En 1732 tres médicos austríacos fueron enviados a Belgrado para investigar la muerte de un hombre del lugar. Cuando llegaron al pueblo muchas personas les contaron varias historias sobre el muerto, diciendo que todo había comenzado cinco años antes de su muerte. La víctima, Arnold Paul, había muerto al caerse desde un carro, se rompió el cuello. Unas semanas después de su entierro la gente se empezó a quejar de que Paul aparecía por las noches, y cuatro de esas personas a las que se les apareció habían muerto poco después.
Varias personas comentaron que Arnold Paul les había contado la historia de que había sido atacado por un vampiro en Turquía durante su servicio militar. Contó que había asesinado a ese vampiro y que después comió tierra de su tumba y juntó su sangre con la sangre del vampiro para no poder convertirse en uno de ellos.
Cuarenta días después de su entierro su cuerpo fue exhumado y la sorpresa llegó cuando descubrieron que el cuerpo estaba intacto, con sangre fresca saliendo de su boca, oídos, ojos y nariz. También las ropas del cuerpo estaban cubiertas de sangre. Todo esto llevó a los investigadores a la conclusión de que Arnold Paul se había convertido en un vampiro y que los remedios que utilizó en Turquía no habían servido para nada.
Se decidió acabar del todo con él, por lo que le clavaron una estaca en el corazón, lo que le hizo sangrar muchísimo, y luego lo incineraron. Sus cenizas fueron devueltas a su tumba. Para no tener futuros problemas, los vecinos del pueblo exhumaron los cadáveres de las cuatro víctimas de Paul y les clavaron estacas e incineraron, por si acaso se decidían a volver.
Durante los cinco años siguientes no volvieron a tener problemas con ningún vampiro, pero todo cambió tres meses después de que volvieran tres médicos al lugar. Una anciana de 60 años había muerto después de una larga enfermedad. Desde el momento en que falleció la mujer se empezaron a producir muertes, hasta 16 personas murieron.
Una mujer de 21 años declaró que una noche un chico de 16 años le apareció mientras dormía. Lo extraño es que el chico había muerto semanas antes de este suceso. Ella notó que el chico se acercaba a su garganta y después de eso empezó a dolerle. Unos días más tarde la muchacha fallecía tras estar muy enferma. Todos los casos de muertes tenían algo en común, las víctimas morían tras una corta pero letal enfermedad.
Los vecinos empezaron a especular con la posibilidad de que la anciana fuese la culpable de estas trágicas muertes. Se creía que cinco años antes la mujer había comido carne de una oveja a la que previamente había atacado Arnold Paul.
Tras llegar los médicos, los cuerpos fueron exhumerados, cinco de ellos estaban descompuestos pero el resto fueron encontrados intactos, sus órganos internos totalmente frescos y además contenían sangre fresca. Los investigadores llegaron a la conclusión de que eran casos claros de vampirismo, con lo que se decapitó a los cuerpos y se les incineró, tras eso sus cenizas fueron tiradas al río.
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