¿Nadie se pregunta cuántos muertos se producen al año por gripe común? Sabía usted que se estiman en unos tres mil, según, por ejemplo, el director del Centro Nacional de Gripe (Valladolid), Raúl Ortiz de Lejarazu. Más que el sida. Muertes en las que no nos hemos fijado porque no tenían rostro. O no los han ocultado.
Aunque entre determinados responsables políticos se está hablando de otra cifra mayor aún: ocho mil defunciones al año tan sólo en España. La Organización Mundial de la Salud calcula que cada año mueren entre medio millón y un millón de personas por la gripe común en todo el mundo. Son cifras complejas, eso sí, porque la infección o enfermedad subyace en otras defunciones, como las causadas por las neumonías. En EEUU, los Centros de Control de Enfermedades atribuyen unas 40.000 muertes al año de media a la gripe común.
¿Por qué la gripe común no es una pandemia?
En España, el Instituto Nacional de Estadística registró el año pasado como directamente atribuibles a la gripe común 74 defunciones, pero se calcula que esta infección influye, según los médicos, en unos 3.000 fallecimientos al año, porque básicamente empeora otras enfermedades, lo mismo que está ocurriendo con la gripe A. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha hablado directamente de mucho más: 8.000 muertes al año.
¿Por qué no estamos hablando entonces de pandemia? ¿Por qué, cada invierno, no hacemos de la gripe común alarma informativa? Y eso que con la Gripe A, según la ministra, nos movemos ante “predicciones al menos similares”. Eso es: una previsión de muertes por Gripe A en España entre 2.000 y 8.000 casos. Los mismos que la gripe común. Aunque la ministra partía de la comparación con el Reino Unido, el país europeo más atacado por el virus, en donde tienen ya 10.000 casos, y 31 fallecimientos, aunque la predicción de mortalidad ante el próximo invierno se ha establecido entre 18.000 y 63.000 personas. Aún así, Marciano Sánchez Bayle, médico y presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, por ejemplo, lo tiene claro: con pandemia o sin ella, nos movemos en un escenario alarmista y mediático. Es buena la prevención, pero no el miedo.
Brotes verdes de conspiración
Dice Sánchez Bayle: “Hay un contexto social favorecedor: vivimos un momento de crisis, y la historia nos enseña que en estas situaciones se propagan más fácilmente las ideologías milenaristas y las construcciones de grandes pánicos ante amenazas, reales o ficticias. Por otro lado, es evidente que una población atemorizada es más fácilmente manipulable, y que mientras la gripe aumenta su protagonismo disminuye el de los problemas sociales relacionados con la crisis”.
Todas estas, son preguntas y respuestas que se lanzan en la red ante la cercanía del próximo otoño y el alarmismo ante la gripe A. En internet, básicamente, vuelven a circular, reescritas y revisadas, brotes verdes de la conspiración y del tamiflu en torno a la Gripe A. Las teorías se renuevan, apuntando a los iluminati, a Donald Rumsfeld, al presunto asesinato de Obama, experimentos militares bacteriológicos, reducción de la población mundial o cortina de humo ante la crisis, pero ante todo incrédulas sobre todo ante el negocio farmacéutico con el antiviral y las nuevas vacunas en experimentación. Necesitábamos una gripe nueva a fin de que las multinacionales farmacéuticas pudieran seguir prosperando.
Esquema del virus
Mientras el virus H1N1 prosigue su expansión por el hemisferio sur del globo y sus cepas se preparan a mutar el próximo otoño en el norte, los ejecutivos de las grandes multinacionales farmacéuticas, se frotan las manos con el incremento exponencial del precio de sus ‘productos milagro’ contra la gripe A. Están en juego más de 4.000 millones de euros, que es la cifra que los Gobiernos de los principales países del mundo pagarán por las dosis de la nueva vacuna, cuyo coste oscila entre cinco y diez dólares por unidad.
¿Quién se enriquece?
