Confesiones de un caníbal, Issei Sagawa erá un estudiante japonés inteligente, obsesionado con las mujeres altas de rasgos occidentales. Issei es un japonés de baja estatura, mide 1.50 metros. Tiene manos y pies pequeños, cojea al caminar e incluso su voz es de mujer. Ha mencionado en algunas entrevistas que es el tipo de hombre que la mayoría de mujeres no encontraría atractivo. Conocedor de su falta de atractivo físico y de su extrema timidez, estaba obsesionado con tener a su lado a "la mujer perfecta". Su fantasía se hizo realidad mientras estudiaba literatura inglesa en la Universidad de Wako en Tokio, ahí se relacionó con una mujer que daba clases de idiomas.
Un día de verano se metió a través de la ventana a su apartamento e intentó matarla. Para su deleite, ella estaba dormida y tenía ropa pequeña que cubría algo de su cuerpo. Buscó algo para apuñalarla o golpearla y descubrió un paraguas. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, la mujer despertó y al descubrirlo gritó desesperada provocando la huida del intruso.
Issei no olvida esta experiencia, había sido muy fácil estar cerca de una mujer atractiva y si era más cuidadoso con el ataque, podría hacer realidad su fantasía. Empezó a investigar y vigilar a sus potenciales víctimas para planear sus ataques y que no pudieran escapar.
Su fantasía se vuelve a hacer realidad cuando viaja a París y encuentra a la mujer que nunca ha podido sacar de su mente. Su piel blanca, la forma carnosa de sus nalgas y sus bonitos senos le habían provocado pérdida de la razón. Empezó a conquistarla. Issei creía que el amor que sentía por las mujeres que le gustaban lo podía demostrar comiéndoselas.
Mientras estudiaba en el Censier Institute de Paris en 1981, Issei conoce a una mujer alemana, alta, rubia y bonita llamada Renee Hartevelt. Declaró luego que cuando se sentó a su lado en clase, se enamoró inmediatamente y no podía dejar de pensar en la piel blanca de sus brazos. Era la mujer perfecta para lo que tenía en mente, pero esta vez tenía que ser cuidadoso y preparar mejor su plan.
Renee tenía 25 años, hablaba tres idiomas y con futuro prominente, su objetivo era un Ph.D. (doctorado en Filosofía) en literatura francesa. Issei le pidió que le enseñara alemán, el padre de Issei por ser multimillonario podría pagarle cualquier sueldo. Ella aceptó. Le gustó su inteligencia, su conocimiento de pintura y literatura europeas.
Renee tenía 25 años, hablaba tres idiomas y con futuro prominente, su objetivo era un Ph.D. (doctorado en Filosofía) en literatura francesa. Issei le pidió que le enseñara alemán, el padre de Issei por ser multimillonario podría pagarle cualquier sueldo. Ella aceptó. Le gustó su inteligencia, su conocimiento de pintura y literatura europeas.
Renee salía a menudo con él y con frecuencia lo invitaba a su apartamento a tomar el té. Sus continuas salidas a bailes le dieron a Issei un sentido más real de sus macabras fantasías. Cierto día invitó a Renee a cenar a su apartamento, le pidió que le leyera un poema de un escritor alemán, después de que ella salió, Issei olió y lamió el lugar donde ella se había sentado y juro que se la comería, esto le permitiría poseerla para siempre.
A los pocos días la volvió invitar a cenar, con su equipo de reproducción grabó la lectura de su poema preferido con la voz de Renee; el 11 de julio de 1981 se preparó para hacer realidad su fantasía. Al llegar a París había comprado un rifle calibre 22 para su protección, hizo sentar en el suelo a Renee al estilo japonés para beber el té, en la bebida mezcló un poco de whisky para volverla más accesible, hablaron durante varias horas esperando que el licor en el té hiciera su efecto. Issei declaró su amor a la bella alemana y trató de llevarla a la cama. Renee lo rechazó y le explicó que sólo quería ser su amiga. Issei se levantó desconcertado.
A los pocos días la volvió invitar a cenar, con su equipo de reproducción grabó la lectura de su poema preferido con la voz de Renee; el 11 de julio de 1981 se preparó para hacer realidad su fantasía. Al llegar a París había comprado un rifle calibre 22 para su protección, hizo sentar en el suelo a Renee al estilo japonés para beber el té, en la bebida mezcló un poco de whisky para volverla más accesible, hablaron durante varias horas esperando que el licor en el té hiciera su efecto. Issei declaró su amor a la bella alemana y trató de llevarla a la cama. Renee lo rechazó y le explicó que sólo quería ser su amiga. Issei se levantó desconcertado.
