Cuenta la leyenda que de un monasterio del siglo XIII se escaparon un monje y una monja para vivir su particular historia de amor, pero su aventura duró poco pues fueron capturados y ajusticiados. El monje fue ahorcado y ella emparedada viva en las paredes del monasterio.
Y fue sobre las ruinas de dicho monasterio donde se construyó la Rectoría de Borley, que está situada en el condado de Essex, Gran Bretaña, en 1863. Esta casa, conocida como “la casa más encantada de Inglaterra”, que quedó destruida por un incendio en 1939, aún hoy sigue siendo considerada escenario de fenómenos inexplicables, como el denominado “paseo de la monja”, “nun’s walk”, que al parecer ocurre el 28 julio de cada año y que consiste en que una aparición blanca vaga como levitando por el jardín, y que convoca en ese lugar a muchos curiosos en esa fecha concreta.
Pero esto no es sino una pequeña parte de la extraña historia de la Rectoría de Borley.
Luces inexplicables, susurros helados, pasos en la soledad de la noche, objetos que vuelan por los aires, sombras humanas sin cabeza, cuerpos etéreos vestidos de blanco que vagan por el jardín, fantasmas que querían salir en la foto... Estos son algunos de los sucesos misteriosos que parecen haber tenido lugar en aquel antiguo caserón.
Los diferentes inquilinos que por allí pasaron sufrieron experiencias difíciles de explicar entre sus paredes. Hubo un investigador y parapsicólogo muy famoso llamado Harry Price, que a finales de los años 20, trabajó junto a la familia Smith, que entonces ocupaba el lugar, para intentar aclarar lo que en aquella casa ocurría, pero que no logró dar una explicación lógica ni científica de cuanto allí presenció.
Y digo presenció porque llegó incluso a vivir allí durante un año para tener información de primera mano. Los Smith no aguantaron más y buscaron otro lugar para vivir.
En octubre de ese 1930, el reverendo Lionel Foyster se mudó a la rectoría acompañado de su amante esposa Marianne. Y entonces comenzó, sobre todo para ella, la pesadilla.
Marianne Foyster era literalmente maltratada por extrañas presencias que a punto estuvieron de matarla en varias ocasiones. Pero había más: aparecían mensajes escritos por las paredes en los que parecían clamar por ayuda, en los que se suplicaban sus rezos salvadores.
Investigaciones posteriores apuntaron a que era la propia Marianne la que era capaz de producir todos esos fenómenos que se atribuían a presencias extrañas. Pero no explican los que les sucedió a los anteriores residentes de tan siniestro lugar.
Años más tarde también se dudó del estudio e investigación que realizó Harry Price, pero más por resultar increíble que por que existieran indicios concluyentes de que todo fuera una gran farsa.
Y fue sobre las ruinas de dicho monasterio donde se construyó la Rectoría de Borley, que está situada en el condado de Essex, Gran Bretaña, en 1863. Esta casa, conocida como “la casa más encantada de Inglaterra”, que quedó destruida por un incendio en 1939, aún hoy sigue siendo considerada escenario de fenómenos inexplicables, como el denominado “paseo de la monja”, “nun’s walk”, que al parecer ocurre el 28 julio de cada año y que consiste en que una aparición blanca vaga como levitando por el jardín, y que convoca en ese lugar a muchos curiosos en esa fecha concreta.
Pero esto no es sino una pequeña parte de la extraña historia de la Rectoría de Borley.
Luces inexplicables, susurros helados, pasos en la soledad de la noche, objetos que vuelan por los aires, sombras humanas sin cabeza, cuerpos etéreos vestidos de blanco que vagan por el jardín, fantasmas que querían salir en la foto... Estos son algunos de los sucesos misteriosos que parecen haber tenido lugar en aquel antiguo caserón.
Los diferentes inquilinos que por allí pasaron sufrieron experiencias difíciles de explicar entre sus paredes. Hubo un investigador y parapsicólogo muy famoso llamado Harry Price, que a finales de los años 20, trabajó junto a la familia Smith, que entonces ocupaba el lugar, para intentar aclarar lo que en aquella casa ocurría, pero que no logró dar una explicación lógica ni científica de cuanto allí presenció.
Y digo presenció porque llegó incluso a vivir allí durante un año para tener información de primera mano. Los Smith no aguantaron más y buscaron otro lugar para vivir.
En octubre de ese 1930, el reverendo Lionel Foyster se mudó a la rectoría acompañado de su amante esposa Marianne. Y entonces comenzó, sobre todo para ella, la pesadilla.
Marianne Foyster era literalmente maltratada por extrañas presencias que a punto estuvieron de matarla en varias ocasiones. Pero había más: aparecían mensajes escritos por las paredes en los que parecían clamar por ayuda, en los que se suplicaban sus rezos salvadores.
Investigaciones posteriores apuntaron a que era la propia Marianne la que era capaz de producir todos esos fenómenos que se atribuían a presencias extrañas. Pero no explican los que les sucedió a los anteriores residentes de tan siniestro lugar.
Años más tarde también se dudó del estudio e investigación que realizó Harry Price, pero más por resultar increíble que por que existieran indicios concluyentes de que todo fuera una gran farsa.