jueves, 16 de julio de 2009

Avistamientos por astronautas: En la Luna, ellos no estaban solos

Han tenido los astronautas experiencias de encuentros cercanos durante sus viajes al espacio? Las fotografías secretas de la NASA parecen contestar la pregunta.

En 1985, el astronauta Gordon Cooper, uno de los primeros que orbitaron la Luna, compareció ante un grupo de asesores de la ONU presidido por el entonces secretario general Kurt Waldheim, e hizo una alarmante advertencia: "Creo que... vehículos extraterrestres y sus tripulaciones nos están visitando desde otros planetas, y que están técnicamente un poco mas avanzados que nosotros. Considero que necesitamos un programa de alto nivel para recoger y analizar la información referente a cualquier tipo de encuentro y para determinar la mejor manera de relacionarnos amistosamente con estos visitantes.

Los argumentos de Cooper para esta declaración eran que había estado en la periferia de las grandes regiones por las que "ellos" se mueven. Además, en 1951, durante dos días tuve ocasión de observar muchos objetos de diferentes tamaños que volaban en formación... a una altura mucho mayor de la que podíamos alcanzar".

Por tanto, uno de los más grandes pioneros de Estados Unidos, un hombre que había detentado el récord de vuelo más largo en el espacio, 34 horas, admitía, ante varios de los hombres más poderosos del mundo, que había tenido encuentros con aparatos extraterrestres. Pero,¿pueden ser ciertas estas alegaciones?

Una historia de avistamientos

Desde la creación de la NASA en 1958, varios de sus pilotos y astronautas han testificado que habían visto ingenios volantes de origen desconocido. El primero en anunciar un avistamiento fue Joseph Walker, piloto del avión de pruebas X-15. Según una charla dada en mayo de 1962m, en los meses anteriores Walker tuvo un encuentro aéreo con dos objetos en forma de disco, lo cuál filmó. En julio del mimo año, otro piloto del X-15, el mayor Robert White, informó haberse encontrado formando parte de una escuadrilla de ovnis mientras volaba a unos 9.800 m de altura.

La NASA rehusó apoyar a sus pilotos y las fotografías y películas que contenían anomalías nunca se publicaron. La línea oficial establecía que los ovnis habían sido identificados como hielos. Pero, aunque la NASA negó tener interés en los ovnis, pronto se demostró que esto era falso.

Durante 1965, el US Federal Bureau of Investigation (FBI) supo de una fuente confidencial que un informador de la NASA estaba "filtrando" encubiertamente información sobre ovnis. Los receptores eran dos personas de Pittburg que, según el FBI, tenían un interés personal en los ovnis y estaban de acuerdo con un empleado de la NASA. En un expediente del FBI, de fecha 2 de septiembre de 1965, se dice: "La fuente cree que la información puede ser clasificada. Por ejemplo, la fuente dijo que [censurado] había visto una filmación en la que se veía un misil separándose de un ovni que aparecía en la pantalla. Antes del vuelo del Gemini 4, [censurado] dijo que veía algo interesante, porque la nave espacial tenía a bordo dispositivos para detectar ovnis...".

Pruebas de un encubrimiento

La documentación del FBI sobre este caso pone de manifiesto dos puntos importantes: la referencia de una filmación en la que se muestra un ovni en vuelo, confirma que la NASA está en posesión de datos sobre los ovnis que oculta al público. En segundo lugar, la mención de la misión Gemini 4. Uno de sus pilotos, James McDivitt, confirmó que, durante la misión, vio con seguridad una forma de objeto no identificado.

Aunque McDivitt no cree que el objeto fuese anómalo, no se adhiere a la teoría del escéptico James Oberg, según la cual el objeto era simplemente la segunda etapa del cohete Titán que lanzó el Gemini 4. Como el investigador afirma en su libro de 1996, Beyond Top Secret, "si éste fue el caso, el único enigma que queda es el aparente fallo de McDivitt en reconocer su propio cohete".

