jueves, 21 de mayo de 2009

Ted Serios: Fotografía psíquica

Es posible fotografiar las ideas? Ted Serios, antiguo botones de Chicago, cree que sí, y como prueba de ello ha realizado cientos de fotografías. Son muchos los defensores de este fotógrafo de la mente.

Ted Serios, sentado en la habitación del hotel, enfocaba su rostro con una cámara fotográfica Polaroid. Se disparó el flash, a inmediatamente el doctor Jule Eisenbud cogió la cámara y extrajo por detrás la fotografía. En ella, en lugar del rostro de Serios, apareció la imagen inconfundible de un edificio.

Para Serios, botones de Chicago, fumador empedernido y alcohólico, se trataba tan sólo de otra de sus extrañas fotografías psíquicas a las que llama en inglés thoughtographs (juego de palabras entre thought, pensamiento y photograph, fotografía). Sin embargo, al doctor Eisenbud, profesor adjunto de psiquiatría en la Medical School de la Universidad de Colorado, esta demostración de poder paranormal le impresionó de tal modo que continuó estudiando a Serios durante varios años y escribió un libro sobre él.

Cuando en abril de 1964 voló a Chicago para llevar a cabo la primera sesión experimental con aquel fotógrafo de la mente aficionado a la bebida, Eisenbud estaba casi seguro de que iba a presenciar «algún tipo de burdo engaño». Debido a su interés por lo paranormal, Eisenbud estaba enterado de que había habido numerosos fotógrafos psíquicos, como les llamaban, que habían sido descubiertos haciendo trampas, generalmente manipulando la película. Con la aparición de la cámara Polaroid, la situación había cambiado: el control era más fácil y además se podían obtener los resultados en espacio de unos segundos.

Los investigadores que han trabajado con Serios traen consigo sus propias cámaras y películas; algunas veces incluso hacen ellos mismos las fotografías, enfocando con la cámara a Serios; a pesar de todo ello, los resultados son a menudo verdaderamente extraños. No en todas las fotografías aparecen imágenes; algunas son extrañamente blancas, mientras que otras, inexplicablemente, son del todo negras, incluso a pesar de que la iluminación de la habitación y otras condiciones permanecen constantes. De vez en cuando la imagen que sale de la Polaroid cubre toda el área del papel impresionado; otras veces tan sólo aparece una parte de Serios, o piezas de la habitación.

¿Es Serios realmente capaz de dejar sus pensamientos impresos sobre fotografías? La idea es tan insólita que parece necesario examinar desde el principio la posibilidad de un astuto fraude, y los incrédulos no necesitan profundizar demasiado para empezar a sospechar. En los primeros tiempos, Serios, para producir sus sorprendentes imágenes, tan sólo miraba a la cámara. Sin embargo, más tarde introdujo lo que él llamaba un «gismo», artilugio que sostiene frente al objetivo mientras se concentra. A veces utiliza un pequeño cilindro de plástico, uno de cuyos extremos tapa simplemente con celofán, y el otro con un trozo de película ennegrecida, recubierta de celofán; en otras ocasiones simplemente enrolla un trozo de papel.

La finalidad del «gismo», dice Serios, es evitar que sus dedos oscurezcan el objetivo. Sin embargo, sus detractores consideran que tiene un propósito distinto. Argumentan que podría muy fácilmente ocultar un «dispositivo» que contuviera un microfilm o diapositiva, y que resulta tan sospechoso como el sombrero de un prestidigitador.

Dos periodistas, Charles Reynolds y David Eisendrath, construyeron un pequeño dispositivo que podía camuflarse dentro de un «gismo», y obtuvieron resultados semejantes a los de Serios. Su relato, publicado en la revista Popular Photography en octubre de 1967, proporcionó a los incrédulos la «evidencia» que necesitaban.

