Stonehenge constituye, hoy día, el monumento megalítico más misterioso que existe. Situado en el condado de Wiltshire, en el Sur de Inglaterra, entre Amesbury y Warminster, en el entorno del río Avon, es, dentro de los monumentos megalíticos británicos, cuando menos sorprendete. Si bien es de un diámetro muy inferior a otros conocidos (tiene 98 metros de diámetro, cuando hay otras construcciones circulares (henges) que alcanzan los 500 m.), es su tipo de construcción la que asombra al Mundo. Su doble círculo de trilitos gigantes de arenisca azul la distinguen del resto, máxime cuando está hecho con un tipo de piedra que no existía en la zona.
Este tipo de monumentos comenzó a construirse en el Neolítico, en torno al 3.000 a.C. No obstante, su perfecta construcción, la composición, el acabado de las piedras, la colocan muy por encima de todos los conocidos en la etapa prehistórica de la Europa Occidental. Construida en cuatro fases a partir del 2.800 a.C. se usaron piedras traídas de Avenbury a unos 20 kms., desde el País de Gales a 200 kms. y de Mildford Haven a 250 kms.
Primeramente hay una zanja circular de unos 4 m. de ancho y 1,5 m. de profundidad. En un segundo anillo hay 56 hoyos, conocidos como los “hoyos de Aubrey” uno de los exploradores que en el año 1650 intervinieron en su descubrimiento. Luego de forma concéntrica, hay otros dos anillos de 30 y 29 agujeros cada uno en los que aparecen restos de cremaciones humanas. A continuación se encuentra el conjunto monumental: dos círculos de piedras levantadas de los cuales, el interior tiene forma de herradura. Hay también 5 grandes piedras sueltas: en el anillo de los hoyos de Aubrey está la “piedra de estación”. En el camino que conduce al monumento está la “piedra de talón”; en la entrada hay otra más, y a continuación una piedra de sacrificio y un altar. Antiguamente, y antes de que se llevaran muchas de las piedras, el círculo estaba formado por 30 columnas unidas por dinteles continuos que se montaban sobre las columnas.
Y si misterioso es el origen del conjunto, no menos enigmático es el origen de las piedras azules que se han encontrado en el mismo sitio. Y es que hay una reproducción a una escala mucho menor en el anillo exterior pero hecho con este tipo de piedras que no existen en la zona. Tan sólo son parecidas las existentes en Preseley en el País de Gales.
Muchas dudas que se han trasladado hasta las distintas teorías que han intentado explicar el origen de Stonehenge.
La que en un principio se formuló provino de la mano de Geoffrey de Monmouth, obispo de San Asath y eminente historiador, quien, hacia el 1136 las nombró por primera vez con su nombre actual en uno de sus libros. Este indicó que las famosas piedras habían sido llevadas al lugar desde Irlanda por el Mago Merlín en los días de Ambrosio, para que sirvieran de mausoleo a los grandes reyes. En el círculo de menhires fueron enterrados, según él, tanto Ambrosio como Pendragón, tío y padre del Rey Arturo. De este modo se entroncaba a Stonehenge con la mitología artúrica.
Sin embargo, con el paso de los siglos, esa teoría quedó en el olvido. Fue Aubrey el que en el siglo XVII descubrió que muchos de estos monumentos se hallaban emplazados en lugares donde no habían habitados ni romanos ni sajones. Llegó a la conclusión de que por tanto, debían ser bretones los que lo construyeron, e indicó que seguramente se había construido como Templo de los Druidas.
Hoy día, gracias al Carbono 14, se ha concluido que estas construcciones datan del año 1800 a.C. por lo que es imposible que ni Merlín ni los druidas celtas tuvieran nada que ver. Un siglo más tarde, en el 1700 a.C. esa región fue invadida desde el Rin por las llamadas culturas de la cerámica campaniforme, y fueron ellos que trajeron al lugar las piedras azules desde Pembrokeshire en Gales. Posteriormente, el conjunto fue sufriendo renovaciones hasta quedar en el estado en que está actualmente.
Los misterios en torno al lugar continúan cuando se estudia el sentido de la construcción. ¿Cuál fue el motivo que los llevó a levantar estas colosales piedras? ¿y qué tribu fue la que lo hizo?...
En cuanto a la primera pregunta, hay teorías de todas las clases.
