¿Cráneos extraterrestres?
La existencia de seres extraterrestres en nuestro planeta podría quedar definitivamente demostrada gracias a dos extraordinarios descubrimientos que acaban de hacerse públicos. Se trata de un cráneo y un esqueleto completo pertenecientes a dos seres, aparentemente no humanos y hallados en diferentes lugares, que están comenzando a ser estudiados. ¿Es un nuevo fraude o la prueba definitiva de que existen otras especies inteligentes que nos visitan?
Como si se tratara de un episodio de los Expedientes X, en las últimas semanas se ha anunciado públicamente la existencia de unos restos óseos pertenecientes, supuestamente, a alienígenas. En esta ocasión la pretendida conspiración para ocultar las pruebas no habría funcionado, ya que han aparecido las primeras fotografías de un extraño cráneo y del esqueleto de un pequeño humanoide.
Los investigadores norteamericanos Lloyd Pye y Mark Bean no se atreven aún a afirmar que el cráneo que están estudiando, en colaboración con un equipo interdisciplinar de anatomía y fisiología humana, pertenezca a un extraterrestre. El relato comienza hace sesenta o setenta años, cuando una adolescente encontró en una cueva al sur del estado mexicano de Chihuahua dos esqueletos completos, uno muy extraño y de pequeño tamaño y otro de estatura y aspecto normal. La joven guardó los cráneos de ambos durante toda su vida y, tras su muerte, fueron entregados a un matrimonio norteamericano para, finalmente, pasar a manos de sus actuales propietarios.
La existencia de seres extraterrestres en nuestro planeta podría quedar definitivamente demostrada gracias a dos extraordinarios descubrimientos que acaban de hacerse públicos. Se trata de un cráneo y un esqueleto completo pertenecientes a dos seres, aparentemente no humanos y hallados en diferentes lugares, que están comenzando a ser estudiados. ¿Es un nuevo fraude o la prueba definitiva de que existen otras especies inteligentes que nos visitan?
Como si se tratara de un episodio de los Expedientes X, en las últimas semanas se ha anunciado públicamente la existencia de unos restos óseos pertenecientes, supuestamente, a alienígenas. En esta ocasión la pretendida conspiración para ocultar las pruebas no habría funcionado, ya que han aparecido las primeras fotografías de un extraño cráneo y del esqueleto de un pequeño humanoide.
Los investigadores norteamericanos Lloyd Pye y Mark Bean no se atreven aún a afirmar que el cráneo que están estudiando, en colaboración con un equipo interdisciplinar de anatomía y fisiología humana, pertenezca a un extraterrestre. El relato comienza hace sesenta o setenta años, cuando una adolescente encontró en una cueva al sur del estado mexicano de Chihuahua dos esqueletos completos, uno muy extraño y de pequeño tamaño y otro de estatura y aspecto normal. La joven guardó los cráneos de ambos durante toda su vida y, tras su muerte, fueron entregados a un matrimonio norteamericano para, finalmente, pasar a manos de sus actuales propietarios.
"Niños de las estrellas"
Lo cierto es que un primer análisis de ambos cráneos arroja resultados muy significativos. Uno es totalmente normal y perteneció a una mujer joven, de entre 20 y 30 años. En cambio, el otro, que se atribuyó a un niño de cinco años, muestra una serie de alteraciones que no parecen propias de un ser humano. Su morfología es muy extraña, con abultamiento a cada lado de los ojos y con la parte posterior alargada y aplastada. Además, las cuencas oculares son muy superficiales, por lo que se supone que la criatura carecía de movilidad en los ojos. Por otra parte, el denominado foramen magnum, el agujero que se encuentra en la base del cráneo y que lo une a la columna vertical, se encuentra adelantado, casi en el centro de la base.
El equipo que analizó los cráneos descartó la posibilidad de que sean malformaciones congénitas. Otra posibilidad apunta a que estamos frente a la presencia de una especie alienígena. Por insólito que parezca, esta hipótesis no es totalmente gratuita, pues los indígenas que habitan la zona donde se encontraron los cráneos cuentan una antigua leyenda sobre los niños de las estrellas. Según estos relatos, que se remontan como mínimo a dos siglos atrás, unos seres procedentes de las estrellas dejaron embarazadas a varias mujeres que vivían en las aldeas más aisladas de la región. Después de dar a luz a estos niños de las estrellas, los criaban durante varios años, hasta que sus padres regresaban del cielo para llevárselos. ¿Es posible que los restos encontrados correspondieran a una madre que intentó evitar que le arrebatasen a su hijo híbrido?
Lo cierto es que un primer análisis de ambos cráneos arroja resultados muy significativos. Uno es totalmente normal y perteneció a una mujer joven, de entre 20 y 30 años. En cambio, el otro, que se atribuyó a un niño de cinco años, muestra una serie de alteraciones que no parecen propias de un ser humano. Su morfología es muy extraña, con abultamiento a cada lado de los ojos y con la parte posterior alargada y aplastada. Además, las cuencas oculares son muy superficiales, por lo que se supone que la criatura carecía de movilidad en los ojos. Por otra parte, el denominado foramen magnum, el agujero que se encuentra en la base del cráneo y que lo une a la columna vertical, se encuentra adelantado, casi en el centro de la base.
