Se dice del Castillo de Edimburgo que es uno de los lugares más encantados del mundo. Es por esta razón que un grupo de científicos quiso comprobarlo por si mismos y así demostrar que la ciencia lo puede explicar todo, aunque esta vez parece que no es así.
Del 6 al 17 de abril de 2001 comenzaba una de las mayores investigaciones sobre fantasmas llevadas a cabo. Un psicólogo de la Unversidad de Hertfordshire se llevó a un grupo de 240 voluntarios con el fin de explorar el Castillo.
Los voluntarios fueron divididos en grupos de 10 y se les equipó con todo tipo de material para identificar fantasmas, como captadores de imágenes térmicas, sensores geomagnéticos, termómetros, visión nocturna y cámaras digitales.
El psicólogo quería ser lo más científico posible con los fenómenos que ocurrían dentro del Castillo y los voluntarios no tenían ni idea de las habitaciones o cámaras donde la gente había visto o sentido algo anteriormente. No solo se les llevó a los lugares encantados sino que fueron guiados por lugares sin ningún tipo de historial paranormal. Los lugares donde los voluntarios notaron presencias coincidían con los que personas anteriores habían indicado.
Entre lo que pudieron sentir los voluntarios se encuentra: caídas repentinas de temperaturas, ver sombras, una persona dijo sentir que el brazo le quemaba, sentimiento de ser vigilado durante todo el tiempo allí, sentir que alguien tira de la ropa o notar como una presencia te acaricia la cara.
Una de las voluntarias fue la elegida para pasar un tiempo en una cámara cercana a South Bridge, se la equipó con una cámara para que pudiese grabar todo lo que allí dentro sucedía. Al poco tiempo de entrar la voluntaria les comunicó que estaba escuchando respirar a alguien en la otra punta de la habitación, y cada vez se hacía más fuerte. También vio una luz en esa misma esquina, pero no quiso mirar otra vez para comprobar de qué se trataba.
Lo que más le llamó la atención al psicólogo fue que casi todas las experiencias paranormales de los voluntarios coincidían con las que otra gente había tenido y eso que al elegir a los voluntarios se tuvo en cuenta que ninguno conociera la historia de apariciones del Castillo. También llama la atención que gente de todo el mundo y en distintos periodos ve lo mismo que otra, incluso sin tener conocimiento de lo que había sido visto en ciertas salas.
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