jueves, 18 de septiembre de 2008

Los asesinatos de la familia Bamber

El 7 de agosto de 1985 un joven, Jeremy Bamber, telefoneó a la comisaría local para avisar que acababa de recibir una llamada de la granja que lo había asustado. Dijo que lo llamó su padre diciendo: "Tu hermana se ha vuelto loca y tiene el arma".

En el condado inglés de Essex, justo al noroeste de Londres, existe una zona que ha presenciado no menos de 18 asesinatos en los últimos 40 años. El que tuvo más publicidad fue el ocurrido en White House Farm, el 7 de agosto de 1985. Un joven, Jeremy Bamber, telefoneó a la comisaría local para avisar que acababa de recibir una llamada de la granja que lo había asustado.

Dijo que lo llamó su padre diciendo: "Tu hermana se ha vuelto loca y tiene el arma". La hermana de Jeremy, Sheila Bamber, tenía un largo historial de enferma mental. Hubo un disparo y, después, silencio.

Cuando la policía entró en la casa encontró cinco cuerpos. A Nail Bamber lo habían golpeado y disparado. En el piso de arriba encontraron los otros cuatro cadáveres. En sus camas ensangrentadas estaban los dos hijos gemelos de Sheila, Daniel y Nicolas, de 6 años. Ambos habían recibido disparos; Daniel aún tenia el pulgar en la boca.
En la habitación de al lado estaba Julie Bamber, de 61 años, tendida en el suelo con siete disparos. Sheila yacía cerca con dos disparos, aparentemente, disparados por ella misma. La policía encontró sobre su pecho un rifle automático y asumieron que ella, de la que se sabía que era perturbada mental, había matado a toda su familia y después se había suicidado.

Los periódicos publicaron en primera plana la noticia de la modelo de 27 años apodada Bambi (Sheila Bamber).

En el entierro, Jeremy, el único superviviente de la familia, presentaba una imagen trágica. Había especificado que deseaba la incineración para toda su familia. Parecía que estallaba en llantos y que se tambaleaba detrás de los ataúdes. Fue consolado por su novia, Julia Mufford.

