martes, 16 de septiembre de 2008

Jack el Destripador

Todo un misterio, ya que su verdadera identidad nunca se supo. Aunque todas las hipótesis y descripciones policiales apuntaban a James Maybrick, pero jamás se encontraron pruebas definitivas que lo inculparan.

Jack el Destripador era un hombre de mediana estatura, iba muy bien vestido y solía frecuentar las calles del barrio Whitechapel (Londres), calles oscuras y nebulosas, alumbradas por pequeños farolillos y velas. Era en esas noches cuando Jack acudía para visitar a las prostitutas que abundaban en aquellas calles del Londres más marginal.

Sus crímenes pronto se harían famosos, envolviendo de miedo las calles del barrio Whitechapel. Sus víctimas se encontraron en un estado desolador. El asesino, con la precisión de un magnífico cirujano de la época, habría en canal a sus víctimas, dejando a la vista todo lo que ellas llevaban dentro. Las viscerales imágenes con las que se encontraron los testigos de aquellas atrocidades, solo eran comparables con la expresión de los rostros de sus víctimas.

Su primera víctima, Mary Ann Nichols, su cuerpo sin vida fue encontrado en la madrugada el 31 de agosto de 1888. El cadáver reflejaba que en el momento de los hechos se llegaron a utilizar dos cuchillos que al parecer, podían ser instrumentos de cirugía, lo que hizo pensar que se tratase de un médico.
Annie Chapman, fue asesinada el 8 de septiembre de 1888, su cuerpo había sido minuciosamente destripado y presentaba un corte en la traquea.
Elizabeth Stride, asesinada el 30 de septiembre de 1888, de forma brutal, su cabeza estaba casi completamente separada del cuerpo, destripada (al igual que las demás) pero de una manera profesional, lo que delataba que el asesino o asesinos tenían conocimientos de cirugía.
Se comentaba que el asesino llevaba los cuchillos en una bolsa de cuero negra y que tenía los saberes prácticos de un médico, eso sin duda, ya que cirujanos que intervinieron en las investigaciones judiciales así lo aseguraron.
El 28 de septiembre, la Agencia Estatal de noticias recibió una nota firmada por el propio Jack el destripador: "Odio a las prostitutas y seguiré destripándolas hasta que me canse..." (ésta era su justificación, las odiaba, pero ¿por qué?). Este mensaje alarmó a la población londinense del siglo XIX.
Un día después, la agencia central de noticias de Londres, recibió otra nota, pero esta vez, escrita en tinta roja y en la que Jack relataba que había sido sorprendido cuando se disponía a mutilar a la primera víctima de aquella noche, y que la segunda gritó y estuvo a punto de descubrirle. Estas notas escritas poco después de cada brutal asesinato, reflejaban sin duda las ganas de Jack, por hacer saber al mundo de lo que era capaz.
Pronto Scotland Yard, siguió sus pasos, y las únicas conclusiones a las que estaban llegando, eran que el asesino podía ser un médico o incluso llegaron a pensar que podía ser una agente ruso que se burlaba de las autoridades londinenses.
La última víctima Mary Jane Kelly, de 25 años, fue vista por última vez por George Hutchinson quien aseguró que la acompañaba un hombre de estatura media, bien vestido con sombrero de caza y bigote rubio.
A Mary Jane la encontraron en la habitación que alquilaba de la calle Miller´s Court, 13, sobre la cama tendida, boca abajo, desnuda y con las orejas, la nariz y senos arrancados. Hubo gente que aseguró que Jack el Destripador era un famoso médico que vengaba la muerte de su hijo, quien había contraído una enfermedad con prostitutas e incluso se dijo que el asesino podía ser algún miembro de la familia real, concretamente Edward, el Duque de Clarence, hijo del rey Eduardo VII que murió a los 28 años, curiosamente poco después de los asesinatos. A pesar de los testimonios y las numerosas pruebas, la verdadera identidad de Jack el Destripador, seguía envuelto en el más oscuro de los misterios. Pero los rumores, de las gentes del barrio Whitechapel, parecían esclarecer el enigma y todo apuntaba que el hombre que realizaba esos brutales asesinatos fuera alguien de la alta sociedad, alguien que por mucho que hiciese nunca podría llegar a ser condenado, alguien ¿como James Maybrick?.

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