Los secretos del «gismo»

Por otro lado, Eisenbud y otros investigadores están convencidos de que el «gismo» no contiene nada oculto y que tampoco Serios introduce nada en él antes de tomar una fotografía. Todos conocen la hipótesis del microfilm oculto, y han formulado un protocolo de cómo debe realizarse el experimento para evitar esta posibilidad. Generalmente se le entrega el «cilindro» a Serios cuando éste siente que va a poder producir una fotografía paranormal. Inmediatamente después se lo quitan y lo examinan. Probablemente no lo tiene en las manos más de 15 segundos cada vez, y durante este período está bajo riguroso control.

Normalmente Serios lleva camisas de manga corta o va desnudo de cintura para arriba, con lo que le resulta imposible esconder nada cerca de sus manos. Además, dicen los investigadores que cuando Serios les manda disparar la cámara, ellos están a menudo tan cerca que pueden mirar a través del «gismo» y ver que no contiene ningún mecanismo oculto. Sucede también muchas veces que han aparecido imágenes cuando alguna otra persona sostenía el cilindro y la cámara, y podía por tanto examinar ambas cosas libremente.

Dos eminentes investigadores de estos fenómenos psíquicos, los norteamericanos doctor J.G. Pratt y doctor Ian Stevenson, que han realizado numerosos test con Serios, han declarado: «Nosotros mismos hemos estado observando a Ted en aproximadamente 800 experimentos y nunca le hemos visto actuar de manera sospechosa al manejar el "gismo", tanto antes como después del experimento.»

Aparte del hecho de que Serios nunca ha sido sorprendido con ninguna diapositiva o microfilm escondido, el doctor Eisenbud arguye que la misma naturaleza de las imágenes que Serios produce descartan la teoría del truco. Serios invitó a los investigadores a aportar unas ilustraciones determinadas, encerradas en sobres, y trató de reproducirlas con poderes paranormales en una película Polaroid. La primera vez que Eisenbud vio a Serios realizar una fotografía paranormal, en una habitación de hotel de Chicago, el psiquiatra había traído consigo dos vistas de los edificios del Kremlin, cada una de ellas escondida en un sobre de papel manila.

Una de las imágenes que Serios produjo en aquella sesión fue un edificio alto y estrecho, que uno de los testigos identificó inmediatamente como la Water Tower (Torre de las Aguas) de Chicago, es decir, un elemento del paisaje que le era familiar a Serios. A pesar de que no parecía estar conectado en absoluto con lo que se pretendía, Eisenbud quedó muy impresionado porque algunas de las imágenes y símbolos de la fotografía estaban conectados con lo que más o menos tenía él en la cabeza en aquel momento. Dos años más tarde Eisenbud dio por casualidad con otra vista de los edificios del Kremlin. Esta vez se trataba de la Torre del Reloj de Iván, que sólo se veía parcialmente en una de las dos ilustraciones anteriores, pero que sobresalía del resto del edificio. Entonces se dio cuenta de que tenía «un parecido notorio» con la Water Tower de Chicago.

Pero aún han ocurrido cosas más extrañas. En mayo de 1965 Serios produjo 11 versiones ligeramente diferentes de lo que parecía ser un escaparate de vasos y platos. En dos de ellas podía verse claramente en letras mayúsculas el nombre «The Old Gold Store» (El Antiguo Almacén de Oro). Dos años más tarde descubrieron que se trataba de una tienda de recuerdos para turistas de Central City (Colorado), que se llama ahora «Old Wells Fargo Express Office» . El cambio de nombre, dice Eisenbud, debió de hacerse no más tarde de 1958 y posiblemente tuvo lugar antes. No se ha logrado encontrar ninguna fotografía de las primeras épocas del almacén.

Sin embargo, a pesar de que la fotografía paranormal de Serios se corresponde perfectamente (excepto en el nombre) con la tienda actual, en una de las fotografías hay una curiosa sustitución de la letra «W» por la «O», de tal forma que se lee «The Wld Gold Store». Y la «W» se encuentra exactamente en el lugar en que estaría si se hubiera escrito «Wells Fargo».

Algo similar ocurrió con una fotografía que mostraba dos pisos de un edificio y un letrero algo desenfocado que podía sin embargo llegarse a leer. La Royal Canadian Mounted Police (Real Policía Montada del Canadá) reconoció finalmente este edificio como uno de los hangares de su división aérea; pero señalaron una curiosa falta en el deletreo que otros observadores habían también notado. Las palabras de la fotografía de Serios eran «Air Division Cainadain Moun-».

