Fantasmas en el cementerio de Managua. Además de las prácticas oscuras, otro asunto que pone la piel “carne de gallina” son los lamentos de los asesinados, los muertos vestidos de blanco que caminan entre las tumbas y de la señora que reza en la tumba de un comandante de la resistencia.
Muñecas con los ojos vendados, alfileres y agujas que le cruzan la cabeza y el corazón; fotos con cintillas rojas y oraciones con peticiones malignas; pescado seco y ropa interior entrelazada; o latas de hígado con alfileres para volver a las personas adictas al alcohol. Todo esto es parte de los hechizos de magia negra que personas desconocidas ejecutan al pie de las tumbas de sus seres queridos o de gentes que han muerto violentamente, y que han sido enterrados en los cementerios de Managua desde 1923.
Además de estas prácticas oscuras, otro asunto que pone la piel “carne de gallina” son los lamentos de los asesinados, los muertos vestidos de blanco que caminan entre las tumbas y de la señora que reza en la tumba de un comandante de la resistencia.
Según las sorprendentes declaraciones del administrador del Cementerio General, Rigoberto Muñoz, en la mayor parte de los servicios funerarios un 60 por ciento es por muerte violenta; entre ellas por suicidio, asesinato, guerras, terremoto, pleitos de pandilla y accidentes. Por ejemplo en agosto entraron 65, la mayoría de ellos muertos violentamente, detalló.
Sobre las personas que realizan estas tenebrosas prácticas, dijo que la mayoría son mujeres, entre ellas miskitas, pero también hay cantineros y personas que tienen negocios sucios. En la actualidad ha descendido, ya que este cementerio está totalmente iluminado y existen mejores controles de vigilancia.
Desde que este panteón central fue fundado en 1923, se ha dado una tradicional cultura ocultista de gente inescrupulosa que llega los viernes a las doce del mediodía que, haciéndose pasar como visitantes, llevan muñecas con alfileres atravesados en el corazón y la cabeza para realizar sus rituales, o vienen a buscar pedacitos de osamentas abandonadas.
Se calcula que este sitio tiene 40 manzanas para un promedio de 500 mil terrenos. En él se encuentran enterrados más de un millón de personas, con una cripta espectacular, muchas de ellas con las bóvedas vacías, de la Guardia Nacional. Y una gigantesca fosa común de más de 100 metros donde fueron enterradas unas 700 víctimas del terremoto del 72; y donde se cree que también iban vivos.
¿Qué “entierros” se han encontrado? “Se han encontrado muchos fetiches: muñecos embrujados o pactantes de trapos y de plástico, pero generalmente son muñecos pequeños de trapos cruzados por agujas y alfileres”.
Según Rigoberto, la mayoría ha sido encontrado por los trabajadores de las tumbas y cuando los encuentran unas veces se vuelven a enterrar en un osario más profundo, otras veces se queman, “porque no conviene que esté a la vista curiosa de la población”.
Para Emilio Briceño, con más de 25 años de trabajar allí, anteriormente llegaban mujeres a enterrar sus hechizos y llevarse “tierra de muerto”. Estas mujeres traían fotos de sus maridos o de mujeres, o de la persona que le iban a hacer “el trabajito” y lo enterraban al pie de las tumbas.
Emilio aseguró que cuando ellos han abierto algunas tumbas, han encontrado estos hechizos en vasos de gerber, en latas vacía de leches, o en bolsas. Dijo también que adentro de estos envases se hallaron fotos y oraciones desbaratadas, tiras rojas con alfileres y puros amarrados.
Jimmy Adam, limpiando el cordón de una tumba, encontró cuatro latas de hígado cruzados por alfileres, una en cada esquina. Jimmy también ha encontrado muñecas con fotos y cintas amarradas; pescado seco en vasos, con dos calzones íntimos de hombre y mujer, uno rojo y el otro negro, entrelazados y con cintas de varios colores. Este supuesto “maleficio amoroso” lo descubrió hace un año. No creen en brujería y muertos que salen.
