Gigantescos trazos geométricos, enormes formas animales y líneas rectas se tienden al horizonte: el motivo por el cual estas impresionantes marcas pictográficas fueron grabadas en los áridos terrenos de una apartada región peruana es uno de los mayores enigmas de todos los tiempos.
Hace unos 2.000 años, una civilización sudamericana casi desconocida trazó algunas de las inscripciones más desconcertantes del planeta. El desierto de Nazca, en Perú, parece un inmenso cuaderno de dibujo. Su roca rojiza fue marcada con más de 100 figuras: plantas, animales, diseños geométricos, grecas o extrañas series de líneas rectas.
Abundan las teorías sobre lo que representan y la razón para realizarlas, pero su finalidad, si es que la tuvieron, aún es por completo desconocida. La obra de arte gráfica que alcanza la mayor extensión en el mundo cubre 520 km2 de Perú entre la cordillera de los Andes y el océano Pacífico. Los exploradores españoles +de los siglos XVI y XVII se refirieron muy escuetamente a las líneas de Nazca que, quizá por ello, permanecieron prácticamente en tinieblas hasta que, en los años veinte, Julio Tello, padre de la arqueología peruana, reprodujo sus diseños por primera vez. Aun así, la investigación formal del lugar comenzó apenas en 1941, con la visita del doctor Paul Kosek, arqueólogo estadounidense de la Universidad de Long Island. Por su parte, la matemática y astrónoma alemana Maria Reiche dedicó más de 40 años a cartografiar y registrar las inscripciones, en un afán por explicar su significado.
Todos los trazos existentes sobre el árido suelo de Nazca se realizaron del mismo modo: horadando la grava rojiza superficial hasta revelar la roca amarillo claro subyacente. Al parecer, la tarea se efectuó a mano -no hay huellas de uso de animales de carga o arrastre-, y se ideó en forma tal que cada figura se traza con una sola línea continua, ininterrumpida, sin importar el diseño, el tamaño o el objeto representado.
Los temas de las inscripciones se dividen en dos grandes categorías: figuras y líneas.
Estas últimas, a su vez, aparecen en pares, cual vías férreas, o siguen diseños geométricos.
A partir de la superposición en muchos puntos de líneas y figuras se deduce que las segundas se trazaron antes. Entre ellas se hallan dibujos de hojas y de ramas de plantas, representaciones de aves y animales y extrañas combinaciones de dos formas diferentes, como la figura de un hombre con cabeza de búho y un ave con una larga serpiente por pico.
Las líneas siguen un trazo tan recto que parecen marcadas con la ayuda de postes alineados visualmente. Pero uno de los enigmas que encierran es, justamente, el logro de tal alineación en distancias tan grandes: algunas líneas se desvían menos de 2 m por kilómetro a lo largo de más de 8 Km. En muchos sitios, desde un mismo punto surgen líneas que se dirigen hacia todas direcciones, formación que Maria Reiche llama "estrella". También es común que las líneas se entrecrucen, sin un orden aparente, para formar grandes triángulos y rectángulos.
Las inscripciones de Nazca datan de entre 500 a.C. y 500 d.C.; quizá fueron obra de los indios nazca que habitaron ciertas zonas peruanas antes del surgimiento del Imperio Inca. Los nazca fueron un pueblo agricultor que cultivó los llanos fértiles de la costa pacífica de Perú. \o dejaron testimonios escritos; lo que se sabe de ellos procede del estudio de sus tumbas y objetos funerarios. Enterraban a sus muertos en posición fetal, rodeados de cerámica policroma y otros utensilios; muchos cementerios. algunos con hasta 5.000 tumbas, fueron saqueados.
El conocimiento fragmentario de la cultura nazca ]ni pide explicar la razón de que efectuaran esos dibujos en el desierto. Se ha dicho que fueron antiguos caminos. hipótesis improbable dado que muchos de ellos terminan abruptamente en la cima de un monte. La teoría más aceptada fue propuesta por el doctor Kosek, según la cual las líneas y figuras constituyen "el mayor libro de astronomía del mundo", opinión compartida por la doctora Reiche. Esta señaló que predicen la posición de estrellas y constelaciones en varias épocas del año y que servían por lo tanto para determinar las estaciones de siembra y cosecha, entre otras. Así, el pico de algunas aves apunta al amanecer en el solsticio de verano.
Como las líneas sólo pueden apreciarse plenamente desde las alturas, surgió la teoría de que los nazca volaban, o al menos se elevaban sobre el suelo, para trazar las figuras. Esta sugestiva idea no es del todo fantástica en algunas piezas de cerámica se pintaron objetos que semejan cometas y globos aerostáticos, pero no explica el motivo de la creación de estas prodigiosas formas.
En Nazca llueve muy poco; por eso, la mayoría de las figuras se han conservado íntegras. Muchas de ellas son de gran tamaño: la araña, por ejemplo, mide 45 m de longitud. El mono ha sido Interpretado como símbolo de la aparición de Benetnasch, estrella de la constelación de la Osa Mayor, en 1000 d. C. Los colibríes son comunes en la cerámica nazca, y aparecen a menudo en las inscripciones; la ballena es el único animal marino representado.
