El Ararat forma parte de una agrupación montañosa situada en el Kurdistán, formando límite entre la frontera turco-soviética, tiene una altura de 5.095 mts. sobre el nivel del mar y sus condiciones lo hacen prácticamente inaccesible. Al ser la única cumbre nevada de toda la zona, el vapor de agua se condensa a su alrededor, formando nubes que impiden ver la cima y suelen desencadenar fuertes tormentas eléctricas, además de tremendas lluvias. La formación del Ararat es volcánica, por lo que abundan las rocas y guijarros sueltos que se desprenden con facilidad, provocando aludes de nieve o piedras, a veces, con el simple sonido de la voz humana.
Carece de árboles y a partir de cierta altura, también carece de vegetación. A las dificultades para escalarlo hay que agregar la cantidad de serpientes venenosas que se encuentran en las laderas y por la gran cantidad de hendiduras de más de 30 mts. de profundidad.
Además de todos los inconvenientes enumerados, hay que agregar que los habitantes de la zona consideran al Ararat un lugar sagrado e inviolable (por lo que es posible que los escaladores sean atacados y muertos por los lugareños).
La primera escalada oficialmente documentada, en busca del Arca, fue en 1829; aunque ya antes de esa fecha se veneraba un madero fosilizado que se decía que un monje había traído de la cima. Este madero desapareció en el terremoto del 2 de julio de 1840.
En 1829, un médico alemán (consejero de la corte del Zar), el doctor Friedrich Parrot, llegó hasta el Ararat, pero su expedición no tuvo éxito.
Luego siguieron otras expediciones: En 1835 Karl Behrens vio la cruz que Parrot plantara en la cima, pero no encontró el Arca.
En 1845 subió el geólogo ruso Hermann Von Abrich; en 1950 la brigada topográfica del Cnel. Koelzko y en 1956 el Mayor inglés Robert Stuart.
Todos ellos sin éxito en cuanto a encontrar la valiosa reliquia que es el Arca.
La primera evidencia surgió en 1876. El inglés Sir James Bryce encontró por encima de los 3.900 mts. un leño de 120 centímetros de largo por 12 de ancho. Era una madera parcialmente petrificada que mostraba huellas de haber sido trabajada a mano.
El primer avistaje desde el aire fue en 1916. El piloto ruso Vladimir Toscovitzky divisó “algo parecido a un submarino en la cima, más grande que un buque de guerra” (según sus descripciones).
A raíz de este avistaje, el Zar mando una expedición de más de 100 hombres.
Este grupo no solo llegó hasta el Arca, sino que además la midieron, la fotografiaron y entraron por primera vez en ella. Así fue que pudieron determinar que el Arca estaba dividida en compartimentos, algunos de ellos con barrotes y otros con techos tan altos que estaban en condiciones de albergar a animales mucho más grandes que los elefantes, estaba pintada con algo similar a la laca y prácticamente petrificada.
El informe de la expedición llegó a manos del Zar solo dos días antes de la revolución; en el medio de la cual se perdió esta valiosa información; supuestamente en manos de algún ateo revolucionario.
Otros aviadores han visto el Arca (en determinadas épocas del año); sobre todo, durante la Segunda Guerra Mundial. También un personaje famoso, como fue Ripley, (el del “crease o no”) subió al Ararat sin poder llegar a ver el Arca.
Existe una leyenda de desgracias para quienes suban al Ararat o logren ver el Arca (tal vez fomentada por los lugareños a fin de preservar el lugar). .
Así fue que el Ingeniero petrolífero George Jefferson Green sobrevoló la zona en helicóptero (por cuestiones de su trabajo) y divisó el Arca. Tomó por lo menos seis fotos, según sus compañeros que dicen haberlas vistos.
El Ingeniero murió asesinado por desconocidos, desapareciendo sus pertenencias, y entre ellas, las fotos del Arca.
Carece de árboles y a partir de cierta altura, también carece de vegetación. A las dificultades para escalarlo hay que agregar la cantidad de serpientes venenosas que se encuentran en las laderas y por la gran cantidad de hendiduras de más de 30 mts. de profundidad.
Además de todos los inconvenientes enumerados, hay que agregar que los habitantes de la zona consideran al Ararat un lugar sagrado e inviolable (por lo que es posible que los escaladores sean atacados y muertos por los lugareños).
La primera escalada oficialmente documentada, en busca del Arca, fue en 1829; aunque ya antes de esa fecha se veneraba un madero fosilizado que se decía que un monje había traído de la cima. Este madero desapareció en el terremoto del 2 de julio de 1840.
En 1829, un médico alemán (consejero de la corte del Zar), el doctor Friedrich Parrot, llegó hasta el Ararat, pero su expedición no tuvo éxito.
Luego siguieron otras expediciones: En 1835 Karl Behrens vio la cruz que Parrot plantara en la cima, pero no encontró el Arca.
En 1845 subió el geólogo ruso Hermann Von Abrich; en 1950 la brigada topográfica del Cnel. Koelzko y en 1956 el Mayor inglés Robert Stuart.
Todos ellos sin éxito en cuanto a encontrar la valiosa reliquia que es el Arca.
La primera evidencia surgió en 1876. El inglés Sir James Bryce encontró por encima de los 3.900 mts. un leño de 120 centímetros de largo por 12 de ancho. Era una madera parcialmente petrificada que mostraba huellas de haber sido trabajada a mano.
