Eran las 11 de la noche de un cálido día de junio de 1950 en la ciudad de Nueva York.
Muchos transeúntes que acababan de salir de la función del teatro, fueron testigos de la imprudencia de un hombre que cruza la calle mientras varios automóviles se acercan velozmente.
Así fue como uno de estos autos chocó a este hombre, quien con un golpe tremendo cayó al pavimento, muriendo instantáneamente.
Este hecho no tendría nada de extraño (ya que sucesos similares ocurren constantemente), si no fuera por el extraño aspecto del muerto.
El hombre atropellado, que aparentaba unos treinta años, se llamaba Rudolf Fenz, según pudo establecer la policía al sacar de sus bolsillos unas tarjetas personales con ese nombre. También encontraron entre sus pertenencias, un recibo por una suma de dinero entregada por la manutención de unos caballos y el cuidado de un carruaje, unos cuantos dólares, ya fuera de circulación y una carta dirigida a su nombre con matasellos del correo de junio de 1876.
Pero lo más asombroso era su forma de vestir: Rudolf Fenz tenia ropas muy anticuadas (no viejas), pero iba impecablemente vestido con larga levita negra, zapatos con hebilla, amplio sombrero haciendo juego y pantalones estrechos.
Las investigaciones policiales para dar con la familia del infortunado, no dieron saldo positivo. Nadie conocía a Rudolf Fenz y en la guía telefónica tampoco figuraba; aunque si aparecía un Rudolf Fenz Jr.
El investigador Hubert V. Rihn del Departamento de Investigación de Desaparecidos, se contactó con la señora de Fenz quien le contó que su esposo había fallecido y de estar vivo, contaría en esa fecha (año 1950) con ochenta y un años. También le contó al investigador, que el padre de su esposo había desaparecido misteriosamente en junio de 1876, cuando una noche salió a caminar y fumar su habitual cigarro nocturno, ya que en su casa no podía hacerlo porque su mujer no aprobaba su vicio..
Su desaparición nunca fue explicada ya que nadie lo había visto y Rudolf Fenz, un hombre hogareño, excelente esposo y padre, tampoco tenía motivos para irse por su propia decisión.
A fin de completar su investigación Hubert V. Rihn consultó la lista de desaparecidos del año 1876 y allí estaba radicada la denuncia de la familia, que buscaba el paradero de Rudolf Fenz, de veintinueve años, quien al momento de su desaparición vestía levita negra, zapatos con hebilla y amplio sombrero.
Esta es la historia de un hombre llamado Rudolf Fenz, que por alguna extraña circunstancia realizó un viaje de 74 años en el tiempo; desde junio de 1876, para morir trágicamente en una calle de Nueva York, también en junio, pero de 1950.
Cuando las puertas dimensionales se abren son muchos los misterios que podemos vislumbrar.
Muchos transeúntes que acababan de salir de la función del teatro, fueron testigos de la imprudencia de un hombre que cruza la calle mientras varios automóviles se acercan velozmente.
Así fue como uno de estos autos chocó a este hombre, quien con un golpe tremendo cayó al pavimento, muriendo instantáneamente.
Este hecho no tendría nada de extraño (ya que sucesos similares ocurren constantemente), si no fuera por el extraño aspecto del muerto.
El hombre atropellado, que aparentaba unos treinta años, se llamaba Rudolf Fenz, según pudo establecer la policía al sacar de sus bolsillos unas tarjetas personales con ese nombre. También encontraron entre sus pertenencias, un recibo por una suma de dinero entregada por la manutención de unos caballos y el cuidado de un carruaje, unos cuantos dólares, ya fuera de circulación y una carta dirigida a su nombre con matasellos del correo de junio de 1876.
Pero lo más asombroso era su forma de vestir: Rudolf Fenz tenia ropas muy anticuadas (no viejas), pero iba impecablemente vestido con larga levita negra, zapatos con hebilla, amplio sombrero haciendo juego y pantalones estrechos.
Las investigaciones policiales para dar con la familia del infortunado, no dieron saldo positivo. Nadie conocía a Rudolf Fenz y en la guía telefónica tampoco figuraba; aunque si aparecía un Rudolf Fenz Jr.
El investigador Hubert V. Rihn del Departamento de Investigación de Desaparecidos, se contactó con la señora de Fenz quien le contó que su esposo había fallecido y de estar vivo, contaría en esa fecha (año 1950) con ochenta y un años. También le contó al investigador, que el padre de su esposo había desaparecido misteriosamente en junio de 1876, cuando una noche salió a caminar y fumar su habitual cigarro nocturno, ya que en su casa no podía hacerlo porque su mujer no aprobaba su vicio..
Su desaparición nunca fue explicada ya que nadie lo había visto y Rudolf Fenz, un hombre hogareño, excelente esposo y padre, tampoco tenía motivos para irse por su propia decisión.
A fin de completar su investigación Hubert V. Rihn consultó la lista de desaparecidos del año 1876 y allí estaba radicada la denuncia de la familia, que buscaba el paradero de Rudolf Fenz, de veintinueve años, quien al momento de su desaparición vestía levita negra, zapatos con hebilla y amplio sombrero.
Esta es la historia de un hombre llamado Rudolf Fenz, que por alguna extraña circunstancia realizó un viaje de 74 años en el tiempo; desde junio de 1876, para morir trágicamente en una calle de Nueva York, también en junio, pero de 1950.
Cuando las puertas dimensionales se abren son muchos los misterios que podemos vislumbrar.
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