Al parecer, algunos hombres-bestia no pueden ser atravesados por las balas, mientras se dice que otros pueden desaparecer a voluntad. ¿Quiénes son estas extrañas y aterradoras criaturas?. El enigma de los piesgrandes es de difícil resolución. No se trata simplemente de discernir si la criatura existe o no, y si es humana o irracional. Los informes más recientes contribuyen a complicar el problema.
Al parecer, la altura media de los piesgrandes está comprendida entre 1,80 y 2,10 m, aunque han sido vistos especímenes mucho más pequeños, que podrían ser crías o individuos jóvenes. Otras veces, sin embargo, se reciben informes acerca de ejemplares mucho más altos. En agosto de 1977, un sargento de la USAF y dos amigos suyos vieron un ejemplar de 4,50 m mientras acampaban en el Belt Creek Canyon, en Montana. Dispararon contra la bestia, pero al ver que ésta comenzaba a correr hacia ellos, pusieron pies en polvorosa y escaparon en sus coches. Sin embargo, este tipo de informes sobre visiones fugaces no deben tomarse al pie de la letra, pues las tensiones hacen que las apreciaciones -del tamaño, por ejemplo- resulten a menudo erróneas.
Al parecer, algunos piesgrandes despiden un olor nauseabundo. Con ocasión de una serie de apariciones que tuvieron lugar en los alrededores de Little Eagle, en Dakota del Sur, en el otoño de 1977, un testigo declaró: "Era como el hedor de una persona muerta desde hacia tiempo. Permaneció en el aire durante unos 10 o 15 minutos." Sin embargo, no todos los pies grandes huelen mal. Se ha sugerido que pueden despedir hedor a voluntad, quizá para asegurarse de que la gente permanezca a distancia. Otra característica curiosa es que algunas de estas criaturas tienen ojos excepcionalmente grandes y brillantes, por lo común de color rojo, y a veces amarillos o verdes.
También las huellas son desconcertantes. Por lo general presentan cinco dedos y se asemejan a grandes pies humanos. Otras veces, sin embargo, muestran dos, tres, cuatro o seis dedos. Quizás esta anomalía se derive del trabajo de investigadores muy celosos que han in tentado interpretar huellas poco definidas.
Un número significativo de informes, muchos de ellos realizados por expertos cazadores, reflejan un extraño fenómeno: aparentemente, algunos piesgrandes no resultan afectados por los proyectiles. En principio, las explicaciones posibles son tres: o los rifles utilizados no eran lo suficientemente potentes o los testigos no apuntaron bien debido a la excitación (a pesar de que algunos disparos fueron efectuados a muy corta distancia), o bien los piesgrandes no son criaturas de carne y hueso.
Aunque la teoría de que los piesgrandes no son criaturas de carne y hueso parece increíble, hay, sin embargo, testimonio de evidencias aún más extraordinarias que la apoyan: la afirmación de que algunos piesgrandes son capaces en apariencia de desaparecer o volatilizarse. Una mujer de Pennsylvania que se encontró frente a uno en el umbral de su casa una noche de febrero de 1974, disparó contra él desde una distancia de 1,80 m, quedándose muy sorprendida al verlo desaparecer envuelto en un resplandor de luz. Otros testigos oculares han apreciado indicios de insustancialidad en los piesgrandes que han visto.
En el caso de Pennsylvania, el yerno de la testigo, que acudió en su ayuda al oír el disparo, vio otros piesgrandes en los linderos de los bosques próximos. También observó una brillante luz, roja e intermitente, como flotando sobre el bosque. En otros muchos casos se ha detectado la presencia de Ovnis y piesgrandes en la misma zona y en el mismo momento. ¿Simple coincidencia? ¿O forman parte del mismo fenómeno?
Otro extraño caso en que también intervino un Ovni ocurrió en una granja cerca de Greensburg, en Pennsylvania, la tarde del 25 de octubre de 1973. Al ver aterrizar en el campo una gran bola luminosa de color rojo, el hijo del granjero, Stephen, de 22 años, se acercó para investigar acompañado de dos niños de 10 años, observando desde muy cerca el brillante objeto casi a ras de suelo. También pudieron ver junto a la bola dos grandes criaturas, con apariencia de simio, de brillantes ojos verdes y largo pelo negro. Cuando las criaturas se acercaron, Stephen disparó contra sus cabezas, pero siguieron avanzando hacia los chicos. Entonces disparó tres veces contra la mayor de ellas, que levantó su mano. A continuación el Ovni desapareció y los piesgrandes se adentraron lentamente en el bosque más próximo.
Cuando se solicitó la colaboración de unos investigadores, éstos, a pesar de que no vieron ni a los piesgrandes ni al Ovni, encontraron una zona pelada en el lugar en que había estado el objeto. Stephen entró en trance.
