Muchos fundamentalistas judíos, cristianos y musulmanes creen que estamos en los “Últimos Tiempos” que conducirán a la gran batalla del Armagedón entre las fuerzas del bien y del mal. Un acontecimiento que podría abrir esta “caja de Pandora” sería la toma del Monte del Templo por los fundamentalistas judíos para construir en ese lugar el Tercer Templo de Jerusalén. Una idea que Ariel Sharon acaricia persistentemente...
Las intenciones ocultas de Ariel Sharon quedaron al descubierto el veintinueve de septiembre del 2000, cuando el entonces primer ministro de Israel, Ehud Bharak, discutía los términos del acuerdo de paz con Yaser Arafat en Nueva York. Aprovechando la ausencia de ambos líderes políticos, Sharon capitaneó un grupo de seguidores hacia el Monte del Templo, provocando el recrudecimiento de la violencia callejera y dejando un trágico balance de muertos y atentados que todavía persisten y nos han llevado al borde del abismo que estamos viviendo actualmente. Este inoportuno incidente motivó que el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, retrasara las conversaciones de paz cuando parecía que el anhelado acuerdo era posible y la división de Jerusalén en dos zonas se veía más cerca. Se trataba de compartir la capitalidad de la ciudad santa entre israelíes y palestinos, algo que los radicales ultraortodoxos judíos, con Sharon a la cabeza, no estaban dispuestos a consentir.
Casi tres semanas después de este suceso, la policía israelí disuadía a un grupo judío perteneciente a los Fieles del Templo –colectivo que promueve la reconstrucción del Templo de Salomón- de entrar en la mezquita de Al-Aqsa y ungir la piedra angular de su Tercer Templo. Sin duda, estas acciones estuvieron en el germen de la actual Intifada de los palestinos, que temían por la seguridad de uno de sus lugares sagrados. A principios de este año 2002, el veintinueve de enero, la CBC News informaba que el gobierno de Israel, actualmente presidido por Ariel Sharon, estaba considerando la posibilidad de reabrir el Monte del templo a judíos y cristianos. Tras los citados incidentes de septiembre del 2000, sólo estaba permitido el acceso a los musulmanes, aunque después de la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel otorgó el control de la zona a las autoridades palestinas siempre que permaneciera abierta a todas las religiones. Ahora Sharon está decidido a obligar a los palestinos a que cumplan ese acuerdo, algo a lo que éstos se oponen porque temen que los judíos, con el pretexto de cumplir las profecías bíblicas, levanten su templo en ese lugar.
Mientras escribo este texto, ha surgido una sorprendente noticia que apenas ha tenido eco en a prensa. En un artículo publicado por la National Review Online y titulado Red Heifer Days (Los días de la vaquilla roja), Rod Dreher explica cómo el nacimiento de una singular vaquilla el pasado ocho de abril en Israel podría desencadenar la batalla del “Armagedón” (la Tercera Guerra Mundial).
Se trata de una información que hay que analizar en términos escatológicos y teniendo en cuenta los anuncios bíblicos de los Últimos Días en conexión con el Monte del Templo. El articulista cita al escritor judío Gershom Goresberg, cuya obra End of Days: Fundamentalism and the Struggle for the Temple Mount (El fin de los días: fundamentalismo y lucha por el Monte del Templo) describe la intersección apocalíptica de religión y política, tanto en Israel como en Estados Unidos: “ Lo que sucede en ese lugar único, más que en cualquier otro, acelera las especulaciones sobre el final de las tres religiones. Y en ese lugar, el peligro de provocar una catástrofe es crítico”.
El nacimiento de la citada vaquilla roja podría contribuir a acrecentar este riesgo. Y es que, según la tradición judía, ningún creyente puede pisar el Monte del templo para evitar profanar un lugar sagrado, salvo que haya sido purificado con las cenizas de una vaquilla roja de pura sangre. Estos animales son sumamente raros. Hace dos años nació uno, también en Israel, pero al cabo de varios meses le salieron unos pelos blancos en la cola y los rabinos lo juzgaron impropio para el fin deseado. Un contratiempo que ahora a podido salvarse gracias a la moderna ingeniería genética y a la financiación de los Sionistas Cristianos de Estados Unidos. El resultado a sido una vaquilla enteramente roja que ha recibido la bendición de los rabinos. Y para Dreher, esta singular vaquilla podría ser el equivalente escatológico y político a una bomba nuclear de maleta a punto de estallar.
Una opinión compartida por Richard Landes, profesor de Historia de la Universidad de Boston y director del Centro de Estudios sobre el Milenio: “Este tipo de circunstancias cumple las expectativas de la gente. Si se trata de una vaquilla roja auténtica y los rabinos ortodoxos la consideran idónea para el sacrificio, entonces el sector judío más radical puede interpretar que la nueva fase de la historia que ellos ambicionan está a punto de comenzar”.
Una nueva fase que incluiría la toma del Monte del templo, con la consiguiente destrucción de los recintos musulmanes para levantar el Tercer Templo. Éste sería el lugar elegido para esperar la venida del Mesías, que no podrá tener lugar hasta que el edificio se encuentre completamente terminado. En relación con esta nueva fase Landes aventura también la posibilidad de que, mientras la atención mundial se centra en la escalada ofensiva de Sharon, un grupo radical podría adelantarse y volar la “Cúpula de la Roca” contando con la ayuda de miembros extremistas del ejército israelí.
