Peter Kürten - El vampiro de Düsseldorf.Estaba considerado como uno de los más sanguinarios asesinos en serie de todos los tiempos por los expertos criminólogos y psicólogos.
Siendo niño Peter vio cómo su padre violaba a una de sus hermanas. Esto era sólo la punta del iceberg. Su infancia fue puro martirio y eso llevó a su cerebro a sufrir problemas mentales. Aguantó lo que pudo las palizas de su alcohólico padre, pero al mismo tiempo comenzó a rebelarse a su manera huyendo cuando podía y robando por ahí.
Con 5 años cometería su primer delito grave, estando directamente relacionado con la muerte de dos amigos suyos ahogados, pero esto no lo contaría hasta su confesión antes de ser ejecutado. La familia se trasladó a Düsseldorff y fue allí cuando Peter cambió los habituales pequeños hurtos por delitos más graves conforme fue creciendo: piromanía, violaciones, malversación de fondos y deserción del servicio militar fueron motivos suficientes para que pasara algún tiempo en la cárcel. Peter Kürten dedicaba sus días a raptar jovencitos entre 1929 y 1930.
En 1913 cometió su primer delito grave demostrado asesinando a una niña de 8 años, Christine Klein, y violando su cadáver. Huyó y se volvío loco -literalmente hablando- pues dio rienda suelta a su demencia asesinando, atracando, etc... A pesar de su huída, fue encarcelado porque las pistas fueron irrefutables.
En aquella época Kürten estaba casado, y no fue su primer matrimonio. Entre entrada y salida de la cárcel tuvo un segundo matrimonio. En esta ocasión trató de pasar desapercibido, formó un hogar en un apartamento con su esposa y se volcó en parecer en un buen trabajador.
Pero en 1929 comenzó el terror en Düsseldorff: asesinatos crueles y muestras de vampirismo eran las pistas para cazar a este asesino. Kürten degollaba -preferente a mujeres jovencitas- a sus víctimas, las violaba y luego las mutilaba. Además, solía usar tijeras para degollarlas.
En aquella época Kürten estaba casado, y no fue su primer matrimonio. Entre entrada y salida de la cárcel tuvo un segundo matrimonio. En esta ocasión trató de pasar desapercibido, formó un hogar en un apartamento con su esposa y se volcó en parecer en un buen trabajador.
Pero en 1929 comenzó el terror en Düsseldorff: asesinatos crueles y muestras de vampirismo eran las pistas para cazar a este asesino. Kürten degollaba -preferente a mujeres jovencitas- a sus víctimas, las violaba y luego las mutilaba. Además, solía usar tijeras para degollarlas.
La prueba de 'vampirismo' y de hecho lo que le dio el nombre de "Vampiro de Düsseldorff" ocurrió cuando la policía recibió una carta (acompañada de un poema y un mapa) donde se especificaba el lugar donde descansaba el cuerpo de otra de sus víctimas: Maria Hahn. Encontraron a la joven con los mismos síntomas (degollada y violada) pero además descubrieron que había bebido su sangre.
A sus pobres víctimas las sometía a todo tipo de relaciones perversas y crueles y ningún alemán se sentía a salvo en la calle. Este apasionado del fuego (detalle que se repite generalmente en los asesinos en serie) sembró el terror hasta que fue capturado.
También sentía pasión por la el sadismo sexual y la crueldad con los animales entre otras cosas. Kürten era el tipo perfecto de asesino en serie debido a sus comportamientos, tanto que hasta los psiquiatras mostraron mucho interés en su caso. No es de extrañar que un tipo como éste confesara que se excitaba sexualmente al ver la sangre y que por eso en una ocasión decidió atacar a un par de tipos con un hacha.
Un día una anciana entregó a la policía -que andaba loca porque no conseguía pillarle- una carta que había escrito una chica. La chica en cuestión había sido víctima de Peter Kürten, y curiosamente a ésta le había permitido vivir con la promesa de no contarle a la policía lo ocurrido. La anciana consideró su deber entregar la carta donde contaba con todo detalle lo que le había hecho Kurten, y así fue como el vampiro de Düsseldorff tuvo nombre propio.
Llegados al apartamento de Kürten descubren que él no está e interrogan a una esposa acongojada que desconocía la doble vida de su marido, en cambio sí aceptó reconocer que sospechaba que ocurría algo raro con él.
Caníbal, violador, pirómano y necrófilo entre otras cosas, Peter Kürten fue ejecutado en la guillotina en 1931 a pesar de declararse "loco". Quizás el fallo estuviera en esa actitud orgullosa cuando confesaba sus crímenes... por suerte, éste pasó a otra vida.
Entre sus asesinatos están las de Christine Klein (8 años), Gertrude Hamacher (5 años), Rosa Ohliger (8 años) o Luise Lenzen (13 años).
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