Los cazadores de piesgrandes, que consideran que la labor de su vida es convencer al mundo de la existencia de estas criaturas, tienen una gran tarea por delante, pues, a pesar de la gran cantidad de datos que se poseen, pocos científicos o antropólogos profesionales prestarán atención a su trabajo. Es indudable que si se consiguiese un cuerpo de piesgrandes el caso sería incontrovertible. En consecuencia, hay una especie de rivalidad (incluso hostilidad manifiesta) entre estos cazadores, que luchan por la primacía en capturar o matar uno de ellos. Hasta ahora ninguno ha tenido éxito. En 1917 el geólogo suizo François de Loys mató a un extraño ser de 1,50 m en la frontera entre Colombia y Venezuela, pero el zoólogo Bernard Heuvelmans cree que se trataba de un tipo desconocido de mono-araña.
De los muchos informes procedentes de la URSS, el más reciente hace referencia a un hombre-bestia capturado y posteriormente muerto en las montañas próximas a Buinaksk, en el Daguestán. Un miembro del ejército ruso, el coronel Karapetyan, vio a la criatura cuando todavía estaba viva, y posteriormente dio una descripción muy detallada.
En diciembre de 1968, una noticia proceden te de Minnesota informaba acerca de un cuerpo de piesgrandes hallado en un bloque de hielo. El doctor Heuvelmans y el biólogo Ivan T. Sanderson, que lograron examinarlo, se convencieron de que el hielo contenía el cuerpo congelado de un tipo de homínido desconocido. Sin embargo, y por varias y complejas razones, nunca pudo disponerse del cuerpo para someterlo a un examen adecuado.
Se cree que estas criaturas conocen perfectamente el terreno en que habitan, de modo que pueden moverse mucho más rápidamente que un hombre y permanecer ocultas a voluntad. Así pues, las probabilidades de que un cazador capture o mate una de ellas son muy remotas. La mayoría de las veces, lo único que puede hacer es entrevistar a los que la hayan visto, examinar las huellas y coleccionar recortes de periódicos. Este trabajo, desarrollado por aficionados entusiastas a lo largo del subcontinente norteamericano, ha cristalizado en una acumulación de datos y de teorías acerca de la naturaleza de los piesgrandes y de todos los hombres-bestia. Sin embargo, sin buenas fotografías, sin un cuerpo, sin un esqueleto, sin ni siquiera un solo hueso, lo único que los científicos pueden hacer es especular.
De lo único que estamos seguros es de que se han encontrado numerosas huellas, enormes y de apariencia humana, en zonas remotas -y no es probable que todas sean falsas-, y de que en América del Norte más de mil personas dicen haber visto grandes y peludos hombres-bestia. Las diversas teorías propuestas para explicar estos hechos son igualmente válidas para todos los hombres-bestia.
Por otro lado, existe también la opinión de que los informes sobre hombres-bestia son falsos en su totalidad, cosa que parece improbable. Otra opinión es que en condiciones de es casa visibilidad los observadores pueden con fundirlos con animales conocidos. Esta explicación podría ser válida para algunos casos, pero no para todos ellos. Otro punto de vista es que se trata simplemente de casos de alucinación. Ciertas personas tienen alucinaciones y creen ver cosas que de hecho no existen. ¿No podría tratarse de casos similares? Sin embargo, esta teoría no explica el porqué de las huellas, que sí son reales.
Un punto de vista más aceptable es el de que los hombres-bestia son un tipo de mono gigante o quizás una forma primitiva de un mono parecido al hombre, el Gigantopithecus. Esto es posible, e incluso probable, en ciertas partes del mundo. Otra posibilidad es que los hombres-bestia sean realmente hombres, sobrevivientes prehistóricos.
Se ha dicho también que los hombres-bestia son un tipo de fenómeno paranormal, que pueden convertirse en un ser cuando disponen de un cierto tipo de energía (eléctrica, nuclear, física, etc.). Otra posibilidad aún más remota es que los hombres-bestia provengan de los Ovnis por motivos todavía desconocidos. Contra esto se ha señalado que si tanto los Ovnis como los hombres-bestia son fenómenos paranormales, es probable que hayan sido creados de la misma manera, lo que podría explicar por qué a veces aparecen próximos en el tiempo y en el espacio. Finalmente, los hombres-bestia podrían ser hologramas, imágenes tridimensionales proyectadas desde el espacio por una inteligencia desconocida. Si esto es así, ¿quién lo hace y por qué?
Los investigadores no están de acuerdo en la interpretación de los datos, y quizá ninguna explicación pueda por sí sola justificar todas las observaciones relatadas. Lo más probable es que la expresión "hombres-bestia" englobe una amplia variedad de fenómenos que, por motivos desconocidos, se nos aparecen (o así lo creemos nosotros) bajo formas muy similares. En cualquier caso, el fenómeno de los hombres-bestia requiere una investigación mucho más profunda.