Los misterios de la luna

Después de las misiones Gemini, la carrera espacial se aceleró con el programa Apolo. Tras la promesa del presidente Kennedy de situar un hombre en la Luna, creció el interés por los misterios del espacio y, en particular, por la nueva frontera del hombre: la Luna. Así, cuando los astronautas del Apolo 11 dieron sus primeros pasos sobre la superficie de la Luna el 20 de julio de 1969, incluso el más recalcitrante de los escépticos debió considerar la posibilidad de que la presencia de vida fuera de la Tierra era ya una realidad.

A pesar de las declaraciones de que los astronautas no habían visto nada anormal, circularon rumores de que, durante su estancia en la Luna, la tripulación nunca estuvo sola.

A continuación se incluye una conversación clasificada entre la tripulación del Apolo 11 y el control de la misión:

Apolo 11: ¿ Qué diablos era? Es lo que quiero saber. Estas cosas eran gigantescos, señor. ¿ ¡Dios mío, usted no lo creería!

NASA: ¿Qué... ?¿Qué diablos pasa?

Apolo 11: Están aquí, bajo la superficie.

NASA: ¿ Qué hay ahí? Control de misión llamando a Apolo 11.

Apolo 11: Estamos aquí, los tres. Pero hemos encontrado visitantes... Por las instalaciones, parece que han estado aquí desde hace mucho tiempo... Digo que ahí fuera hay aparatos espaciales. Están alineados en filas al otro lado del cráter...

Sin embargo, las pruebas de este encuentro en la Luna son muy débiles. Otto Binder, ex empleado de la NASA, dijo que esta conversación fue escuchada casualmente por unos radioaficionados que pueden captar un "canal reservado" para estos mensajes. Sin embargo, Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, informó al investigador Timothy Good que no se registró, ni se encontró, ni se vio ningún objeto durante la misión Apolo 11, ni en ningún otro vuelo Apolo que no fuese natural. La única corroboración de esta historia se obtuvo de Maurice Chatelain, experto en comunicaciones de la NASA. En una entrevista efectuada en 1979, Chatelian confirmó que un retardo de tiempo en la transmisión del diálogo entre el centro de control y el Apolo 11 permitió a la NASA censurar la información referente a los visitantes.

Falta de pruebas

Sin embargo no hay manera de comprobar si en la misión Apolo 11 se produjo este incidente. Muchos investigadores dudan de las afirmaciones de Binder y Chatelian, y la NASA niega que hubiese censurado transmisiones. No obstante, un caso similar referente al Discóvery no sólo originó el Watergate cósmico en 1990, sino que también dio un giro a las declaraciones de encuentros extraterrestres de astronautas.

Alrededor de las 6:30 del 14 de marzo de 1990, Donald Ratsh, un radioaficionado de Baltimore, Maryland, estaba siguiendo las transmisiones del Transbordador Discovery cuando oyó la siguiente comunicación: "Houston, aquí Discovery, tenemos un problema. Tenemos un incendio". Poco después dice Ratsh, se oyó una transmisión adicional: Houston, aquí Discovery. Todavía tenemos la nave espacial bajo observación. Esta revelación animó a numerosas personas, entre ellas Bob Oeschler, ex especialista en misiones de la NASA, a hacer sus propias averiguaciones. Después de un intenso período de investigación. Oeschler llegó a la conclusión de que el mensaje no fue transmitido desde el transbordador. En cambio, aventuró que la señal pudo proceder de una zona alrededor de Fort Meade, Maryland, la sede de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU, que está involucrada desde hace tiempo en la investigación de informes de ovnis. Oeschler sólo pudo llegar a la conclusión de que la transmisión fue un fraude orquestado institucionalmente para algún sutil propósito de inteligencia.

Sin embargo, una fuente de la NASA informó a Oeschler que, coincidiendo en el tiempo, el transbordador estuvo involucrado en un incidente con un ovni. Oeschler informa que el encuentro duró ocho horas y produjo problemas en los sistemas eléctricos del Discovery. Ni que decir tiene que las preguntas no han recibido respuesta y que el caso todavía está bajo investigación.

También parece que los ufólogos no estarán satisfechos hasta que la NASA admita oficialmente que sus astronautas han tenido encuentros. Pero la agencia espacial ha mantenido un silencio absoluto sobre el tema de los ovnis en treinta años, por lo que es probable que no se produzca en breve un anuncio como ese.

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