Para la visitante Maritza Moreira, quien tiene enterrado a su padre, estos hechizos medievales son un factor cultural en muchas personas que creen en estas actividades de magia negra; pero que a esta altura de la era digital, estas prácticas se han reducido y se hace más escondido.
Aclaró que ella llega a este lugar con un sentido de acompañar a su deudo, y la razón es de comunión sentimental y de reflexión familiar; pero venir a invocar espíritus o realizar hechizos para hacer daños, no está de acuerdo.
Pascual Rosales, veterano trabajador, afirma que ha dormido en el cementerio y que todo esto es puro cuento, pues los muertos no salen; pero aquellos que tienen fe estos asuntos le hace efecto, añadió.
Para Alejandro Muñoz, otro trabajador, estos maleficios no existen y tampoco los muertos o sus calaveras salen. Muñoz dijo que posiblemente en otros cementerios practican estos supuestos “hechizos”, para hacerle maldad a alguna persona. “Ahora muchas personas se están llevando sus muertos a otros cemen- terios privados”, agregó.
Los encargados de limpieza de la Alcaldía, muchas veces, queman estos hechizos sin darse cuenta que ya van amontonados con la basura, que va revuelta con ataúdes viejos, almohadas, cobijas y restos de ropas y enseres de los antiguos difuntos. Otras veces estos ataúdes son llevados en carretones de caballos y son botadas en el basurero de La Chureca.
Ahora, los huesos que sacan los vuelven a enterrar en una “huesera común”, donde están las letras de la FDN. Ahí en este mismo lugar, trabajadores del Ministerio de Salud también usan este osario.
Por su parte Susana Watson, con 23 años de trabajar en el Cementerio Periférico como arregladora de tumbas, reveló que además de que realizan sexo sobre las tumbas, otras personas llegan a practicar sus hechizos.
“Cuando vamos a remover una tumba para arreglarla, encontramos entierros con vasos y botellas de gerber y café presto; muñequitos de cera con fotos metidas en sus partes, con cintas rojas y azules, parejas amarradas y vendadas los ojos, y otras cochinadas. Nosotros las sacamos y las quemamos”.
Susana valoró que “el 95 por ciento de estos brujos son estafadores”, ya que no resuelven nada con estos raros y maléficos hechizos de amor.
Luces y lamentos de 600 mil fantasmas. Según dicen algunos vecinos de los alrededores, afirma Rigoberto Muñoz, se ven luminarias tiritantes y fugaces, a veces se oyen ruidos escabrosos y quejidos en las bóvedas, y como que anda alguien caminando, pero no se ve a nadie salir.
De acuerdo a las creencias ocultas, se afirma que estos extraordinarios casos se dan sólo en personas asesinadas violentamente, o que murieron en aparatosos accidentes de tránsito.
Tomando en cuenta la cifra dada por el administrador Muñoz, de que de un millón de personas enterradas, el 60% es por causa violenta, deducimos que “600 mil fantasmas recorren esta ciudadela a partir de las seis de la tarde”. También se dice que estas tumbas son las favoritas de las personas que extraen o “encargan tierra de muerto”, para propósitos malignos.
Un vigilante flaco con dientes de oro, que no quiso dar su nombre, aseguró que se han visto cosas raras en este cementerio, y que muchas otras personas igualmente lo pueden confirmar. Entre las cosas sobrenaturales están las transparentes sombras humanas que aparecen y desaparecen fugazmente, las lucecitas de colores extraños y tristes que salen por las noches negras y frías de diciembre.
Personas vestidas de blanco que van de tumba en tumba pasada la medianoche, y el caso de una señora que estaba rezando al pie de la tumba del “comandante Franklin” (Galeano).
El vigilante contó que unos minutos después que avisó a sus compañeros para que fueran a sacarla, ella ya no estaba y tampoco había salido del cementerio. “¡Había desaparecido misteriosamente!”, dijo todavía asustado al recordar el enigmático episodio de ultratumba.