Los lugareños de la zona especulaban cómo una chica tan atractiva, que ellos habían visto crecer, había matado a sus gemelos y a sus padres. Recordaban los rumores de la vida disoluta que llevaba como modelo y susurraban historias sobres drogas y paranoias.
Los Bamber la habían adoptado cuando tenia 3 meses, a través de la Sociedad de Adopción de la Iglesia de Inglaterra. Desde de haber sido expulsada de dos colegios, la mandaron a una escuela de modelos. Aprendió a explotar su buen físico. Pero era demasiado temperamental e imprevisible para ser top model.
Embarazada de otro hombre se casó con un ceramista, Colin Castle. Después de un aborto y del nacimiento de los gemelos, hubo una ruptura.
Empesaba a desvariar creyéndose Juana de Arco, la Virgen María o una bruja blanca.
La policía entró en su apartamento de Londres y hablaron con las personas que la conocían, enterándose así de sus intentos de suicidio. Todo este asunto parecía previsible, según su historia, pero no para todo el mundo.
El sobrino de los Bamber, David, no podía creer que fuera capaz de asesinar. Ni siquiera creía que fuera capaz de manejar un arma con eficacia. Su hermana Christine opinaba lo mismo. Juntos volvieron a la casa y la registraron de nuevo. Christine recordó que de pequeños entraban por una ventana que parecía estar cerrada cuando no querían que los Bamber se enteraban que habían estado fuera. Mientras tanto David encontró el silenciador del arma fatal. Estaba en el armario de las armas y dijo que había sangre y un pelo dentro del armario. Fueron a probar la ventana y vieron que se abría con facilidad y que al cerrarla la trancaban desde fuera, dando la sensación de que nadie había saltado desde dentro.
Un mes después de la matanza, el 8 de septiembre, hubo un nuevo revuelo cuando Jeremy Bamber fue acusado de robo. Compareció en el juzgado y fue acusado de robar 980 libras de las oficinas de un parque de caravanas. El hecho tuvo lugar 5 meses antes de la muerte de su padre que era propietario del lugar. Le había dado unas cuantas acciones de la empresa a cambio de su ayuda. A Jeremy se le acusaba de llevar a cabo un falso allanamiento de las oficinas. Se le declaró en libertad bajo fianza a la espera del juicio abandonando el juzgado tapándose con el jersey para ocultarse de los fotógrafos. Su abogado alegó que mientras estaba detenido, su joven cliente fue interrogado sobre las muertes de la casa de White House Farm. En una vista posterior fue puesto en libertad y la policía le permitió ir de vacaciones al extranjero con un amigo. Volaron al sur de Francia para pasar dos semanas de diversión. Pero no se llevó a su comprensiva novia, Julie Mofford ya que habían tenido una pelea sobre otra mujer. Julie, sola y luchando con su conciencia fue a la policía y allí aprovecharon para interrogarla sin que Jeremy estuviera cerca.
Cuando el ferry de Bamber atracó en Dover el 30 de septiembre, la policía le estaba esperando. Al día siguiente acusaron a Jeremy Bamber de haber matado a los 5 miembros de su familia. Jeremy, igual que Sheila, también fue adoptado. Cuando le enviaron a un internado se sintió rechazado y así proyectaba su resentimiento en niños más pequeños y era considerado un camorrista. Trabajaba en la granja y por la noches se entregaba a cualquier diversión que pudiera encontrar en el pueblo. Le habían oído quejarse de sus padres y del sueldo que le pagaban, a pesar de que le habían comprado un coche, una casa y tierras. Considerado arrogante y vanidoso por los lugareños, se decía que acentuaba su atractivo con perfilador de ojos y que un sinfín de chicas del lugar habían pasado por su casa. Entre ella figuraba Julie Mufford que en muchas ocasiones oyó contar de boca de Jeremy un plan para matar a sus padres e incendiarles la casa.
En el tribunal siempre proclamó su inocencia y nunca se declaró culpable. Con aparente seguridad en sí mismo y siempre sonriendo, convencido de que su aspecto le ayudaría a superar su crisis. Era evidente que su hermana estaba desquiciada ya que insultaba a sus vecinos e intentaba convencer a su psiquiatra de que sus dos gemelos la deducían para posteriormente matarla. Mientras tanto Jeremy entró en prisión preventiva mientras que la policía entraba en la casa de los asesinatos para encontrar más pruebas. También entraron en su casa para buscar pruebas incriminatorias. Posteriormente, se aplazó su juicio durante más de un año.
En White House Farm se empezó desde cero inspeccionando hasta el ultimo centímetro de la escena de los crímenes.
El juicio de Jeremy tuvo lugar el 2 de octubre de 1986. Bamber se aseguró un abogado de los más destacados del país. Se dijo que el 6 de agosto Jeremy había llamado a su novia para decirle que esta noche mataría a su familia. Después fue de noche a la granja en bicicleta por caminos secundarios para no ser visto. Llego entre la una y las dos de la madrugada haciendo uso de una hoja de sierra para metales para entrar en la casa por la ventana y sacó un rifle automático que usaba con frecuencia para cazar conejos.
