martes, 30 de diciembre de 2008

El Regreso De Enrique VIII

Enrique VIII murió en 1547, al final de una carrera oscurecida por numerosas acciones de avaricia y crueldad. En el siglo XX un clérigo inglés creyó haber logrado que el espíritu del monarca se arrepintiera.

En 1917 un misionero británico en China leyó por casualidad una biografía de la reina Ana Bolena, segunda esposa de Enrique VIII, que fue ejecutada por adulterio en 1536. El misionero era William Pakenham-Walsh, más tarde canónigo de la catedral de Peterborough. Al principio se interesó por la vida de Ana pero, gradualmente, se sumergió en el tema que pronto se transformó en la pasión de su vida. Cuando volvió a Inglaterra decidió rescatar la reputación de «una reina que había sido muy mal comprendida», pero pronto se vio arrastrado por los sufrimientos de Enrique VIII después de su muerte, tal como los contaban algunos médiums muy conocidos.

Las experiencias de Pakenham-Walsh están narradas en el libro "A Tudor Story", publicado en 1963, tres años después de la muerte del autor a los 92 años. Es una historia extraña y conmovedora. La sinceridad, la integridad y la simplicidad del clérigo son palpables. Carecía de poderes psíquicos. Era un hombre bondadoso y sencillo a quien gustaba ir en bicicleta y hacer excursiones a pie. Pero en las sesiones se saltaba todas las reglas posibles, suministrando información por anticipado y «orientando» al médium de varias maneras. Pese a todo, a causa de su coherencia interna, de ciertas pruebas circunstanciales y de la decisión del clérigo, el libro constituye una curiosa e importante aportación a la literatura psíquica.

En agosto de 1921, Pankenham-Walsh conoció a una tal señora Clegg, una médium, en casa de su hermana. La primera sesión fue el modelo de las muchas que seguirían durante los 12 años posteriores, con otros médiums: una mezcla de «orientaciones» ingenuas y lecturas entre líneas del canónigo, y de «pruebas» genuinas pero oscuras. El espíritu de un anciano de cabellos blancos que se apareció a la señora Clegg fue tomado por el canónigo por el padre de Ana Bolena; una vaga descripción de su hija «con buenas manos, más bien llenita» era, según dijo «una perfecta descripción de lady Ana» (a pesar de que Ana tenía seis dedos en una mano).

Sin embargo, parte de la información quedó confirmada tras una investigación. La reina Ana Bolena sí había tenido cinco hermanos, cuyos nombres citó correctamente la señora Clegg, y se había peleado seriamente con su hermana Mary, como había dicho la médium. Pero entonces, Pakenham-Walsh cometió el grave error de comunicar a la médium quién era el espíritu... y de asistir a otras sesiones después. Una terminó cuando la señora Clegg le dijo que Ana preveía que «le ofrecerán una parroquia con copos de nieve e irá allí con narcisos.» Poco después, Pakenham-Walsh fue destinado a la parroquia de Sulgrave, en Northamptonshire, alfombrada de copos de nieve en su primera visita a inflamada de narcisos cuando se fue a vivir allí. El jardinero dijo que «no había visto nada igual en 40 años».

Necesidad De Perdón

Si Ana Bolena hubiera limitado sus «visitas» a la señora Clegg, la historia podría haber quedado así. Pero en diciembre de 1922, Pakenham-Walsh recibió una carta de la señorita Eleanor Kelly, una psíquica cristiana. Decía que en su sesión diaria de escritura automática había recibido un mensaje que mencionaba al canónigo y a Frederick Bligh Bond, otro psíquico famoso. Añadía: «De vez en cuando he tenido algunas comunicaciones con almas que murieron en el mismo período que Enrique VIII y me interesa mucho la referencia (en su manuscrito) a él y a lady Ana, así corno la necesidad... de perdón por parte de ella y de reparación por parte de él.»

Más tarde recibió otro mensaje, esta vez de «Alwyn, que fue un Thane de Sussex». Explicaba la tarea a realizar:

De la misma manera que todos quienes intervienen íntimamente en las vidas de otros deben suprimir todo cuanto impide su unidad, así esas dos almas deben ser limpiadas, cada una por sí sola, y cada una en unión con la otra, antes de que puedan tomar sus lugares en la gran estructura del Cuerpo de Cristo. Ana todavía debe dejar caer algunas sombras antes de que su visión sea clara; él, Enrique, apenas está empezando a sentir una vaga conciencia de su necesidad de quedar limpio.

Con esa finalidad, el señor Bond arregló lo necesario para que el canónigo conociera a una de las médiums más famosas de su tiempo, la señora Hester Dowden en su casa de Chelsea, en Londres. La sesión fue de escritura automática, y la palabra «Catalina» apareció varias veces. Después, el lápiz escribió: «Quiero que ayude a alguien que necesita ayuda de su mundo.» Obedeciendo instrucciones, se trasladaron a una casa próxima, donde podría hacerse un mejor «contacto» . Allí el lápiz de la señora Dowden voló con violencia por su bloc: «Estoy aquí -ENRIQUE REX.» El canónigo creía haber logrado un contacto con el rey a través de Catalina de Aragón, su primera esposa.

Usando a la señora Dowden como amanuense, el señor Bond y la señorita Kelly hablaron con el monarca. Cuando se le preguntó si sabía que estaba muerto, Enrique replicó: «Sí, lo sé. Ha sido una pesadilla... Quiero que me diga exactamente qué ha pasado y por qué estoy aún en un lugar oscuro. Me siento como si estuviera de vuelta en la Tierra.» Dijo que su hija Isabel (cuya madre fue Ana Bolena) no significaba nada para él. Cuando le dijeron que había sido una gran gobernante, contestó ácidamente: «No lo esperaba de la hija de su madre.» Cuando se le recordó que el derecho divino de los monarcas no tendría ningún peso el día del Juicio Final, Henry tronó: «No lo escucharé. Eres un tonto. En mis tiempos lo hubiera hecho ejecutar.» La información de que, en ese momento, el rey de Inglaterra era Jorge V causó otro estallido: «No me importa. Eres un granuja; un bellaco de taberna que se burla de mí porque estoy a su merced.» Oscilando entre la autoconmiseración y los estallidos de ira, asintió finalmente a orar pidiendo perdón, pero añadió: «No rezaré aquí. Un rey reza solo.»

Enrique parecía estar viviendo un gran conflicto interno a causa de sus acciones como rey. Parecía necesitar perdonar y ser perdonado por otras almas de su tiempo, como el cardenal Thomas Wolsey y su tercera reina, Jane Seymour. Los historiadores creen generalmente que fue su esposa favorita, pero el espíritu del rey vociferó que la detestaba. El odio parecía ser el principal obstáculo para su progreso espiritual. Por lo tanto, el canónigo se alegró mucho cuando él y las médiums lograron la reconciliación de los espíritus de Enrique y Jane.

De sus seis mujeres, fue la primera, Catalina de Aragón, la que le reclamó como esposo y escribió, a través de la señorita Kelly: «El amor lo está guiando a lo largo del difícil sendero cuesta arriba.» Pero resulta claro que el deseo de Enrique de ser guiado se acentuó cuando Pakenham-Walsh le dijo que si se arrepentía de sus pecados se reuniría con sus hijos, Enrique, que murió a las seis semanas de vida (pero que, según se dijo, había crecido en la otra vida) y Eduardo, que reinó de 1547 a 1553.

El gran día del canónigo fue el 24 de junio de 1933, cuando, acompañado de dos médiums, la señora Heber-Percy y la señora Theo Monson, se halló en «presencia» no sólo de Enrique y sus esposas, Wolsey, Tomás Moro, Isabel I y otros personajes históricos, sino de los espíritus de sus propios hijos, Helen y Willy. Enrique deseaba que se hiciera público que se arrepentía de sus malas acciones. Ana Bolena añadió que «el manuscrito (de A Tudor Story) es una de las escaleras desde aquí hasta usted, y desde usted a nosotros, por la que muchos podrán trepar hasta la verdadera sabiduría.» El canónigo bendijo a los presentes, visibles o invisibles, y los visitantes se marcharon.

La Respuesta A Una Plegaria

Si uno cree que el alma sobrevive a la muerte y que hasta el hombre más malvado puede obtener apoyo para progresar en la otra vida, entonces el honesto e infantil canónigo parece el más indicado para «rescatar» al arrogante Enrique.

Pero, para los críticos, resultará muy fácil echar abajo la historia. Aunque ninguna de las médiums conocía a Pakenham-Walsh anteriormente, ciertamente habrían oído hablar de su obsesión por los Tudor. Un sensitivo podría haber recibido impresiones telepáticas de su exaltación por Ana Bolena. Es natural también que Pakenham-Walsh deseara ayudar a Enrique, un alma torturada en busca de redención. Resulta significativo que Catalina, la primera mujer de Enrique, buscara apoyo terrestre en él. Con toda seguridad, el canónigo consideraba que ella había sido la única mujer legal de Enrique. Aunque varias «pruebas» propuestas por Ana fueron utilizadas por Pakenham-Walsh como demostración de su supervivencia, también podría decirse que sólo probaban su ignorancia acerca de la teoría moderna de la PES.

Ana Bolena dijo en el patíbulo en 1536: «Ruego a Dios que salve al Rey.» ¿Será posible que un amable ex misionero fuera elegido, 400 años más tarde, para atender a su plegaria?.

lunes, 29 de diciembre de 2008

La Leyenda del Holandés Errante

Una nave tropieza con una terrible tormenta, pero su capitán, enloquecido y sordo a las súplicas, rehúsa buscar refugio. Como castigo, es condenado a recorrer los mares durante toda la eternidad. ¿Cuál es el origen de la famosa leyenda del Holandés Errante?

La historia del Holandés Errante es una de las más famosas y quizá de las más antiguas leyendas del mar, ya que circula desde hace, por lo menos, 500 años. Pero posiblemente su origen se remonte a tiempos muy anteriores al nacimiento de Cristo. Esencialmente, la historia es la siguiente: un maniático capitán holandés -por supuesto, el término «Holandés Errante» se refiere al capitán y no a su barco- desafía la ira de Dios y como resultado es condenado a navegar por los océanos eternamente, provocando la muerte de todos cuantos ven su nave espectral. Esta historia ha sido elaborada por muchos escritores, pero constituye algo más que una ficción, una siniestra historia del mar para asustar a crédulos marineros de agua dulce en tabernas portuarias. Este barco fantasma ha sido avistado en numerosas ocasiones, las últimas en pleno siglo XX.

Muchas autoridades sostienen que la historia del Holandés errante se originó a partir de un hecho real, aunque sobre este punto no hay acuerdo. El problema se complica aún más porque existen muchas versiones de la historia, en las que el capitán puede llamarse Vanderdecken, Van Demien, Van Sraaten o Van alguna otra cosa.

La versión más conocida de la historia del Holandés Errante habla de un tal capitán Vanderdecken, cuya nave fue atrapada en una terrible tormenta cuando doblaba el cabo de Buena Esperanza. Los pasajeros, aterrorizados, rogaron a Vanderdecken que se refugiara en un puerto seguro o que, por lo menos, arriara velas a intentara capear el temporal, pero el enloquecido capitán se rió de sus súplicas y, atándose al timón, comenzó a cantar canciones sacrílegas.

La tripulación también se alarmó por la conducta de su capitán e intentó hacerse con el control de la nave, pero el intento de motín fue sofocado cuando Vanderdecken arrojó a su líder por la borda, mientras los aterrorizados pasajeros y la tripulación se encomendaban a Dios. En respuesta a sus plegarias las nubes se abrieron y una luz incandescente iluminó el castillo de proa, revelando una figura gloriosa que según algunos, era el Espíritu Santo, mientras otros dijeron que era Dios.

