En marzo de 1990, un vigilante de los despachos de las consellerias de Sanidad y Trabajo aseguró haber visto el espectro de una parturienta que buscaba a su bebé. La visión de este supuesto fantasma nunca se pudo demostrar. El parapsicólogo Jesús Genaro realizó una ardua investigación en los pasillos y salas de la antigua clínica de maternidad La Cigüeña, actual sede de la Conselleria de Bienestar Social. Las grabaciones de vídeo, los aparatos de rayos infrarrojos para captar psicoimágenes, los detectores de aire y movimiento y las psicofonías dieron un resultado negativo...
Dieciséis años después, otro vigilante de seguridad vio con asombro una extraña imagen circular que se movía junto a los muros del Palau de la Generalitat. Sucedió el pasado mes de junio, pocos días antes de la visita del Papa a Valencia. Pero en esta ocasión, el supuesto espectro sí que se pudo grabar. El moderno sistema de seguridad del edificio de la calle Caballeros, con circuito cerrado de televisión incluido, posibilitó el registro, almacenamiento y posterior reproducción de la imagen.
Atento a sus monitores, como todas las noches, el vigilante se encontraba atento a varios monitores. Desde su silla controlaba los accesos y las fachadas del antiguo palacio.
Todas las imágenes que captan las cámaras del edificio se reproducen en varios monitores en tiempo real, lo que facilita enormemente el trabajo de vigilancia y reduce el número de vigilantes jurados y policías autonómicos destinados en el servicio de seguridad del Palau de la Generalitat.
Pasaban las horas y la madrugaba parecía tranquila. Era una noche más de rutina del pasado mes de junio. De repente, unos haces de luces dibujaron nítidamente una imagen redonda en el exterior del edificio junto a la fachada de la calle Caballeros. Se trataba de una extraña figura de color amarillento que se movía sin una dirección fija.
Sin perder tiempo, un vigilante y un policía acudieron con una linterna al lugar donde se había detectado la anomalía. Fueron momentos de cierta confusión porque no sabían lo que se iban a encontrar. Segundos después, los dos hombres llegaron a la calle Caballeros y descubrieron que allí no había otra presencia humana que la suya. Las extrañas luces ya no se veían y no había ningún rastro del supuesto espectro.
Para quedarse más tranquilos, el guardia de seguridad y el agente de la Policía Autonómica inspeccionaron el interior del palacio en su parte recayente a la calle Caballeros y tampoco descubrieron el origen de los haces.
Pero entonces, ¿qué es lo que había visto su compañero en el monitor? ¿Quizá fue un efecto óptico engañoso? Nadie encontró respuestas lógicas a estas preguntas y se olvidaron del incidente con el paso de los días, aunque los hechos fueron muy comentados entre el personal del Palau.
Nueva aparición. Pero una semana después, cuando Valencia se preparaba para el inminente V Encuentro Mundial de las Familias, las luces amarillentas volvieron a aparecer de madrugada junto a otra de las fachadas del edificio.
En esta ocasión, la imagen también fue grabada por una cámara de seguridad externa y el personal de seguridad comenzó a darle más importancia al suceso que la vez anterior.
Fue entonces cuando realizaron una copia de las imágenes en un disco compacto para mostrárselas a los responsables de la seguridad del palacio y al presidente de la Generalitat, Francisco Camps.
Otra personalidad que visionó la grabación fue el conseller de Agricultura, Juan Gabriel Cotino. Los dirigentes valencianos restaron importancia a lo que habían visto y dieron instrucciones precisas para que no se difundieran comentarios sobre un supuesto fantasma.
Eran los días previos a la visita del Papa Benedicto XVI y entre el personal del Palau de la Generalitat ya circulaban de boca en boca algunas interpretaciones sobre los haces de luces grabados de madrugada.
Dieciséis años después, otro vigilante de seguridad vio con asombro una extraña imagen circular que se movía junto a los muros del Palau de la Generalitat. Sucedió el pasado mes de junio, pocos días antes de la visita del Papa a Valencia. Pero en esta ocasión, el supuesto espectro sí que se pudo grabar. El moderno sistema de seguridad del edificio de la calle Caballeros, con circuito cerrado de televisión incluido, posibilitó el registro, almacenamiento y posterior reproducción de la imagen.
Atento a sus monitores, como todas las noches, el vigilante se encontraba atento a varios monitores. Desde su silla controlaba los accesos y las fachadas del antiguo palacio.
Todas las imágenes que captan las cámaras del edificio se reproducen en varios monitores en tiempo real, lo que facilita enormemente el trabajo de vigilancia y reduce el número de vigilantes jurados y policías autonómicos destinados en el servicio de seguridad del Palau de la Generalitat.
Pasaban las horas y la madrugaba parecía tranquila. Era una noche más de rutina del pasado mes de junio. De repente, unos haces de luces dibujaron nítidamente una imagen redonda en el exterior del edificio junto a la fachada de la calle Caballeros. Se trataba de una extraña figura de color amarillento que se movía sin una dirección fija.
Sin perder tiempo, un vigilante y un policía acudieron con una linterna al lugar donde se había detectado la anomalía. Fueron momentos de cierta confusión porque no sabían lo que se iban a encontrar. Segundos después, los dos hombres llegaron a la calle Caballeros y descubrieron que allí no había otra presencia humana que la suya. Las extrañas luces ya no se veían y no había ningún rastro del supuesto espectro.
Para quedarse más tranquilos, el guardia de seguridad y el agente de la Policía Autonómica inspeccionaron el interior del palacio en su parte recayente a la calle Caballeros y tampoco descubrieron el origen de los haces.
Pero entonces, ¿qué es lo que había visto su compañero en el monitor? ¿Quizá fue un efecto óptico engañoso? Nadie encontró respuestas lógicas a estas preguntas y se olvidaron del incidente con el paso de los días, aunque los hechos fueron muy comentados entre el personal del Palau.
Nueva aparición. Pero una semana después, cuando Valencia se preparaba para el inminente V Encuentro Mundial de las Familias, las luces amarillentas volvieron a aparecer de madrugada junto a otra de las fachadas del edificio.
En esta ocasión, la imagen también fue grabada por una cámara de seguridad externa y el personal de seguridad comenzó a darle más importancia al suceso que la vez anterior.
Fue entonces cuando realizaron una copia de las imágenes en un disco compacto para mostrárselas a los responsables de la seguridad del palacio y al presidente de la Generalitat, Francisco Camps.
Otra personalidad que visionó la grabación fue el conseller de Agricultura, Juan Gabriel Cotino. Los dirigentes valencianos restaron importancia a lo que habían visto y dieron instrucciones precisas para que no se difundieran comentarios sobre un supuesto fantasma.
Eran los días previos a la visita del Papa Benedicto XVI y entre el personal del Palau de la Generalitat ya circulaban de boca en boca algunas interpretaciones sobre los haces de luces grabados de madrugada.
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