¿Y aun negaran ciertos espíritus volterianos con sus puntos y ribetes de positivismo moderno, que no existen los duendes, trasgos , fantasmas, aparecidos, almas en pena y otros seres sobrenaturales que sin dejarse ver nos rodean y joroban a su placer nuestra preciosa existencia?
Pues, si, señor, existen, y yo creo en ellos como en los latidos de mi corazón, vísceras que no he visto ni tocado nunca pero que los siento a toda hora dentro de mi. Y creo que existen los duendes, porque ni la policía, ni las altas autoridades, ni los arquitectos, ni los hombres de ciencia con sus micrófonos han logrado averiguar quien produce ha mas de un mes los ruidos que tienen soliviantada a Valencia entera.
Estas son algunas de las crónicas periodísticas que quedaron reflejadas en el diario el Mercantil Valenciano en el mes de Julio del año 1915. La prensa sensacionalista de la época se hizo eco de un extraño acontecimiento que mantuvo en vilo a la opinión publica durante varios días consecutivos.
Ruidos y golpes de naturaleza sobrenatural se manifestaban a diario en el entresuelo del inmueble numero 7 de la plaza del Esparto, propiedad de la familia Colmenero.
El foco principal de las extrañas percusiones comenzaron a raíz de unos estruendosos golpes que se propagaron en uno de los tabiques medianeros del pasillo de la vivienda, siendo estos perceptibles al resto del vecindario del barrio.
Rápidamente y como un reguero de pólvora, la noticia se extinguió por toda la comarca del Levante despertando la curiosidad de los habitantes de la ciudad y alrededores, llegando a congregarse diariamente centenares de personas enfrente del inmueble "encantado" para presenciar los insólitos golpes.
A pesar de que la casa de la familia Colmenero fue escrutada minuciosamente en varias ocasiones hasta la saciedad sin encontrar ningún indicio que determinara el origen de las extrañas percusiones, intentaron cerrar el caso de la manera mas eficaz.
"Después de practicar un detenido reconocimiento, el juez sr Mustieles se traslado a la casa a la que la medianera pertenece, que tiene la entrada por la calle de Caballeros, y poco después los que estaban en la casa numero 7 oían con sorpresa los golpes y ruidos misteriosos. Pero esta vez era el sr Mustieles el que los producía. Según parece, la medianera de la casa de la calle de Caballeros ha sido rebajada con objeto de instalar en el hueco unos estantes para ropa, quedando el tabique suelto y el mas liguero contacto con la pared repercute en la casa inmediata, y si el golpe es fuerte, tiemblan los tabiques y se nota oscilación"
El asunto no quedo aquí ya que, los golpes volvieron a reproducirse en el interior del inmueble, crispando los nervios de sus moradores. A medida que pasaban los días, la situación se hacia insostenible. Los incidentes iban incrementándose con mayor magnitud y la provincia de Valencia se sumía en la mayor de las vergüenzas, El Mercantil valenciano daba fe de ello:
"Valencia sigue a la altura de un mal villorrio, dando un espectáculo verdaderamente lamentable. Anoche se repitió el escandalo de los golpes, o ruidos que suenan en la casa del Esparto. Creemos que las autoridades deben acabar con esto por que ya son varias noches de intranquilidad, y constituye este asunto un espectáculo que no debe en modo alguno continuar"
El asunto cobro tales dimensiones que el día 6 de Julio, las autoridades se empeñaron en establecer una búsqueda masiva de algún vecino malintencionado que intentaba burlarse de las fuerzas locales del estado o algun demente que odiara a la familia Colmenero. Por otra vía de investigación el inspector provincial Rodriguez, bajo las ordenes estrictas del gobernador civil Montilla, mando un espectacular despliegue policial distribuyendo un gran numero de agentes en todas las habitaciones de las casas colindantes para establecer una vigilancia estrecha y poder hallar al culpable. Todo fue inútil.
Ante este procedimiento no se hallaron evidencias contra ninguna persona que pudiera ser el causante de los misteriosos golpes. Es por ello que durante las jornadas siguientes las autoridades tuvieron que redoblar sus esfuerzos.
Una brigada de obreros coordinada por el arquitecto jefe municipal Aymami ejercieron un extenso reconocimiento en el interior de los alcantarillados, pozos y chimeneas existentes a las calles adyacentes a la plaza del Esparto, pero una vez mas no encontraron ninguna pista que favoreciera a la investigación.
Por ultimo recurso, y casi arrojando la toalla, desplazaron micrófonos en todas las estancias de la casa para poder cerciorarse con mayor exactitud de donde partían los instigadores golpes.
"A la una menos cuarto se oyeron golpes muy tenues, de abajo a arriba, e inmediatamente se aplico el micrófono, pero no dio resultado, por ser aquellos casi imperceptibles"
A pesar de la fructuosa tarea que ejercieron las autoridades del estado, nunca se supo el origen de las anómalas percusiones. Los golpes desaparecieron abruptamente del inmueble numero 7 dejando en el ambiente una aureola de misterio.