Al parecer, la altura media de los piesgrandes está comprendida entre 1,80 y 2,10 m, aunque han sido vistos especímenes mucho más pequeños, que podrían ser crías o individuos jóvenes. Otras veces, sin embargo, se reciben informes acerca de ejemplares mucho más altos. En agosto de 1977, un sargento de la USAF y dos amigos suyos vieron un ejemplar de 4,50 m mientras acampaban en el Belt Creek Canyon, en Montana. Dispararon contra la bestia, pero al ver que ésta comenzaba a correr hacia ellos, pusieron pies en polvorosa y escaparon en sus coches. Sin embargo, este tipo de informes sobre visiones fugaces no deben tomarse al pie de la letra, pues las tensiones hacen que las apreciaciones -del tamaño, por ejemplo- resulten a menudo erróneas.
Al parecer, algunos piesgrandes despiden un olor nauseabundo. Con ocasión de una serie de apariciones que tuvieron lugar en los alrededores de Little Eagle, en Dakota del Sur, en el otoño de 1977, un testigo declaró: "Era como el hedor de una persona muerta desde hacia tiempo. Permaneció en el aire durante unos 10 o 15 minutos." Sin embargo, no todos los pies grandes huelen mal. Se ha sugerido que pueden despedir hedor a voluntad, quizá para asegurarse de que la gente permanezca a distancia. Otra característica curiosa es que algunas de estas criaturas tienen ojos excepcionalmente grandes y brillantes, por lo común de color rojo, y a veces amarillos o verdes.
También las huellas son desconcertantes. Por lo general presentan cinco dedos y se asemejan a grandes pies humanos. Otras veces, sin embargo, muestran dos, tres, cuatro o seis dedos. Quizás esta anomalía se derive del trabajo de investigadores muy celosos que han in tentado interpretar huellas poco definidas.
Un número significativo de informes, muchos de ellos realizados por expertos cazadores, reflejan un extraño fenómeno: aparentemente, algunos piesgrandes no resultan afectados por los proyectiles. En principio, las explicaciones posibles son tres: o los rifles utilizados no eran lo suficientemente potentes o los testigos no apuntaron bien debido a la excitación (a pesar de que algunos disparos fueron efectuados a muy corta distancia), o bien los piesgrandes no son criaturas de carne y hueso.
Aunque la teoría de que los piesgrandes no son criaturas de carne y hueso parece increíble, hay, sin embargo, testimonio de evidencias aún más extraordinarias que la apoyan: la afirmación de que algunos piesgrandes son capaces en apariencia de desaparecer o volatilizarse. Una mujer de Pennsylvania que se encontró frente a uno en el umbral de su casa una noche de febrero de 1974, disparó contra él desde una distancia de 1,80 m, quedándose muy sorprendida al verlo desaparecer envuelto en un resplandor de luz. Otros testigos oculares han apreciado indicios de insustancialidad en los piesgrandes que han visto.
En el caso de Pennsylvania, el yerno de la testigo, que acudió en su ayuda al oír el disparo, vio otros piesgrandes en los linderos de los bosques próximos. También observó una brillante luz, roja e intermitente, como flotando sobre el bosque. En otros muchos casos se ha detectado la presencia de Ovnis y piesgrandes en la misma zona y en el mismo momento. ¿Simple coincidencia? ¿O forman parte del mismo fenómeno?
Otro extraño caso en que también intervino un Ovni ocurrió en una granja cerca de Greensburg, en Pennsylvania, la tarde del 25 de octubre de 1973. Al ver aterrizar en el campo una gran bola luminosa de color rojo, el hijo del granjero, Stephen, de 22 años, se acercó para investigar acompañado de dos niños de 10 años, observando desde muy cerca el brillante objeto casi a ras de suelo. También pudieron ver junto a la bola dos grandes criaturas, con apariencia de simio, de brillantes ojos verdes y largo pelo negro. Cuando las criaturas se acercaron, Stephen disparó contra sus cabezas, pero siguieron avanzando hacia los chicos. Entonces disparó tres veces contra la mayor de ellas, que levantó su mano. A continuación el Ovni desapareció y los piesgrandes se adentraron lentamente en el bosque más próximo.
Cuando se solicitó la colaboración de unos investigadores, éstos, a pesar de que no vieron ni a los piesgrandes ni al Ovni, encontraron una zona pelada en el lugar en que había estado el objeto. Stephen entró en trance.