Según un reciente informe del banco de inversión JP Morgan, hasta el momento, los principales gobiernos mundiales han confirmado pedidos de más de 600 millones de dosis de la vacuna -que supuestamente estará disponible para su uso en diciembre-, cuyo valor está estimado en 3.100 millones de euros. A ello hay que sumar los pedidos posteriores, además de los que vengan procedentes de otros países emergentes.
La suiza Novartis, que ya ha confirmado unos pedidos de 170 millones de dosis ?por aproximadamente unos 750 millones de euros?, y la británica GlaxoSmithKline (GSK), con 166 millones de pedidos confirmados, son las que más negocio registrarán. Sanofi Aventis, AstraZeneca, Baxter y CSL son las otras farmacéuticas que están en fase de experimentación de la vacuna, al igual que la española Rovi. En España, el Gobierno ha asegurado que adquirirá por lo menos 37 millones de dosis, de las cuales 22 millones se las comprarán a Novartis España y el resto a GSK, para inmunizar al 40% de la población. La inversión total será de 266 millones de euros.
Pero mientras se espera a los inyectables, las farmacéuticas siguen haciendo caja gracias a las ventas de sus antivirales. Roche es una de las que más ha notado en sus cuentas de resultados la alerta sanitaria gracias al incremento de las ventas de Tamiflu, su medicamento antiviral. Éste y el comercializado por GSK, Relenza, son los dos únicos fármacos que hasta ahora han demostrado ser eficaces contra la ya famosa gripe A.
La farmacéutica suiza, en el ojo del huracán de todas las teorías conspiratorias, facturó un 9% más en el segundo trimestre de 2009 gracias a las ventas del Tamiflu. En concreto, la multinacional admite que las ventas de su antiviral crecieron un 203% en los seis primeros meses del año ante la expansión del virus de la nueva gripe.
La gripe porcina
En cualquier caso, ahí, aquí, está internet. Fiel reflejo de las tres direcciones: la conspiratoria, la alarmista y la tranquilizadora. Y ambas tres convergen y surgen y crecen y se reproducen víricamente los flujos de información y las herramientas para seguirlos.
A fecha de 31 de julio, la pandemia de gripe porcina causó 1.154 muertos en todo el mundo desde su aparición en marzo, la mayoría en América Latina, y afectó a 162.380 personas, según un balance difundido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La pandemia del virus de Gripe A (H1N1), declarada tal por la OMS el 11 de junio, alcanza ya a 168 países y territorios, según la organización.
En España, de momento, estamos ante unos 1.200 casos y 15 fallecidos, de un ¿virus imprevisible?, según el consejero vasco de Salud, Rafael Bengoa, si bien por lo que se sabe hasta ahora es menos grave que los virus gripales de cada año. Aunque su capacidad de contagio es mucho mayor, como se ha constatado desde su aparición en México. En un solo fin de semana han muerto en Andalucía tres mujeres víctimas del virus de la gripe A, con lo que el número de fallecimientos por esta causa en nuestro país se eleva ya a 15.
Según la Consejería de Salud, todas las fallecidas padecían alguna patología previa, aunque en el caso de Nayat Eddahiri no se le había diagnosticado la hepatitis hasta el momento de su ingreso en el hospital sevillano de Valme. El país más castigado, y uno de los primeros en donde se conoció la pandemia, es Estados Unidos, con 353 decesos, según la OMS. Aunque el mundo mira hacia Argentina, el segundo con más fallecidos, que ahora está en pleno invierno. Hasta principios de este mes, la cifra ascendía a 337, duplicándose así los 165 muertos difundidos tan sólo hace dos semanas.
Menores de 49 años
A medida que se conocen las características de la nueva gripe se observa que tiene rasgos diferenciales con la común. Uno de ellos es que el H1N1 es un virus de fuera de temporada, pues en verano los casos de gripe común “son mínimos”, como reconoce José María Molero, de la Sociedad Española de Medicina de Familia (Semfyc). Tradicionalmente, el calor impide los contagios, algo que con la gripe A no está pasando. Pero, además, cada virus prefiere un grupo de población distinto: ancianos la común y jóvenes la gripe A. El 75% de las hospitalizaciones y el 60% de las muertes por este virus se dan en menores de 49 años.
