller concluyó que el fenómeno forma parte de lo llamado Psicometría, donde “las apariciones acuden allí donde hay un objeto o conjunto de los mismos que les resulten familiares”.
Si bien las apariciones de Loft y Repo son reiteradas y enigmáticas, de ninguna forma son las únicas; se han dado muchísimos casos similares en donde aviadores ya muertos se presentan a sus antiguos camaradas para ayudarlos en situaciones límites o simplemente para seguir volando (que en vida ha sido lo más importante para ellos).
Pero si debemos referirnos al más famoso de estos espectros, sin dudas hablaremos del Teniente Desmond Arthur que es el único fantasma reconocido por el gobierno británico.
El 27 de mayo de 1913 el joven Teniente Arthur, destinado en la base aérea de Montrose (Escocia) realizaba ejercicios aéreos, cuando imprevistamente su nave se precipitó a tierra ante cientos de testigos.
Al cabo de tres años se concluyó con el informe que culpaba al piloto del accidente y de allí en más comenzaron las apariciones; en un hecho que se interpretó como un deseo de reivindicar su nombre.
Así fue como se lo vio vestido con su uniforme, su casco de cuero y sus antiparras de vuelo, camino a los hangares, dirigiéndose a los dormitorios o atravesando las paredes del comedor de la tropa.
Un año después, reabierto el caso, se modificó el informe ya que se descubrió que una reparación defectuosa hizo que un ala se rompiera en pleno vuelo, eximiendo de responsabilidad al piloto. Desde ese momento se terminaron las apariciones del Teniente Desmond Arthur.
La última vez que se lo vio, fue el 27 de mayo de 1963; cuando una de las más ilustres figuras de la aviación británica, Sir Peter Massfield, sobrevolando el cielo de Montrose, asistió a la repetición del accidente de Arthur.
En pleno vuelo vio acercarse un viejo bimotor de principios de siglo, piloteado por un joven vestido como en los inicios de la aviación.
Cuando se encontraba relativamente cerca, vio como la nave se precipitaba a tierra. Rápidamente Sir Peter Massfield aterrizó en un campo de golf cercano al lugar de la caída de la nave y corrió junto a algunos golfistas decidido a ayudar al piloto siniestrado. Grande fue la sorpresa cuando en el lugar no encontraron absolutamente nada. No había rastros de accidente alguno !!!
El cielo -como la tierra- está habitado por muchas más cosas de las que vemos.

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