Misterios, hechizos y fantasmas del viejo Madrid, podemos empezar por el Palacio Real. Frente a su majestuosidad, recordamos su historia, las peripecias de su construcción, los "extraños" accidentes laborales que se produjeron, el incendio del antiguo Alcázar y, cómo no, algún que otro exorcismo real y el duende que recorría las estancias de Palacio asustando a propios y extraños.
Con el cuerpo y la mente ya preparados para seguir con el recorrido misterioso, encaminamos nuestros pasos hacia el número 69 de la calle Mayor. Allí nos espera una fantástica historia de ruidos, aquelarres y terror en el siglo XVII... Se trata del Palacio de Cañete, lugar encantado que fue residencia temporal de algunos gobernadores civiles y alcaldes de la Villa. Y también de ruidosos duendes que trasladaban el mobiliario de lugar y lanzaban angustiosos gritos durante las frías noches del invierno.
Llegamos a la Plaza Mayor, el lugar con mayor número de fantasmas por metro cuadrado. Aunque siglos atrás fue escenario de espectáculos festivos y populares, también acogió una página negra de la ciudad en forma de ajusticiamientos. Todo tipo de delitos, desde la hechicería a los asesinatos, pasaron factura por su trazado. Y no olvidemos los autos de fe, los espíritus de los que perecieron en el incendio, de los reos, los demonios... Y es que hasta fines del siglo XVIII fue punto de llegada del cruel viaje sin retorno hacia la horca, el garrote vil o la hoguera.
Si seguimos por la Real Iglesia Parroquial de San Ginés, monumento histórico artístico, y la calle del Arenal veremos que no todo son comercios y academias. También la leyenda nos habla de los espíritus de los que allí fueron ejecutados por orden del Rey Pedro el Cruel o por la Inquisición. No en vano, en este templo asistía a Misa el Tribunal de la Inquisición el día que la bula se publicaba y sus muros sufrieron saqueos, incendios, derrumbes y guerras. Para pasar un poco de miedo, les adelanto el caso de un fantasma sin cabeza que al caer el sol se aparecía en la puerta de la iglesia... En la Puerta del Sol, la actual Real Casa de Correos también cuenta con su leyenda negra, y no sólo por la polémica que surgió en su construcción y por el retraso de las obras. Hasta fue necesario contratar a un sacerdote para que los demonios no asustaran a los trabajadores... Pero también nos sorprenderemos con otras leyendas, como aquella que relata las peripecias de Lucifer para ayudar a escapar a un capitán francés, al que escondió en el flamante reloj de su torre. Sí, ese reloj procedente de la antigua iglesia del Buen Suceso y que cada 31 de diciembre concita la atención de millones de personas.
El hoy llamado Hotel París fue en su día un hospital de la Corte e iglesia, la del Buen Suceso. Esta última fue un templo muy especial, ya que era el único de toda la ciudad en el que se decía misa a las dos de la tarde. ¿Y por qué sería? Fátima de la Fuente nos avanza un robo de joyas, un ajusticiamiento, un pájaro...
Y seguro que muchos no conocen la historia «divina» de la calle del Pozo. Ésta debe su nombre a un pozo que descubrieron unos militares durante la Guerra de Sucesión. Aunque por aquellos tiempos no era nada recomendable beber sus aguas sucias e insalubres, de pronto un día relucieron e, incluso, cuenta la leyenda, obraron milagros con enfermos. ¿Qué encontraron los soldados dentro del pozo?...
La siguiente historia, en la calle Caballero de Gracia, nos habla de la Duquesa de Sevillano y de las famosas obras de la Gran Vía. También hay un relato de un espíritu plañidero que visitaba las obras. ¿Quién o qué era...? Nos paramos frente a la fachada de la iglesia de San José y escuchamos atentos una leyenda del siglo XIX sobre un baile de Carnaval, un diplomático alemán y una misteriosa y bella joven empeñada en acudir al templo. ¿Quién era la mujer? ¿Y el cadáver que velaban en la iglesia?
Otra famosa leyenda inspiradora del Madrid más misterioso nos acerca hasta la enigmática Casa de las siete chimeneas y nos habla de su bello fantasma. Pero también nos recuerda un horripilante esqueleto en un edificio que fue asaltado durante el motín de Esquilache y que hoy acoge la sede del Centro de Atención al Ciudadano del Ministerio de Cultura (Plaza del Rey). En este punto miraremos hacia el tejado para ver si podemos sorprender a aquella dama vestida con un vaporoso vestido blanco. Cuidado si el resplandor de una antorcha nos ciega los ojos...
Concluimos nuestro singular viaje por el centro de la Villa y Corte en el Palacio de Linares, quizá el enclave misterioso más popular de Madrid y con un nombre femenino vinculado a su memoria: Raimunda. Quizá sea ella quien nos hable de una escalofriante historia de amor, engaños y muerte en el Madrid del siglo XIX... También recordaremos psicofonías y noches en vela entre sus paredes. Al terminar este paseo y encaminar los pasos de vuelta al hogar, recuerden siempre mirar hacia atrás y no adentrarse por calles oscuras y desiertas. Algunas leyendas misteriosas podrían cobrar vida con sólo recordarlas... ¿Quién anda ahí?
