martes, 1 de abril de 2008

Fausto, fue inspirada en un hecho real?

Johann Fust fue sin dudas un personaje medieval, semilegendario que sirvió de inspiración para una de las novelas más leídas de la literatura universal.
Esta idea sirvió de base al Fausto de Goethe (parte I, 1808; parte II, 1833), una obra de enorme repercusión que nos describe a Fausto como un filósofo racionalista dispuesto a arriesgarlo todo, incluso su alma, por ampliar el conocimiento humano, y que obtiene el perdón de Dios por la nobleza de sus intenciones.

Pero de donde sale esta historia, de la realidad o de una simple leyenda de finales del medioevo alemán....Este es el interrogante a develar.

Mito o Realidad
El horrible ruido sacudió las paredes de la Posada del León durante toda la noche. Gritos, rugidos y un extraño retumbar aterrorizaron al vecindario, y sólo al amanecer tuvo el mesonero el valor necesario para tocar a la puerta de la habitación de un extraño huésped llamado Fausto. Al no haber respuesta, el tembloroso mesonero abrió la puerta: ahí, entre los muebles astillados, yacía el cuerpo del famoso hechicero, torcido, desfigurado, horriblemente mutilado.
En una placa de la posada de Württemberg, puede leerse la explicación que dieron los aldeanos al misterio del hechicero muerto: "Mefistófeles, uno de los demonios más poderosos, a quien el hechicero llamó cuñado durante su vida, le rompió el cuello cuando expiró un pacto de 24 años y envió su alma a la condenación eterna." El crimen ocurrió en 1540. Las crónicas modernas no concuerdan en la fecha, pero todas afirman que el maestro Georgius Sabellicus Faustus Junior, como se autonombraba, fue famoso en toda Europa por lo que se consideraba entonces como fraude o verdadera hechicería. un tal Johann Faust, que nació en Württemberg alrededor de 1480. Fue un universitario que se ganó la vida con la enseñanza, los conjuros y la buenaventura. A medida que viajaba de ciudad en ciudad, su fama aumentaba y se extendía, y las misteriosas circunstancias de su muerte (tras jactarse de haber vendido su alma al diablo) confirmaron su notoriedad.

Los primeros relatos históricos
Una descripción de Fausto nos fue legada por Johann Gast, pastor protestante, quien escribió que el caballo y el perro que acompañaban al mago eran en verdad espíritus malignos que trabajaban para su amo como parte del pacto con Satanás.
Otro cronista lo describe como "una bestia oprobiosa, causante de muchos males"
Pero el respetado académico y monje Tritemio, también aficionado a la magia, consideró a su contemporáneo un saltimbanqui y un estúpido que debería haber sido azotado. Otros concordaron, incluyendo un historiador, en que Fausto era sólo uno más de "tantos curanderos estafadores e inútiles"
A pesar de haber provocado tan apasionados ataques, se sabe muy poco de la verdadera vida de Fausto.
Quizá fue un tal Johann Faust que se graduó en la Universidad de Heidelberg en 1509 y estudió ciencias naturales en Polonia. Evidentemente, poco después se hizo astrólogo ambulante, ya que se sabe que, con el nombre de Georg Faust, se hizo indeseable en la Universidad de Erfurt. En 1520 era astrólogo de la corte de Jorge III, el príncipe obispo de Bamberg. Fausto se anunció luego como "astrólogo de la corte del príncipe episcopal". Ocho años después, ya conocido como Jörg Faustus el Adivino, fue expulsado de Ingolstadt. Se cree que llevó una vida disipada y que poseía un gran halo carismático. Durante un tiempo fue profesor de un internado para muchachos en Nuremberg, pero en 1532 se le exilió de la ciudad por corromper la moral de los estudiantes.
Es evidente que el Fausto histórico tenía la tenacidad de un sobreviviente natural, pues siempre emergía de la desgracia y la derrota.
Alegremente distribuyó tarjetas donde se describía como "fuente de los hechiceros, astrólogo, segundo de los magos, quiromántico, aeromántico, piromántico, segundo de la hidromancia".
En 1536, por lo menos dos clientes distinguidos le solicitaron adivinar el futuro: un senador de Mrürzburg, que le pidió una lectura astrológica del destino de la guerra de Carlos V contra el rey de Francia, y un aventurero alemán, quien se disponía a buscar el mítico El dorado en Sudamérica y que quería saber sus posibilidades de éxito.
Aparentemente Fausto satisfizo a ambos clientes, aunque la profecía dada al segundo probablemente se basó más en el sentido común que en lo sobrenatural: le aseguró que todo intento por internarse en las misteriosas tierras sudamericanas fracasaría, y ciertamente El dorado nunca fue hallado.
Fausto fue uno de los pocos que se atrevieron a practicar la magia "negra", aceptando los riesgos espirituales de relacionarse con los demonios para obtener conocimientos secretos. Este demonismo, aunque ofensivo para la sociedad secular y eclesiástica, pudo impresionar a la gente simple, de quienes Fausto se aprovechaba con mucho éxito por medio de discursos y actitudes que elogiaban la maldad. Es posible que, al igual que otros practicantes de la alquimia aceptada, estuviera buscando lo que se llamaba piedra filosofal, el supuesto catalizador para transformar los metales comunes en oro puro. Algunos historiadores han especulado que Fausto pudo ser un "alquimista verdadero", de aquellos que buscaban la perfección interior y purificar sus almas mediante sus solitarios y severos estudios. Según esta teoría, las muchas lagunas en su historia conocida se debieron a periodos de reclusión en los que, al haber ahorrado dinero practicando la magia y la adivinación, pudo estudiar en secreto. Pero esta perspectiva revisionista no tiene mucha aceptación. Más bien, y desde fines del siglo XVI, su nombre ha estado relacionado con las artes ocultas. Aun Martín Lutero, cuyas protestas contra la Iglesia Católica precipitaron la reforma protestante, afirmó que necesitaba la ayuda de Dios para salvarse de los demonios que Fausto había invocado en su contra.