La figura se enfrentó con Vanderdecken y le dijo que, ya que disfrutaba con los sufrimientos ajenos, de ahora en adelante sería condenado a recorrer el océano eternamente, siempre en medio de una tempestad, y provocaría la muerte de todos aquellos que le vieran. Su único alimento sería hierro al rojo vivo, su única bebida la hiel, y su única compañía el grumete, a quien le crecerían cuernos en la cabeza y tendría las fauces de un tigre y la piel de una lija (lo cual parece muy injusto para el pobre grumete quien, hasta aquí, no había tenido ningún papel independiente en la historia y, presumiblemente, sentía tanto temor ante Vanderdecken como el resto de la tripulación). Sin embargo, con estas palabras la visión desapareció, y con ella todos los pasajeros y tripulantes. Vanderdecken y el grumete quedaron abandonados a su destino.

Ésta es la versión clásica de la historia del Holandés Errante. Puede ser que se base en hechos, pero no hay acuerdo acerca de cuáles pudieron ser esos hechos. Una versión afirma que la historia deriva de la saga escandinava de Stote, un vikingo que robó un anillo a los dioses y cuyo esqueleto, cubierto con un manto de fuego, fue hallado después sentado en el palo mayor de una nave negra y fantasmal.

Otros creen que la historia es más reciente y sugieren que se originó en las aventuras de Bartolomeu Dias (c. 1450-1500), navegante portugués que descubrió el cabo de Buena Esperanza en 1488 y cuyas proezas marítimas llegaron a parecer sobrehumanas, según la biografía que escribió sobre él Luis de Camoes.

Una Partida De Dados Con El Diablo

Otros investigadores han desenterrado una dudosa historia acerca de los dos barcos mercantes holandeses del siglo XVI cuyas tripulaciones avistaron el fantasma de un bajel que se había perdido en el Pacífico; la historia del Holandés Errante derivaría de esto. Otra teoría es que la historia se basa en la leyenda de un alemán llamado Von Felkenberg, que se jugó el alma a los dados con el Diablo y perdió. Una leyenda holandesa similar habla del capitán Van Straaten y también se cuenta una historia acerca de Bernard Fokke.

Fokke, capitán del Libera Nos, era famoso por la rapidez con que realizaba sus travesías. Quienes envidiaban su habilidad de navegante afirmaban que había establecido un pacto con el diablo, algo que la extrema fealdad de Fokke y su mal carácter ayudaban a creer. Un día se embarcó en un viaje del que no retornó y se rumoreó que, finalmente, el Diablo había cobrado su recompensa.

No es improbable que la leyenda del Holandés Errante naciera como consecuencia de un hecho real, aunque, sin duda, éste habrá sido algo más prosaico que la venta de un alma al Diablo. Existen muchos casos de buques que fueron abandonados por error por su tripulación, en la creencia de que estaban a punto de zozobrar, y luego siguieron a flote durante días, semanas, meses a incluso años, siguiendo los caprichos del viento y las mareas. El más famoso de esos barcos es el Mary Celeste, pero no es el único. Quizá una de las historias más notables sea la del clíper lanero Marlborough, que desapareció en 1890 mientras de Australia se dirigía a Inglaterra. Se dice que fue hallado 23 años después, frente a las costas de Chile. Aunque la historia del Marlborough sea una exageración, resulta fácil imaginar su efecto en las mentes de marinos supersticiosos en aguas poco conocidas, cuando vieron al buque abandonado emerger súbitamente de la niebla.

La historia del Holandés Errante ha inspirado muchas obras de ficción. El poeta norteamericano Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882) escribió sobre este aspecto en The phantom ship (El buque fantasma), que figura en su libro Birds of passage (Aves de paso). Edward Fitzball escribió un melodrama llamado El Holandés Errante, y el francés August Jal la versión más conocida de la historia en sus Scénes de la vie maritime (Escenas de la vida marítima). El poeta lírico alemán Heinrich Heine (1797-1856), inspirándose en el melodrama de Fitzball o en un cuento anónimo titulado Vanderdecken's message home (El mensaje de Vanderdecken) -que apareció en Blackwood's Edinburgh Magazine-, escribió sobre el buque fantasma en sus Memoiren des Herrn von Schnabelwopski (Memorias del señor Schnabelwopski). Esto, a su vez, fue indudablemente lo que inspiró la ópera de Wagner El buque fantasma, en la que Vanderdecken puede bajar a tierra una vez cada siete años, para encontrar a una mujer cuyo amor pueda redimirlo. Otros escritores que tocaron el tema fueron Frederick Marryat (El buque fantasma, 1839) y Walter Scott (Rokeby, 1813).

Sin embargo, el Holandés Errante es más que mera leyenda o ficción. A lo largo de los siglos mucha gente afirmó haber visto el espectro de la nave. Uno de los informes más antiguos apareció en 1702 en la Magnalia Christi Americana, historia eclesiástica de Nueva Inglaterra que escribió Cotton Mather, autor prolífico y célebre pastor puritano. Pero muchas de las observaciones son difíciles -si no imposibles- de comprobar y, por lo tanto deben ser descartadas como espejismos, alucinaciones o visiones debidas a un exceso de alcohol. Pero existe un informe excepcional. En 1881 una observación del barco del Holandés Errante fue comunicada por el príncipe Jorge de Inglaterra -que después reinó como Jorge V- y por su hermano mayor, el príncipe AIberto Víctor, duque de Clarence... el mismo duque de Clarence que hoy figura entre los sospechosos de haber sido el infame Jack el Destripador.

Se ha dicho que el incidente aparecía en el libro de bitácora del Baccante, pero no es así. En cambio, sí aparece en un relato del viaje de los príncipes en ese buque, compilado por John H. Dalton a partir de sus diarios personales, cartas y libros de notas. En el momento de la observación los príncipes estaban a bordo de otro barco de la flota, el Inconstant, ya que habían sido trasladados allí cuando el Baccante tuvo problemas en el timón. El relato dice: 11 de junio de 1881. A las 4 de la madrugada el «Holandés Errante» cruzó nuestro rumbo. Era una extraña luz roja, como la de un buque fantasma, incandescente, y en el centro de esa luz, los mástiles, palos y velas de un bergantín, a 200 m de distancia, se destacaron con fuerte relieve cuando se acercó a nuestra amura de babor. El vigía del castillo de proa informó que estaba cerca de la amura, donde también lo vio claramente el oficial de guardia desde el puente, como también el guardiamarina del alcázar, que fue enviado inmediatamente al castillo de proa, pero al llegar allí no logró ver vestigios ni señales de ningún barco material, ni cerca ni en el horizonte, pese a que la noche era clara y el mar estaba en calma. En total fue visto por trece personas, pero si se trataba del Van Demien del «Holandés Errante», o qué, no lo sabremos.

El Tourmaline y el Cleopatra, que navegaba a estribor, hicieron señales para preguntar si habíamos visto la extraña luz roja.

A las 10:45 el marinero que esta mañana había avistado al «Holandés Errante» cayó desde las crucetas del mastelerillo de juanete y se hizo trizas. A las 16:15 se efectuaron honras fúnebres y su cadáver fue lanzado al mar. Era un valiente marinero real, y uno de los más prometedores tripulantes del barco, y todos se sienten muy tristes por su pérdida. En el siguiente puerto nos encontramos con el almirante, que también se mostró muy disgustado. Alrededor de 13 personas en el Inconstant, además de una cantidad no especificada de personas en el Tourmaline y el Cleopatra, vieron el espectro, aunque si era el Holandés Errante a otro espectro «no lo sabremos», tal como dijeron los príncipes. Pero, tal como afirma la leyenda, la visión acarreó la muerte de una persona.

Los Nazis También

Una de las fuentes más inesperadas de un informe sobre el barco del Holandés Errante es -según se dijo- Karl Dónitz, comandante en jefe de la flota alemana, y efímero sucesor de Adolf Hitler. Se dice que vio la nave espectral mientras se hallaba en una misión al este de Suez, y que después afirmó que sus hombres preferían enfrentarse con toda la flota aliada antes que vivir nuevamente el horror de ver el barco del Holandés Errante.

El del Holandés no es, por cierto, el único espectro marino. En 1949 se estimaba que había más de 100 casos «bien comprobados» de naves fantasmas que frecuentaban la costa noreste de los Estados Unidos.

El buque fantasma más famoso de los Estados Unidos es, probablemente, el Palatine, que fue tema de un famoso poema de John Greenleaf Whittier. Según la leyenda, en 1752 una tormenta arrojó al Palatine contra las rocas de Block Island, cerca de Rhode Island, y sus restos fueron incendiados por los pescadores; una pasajera quedó atrapada y se quemó viva. Desde entonces, el espectro del barco en llamas ha sido visto en innumerables ocasiones.

Es difícil descartar las pruebas de que algo -se le llama «la luz del Palatine»- ha sido visto con regularidad cerca de la costa. Pero una investigación cuidadosa revela que ningún barco de esas características naufragó jamás en Block Island. Sin embargo, también se descubrió que 14 años antes, en 1738, el Princess Augusta, que llevaba 350 refugiados del Alto y el Bajo Palatinado, en Alemania, sí naufragó en la costa norte de Block Island en circunstancias similares a las que se atribuían al Palatine; no cabe duda de que éste fue el origen de la leyenda. Sólo un elemento del destino del Princess Augusta difiere de la leyenda del Palatine: el Princess Augusta se hundió, y no fue incendiado. De modo que si el espectro que se ve con tanta frecuencia cerca de allí es el espectro del Princess Augusta, ¿por qué el buque fantasma aparece en llamas?

Otro barco fantasma bastante conocido es el Goblin, negro y con velas de cruz, del que se dice que es visto con frecuencia por los habitantes de Porthcurno Cove, cerca de St. Leven, en Cornualles (Inglaterra). Este espectro es característico porque se le ve dirigirse a la costa; después de desliza sobre tierra firme, y finalmente desaparece.

¿Qué son, entonces, esos buques fantasma, esos espectros del mar?. Se les puede aplicar las mismas preguntas, especulaciones y teorías que se refieren a los fantasmas en general. Pero el Holandés Errante se distingue de las historias folklóricas y de fantasmas habituales: ha sido visto muchas, muchísimas veces. Si el barco no existe, ¿qué fue entonces lo que vieron los príncipes a bordo del Inconstant? Dado que la aparición del Holandés Errante y de su barco parece predecir sólo muertes o desastres, quizá lo más razonable sea no buscar la respuesta con demasiado empeño.

viernes, 26 de diciembre de 2008

LA ESTRELLA DE BELÉN

Ha sido siempre un misterio para los astrónomos cuál pudo ser la estrella que guió a los Magos de Oriente... Para cualquiera que tenga aunque sea una escueta noticia de cuán aficionados eran a buscar señales en el cielo los pueblos que crearon la astronomía y la astrología, los que dibujaron las constelaciones y los caminos del cielo, los que pusieron nombre a cada estrella. Es indudable que hubo estrella, es decir fenómeno astronómico. Otra cosa es la concreción de ese fenómeno en el nombre de estrella y la ingenuidad de la narración bíblica (la única posible: en un relato mítico no cabe una descripción astronómica).

En el relato bíblico de Mateo (el único evangelista que habla de la estrella) se esconde la pincelada del astrólogo: el mundo romano en cuya dominación se produce el gran acontecimiento del Nacimiento de Cristo anunciado por los astros, estaban muy arraigadas las creencias astrológicas. Y los judíos participaban de la cultura astrológica oriental. Cuando llegan los magos al palacio de Herodes preguntando por el recién nacido Rey de los judíos que les ha anunciado la estrella, guiándoles además hasta allí, al rey Herodes no le da la risa ni se le ocurre pensar que aquellos Magos están locos, sino que manda a sus sabios que investiguen, y la cosa acaba en la matanza de los Inocentes. Todo muy verosímil: estaba en la cultura del tiempo y del lugar.