Muñecas con los ojos vendados, alfileres y agujas que le cruzan la cabeza y el corazón; fotos con cintillas rojas y oraciones con peticiones malignas; pescado seco y ropa interior entrelazada; o latas de hígado con alfileres para volver a las personas adictas al alcohol. Todo esto es parte de los hechizos de magia negra que personas desconocidas ejecutan al pie de las tumbas de sus seres queridos o de gentes que han muerto violentamente, y que han sido enterrados en los cementerios de Managua desde 1923.
Además de estas prácticas oscuras, otro asunto que pone la piel “carne de gallina” son los lamentos de los asesinados, los muertos vestidos de blanco que caminan entre las tumbas y de la señora que reza en la tumba de un comandante de la resistencia.
Según las sorprendentes declaraciones del administrador del Cementerio General, Rigoberto Muñoz, en la mayor parte de los servicios funerarios un 60 por ciento es por muerte violenta; entre ellas por suicidio, asesinato, guerras, terremoto, pleitos de pandilla y accidentes. Por ejemplo en agosto entraron 65, la mayoría de ellos muertos violentamente, detalló.
Sobre las personas que realizan estas tenebrosas prácticas, dijo que la mayoría son mujeres, entre ellas miskitas, pero también hay cantineros y personas que tienen negocios sucios. En la actualidad ha descendido, ya que este cementerio está totalmente iluminado y existen mejores controles de vigilancia.
Desde que este panteón central fue fundado en 1923, se ha dado una tradicional cultura ocultista de gente inescrupulosa que llega los viernes a las doce del mediodía que, haciéndose pasar como visitantes, llevan muñecas con alfileres atravesados en el corazón y la cabeza para realizar sus rituales, o vienen a buscar pedacitos de osamentas abandonadas.
Se calcula que este sitio tiene 40 manzanas para un promedio de 500 mil terrenos. En él se encuentran enterrados más de un millón de personas, con una cripta espectacular, muchas de ellas con las bóvedas vacías, de la Guardia Nacional. Y una gigantesca fosa común de más de 100 metros donde fueron enterradas unas 700 víctimas del terremoto del 72; y donde se cree que también iban vivos.
¿Qué “entierros” se han encontrado? “Se han encontrado muchos fetiches: muñecos embrujados o pactantes de trapos y de plástico, pero generalmente son muñecos pequeños de trapos cruzados por agujas y alfileres”.
Según Rigoberto, la mayoría ha sido encontrado por los trabajadores de las tumbas y cuando los encuentran unas veces se vuelven a enterrar en un osario más profundo, otras veces se queman, “porque no conviene que esté a la vista curiosa de la población”.
Para Emilio Briceño, con más de 25 años de trabajar allí, anteriormente llegaban mujeres a enterrar sus hechizos y llevarse “tierra de muerto”. Estas mujeres traían fotos de sus maridos o de mujeres, o de la persona que le iban a hacer “el trabajito” y lo enterraban al pie de las tumbas.
Emilio aseguró que cuando ellos han abierto algunas tumbas, han encontrado estos hechizos en vasos de gerber, en latas vacía de leches, o en bolsas. Dijo también que adentro de estos envases se hallaron fotos y oraciones desbaratadas, tiras rojas con alfileres y puros amarrados.
Jimmy Adam, limpiando el cordón de una tumba, encontró cuatro latas de hígado cruzados por alfileres, una en cada esquina. Jimmy también ha encontrado muñecas con fotos y cintas amarradas; pescado seco en vasos, con dos calzones íntimos de hombre y mujer, uno rojo y el otro negro, entrelazados y con cintas de varios colores. Este supuesto “maleficio amoroso” lo descubrió hace un año. No creen en brujería y muertos que salen.
Para la visitante Maritza Moreira, quien tiene enterrado a su padre, estos hechizos medievales son un factor cultural en muchas personas que creen en estas actividades de magia negra; pero que a esta altura de la era digital, estas prácticas se han reducido y se hace más escondido.
