viernes, 30 de diciembre de 2011

La desconocida del Río Sena: Máscara mortuoria hecha sobre su enigmático rostro

A finales del siglo XIX, el cuerpo sin vida de una mujer fue hallada en el Sena. Había muerto ahogada. Es lo único que se supo a ciencia cierta, dado que jamás fue reclamado por nadie, habiendo sido expuesto durante días en la morgue de la ciudad de París.

Su cuerpo no mostraba signos de violencia, por lo que se sospechó que fue un suicidio. Uno de los trabajadores de la morgue parisina, se quedó tan impresionado de su belleza, que la inmortalizó en una máscara mortuoria hecha sobre su enigmático rostro.

En los años siguientes, una especie de fiebre por la desconocida del Sena, provocó que se hicieran numerosas copias de la máscara. La serenidad que desprendía su cara, su misteriosa sonrisa, hizo que fuera comparada incluso con la mismísima Mona Lisa. Numerosos artistas y escritores de la época la mencionaron en sus obras, convirtiéndose en un icono de la vida bohemia parisina y europea.

La expresión sonriente de su rostro invitó a un sinfín de especulaciones sobre qué pudo haberla originado y mantenido incluso después de muerta. Se llegó a decir que tal vez la máscara no fue hecha sobre un cadáver, sino sobre una joven viva, con la intención de inmortalizar tanta belleza.

La desconocida del Sena, su historia jamás contada y todos sus misterios, han dejado su huella en la historia y en la sociedad. De hecho, en ella se inspiró el prototipo femenino de las películas de la primera mitad del siglo XX. Actrices desde Greta Garbo hasta Brigitte Bardot tuvieron éxito en la gran pantalla por la familiaridad de sus facciones con la desafortunada joven.

A mediados de los años 50 del pasado siglo XX, Pete Sefar, un pionero en medicina de emergencias, descubrió el famoso método de la recuperación cardiopulmonar o RCP, que tantas vidas han salvado y sigue salvando. Para poder enseñar la técnica a sus alumnos, pensó que sería buena idea fabricar un muñeco con el que sus alumnos pudiesen practicar.

Sefar encargó el trabajo a un juguetero noruego, Asmund Laerdal, quien fue el que le puso la cara de la joven del Sena. La llamaron “Resusci Anne”, en su honor. Se dice que Annie ha sido la mujer más besada de la historia. Y con toda razón.

Nadie sabe quién fue, ni lo que hizo en vida, ni lo que sintió, ni que le empujó a acabar con su existencia. Por eso, no deja de ser paradójico que, alguien que fue una total desconocida en vida, acabara siendo una celebridad tras su muerte.

jueves, 29 de diciembre de 2011

La misteriosa muerte de Hitler: Su paso hacia la Patagonia

Recientemente un periodista argentino ha reavivado el fuego de esa lumbre nunca del todo apagada que representa la rumorología en torno a los últimos días de Adolf Hitler. Quizá lo más relevante del nuevo giro de tuerca de esta vieja historia o leyenda urbana sea el dato de que Führer alemán se ocultó algunos días en España en su paso hacia la Patagonia.

El exilio de Hitler es el libro donde se narran estas y otras aventuras. Su autor es un señor llamado Abel Basti, y dice aportar algunas importantes pruebas. Lo cierto es que la obra se acaba de publicar en Argentina y está a punto de hacerlo en el mercado español, de manera que lo que sabemos de ella es apenas lo que el propio Abel Basti cuenta en las entrevistas concedidas para la promoción del libro.

En el fondo viene a redundar en las teorías defendidas por el mismo Basti, y algún otro, desde hace años. El periodista argentino lleva tiempo intentando desentrañar las claves de la presencia de jefes nazis en la Argentina, destacando por una parte la existencia de los planes de evacuación de los alemanes si la guerra se perdía (como así fue) y por otro lado buscando las necesarias complicidades con los aliados para que la huida pudiese realizarse (sobre todo EEUU y Gran Bretaña).

