La escritura automática es un fenómeno paranormal que consiste en que un espíritu o ente, toma posesión de la mano de un vivo y escribe a través de ésta. Es decir, la voluntad de la persona “poseída” se anula, moviéndose sola la mano. Algunos médiums afirman que no tienen ningún control sus manos; mucho menos del mensaje que aparece en una hoja de papel. La primera persona que se supone practicó la escritura automática fue Pearl Curran, en 1913, una ama de casa británica aficionada a la parapsicología.
La señora Curran contactó, como suele ocurrir en estos casos, con un espíritu a través de la tabla de letras y números, conocida como la Ouija. Pronto notó que su espíritu tenía cierto gusto por la literatura, y decidió establecer más contacto con éste. Le pidió que sus mensajes fueran en un inglés más sencillo, ya que se expresaba de una forma un tanto poética.
A través de diferentes sesiones de Ouija, Pearl Curran descubrió que su espíritu había sido una joven inglesa, de tradición cuáquera, que emigró a Estados Unidos, siendo asesinada por una piel roja. Su pasión por la literatura se había visto truncada al morir asesinada. Patience Worth (así se presentó ante la ama de casa), se aprovechó de este contacto con el mundo de los vivos para transmitirle, al principio con la Ouija y posteriormente por escritura automática, una novela: Hope Trueblood. Una obra que fue muy bien acogida por la crítica literaria de la época. Curiosamente, y desconociendo su supuesto origen real, se alabó muchísimo el lenguaje, propio del siglo XVII (época en la que había fallecido Patience).
Pearl Curran contó de dónde provenía su inspiración y súbito talento, lo que generó que varios estudiosos del mundo paranormal y de la literatura la analizaran a ella y a su obra. Todos quedaron sorprendidos con los resultados de las investigaciones: el lenguaje era totalmente perfecto, propio de alguien que hubiera vivido en esa época... A ello hay que añadir que esta ama de casa era inculta, pero otra de sus obras “The Sorry Tale” contenía información sobre sectas judías que sólo podía tener una persona con un alto nivel cultural. Ni siquiera Patience podría haber tenido dicha información. ¿La obtendría de otros espíritus?
Por otra parte, la escritura automática se popularizó en el siglo XX, ya que se recomendaba como terapia para liberar tensiones. Cualquiera puede practicarla; sólo hay que sentarse con un lápiz frente a un folio blanco y esperar a que la mano se mueva sola. Podrán surgir mensajes coherentes o simples garabatos... Algunos plasman su subconsciente y otros... Nunca lo consiguen. Ahora bien... ¿Y si un espíritu aprovecha la situación para comunicarse con nosotros? ¿Qué pensarías?
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