Con el cuerpo y la mente ya preparados para seguir con el recorrido misterioso, encaminamos nuestros pasos hacia el número 69 de la calle Mayor. Allí nos espera una fantástica historia de ruidos, aquelarres y terror en el siglo XVII... Se trata del Palacio de Cañete, lugar encantado que fue residencia temporal de algunos gobernadores civiles y alcaldes de la Villa. Y también de ruidosos duendes que trasladaban el mobiliario de lugar y lanzaban angustiosos gritos durante las frías noches del invierno.
Llegamos a la Plaza Mayor, el lugar con mayor número de fantasmas por metro cuadrado. Aunque siglos atrás fue escenario de espectáculos festivos y populares, también acogió una página negra de la ciudad en forma de ajusticiamientos. Todo tipo de delitos, desde la hechicería a los asesinatos, pasaron factura por su trazado. Y no olvidemos los autos de fe, los espíritus de los que perecieron en el incendio, de los reos, los demonios... Y es que hasta fines del siglo XVIII fue punto de llegada del cruel viaje sin retorno hacia la horca, el garrote vil o la hoguera.
Si seguimos por la Real Iglesia Parroquial de San Ginés, monumento histórico artístico, y la calle del Arenal veremos que no todo son comercios y academias. También la leyenda nos habla de los espíritus de los que allí fueron ejecutados por orden del Rey Pedro el Cruel o por la Inquisición. No en vano, en este templo asistía a Misa el Tribunal de la Inquisición el día que la bula se publicaba y sus muros sufrieron saqueos, incendios, derrumbes y guerras. Para pasar un poco de miedo, les adelanto el caso de un fantasma sin cabeza que al caer el sol se aparecía en la puerta de la iglesia... En la Puerta del Sol, la actual Real Casa de Correos también cuenta con su leyenda negra, y no sólo por la polémica que surgió en su construcción y por el retraso de las obras. Hasta fue necesario contratar a un sacerdote para que los demonios no asustaran a los trabajadores... Pero también nos sorprenderemos con otras leyendas, como aquella que relata las peripecias de Lucifer para ayudar a escapar a un capitán francés, al que escondió en el flamante reloj de su torre. Sí, ese reloj procedente de la antigua iglesia del Buen Suceso y que cada 31 de diciembre concita la atención de millones de personas.
El hoy llamado Hotel París fue en su día un hospital de la Corte e iglesia, la del Buen Suceso. Esta última fue un templo muy especial, ya que era el único de toda la ciudad en el que se decía misa a las dos de la tarde. ¿Y por qué sería? Fátima de la Fuente nos avanza un robo de joyas, un ajusticiamiento, un pájaro...
Y seguro que muchos no conocen la historia «divina» de la calle del Pozo. Ésta debe su nombre a un pozo que descubrieron unos militares durante la Guerra de Sucesión. Aunque por aquellos tiempos no era nada recomendable beber sus aguas sucias e insalubres, de pronto un día relucieron e, incluso, cuenta la leyenda, obraron milagros con enfermos. ¿Qué encontraron los soldados dentro del pozo?...
La siguiente historia, en la calle Caballero de Gracia, nos habla de la Duquesa de Sevillano y de las famosas obras de la Gran Vía. También hay un relato de un espíritu plañidero que visitaba las obras. ¿Quién o qué era...? Nos paramos frente a la fachada de la iglesia de San José y escuchamos atentos una leyenda del siglo XIX sobre un baile de Carnaval, un diplomático alemán y una misteriosa y bella joven empeñada en acudir al templo. ¿Quién era la mujer? ¿Y el cadáver que velaban en la iglesia?
Otra famosa leyenda inspiradora del Madrid más misterioso nos acerca hasta la enigmática Casa de las siete chimeneas y nos habla de su bello fantasma. Pero también nos recuerda un horripilante esqueleto en un edificio que fue asaltado durante el motín de Esquilache y que hoy acoge la sede del Centro de Atención al Ciudadano del Ministerio de Cultura (Plaza del Rey). En este punto miraremos hacia el tejado para ver si podemos sorprender a aquella dama vestida con un vaporoso vestido blanco. Cuidado si el resplandor de una antorcha nos ciega los ojos...
Concluimos nuestro singular viaje por el centro de la Villa y Corte en el Palacio de Linares, quizá el enclave misterioso más popular de Madrid y con un nombre femenino vinculado a su memoria: Raimunda. Quizá sea ella quien nos hable de una escalofriante historia de amor, engaños y muerte en el Madrid del siglo XIX... También recordaremos psicofonías y noches en vela entre sus paredes. Al terminar este paseo y encaminar los pasos de vuelta al hogar, recuerden siempre mirar hacia atrás y no adentrarse por calles oscuras y desiertas. Algunas leyendas misteriosas podrían cobrar vida con sólo recordarlas... ¿Quién anda ahí?
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