La teoría que piensa que se trata de un Observatorio Astronómico, está basada en los estudios de los Astrónomos Hawkins y Hoyle, quienes encontraron entre las piedras una secuencia lógica. Según la distancia entre los hoyos de Aubrey se pueden prever los movimientos lunares de varios años. Igualmente, los distintos ángulos que forma el sol sobre las piedras solitarias nos ayudan a comprender los equinoccios. Por otro lado, la Astrología, tan ligada a la Astronomía, caza la símbología del círculo con El Sol, y a la herradura con el Menguante de la Luna.
Otra teoría cree en la existencia de una raza de gigantes, los hiperbóreos, adoradores del dios Apolo; una raza de la que se oye dentro de la mitología griega, que pensaba que en el extremo norte de Europa habitaba una raza de gigantes. Incluso el historiador griego Diodoro mencionaba: “hay en la isla un recinto de Apolo y un templo ilustre, y los encargados son los boreales...” Posteriormente se ha relacionado a los hiperbóreos con los iberos, habitantes de la Península Ibérica, donde tantas construcciones megalíticas se han podido encontrar.
Los actuales seguidores de las leyendas druidas se reúnen cada solsticio, uniéndose en círculos alrededor de Stonehenge, pues piensan que esta construcción es en realidad un lugar sagrado, generador de mucha energía positiva.
Por último, las teorías más osadas hablan de Stonehenge como de un puerto espacial para OVNIS; unas balizas que son fácilmente reconocibles desde el espacio y que servirán en el futuro para señalizar la situación terrestre.
Recientemente, hace pocos meses, unos arqueólogos han encontrado en la llanura de Salisbury, muy cercana, los restos de un asentamiento prehistórico. Los expertos creen que en ese poblado vivieron los que posteriormente se encargaron de la construcción de Stonehenge.
Una última mención habría que hacerla con el artículo que en el año 2001 publicó el periódico londinense The Times, quien informó del fraude cometido con este conjunto monumental, pues mediante fotos y estudios del terreno pretendieron demostrar que a principios del siglo XX, el conjunto arquitectónico se había variado, de modo que, si bien las piedras sí estaban ahí desde tiempos inmemoriales, sin embargo, no lo estaban en esa posición. Concluían aduciendo que se les había dado esa forma en círculo y herradura para revitalizar la zona económicamente y darle un mayor atractivo turístico.
Stonehenge ha sido designada candidata a convertirse en una de las 7 nuevas maravillas del Mundo.
Este tipo de monumentos comenzó a construirse en el Neolítico, en torno al 3.000 a.C. No obstante, su perfecta construcción, la composición, el acabado de las piedras, la colocan muy por encima de todos los conocidos en la etapa prehistórica de la Europa Occidental. Construida en cuatro fases a partir del 2.800 a.C. se usaron piedras traídas de Avenbury a unos 20 kms., desde el País de Gales a 200 kms. y de Mildford Haven a 250 kms.
Primeramente hay una zanja circular de unos 4 m. de ancho y 1,5 m. de profundidad. En un segundo anillo hay 56 hoyos, conocidos como los “hoyos de Aubrey” uno de los exploradores que en el año 1650 intervinieron en su descubrimiento. Luego de forma concéntrica, hay otros dos anillos de 30 y 29 agujeros cada uno en los que aparecen restos de cremaciones humanas. A continuación se encuentra el conjunto monumental: dos círculos de piedras levantadas de los cuales, el interior tiene forma de herradura. Hay también 5 grandes piedras sueltas: en el anillo de los hoyos de Aubrey está la “piedra de estación”. En el camino que conduce al monumento está la “piedra de talón”; en la entrada hay otra más, y a continuación una piedra de sacrificio y un altar. Antiguamente, y antes de que se llevaran muchas de las piedras, el círculo estaba formado por 30 columnas unidas por dinteles continuos que se montaban sobre las columnas.
Y si misterioso es el origen del conjunto, no menos enigmático es el origen de las piedras azules que se han encontrado en el mismo sitio. Y es que hay una reproducción a una escala mucho menor en el anillo exterior pero hecho con este tipo de piedras que no existen en la zona. Tan sólo son parecidas las existentes en Preseley en el País de Gales.
Muchas dudas que se han trasladado hasta las distintas teorías que han intentado explicar el origen de Stonehenge.