El primer avistaje desde el aire fue en 1916. El piloto ruso Vladimir Toscovitzky divisó “algo parecido a un submarino en la cima, más grande que un buque de guerra” (según sus descripciones).
A raíz de este avistaje, el Zar mando una expedición de más de 100 hombres.
Este grupo no solo llegó hasta el Arca, sino que además la midieron, la fotografiaron y entraron por primera vez en ella. Así fue que pudieron determinar que el Arca estaba dividida en compartimentos, algunos de ellos con barrotes y otros con techos tan altos que estaban en condiciones de albergar a animales mucho más grandes que los elefantes, estaba pintada con algo similar a la laca y prácticamente petrificada.
El informe de la expedición llegó a manos del Zar solo dos días antes de la revolución; en el medio de la cual se perdió esta valiosa información; supuestamente en manos de algún ateo revolucionario.
Otros aviadores han visto el Arca (en determinadas épocas del año); sobre todo, durante la Segunda Guerra Mundial. También un personaje famoso, como fue Ripley, (el del “crease o no”) subió al Ararat sin poder llegar a ver el Arca.
Existe una leyenda de desgracias para quienes suban al Ararat o logren ver el Arca (tal vez fomentada por los lugareños a fin de preservar el lugar). .
Así fue que el Ingeniero petrolífero George Jefferson Green sobrevoló la zona en helicóptero (por cuestiones de su trabajo) y divisó el Arca. Tomó por lo menos seis fotos, según sus compañeros que dicen haberlas vistos.
El Ingeniero murió asesinado por desconocidos, desapareciendo sus pertenencias, y entre ellas, las fotos del Arca.
El Francés Perseverante
Tal vez el personaje más significativo en la búsqueda del Arca, por su perseverancia en el intento, sea el francés Fernand Navarra; quien en cuatro ocasiones escaló el Ararat.
La primera vez lo hizo en 1952, llegando a verla, pero por falta de herramientas adecuadas, se vio imposibilitado de llegar a ella.
La segunda escalada la realizó al año siguiente (1953). Cuando se encontraba a escasos 90 mts. del Arca, el mal tiempo le impidió llegar.
Su tercer intento lo realizó en 1955, esta vez acompañado por su hijo Rafael; de tan solo 14 años. En esa ocasión llegaron al lugar y lograron (con mucho esfuerzo) extraer un madero de alrededor de un metro y medio, de color negro y que denotaba haber sido trabajado a mano.
Realizaron una filmación y bajaron con un pedazo de madero más pequeño, ya que tuvo que cortarlo para poder bajarlo (teniendo en cuenta su peso y lo difícil que resulta el descenso).
La cuarta vez fue en 1969, donde también tuvo éxito y consiguió algunas muestras de maderas.
ANÁLISIS DE LAS MUESTRAS DE MADERAS:
Por supuesto las maderas obtenidas han sido cuidadosamente estudiadas.
Así, el método del Carbono 14 le dio una antigüedad de 1250 a 1750 años; pero teniendo en cuenta la petrificación de la madera, que afecta la composición de radiocarbono, se considera que el método no es el adecuado.
Se encargó su estudio por otros métodos a cuatro prestigiosos establecimientos.
Así fue que, analizándo el tipo de madera y su composición, el Museo de París determinó que era un tipo de roble pero con un grupo celular distinto al actual.
El Instituto Forestal de Madrid, determinó una densidad de 1,100 a diferencia del de 0,800 a 0,850 normal. Ambos datos la sitúan en 5.000 años.
En tanto, el Departamento de Antropología de Burdeos le da aproximadamente 4.500 años y el cuarto instituto investigativo, el Museo de El Cairo la sitúa en una antigüedad de entre 4.000 y 6.000 años.
Con los últimos adelantos satelitales, aumentó la posibilidad de extraer conclusiones y conocimientos de este inaccesible lugar.
Por ejemplo, el satélite norteamericano Erts-1 recibió en su ordenador un rectángulo a escala del Arca y dada su forma perfectamente rectangular (no producible por la naturaleza); aportó un dato importantísimo en esta investigación: determinó la presencia de un objeto similar al Arca, situado a unos 4.200 mts. de altura.
Hoy, gracias a los avances tecnológicos, sería más fácil despejar las dudas sobre el gran objeto que se encuentra en la cima del Ararat, sin embargo están prohibidas las ascensiones , ya que los rusos habían instalado una base de misiles muy cerca y presionaban al gobierno turco para evitar que la CIA pudiese curiosear, disfrazando a sus hombres de escaladores.
Si bien la situación política de las potencias ha cambiado, la prohibición sigue vigente, con riesgo de vida para quienes intenten violar las leyes turcas.
Se supone que actualmente el Arca se encuentra rota, ya que a unos 300 mts. por debajo de los 4.200 mts. se han encontrado maderas; pero allá arriba es prácticamente seguro que descansa el colosal testimonio del diluvio que cambió este planeta, y por sobre todo, la confirmación de un grupo de osados peregrinos que se encuentran no solo en La Biblia, bajo el nombré de Noé, sino en distintas religiones y creencias de los más diversos lugares; pero esta es otra historia ... la historia del Diluvio Universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario