martes, 21 de febrero de 2012

Moro: El perro vagabundo de los entierros

A veces el comportamiento de los animales sorprende a quienes lo rodean. Más de una vez ellos parecen haberse adelantado a nuestras necesidades, como si supieran lo que queremos o lo que le íbamos a pedir. Pero no sólo atentos a sus amos, el comportamiento animal incluso ha llegado a servir para avisar de grandes catástrofes, especialmente en el caso de seísmos.

El caso de Moro, un perro vagabundo fue especial… y temido. Nadie dudaba en Fernán Núñez, un pueblo de Córdoba, de su sexto sentido, pero nadie lo quería cerca, por miedo o superstición. Tan especial fue su caso que hoy día este perro tiene un monumento en la ciudad… tras haber asistido a más de 600 entierros de vecinos de todo el pueblo.

El animal siempre sabía de antemano quién iba a morir. Su sexto sentido siempre lo guiaba a la puerta de la casa donde iba a producirse una muerte próxima, y allí, pacientemente, esperaba en su puerta. Lo curioso es que su ritual no finalizaba hasta que no había asistido, en el cementerio local, a su sepelio. Obviamente, aquella actitud del animal asustaba a todos los vecinos que no querían verlo ni en pintura, como vulgarmente suele decirse y por ello, en más de una ocasión intentaron echarlo del pueblo. Al menos, que se sepa, en dos ocasiones lo metieron en camiones de transporte sin que lo supieran los conductores. En la primera ocasión, Moro acabó en Granada. En la segunda terminó en Ciudad Real. Pero en ambas ocasiones, a los pocos días, Moro volvía a aparecer en el pueblo por su propia pata.

La única vecina del pueblo capaz de acercarse al animal durante varios años y alimentarlo fue la que por primera vez lo vio en un entierro de un familiar. Desde entonces, lo acogió, por la compañía que en aquel momento tan duro le dio. El animal incluso se acercaba hasta la carretera y más de una vez lo encontraron sentado al borde la misma, esperando. Al poco rato siempre aparecía por la misma un coche fúnebre.

Fueron 600 casos los que se contabilizaron que el perro, Moro, fue capaz de predecir. Y siempre, hasta el último de sus días, acompañó hasta el último momento a cada uno de los vecinos de Fernán Núñez.

¿Poder extrasensorial? ¿Lo que vulgarmente llamamos sexto sentido?, pero el de Moro es sólo uno de los muchos casos de animales en los que se ha constatado que tienen un instinto fuera de lo común.

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