Aclaró que ella llega a este lugar con un sentido de acompañar a su deudo, y la razón es de comunión sentimental y de reflexión familiar; pero venir a invocar espíritus o realizar hechizos para hacer daños, no está de acuerdo.
Pascual Rosales, veterano trabajador, afirma que ha dormido en el cementerio y que todo esto es puro cuento, pues los muertos no salen; pero aquellos que tienen fe estos asuntos le hace efecto, añadió.
Para Alejandro Muñoz, otro trabajador, estos maleficios no existen y tampoco los muertos o sus calaveras salen. Muñoz dijo que posiblemente en otros cementerios practican estos supuestos “hechizos”, para hacerle maldad a alguna persona. “Ahora muchas personas se están llevando sus muertos a otros cemen- terios privados”, agregó.
Los encargados de limpieza de la Alcaldía, muchas veces, queman estos hechizos sin darse cuenta que ya van amontonados con la basura, que va revuelta con ataúdes viejos, almohadas, cobijas y restos de ropas y enseres de los antiguos difuntos. Otras veces estos ataúdes son llevados en carretones de caballos y son botadas en el basurero de La Chureca.
Ahora, los huesos que sacan los vuelven a enterrar en una “huesera común”, donde están las letras de la FDN. Ahí en este mismo lugar, trabajadores del Ministerio de Salud también usan este osario.
Por su parte Susana Watson, con 23 años de trabajar en el Cementerio Periférico como arregladora de tumbas, reveló que además de que realizan sexo sobre las tumbas, otras personas llegan a practicar sus hechizos.
“Cuando vamos a remover una tumba para arreglarla, encontramos entierros con vasos y botellas de gerber y café presto; muñequitos de cera con fotos metidas en sus partes, con cintas rojas y azules, parejas amarradas y vendadas los ojos, y otras cochinadas. Nosotros las sacamos y las quemamos”.
Susana valoró que “el 95 por ciento de estos brujos son estafadores”, ya que no resuelven nada con estos raros y maléficos hechizos de amor.
Luces y lamentos de 600 mil fantasmas. Según dicen algunos vecinos de los alrededores, afirma Rigoberto Muñoz, se ven luminarias tiritantes y fugaces, a veces se oyen ruidos escabrosos y quejidos en las bóvedas, y como que anda alguien caminando, pero no se ve a nadie salir.
De acuerdo a las creencias ocultas, se afirma que estos extraordinarios casos se dan sólo en personas asesinadas violentamente, o que murieron en aparatosos accidentes de tránsito.
Tomando en cuenta la cifra dada por el administrador Muñoz, de que de un millón de personas enterradas, el 60% es por causa violenta, deducimos que “600 mil fantasmas recorren esta ciudadela a partir de las seis de la tarde”. También se dice que estas tumbas son las favoritas de las personas que extraen o “encargan tierra de muerto”, para propósitos malignos.
Un vigilante flaco con dientes de oro, que no quiso dar su nombre, aseguró que se han visto cosas raras en este cementerio, y que muchas otras personas igualmente lo pueden confirmar. Entre las cosas sobrenaturales están las transparentes sombras humanas que aparecen y desaparecen fugazmente, las lucecitas de colores extraños y tristes que salen por las noches negras y frías de diciembre.
Personas vestidas de blanco que van de tumba en tumba pasada la medianoche, y el caso de una señora que estaba rezando al pie de la tumba del “comandante Franklin” (Galeano).
El vigilante contó que unos minutos después que avisó a sus compañeros para que fueran a sacarla, ella ya no estaba y tampoco había salido del cementerio. “¡Había desaparecido misteriosamente!”, dijo todavía asustado al recordar el enigmático episodio de ultratumba.
1 comentario:
Gracias por este artículo, yo siempre tenía miedo de caminar en los cementerios de Managua y ahora entiendo por qué! :)
Publicar un comentario