viernes, 12 de diciembre de 2008

Fantasmas nórdicos

En los países nórdicos abundan las historias de poltergeist y fantasmas de todo tipo que pueblan antiguos castillos y monasterios. Los cementerios no son excepción: algunos tienen sus guardianes fantasmas desde hace varios siglos. Todo comenzó un día de primavera de 1998. Por alguna razón las puertas del armarlo de la cocina se abrieron de repente y todos los platos y vasos cayeron al suelo. Lo raro fue, sin embargo, que no se rompiera nada aunque el armario estaba colgado a dos metros del suelo".

Para la familia Carlsson, que vivía en un piso de Malmö, al sur de Suecia, aquel iba a ser el verano más extraño de todos. En la casa se oían terribles ntes de las paredes, el mobiliario se desplazaba solo cuando el piso estaba vacío y al suelo caían diversos objetos sin romperse después de dar unas vueltas en derredor.

En una ocasión la hija de la familia de 19 años de edad, vio cómo de un estante salía una moneda y se desplazaba un metro en horizontal, luego se paraba en el aire y caía al suelo. Como los sucesos no parecían tener un esquema definido, todos empezaron a hablar de fantasmas y de poltergeist. la familia vivía en un piso donde había muerto un hombre 15 años atrás y al parecer habían tardado dos meses en encontrarle. Una clarividente sueca declaró que había establecido contacto con el espíritu del difunto y que él era el responsable. Otros investigadores más escépticos achacaron los fenómenos a las obras de reconstrucción en una carretera de la zona, aunque muchos de los fenómenos ocurrían de noche, cuando no había nadie trabajando y tampoco había habido otras quejas de vecinos. Otros acusaron a la hija que en esa época se llevaba muy mal con el resto de la familia.

En muchos aspectos éste era un caso de Poltergeist clásico y, como en muchos otros, nunca se llegó a una conclusión clara. A principios del otoño los fenómenos fueron desapareciendo gradualmente y en el plazo de una semana habían cesado por completo. Desde entonces la familia ha vivido tranquila en su piso. Aunque hay muchos fenómenos atribuidos a fantasmas, los casos de Poltergeist son raros en Escandinavia, de forma que los pocos que tenemos reciben mucha atención.
Uno de los casos daneses más famosos fue el de "Koge Huskors", que se traduce como "La Cruz que la casa en Koge (ciudad al sur de Copenhague, en Dinamarca) tuvo que soportar. Por entonces, a principios del siglo XVII, el caso se hizo famoso en toda Europa. Se escribió un libro sobre el mismo y fue publicado en varios países; incluso el Vaticano se interesó por él.

Aconteció en la casa de un comerciante rico. El centro de los fenómenos fue el hijastro del comerciante, de 12 años de edad, quien aparentemente era atacado por agresores invisibles que movían su cama por la noche y le depositaban en todo tipo de sitios raros. De vez en cuando el muchacho levitaba y hacían falta cuatro hombres fuertes para ponerle en el suelo de nuevo. El sacerdote del bardo declaró que el chico estaba poseído y comenzó una caza de brujas que no terminó hasta que siete mujeres fueron quemadas en la hoguera.

El caso en sí nunca se resolvió pero tuvo tanta fama que se colocó una placa a principios del siglo XX en la casa que ahora se sitúa en el lugar donde estuvo el hogar del comerciante. La placa todavía puede verse en la actualidad y probablemente es la única dedicada a un Poltergeist en el mundo.

Como ocurre en otros muchos lugares con una larga historia de violencia, Escandinavia está llena de fantasmas. Tenemos un importante número de fantasmas de mujeres, caballeros medievales, monjes y otros personajes. El castillo de Dragshoim, al este de Dinamarca, tiene nada menos que dos mujeres blancas, una mujer gris, un caballero medieval y al menos dos monjes -tal vez sean tres-. La mayoría de estos fantasmas clásicos, pueden encontrarse en los diversos castillos y casas solariegas que hay en Dinamarca, Noruega y Suecia.

Koldinghus, en el oeste de Dinamarca, fue una vez un gran castillo. En la actualidad es un museo restaurado tras un grave incendio. A pesar de todas las luces y suelos modernos, el ambiente puede cambiar de repente. Normalmente no se aprecia nada raro, pero han sido muchas las personas que aseguran haber sentido una presencia en algunas habitaciones del castillo. En este sentido los fantasmas de Koldinghus son un poco especiales, ya que la mayoría de los fantasmas escandinavos parecen tan sólidos como las personas vivas.

La fortaleza de Akerhus se encuentra próxima al puerto de Oslo, en Noruega. Es un gran edificio que también tiene sus fantasmas. En su enorme salón se celebraron muchos banquetes, pero en la actualidad sólo lo recorren grupos de turistas. Así y todo, algunos de estos grupos tienen compañía de vez en cuando y dicen haber visto a un hombrecillo sonriente que siempre se queda rezagado. Parece escuchar con mucha atención, pero nunca abandona la fortaleza cuando se marchan los turistas. Nadie ha sido capaz de descubrir quién es o quién fue.

Tampoco ha sido posible descubrir nada sobre el hombre en lo alto de la torre sueca Kronan, en la ciudad de Heisingborg. Kronan es todo lo que resta de una gran fortaleza que antaño guardó el lugar y la ruta hacia el mar Báltico. Se supone que el fantasma es su antiguo vigía y que probablemente nunca abandonó su puesto.

Otro personaje que nunca dejó su puesto fue el monje cantor de Visby, la principal ciudad de la isla sueca Gotiand. En Visby se encuentran algunas ruinas impresionantes de viejos monasterios y la ciudad está rodeada por la muralla más larga que sobrevive en el norte de Europa. Incluso aunque no nos interesen los fantasmas, Visby es un interesante lugar para visitar. No obstante, en algunas de las ruinas de monasterios a veces se oyen cantos. Son muy tenues, pero se trata con toda claridad de cantos de monjes. Quizá su canto se grabó en las paredes hace varios siglos y volvemos a escucharlo cuando el tiempo y las circunstancias acompañan. Hachas mortíferas y barcas invisibles

Los sonidos raros son un fenómeno bastante corriente, aunque la mayoría no sean fantasmales. Muchos de ellos son fuertes y otros horripilantes.

El castillo de Dragshoim -el que tiene tantos fantasmas- es en la actualidad un gran hotel y centro de congresos. También sirve de habitáculo a un invisible carruaje que de vez en cuando circula por el patio del castillo con un gran estruendo. Se pueden es cuchar los cascos de los caballos sobre los adoquines del patio, el ruido sordo de las ruedas de hierro y madera y el chirrido del propio carruaje. El único problema es que el carruaje no está allí cuando abres la puerta y te asomas al exterior. Podría pensarse que perder un carruaje y quedarse únicamente con el sonido es un verdadero incordio, pero cuando se trata del hacha de los verdugos en el castillo de Kronborg, al norte de Copenhague, quizá sea mejor que sólo haya quedado el sonido.

Este castillo, en el que vivieron Hamlet y sus padres, según la historia de William Shakespeare, es uno de los más bellos de Dinamarca. Como podía esperarse también tiene unos cuantos fantasmas aunque no el del padre de Hamlet, ya que Shakespeare se lo inventó. Sin embargo, tiene un hombre sentado en uno de los tejados y otro que chilla en las mazmorras, pero el sonido más espantoso procede de un hacha que cae. A veces puede escucharse si uno se sienta en el pedestal de piedra en una esquina del patio. Ése era el lugar donde solía estar el tajo del verdugo y, según la leyenda, lo que se escucha es el sonido de su hacha. A veces, es sólo un ruido débil, pero otras se puede oír un golpe seco. Un psíquico danés afirmó una vez que también podía escuchar el clamor de una multitud, pero dado que las ejecuciones en Kronborg no eran públicas, lo más probable es que fuese cosa de su imaginación.

Unos pocos kilómetros al oeste de Kronborg están las ruinas del castillo Gurre. Se encuentra próximo al lago Gurre y en realidad estuvo situado en un islote del lago. Las zonas menos profundas del mismo se han ido desecando a lo largo de los siglos de forma que ahora está rodeado de campos. En sus días de gloria había que acceder en barca y aparentemente todavía hay alguien que lo hace. Algunos caminantes nocturnos, personas que sacan a pasear a sus perros o conductores que se paran, afirman haber oído el sonido de una barca, así como de remos, voces y el chirrido de una argolla metálica, seguramente la utilizada para atar la barca a la pared del castillo. la argolla sigue allí todavía, pero no hay nada más.

Los bosques alrededor del castillo de Gurre también albergan fantasmas de animales. En este caso se trata del ruido de perros que corren. Los fantasmas de animales son bastante corrientes en el resto de Dinamarca y algunos de ellos son especialmente ruidosos. En el oeste del país hay un buen número de perrazos negros que corren en la noche, ocasionando la muerte a los infortunados que se encuentran con ellos. La mayoría de estos perros son criaturas que tienen la costumbre de patrullar las mismas carreteras todas las noches. Según las antiguas leyendas del siglo XVII, cuando los perros se veían con más frecuencia que ahora, estos animales atravesaban algunas de las granjas de la zona y habla que dejarlos las verjas abiertas si se quería evitar que pasaran cosas terribles. Todavía es costumbre en algunas de las granjas al oeste de Dinamarca dejar abiertas las verjas para los perros negros.

Otro lugar donde se pueden buscar animales fantasmales es el cementerio. Esto se debe a una terrible costumbre muy extendida en Dinamarca, pero raramente en el resto de Escandinavia. Cuando se iba a construir una nueva iglesia, con su cementerio correspondiente, la gente de la localidad cogía un animal -normalmente un cordero pero podía ser también un perro, un cerdo o incluso un hombre si se daba el caso- y se le enterraba vivo, aunque a veces le cortaban antes las patas. Esto se hacía sobre todo para que el animal guardara el cementerio. Estaría en la zona intermedia entre vivos y muertos y podría verse como un guardián que velaba por las almas en el camposanto hasta el día del juicio final. También se adueñaba de las almas de los peregrinos en los pueblos y ciudades alrededor de los cementerios. Así pues, si uno se encontraba con una oveja de tres patas con las lanas arrastrando por los suelos, era como encontrarse con la muerte propia. Si uno no se moría al día siguiente, seguramente lo haría sin tardanza. Los guardianes de las iglesias, según se llama a estas criaturas en el folclor escandinavo, fueron al parecer muy corrientes hasta finales del siglo XIX. En la actualidad prácticamente han desaparecido, aunque todavía se oye hablar de vez en cuando de algún avistamiento.

Según la leyenda, una de las formas de gestación de los fantasmas tiene lugar cuando alguien muere violenta, repentina e inesperadamente. Dado que éste es el destino que espera a la mayoría de los animales en la Naturaleza, deberíamos tener un mundo repleto de animales fantasmales, sin embargo no suele suceder, al menos no sucede así en Escandinavia donde, excepto en los casos de los guardianes de iglesias, la mayoría de los animales que encontramos aquí parecen bastante contentos. Algunos de ellos son incluso grandes moradores de ciudades.

En Copenhague, los guardias del castillo Rosenborg, en el centro de la ciudad, donde se guardan las joyas de la corona danesa, a veces ven un gatito de color gris. Normalmente se presenta por la noche y parece estar contento simplemente sentándose y dormitando un poco. Podría pensarse que se trata de un gato callejero que busca compañía, pero hace más de 200 años que los guardias le ven y algunos aseguran que le han visto desaparecer ante sus propios ojos. Lo más curioso del caso es que algunas historias cuentan que se trata del fantasma del rey danés Cristian IV, que murió en 1648, aunque nadie ofrece una explicación de por qué merodea en su viejo castillo bajo la forma de un gato.

Lo mismo podría decirse sobre el perrito blanco que se ve en el piso superior del castillo Frederiksberg, cerca del centro de Copenhague. En la actualidad esta fortaleza es una escuela de entrenamiento para oficiales del ejército danés, pero a pesar de todo, el perrito es visto haciendo piruetas en la planta de arriba. Se supone que es el fantasma de otro rey danés, Frederik VIII, aunque nadie sabe por qué fue condenado a pasear por el castillo como un perro blanco.

Tal vez haya una explicación para el oso fantasma que camina por las noches por el parque Skansen de Estocolmo. Skansen tiene un parquecillo de recreo y un jardín zoológico en la actualidad, pero también ha albergado varias colecciones de animales salvajes a lo largo de los siglos. En una de estas colecciones había un gran oso blanco y como los servicios de veterinaria eran prácticamente inexistentes en los siglos XVI y XVII es muy probable que el oso se muriera en circunstancias poco halagüeñas. Ahora, sin embargo, parece contento de caminar por el oscuro parque por las noches, tal vez disfrutando de la libertad que nunca tuvo en vida.

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