Hace unos 2.000 años, una civilización sudamericana casi desconocida trazó algunas de las inscripciones más desconcertantes del planeta. El desierto de Nazca, en Perú, parece un inmenso cuaderno de dibujo. Su roca rojiza fue marcada con más de 100 figuras: plantas, animales, diseños geométricos, grecas o extrañas series de líneas rectas.
Abundan las teorías sobre lo que representan y la razón para realizarlas, pero su finalidad, si es que la tuvieron, aún es por completo desconocida. La obra de arte gráfica que alcanza la mayor extensión en el mundo cubre 520 km2 de Perú entre la cordillera de los Andes y el océano Pacífico. Los exploradores españoles +de los siglos XVI y XVII se refirieron muy escuetamente a las líneas de Nazca que, quizá por ello, permanecieron prácticamente en tinieblas hasta que, en los años veinte, Julio Tello, padre de la arqueología peruana, reprodujo sus diseños por primera vez. Aun así, la investigación formal del lugar comenzó apenas en 1941, con la visita del doctor Paul Kosek, arqueólogo estadounidense de la Universidad de Long Island. Por su parte, la matemática y astrónoma alemana Maria Reiche dedicó más de 40 años a cartografiar y registrar las inscripciones, en un afán por explicar su significado.
Todos los trazos existentes sobre el árido suelo de Nazca se realizaron del mismo modo: horadando la grava rojiza superficial hasta revelar la roca amarillo claro subyacente. Al parecer, la tarea se efectuó a mano -no hay huellas de uso de animales de carga o arrastre-, y se ideó en forma tal que cada figura se traza con una sola línea continua, ininterrumpida, sin importar el diseño, el tamaño o el objeto representado.
Los temas de las inscripciones se dividen en dos grandes categorías: figuras y líneas.
Estas últimas, a su vez, aparecen en pares, cual vías férreas, o siguen diseños geométricos.
A partir de la superposición en muchos puntos de líneas y figuras se deduce que las segundas se trazaron antes. Entre ellas se hallan dibujos de hojas y de ramas de plantas, representaciones de aves y animales y extrañas combinaciones de dos formas diferentes, como la figura de un hombre con cabeza de búho y un ave con una larga serpiente por pico.
Las líneas siguen un trazo tan recto que parecen marcadas con la ayuda de postes alineados visualmente. Pero uno de los enigmas que encierran es, justamente, el logro de tal alineación en distancias tan grandes: algunas líneas se desvían menos de 2 m por kilómetro a lo largo de más de 8 Km. En muchos sitios, desde un mismo punto surgen líneas que se dirigen hacia todas direcciones, formación que Maria Reiche llama "estrella". También es común que las líneas se entrecrucen, sin un orden aparente, para formar grandes triángulos y rectángulos.
Las inscripciones de Nazca datan de entre 500 a.C. y 500 d.C.; quizá fueron obra de los indios nazca que habitaron ciertas zonas peruanas antes del surgimiento del Imperio Inca. Los nazca fueron un pueblo agricultor que cultivó los llanos fértiles de la costa pacífica de Perú. \o dejaron testimonios escritos; lo que se sabe de ellos procede del estudio de sus tumbas y objetos funerarios. Enterraban a sus muertos en posición fetal, rodeados de cerámica policroma y otros utensilios; muchos cementerios. algunos con hasta 5.000 tumbas, fueron saqueados.
El conocimiento fragmentario de la cultura nazca ]ni pide explicar la razón de que efectuaran esos dibujos en el desierto. Se ha dicho que fueron antiguos caminos. hipótesis improbable dado que muchos de ellos terminan abruptamente en la cima de un monte. La teoría más aceptada fue propuesta por el doctor Kosek, según la cual las líneas y figuras constituyen "el mayor libro de astronomía del mundo", opinión compartida por la doctora Reiche. Esta señaló que predicen la posición de estrellas y constelaciones en varias épocas del año y que servían por lo tanto para determinar las estaciones de siembra y cosecha, entre otras. Así, el pico de algunas aves apunta al amanecer en el solsticio de verano.
Como las líneas sólo pueden apreciarse plenamente desde las alturas, surgió la teoría de que los nazca volaban, o al menos se elevaban sobre el suelo, para trazar las figuras. Esta sugestiva idea no es del todo fantástica en algunas piezas de cerámica se pintaron objetos que semejan cometas y globos aerostáticos, pero no explica el motivo de la creación de estas prodigiosas formas.
En Nazca llueve muy poco; por eso, la mayoría de las figuras se han conservado íntegras. Muchas de ellas son de gran tamaño: la araña, por ejemplo, mide 45 m de longitud. El mono ha sido Interpretado como símbolo de la aparición de Benetnasch, estrella de la constelación de la Osa Mayor, en 1000 d. C. Los colibríes son comunes en la cerámica nazca, y aparecen a menudo en las inscripciones; la ballena es el único animal marino representado.
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