En caso de que el sagrado animal siga su curso de “pureza”, aún habría que esperar al año 2005 para su sacrificio, que habría de coincidir con la terminación del templo y, consecuentemente, con la fecha anunciada para la llegada del Mesías de los judíos y la batalla del “Armagedón”.
Si esto fuera así, nos quedaría muy poco tiempo para evitarlo.
Las intenciones ocultas de Ariel Sharon quedaron al descubierto el veintinueve de septiembre del 2000, cuando el entonces primer ministro de Israel, Ehud Bharak, discutía los términos del acuerdo de paz con Yaser Arafat en Nueva York. Aprovechando la ausencia de ambos líderes políticos, Sharon capitaneó un grupo de seguidores hacia el Monte del Templo, provocando el recrudecimiento de la violencia callejera y dejando un trágico balance de muertos y atentados que todavía persisten y nos han llevado al borde del abismo que estamos viviendo actualmente. Este inoportuno incidente motivó que el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, retrasara las conversaciones de paz cuando parecía que el anhelado acuerdo era posible y la división de Jerusalén en dos zonas se veía más cerca. Se trataba de compartir la capitalidad de la ciudad santa entre israelíes y palestinos, algo que los radicales ultraortodoxos judíos, con Sharon a la cabeza, no estaban dispuestos a consentir.
Casi tres semanas después de este suceso, la policía israelí disuadía a un grupo judío perteneciente a los Fieles del Templo –colectivo que promueve la reconstrucción del Templo de Salomón- de entrar en la mezquita de Al-Aqsa y ungir la piedra angular de su Tercer Templo. Sin duda, estas acciones estuvieron en el germen de la actual Intifada de los palestinos, que temían por la seguridad de uno de sus lugares sagrados. A principios de este año 2002, el veintinueve de enero, la CBC News informaba que el gobierno de Israel, actualmente presidido por Ariel Sharon, estaba considerando la posibilidad de reabrir el Monte del templo a judíos y cristianos. Tras los citados incidentes de septiembre del 2000, sólo estaba permitido el acceso a los musulmanes, aunque después de la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel otorgó el control de la zona a las autoridades palestinas siempre que permaneciera abierta a todas las religiones. Ahora Sharon está decidido a obligar a los palestinos a que cumplan ese acuerdo, algo a lo que éstos se oponen porque temen que los judíos, con el pretexto de cumplir las profecías bíblicas, levanten su templo en ese lugar.
Mientras escribo este texto, ha surgido una sorprendente noticia que apenas ha tenido eco en a prensa. En un artículo publicado por la National Review Online y titulado Red Heifer Days (Los días de la vaquilla roja), Rod Dreher explica cómo el nacimiento de una singular vaquilla el pasado ocho de abril en Israel podría desencadenar la batalla del “Armagedón” (la Tercera Guerra Mundial).
Se trata de una información que hay que analizar en términos escatológicos y teniendo en cuenta los anuncios bíblicos de los Últimos Días en conexión con el Monte del Templo. El articulista cita al escritor judío Gershom Goresberg, cuya obra End of Days: Fundamentalism and the Struggle for the Temple Mount (El fin de los días: fundamentalismo y lucha por el Monte del Templo) describe la intersección apocalíptica de religión y política, tanto en Israel como en Estados Unidos: “ Lo que sucede en ese lugar único, más que en cualquier otro, acelera las especulaciones sobre el final de las tres religiones. Y en ese lugar, el peligro de provocar una catástrofe es crítico”.
El nacimiento de la citada vaquilla roja podría contribuir a acrecentar este riesgo. Y es que, según la tradición judía, ningún creyente puede pisar el Monte del templo para evitar profanar un lugar sagrado, salvo que haya sido purificado con las cenizas de una vaquilla roja de pura sangre. Estos animales son sumamente raros. Hace dos años nació uno, también en Israel, pero al cabo de varios meses le salieron unos pelos blancos en la cola y los rabinos lo juzgaron impropio para el fin deseado. Un contratiempo que ahora a podido salvarse gracias a la moderna ingeniería genética y a la financiación de los Sionistas Cristianos de Estados Unidos. El resultado a sido una vaquilla enteramente roja que ha recibido la bendición de los rabinos. Y para Dreher, esta singular vaquilla podría ser el equivalente escatológico y político a una bomba nuclear de maleta a punto de estallar.
Una opinión compartida por Richard Landes, profesor de Historia de la Universidad de Boston y director del Centro de Estudios sobre el Milenio: “Este tipo de circunstancias cumple las expectativas de la gente. Si se trata de una vaquilla roja auténtica y los rabinos ortodoxos la consideran idónea para el sacrificio, entonces el sector judío más radical puede interpretar que la nueva fase de la historia que ellos ambicionan está a punto de comenzar”.
Una nueva fase que incluiría la toma del Monte del templo, con la consiguiente destrucción de los recintos musulmanes para levantar el Tercer Templo. Éste sería el lugar elegido para esperar la venida del Mesías, que no podrá tener lugar hasta que el edificio se encuentre completamente terminado. En relación con esta nueva fase Landes aventura también la posibilidad de que, mientras la atención mundial se centra en la escalada ofensiva de Sharon, un grupo radical podría adelantarse y volar la “Cúpula de la Roca” contando con la ayuda de miembros extremistas del ejército israelí.
En caso de que el sagrado animal siga su curso de “pureza”, aún habría que esperar al año 2005 para su sacrificio, que habría de coincidir con la terminación del templo y, consecuentemente, con la fecha anunciada para la llegada del Mesías de los judíos y la batalla del “Armagedón”.
Si esto fuera así, nos quedaría muy poco tiempo para evitarlo.
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