En este punto debemos recordar los hechos tal como y nos ha legado la historiografía oficial que, por cierto, no es ni siquiera reducible a “occidental” en sentido pleno sino que coincide en esencia con la investigación soviética. Cuando en los 90 se abrieron los archivos de los servicios secretos de la URSS referidos al caso Hitler, se comprobó que la versión confirmaba el temprano testimonio de Hugh Trevor-Roper en su obra Los últimos día de Hitler (1947).

Mientras la Armada Rosa entraba en Berlín, varios agentes acompañaban a los tanques en misión impuesta por el mismo Stalin. Había que coger a Hitler, vivo o muerto. Stalin no se hacía ilusiones: sabía que resultaría casi imposible atraparlo con vida pero, en todo caso, quería el cuerpo del Führer a toda costa.

La historia oficial cuenta que cuando por fin los rusos entraron en el Búnker de Berlín encontraron en el jardín varios cuerpos quemados, entre ellos los de una pareja que parecía corresponder a Hitler y a Eva Braun. Stalin ordenó detalladas investigaciones y los rusos intentaron capturar a todos quienes habían vivido las últimas horas alrededor de Hitler.

Los aislaron y los interrogaron durante meses. Querían cotejar las informaciones por si se detectaban incongruencias. Pero no fue así. Los testimonios parciales dieron un cuadro completo en el que apenas había fisuras y que, en suma, perfilaba un cuadro de acontecimientos muy parecido al que, por ejemplo, puede verse en la película El Hundimiento.

Claro que la camarilla de Hitler bien pudo haber diseñado una estrategia previa, es decir, tener ensayados cada uno de los testimonios de manera colectiva. Es algo difícil de creer, pero no imposible. Revelaría, por cierto, que la devoción que sentían por Hitler era sincera e iba más allá de la muerte o desaparición de su líder.

Pero volviendo a las teorías como las de Basti: al menos aciertan en el hecho de que los nazis tenían varios planes para la huida de su Führer (por no hablar de sus dobles) y de otros jerarcas. O sea: ¿pudo haber escapado Hitler de Berlín incluso apenas unas horas antes de que el Búnker cayese? Estamos casi seguros de la respuesta: sí.

Ahora bien: ¿estaba dispuesto Hitler a ello? Sinceramente, nos cuesta creer que quien se emborrachó de poder, fue aclamado como un semidiós, puso a Europa sino al mundo bajo la suela de su bota y soñó los mil años planetarios de dominio nazi, pudiese aceptar la idea de una vida anónima, aburrida y aletargada en una granja perdida de la fría Patagonia.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Plan Andinia: ¿Amenaza para la Patagonia?

A lo largo de la Historia, ésta se ha visto continuamente salpicada por rumores de complot. Son muchas las teorías de la conspiración que llaman poderosamente nuestra atención y, a su vez, muchas las personas que toman partido con su opinión en lo que a su credibilidad se refiere. Ciertas o no, han logrado hacerse un hueco en nuestra cultura incluso llegando, en ciertas ocasiones, a bordear la paranoia, y muchas son las regiones del planeta que se ven influenciadas por estas historias de confabulación.

El Cono Sur, en su sentido más restringido, no iba a ser menos y se convertirá en escenario geográfico de lo que se conoce como “Plan Andinia”: una teoría conspirativa tachada de naturaleza antisemita y que vendría a suponer la creación de un nuevo estado hebreo en la Patagonia argentina y chilena. Decimos que se le tilda de corte antisemita pues comienza a divulgarse en 1971 de la mano del profesor de la Universidad de Buenos Aires, Walter Beveraggi; intelectual de amplia ideología ultraderechista.

Sin embargo, el inicio del tema que nos ocupa gira en torno a la figura de Theodore Herzl (1860-1904), escritor judío autor de “El Estado Judío” y considerado el padre del Sionismo político moderno. Para éste, todo pasaba por la necesidad imperiosa de dar solución al “problema judío” creando un nuevo estado y, según sus propias palabras, “… dos países tienen que ser tomados en cuenta: Palestina y Argentina”.