El primero que se planteó desde una perspectiva científica el tema de la Estrella de Belén fue Orígenes (185-253), que dedicó parte de su abundante obra a la exégesis bíblica, sostenía que estaba próxima a la naturaleza de los cometas. A partir de él siguieron ofreciéndose diversas hipótesis. Tres son las que han dado más juego: la de que se trató de un cometa (sólo podría ser el Haley, pero habría que forzar un tanto las fechas, pues pasó el año 11 antes de Cristo). La segunda hipótesis es la de la supernova: la explosión de una estrella cuya brillante luz puede verse durante meses, incluso de día. Pero dados como eran en esa época a registrar minuciosamente estos fenómenos, no es probable que habiéndose producido, no se hubiese registrado, máxime cuando sí se registró la explosión de una supernova el año 135 a. JC. y otra el 173 de nuestra era. Nos queda por tanto la tercera hipótesis, la que formuló Johannes Kepler (1571-1630), el astrónomo alemán que defendió el revolucionario sistema heliocéntrico de Copérnico (el giro copernicano) y enunció las leyes que llevan su nombre sobre el movimiento de los planetas…

Según este insigne astrónomo, la estrella de los magos no fue otra cosa que la triple conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno, estando el Sol pasando por Piscis. Es una conjunción que se produce muy raramente. En ella los planetas se ven como uno solo, produciendo como resultado una luz muy brillante, y que da la imagen de una estrella nueva cuya presencia en el firmamento dura tan sólo unos días. Los cálculos de Kepler determinaron que la conjunción se dio en el año 7 a. JC., un poco más cerca que el cometa Haley de la fecha del nacimiento de Jesús que la crítica histórica considera más probable.

Finalmente está la explicación puramente religiosa, según la cual a Dios no le costó ningún trabajo crear una estrella de las características que quisiera para guiar a los magos desde Oriente. Pero de la estrella de Belén se apropió la fe popular al margen de la iglesia, que al condenar la magia como contraria a la fe, no podía promocionar a unos magos por más que viniesen a tan noble misión. Ese fue el motivo por el que primero se les hizo reyes, y luego se procuró hacer poco ruido sobre su condición de magos, en cuyo caso se hubiese podido relacionar la estrella con la magia.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

CURIOSIDADES DE NAVIDAD

El término Navidad proviene del latín "Nativitas" y significa Nacimiento.

Las tarjetas navideñas fueron inventadas por Sir Henry Cole, quien en el año 1843 encargó a un amigo pintor que le dibujara y pintara una escena navideña, que luego mandaría a reproducir en una imprenta, para después escribirle unos breves deseos de felicidad y firmarlas y enviarlas a los amigos y familiares.

La tradición de poner el Belén en el mundo se remonta al año 1223, en una Navidad de la villa italiana de Greccio. En esta localidad, San Francisco de Asís reunió a los vecinos de Greccio para celebrar la misa de medianoche. En derredor de un pesebre, con la figura del Niño Jesús, moldeado por las manos de San Francisco, se cantaron alabanzas al Misterio del Nacimiento; en el momento más solemne de la misa, aquella figura inmóvil adquirió vida, sonrió y extendendió sus brazos hacia el Santo de Asís. El milagro se había producido ante la vista de todos, y desde entonces la fama de los "Nacimientos" y su costumbre se extendió por todo el mundo.

El árbol de Navidad decorado, se cree que apareció a principios del siglo XVII, en Alemania. En 1605, un árbol fue decorado para ambientar el frío de la Navidad, costumbre que se difundió rápidamente por todo el mundo. El árbol de Navidad llegó a Finlandia en el año de 1800, donde se extendió por el resto de países nórdicos. Llegó a Inglaterra en 1829, y fue el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, quien ordenó adornar el castillo de Windsor con un árbol navideño en 1841. En Suecia, mantienen el árbol adornado y con sus luces hasta 20 días después de la Navidad.

Desde el siglo XIII se realiza en Italia una competición de villancicos llamada "pastorelle".

El roscón de Reyes con haba de la suerte incluida se comenzó a elaborar en la Edad Media.

El primer sorteo de la Lotería de Navidad se celebró en Cádiz (España) en 1812.

Los cotillones de Nochevieja empezaron a organizarse en restaurantes franceses a principios del siglo XX.

Las doce uvas de la suerte es una costumbre reciente, nacida en el primer tercio del siglo XX.

El primer árbol de Navidad iluminado con lámparas eléctricas se instaló en casa de Edward Johnson.

La existencia de tres Reyes Magos data del siglo VI d.C. Melchor, que representa a los europeos, ofreció al Niño Dios un presente de oro que atestigua su realeza. Gaspar, representante de los semitas de Asia, cuyo bien más preciado es el incienso, lo ofreció al Niño como símbolo de su divinidad. Y por último, Baltasar, negro y con barba, se identifica con los hijos de Cam, los africanos, que entregan la mirra, en alusión a su futura pasión y resurrección.

El muérdago representa en navidad una demanda de prosperidad a la divinidad.

El primer pan dulce se hizo en Milán, por encargo del duque Sforza, quien pidió a sus cocineros una comida especial para Navidad que contenía en su interior frutas secas y pasas de uva, y que decidió bautizar como "panettone".

En Suecia se mantiene el arbolito adornado y con luces hasta 20 días después de la celebración de Navidad.

En Finlandia, las familias decoran sus casas para Navidad, con velas que realiza cada familia.

El primer cava español data de 1872.

En la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy, Argentina, el primer belén lo montó el misionero Gaspar de Monroy, en 1594, en el Vallecito del Cerro.

Los villancicos son cantos que se entonan en Navidad para celebrar el nacimiento del Niño Jesús. Esta costumbre tiene su origen en la edad media y se mantiene en recuerdo de los muchos profetas que anunciaban el nacimiento del Salvador. La gente de la villa, los villanos, fueron los que adaptaron los antiguos himnos y cantos en latín con los que la Iglesia recordaba la llegada de Jesús, transformándolos en canciones muy dulces. Son esas las canciones que -en honor de sus autores- hoy se conocen con el nombre de villancicos. Los primeros se originaron, según se cree, en Inglaterra, en la época de Enrique I, los cantos eran en latín y amenizaban las fiestas de la Corte. "El Canto del Jabalí", era llamado canto del villano, y una especie de diminutivo se transformó en villancico para designar estos coros o estribillos.

¿Por qué se llama «Misa del Gallo» la misa que se celebra el 24 de diciembre como término de la vigilia de Navidad? Porque esa misa solía caer «ad galli cantus» al canto del gallo, de donde le quedó su sugestivo nombre que nada tiene que ver con el hecho de que en algunos países acostumbraran comer gallo al horno en la cena de Nochebuena.

La palabra pesebre se deriva del latín praesepem. Su significado original era "cajón para la comida de los animales".

El buey, símbolo de San Lucas Evangelista, es símbolo de la paciencia y el trabajo. El asno, animal que acompaña a la Virgen en el nacimiento, es símbolo de humildad.

En mitad del Océano Pacífico, existe una isla llamada Navidad que pertenece a Kiribati. La venta de sellos de correos es su principal actividad económica.

El día de Navidad fue oficialmente reconocido en el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad de Cristo. Pero algunas de las costumbres tradicionales de la Navidad llegaron más tarde, como la de cantar villancicos que no se agregó hasta la Edad Media. Por Navidad, los cristianos africanos se reúnen y leen pasajes de la Biblia. Posteriormente realizan bailes y cantos al aire libre. En Etiopía realizan una ceremonia bañándose en los ríos.

Según las crónicas, el pavo de Nochebuena tuvo su origen en México en el S. XVI. Los aztecas se lo hicieron probar a Hernán Cortés, a quien le agradó y lo llevó a España.

El turrón fue incorporado a la mesa en el siglo XVI.

La bebida con que más frecuentemente se brinda en Navidad en Argentina es la sidra.

La cesta de Navidad tiene sus raíces en las canastillas que antiguamente empleaban los campesinos para transportar los aguinaldos que iban a entregar.

Hacia el siglo II un sacerdote cristiano llamado Nicolás abandonó Italia, para difundir en Asia la palabra de Dios. Siendo misionero, fue trasladado a Myra, para ser nombrado obispo. Murió un 6 de diciembre, fue proclamado santo e inspiró la figura de Papá Noel. La figura de Santa Claus, con la estética que ahora conocemos, es una invención estadounidense del siglo XX, si bien se basó en la vida y la leyenda de San Nicolás. Actualmente, se designa al mismo personaje en los distintos países, como Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás. Aunque en ciertos lugares el día de San Nicolás se celebra el 6 de diciembre. El nombre Santa Claus es una contracción de Sanctus Nicolaus, y se refiere específicamente a San Nicolás de Bari, quien fuera Obispo de Mira en el S. IV, personaje de una enorme bondad y protector sobretodo de los niños.

Los restos de los Reyes Magos estuvieron durante trescientos años en Constantinopla, en lo que antes era Bizancio y ahora Estambul, en Turquía. Luego fueron trasladados a Milán hasta 1162, en que el emperador Barbarroja saqueó Milán y entregó los restos de los Reyes Magos al arzobispo Reinaldo de Dassel, quien decidió que dichos restos fueran trasladados a Colonia, Alemania. Los restos de los tres Reyes Magos descansan en un cofre de oro y plata que pesa unos 350 kg, y se halla en una capilla que hizo construir a tal efecto el emperador Carlomagno en Colonia, Alemania.

Según cuenta la historia, el 25 de diciembre de 1492 se celebró la primera Navidad en tierras americanas. Colón realizaba un reconocimiento de los archipiélagos de la zona, cuando una mala maniobra dañó irreparablemente a la carabela "Santa María". Los indígenas le ayudaron a rescatar la carga y a construir un fortín donde quedaría parte de la tripulación. Se utilizaron las maderas del barco para levantar dicho fuerte, y se terminó de construir el 25 de diciembre. Por esa razón se llamó al fuerte "Fuerte de Navidad" (Natividad). Allí celebraron con gran emoción la Navidad de 1492.

La costumbre de la celebración de la Misa de Gallo proviene de los ritos de los templos de Jerusalén. Allí los católicos celebraban tres misas el día del nacimiento de Jesús: una en la noche en la cueva de la natividad, santificando el nacimiento, otra al amanecer como signo de la resurrección y una tercera en el templo, siendo ésta el oficio solemne del día.La estrella de Navidad es originaria de Filipinas, allí se hacen antorchas en forma de estrellas de 5 puntas, que iluminan la entrada de las casas. Suele colocarse en la parte superior del árbol de Navidad.

Por navidad, se bebe en Chile Cola de Mono, que es un ponche hecho de pisco con café con leche, azúcar y canela. El pisco chileno es un licor destilado de uvas moscatel, en diversas variedades y, en menor medida, Pedro Jiménez y torontel.

Cada 24 de diciembre, miles de turistas se trasladan a Oberndorf, cerca de Salzburgo (Austria), donde hace 185 años fue compuesta la canción “Noche de Paz”, quizá el villancico más conocido del mundo.

“Noche de Paz” fue traducida a 330 idiomas; la canción de Navidad austríaca fue creada casi por casualidad, porque se había estropeado el órgano de la iglesia. En 1818, dos días antes de Navidad, el viejo órgano de la iglesia de San Nicolás, la parroquia del padre Joseph Mohr, pasó a mejor vida. Para no decepcionar a sus feligreses, el sacerdote pidió a su amigo Franz Xaver Gruber, maestro y organista del vecino pueblo de Arnsdorf, que compusiera una melodía para un texto de Navidad.