Sánchez Bayle reitera que la nueva gripe está teniendo, “en principio, una virulencia y mortalidad bastante baja”, por lo que insiste en que no hay que alarmarse. En este sentido, aseguró que se están tomando muchas medidas “por precaución”, más que “por necesidad”. Entre ellas, las puestas en marcha por algunas comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad. En septiembre, quizá nos empecemos a comportar como nórdicos, y ya no besaremos en las dos mejillas ni daremos la mano o un abrazo a nuestros amigos y compañeros de trabajo. Aunque en Asturias, por ejemplo, el debate sea menos irónico de lo que parece. Si compartir el vaso de sidra o no.
Para reducir la posibilidad de contaminación, existe la “etiqueta respiratoria” que se resume en estornudar sobre el brazo y no sobre la mano si no tenemos un pañuelo de papel desechable y lavarnos las manos a continuación. Si esto último se hace, al menos, 10 veces al día, según los médicos, se reduce significativamente el riesgo de contagio. El mensaje que se debe transmitir es: higiene respiratoria y lavado de manos frecuente. Es la vía elegida por todas las autoridades sanitarias mundiales.
El miedo se dispara
La directora general de la OMS, Margaret Chan, advierte de que lo peor de la pandemia de gripe A puede estar aún por llegar, y dijo que la comunidad internacional debe estar preparada para afrontarlo. “Debemos prepararnos para una segunda, o incluso una tercera oleada del virus, como ha ocurrido en pandemias pasadas”, aconsejó la responsable de la Organización Mundial de la Salud. Pero, desde la red, sin negar la enfermedad, se insiste: estamos inmersos en la peor crisis económica desde 1929. Ya pocos analistas serios y realmente independientes dudan de que estemos ante una crisis sistémica y que nada volverá a ser como antes.
Muchos, incluso, aseguran que estamos ante un auténtico cambio de paradigma no sólo económico sino social y, atención, espiritual del que la fallida capitalista sería sólo una muestra de las muchas que están por venir. Y, entre tanto, el miedo a la Gripe A se dispara. Veamos algunas referencias. Marc Siegel, especialista en gripe porcina y profesor de Medicina de la Universidad de Nueva York, afirma en una reciente entrevista que “esta gripe durará lo que dure en los informativos”. Veremos.
Aunque entre determinados responsables políticos se está hablando de otra cifra mayor aún: ocho mil defunciones al año tan sólo en España. La Organización Mundial de la Salud calcula que cada año mueren entre medio millón y un millón de personas por la gripe común en todo el mundo. Son cifras complejas, eso sí, porque la infección o enfermedad subyace en otras defunciones, como las causadas por las neumonías. En EEUU, los Centros de Control de Enfermedades atribuyen unas 40.000 muertes al año de media a la gripe común.
¿Por qué la gripe común no es una pandemia?
En España, el Instituto Nacional de Estadística registró el año pasado como directamente atribuibles a la gripe común 74 defunciones, pero se calcula que esta infección influye, según los médicos, en unos 3.000 fallecimientos al año, porque básicamente empeora otras enfermedades, lo mismo que está ocurriendo con la gripe A. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha hablado directamente de mucho más: 8.000 muertes al año.
¿Por qué no estamos hablando entonces de pandemia? ¿Por qué, cada invierno, no hacemos de la gripe común alarma informativa? Y eso que con la Gripe A, según la ministra, nos movemos ante “predicciones al menos similares”. Eso es: una previsión de muertes por Gripe A en España entre 2.000 y 8.000 casos. Los mismos que la gripe común. Aunque la ministra partía de la comparación con el Reino Unido, el país europeo más atacado por el virus, en donde tienen ya 10.000 casos, y 31 fallecimientos, aunque la predicción de mortalidad ante el próximo invierno se ha establecido entre 18.000 y 63.000 personas. Aún así, Marciano Sánchez Bayle, médico y presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, por ejemplo, lo tiene claro: con pandemia o sin ella, nos movemos en un escenario alarmista y mediático. Es buena la prevención, pero no el miedo.