El equipo que analizó los cráneos descartó la posibilidad de que sean malformaciones congénitas. Otra posibilidad apunta a que estamos frente a la presencia de una especie alienígena. Por insólito que parezca, esta hipótesis no es totalmente gratuita, pues los indígenas que habitan la zona donde se encontraron los cráneos cuentan una antigua leyenda sobre los niños de las estrellas. Según estos relatos, que se remontan como mínimo a dos siglos atrás, unos seres procedentes de las estrellas dejaron embarazadas a varias mujeres que vivían en las aldeas más aisladas de la región. Después de dar a luz a estos niños de las estrellas, los criaban durante varios años, hasta que sus padres regresaban del cielo para llevárselos. ¿Es posible que los restos encontrados correspondieran a una madre que intentó evitar que le arrebatasen a su hijo híbrido?
Esqueleto alienígena
No menos polémico resulta el otro supuesto resto óseo. Fue presentado en diciembre de 1998 por el investigador James Holman, en una reunión de carácter local de la organización ufológica Mufon. Al parecer, los citados restos se encontraban en poder del célebre paleontólogo Robert Slaughter, recientemente desaparecido. La historia que rodea a este misterioso esqueleto, de apenas un metro de altura, es realmente rocambolesca. En 1929, el geólogo Richard Wallace encontró un extraño hueso de aspecto humanoide en las proximidades de la localidad tejana de Ladonia. Tras un primer estudio, Wallace advirtió que el apéndice óseo estaba hueco, como el de las aves. Más tarde, en compañía de su amigo Robert Slaughter, excavó el área hasta encontrar el esqueleto completo de un pequeño ser. Según el paleontólogo, su aspecto era muy inquietante. Los ojos tenían unas cuencas enormes, reforzadas con una estructura ósea cuyo objetivo podría ser el de sostener dos globos oculares inusualmente grandes. Tanto en los pies como en las manos se apreciaban sólo cuatro dedos y poseía un pulgar oponible. Finalmente, el esqueleto estaba enfundado en una especie de traje metálico. Como conclusión Slaughter dejó escritas las siguientes palabras: "En sentido estricto, se trata de una criatura no humana".
Algunos investigadores relacionan la relación de ese extraño ser con un incidente OVNI que tuvo lugar el 17 de abril de 1897 en la localidad texana de Aurora. Según el Dallas Morning News, varios testigos vieron cómo una aeronave con forma de cigarro se estrellaba en las afueras del pueblo, explosionando y matando a su único tripulante, un ser de pequeño tamaño y aspecto misterioso que fue enterrado en el cementerio local.
Los dos casos, el de los cráneos y el esqueleto, ¿serán una farsa o estaremos ante la prueba definitiva de la presencia de seres alienígenas en nuestro planeta? Aún no se ha podido probar ninguna de las dos cosas.
No menos polémico resulta el otro supuesto resto óseo. Fue presentado en diciembre de 1998 por el investigador James Holman, en una reunión de carácter local de la organización ufológica Mufon. Al parecer, los citados restos se encontraban en poder del célebre paleontólogo Robert Slaughter, recientemente desaparecido. La historia que rodea a este misterioso esqueleto, de apenas un metro de altura, es realmente rocambolesca. En 1929, el geólogo Richard Wallace encontró un extraño hueso de aspecto humanoide en las proximidades de la localidad tejana de Ladonia. Tras un primer estudio, Wallace advirtió que el apéndice óseo estaba hueco, como el de las aves. Más tarde, en compañía de su amigo Robert Slaughter, excavó el área hasta encontrar el esqueleto completo de un pequeño ser. Según el paleontólogo, su aspecto era muy inquietante. Los ojos tenían unas cuencas enormes, reforzadas con una estructura ósea cuyo objetivo podría ser el de sostener dos globos oculares inusualmente grandes. Tanto en los pies como en las manos se apreciaban sólo cuatro dedos y poseía un pulgar oponible. Finalmente, el esqueleto estaba enfundado en una especie de traje metálico. Como conclusión Slaughter dejó escritas las siguientes palabras: "En sentido estricto, se trata de una criatura no humana".
Algunos investigadores relacionan la relación de ese extraño ser con un incidente OVNI que tuvo lugar el 17 de abril de 1897 en la localidad texana de Aurora. Según el Dallas Morning News, varios testigos vieron cómo una aeronave con forma de cigarro se estrellaba en las afueras del pueblo, explosionando y matando a su único tripulante, un ser de pequeño tamaño y aspecto misterioso que fue enterrado en el cementerio local.
Los dos casos, el de los cráneos y el esqueleto, ¿serán una farsa o estaremos ante la prueba definitiva de la presencia de seres alienígenas en nuestro planeta? Aún no se ha podido probar ninguna de las dos cosas.
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