En la misa del gallo de ese 24 de diciembre, Joseph Mohr, cura con voz de tenor y que tocaba la guitarra, y Gruber, que poseía una bella voz de bajo, interpretaron por vez primera en alemán “Noche de Paz”. El hecho era totalmente inhabitual en la época, cuando los textos religiosos se redactaban todavía en latín. Pero Mohr consideraba que una letra simple y comprensiva era lo más adecuado para sus feligreses.

En 1831, un coro que se dedicaba a cantar aires populares tiroleses incorporó el villancico del padre Mohr a su repertorio durante una gira por Prusia. De allí, la canción viajó a Nueva York, donde fue interpretada por un coro tirolés en 1839 pero donde sus autores y su origen permanecieron desconocidos.

Treinta y seis años más tarde, la corte real de Prusia, que buscaba el original de la partitura, consultó al párroco de San Pedro de Salzburgo, quien, para sorpresa general, respondió que Mohr y Gruber, muertos en el anonimato respectivamente en 1848 y 1863, eran los autores del villancico que se había atribuido al compositor austríaco Michael Haydn.

martes, 23 de diciembre de 2008

El significado de la Navidad

La Navidad tiene múltiples significados, cuyos orígenes son desconocidos para un gran número de personas. El conocimiento de sus significados y de sus orígenes hará que este día le brinde mucha mayor satisfacción a las que lo celebran.

Si hemos de investigar el tema con cierto método, podemos utilizar la siguiente división: los aspectos históricos; las costumbres; y el idealismo de la Navidad. En cada una de estas divisiones, consideraremos brevemente los puntos más evidentes y significativos.

En la primera división concerniente a los aspectos históricos, comenzaremos con Jesús Cristo. Por supuesto, Jesús es la idea central en cada una de estas divisiones; es, por decirlo así, el núcleo central de las celebraciones de Navidad. La palabra Cristo va generalmente asociada con Jesús, para designarlo en for¬ma más particular, constituyendo una especie de título. El origen inmediato de la palabra Cristo es del latín, Cristus, que a su vez tiene un origen griego. En la versión griega de los Setenta la palabra griega Cristos se usa para traducir la palabra hebrea Mahsiah, que nosotros escribimos Mesías, y cuyo significado original es "El Ungido."

La costumbre religiosa de los hebreos de ungir, era en realidad heredada de sus antepasados, especialmente del antiguo Egipto y de Babilonia. Se pensaba que el aceite usado en la unción le confería al individuo ciertas características espirituales y ciertas virtudes como resultado del rito. El rito de la unción iba acompañado de las correspondientes oraciones y liturgia.

Todo lo cual constituía un acto simbólico de infusión divina, significando que por medio de la ceremonia se recibía un manto divino de poder y sabiduría. Todos los que eran ungidos de esa manera pasaban a ser sacerdotes, y se les consideraba como intermediarios entre el hombre y su dios.

Las personas ungidas, o Mesías, eran esperadas en la categoría de reyes, para dirigir a los hombres en una batalla contra sus opresores, o bien para actuar como salvadores en un sentido moral o espiritual. La gente esperaba la llegada de un Mesías con el anhelo de librarse de las calamidades físicas y mentales y obtener la salvación. Los profetas hebreos, mucho antes de la era de Jesús, hablaron de la venida de un rey o de un Mesías. Uno de los primeros en hablar de esa manera fue el profeta Isaías. Se decía que el Cristo, este Mesías particular, se revestiría de justicia y rectitud, no se dedicaría a la guerra ni a la conquista, y se referirían a él como "el Príncipe de la Paz."

Es interesante notar que el mismo Asurbanipal, famoso rey asirio, se consideraba él mismo como un Cristo. Fue durante su reinado que se construyó la biblioteca más grande del mundo antiguo. El decía: "Yo nací en las montañas que ningún hombre conoce. Tú, Ishtar, me has traído desde las montañas para pastorear a tu pueblo." Este rey asirio creía que la Diosa Ishtar, o sea, la Diosa del Amor, lo había creado para convertirlo en salvador de su pueblo elevándolo a una posición de dominio; la cual fue realmente alcanzada por el pueblo en el mundo antiguo. Durante el reinado despótico de Herodes, Rey de Judea, los judíos ansiaban la llegada de un Mesías personal, que los librase de la opresión y los abusos que estaban sufriendo. Este Cristo, cuya llegada esperaban, había de ser “un liberador de la casa de David”.

De hecho, todo el populacho de Jerusalén aclamó a Jesús como el Mesías que tanto habían esperado cuando él entró en esa ciudad. Es muy significativo ver que la manera en que Jesús entró en Jerusalén y los demás detalles relacionados con este hecho, estaban de acuerdo con las predicciones tradicionales acerca de la manera en que los Mesías debían entrar para liberar al pueblo.

Costumbres, Paganas o Cristianas

La segunda división general en nuestro estudio de la Navidad, se refiere a las costumbres tradicionales. ¿De que modo se eligió el 25 de diciembre como fecha de la Navidad? ¿Es que Jesús nació ese día? La celebración del 25 de diciembre como fecha de la natividad de Jesús, tuvo su origen en Roma, cuatro siglos después de su nacimiento. Antes de ese tiempo, durante los primeros cuatro siglos de la Era Cristiana, la celebración de la Navidad tenía lugar el 6 de enero, fecha de la Fiesta de la Epifanía. Se trataba de la conmemoración, no del nacimiento de Jesús, y en realidad de la visita de los Magos a Belén. La celebración de la natividad (Navidad), se estableció más tarde que la conmemoración de la resurrección. Durante mucho tiempo se estuvo celebrando la resurrección cuando todavía no se había establecido la celebración de la natividad.

El Papa Liberio de Roma entre los años 353 y 354 descartó la fecha del 6 de enero en favor del 25 de diciembre. De acuerdo con el calendario romano, el solsticio de invierno empezaba el 25 de diciembre. Por lo tanto, se estimó muy conveniente relacionar la natividad de Jesús con el fenómeno del sol en su función astronómica de señalar el comienzo del invierno, que era una ocasión celebrada desde hacía tiempo por el pueblo. Ese día era conocido como el día del sol de la justicia. También, alrededor del 25 de diciembre, se celebraba la natividad del dios-sol de Asiria, que era una derivación del dios Mitra, de Persia, conocido como el dios de la luz. Durante varios siglos esta fecha, y la correspondiente celebración, eran de gran importancia. El establecimiento del 25 de diciembre para la natividad de Jesús servía para hacer resaltar en la mente popular que El había nacido como hijo de un dios, por la relación que ese día tenía con la natividad de Mitra.

La fecha del 25 de diciembre, al ser escogida por los teólogos cristianos, no fue universalmente aceptada por todo el mundo cristiano. Es interesante notar que la Iglesia Oriental, que era rival de Roma y tenía su sede en Constantinopla y también en Antioquía, no aceptó la fecha del 25 de diciembre sino hasta mucho después. La fecha del 25 de marzo o el 28, alrededor del equinoccio de primavera, también se había declarado como día de la natividad. La razón por la cual muchos favorecían esta fecha es, que la primavera trae el renacimiento de la Naturaleza y el nuevo despertar de la vida.

Muchas razones filosóficas se presentaron en favor de la fecha de marzo. Algunos llegaron a afirmar que en la fecha de marzo Jesús había sido concebido, y debía de celebrarse en vez de la fecha del nacimiento.

De hecho, la Iglesia Romana estaba ansiosa de corregir el sentido pagano que el pueblo de daba a las fiestas del 25 de diciembre. Como ya dijimos, esta fecha se celebraba en honor de Mitra, dios de la Luz. Era también la ocasión de la fiesta del Sol Invictus. Por consiguiente, se estimó lo más apropiado señalar las fiestas de Navidad para esa misma fecha. Desde un punto de vista psicológico, se estableció de esa manera en la mente popular una cierta relación entre Jesús y el sol, y los fenómenos relacionados con el sol siempre han impresionado profundamente al hombre.

Puesto que el sol había sido divinizado algunas veces por los antiguos, esta relación reforzó el concepto de la divinidad de Jesús.

La Saturnalia era una antigua fiesta romana en conmemoración del dios Saturno. Las fiestas de la Saturnalia tenían lugar durante la semana del 17 al 24 de diciembre. Muchas costumbres de la Saturnalia llegaron a incorporarse a nuestras celebraciones de Navidad. Más aún, la mayoría de las costumbres y maneras de celebrar la Navidad en todo el mundo no tienen un origen cristiano, sino que representan un sincretismo, es decir, un esfuerzo de reconciliar varias costumbres paganas.

El regocijo de la celebración de la Navidad constituía un aspecto importante de la fiesta de la Saturnalia. Todas las escuelas se cerraban durante esa semana; la alegría y el júbilo se apoderaban de la gente. No se castigaban las transgresiones menores de la ley, no era necesario vestirse en la forma acostumbrada, ni existían en esos días las diferencias sociales.

Tanto los esclavos como sus amos participaban en los convites en una misma mesa, todas las clases sociales se ofrecían regalos mutuamente. Estos regalos consistían en gran parte de obleas de cera. Sin embargo, muñecas de barro y juguetes se le daban a los niños; también se tiraba confetti y se usaban disfraces. Repetimos que muchas de estas costumbres fueron transferidas a la celebración de la Navidad, como resulta evidente todavía. *

Algunas costumbres de nuestras celebraciones de Navidad, se han heredado de las tribus nórdicas de los teutones. Estas tribus tenían la fiesta de Yol (Yule), cuyo motivo principal era celebrar el rito del sol después de los cuarenta días de obscuridad, debido a la ausencia del sol durante una parte del invierno en las altas latitudes. Puesto que la época de Yol tenía lugar durante la larga noche del invierno nórdico, las supersticiones abundaban entre la gente.

Creían que durante el largo período de obscuridad los demonios y espíritus maléficos rondaban por todas partes. Más tarde, sin embargo, cuando su mentalidad avanzó y obtuvo una comprensión exacta de las cosas, estos demonios fueron transformados por la mente popular en tipos cómicos, y la gente misma se disfrazaba como demonios, con cuernos y rabos, en un espíritu de fiesta. Iban de una casa a otra con regalos que se ofrecían mutuamente y con juguetes para los niños. También tenían grandes cenas.

También en Alemania tenían grandes celebraciones con ocasión del solsticio de invierno, despidiendo el año viejo y dando la bienvenida al año nuevo.

En los Estados Unidos y otros lugares, el "místletoe" o muérdago (planta sagrada de los celtas y los galos), se deriva de las antiguas prácticas religiosas de los celtas. Se dice que los sacerdotes celtas usaban ramas de esta planta cuando saludaban al sol naciente, o al dios sol. Stonehenge, en las planicies de Salisbury en Inglaterra, probablemente fue construido por los antiguos druidas. Las reliquias de sus monolitos todavía pueden verse, formando una especie de sala entre columnas, y unas estructuras circulares. Se supone que los sacerdotes se paraban en esas columnatas (que están orientadas hacia el Este), sujetando en alto con la mano derecha una ramita de muérdago, como salutación al sol naciente.

Otras decoraciones verdes, de ramas, que añaden tanto colorido a la Navidad, tuvieron su origen en Alemania, en el siglo diecisiete. El Arbol de Navidad, que tiene tanta importancia en nuestras celebraciones y constituye un centro de atracción por sus decorados, probablemente tenga su origen en un animismo primitivo, que rendía culto al árbol.

Los animistas creen que todas las cosas están vitalizadas por un espíritu o inteligencia especial. El árbol sugería el concepto de la inmortalidad, pues sus raíces penetran profundamente en la tierra y su parte superior se dirige hacia las regiones celestiales. Por esta razón los griegos tenían grutas y huertos sagrados donde, en un ambiente que hacia pensar en lo divino, efectuaban sus misterios y ritos sagrados, con las iniciaciones correspondientes.

