jueves, 16 de junio de 2011

Gengis Khan: El señor de la estepa

Gengis Khan, de nombre Temudjin, con diez años se quedó huérfano, formando parte entonces del servicio del señor de los Kereit, Ong Qan Togril. Su padre, de nombre Yesugei, era el cabecilla de los Kiat, pueblos nómadas del Este de Mongolia.

Hablemos de Temudjin... bajo una apariencia de un niño, se encontraba todo un hombre que buscaba la gloria y levantamiento de su pueblo en contra del continuo sometimiento infringido por el Imperio Chino. Contaba con trece años cuando paso a ser el jefe tribal y sus seguidores le otorgaron el titulo de Gengis Khan, que significa “el mayor de los gobernantes”, “señor” y “guerrero valeroso”.

Gengis Khan ha sido recordado por muchos aspectos; primero por la precocidad con la que llegó al poder, comparable con muy pocos héroes de la historia, (Alejandro Magno fue otro niño poderoso, por ejemplo). A sus trece años logró derrotar a los merkits y a los tártaros, proclamándose jefe supremo de la Mongolia Oriental en 1203 y de la Occidental en 1206.

Segundo, y gracias al factor anterior, el rey de la Estepa alineó a sus súbditos para emprender el viaje hacia la gloria de su pueblo en la guerra contra el poderoso Imperio Chino. En 1208 los ejércitos del rey mongol atravesaron la Gran Muralla China y en 1211 habían llegado hasta Beijing. El liderazgo de Gengis Khan, ayudado por su soberana astucia, le hacía dominador del área y de un ejército siempre dispuesto a morir por él y por su causa.

El gobernador chino, se vio obligado a firmar una paz con el emergente Imperio Mongol que de poco serviría ya que la guerra se reanudó en 1215. Este fue un punto de inflexión dentro del desarrollo y expansión del Imperio de Gengis Khan.

A raíz de aquí, todo lo conseguido, les llevó a querer más, casi siempre el punto flaco de los conquistadores, las ansias de la expansión continúa. Gengis Khan logró conquistar gran parte de Asia menor a base de sofocar revueltas, lo que le contagió de ansia de poder y lo empujó a la conquista de Arabia. No le fue fácil ya que hubo pueblos que plantaron cara a su ejército, como fue el caso de Jorezm, que más bien sucumbió al ejército mongol a causa de sus disputas internas.

Con el panorama que se le presentaba a Gengis Khan, no había ejército en el mundo que pudiera plantear batalla a su Imperio y decidió conquistar por completo China. Este fue el error, como comentábamos antes, ya que las ganas de gloria por parte del rey y los suyos eran insaciables. Quizás Khan y los suyos deberían haber optado por detenerse, por desarrollar su cultura en el territorio que ya tenían asentado. Pero así no se forman los héroes, y Gengis Khan estaba destinado a ello, marchó hacia China de nuevo, y en la provincia de Kan Su la muerte se lo llevó.

Corría el año 1227, había designado a su primogénito la conquista del oeste, pero él no pudo acabar su misión. El Imperio no murió con él, pero sí su espíritu, ya que a raíz de la muerte del gran Khan, el imperio mongol se fue resquebrajando en continuas disputas y revueltas que cada vez eran más difíciles de sofocar. El Imperio mongol desapareció en 1368, fruto de los continuos enfrentamientos entre familias y pueblos extranjeros.

Lo grandioso de la obra de Khan no solo fueron sus conquistas, sino el formar un Imperio partiendo de la nada, y bajo la creencia de que para los pueblos sólo puede haber un gobernador, que los hombres le deben pleitesía y que los enemigos deben ser ajusticiados. Khan se caracterizó por ser un enorme estratega, comparable a Napoleón, Aníbal o Cesar. Llegó a ser el líder, dueño y señor de toda la estepa rusa y pudo tener un ejército de innumerables hombres bajo su mando.

Sin duda uno de los personajes más fascinantes de la historia, designado desde pequeño a ser “el señor de la estepa”.

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