Probablemente el padre de Jeremy oyó un ruido y bajó viendo de esta forma a Jeremy colocando el silenciador. Se dijo que Jeremy, posteriormente había disparado a sangre fría al hombre que lo había adoptado. Cuando este cayó de rodillas, Jeremy con ferocidad, lo apaleó con el arma. Los golpes fueron tan fuertes que la culata se partió. Tras disparar un par de veces más al hombre moribundo, Jeremy subió al piso superior. Julie Bamber estaba leyendo la Biblia en la cama. Le disparó una ráfaga de balas. Después, según dijo la acusación, se trasladó a la habitación de Sheila donde estaba durmiendo. Le puso el cañón en la barbilla, tal como lo haría un suicida, y apretó el gatillo.
En la otra habitación, dormían sus sobrinos gemelos. Entró silenciosamente y disparó a Nicolas tres veces y cinco sobre Daniel. La señora Bamber, que aún vivía, se arrastró hacia el cuarto de Sheila y Jeremy le disparó entre los ojos.
Salió de la casa de la misma forma que había entrado y se fue en la bicicleta en la que llegó dejando tras de sí seis cadáveres y una huella dactilar. A las 3:26 llamó a la policía local. Les dijo que cuando intentó llamar a su padre este comunicaba, pero habían dejado el teléfono de la granja conectado y funcionaba. La acusación dijo que otro error pasado por alto fue que Bamber no fue a la casa para ver lo que ocurría. Bamber llegó después que la policía y dijo: "Mi hermana está chiflada ya se ha vuelto loca otras veces". La policía alegó que cuando su novia se reunió con él en la casa vieron unos murmullos entre ellos seguidos de unas risillas. El inspector Cook dijo que el arma homicida tenía las huellas de Jeremy y las de su hermana y reconoció que no había sido profundo en su investigación dejando pasar este detalle.
El sobrino de la familia contó lo mucho que Sheila quería a sus hijos y que jamás los mataría. Decía que ella no sabía nada de armas ni de su funcionamiento. Además, poseía una coordinación de movimientos que le hacía imposible llevar a cabo esos actos. “Ni siquiera era capaz de poner judías estofadas en una tostada sin que se le cayeran.” Vieron que el silenciador estaba en el armario de las armas. ¿Cómo era posible que Sheila se disparara con él puesto?
Fue mostrada el arma con el silenciador y con el pelo que, supuestamente, era suyo. Cuando el silenciador fue acoplado la longitud total era de 91 cm y, sencillamente, sus brazos no eran suficientemente largos para llegar al gatillo y dispararse ella misma.
Mufford ocupó el estrado y confesó la historia y los planes de Jeremy acerca del asesinato de sus padres: "Pensaba matar a su familia y había planeado inculpar a su hermana".
Posteriormente, un periodista la entrevistó cuando todo acabó: "Fue en navidad de 1984 cuando empezó a hablar de ello. Tenia intención de envenenarles y quemar la casa. Yo no le hice caso porque tenía la costumbre de decir cosas para impresionar a la gente. Simplemente le respondía con comentarios como “No seas ridículo”) Eso fue todo lo seriamente tomé sus palabras, en realidad, lo descarté como algo que se dice por hablar".
Julie declaró que no era consciente de que Jeremy hubiera llevado a cabo su plan, hasta que la policía vino a buscarla: "Cuando la policía vino a buscarme no me di cuenta que algo había ocurrido... Lo que más temía era que Jeremy hubiera hecho algo".
Se le preguntó el porqué lo que sabía de Jeremy no lo contó o, simplemente, no fue directamente a la policía: "Básicamente porque la policía había estado allí hablando con Jeremy y dijo que las cosas eran lo que parecía y entonces pensé que era evidente que nadie me iba a creer. Además, Jeremy se mostraba tan seguro de sí mismo que no podía hacer nada al respecto. De todos modos, me dijo que no podía haber hecho nada para impedirlo. Estaba acongojada en el funeral por que tenía en la mente a Jeremy matando a su familia y ahí estaba él haciéndose el desmoronado, mientras era yo la que estaba rota por dentro, sintiéndome culpable por él. Aunque le fallaran las piernas y se encorvó un poco no habían lágrimas de verdad; y, según entró en el coche, empezó a bromear otra vez... Yo no paraba de decirle que tenia que decir algo y que yo no podía evitar que le interrogaran. Él empezó a tenerme miedo, lo que hacía que yo sintiera miedo por él también porque, evidentemente, se estaba poniendo nervioso ya que yo no estaba dispuesta a encubrirle más, ya que mi conciencia no me lo permitía. Además, no podía permitir que culparan a Sheila".
Otra prueba incriminatoria fue cuando ella llega a la granja y él le susurra en el oído: "Tenía que haber sido actor".
Bamber lloró en el tribunal cuando se leyó una nota de su madre que ponía: NO DEBE SER ABIERTA HASTA MI MUERTE “Escribo para darte las gracias por lo que me has dado".
Un especialista en balista declaró que debería haber residuos de lubricante del arma en las manos de Sheila tras haber usado el arma haciendo esos disparos. No los hubo. También dijo que no era lo bastante alta para dispararse así misma con el silenciador puesto. Finalmente, y tras una defensa infructuosa, Jeremy Bamber fue acusado de los crímenes y fue sentenciado a cinco cadenas perpetuas para así poder cumplir, como mínimo, 25 años en prisión.

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