El Arbol de Navidad pudiera tener, también alguna relación con el tronco de Yol, que también se adornaba con sentido religioso en un antiguo rito de los teutones.

Tal vez el símbolo más popular de la alegría de la Navidad es Santa Claus, que se deriva de la tradición de San Nicolás, antiguo obispo de la ciudad de Myra, en Asia Menor. Tuvo que sufrir persecuciones, fue arrestado, y sufrió tormentos durante muchos años. Al convertirse en mártir obtuvo un gran número de devotos. Se le atribuyeron grandes proezas y actos de generosidad que hicieron resaltar su importancia ante los ojos del mundo.

Entre otras cosas se decía que San Nicolás le había dado dotes a las hijas de los campesinos pobres para que pudieran casarse, y nunca pregonaba los actos generosos que realizaba. Más tarde también se dijo que San Nicolás ofrecía muchos regalos secretamente en su día, y se le ha presentado siempre como un protector de los niños; las estatuas que lo representan en varias partes de Europa, muestran a los niños sujetándose a su túnica. El nombre Santa Claus, se derivó por evolución fonética del nombre holandés San Nicolás; fueron precisamente los primeros colonizadores holandeses quienes trajeron esa tradición al Nuevo Mundo.

La Estrella del Oriente

Y, ¿qué diremos de la misteriosa Estrella del Oriente? ¿En qué forma la estrella se relaciona con los aspectos históricos de la Navidad y con la vida de Jesús? A muchas personas les sorprenderá saber que la ascensión inesperada de una estrella en el Este, no es un fenómeno extraordinario, y ha sucedido antes y después de los tiempos de Jesús. Astronómicamente dichas estrellas se denominan helíacas. Son las que salen por el Este poco antes de la salida del sol. No se perciben a simple vista por el día o por la noche. Los antiguos egipcios, especialmente, observaban el ascenso helíaco de Sirius, la estrella fija más brillante. Estos sabios de la antigüedad determinaron que el intervalo entre uno y otro ascenso helíaco de Sirius era poco más de trescientos sesenta y cinco días, aproximadamente un año. Podemos encontrar referencias de estos fenómenos de estrellas helíacas en épocas que se remontan a mil ochocientos ochenta años antes de Jesús.

Es posible que nuevas excavaciones arqueológicas traigan a la luz del día inscripciones que puedan demostrar que las estrellas helíacas habían sido observadas por los hombres en épocas más remotas todavía. Cada vez que una estrella semejante aparecía en los cielos, ocasionaba muchas conjeturas en las mentalidades supersticiosas. Casi siempre se las consideraba como augurio de milagros o calamidades para la humanidad.

¿Cuál es la explicación de las estrellas helíacas? ¿Son el resultado de alguna causa sobrenatural, o más bien de una razón definitivamente física y empírica? En realidad son estrellas situadas por breve tiempo en el meridiano del sol, y en el mismo plano del sol. Como consecuencia de esto, mientras están en el meridiano del sol, los rayos solares hacen imposible que se vea la luz mucho más débil de la estrella. Pero entonces, poco antes de la salida del sol, o poco después de la puesta, la estrella resulta visible de repente debido a que el sol ha pasado a un meridiano diferente.

Los antiguos egipcios orientaban muchas veces sus templos por medio de esas estrellas helíacas. Se fijaban en la posición de la estrella al salir el sol y entonces el arquitecto construía el portal del templo en la dirección adecuada. Y así, cuando la estrella periódicamente salía, se podía ver en el extremo del largo salón de columnas, llamado hipóstilo, al mirar desde el otro extremo. Cada año el sacerdote observaba el fenómeno de la salida de la estrella, que se veía como si estuviera a la entrada del hipóstilo, y entonces, con la ceremonia apropiada, pronosticaba los hechos del futuro. Casi siempre esas predicciones eran de naturaleza astrológica, basadas en la determinación de la posición de la estrella helíaca respecto a los planetas. Estos sacerdotes no creían que la estrella en sí misma poseyese una influencia sobrenatural.

Los Magos, fraternidad secreta

La leyenda de los Magos también tiene un lugar definido en el significado histórico de la Navidad. La palabra Mago significa "hombre sabio." Los primeros Magos venían del Oriente, de los antepasados de los persas. Tenían grandes conocimientos en todas las ramas del saber vivieron muchos siglos antes de los días de Jesús. Como sabios eran conocidos, y al principio no tenían que ser necesariamente sacerdotes ni ocuparse de los ritos y ceremonias religiosas.

Poseían los secretos de la magia, que en la antigüedad consistía en la comprensión profunda de las leyes naturales. Así, pues, los Magos venían a ser los científicos de su tiempo.

Estudiaban los fenómenos naturales para descubrir sus causas y efectos, y aplicar las leyes al bienestar del hombre. Por eso los Magos poseían grandes poderes para efectuar curaciones. También tenían grandes conocimientos de astronomía, astrología, matemáticas, y estaban muy bien familiarizados con las filosofías principales de la época.

Los Magos pertenecían al pueblo de los medas, antecesores de los persas; ambos eran descendientes de la raza aria, que a su vez constituía una de las divisiones de la gran raza blanca. Esta gran raza estaba compuesta de una serie de tribus que se extendía a través de Europa desde el Atlántico hasta las planicies del Mar Caspio. Con el correr del tiempo se consolidaron y se volvieron a dividir; una de estas divisiones se estableció en Irán, lo cual le ha valido el nombre de Irania o Aria. Esta palabra significa que es de origen noble. La otra división de la raza aria pasó al valle del Río Indo, y son los antecesores de los hindúes de hoy día. La palabra magos es probablemente de origen ario.

La fama de los Magos se extendió por todo el mundo antiguo, junto con el relato de sus poderes extraordinarios. Se les conocía como profetas e intérpretes de los sueños. Con el tiempo constituyeron una fraternidad, un grupo secreto, con el fin de conservar la sabiduría que habían acumulado, y para transmitirla a sus sucesores oralmente. Nadie podía entrar en su secta a menos que demostrara sin lugar a dudas su capacidad y vocación. Entonces, comenzaron a ejercer una poderosa influencia política como consejeros religiosos. Como grupo político-religioso eran tan importantes en su tiempo, en el poder que ejercían sobre los gobernantes, como lo han sido los jesuitas en épocas más recientes. Los Magos siempre estudiaban las estrellas helíacas. Los tres Magos mencionados en la Biblia, sin duda hicieron un estudio astrológico para llegar a su famosa predicción.

Nacimiento virginal

Otro eslabón en el significado histórico de la Navidad puede verse en el nacimiento virginal de Jesús. Existen muchos cuentos, mitos y leyendas maravillosas en diversos países con narraciones de nacimientos misteriosos. En la mayoría de estos relatos, se dice que la madre era la esposa de alguna deidad o ser sobrenatural del cual concibió. En otros se dice que la madre concibió al ser tocada por un rayo de luz celestial, o al bañarse en aguas sagradas, o bien al tragar una piedra extraña de una forma y color especial. Sin embargo, hay muchos otros relatos de nacimientos virginales pues se parecen notablemente al relato evangélico del nacimiento de Jesús. Todos esos relatos son anteriores al tiempo de Jesús; por ejemplo, el nacimiento de Zoroastro, primer fundador de una religión organizada, que tuvo lugar alrededor de mil años antes de la llegada de Jesús.

Los últimos seguidores de Gautama Buda narran muchos acontecimientos extraños, con el fin de explicar la manera de su nacimiento. La colección de estas narraciones, constituye una parte de la literatura clásica budista, bajo el título de Jataka. Sin embargo, estas narraciones no aparecen en las enseñanzas Pali de Buda, lo cual indica que él nunca las enseñó. Podemos suponer, por lo tanto, que los monjes budistas de los lamaserios, impulsados por una gran veneración hacia Buda, exageraron varios incidentes de su vida para hacerlo aparecer como hombre muy diferente y superior a todos los demás.

Esa es una práctica generalizada en otras sectas religiosas cuando desean venerar a un gran líder, cuya vida idealizan por medio de leyendas y proezas fantásticas.

No debemos olvidar que Jesús tenía verdaderos hermanos y hermanas, quienes, según los datos, tuvieron un nacimiento muy natural. El tenía cuatro hermanos, y algunas hermanas casadas, cuando fue bautizado por Juan. Entre los teólogos y otros intelectuales han habido grandes controversias en relación con el nacimiento virginal de Jesús. Las autoridades bíblicas han señalado el hecho de que la narración del nacimiento solamente aparece en los evangelios de Mateo y Lucas. Más aún, Pablo, el Apóstol, nunca hace mención del nacimiento virginal de Jesús en las epístolas que se le atribuyen, aunque de algún modo sugiere que su nacimiento fue milagroso y diferente del de los demás hombres.

Pero lo importante no es que Jesús naciera de una virgen en el sentido literal de este concepto. Lo verdaderamente importante es que nos demos cuenta de que en El se encarnó el Espíritu Divino; tal vez más que ningún otro ser humano, Jesús estaba imbuido en la consciencia espiritual. Desde el punto de vista del concepto místico, todos los hombres y mujeres son la encarnación del ser divino o espiritual.

Otro eslabón de la cadena histórica de la Navidad está relacionado con la doctrina de que Jesús era el Hijo de Dios. ¿Fue éste un privilegio exclusivo de Jesús, como la mayoría de los cristianos pretenden? Es interesante notar que muchos siglos antes de Jesús, en la antigua ciudad de Egipto llamada Heliópolis, y dedicada al dios-sol Ra, los sacerdotes declararon que Khufu era el hijo corporal del dios Ra. El mismo Khufu, a quien más tarde los griegos llamaron Cheops, fue el constructor de la Gran Pirámide de Gizéh. Subsiguientemente cada Faraón fue proclamado como hijo corporal del dios-sol eterno.

Entre los antiguos hebreos, Israel mismo era concebido como el hijo de Dios. En el Exodo, Capítulo 4:22, encontramos: "Israel es mi hijo, mi primogénito." Aquí vemos, pues, que un es declarado como hijo de Dios.

Si Jesús es un hijo de Dios o el único Hijo de Dios, ha sido un asunto de acaloradas polémicas y argumentaciones entre los teólogos por muchos siglos. ¿Se trataba solamente de uno de varios maestros espiritualmente privilegiados, o de la persona más cercana a la Divinidad de una manera exclusiva? Puesto que Jesús, de acuerdo con las narraciones bíblicas, tuvo un nacimiento especial, los teólogos encontraron apropiado asignarle una afiliación única también, diferente a la de todos los demás mortales.

lunes, 22 de diciembre de 2008

SANTA CLAUS

El cine y la Coca Cola se han cuidado de convertir a Santa Claus en el personaje más universal de la Navidad. Por encima de su auténtico protagonista, que es el recién nacido Niño Jesús, por encima de los Reyes Magos y de Papá Noel, al que de hecho ha quedado asimilado y si no ha pasado por encima del árbol de Navidad es porque lo ha necesitado como espacio físico en que entregar sus regalos y como espléndido y luminoso aliado.

Santa Claus es un personaje extraído de la leyenda de un Saint Nicolaus, es decir San Nicolás, obispo de Mira, en Licia, Asia Menor, que regalaba a los niños juguetes que él mismo fabricaba. Su relación con la Navidad es que era ésta la fecha que elegía para hacer sus regalos... La generosidad de este santo obispo se hizo legendaria, y con cargo a esta leyenda se le atribuyen milagros de ubicuidad y de obtención mágica de recursos para poder atender a sus sagradas obligaciones para con los niños. El santo al que se atribuye tanta beneficencia es anterior incluso a la cristianización de las saturnales romanas, tan importantes, tan arraigadas, tan del pueblo llano y tan dadas a la generosidad y a los regalos, que no fue difícil convertidas en fiestas navideñas. Ahí tenemos situado, pues, al antecesor de Santa Claus, que murió el 6 de diciembre del año 342 y fue sepultado en Bari, Italia, donde se encuentran sus reliquias. Esa es la santa y piadosa leyenda.

