martes, 21 de septiembre de 2010

Leyenda de Rómulo y Remo, fundación de Roma

Según la leyenda romana, los hermanos gemelos Rómulo y Remo fueron los fundadores de Roma. Aunque la historia fija el origen de la ciudad a finales del siglo VII a.C., invalidando por completo el mito, la leyenda de los gemelos amamantados por una loba siempre tendrá validez cultural.

La historia comienza con el rey de Alba Longa, una ciudad de Lacio, llamado Numitor, quien fue destronado por su hermano Amulio. Éste lo expulsó de la ciudad y mató a todos sus hijos varones, excepto a su única hija Rea Silvia. Para que ésta no tuviera hijos, la obligó a convertirse en sacerdotisa de la diosa Vesta, permaciendo virgen. Pero un día, mientras Rea Silvia dormía, el dios de la guerra, Marte, se desumbró al verla y la poseyó. Silvia tuvo dos hijos gemelos a los que llamó Rómulo y Remo, pero por temor al rey Amulio, los colocó en una cesta sobre el río Tíber. La cesta navegó hasta que una loba los halló y los amamantó, y luego fueron recogidos y cuidados por el pastor Fáustulo y su mujer Aca Larentia.

Cuando los gemelos crecieron, descubrieron su verdadero origen y el trágico destino de su familia.

Decidieron regresar a Alba Longa, matar a Amulio y devolverle el trono a su abuelo Numitor. Como agradecimiento, éste les concedió territorios al noroeste del Lacio y en el 753 a.C. los gemelos fundaron una ciudad en una llanura del río Tíber, donde había embarrancó la cesta.

Siguiendo una tradición etrusca, cogieron dos bueyes blancos con arado y excavan un surco sobre el cual construyeron las murallas de la ciudad, jurando matar a cualquiera que las traspasara. Pero no se pusieron de acuerdo para darle un nombre a la nueva ciudad, por lo que decidieron que lo elegiría aquel que avistase más pájaros.

Rómulo vio 12 aves, mientras que Remo alegó que, aunque sólo había visto 6, las había visto primero. Esto los llevó a una discusión que impulsó a Rómulo a acabar con la vida de Remo a estilo Caín y Abel. Luego comenzó a construir las murallas de la ciudad en el monte Palantino y la denominó Roma. Como único soberano, Rómulo creó el senado y dividió la población en treinta congregaciones, aceptando refugiados, libertos, esclavos, prófugos, etc. para poblar la flamante Roma.

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