La época
Cualquiera que sea la verdad acerca del Fausto histórico, los tiempos estaban maduros para que florecieran leyendas acerca de él. Era el comienzo de la caída de una era dominada por el cristianismo, se pensaba que la verdad de las revelaciones divinas y la muy diferente verdad de la ciencia humana entrarían inevitablemente en conflicto.
El conocimiento secular se consideraba tan inherentemente maligno que, desde el siglo VI, había leyendas basadas en la idea de que los sabios tenían que vender su alma al Diablo para ganar su conocimiento. Se supone que Teófilo, un arcediano de la Iglesia Católica temprana, traficó con Satanás, y se creía que el papa Silvestre II, un sabio cuya erudición estaba muy adelantada a su tiempo, estaba ligado con espíritus infernales, incluso el mismo Leonardo Da Vinci, fue tildado de brujo toda su vida.
Aun antes, en el inicio de la era cristiana, ciertos místicos judíos crearon hechizos para invocar a Satanás y estas fórmulas pueden encontrarse en libros de magia que estaban disponibles en la época de Fausto. Debe tomarse en cuenta que en ese entonces prácticamente todos creían en la efectividad de la brujería. Y se tenía como algo cierto que los demonios deambulaban libremente atendiendo los asuntos del Diablo.
Otro factor para la enorme popularidad de la historia de Fausto fue la Reforma, en la que los partidarios del protestantismo se opusieron a la Iglesia Católica. Para estos reformadores, la fe imperante estaba corrompida y ellos volvían a las ideas y prácticas de la "palabra pura de Dios". Según ellos, el que Fausto investigara el conocimiento prohibido era impío, al igual que las rebeliones de la inteligencia humana contra las leyes de la Santa Biblia. Para los protestantes ortodoxos, el nigromante merecía la condenación eterna por haber elegido el conocimiento humano sobre el divino.
En cualquier caso, durante el siglo XVI se convirtió en protagonista de cuentos populares y aventuras maravillosas publicadas en Frankfurt por el librero Johann Spiesz bajo el título de Historia de Fausten (más conocido como el Fausto de Spiesz, 1587). De este modo, el pacto de Fausto con el diablo entró para siempre en la mitología popular. En la versión de Spiesz, Fausto compra juventud, sabiduría y poderes mágicos a cambio de su alma inmortal, y el demonio se compromete a servirle durante veinticuatro años.

En la actualidad
En el año 1999, fue hallada en Nuremberg una pila de papeles de fines del siglo XVII, donde el cronista Helagf Hume, describe el siguiente relato:
“ En este día he podido conocer a Johann Faust, un verdadero ser enviado por el demonio para difundir todo su mal en la tierra, sus ojos rojizos son imposible de mirarlos fijamente y su aliento transporta al mismo infierno, en su morada cuelgan plantas extrañas y cuero de animales en donde escribe, habla en lengua vulgar, pero en momentos parece hablar con su maestro en algún lenguaje mágico".
Realmente este, es el enviado del demonio.
28 enero 1531.
Pero pasaron 300 años desde la muerte de Fausto hasta que se escribió la mayor versión literaria de su vida. Johann Wolfgang von Goethe, el gran poeta alemán, escribió durante 30 años su drama poético Fausto. La primera parte apareció en 1808; la segunda, en 1832. Su protagonista rompe claramente con la interpretación tradicional. De hecho, Dios lo salva de la perdición, pues "un hombre bueno, por oscura que sea su aspiración, siempre conoce el camino verdadero". En otras palabras, el Fausto de Goethe es un héroe. Insatisfecho por el conocimiento intelectual y científico, ofrece su alma a cambio de un momento de experiencia que le dé satisfacción total.

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