El nombre de "Santa Claus" surgió en Estados Unidos por el cruce con la palabra "Sinterklaas" con que los inmigrantes holandeses se referían a algunos personajes religiosos cuya misión era dar regalos. Luego sobre él se tejieron diversas leyendas, entre las que más fortuna hizo fue la de su procedencia de las frías tierras del Polo Norte, cruzada de nuevo, claro está, con las respectivas y venerables leyendas nórdicas, que hacen venir de allí el personaje navideño portador de regalos, montado en trineo tirado por ciervos. Y del mismo modo que los Reyes Magos con sus camellos no tienen dificultad alguna en llegar a todas las casas, generalmente por las ventanas sin importar a qué altura estén, el Santa Claus montado en trineo tampoco tiene dificultad alguna para acceder a todas las casas especialmente a través de las chimeneas para dejar en ellas los regalos que cada uno haya merecido.

Esta imagen es creación de un caricaturista norteamericano del siglo XIX Thomas Nast, quien representó así a Santa en una ilustración y así quedó representado en adelante como un señor gordo, bonachón, de sonrojadas mejillas y de cabello y barbas blancas. De 1863 a 1886 este personaje fue el centro de atracción de la revista Harper's Weekly.

Pero quien lo vistió de rojo, y como consecuencia del desarrollo de las técnicas de impresión en color. Fue la Coca Cola, que adoptó como color de la marca el rojo, y en 1931 encargó al pintor Habdon Sundblom la adaptación del personaje a la imagen comercial de la marca, dándole no sólo su color, sino también una concienzuda elaboración que lo hiciese más simpático, humano, atractivo. A partir de ahí Santa Claus conquistó el mundo: pasó a Inglaterra, y de ahí saltó a Francia engulléndose al Bonhomme Noël, origen de nuestro Papá Noel. Y en España consiguió hacerse un sitio en la Navidad junto a los Reyes Magos, pero sin desbancarlos. Todavía.

viernes, 19 de diciembre de 2008

La inexplicable desaparición del pequeño Oliver Thomas

Pesadilla antes de Navidad: La noche previa a la Navidad es un momento mágico para los niños de medio mundo. La tradición habla de la llegada de un ser fabuloso que trae regalos a los pequeños. Pero en ocasiones del cielo no baja el bonachón de barba blanca, sino la encarnación del terror.

El 24 de diciembre de 1909 la familia Thomas se preparaba para disfrutar un año más de una entrañable celebración. Durante todo el día los miembros de esta familia de granjeros del pequeño pueblo de Brecon, situado en Gales (Reino Unido), habían estado preparando la gran fiesta que, como cada año, reuniría a la familia y a varios amigos y vecinos. Todo parecía ideal para disfrutar de una noche de alegría en la que el espíritu de la Navidad lo impregnaba todo. Incluso el clima parecía querer unirse a la celebración, pues acababa de nevar y el campo estaba cubierto con una capa de nieve que convertía el paisaje en una postal. Al comenzar la cena todo era perfecto.

El guiso de la señora Thomas impregnaba el ambiente con un olor apetitoso, demostrando una vez más que era una excelente cocinera. Los niños jugaban y esperaban el momento de los regalos y los mayores conversaban animadamente. Nada hacía presagiar que algo acechaba a aquella gente, que el misterio se iba a materializar de forma trágica rompiendo para siempre la familia.

Gritos de socorro

La velada fue avanzando en medio de una conversación agradable. El cabeza de familia, Owen Thomas, era un excelente anfitrión, como había demostrado en anteriores ocasiones, y de su hospitalidad disfrutaban esa noche el comisario del pueblo, el veterinario y el pastor de una localidad vecina, todos acompañados de sus familias. En total eran quince personas. La fiesta avanzaba y la señora Thomas se percató de que se estaba acabando el agua. No había problema, a apenas unos metros de distancia de la casa tenían un pozo y solo había que ir con un cubo a sacar un poco de agua. Como los mayores estaban en medio de una agradable charla, decidió pedir a su hijo Oliver que saliese un momento a buscar agua al pozo. Una decisión que la pobre mujer lamentaría toda su vida. Oliver tenía once años, había ido en multitud de ocasiones a por agua al pozo y no le importaba demasiado dejar durante unos instantes el cálido ambiente que proporcionaba el hogar encendido. Afuera hacía frío, pero había acabado de nevar y se veían ya las primeras estrellas. El niño se calzó unas pesadas botas y, protegido con una bufanda que amorosamente le había colocado su madre, salió resuelto con un balde en la mano. Solo habían pasado unos instantes –después dirían los que se quedaron en la casa que apenas fueron diez segundos– cuando todos se estremecieron al oír un alarido del pequeño. Fue un grito penetrante, más que nada de sorpresa, que inmediatamente después fue seguido por llamadas de auxilio.

“¡Socorro, se me llevan!”, llegó a decir Oliver. Todos los presentes salieron corriendo hacia la puerta. Owen Thomas cogió su fusil, que colgaba de la chimenea, mientras exclamaba: “¡Un lobo!”. ¿Era posible que ese gran depredador hubiese atacado al muchacho? El veterinario, el pastor, otro granjero invitado... todos salieron portando armas, palos y una linterna. Pero en el exterior no estaba el pequeño, no había nadie. Pudieron seguir el rastro que el niño había dejado en la nieve: unas pisadas que se interrumpían bruscamente, como si hubiese desaparecido sin dejar rastro o algo lo hubiese alzado para llevárselo volando. Durante unos segundos, que parecieron eternos, cundió el desconcierto, pero aún quedaba algo que les helaría la sangre. Todos pudieron escuchar claramente de nuevo los gritos de Oliver, que, para sorpresa general, venían de encima de sus cabezas: “¡Socorro, me han cogido! ¡Socorro!”, le oyeron gritar. Todos los que lo estaban buscando quedaron anonadados. Miraban hacia el negro cielo, pero no eran capaces de ver nada. Ninguna pista, ningún indicio que les mostrase dónde se encontraba el niño y qué era lo que le estaba llevando hacia el cielo. Pidieron al chico que les indicase dónde estaba, pero el pequeño Oliver ya no dijo nada coherente, solo chillaba. Unos gritos de terror que pudieron oír durante casi un minuto los desesperados familiares y amigos, un tiempo eterno de impotencia en el que, para su desconsuelo, la voz del pequeño se fue volviendo cada vez más tenue, como si fuese subiendo y estuviese cada vez más lejos. Algo incomprensible había sucedido. Alguien había arrancado a Oliver del suelo y se lo había llevado volando. Aun después de la desaparición, y en medio del desconcierto, varios de los asistentes siguieron buscando con la lámpara alguna pista. Pudieron constatar que las huellas del muchacho sobre la nieve parecían normales, pero se interrumpían bruscamente a unos 20 m de la casa. A 2 m de las últimas huellas se encontraba el cubo, como si el niño lo hubiese soltado desde una cierta altura. El resto de la noche siguieron dando vueltas, llamándolo, intentando descubrir entre las tinieblas alguna pista que explicase el suceso.

Hipótesis descartadas

Al amanecer llegaron unos policías de Brecon, que registraron con detalle toda la casa, los alrededores y el pozo, al que bajaron. Pero no encontraron ninguna pista, nada que pudiese explicar qué le había pasado al pequeño y, sobre todo, dónde estaba. La única explicación que parecía plausible era que algo se lo había llevado volando. Pero ¿qué ave hay en el País de Gales capaz de levantar el vuelo con un niño de 11 años entre sus garras? Ninguna, ni la mayor águila podría hacerlo. Los aviones también quedan descartados, pues en 1909 la aviación todavía estaba poco desarrollada y, sobre todo, el ruido del motor sería claramente reconocible. Un silencioso planeador tampoco parece ser la solución, pues la ausencia de un sonido que le delatase no evitaría la posibilidad de maniobrar para capturar al niño y levantar el vuelo permaneciendo casi un minuto encima de la casa. Un globo habría sido difícil de maniobrar y, además, habría sido visto a la luz de las estrellas que brillaban en el firmamento.

El caso del pequeño Oliver, secuestrado por algo que bajó del cielo en la Nochebuena, quedó finalmente archivado como pendiente de solución. Es uno más de los que están a la espera de ser resueltos, algo en lo que casi un siglo después muy pocos confían. La gran cantidad de testigos, entre los que se encontraban personas de reconocida reputación, permite descartar que la extraña historia de la desaparición del niño fuese algún tipo de engaño, una mentira urdida para ocultar tal vez algún crimen. La falta de una solución al misterio de la desaparición de Oliver Thomas no evitó que en los años siguientes los niños de aquella zona viviesen la víspera de la Navidad con una mezcla de sentimientos contrapuestos. Era una fiesta de alegría, con regalos para los pequeños, pero sabían que algo inexplicable se había llevado volando al pobre Oliver. Tal vez algo había bajado del cielo, pero en lugar de traerle regalos se lo había llevado para nunca volver a ser visto. “Santa Claus es bueno y trae regalos, pero ¿existe algún ser malo que viene volando en la Nochebuena para llevarse a niños?”, preguntaban los pequeños de la zona a sus padres. “No, hijo –les respondían estos–, solo hay un anciano bondadoso que llega con regalos en un trineo tirado por renos mágicos.” Pero por las noches, sobre todo durante la víspera de la Navidad, los padres que pronunciaban estas tranquilizadoras palabras no perdían de vista a sus hijos en ningún momento. Sabían que si algo inexplicable se había dado cita una Nochebuena, podría volver a por otro niño.

Ave gigante o monstruo de otra dimensión

Durante casi cien años han sido muchos los intentos de explicar lo que le ocurrió a Oliver Thomas. Desde un primer momento se barajó la posibilidad de que lo capturase algún tipo de pájaro. En 1977 muchos se acordaron de este misterioso caso después de que se conociese el ataque de dos misteriosas aves negras a un niño de diez años llamado Marlon Lowe. El suceso tuvo lugar en Michigan (EE.UU) y no acabó trágicamente porque su madre intervino rápidamente y arrebató a su hijo de las garras de los animales cuando ya se estaban llevando por el aire al pequeño. Casos similares han ocurrido en diversos lugares del mundo y en buena parte continúan siendo un misterio, pues según los testigos no se trata de aves conocidas. En ocasiones se ha especulado que podría tratarse de algún superviviente de los teratórnidos, unos parientes del cóndor de los Andes que vivieron hasta hace unos 10.000 años en Norteamérica. Pero esas especies no se conocen en Europa. A veces las descripciones de las criaturas son aún más extrañas, pues parecen reptiles alados como los que vivían en la época de los dinosaurios. Otra hipótesis recuerda que, según diversas tradiciones, durante momentos determinados del año, como la víspera de Navidad, de Todos los Santos o de San Juan, los límites de nuestro mundo parecen quedar mas difusos, siendo posible que salten hasta nuestra realidad entidades que normalmente no viven entre nosotros. Entidades que forman parte del mundo de monstruos como el chupacabras, el diablo de Jersey o el demonio de Dover y que han sido vistas en diversas ocasiones y lugares.

jueves, 18 de diciembre de 2008

¿Hay Vida En El Más Allá?

El único fenómeno del cual el mundo tiene certeza es la muerte. Sin embargo, ¿cuántos de nosotros meditamos sobre este gran trauma y nos preparamos para afrontarlo? ¿Qué sucede cuando morimos? ¿Nada? ¿Conseguimos la felicidad completa, "la vida eterna", o simplemente hay un algo insustancial y vago?

