viernes, 14 de noviembre de 2008

Caso Viandas

Ruidos extraños, raps, sombras, pisadas, objetos que se mueven de sitio, enseres que aparecen y desaparecen, extrañas formaciones luminosas... Todo esto y un largo número de otras extrañas circunstancias y hechos paranormales son las que viven a diario en su lugar de trabajo en Sevilla los trabajadores del restaurante “Viandas”.

La numerosa plantilla del restaurante callaba sus experiencias por temor o por miedo a que no se los tomaran en serio, pero la situación afectó a todos y llegó un momento en el que se sinceraron los unos con los otros, comprendiendo que en su lugar de trabajo había “alguien” más que no veían ni tocaban, pero que sentían su presencia.

Desde el 2001 hasta nuestros días estos acontecimientos paranormales se vienen sucediendo... Todo comenzó en sombras que se desplazaban en la planta superior y aún sin remodelar, sombras que se movían y no eran provocadas por nada ni nadie. A está sombra se le unieron ruidos de pisadas, pisadas “humanas” que tampoco eran provocadas por nadie, extraños ruidos que en investigación paranormal llamamos “raps” y comenzaron a aparecer y desaparecer objetos sin que nadie supiera el por que. Pero son los protagonistas de esta historia quienes nos narran lo vivido en el local, así Raquel R. –gerente del restaurante- nos indicaba: “ Lo que más nos asusta es el oír en la planta de arriba ruidos de pisadas y carreras así como golpes sabiendo que no hay nadie. Las sombras que se suelen ver en la escalera son muy impresionantes y la verdad es que ya casi nadie sube a cambiarse solo, por el miedo que provoca encontrarse con el fantasma. Yo misma fui testigo de una sombra que parecía subir por las escaleras, me dejo sin aliento... Impresiona mucho” . Esta joven sevillana se ha convertido en una especie de “albacea” de todos los acontecimientos vividos por sus compañeros e insufla ánimos para seguir trabajando y tratar, en la medida de lo posible, de ignorar a tan inquieto “huésped” .

No se detienen ahí las inquietudes de este molesto “inquilino” y comienza a realizar sus particulares travesuras que encrespan los nervios de todos. Sebastián G.F. es un camarero del restaurante poco dado a creer en estos temas pero nos relataba su experiencia de esta forma:” Colocando un día una mesa para una celebración de muchos comensales bajé para recoger varios objetos ornamentales, cuando subí no me lo podía creer... en el local estaba yo solo pero sin embargo todos los servicios estaban puestos de otra forma totalmente diferente a como yo los había dejado... alguien los había cambiado en tiempo record, imposible, pero yo estaba solo en el local” y no sólo eso “en la planta superior suelen venir “olas” de frío, hay unos cambios de temperatura muy fuertes y eso en Sevilla, con el calor que hace, se nota. También es curioso por que muchas veces huele de forma extraña, como a incienso o algo similar por la escalera de subida, es tremendo”, pero quizás lo que más impresionó a nuestro amigo fue un día que: “estaba en la planta alta cambiándome y pude oír perfectamente como me llamaban lenta y pausadamente “Seeebaaasss”, me impresionó muchísimo ya que la voz surgía de la nada y en la planta no había nadie más que yo”.

El cocinero del restaurante, Jorge D.G., tampoco se escapó de estos hechos: “un día estaba en la planta alta y sentí un cambio de temperatura fuerte, pasé del calor al frío en pocos segundos... me asusté mucho por que delante de la puerta vi como pasaba alguien o algo, era muy difuso pero me impresionó...Me cambié tan rápido como pude y salí corriendo”.

Una de las impresiones más fuertes la vivió Carolina S.F., camarera , quién: "cambiándome en la planta alta, justo cuando me agachaba a atarme el zapato, levanté la vista ya que me sentí observada, por el pequeño espejo de la habitación vi perfectamente a alguien que me observaba, allí había alguien que me estaba mirando, me giré y sólo vi una sombra difusa pero ni rastro de nadie en el largo pasillo, era imposible. Desde entonces tengo la certeza de que en el edificio hay algo más...". La chica mientras nos comentaba este suceso estaba vivamente nerviosa e impresionada.

Silvia G.H. también nos comenta que aparte de sentir presencias y sentirse extrañamente acompañada hay algo que le inquieta: “es terrorífico comprobar como en el vestuario de las mujeres, donde nos cambiamos, la puerta se abre pese a tener echado el cerrojo... es como si unas manos invisibles lo abrieran sin mayores problemas”.

Como dato histórico, una vecina que lleva habitando 60 años de forma ininterrumpida, nos comenta que “siendo yo muy pequeña, recuerdo que una noche, mi padre que era encargado de una ferretería muy famosa en aquellos tiempos en la ciudad, llegó a casa muy nervioso, y al parecer justo en la puerta del actual restaurante, había descubierto una pequeña caja de madera, que contenía el cadáver de un niño o niña”.

Otros compañeros también han vivido fuertes experiencias con el poltergeist de “Viandas” aunque su miedo no nos permite publicar sus declaraciones, no obstante también han sido testigos directos, en primera persona, de las extrañas bajadas de temperaturas, el paseo de la sombra por la segunda planta, aún no remodelada, del edificio, extraños ruídos... Otros ya abandonaron el local como José B. quién nos comentaba: “mira, yo no se si allí hay o no un fantasma pero te digo mi verdad... algo raro hay, eso es seguro, lo que allí pasa no sucede en ningún sitio”.

Los fenómenos se siguen produciendo cuando ahora mismo está leyendo este artículo, los acontecimientos son ya habituales y rara es la noche en la que la alarma de seguridad contratada a SECURITAS no salta en la planta alta. El volumétrico indica la presencia de algo arriba pero curiosamente sólo salta en esa planta, en esa segunda planta, en la planta alta, cuando lo debería de hacer abajo ya que se debe de iniciar la subida... “algo” surge en la planta alta, algo que es captado por un frío y objetivo equipo electrónico de seguridad que alerta de su presencia... con una tolerancia mínima para un volumen de 45 kgs., descartándose cualquier tipo de roedor u otro animal que pudiera originarlo. Los expertos de esta prestigiosa empresa de seguridad no saben explicar que es lo que hace saltar la alarma del edificio en ese sitio en cuestión.

Los acontecimientos se precipitaron de tal forma que el propietario del establecimiento nos indicaba durante una entrevista –almuerzo: ”mira ya me mandado instalar cámaras nocturnas de seguridad que están funcionando toda la noche para ver si captamos algo o vemos que es y la empresa de seguridad nos envía los partes con las incidencias de la alarma. Yo no se lo que está ocurriendo pero algo normal no es... aquí está pasando algo que no es de este mundo...”

Los últimos incidentes acaecidos en el lugar han sido la desaparición de una vieja purera y una caja de vinos rosados de marca... volvieron a aparecer en otros lugares diferentes a lo originales. Pero la sorpresa llegó cuando dos empleados Jorge D.G. y Sebastián G.F , hace menos de una semana, estaban cerrando las ventanas del local y tal y como cerraban las mismas, al llegar al otro extremo, contemplaban con estupor como aparecían abiertas... ¿abiertas por quién?, así nos lo narraban sus protagonistas: “estábamos cerrando tres de las ventanas del local y cerrada una de ellas, al cerrar la segunda escuchamos un fuerte ruido procedente de la primera, muertos de miedo, fuimos a ver lo que ocurría y observamos como las ventanas abiertas estaban ahora cerradas y las cerradas abiertas...” Y no sólo eso, los aires acondicionados del local se suelen accionar solos, apagar y encender, a cualquier hora, incluso con el local cerrado, en una extraña y fría danza que provoca la incredulidad y asombro del personal de “Viandas”.

Recientemente, la misma noche que un equipo de investigación se encontraba en el local preparando los dispositivos electrónicos, digitales e informáticos, saltaron hechos pedazos varios cristales sin ningún motivo aparente, un lavaplatos que nos estaba enchufado comenzó a funcionar y a expulsar agua caliente, los cuadros cayeron de su ubicación en las paredes y la vitrina de cristal curvo y térmico estalló pese a la dureza que se le presuponía. La demostración fue sencillamente increíble.

¿Qué puede estar provocando esta serie de fenómenos en el restaurante “Viandas”?

La pregunta no es sencilla de responder. El lugar está cargado de historia y está ubicado muy próximo a la Plaza de la Encarnación, lugar donde recientemente han sido localizados restos arqueológicos de las épocas tardo-romana y almohade de la ciudad, para más curiosidades decir que la calle Arguijo es perpendicular a la fachada de la que fuese última residencia (por su expulsión) en Sevilla de los religiosos de la compañía de Jesús e incluso recientemente en el mismo conjunto de la edificación se descubrió una cripta con ubicación a la calle Laraña, si bien el descubrimiento lo realizó D. Francisco Collantes de Terán en los años 50. En el año 1956 se reedifica el edificio y no se conservan los restos siendo cegados por el arquitecto Luis Gómez Estern quién creó una cripta de cemento para proteger los restos. Se cree que esta cripta es de sumo valor a tenor de las palabras del arqueólogo sevillano Javier Verdugo :”Se hace un acceso a unos restos arqueológicos, hay que respetarlo siempre. Desde ese momento pertenecen al Estado, por lo que es una barbaridad que se hayan taponado”. La zona tiene un gran valor ya que hay pocos restos almohades en Sevilla y tal vez podía ser un inicio de que en el lugar hubieran más restos. ¿Víctima de su propia Historia?.

Pero el edificio también tiene una historia esotérica y ocultista encerrada en su interior. El local fue, en otras épocas, un bar denominado como “Las Nuevas Columnas” (1995), Mesón “Sevilla Barbadillo” (1988), Textil San Carlos y anteriormente “Ferretería-Juguetería Victor Rojo”. Curiosamente durante el periodo de 1988 a 1995 el local estuvo dedicado también a la restauración y al alquiler de habitaciones adquiriendo cierta fama al saberse “vox populi” que se realizaban sesiones de ouija y otras prácticas espiritistas en sus habitaciones. Prácticas habituales que a decir de sus protagonistas: “en más de una ocasión nos llevábamos más de un sustillo”.

En 1995 el local es traspasado y continúa su explotación como restaurante y hospedaje, siendo durante este periodo de tiempo cuando se registra un hecho que es muy a destacar: una persona relacionada con los propietarios del establecimiento y muy vinculada al lugar se quita la vida siendo, dicho por los testigos, el espíritu del suicida –cuya identidad no estamos autorizados a desvelar- el que hoy convierte sus jornadas laborales en auténticas pesadillas.

¿Un pasado histórico, el espectro de alguna “ouija”, un ahorcado o una combinación de todas ellas? Cualquier explicación podría resultar factible a este impresionante caso.

El último capítulo no dejó de sorprendernos. Durante el pasado mes de Agosto, estando realizando pruebas en el lugar como parte de nuestra investigación paranormal, nos dejó perplejos el comprobar “in situ” todos los fenómenos indicados pese a nuestro demostrado escepticismo. Los cambios de temperatura eran notables dándonos bajadas de temperaturas de hasta 17ºC en las calurosas estancias de la última planta que son, en su mayoría, habitaciones independientes y desahitadas cuya temperatura media es de unos 30ºC -en estas fechas de madrugada-, mientras que en las contiguas o anexas se podía apreciar estos bruscos descensos térmicos, en esta planta no existen aparatos de aire acondicionado o refrigeración que puedan influir a provocar dicho fenómeno de enfriamiento. Pudimos ser testigos de cómo se caían los cuadros o de cómo la vitrina saltaba echa añicos, de cómo las puertas aparecían abiertas o cerradas pese a los cerrojos sin que nadie lo hiciera, sombras en las escaleras que inquietaron a todos los presentes –cuyo audio quedó fielmente reflejado en las cámaras de vídeo que se encontraban grabando- en una escalera y planta donde se comprobó que estaban totalmente desalojadas y siendo precintadas para tal efecto para garantizar su aislamiento, con material imprimible en las baldosas y con haz de continuidad láser... allí no podía haber nada sin que saltaran las alarmas... y no saltaron pero las sombras parecían jugar con nosotros. Quizás, lo más impresionante fue el ver como las cámaras de vigilancia, tanto de infrarrojos como de grabación estándar, captaban extrañas esferas luminosas que se formaban y deambulaban por la estancia superior tímidamente, del tamaño de una pelota de tenis, entrando y saliendo de las habitaciones o encaminándose hacia las escaleras sin que hasta el momento hayan podido ser explicadas satisfactoriamente desde un punto de vista técnico, científico o racional.

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