miércoles, 25 de junio de 2008

Extrañas similitudes: Titán y Titanic


La vida de cada uno de nosotros y la historia del mundo está llena de coincidencias. Algunas se pueden verificar, otras no. Unas sin importancia y otras que trascienden la historia. Hoy vamos a hablar de una coincidencia que atañe al Titanic.
Quien no conoce la historia del Titanic, este poderoso barco, que en su viaje inaugural quedo en el fondo del océano junto a más de la mitad de sus pasajeros. Pudo este hecho trágico ser anticipado a alguien a través de un sexto sentido. La respuesta es incierta pero la coincidencia de la que hablaremos no deja de sorprendernos por su carácter de inexplicable.
A mediados de .898 mucho antes de que se pensara construir al Titanic el novelista Morgan Robertson tuvo una vívida pesadilla durante la cual, cierto transatlántico a prueba de naufragios se hundía en su viaje inaugural, tras chocar con un Iceberg. Tan impresionado quedó Robertson con su sueño, que decidió escribir una novela con ese tema a la que titularía: “Futilidad”. En la trama aquel transatlántico al cual llamó: “Titan” y a cuyo capitán dio el nombre de: Smith, chocaría en su cuarto día de travesía contra una mole de hielo, hundiéndose. Ya publicada la novela, aquel mismo año 1898, Robertson vendió los derechos por la irrisoria suma de 100 dólares.
El libro narraba la historia del hundimiento de un enorme trasatlántico. La similitud con un hecho que conmocionó al mundo y hasta hoy tiene vigencia, es sorprendente. Se trata del desastre del Titanic, hecho ocurrido en 1912 (14 años después de la publicación de la novela de Robertson).
Estas son algunas coincidencias con el suceso real:
El barco de la novela se hunde, luego de chocar con un iceberg (al igual que el Titanic).
En la novela, era el viaje inaugural de la enorme nave.
En la novela, se describe al barco como insumergible.
El barco de Morgan era el más lujoso de su tiempo.
La nave de la novela naufragaba en el mes de abril (recordemos que el desastre del Titanic también fue en ese mes).
El número de pasajeros del barco de Robertson era de 3.000 y contaba con apenas 24 botes. En la realidad, el Titanic tenía 2.207 personas a bordo y solamente 20 botes salvavidas, una cantidad insuficiente para la cantidad de pasajeros, tanto en la novela como en la realidad.
El barco de la novela era descrito con un tonelaje de 75.000; mientras que el Titanic tenía 66.000.
La eslora del barco de la novela era de 243 metros; algo inferior a la real del Titanic que era de 268 metros (solo 25 metros de diferencia).
Ambos tenían igual cantidad de hélices: tres en ambos casos.
Cuando en la novela el gran barco choca, iba a una velocidad de 25 nudos. Por su parte, cuando el Titanic choca con el iceberg iba raudamente a 23 nudos de velocidad (apenas dos menos que lo imaginado por Robertson, catorce años antes).
Realmente muchas coincidencias ... pero por si queda alguna duda, digamos que la novela de Morgan Robertson se llamaba “Futilidad”; pero el subtítulo de la obra era "El naufragio del Titán".
Sí, el barco de la novela que se hundía un día de abril, en su viaje inaugural, después de chocar con un iceberg y que se convertía en tragedia porque los botes eran insuficientes para todos los pasajeros fue llamado por su autor “Titán”.
Y si nos vemos tentados a pensar que Morgan Robertson se inspiró en la desgracia real del Titanic, recordemos que publicó su obra catorce años antes del hundimiento real.
¿¿¿COINCIDENCIA???

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