En Pine Barrens, Nueva Jersey, vive un demonio que lleva aterrorizando a la población local durante 250 años. Algunos dicen que es una leyenda, otros no tanto… La leyenda comenzó en 1735. Una mujer, madre de 12 niños, estaba embarazada de su decimotercer hijo. Al escuchar la noticia del embarazo, maldijo el feto diciendo que este niño sería el mismísimo diablo.
Una oscura y tormentosa noche, la mujer, de nombre Leeds, dio a luz un niño adorable. Lamentablemente, el aspecto angelical de la criaturita pronto se fue convirtiendo en una figura horrible, delante de los ojos de todos. Comenzó a crecerle una cola, una cabeza similar a la de un perro, los pies se le hicieron pezuñas, y empezaron a crecerle alas parecidas a las de un murciélago.
El diablo atacó y mató a la partera de una paliza, destrozando la casa y volando hacia arriba, a través de la chimenea. Durante unos cinco años, el diablo continuó aterrorizando a la población de Nueva Jersey, asustando a la gente al atardecer.
En 1740, un sacerdote decidió que algo había que hacer con el demonio de Nueva Jersey, y lo exorcizó para que abandonara la ciudad y el pueblo durante los próximos cien años. El sacerdote advirtió a la gente que sólo podía expulsarlo durante 100 años, pero, cuando volviera, lo haría a modo de venganza. La leyenda del diablo de Nueva Jersey se fue transmitiendo de generación en generación, como una advertencia de que tuvieran cuidado con el regreso del diablo.
El diablo no fue visto hasta 1778, antes de que volviera en 1840. Stephen Decatur, que estaba probando balas de cañón en un campo de tiro, vio a una criatura volando sobre el cielo. Decatur disparó una bola de cañón sobre ella, sin embargo apenas le hizo daño al diablo. Unos años más tarde, el hermano de Napoleón, José Bonaparte, vio al propio Diablo en una partida de caza en Nueva Jersey.
En 1840, como ya había advertido el sacerdote, el Diablo de Nueva Jersey volvió para consumar su venganza, aterrorizando a la gente, matando cabezas de ganado, y despertando a la ciudad en medio de la noche con sus terribles gritos. La venganza continuó hasta 1841. Después de esa fecha, las cosas comenzaron a ir más tranquilas, y la gente empezó a creer que el diablo había muerto.
Sin embargo, en enero de 1909, Pine Barrens y otras áreas de Nueva Jersey volvieron a sufrir los avistamientos del diablo durante una semana. Miles de personas llamaban cada noche a la policía contando sus experiencias y dónde habían visto al diablo. La gente hablaba de ruidos fuertes y gritos en el techo de sus casas. Incluso otros se despertaron con fuertes golpes en las ventanas.
Algunas personas afirman que el Diablo de Nueva Jersey es una simple leyenda, una historia inventada por la población local para asustar a los niños que se quedan hasta tarde despiertos. Otros discrepan y dicen que el Diablo existe, y que aún vive. Muchos de estos aún hablan de avistamientos del Diablo. Si alguna vez os encontráis solos en la zona de Pine Barrens, nunca se sabe lo que os puede suceder...
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