Pues, si, señor, existen, y yo creo en ellos como en los latidos de mi corazón, vísceras que no he visto ni tocado nunca pero que los siento a toda hora dentro de mi. Y creo que existen los duendes, porque ni la policía, ni las altas autoridades, ni los arquitectos, ni los hombres de ciencia con sus micrófonos han logrado averiguar quien produce ha mas de un mes los ruidos que tienen soliviantada a Valencia entera.
Estas son algunas de las crónicas periodísticas que quedaron reflejadas en el diario el Mercantil Valenciano en el mes de Julio del año 1915. La prensa sensacionalista de la época se hizo eco de un extraño acontecimiento que mantuvo en vilo a la opinión publica durante varios días consecutivos.
Ruidos y golpes de naturaleza sobrenatural se manifestaban a diario en el entresuelo del inmueble numero 7 de la plaza del Esparto, propiedad de la familia Colmenero.
El foco principal de las extrañas percusiones comenzaron a raíz de unos estruendosos golpes que se propagaron en uno de los tabiques medianeros del pasillo de la vivienda, siendo estos perceptibles al resto del vecindario del barrio.
Rápidamente y como un reguero de pólvora, la noticia se extinguió por toda la comarca del Levante despertando la curiosidad de los habitantes de la ciudad y alrededores, llegando a congregarse diariamente centenares de personas enfrente del inmueble "encantado" para presenciar los insólitos golpes.
A pesar de que la casa de la familia Colmenero fue escrutada minuciosamente en varias ocasiones hasta la saciedad sin encontrar ningún indicio que determinara el origen de las extrañas percusiones, intentaron cerrar el caso de la manera mas eficaz.
"Después de practicar un detenido reconocimiento, el juez sr Mustieles se traslado a la casa a la que la medianera pertenece, que tiene la entrada por la calle de Caballeros, y poco después los que estaban en la casa numero 7 oían con sorpresa los golpes y ruidos misteriosos. Pero esta vez era el sr Mustieles el que los producía. Según parece, la medianera de la casa de la calle de Caballeros ha sido rebajada con objeto de instalar en el hueco unos estantes para ropa, quedando el tabique suelto y el mas liguero contacto con la pared repercute en la casa inmediata, y si el golpe es fuerte, tiemblan los tabiques y se nota oscilación"
El asunto no quedo aquí ya que, los golpes volvieron a reproducirse en el interior del inmueble, crispando los nervios de sus moradores. A medida que pasaban los días, la situación se hacia insostenible. Los incidentes iban incrementándose con mayor magnitud y la provincia de Valencia se sumía en la mayor de las vergüenzas, El Mercantil valenciano daba fe de ello:
"Valencia sigue a la altura de un mal villorrio, dando un espectáculo verdaderamente lamentable. Anoche se repitió el escandalo de los golpes, o ruidos que suenan en la casa del Esparto. Creemos que las autoridades deben acabar con esto por que ya son varias noches de intranquilidad, y constituye este asunto un espectáculo que no debe en modo alguno continuar"
El asunto cobro tales dimensiones que el día 6 de Julio, las autoridades se empeñaron en establecer una búsqueda masiva de algún vecino malintencionado que intentaba burlarse de las fuerzas locales del estado o algun demente que odiara a la familia Colmenero. Por otra vía de investigación el inspector provincial Rodriguez, bajo las ordenes estrictas del gobernador civil Montilla, mando un espectacular despliegue policial distribuyendo un gran numero de agentes en todas las habitaciones de las casas colindantes para establecer una vigilancia estrecha y poder hallar al culpable. Todo fue inútil.
Ante este procedimiento no se hallaron evidencias contra ninguna persona que pudiera ser el causante de los misteriosos golpes. Es por ello que durante las jornadas siguientes las autoridades tuvieron que redoblar sus esfuerzos.
Una brigada de obreros coordinada por el arquitecto jefe municipal Aymami ejercieron un extenso reconocimiento en el interior de los alcantarillados, pozos y chimeneas existentes a las calles adyacentes a la plaza del Esparto, pero una vez mas no encontraron ninguna pista que favoreciera a la investigación.
Por ultimo recurso, y casi arrojando la toalla, desplazaron micrófonos en todas las estancias de la casa para poder cerciorarse con mayor exactitud de donde partían los instigadores golpes.
"A la una menos cuarto se oyeron golpes muy tenues, de abajo a arriba, e inmediatamente se aplico el micrófono, pero no dio resultado, por ser aquellos casi imperceptibles"
A pesar de la fructuosa tarea que ejercieron las autoridades del estado, nunca se supo el origen de las anómalas percusiones. Los golpes desaparecieron abruptamente del inmueble numero 7 dejando en el ambiente una aureola de misterio.
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