Los materialistas y ateos responderían "nada". Para ellos la vida es un proceso puramente biológico; cuando el cuerpo muere la personalidad muere con él, del mismo modo que deja de generarse electricidad cuando una batería falla. Para estas personas la vida no puede "ir a ningún otro sitio". Estos racionalistas señalan a menudo que la antiquísima creencia en una vida futura es un mero reflejo del terror que el hombre siente por la muerte, por ser olvidado. A, través de la historia ha esquivado esta idea impensable o la ha rodeado con un optimismo ritual y pueril. El materialista opina que ésta es una actitud cobarde e intelectualmente deshonesta -debemos enfrentarnos con los "hechos"- después de todo, es cierto que lo único que sabemos de la vida es la muerte.

Pero, ¿qué sucede con el concepto de "vida eterna"? Casi todos los religionistas han predicado que sobrevivimos a la muerte corporal -de una forma u otra-. Probablemente estaríamos en lo cierto al afirmar que cuanto más sofisticada es la religión es más probable que conciba cierta forma de "vida eterna" para algún elemento inmortal del individual, bien en una clase de paraíso o en medio de los tormentos del infierno. Si el materialista está en lo cierto, no hay que hacer ninguna otra aclaración. Si los religionistas tienen razón, entonces conviene que cada individuo busque su salvación. Pero en el contexto de la religión, la creencia en una vida futura debe permanecer coma una cuestión de fe, y sólo la experiencia de nuestra propia muerte puede demostrarnos sí estamos en lo cierto o no.

Pero ¿que ocurriría si ninguno de estos rígidos conceptos fuera correcto?, ¿qué pasaría si algo -una cierta chispa de vida, vestigio de la personalidad humana- sobreviviera y entrara en un nuevo tipo de existencia, no en función de un premio o de un castigo, sino simplemente obedeciendo a una ley natural? Hoy en día muchos investigadores de fenómenos psíquicos opinan que el equilibrio de pruebas sugiere que "algo" sobrevive, no necesariamente durante mucho tiempo después de la muerte, y tampoco es necesario que sea la personalidad completa. Según estos investigadores, algunas partes del sistema de memoria de un individuo y sus rasgos de personalidad parecen sobrevivir a veces durante un tiempo, permitiendo a su ser incorpóreo ser reconocido por seres vivos que le conocieron, aunque más tarde quizás se desintegre para siempre.

Del análisis objetivo de pruebas significativas de la supervivencia humana se ha ocupado especialmente la Society for Psychical Research (SPR), fundada en Londres en 1882. Pero la SPR nunca hubiera sido fundada a no ser por los acontecimientos que tuvieron lugar en una generación anterior, los cuales asimismo podrían no haber tenido nunca lugar sin la emancipación del pensamiento del Hombre, iniciada en el Renacimiento.


Mentes Y Posiciones Cerradas

A medida que los horizontes del conocimiento se ensancharon, la posición materialista se fortaleció y hacia mediados del siglo XIX un "pensador" era generalmente considerado como una persona que se había liberado de las trabas de la "superstición". Los religionistas, sintiéndose atacados, tendieron a cerrar sus mentes a los hechos que minaban su postura y adoptaron irónicamente la misma actitud que algunos científicos adoptan hoy al enfrentarse con pruebas arrolladoras de ciertos fenómenos paranormales ("No creemos en ellos, y por lo tanto no son verdad"). A la luz de un racionalismo tan sólido, se buscó una fe con resultados que pudieran ser demostrados. Por ejemplo, cuando empezaron las actividades poltergeist en la casa de la familia Fox, en Hydesville (Nueva York) en 1848, el público se emocionó tremendamente. Por fin había aquí una "prueba" de la supervivencia del espíritu, un antídoto contra la frialdad del materialismo: nació el espiritismo, que llegaría a convertirse en un movimiento enormemente significativo, cuya expansión habría de abarcar el mundo entero.

Los espiritistas creen que su fe demuestra incontrovertiblemente la existencia de una vida después de la muerte. Aseguran que en las sesiones de espiritismo los espíritus mueven mesas pesadas, tocan instrumentos musicales, etc., parientes fallecidos y amigos hablan con sus propias voces acerca de acontecimientos conocidos sólo por ellos mismos y por uno o más de los presentes y algunas veces incluso toman forma visible con su propia apariencia, delante de ellos.

Pero los científicos rehusaron investigar los fenómenos de las sesiones de espiritismo, mientras que los espiritistas -y los cristianos fundamentalistas- se refugiaban en una sencilla fe que consideraba los descubrimientos científicos como provocados por un ingenio demoníaco. En este clima de tensiones opuestas se fundaron la SPR y otras sociedades similares. Los miembros fundadores eran por lo general intelectuales que se oponían a las posiciones intransigentes de "creyentes" y "escépticos", y que creían que los juicios objetivos acerca de fenómenos anormales deberían haberse hecho mucho tiempo atrás.

La enorme cantidad de material recogido desde 1882 puede ser clasificado de la siguiente forma: fantasmas; comunicaciones a través de médiums; correspondencias cruzadas; visitas inesperadas de comunicantes; fantasmas "cordiales" vistos por los moribundos; experiencias de pacientes durante una "muerte clínica"; experiencias fuera del cuerpo; pruebas con cifras y cerraduras de combinación; pactos con las apariciones; pruebas a favor de la reencarnación; fenómenos de voces electrónicas.

Los fantasmas. El primer gran éxito de la SPR fue un censo de alucinaciones. Se recogieron 17.000 respuestas a un cuestionario sobre la frecuencia de alucinaciones, y de éstas -después de agotar todas las posibles explicaciones- aproximadamente el 8 % quedaron como experiencias aparentemente genuinas de fantasmas. Entre ellas figuraban varias apariciones de personas que se decían haber aparecido hasta 12 horas después de su muerte. Por aquel entonces, los investigadores pensaron que esto podría ser debido a una transferencia de pensamiento por parte de la persona recién fallecida a los seres con los que tenía contacto en vida, siendo retrasada dicha transferencia quizás hasta que las condiciones eran propicias para que apareciera.

La mayoría de los parapsicólogos que aceptan de alguna forma la evidencia de los fantasmas están de acuerdo en afirmar que la transferencia de pensamiento -que incluye pensamientos, sentimientos, e imágenes visuales y auditivas, y que actualmente serían clasificados como percepciones extrasensoriales- es una facultad que poseen algunas mentes humanas y podría ser utilizada para explicar los fantasmas de los vivos. También parecen confirmarlo las presuntas "visitas astrales" que algunas personas aseguran haber hecho a personas conocidas. Quienes afirman esto no sólo "ven" las habitaciones en las cuales se proyectan mentalmente, sino que describen con extrema precisión detalles (por ejemplo, cambios de muebles) de los cuales sus partes conscientes no tenían conocimiento.

Sin embargo, un 6 o 7 por ciento de las apariciones registradas en el estudio hecho por la SPR aparecieron demasiado tiempo después de la muerte para ser consideradas como comunicaciones telepáticas demoradas. Este pequeño número de casos permaneció después de que todas las otras explicaciones -trucos, exageración, identificación errónea, sueños, etc.- habían sido examinadas y rechazadas.

Algunos investigadores psíquicos creen que sólo aquellos casos en los que las apariciones demuestran tener un objetivo especifico para manifestarse pueden ser tomados como prueba significativa de la supervivencia, e incluso entonces quizá deban ser clasificados como evidencia de una supervivencia transitoria. Podría ser también que, puesto que el recuerdo sobrevive al acontecimiento recordado, del mismo modo un pensamiento o un fuerte deseo de comunicar algo urgentemente a los vivos podría continuar existiendo después de la muerte, hasta que su objetivo fuera cumplido; luego, dicho pensamiento también moriría.

Desde los primeros tiempos de la SPR muchas mentes privilegiadas se han planteado pruebas de supervivencia proporcionadas por tales apariciones. Algunos han creído que seguimos viviendo; otros, no.

Comunicaciones a través de médiums. Al mismo tiempo que los fantasmas estaban siendo investigados por la SPR, también lo estaban siendo las actividades de los médiums -o, como se les llama de una forma más correcta, sensitivos-. Estos son personas (en la mayoría de los casos mujeres) que poseen una capacidad psíquica poco común, que ponen de manifiesto de diferentes formas. Según sus dotes específicas, se clasifican generalmente como sensitivos "mentales" y "físicos".

Un sensitivo "mental" puede entrar en un estado hipnótico, en el cual un "control" (un "espíritu controlador" o un "espíritu-guía") habla a través de él con una voz a menudo completamente diferente de la suya, y a veces le da una apariencia diferente, de forma que una mujer europea puede temporalmente adoptar la semblanza y la voz de, por ejemplo, un hombre chino.

A través del médium, el control puede introducir otros supuestos espíritus que pueden ser reconocidos por la voz, el gesto, o la naturaleza de la información secreta que transmiten a uno de los presentes en la sesión de espiritismo. Tales espíritus, así llamados, pueden parecer poco convincentes, aunque también debe decirse que quienes quieran creer en ellos creerán igualmente. Sin embargo, estas personas sensitivas poseen a menudo sorprendentes dotes de clarividencia, clariaudiencia y otras cualidades de percepciones extrasensoriales. Algunas veces se comunican a través de tablas de escritura espiritista, como "Patience Worth", o a través de la escritura automática, o dibujan al estilo de reconocidos maestros, o componen de la misma forma que los músicos famosos.

Otro tipo de sensitivo es el médium "de voz directa", que normalmente no entra en estado hipnótico y en cuya proximidad se manifiestan voces de ambos sexos y de diferentes tipos, con varios acentos y a veces en otras lenguas identificables.

La calidad de estas comunicaciones es enormemente variable. Muchas de ellas son superficiales y curiosamente materialistas. Se criticó con desprecio, en los primeros tiempos del espiritismo, el hecho de que los espíritus parecían pasar su vida futura fumando puros y bebiendo whisky. Con todo, esto y otras pruebas "materialistas" similares confirmarían las enseñanzas de algunas religiones orientales en el sentido de que el primer paso después de la muerte implica una estancia en el reino de la ilusión, donde el ego puede abandonarse a todo lo que quiera.

Otras comunicaciones, en cambio, poseen un alto grado ético y literario. Sin embargo, cuando se les desafía a dar una descripción inequívoca de lo que nos espera al otro lado de la vida, a menudo los comunicantes contestan (quizás con cierta razón) que la existencia del espíritu es indescriptible. Pero algunos espíritus -escasos- son más comunicativos, y a través de sus comunicaciones emerge una fotografía extraordinariamente consistente de la vida futura.

Los médiums "físicos" son aquellos en cuya presencia, tanto si entran en un estado hipnótico como si no, ocurren fenómenos físicos. Entre ellos se pueden incluir golpes fuertes en la mesa de espiritismo o en varios puntos de la habitación; algunas veces parecen utilizar un código inteligente, como si intentaran transmitir algún mensaje. También son corrientes los fenómenos telekinéticos (objetos sólidos que se mueven como si fueran manejados por una persona invisible), elevaciones del médium y de los objetos, manos invisibles que tocan instrumentos musicales, y la materialización completa de formas de espíritus.

Desgraciadamente, en la breve historia del espiritismo muchos de estos fenómenos han sido falseados, pero todavía quedan muchos casos de auténticos médium físicos que desafían cualquier explicación "racional". Se han confeccionado muchos tests para intentar atrapar a los impostores y, en un menor grado, para determinar el alcance de los fenómenos. Uno de ellos consistió en poner un plato de cera caliente en una sesión de espiritismo físico; la mano visible del espíritu se sumergió en la cera, la cual rápidamente se endureció. La mano desapareció dejando el molde intacto.

