Verona es una magnífica ciudad del Véneto, la más hermosa después de Venecia, según dicen. Hogar de numerosos monumentos, museos y edificios de arquitectura admirable, Verona es, sin embargo, famosa sobre todo por constituir el escenario de uno de los amoríos más conocidos y trágicos de la historia: con ustedes, Romeo y Julieta.
Las leyendas que giran en torno a la los jóvenes enamorados, víctimas del enfrentamiento entre sus familias, son numerosas y se entraman en la visita a Verona. Muchos aseguran que se trata de una historia verídica: la primera versión habría sido relatada por un fraile, en el siglo XVI, 200 años después de que ocurriera.
William Shakespeare se habría apropiado, entonces, de los terribles acontecimientos que marcaron y terminaron con la vida de Romeo Montesco y Julieta Capuleto, para transformarla en una de sus obras maestras y, sin duda, en la obra más citada y reelaborada de los últimos siglos. Fácil refutar esta teoría, ya que no hay pruebas de que Shakespeare haya pisado jamás Verona, y en sus primeros manuscritos la ciudad en la que transcurría la trama era Siena.
Con todo, la casa de los Capuleto es uno de los sitios más concurridos de Verona, y se le adjudica en parte la gran popularidad de esta ciudad como destino turístico. Puede visitarse el mundialmente famoso balcón desde el que Julieta vio a Romeo merodeando por los parques. Se accede a él desde el patio interior.
En las puertas de entrada de la casa abundan en graffitis, declaraciones y promesas de amor eterno, de los muchos enamorados que llegan hasta ella en un paseo romántico. Frente a la casa, se erige una estatua de bronce que representa a la joven Capuleto. No hay quien se resista a fotografiarse a su lado.
Caminando por las callejuelas de Verona, se llega al antiguo convento capuchino que alberga la tumba de Julieta. Se trata de un sarcófago de mármol rojo, ubicado en la cripta de San Francesco al Corso. No muy lejos de allí se encuentra la casa de Romeo, un edificio medieval con fachada de ladrillos. Tiene una vista muy bella, pero no ha sido restaurado y no es posible ingresar en él.
Las leyendas que giran en torno a la los jóvenes enamorados, víctimas del enfrentamiento entre sus familias, son numerosas y se entraman en la visita a Verona. Muchos aseguran que se trata de una historia verídica: la primera versión habría sido relatada por un fraile, en el siglo XVI, 200 años después de que ocurriera.
William Shakespeare se habría apropiado, entonces, de los terribles acontecimientos que marcaron y terminaron con la vida de Romeo Montesco y Julieta Capuleto, para transformarla en una de sus obras maestras y, sin duda, en la obra más citada y reelaborada de los últimos siglos. Fácil refutar esta teoría, ya que no hay pruebas de que Shakespeare haya pisado jamás Verona, y en sus primeros manuscritos la ciudad en la que transcurría la trama era Siena.
Con todo, la casa de los Capuleto es uno de los sitios más concurridos de Verona, y se le adjudica en parte la gran popularidad de esta ciudad como destino turístico. Puede visitarse el mundialmente famoso balcón desde el que Julieta vio a Romeo merodeando por los parques. Se accede a él desde el patio interior.
En las puertas de entrada de la casa abundan en graffitis, declaraciones y promesas de amor eterno, de los muchos enamorados que llegan hasta ella en un paseo romántico. Frente a la casa, se erige una estatua de bronce que representa a la joven Capuleto. No hay quien se resista a fotografiarse a su lado.
Caminando por las callejuelas de Verona, se llega al antiguo convento capuchino que alberga la tumba de Julieta. Se trata de un sarcófago de mármol rojo, ubicado en la cripta de San Francesco al Corso. No muy lejos de allí se encuentra la casa de Romeo, un edificio medieval con fachada de ladrillos. Tiene una vista muy bella, pero no ha sido restaurado y no es posible ingresar en él.
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