"Andábamos en el auto por un camino alquitranado cuando de repente, sin ningún tipo de advertencia o motivo, Barney se detuvo y se desvió abruptamente de la ruta". Así describe Betty Hill, hablando bajo hipnosis, el primero de una serie de hechos extraños que comenzaron una noche de septiembre de 1961 cuando ella y su esposo andaban en un auto por la zona rural de New Hampshire.
Mientras que algunas personas informan haber tenido encuentros con extraterrestres en sus casas, la mayoría dice que los tuvo mientras viajaba en auto, de noche, por caminos oscuros y desolados. Estas personas creen ver un objeto luminoso volando sobre el auto o revoloteando en la distancia, o sienten que están siendo observadas. Cuando prosiguen su viaje, el volante parece estar fuera del control del conductor; una fuerza externa guía al auto hasta que finalmente se desvía del camino en forma abrupta.
Este es el recuerdo que tiene Steven Kilburn (un estudiante de la Universidad de Maryland) de su supuesto secuestro en 1973. Bajo hipnosis, describió: "dos luces en el cielo, deslizándose sobre la ruta, por encima de los árboles. Veo la sombra de algo. Estoy bajando por la colina y me salgo del camino. En realidad no quiero hacerlo, pero el auto se fue hacia la derecha, como si lo atrajera un imán gigante".
Justo antes que el auto de una víctima se detenga, parece que el sistema eléctrico deja de funcionar en forma misteriosa; la radio hace descarga estática y luego se apaga el motor. El conductor intenta volver a encenderlo con desesperación, pero es en vano. Algunas víctimas dicen haberse quedado dentro del auto, otras salieron. A pesar de su terror, la mayoría se queda paralizada en el lugar, sin poder obedecer a sus impulsos básicos de autoprotección para huir o pedir ayuda. Después de que su auto se detuvo en la banquina de un camino desierto de Maryland, Steven Kilburn observó perplejo cómo tres figuras se acercaban desde un campo cercano. "Son realmente extraños", recordó bajo hipnosis. "Son pequeños, por debajo de mi hombro. Veo los rostros y son blancos, como la tiza, se ven como si estuvieran hechos de goma. Hay uno que es el jefe. Sus ojos son realmente brillantes, parecen negros. No veo las pupilas. Su cabeza no es redonda, es como una lágrima invertida. Tiene una nariz, como una pequeña prominencia con dos pequeños agujeros, como hechos con un alfiler".
La mayoría de la gente que dice haber sido secuestrada ha dicho que sus raptores extraterrestres son de baja estatura (entre 90 centímetros y 1,5 metros) pero destacan que el líder del grupo es un poco más alto. Algunos hablan de seres extraterrestres con grandes cabezas de forma redonda sobre cuerpos pequeños, ojos con forma de ranura, y dedos y manos largos y delgados. Todas las víctimas informaban haber sentido miedo a medida que los seres de aspecto extraño se acercaban. Pero también dicen que los invadió un entumecimiento o parálisis casi tranquilizante, tal vez impuesto por los extraterrestres.
Charles E. Hickson, de 45 años, capataz en un astillero, estaba pescando una noche de verano en 1973 cuando él y un compañero observaron un objeto oval alargado con brillantes luces azules. "El objeto (dijo) volaba a unos 60 centímetros del piso, luego pareció abrirse y tres criaturas salieron flotando hacia nosotros. ¡Sentí tanto miedo, no podía creer lo que estaba sucediendo!" Su amigo se desmayó ante esa imagen; Hickson recuerda haber permanecido de pie, con sus extremidades completamente paralizadas. Luego, recuerda que uno de los extraterrestres lo alzó y el grupo se deslizó hacia el interior de la nave espacial.
Whitley Strieber no pudo explicar con exactitud cómo llegó al interior de una nave espacial la noche del 26 de diciembre de 1985. En un momento, dijo, se encontró en una zona de bosques y dos extraterrestres lo tenían cautivo; luego fue levantado del suelo. "Vi las ramas pasar frente a mi rostro, después las copas de los árboles. Luego un piso gris oscureció mi visión, moviéndose debajo de mis pies como un iris que se cierra". Pronto se encontró sobre una mesa en "una pequeña sala de operaciones", rodeado por seres de otro mundo.
La mayoría de las personas que informan sobre sus secuestros por parte de extraterrestres recuerda haber sido llevada a una habitación bien iluminada y haber sido sometida a un doloroso examen físico. Charles Hickson dijo que examinaron su cuerpo con un instrumento que parecía un gran ojo. Betty Hill recordó que se le extrajeron pedacitos de piel de un brazo, muestras de cabello, cera de los oídos y que le cortaron uñas de los dedos. Los hombres hablaron de experiencias paralelas. Algunos describen relaciones sexuales por la fuerza con extraterrestres de sexo femenino, y varios recuerdan haber sido manipulados con un aparato para extraer muestras de esperma.
Pero los casos más desconcertantes involucran a jóvenes mujeres que, durante supuestos encuentros con extraterrestres, son sometidas a una especie de inseminación artificial. Quedan embarazadas, aunque más tarde descubren que ya no llevan al bebé. Bajo hipnosis, estas mujeres recuerdan un segundo encuentro con extraterrestres y otro procedimiento ginecológico. Los investigadores de los secuestros realizados por los ovnis creen que, en esa oportunidad, se extrae el feto híbrido.
