Es curioso que haya misterios o leyendas en la Historia que sólo se hacen conocidos cuando son llevados al cine. De la mano de Tim Burton, y con la genial interpretación de Johnny Depp ahora nos llega al cine una nueva adaptación de Sweeney Todd. Sí, pero, ¿cuál es su verdadera historia? ¿Dónde comenzó su leyenda? ¿Fue un personaje real o ficticio?
Cuenta la leyenda que existió en Londres un oscuro barbero a quien nadie conocía realmente. Oculto en las sempiternas brumas de la Londres del siglo XIX, Benjamín Barker llegó al puerto de la ciudad inglesa tran quince años arrestado por un crimen que no cometió. “No hay otro lugar como Londres para ocultarse“, pensaba, mientras sus pasos se encaminaban al encuentro de su antigua amada esposa Lucy, íntimo y secreto deseo del juez que lo encarceló en extrañas circunstancias, y de su hija Johanna. Pero su dolor y su tragedia no quedaron enterrados con aquellos quince años de penurias presidiarias, pues Lucy, su amada Lucy, se había suicidado poco después de ser apresado, mientras su hija, su niña Johanna, se encontraba bajo la custodia de aquel terrible juez.
Como si de un gótico Conde de Montecristo se tratara, Benjamín Barker, ahora Sweeney Todd, perjeñó su venganza. La rudeza de aquellos años falto de libertad y el dolor de una muerte tan cercana no hizo sino alimentar los odios contra quienes le habían destrozado la vida. Y así, resuelto a que la justicia no fuera de Dios, sino de su propia mano, alquiló la vivienda donde había compartido sus años más felices con su esposa fallecida y su hija, ahora en manos de una ruda mujer, dueña de una pastelería.
Entre engaños y timos, el enloquecido Sweeney Todd ultima su cruel y sangrienta venganza. Instala una barbería, y desde allí comienza su particular carnicería...
Al menos, ésta es la historia que nos venden en la película de Tim Burton. Pero, ¿es cierta? Realmente de aquella historia de este siniestro personaje no se tiene ninguna constancia fehaciente. Tan sólo aquellas primeras referencias que se hicieron a su figura en el año 1846 en la revista "The people´s periodical" en un relato titulado "The String of Pearls: A Romance" en que ya se mencionaba a un personaje de corte parecido. A partir de aquella primera alocución la leyenda de Sweeney Todd no hizo sino engordar. Pero de todas las teorías e historias que se contaron durante dos siglos, y de las que tan habituados están en su tierra natal, el Reino Unido, siempre se podía sacar un hecho común: siempre se trataba de un barbero, siempre usaba una navaja de afeitar para matar y que su cómplice, la dueña de la pastelería que le alquiló el local, se quedaba con sus víctimas, las cuales desaparecían misteriosamente.
Fueron ingredientes suficientes para que la historia se volviera truculenta. Versiones ha habido y habrá, mientras exista la imaginación humana, muchas más de las que de momento ya se han llevado al cine. Porque se ha especulado con el destino final de las víctimas, aunque según la teoría más apoyada es que éstas acababan como ingredientes de los famosos y sabrosos pasteles de carne de la cómplice de Sweeney Todd.
También se especula con el final de aquel barbero loco, pues según algunos, que incluso se atreven a poner fecha a su final, dicen que Sweeney Todd finalmente fue arrestado en el Old Bailey, juzgado y ahorcado en enero del año 1802 en la localidad de Tyburn, pero tampoco hay documento oficial que confirme aquella detención y juicio. Otro dicen que una vez fue descubierto logró huir a Escocia y que actualmente se encuentra enterrado en el cementerio local de Forres.
¿Quién sabe? Una leyenda más, como otras tantas muchas que existen en Inglaterra, Escocia o Gales, países tan aficionados a los misterios. Una cosa sí me atrevería a afirmar. Probablemente, ahora la calle Fleet se incluya en uno de esos fantasmagóricos recorridos turísticos que se hacen por los lugares de Londres donde se han producido los crímenes conocidos.
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