Sin embargo, incluso tales demostraciones no prueban en si mismas la supervivencia de la muerte. Muchos investigadores afirman que el material acumulado por la SPR contiene evidencias mucho más sólidas.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

A la Caza de los Fantasmas

Para llevar a cabo una investigación acerca de apariciones fantasmales se requiere paciencia, inventiva y habilidad. ¿Cómo puede un buen cazador de fantasmas poner a prueba la autenticidad de una aparición?

"El miedo descendió sobre mi, y el temblor hacía que chocaran mis huesos. Entonces un espíritu pasó ante mi rostro: se me pusieron los pelos de punta. Estaba inmóvil, pero no pude discernir su forma." Así describe el libro de Job (4, 14-16) la reacción ante un fantasma.

La palabra "fantasma" deriva de un verbo griego que significa "aparecer" o "mostrarse". Por tanto, el fantasma es un fenómeno básicamente sensorial, y suele provocar reacciones muy traumáticas. Afortunadamente, algunas personas, en vez de atemorizarse, están dispuestas incluso a consagrar su vida a la búsqueda activa de fantasmas.

Una investigación minuciosa debe empezar por buscar las causas naturales que pueden haber dado lugar al incidente estudiado. Los ruidos fantasmales a menudo son provocados por elementos totalmente cotidianos, como pueden ser el viento, las tuberías del agua, la vibración de ventanas o de adornos por efecto del tráfico callejero, ruidos de animales, etc. en cierta ocasión se dio un caso en la casa de una familia en la que los fantasmas eran nada menos que ratas empujando manzanas almacenadas en la cavidad de una pared del desván. Otro caso famoso es el del "fantasma de la calle Villarroel", que a finales de la década de los 70 trastornó la opinión ciudadana en España: el presunto "fantasma" resultó ser un hombre sin empleo ni hogar que solía refugiarse en una casa en construcción una vez se habían marchado los operarios. Los ruidos que causaba empezaron por inquietar al sereno de la obra y a los vecinos... ¡pero la "vox populi" acabó asegurando que se trataba del alma en pena de un cadáver que había sido hallado al excavar los fundamentos de la nueva casa!

Ante este tipo de hechos, el investigador debe mostrarse escéptico acerca de las explicaciones paranormales que le parezcan sospechosas. Sin embargo, debe tener también en cuenta todo lo que hasta ahora se sabe de los fantasmas: su existencia ha sido aceptada con naturalidad en casi todas las culturas, a lo largo de la historia. Sólo en Occidente, el desarrollo del punto de vista científico en los últimos siglos ha hecho que su existencia y su naturaleza fueran cuestionadas. Sin embargo, a lo largo de la historia los intentos serios de descubrir qué son y de estudiar su conducta han sido muy escasos. Y muchas personas todavía reaccionan ante la idea de los fantasmas con una mezcla irracional de temor, ridículo y risa. Estamos demasiado acostumbrados a rechazar lo que no entendemos.

Los fantasmas son rechazados hasta por quienes los han visto. "¡Lo vi, pero no me lo creo!" es una reacción bastante frecuente, ya que la mente humana rechaza instintivamente las informaciones que no puede asimilar e interpretar. Es evidente que harán falta más y mejores pruebas antes de que los fantasmas hallen su lugar en los libros de física y biología.

Para empezar, ¿es un fantasma? Algunos diccionarios lo definen como "figura de una persona muerta que se aparece a los vivos". Esta explicación de la naturaleza de los fantasmas no es suficiente, ya que, como hemos visto, no es rara la aparición fantasmal de personas todavía vivas. La palabra "fantasma" ha adquirido también otros sentidos, como por ejemplo el de "persona entonada o presuntuosa", o de "imagen de un objeto impreso en la fantasía". Frederick W. H. Myers, uno de los primeros investigadores psíquicos, se refería a la noción de "vestigio" que posee el concepto de fantasma, cuando los caracterizó como "una manifestación de energía personal persistente", conclusión a la que llegó después de estudiar una gran cantidad de datos.

Existen numerosas pruebas de que ver y oír una presencia fantasmal es una experiencia muy común. En 1889, la Society for Psychical Research, de la que Myers fue socio fundador, se embarcó en una investigación de experiencias de apariciones, basada en la siguiente pregunta: ¿Alguna vez, creyendo estar totalmente despierto, tuvo usted la clara impresión de ver o ser tocado por un ser viviente o un objeto inanimado, y esa impresión, por lo que usted sabe, no se debió a cualquier causa física externa?

Casi el 10 % de las respuestas de las 17.000 personas encuestadas fueron afirmativas. Otras encuestas en varios países confirmaron este porcentaje. Por otra parte, el investigador G. N. M. Tyrrell, en su libro Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales en base a la conducta de los fantasmas, mucho mejor conocida -por cierto- que su propia naturaleza.

El primero de los grupos de Tyrrell está formado por las apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. En conjunto no provocan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro más de la familia. Además, existen numerosas pruebas fotográficas que respaldan su existencia.

Ya se ha dicho que existen muchas fotografías de fantasmas tomadas en iglesias: de monjes, de clérigos, de personas arrodilladas... Dos sacerdotes fantasmales aparecieron, junto con la turista lady Palmer, en una foto que tomó en 1925 su amiga la señorita Townsend cuando estaban visitando la basílica de santa Juana de Arco en Domrémy (Francia). Pero el premio a la calidad técnica en una fotografía de un fantasma habría que concedérselo al reverendo K. F. Lord, de Newby (Yorkshire); registró la presencia de un espectro muy nítido -aunque un poco teatral- que se hallaba de pie ante el altar con las cuencas de los ojos vacías.

La segunda categoría de fantasmas, según la clasificación de Tyrrell, es la de las apariciones post-mortem. Suelen tener lugar poco tiempo después de la muerte de la persona vista, y no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o un acontecimiento concreto.

En tercer lugar están los casos "críticos": la aparición de alguien que está viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida por el testigo de la aparición), como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte.

La última de las categorías de Tyrrell es la aparición menos conocida y quizás la más sorprendente de todas: la aparición inducida experimentalmente. En estos casos, el fantasma no es el de una persona muerta o moribunda, sino el de alguien que está con vida, y que intenta deliberadamente hacer que su imagen se haga visible a otra persona. Tyrrell se preguntó por qué un experimento tan fácilmente repetible había sido ignorado por los investigadores, sobre todo teniendo en cuenta que las experiencias de viajes astrales si han sido objeto de estudio.

Los fantasmas cuya existencia ha sido comprobada de forma más fehaciente, y que son considerados genuinos por los investigadores serios, presentan generalmente una serie de rasgos comunes. Obedecen a las leyes de la perspectiva, según el punto del espacio desde el que se los contempla; parecen sólidos; se reflejan en los espejos y producen ruidos sincronizados con sus movimientos (pasos, etc.). Generalmente dan la impresión de ser tan reales como las personas vivientes, aunque sólo durante un período limitado. Su presencia también puede provocar en los observadores una súbita sensación de frío.

Esa sensación constituye también un rasgo típico de los casos de actividad poltergeist, aunque los poltergeists son muy distintos de los fantasmas convencionales: hacen que se muevan los objetos, pero no son visibles. Se ha informado de apariciones asociadas con actividad poltergeist, pero nadie ha visto todavía a un fantasma arrojando un objeto.

Por otra parte, los fantasmas suelen ser vistos por más de una persona al mismo tiempo, aunque no necesariamente por todos los presentes. Esto suele ser suficiente para descartar la posibilidad de engaño o error, pero la verdadera naturaleza de la aparición sigue siendo un misterio. No tiene por qué ser necesariamente un espíritu desencarnado; podría ser un fenómeno "intersubjetivo", creación conjunta de las mentes de quienes lo ven.

Una aparición suele proporcionar pruebas claras de su naturaleza no física. Puede atravesar paredes; a veces aparece y desaparece por puertas también fantasmales que se abren y se cierran mientras las puertas "reales" permanecen cerradas; puede ser transparente y desvanecerse.

Sin embargo, parece claro que esos inasibles espectros pueden ser registrados por una película fotográfica. Existen, como hemos visto, muchas fotografías de fantasmas, aunque pocas son convincentes. El fraude es cosa tan corriente en el campo de la fotografía psíquica, que se ha prestado poca atención a los pocos ejemplos que podrían ser auténticos.

Un caso muy impresionante es el que ocurrió en 1936 en Raynham Hall (Norfolk, Inglaterra), en casa del marqués de Townshend. Un fotógrafo profesional y su ayudante estaban tomando fotografías de la casa. Mientras fotografiaban la escalera, el asistente dijo haber visto una figura fantasmal que bajaba por ésta. Y la foto tomada en ese momento, auténtica y no manipulada en opinión de los expertos que la examinaron, muestra, de hecho, una figura borrosa. Se supone que desde hace tiempo una "dama de marrón" frecuenta aquella casa. Fue vista simultáneamente por dos testigos en 1835. Más tarde, otro testigo le disparó con una escopeta. Pese a esta mala acogida, fue vista de nuevo en 1926 por lord Townshend y dos testigos más.

Pero tanto si se basa en fotografías como en testimonios hablados y escritos, no siempre resulta fácil, para los "cazadores de fantasmas", llevar a cabo su tarea. En un mundo ideal, se dispondría de fondos, personal y equipo suficientes para realizar una investigación tan rigurosa como la que hace la policía ante un asesinato. Pero esos fondos no existen, y esta tarea suele quedar en manos de investigadores independientes, muchos de los cuales se ganan la vida escribiendo acerca de sus experiencias.

A pesar de todo, éstos hacen a menudo una labor muy meritoria investigando los acontecimientos tan pronto como ocurren. En los años 70, concretamente, dos casos fueron investigados de forma muy minuciosa y fiable. Uno de ellos consistía en una serie de apariciones a bordo de varios aviones Jumbo de una línea aérea norteamericana.

Espectros Del Aire.

Un Tri-Star de la Eastern Airlines (vuelo 401) se estrelló en un pantano de Florida en diciembre de 1972; murieron 101 personas. Los fantasmas del piloto, Bob Loft, y de su ingeniero de vuelo, Don Repo, fueron vistos en más de veinte ocasiones por miembros de tripulaciones de otros Tri-Stars de la misma compañía, especialmente en aviones que llevaban piezas de recambio recuperadas del avión que había sufrido el accidente.

Las apariciones eran descritas, invariablemente, como total mente naturales. Informaron de ellas tanto hombres y mujeres que habían conocido a Loft y Repo, como otros que les reconocieron después en fotografías. El hecho llegó a ser bien conocido en el mundillo de la aviación, y hasta apareció un relato de los hechos en el boletín de la US Flight Safety Foundation en 1974.

El escritor John G. Fuller realizó una investigación exhaustiva del caso, con la ayuda de varios empleados de las líneas aéreas, quienes le proporcionaron gran cantidad de testimonios convincentes.

Algunos afirmaron que los libros de vuelo que mencionaban las apariciones habían sido retirados, y que algunos de los testigos habían sido amenazados con una visita del psiquiatra de la compañía. Además, se realizó una sesión espiritista en presencia de la viuda de Repo, tras la cual ésta quedó convencida de que su marido seguía "existiendo". Este caso hubiera podido ser casi perfecto, si la compañía aérea hubiese cooperado, pero -comprensiblemente, desde luego-, no lo hizo.

Ojalá los futuros fantasmas sean tan visibles e informativos como Loft y Repo, y los futuros investigadores sean tan decididos como los que actuaron en este caso. Los espectros, sin duda, continuarán ofreciendo entretenimiento a los periódicos y a las pantallas, y los cazadores de fantasmas seguirán siendo considerados por algunos como unos maniáticos más o menos inofensivos. Sin embargo, el tema es serio, y posee un tremendo significado potencial: cuanto más sepamos de los fantasmas, mayor será nuestro conocimiento de la mente humana y de la materia.