Durante más de 4000 años, cada día unos macizos arcos de piedra dispuestos en círculos aguardan el amanecer en Salisbury, Inglaterra. Si uno se sitúa en el centro de este círculo y dependiendo del mes en curso, podrá observar entrar el primer rayo de sol por determinado par de columnas; ya que esta construcción fue realizada para coincidir con el punto por donde sale el sol en el solsticio de verano.
Estas grandes piedras distribuidas para funcionar como una especie de calendario son una de las maravillas más grandes del mundo prehistórico, y también uno de los mayores misterios, ya que hasta ahora nadie había podido explicar hasta hoy cómo pudieron los antiguos constructores erguir bloques de casi 50 toneladas.
Aunque aún se desconoce exactamente la función de esta construcción, se barajan varias hipótesis. En la Edad Media se creía que las piedras habían venido y se habían agrupado solas al llamado del mago Merlín. Más adelante se le atribuyó su construcción a los druidas celtas; y, para los astrólogos, Stonehenge les servía a los hombres antiguos para predecir los eclipses lunares y solares. Lo que sí se conoce hoy en día es cuándo y cómo fue levantado gracias a la información provista por el Fideicomiso para la Arqueología de Wessex.
El círculo sobre el que se asienta fue delimitado con un terraplén y una zanja aproximadamente en el 3000 a.C. y 600 años después se colocó la estructura que aun hoy podemos ver: un círculo de columnas con dinteles e forma de anillo continuo; y en su interior una herradura de cinco arcos, realizado con bloques de piedra transportados, en parte, desde Marlborough (sitio que dista 40 km de Salisbury).
Hace unos pocos años, el ingeniero Mark Whitby y el arqueólogo Julian Richards realizaron una demostración bastante acertada de cómo podría haber sido construido Stonehenge junto a un grupo de trabajadores.
El secreto está en el hoyo donde se enclavó la columna más alta, ya que una de sus paredes había sido excavada en forma oblicua. Según esto, se hizo una réplica del mismo y se colocó junto a él una rampa por la que se deslizó un megalito hasta quedar medio suspendido en el aire. Luego fueron deslizándose varias piedras pesadas sobre él, hasta el borde, para lograr que el peso lo hiciera caer y enclavarse en el hoyo. Una vez colocada de la misma forma la columna paralela, se colocó el dintel sobre ellas con ayuda de una rampa de la misma altura de los megalitos y un sistema de cuerdas. De esta manera se levantaron cada uno de los trilitos.
Se estima que con la fuerza de 140 trabajadores, Stonehenge fue levantado en menos de 20 años.
Estas grandes piedras distribuidas para funcionar como una especie de calendario son una de las maravillas más grandes del mundo prehistórico, y también uno de los mayores misterios, ya que hasta ahora nadie había podido explicar hasta hoy cómo pudieron los antiguos constructores erguir bloques de casi 50 toneladas.
Aunque aún se desconoce exactamente la función de esta construcción, se barajan varias hipótesis. En la Edad Media se creía que las piedras habían venido y se habían agrupado solas al llamado del mago Merlín. Más adelante se le atribuyó su construcción a los druidas celtas; y, para los astrólogos, Stonehenge les servía a los hombres antiguos para predecir los eclipses lunares y solares. Lo que sí se conoce hoy en día es cuándo y cómo fue levantado gracias a la información provista por el Fideicomiso para la Arqueología de Wessex.
El círculo sobre el que se asienta fue delimitado con un terraplén y una zanja aproximadamente en el 3000 a.C. y 600 años después se colocó la estructura que aun hoy podemos ver: un círculo de columnas con dinteles e forma de anillo continuo; y en su interior una herradura de cinco arcos, realizado con bloques de piedra transportados, en parte, desde Marlborough (sitio que dista 40 km de Salisbury).
Hace unos pocos años, el ingeniero Mark Whitby y el arqueólogo Julian Richards realizaron una demostración bastante acertada de cómo podría haber sido construido Stonehenge junto a un grupo de trabajadores.
El secreto está en el hoyo donde se enclavó la columna más alta, ya que una de sus paredes había sido excavada en forma oblicua. Según esto, se hizo una réplica del mismo y se colocó junto a él una rampa por la que se deslizó un megalito hasta quedar medio suspendido en el aire. Luego fueron deslizándose varias piedras pesadas sobre él, hasta el borde, para lograr que el peso lo hiciera caer y enclavarse en el hoyo. Una vez colocada de la misma forma la columna paralela, se colocó el dintel sobre ellas con ayuda de una rampa de la misma altura de los megalitos y un sistema de cuerdas. De esta manera se levantaron cada uno de los trilitos.
Se estima que con la fuerza de 140 trabajadores, Stonehenge fue levantado en menos de 20 años.
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