Tyr es considerado como el dios de la guerra y batalla en la mitología nórdica, descrito como el hombre de una sola mano. Es el hijo del gigante Hymir y de Frilla, aunque en otras versiones especificas como hijo de Odín y de Frigg.
Dentro de los hechos más destacados de Tyr se cuenta que en cierta etapa los dioses ecidieron encadenar al lobo Fenrir, pero la bestia rompía cada cadena que le colocaban. Finalmente hicieron que los enanos les fabricaran una cinta mágica llamada Gleipnir, de materiales tales como las barbas de una mujer y las raíces de una montaña. Pero Fenrir presintió el engaño de los dioses y rechazó permanecer amarrado con esta cinta a menos que uno de ellos pusiera su mano en la boca del lobo, en señal de buena fe. Los dioses se negaron pero Tyr, conocido por su gran valor, accedió, y los otros dioses amarraron al lobo. Fenrir sintió que lo habían engañado y mordió la mano del dios, dejándolo de este modo manco.
Fenrir seguirá encadenado hasta el día de Ragnarok. Durante las batallas del Ragnarok, Tyr enfrentara al perro guardian del Helheim, lo matará y será muerto por Garm,.
Tyr era un dios extrañamente zurdo, si se tiene en cuenta que en ese tiempo estaba asociado con la mala fortuna.
Tyr era relativamente poco importante comparado con Odín en los pueblos germánicos del norte y del oeste. Sin embargo, siguen existiendo rastros del dios, en Tuesday -martes en inglés- ("día de Tiw"), nombrado en honor a Tyr en los idiomas germánicos del norte y del oeste y también en los nombres de algunas plantas, por ejemplo: del Nórdico antiguo las palabras Týsfiola (Viola Martis latino), Týrhialm (Aconitum, una de las plantas más venenosas en Europa cuyo forma de casco sugiere una conexión guerrera) y Týviðr, "Madera de Tý's", en el dialecto Tistbast de Helsingor, sueco moderno Tibast (el Daphne mezereum, un arbusto que florece antes de que aparezcan las hojas en primavera). El bosque sueco Tiveden puede ser también nombrado en honor a Tyr, o reflejando Tyr como palabra genérica para el "dios" (es decir, el bosque de los dioses).
Tyr la runa equivalente a la letra t, recibió su nombre en honor del dios Tyr, por lo que se la consideraba una representación de él.
Según las antiguas leyendas, la espada de Cheru, que había sido fabricada por los mismos enanos, hijos de Ivald, que habían forjado la lanza de Odín, era considerada muy sagrada por su gente, a cuyo cuidado él había confiado, declarando que aquellos que la poseyeran tendrían la victoria segura sobre sus enemigos. Pero aunque era cuidadosamente guardada en el templo, donde colgaba de forma que reflejara los primeros rayos del sol matinal, desapareció misteriosamente una noche. Una vala, druida femenina o profetisa, consultada por los sacerdotes, reveló que las Nornas habían decretado que quienquiera que la empuñara conquistaría el mundo y moriría por él; pero, a pesar de todos los ruegos, ella rehusó contarles quién se la había llevado o dónde podría ser encontrada.
Tyr, cuyo nombre era sinónimo de valentía y sabiduría, también tenía, según lo antiguos nórdicos, a sus órdenes a las blancas valquirias, las asistentes de Odín y creían también que era él el que decidía qué guerreros deberían transportar ellas hasta Valhalla para ayudar a los dioses en el último día...
Dentro de los hechos más destacados de Tyr se cuenta que en cierta etapa los dioses ecidieron encadenar al lobo Fenrir, pero la bestia rompía cada cadena que le colocaban. Finalmente hicieron que los enanos les fabricaran una cinta mágica llamada Gleipnir, de materiales tales como las barbas de una mujer y las raíces de una montaña. Pero Fenrir presintió el engaño de los dioses y rechazó permanecer amarrado con esta cinta a menos que uno de ellos pusiera su mano en la boca del lobo, en señal de buena fe. Los dioses se negaron pero Tyr, conocido por su gran valor, accedió, y los otros dioses amarraron al lobo. Fenrir sintió que lo habían engañado y mordió la mano del dios, dejándolo de este modo manco.
Fenrir seguirá encadenado hasta el día de Ragnarok. Durante las batallas del Ragnarok, Tyr enfrentara al perro guardian del Helheim, lo matará y será muerto por Garm,.
Tyr era un dios extrañamente zurdo, si se tiene en cuenta que en ese tiempo estaba asociado con la mala fortuna.
Tyr era relativamente poco importante comparado con Odín en los pueblos germánicos del norte y del oeste. Sin embargo, siguen existiendo rastros del dios, en Tuesday -martes en inglés- ("día de Tiw"), nombrado en honor a Tyr en los idiomas germánicos del norte y del oeste y también en los nombres de algunas plantas, por ejemplo: del Nórdico antiguo las palabras Týsfiola (Viola Martis latino), Týrhialm (Aconitum, una de las plantas más venenosas en Europa cuyo forma de casco sugiere una conexión guerrera) y Týviðr, "Madera de Tý's", en el dialecto Tistbast de Helsingor, sueco moderno Tibast (el Daphne mezereum, un arbusto que florece antes de que aparezcan las hojas en primavera). El bosque sueco Tiveden puede ser también nombrado en honor a Tyr, o reflejando Tyr como palabra genérica para el "dios" (es decir, el bosque de los dioses).
Tyr la runa equivalente a la letra t, recibió su nombre en honor del dios Tyr, por lo que se la consideraba una representación de él.
Según las antiguas leyendas, la espada de Cheru, que había sido fabricada por los mismos enanos, hijos de Ivald, que habían forjado la lanza de Odín, era considerada muy sagrada por su gente, a cuyo cuidado él había confiado, declarando que aquellos que la poseyeran tendrían la victoria segura sobre sus enemigos. Pero aunque era cuidadosamente guardada en el templo, donde colgaba de forma que reflejara los primeros rayos del sol matinal, desapareció misteriosamente una noche. Una vala, druida femenina o profetisa, consultada por los sacerdotes, reveló que las Nornas habían decretado que quienquiera que la empuñara conquistaría el mundo y moriría por él; pero, a pesar de todos los ruegos, ella rehusó contarles quién se la había llevado o dónde podría ser encontrada.
Tyr, cuyo nombre era sinónimo de valentía y sabiduría, también tenía, según lo antiguos nórdicos, a sus órdenes a las blancas valquirias, las asistentes de Odín y creían también que era él el que decidía qué guerreros deberían transportar ellas hasta Valhalla para ayudar a los dioses en el último día...
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