Debido a estas imágenes en que Serios parece estar plasmando el pasado (y también distorsionando la realidad) Eisenbud y otros investigadores prepararon para el 27 de mayo de 1967 una sesión experimental en el Museo de Historia Natural de Denver, donde se esperaba que, rodeado por objetos del neolítico y paleolítico, sus poderes tal vez pudieran plasmar algo de miles de años de antigüedad.

Serios se sentía seguro del éxito del experimento y empezó por producir la imagen de un hombre encendiendo fuego. En diversas fotografías se registraron extrañas imágenes. La más impresionante muestra un hombre del Neanderthal en cuclillas. Sin embargo, el objetivo de la cámara de Serios no había ahondado en el pasado para captar esta imagen. Un testigo, el profesor H. Marie Wormington, del departamento de Antropología del Colorado College, se dio cuenta inmediatamente de que se parecía muchísimo a un conocido modelo a escala natural de un grupo de hombres de Neanderthal que se halla en el Field Museum of Natural History de Chicago, y del cual existen postales que pueden conseguirse fácilmente.

Telón final

Así pues ¿debe deducirse que Serios falsificaba las fotografías? Estudios posteriores han demostrado que las fotografías de Serios enfocaban al hombre de Neanderthal desde diversos ángulos. En opinión de muchos fotógrafos profesionales a ingenieros fotogramétricos, estas imágenes paranormales «no podían haber sido hechas partiendo de una única microdiapositiva, sino que eran necesarias varias, al menos ocho distintas, muchas de las cuales no podían obtenerse a partir de la fotografía del Field Museum.

Poco tiempo después de esta sesión los poderes psíquicos de Serios desaparecieron, y a pesar de que continuó sometiéndose a experimentos, por espacio de un año tan sólo pudo producir fotografías de color blanco o negro, sin imágenes discernibles, dejando a los investigadores psíquicos todavía desconcertados.

Serios ya había perdido sus poderes en otras ocasiones y parecía que ello ocurría sin previo aviso. Dijo: «Es como si se corriera un telón.» Pero quizás se trataba de una advertencia. La última de las fotografías del pensamiento hechas bajo control que salió entera la produjo en junio de 1967... y mostraba la imagen de un telón.

¿Prestidigitación?

James Randi, ilusionista profesional y desmitifcador de los hechos paranormales, afirma que Ted Serios es un impostor, y que las llamadas fotografías del pensamiento las hace con la ayuda del mecanismo denominado «gismo».

Un «típico truco de Serios», descrito por Randi en su libro Flimflam! - the truth about unicorns, parapsychology and other delusions (La verdad acerca de los unicornios, la parapsicología y otros engaños) consiste en una lente aumentadora de poco más de un centímetro de diámetro y una distancia focal de cerca de 4 cm, fijada en el extremo de un cilindro de unos 4 cm de longitud. En el otro extremo del cilindro se pega un trozo cortado en forma circular de una diapositiva de color (por ejemplo una de 35 milímetros). Para evitar que alguien lo note, el artefacto puede envolverse en un rollo de papel.

Si se sostiene el «gismo» con el extremo de la lente contra la palma de la mano, y se coloca muy cerca del objetivo de una cámara Polaroid enfocada a infinito y disparando el obturador, la imagen de la diapositiva quedará impresa en la película Polaroid. Randi explica que, después de utilizado, el «gismo» puede extraerse fácilmente y el rollo de papel, una vez vacío, ruede mostrarse para que lo examinen libremente.

Es posible tomar fotografías de este modo a pesar de que generalmente resultan de poca calidad, justo igual que las «tomadas» por Serios. Sin embargo el mostrar cómo lograr las imágenes es muy distinto de utilizar un mecanismo óptico de este tipo cientos de veces sin ser descubierto. Y ni Randi ni ningún otro de los censores de Ted Serios lo han hecho.

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