Mientras que algunas personas informan haber tenido encuentros con extraterrestres en sus casas, la mayoría dice que los tuvo mientras viajaba en auto, de noche, por caminos oscuros y desolados. Estas personas creen ver un objeto luminoso volando sobre el auto o revoloteando en la distancia, o sienten que están siendo observadas. Cuando prosiguen su viaje, el volante parece estar fuera del control del conductor; una fuerza externa guía al auto hasta que finalmente se desvía del camino en forma abrupta.
Este es el recuerdo que tiene Steven Kilburn (un estudiante de la Universidad de Maryland) de su supuesto secuestro en 1973. Bajo hipnosis, describió: "dos luces en el cielo, deslizándose sobre la ruta, por encima de los árboles. Veo la sombra de algo. Estoy bajando por la colina y me salgo del camino. En realidad no quiero hacerlo, pero el auto se fue hacia la derecha, como si lo atrajera un imán gigante".
Justo antes que el auto de una víctima se detenga, parece que el sistema eléctrico deja de funcionar en forma misteriosa; la radio hace descarga estática y luego se apaga el motor. El conductor intenta volver a encenderlo con desesperación, pero es en vano. Algunas víctimas dicen haberse quedado dentro del auto, otras salieron. A pesar de su terror, la mayoría se queda paralizada en el lugar, sin poder obedecer a sus impulsos básicos de autoprotección para huir o pedir ayuda. Después de que su auto se detuvo en la banquina de un camino desierto de Maryland, Steven Kilburn observó perplejo cómo tres figuras se acercaban desde un campo cercano. "Son realmente extraños", recordó bajo hipnosis. "Son pequeños, por debajo de mi hombro. Veo los rostros y son blancos, como la tiza, se ven como si estuvieran hechos de goma. Hay uno que es el jefe. Sus ojos son realmente brillantes, parecen negros. No veo las pupilas. Su cabeza no es redonda, es como una lágrima invertida. Tiene una nariz, como una pequeña prominencia con dos pequeños agujeros, como hechos con un alfiler".
La mayoría de la gente que dice haber sido secuestrada ha dicho que sus raptores extraterrestres son de baja estatura (entre 90 centímetros y 1,5 metros) pero destacan que el líder del grupo es un poco más alto. Algunos hablan de seres extraterrestres con grandes cabezas de forma redonda sobre cuerpos pequeños, ojos con forma de ranura, y dedos y manos largos y delgados. Todas las víctimas informaban haber sentido miedo a medida que los seres de aspecto extraño se acercaban. Pero también dicen que los invadió un entumecimiento o parálisis casi tranquilizante, tal vez impuesto por los extraterrestres.
Charles E. Hickson, de 45 años, capataz en un astillero, estaba pescando una noche de verano en 1973 cuando él y un compañero observaron un objeto oval alargado con brillantes luces azules. "El objeto (dijo) volaba a unos 60 centímetros del piso, luego pareció abrirse y tres criaturas salieron flotando hacia nosotros. ¡Sentí tanto miedo, no podía creer lo que estaba sucediendo!" Su amigo se desmayó ante esa imagen; Hickson recuerda haber permanecido de pie, con sus extremidades completamente paralizadas. Luego, recuerda que uno de los extraterrestres lo alzó y el grupo se deslizó hacia el interior de la nave espacial.
Whitley Strieber no pudo explicar con exactitud cómo llegó al interior de una nave espacial la noche del 26 de diciembre de 1985. En un momento, dijo, se encontró en una zona de bosques y dos extraterrestres lo tenían cautivo; luego fue levantado del suelo. "Vi las ramas pasar frente a mi rostro, después las copas de los árboles. Luego un piso gris oscureció mi visión, moviéndose debajo de mis pies como un iris que se cierra". Pronto se encontró sobre una mesa en "una pequeña sala de operaciones", rodeado por seres de otro mundo.
La mayoría de las personas que informan sobre sus secuestros por parte de extraterrestres recuerda haber sido llevada a una habitación bien iluminada y haber sido sometida a un doloroso examen físico. Charles Hickson dijo que examinaron su cuerpo con un instrumento que parecía un gran ojo. Betty Hill recordó que se le extrajeron pedacitos de piel de un brazo, muestras de cabello, cera de los oídos y que le cortaron uñas de los dedos. Los hombres hablaron de experiencias paralelas. Algunos describen relaciones sexuales por la fuerza con extraterrestres de sexo femenino, y varios recuerdan haber sido manipulados con un aparato para extraer muestras de esperma.
Pero los casos más desconcertantes involucran a jóvenes mujeres que, durante supuestos encuentros con extraterrestres, son sometidas a una especie de inseminación artificial. Quedan embarazadas, aunque más tarde descubren que ya no llevan al bebé. Bajo hipnosis, estas mujeres recuerdan un segundo encuentro con extraterrestres y otro procedimiento ginecológico. Los investigadores de los secuestros realizados por los ovnis creen que, en esa oportunidad, se extrae el feto híbrido.
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