Brotes verdes de conspiración
Dice Sánchez Bayle: “Hay un contexto social favorecedor: vivimos un momento de crisis, y la historia nos enseña que en estas situaciones se propagan más fácilmente las ideologías milenaristas y las construcciones de grandes pánicos ante amenazas, reales o ficticias. Por otro lado, es evidente que una población atemorizada es más fácilmente manipulable, y que mientras la gripe aumenta su protagonismo disminuye el de los problemas sociales relacionados con la crisis”.
Todas estas, son preguntas y respuestas que se lanzan en la red ante la cercanía del próximo otoño y el alarmismo ante la gripe A. En internet, básicamente, vuelven a circular, reescritas y revisadas, brotes verdes de la conspiración y del tamiflu en torno a la Gripe A. Las teorías se renuevan, apuntando a los iluminati, a Donald Rumsfeld, al presunto asesinato de Obama, experimentos militares bacteriológicos, reducción de la población mundial o cortina de humo ante la crisis, pero ante todo incrédulas sobre todo ante el negocio farmacéutico con el antiviral y las nuevas vacunas en experimentación. Necesitábamos una gripe nueva a fin de que las multinacionales farmacéuticas pudieran seguir prosperando.
Esquema del virus
Mientras el virus H1N1 prosigue su expansión por el hemisferio sur del globo y sus cepas se preparan a mutar el próximo otoño en el norte, los ejecutivos de las grandes multinacionales farmacéuticas, se frotan las manos con el incremento exponencial del precio de sus ‘productos milagro’ contra la gripe A. Están en juego más de 4.000 millones de euros, que es la cifra que los Gobiernos de los principales países del mundo pagarán por las dosis de la nueva vacuna, cuyo coste oscila entre cinco y diez dólares por unidad.
¿Quién se enriquece?
Según un reciente informe del banco de inversión JP Morgan, hasta el momento, los principales gobiernos mundiales han confirmado pedidos de más de 600 millones de dosis de la vacuna -que supuestamente estará disponible para su uso en diciembre-, cuyo valor está estimado en 3.100 millones de euros. A ello hay que sumar los pedidos posteriores, además de los que vengan procedentes de otros países emergentes.
La suiza Novartis, que ya ha confirmado unos pedidos de 170 millones de dosis ?por aproximadamente unos 750 millones de euros?, y la británica GlaxoSmithKline (GSK), con 166 millones de pedidos confirmados, son las que más negocio registrarán. Sanofi Aventis, AstraZeneca, Baxter y CSL son las otras farmacéuticas que están en fase de experimentación de la vacuna, al igual que la española Rovi. En España, el Gobierno ha asegurado que adquirirá por lo menos 37 millones de dosis, de las cuales 22 millones se las comprarán a Novartis España y el resto a GSK, para inmunizar al 40% de la población. La inversión total será de 266 millones de euros.
Pero mientras se espera a los inyectables, las farmacéuticas siguen haciendo caja gracias a las ventas de sus antivirales. Roche es una de las que más ha notado en sus cuentas de resultados la alerta sanitaria gracias al incremento de las ventas de Tamiflu, su medicamento antiviral. Éste y el comercializado por GSK, Relenza, son los dos únicos fármacos que hasta ahora han demostrado ser eficaces contra la ya famosa gripe A.
La farmacéutica suiza, en el ojo del huracán de todas las teorías conspiratorias, facturó un 9% más en el segundo trimestre de 2009 gracias a las ventas del Tamiflu. En concreto, la multinacional admite que las ventas de su antiviral crecieron un 203% en los seis primeros meses del año ante la expansión del virus de la nueva gripe.
La gripe porcina
En cualquier caso, ahí, aquí, está internet. Fiel reflejo de las tres direcciones: la conspiratoria, la alarmista y la tranquilizadora. Y ambas tres convergen y surgen y crecen y se reproducen víricamente los flujos de información y las herramientas para seguirlos.
A fecha de 31 de julio, la pandemia de gripe porcina causó 1.154 muertos en todo el mundo desde su aparición en marzo, la mayoría en América Latina, y afectó a 162.380 personas, según un balance difundido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La pandemia del virus de Gripe A (H1N1), declarada tal por la OMS el 11 de junio, alcanza ya a 168 países y territorios, según la organización.