La que en un principio se formuló provino de la mano de Geoffrey de Monmouth, obispo de San Asath y eminente historiador, quien, hacia el 1136 las nombró por primera vez con su nombre actual en uno de sus libros. Este indicó que las famosas piedras habían sido llevadas al lugar desde Irlanda por el Mago Merlín en los días de Ambrosio, para que sirvieran de mausoleo a los grandes reyes. En el círculo de menhires fueron enterrados, según él, tanto Ambrosio como Pendragón, tío y padre del Rey Arturo. De este modo se entroncaba a Stonehenge con la mitología artúrica.
Sin embargo, con el paso de los siglos, esa teoría quedó en el olvido. Fue Aubrey el que en el siglo XVII descubrió que muchos de estos monumentos se hallaban emplazados en lugares donde no habían habitados ni romanos ni sajones. Llegó a la conclusión de que por tanto, debían ser bretones los que lo construyeron, e indicó que seguramente se había construido como Templo de los Druidas.
Hoy día, gracias al Carbono 14, se ha concluido que estas construcciones datan del año 1800 a.C. por lo que es imposible que ni Merlín ni los druidas celtas tuvieran nada que ver. Un siglo más tarde, en el 1700 a.C. esa región fue invadida desde el Rin por las llamadas culturas de la cerámica campaniforme, y fueron ellos que trajeron al lugar las piedras azules desde Pembrokeshire en Gales. Posteriormente, el conjunto fue sufriendo renovaciones hasta quedar en el estado en que está actualmente.
Los misterios en torno al lugar continúan cuando se estudia el sentido de la construcción. ¿Cuál fue el motivo que los llevó a levantar estas colosales piedras? ¿y qué tribu fue la que lo hizo?...
En cuanto a la primera pregunta, hay teorías de todas las clases.
La teoría que piensa que se trata de un Observatorio Astronómico, está basada en los estudios de los Astrónomos Hawkins y Hoyle, quienes encontraron entre las piedras una secuencia lógica. Según la distancia entre los hoyos de Aubrey se pueden prever los movimientos lunares de varios años. Igualmente, los distintos ángulos que forma el sol sobre las piedras solitarias nos ayudan a comprender los equinoccios. Por otro lado, la Astrología, tan ligada a la Astronomía, caza la símbología del círculo con El Sol, y a la herradura con el Menguante de la Luna.
Otra teoría cree en la existencia de una raza de gigantes, los hiperbóreos, adoradores del dios Apolo; una raza de la que se oye dentro de la mitología griega, que pensaba que en el extremo norte de Europa habitaba una raza de gigantes. Incluso el historiador griego Diodoro mencionaba: “hay en la isla un recinto de Apolo y un templo ilustre, y los encargados son los boreales...” Posteriormente se ha relacionado a los hiperbóreos con los iberos, habitantes de la Península Ibérica, donde tantas construcciones megalíticas se han podido encontrar.
Los actuales seguidores de las leyendas druidas se reúnen cada solsticio, uniéndose en círculos alrededor de Stonehenge, pues piensan que esta construcción es en realidad un lugar sagrado, generador de mucha energía positiva.
Por último, las teorías más osadas hablan de Stonehenge como de un puerto espacial para OVNIS; unas balizas que son fácilmente reconocibles desde el espacio y que servirán en el futuro para señalizar la situación terrestre.
Recientemente, hace pocos meses, unos arqueólogos han encontrado en la llanura de Salisbury, muy cercana, los restos de un asentamiento prehistórico. Los expertos creen que en ese poblado vivieron los que posteriormente se encargaron de la construcción de Stonehenge.
Una última mención habría que hacerla con el artículo que en el año 2001 publicó el periódico londinense The Times, quien informó del fraude cometido con este conjunto monumental, pues mediante fotos y estudios del terreno pretendieron demostrar que a principios del siglo XX, el conjunto arquitectónico se había variado, de modo que, si bien las piedras sí estaban ahí desde tiempos inmemoriales, sin embargo, no lo estaban en esa posición. Concluían aduciendo que se les había dado esa forma en círculo y herradura para revitalizar la zona económicamente y darle un mayor atractivo turístico.
Stonehenge ha sido designada candidata a convertirse en una de las 7 nuevas maravillas del Mundo.
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