Mientras Renee se sentó en una silla con un libro de poemas que Issei le pidió que leyera en voz alta, el caníbal japonés empezó a ejecutar su macabro plan, grabó las últimas palabras y luego le disparó con su rifle en el cuello, cayó de la silla, él le continuó hablando, pero ella no respondió. Se asusta al ver la gran cantidad de sangre que fluye de la herida, al principio intenta limpiar, pero se rinde finalmente. Con gran esfuerzo desviste el cadáver y se puso contento por que ella ya no se negaría a su amor, ahora le pertenecía.
Con un cuchillo le cortó el pezón izquierdo y un pedazo de nariz para comerlos. "Yo corté su cadera", escribió luego en su cuento titulado "En la Niebla" y se preguntó dónde debería morder primero, seleccionó las nalgas, pero las encontró difíciles de morder. Describe paso a paso su ritual, la apariencia de grasas, músculos y su sabor. Cuando la grasa sale por los cortes hechos con el cuchillo, la describe como de consistencia y apariencia del maíz amarillo, la olió y encontró que no tenía ningún olor. Siguió cortando para encontrar la carne más profunda, puso dos filetes en su boca "su sabor es de un rico pescado crudo similar al sushi, no he comido nada más delicioso".
Se encontraba feliz de haber cumplido su fantasía. Usando un cuchillo eléctrico empezó a cortar a Renee en partes, hizo varios filetes para mordisquearlos crudos, el resto lo guardó en su refrigerador. Preparó una comida rápida de carne humana frita con mostaza, tomó fotografías del cadáver mutilado y tuvo relaciones sexuales con lo que quedaba de él. "Cuando yo la abrazo" -grabó en una cinta de audio-, "ella suspira y le digo que la amo". Cuando cocinaba y comía de sus restos, escuchaba la grabación que Renee había hecho de la lectura del poema, su ropa interior la usaba como servilleta para limpiar su boca. Al cocinar un seno le dio asco por su apariencia grasosa y encontró que los muslos eran más deliciosos.
Exhausto finalmente, tomó lo que quedaba del cadáver, lo llevó a su cama y durmió con él. A la mañana siguiente tenía que librarse de la evidencia, al levantarse descubrió que el cuerpo no olía mal aún y continuó comiendo, en particular el brazo que fue lo que más le gustó del cuerpo, recortó el ano y lo puso en su boca, pero su olor muy fuerte lo hizo escupir, intentó comerlo friéndolo, pero eso no disminuyó su olor, se dio por vencido y lo devolvió al cadáver.
Después de un cierto tiempo, varias moscas grandes pulularon alrededor del cadáver, Issei tomó esto como señal que había perdido a Renee. La "luna de miel" había terminado. Con un hacha la cortó en pedazos más pequeños para meterla en una maleta que había comprado para este fin. Mientras la desmembraba se excita y con la mano del cadáver procede a masturbarse. Corta su nariz, sus labios y su lengua de varios mordiscos y los guarda para sus fantasías sexuales posteriores. Escribió: "Yo quiero su lengua, no puedo abrir su mandíbula, pero puedo alcanzarla entre sus dientes. Finalmente sale, la hago estallar en mi boca y me miro masticándola en el espejo. Luego voy por los ojos".
A la medianoche del segundo día guardó todos los pedazos bajo llave en su maleta, llamó un taxi y pidió lo llevara al Bois de Boulogne, ya en el parque trató de botarla al lago, sin embargo, por su complexión física le resulta muy pesada. Cuando descubre que varias personas lo miran se asusta, la tira rápidamente y huye. Una pareja que paseaba por el lugar vio una mano de mujer llena de sangre y llamó a la policía.
Mientras tanto Issei regresa a su apartamento a disfrutar de los filetes de Renee que tenía en su refrigerador, cada día que estuvo en libertad comió pedazos del cadáver.
Cuando la policía llegó a su apartamento dos días después del asesinato con una orden de captura, Issei los dejó entrar, abrieron el refrigerador y encontraron pedazos de un cuerpo de mujer, incluso los labios. Issei confesó lo que había hecho y agregó que tenía una historia médica con una enfermedad mental. De hecho, sus descripciones fueron tan detalladas que el juez decidió que él no era competente para juzgarlo.
Issei fue condenado a un período indefinido de prisión en el asilo Paul Guiraud, los tres psiquiatras que lo evaluaron dijeron que nunca se curaría. Su multimillonario padre, Akira Sagawa, presidente de Kurita Water Industries en Tokio, hizo un trato para que en 1984 su hijo fuera transferido al hospital psiquiátrico Matsuzawa en Japón. El fiscal creyó que allí estaría preso de por vida, pero solamente permaneció preso 15 meses y quedó libre en agosto de 1985, gracias a su padre, Issei Sagawa el Caníbal anda suelto y espera ser comido por una joven mujer occidental.
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