Cierto día, Odín estaba paseando y vio nueve gigantas de tanta belleza que decidió acostarse con las nueve, estas se fundieron en una y tuvieron un hijo, este fue Heimdall, el cual fue alimentado por nueve dietas distintas, lo que hizo que este alcanzara su tamaño definitivo en pocos días.
Cuando Heimdall llego al Asgard encontró a los Aesir que estaban observando el recién creado Bifrost, puente que unía el Midgard con el Asgard.
Los Aesir estaban preocupados porque algún día los gigantes cruzaran el Bifrost y llegaran al Asgard, al ver a Heimdall decidieron que él seria el guardián, ya que era de gran estatura moral y puro de espíritu, tenia una vista como la de un águila, un oído tan fino que se creía que podía oír cuando una hoja caía al suelo del Midgard y apenas necesitaba dormir, nadie podía entrar ni salir del Asgard sin que el se enterara. Se le dio un cuerno mágico, Gjallar, que debía hacer sonar ante cualquier indicio de peligro.
Se le suele representar con una armadura blanca y brillante, ya que era considerado el más apuesto de ellos y también uno de los más nobles y sabios.
Una noche, estando Heimdall vigilando, oyó como si un gato se acercara al palacio de Freya, lo cual no le extraño, pero al momento el ruido de las pisadas cambio por el zumbido de una mosca, lo cual indico a Heimdall que era un merodeador que se transformaba, al mirar hacia el palacio vio que era Loki, el cual se trataba de robar el collar de Freya.
Cuando Loki, con el collar ya en su poder se disponía a huir, Heimdall le salió al paso y desenvaino su espada, Loki se transformó en una llama para no poder ser cortado, Heimdall entonces se transformó en una tormenta, Loki se volvió a transformar, esta vez en un oso polar, a lo que Heimdall respondió transformándose en otro oso de igual tamaño, entonces lucharon, y viendo Loki que iba a ser derrotado, se transformó en una foca, Heimdall hizo lo mismo y la pelea continuo hasta que Heimdall inmovilizó a Loki.
Loki, tras echarle unas cuantas maldiciones a Heimdall le devolvió el collar y se fue corriendo a curarse.
Con el collar en la mano, Heimdall voló al palacio de Freya a devolvérselo.
Cuando Heimdall llego al Asgard encontró a los Aesir que estaban observando el recién creado Bifrost, puente que unía el Midgard con el Asgard.
Los Aesir estaban preocupados porque algún día los gigantes cruzaran el Bifrost y llegaran al Asgard, al ver a Heimdall decidieron que él seria el guardián, ya que era de gran estatura moral y puro de espíritu, tenia una vista como la de un águila, un oído tan fino que se creía que podía oír cuando una hoja caía al suelo del Midgard y apenas necesitaba dormir, nadie podía entrar ni salir del Asgard sin que el se enterara. Se le dio un cuerno mágico, Gjallar, que debía hacer sonar ante cualquier indicio de peligro.
Se le suele representar con una armadura blanca y brillante, ya que era considerado el más apuesto de ellos y también uno de los más nobles y sabios.
Una noche, estando Heimdall vigilando, oyó como si un gato se acercara al palacio de Freya, lo cual no le extraño, pero al momento el ruido de las pisadas cambio por el zumbido de una mosca, lo cual indico a Heimdall que era un merodeador que se transformaba, al mirar hacia el palacio vio que era Loki, el cual se trataba de robar el collar de Freya.
Cuando Loki, con el collar ya en su poder se disponía a huir, Heimdall le salió al paso y desenvaino su espada, Loki se transformó en una llama para no poder ser cortado, Heimdall entonces se transformó en una tormenta, Loki se volvió a transformar, esta vez en un oso polar, a lo que Heimdall respondió transformándose en otro oso de igual tamaño, entonces lucharon, y viendo Loki que iba a ser derrotado, se transformó en una foca, Heimdall hizo lo mismo y la pelea continuo hasta que Heimdall inmovilizó a Loki.
Loki, tras echarle unas cuantas maldiciones a Heimdall le devolvió el collar y se fue corriendo a curarse.
Con el collar en la mano, Heimdall voló al palacio de Freya a devolvérselo.
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