En España, de momento, estamos ante unos 1.200 casos y 15 fallecidos, de un ¿virus imprevisible?, según el consejero vasco de Salud, Rafael Bengoa, si bien por lo que se sabe hasta ahora es menos grave que los virus gripales de cada año. Aunque su capacidad de contagio es mucho mayor, como se ha constatado desde su aparición en México. En un solo fin de semana han muerto en Andalucía tres mujeres víctimas del virus de la gripe A, con lo que el número de fallecimientos por esta causa en nuestro país se eleva ya a 15.
Según la Consejería de Salud, todas las fallecidas padecían alguna patología previa, aunque en el caso de Nayat Eddahiri no se le había diagnosticado la hepatitis hasta el momento de su ingreso en el hospital sevillano de Valme. El país más castigado, y uno de los primeros en donde se conoció la pandemia, es Estados Unidos, con 353 decesos, según la OMS. Aunque el mundo mira hacia Argentina, el segundo con más fallecidos, que ahora está en pleno invierno. Hasta principios de este mes, la cifra ascendía a 337, duplicándose así los 165 muertos difundidos tan sólo hace dos semanas.
Menores de 49 años
A medida que se conocen las características de la nueva gripe se observa que tiene rasgos diferenciales con la común. Uno de ellos es que el H1N1 es un virus de fuera de temporada, pues en verano los casos de gripe común “son mínimos”, como reconoce José María Molero, de la Sociedad Española de Medicina de Familia (Semfyc). Tradicionalmente, el calor impide los contagios, algo que con la gripe A no está pasando. Pero, además, cada virus prefiere un grupo de población distinto: ancianos la común y jóvenes la gripe A. El 75% de las hospitalizaciones y el 60% de las muertes por este virus se dan en menores de 49 años.
Sánchez Bayle reitera que la nueva gripe está teniendo, “en principio, una virulencia y mortalidad bastante baja”, por lo que insiste en que no hay que alarmarse. En este sentido, aseguró que se están tomando muchas medidas “por precaución”, más que “por necesidad”. Entre ellas, las puestas en marcha por algunas comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad. En septiembre, quizá nos empecemos a comportar como nórdicos, y ya no besaremos en las dos mejillas ni daremos la mano o un abrazo a nuestros amigos y compañeros de trabajo. Aunque en Asturias, por ejemplo, el debate sea menos irónico de lo que parece. Si compartir el vaso de sidra o no.
Para reducir la posibilidad de contaminación, existe la “etiqueta respiratoria” que se resume en estornudar sobre el brazo y no sobre la mano si no tenemos un pañuelo de papel desechable y lavarnos las manos a continuación. Si esto último se hace, al menos, 10 veces al día, según los médicos, se reduce significativamente el riesgo de contagio. El mensaje que se debe transmitir es: higiene respiratoria y lavado de manos frecuente. Es la vía elegida por todas las autoridades sanitarias mundiales.
El miedo se dispara
La directora general de la OMS, Margaret Chan, advierte de que lo peor de la pandemia de gripe A puede estar aún por llegar, y dijo que la comunidad internacional debe estar preparada para afrontarlo. “Debemos prepararnos para una segunda, o incluso una tercera oleada del virus, como ha ocurrido en pandemias pasadas”, aconsejó la responsable de la Organización Mundial de la Salud. Pero, desde la red, sin negar la enfermedad, se insiste: estamos inmersos en la peor crisis económica desde 1929. Ya pocos analistas serios y realmente independientes dudan de que estemos ante una crisis sistémica y que nada volverá a ser como antes.
Muchos, incluso, aseguran que estamos ante un auténtico cambio de paradigma no sólo económico sino social y, atención, espiritual del que la fallida capitalista sería sólo una muestra de las muchas que están por venir. Y, entre tanto, el miedo a la Gripe A se dispara. Veamos algunas referencias. Marc Siegel, especialista en gripe porcina y profesor de Medicina de la Universidad de Nueva York, afirma en una reciente entrevista que “esta gripe durará lo que dure en los informativos”. Veremos.
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