Los cazadores de piesgrandes, que consideran que la labor de su vida es convencer al mundo de la existencia de estas criaturas, tienen una gran tarea por delante, pues, a pesar de la gran cantidad de datos que se poseen, pocos científicos o antropólogos profesionales prestarán atención a su trabajo. Es indudable que si se consiguiese un cuerpo de piesgrandes el caso sería incontrovertible. En consecuencia, hay una especie de rivalidad (incluso hostilidad manifiesta) entre estos cazadores, que luchan por la primacía en capturar o matar uno de ellos. Hasta ahora ninguno ha tenido éxito. En 1917 el geólogo suizo François de Loys mató a un extraño ser de 1,50 m en la frontera entre Colombia y Venezuela, pero el zoólogo Bernard Heuvelmans cree que se trataba de un tipo desconocido de mono-araña.
De los muchos informes procedentes de la URSS, el más reciente hace referencia a un hombre-bestia capturado y posteriormente muerto en las montañas próximas a Buinaksk, en el Daguestán. Un miembro del ejército ruso, el coronel Karapetyan, vio a la criatura cuando todavía estaba viva, y posteriormente dio una descripción muy detallada.
En diciembre de 1968, una noticia proceden te de Minnesota informaba acerca de un cuerpo de piesgrandes hallado en un bloque de hielo. El doctor Heuvelmans y el biólogo Ivan T. Sanderson, que lograron examinarlo, se convencieron de que el hielo contenía el cuerpo congelado de un tipo de homínido desconocido. Sin embargo, y por varias y complejas razones, nunca pudo disponerse del cuerpo para someterlo a un examen adecuado.
Se cree que estas criaturas conocen perfectamente el terreno en que habitan, de modo que pueden moverse mucho más rápidamente que un hombre y permanecer ocultas a voluntad. Así pues, las probabilidades de que un cazador capture o mate una de ellas son muy remotas. La mayoría de las veces, lo único que puede hacer es entrevistar a los que la hayan visto, examinar las huellas y coleccionar recortes de periódicos. Este trabajo, desarrollado por aficionados entusiastas a lo largo del subcontinente norteamericano, ha cristalizado en una acumulación de datos y de teorías acerca de la naturaleza de los piesgrandes y de todos los hombres-bestia. Sin embargo, sin buenas fotografías, sin un cuerpo, sin un esqueleto, sin ni siquiera un solo hueso, lo único que los científicos pueden hacer es especular.
De lo único que estamos seguros es de que se han encontrado numerosas huellas, enormes y de apariencia humana, en zonas remotas -y no es probable que todas sean falsas-, y de que en América del Norte más de mil personas dicen haber visto grandes y peludos hombres-bestia. Las diversas teorías propuestas para explicar estos hechos son igualmente válidas para todos los hombres-bestia.
Por otro lado, existe también la opinión de que los informes sobre hombres-bestia son falsos en su totalidad, cosa que parece improbable. Otra opinión es que en condiciones de es casa visibilidad los observadores pueden con fundirlos con animales conocidos. Esta explicación podría ser válida para algunos casos, pero no para todos ellos. Otro punto de vista es que se trata simplemente de casos de alucinación. Ciertas personas tienen alucinaciones y creen ver cosas que de hecho no existen. ¿No podría tratarse de casos similares? Sin embargo, esta teoría no explica el porqué de las huellas, que sí son reales.
Un punto de vista más aceptable es el de que los hombres-bestia son un tipo de mono gigante o quizás una forma primitiva de un mono parecido al hombre, el Gigantopithecus. Esto es posible, e incluso probable, en ciertas partes del mundo. Otra posibilidad es que los hombres-bestia sean realmente hombres, sobrevivientes prehistóricos.
Se ha dicho también que los hombres-bestia son un tipo de fenómeno paranormal, que pueden convertirse en un ser cuando disponen de un cierto tipo de energía (eléctrica, nuclear, física, etc.). Otra posibilidad aún más remota es que los hombres-bestia provengan de los Ovnis por motivos todavía desconocidos. Contra esto se ha señalado que si tanto los Ovnis como los hombres-bestia son fenómenos paranormales, es probable que hayan sido creados de la misma manera, lo que podría explicar por qué a veces aparecen próximos en el tiempo y en el espacio. Finalmente, los hombres-bestia podrían ser hologramas, imágenes tridimensionales proyectadas desde el espacio por una inteligencia desconocida. Si esto es así, ¿quién lo hace y por qué?
Los investigadores no están de acuerdo en la interpretación de los datos, y quizá ninguna explicación pueda por sí sola justificar todas las observaciones relatadas. Lo más probable es que la expresión "hombres-bestia" englobe una amplia variedad de fenómenos que, por motivos desconocidos, se nos aparecen (o así lo creemos nosotros) bajo formas muy similares. En cualquier caso, el fenómeno de los hombres-bestia requiere una investigación mucho más profunda.