Según parece, éste y otros argumentos cristalizarían en el “Congreso Sionista Internacional” celebrado en Suiza en 1897, si bien hay quien pone en duda que dicho Congreso haya tenido lugar. No obstante, los partidarios de darle credibilidad, exponen que en aquella reunión se trazaron las líneas maestras de lo que sería la colonización de la Patagonia; llevada a cabo a través de la migración en masa y de la compra de grandes extensiones de tierra por parte de la “Jewish Colonization Association” ubicada en Londres.

Cierto o no, en 1904 muere Theodore Herzl y, algo más de cuatro décadas más tarde, tiene lugar la creación del Estado de Israel (1948). Es entonces cuando cabría pensar que esta serie de argumentos concernientes a la colonización de la Patagonia correrían a disiparse, pero nada más lejos de la realidad. Esta teoría se prolonga en el tiempo llegando a nuestros días presentando unos añadidos más misteriosos si cabe.

En efecto, actualmente existe un sector que piensa y asevera que el Plan Andina pretende crear un desorden económico, social, y hasta militar, que logre la desmembración de la Patagonia de Argentina y Chile; todo ello en connivencia con la actual Presidenta de la República Argentina, Cristina Kirchner, y su homólogo chileno Sebastián Piñera. Aportan todo tipo de datos tales como la presencia en la zona de militares israelíes a lo largo de los años 70 y 80; concretamente, como apuntaron en su día algunos periódicos sudamericanos, en la zona de El Calafate.

Para unos burda e inverosímil, para otros una verdad constatada, todo parece indicar que hay “alimento” suficiente para que esta historia no deje de crecer. Cada día son más los que examinan con lupa las decisiones de los dirigentes políticos esperando confirmar la trama, y los que se aventuran, cámara en mano, a adentrarse en la Patagonia con el pretexto de fotografiar maniobras militares israelíes.

martes, 27 de diciembre de 2011

La desaparición de la cartera de Mussolini: Leyenda de la correspondencia secreta

El 28 de abril de 1945, un convoy del ejército alemán recorría la carretera que comunicaba las cercanías del lago de Como con la frontera suiza. En uno de los camiones militares viajaba, disfrazado de soldado, Benito Mussolini tras haber resultado denegada su propuesta de entregarse a cambio de que su vida, y la de las personas que le habían sido fieles hasta el último momento, fueran respetadas.

A escasos kilómetros de su destino, en las inmediaciones de Dongo, el contingente nazi se encuentra con un puesto de control partisano. Los comunistas se apresuran a revisar el interior de los vehículos y descubren con suma facilidad a Il Duce. Casi de inmediato, el que un día fundara el fascismo italiano y ostentara poderes dictatoriales durante algo más de dos décadas, es fusilado.

Con su ajusticiamiento, nacían los rumores y se hacía grande la leyenda de los importantes documentos que Mussolini llevaba consigo en una cartera de cuero. Estos documentos vendrían a dar un giro de 180 grados en lo que se refiere a las causas por las que Italia habría intervenido en la Segunda Guerra Mundial al lado de la Alemania de Hitler y, sobre todo, pondrían en tela de juicio la actitud y posicionamiento de uno de los grandes vencedores de la contienda mundial: Winston Churchill.

Por todos es sabida la excelente relación de amistad que mantenían el por aquel entonces Primer Ministro británico y el dictador; incluso cuando este último decidió que el destino de Italia pasaba por intervenir en la guerra, si bien todo parecía indicar que el país transalpino iba a adoptar una postura no beligerante. Buena prueba de ello es la ingente cantidad de correspondencia entre ambos mandatarios.

Además, fueron muchísimas las ocasiones en las que el estadista inglés alababa la figura de Mussolini; llegando incluso a comentar que el único capaz de hacer frente a Hitler en la Europa continental, era su colega italiano. No se explica, por tanto, que cuando Mussolini intenta negociar una rendición digna que no supusiera su ejecución ni la de sus allegados, Churchill plantee como condición sine qua non la condena a muerte del que, se suponía, era su amigo.

De esta manera surge la controversia y son muchas las voces que se elevan intentando dar una explicación al respecto. La mayor parte de las teorías apuntan a que, en la documentación que portaba Mussolini en el momento de su muerte, se dejaba entrever una conspiración anglo-italiana tendente a desestabilizar las maniobras militares nazi por parte de las tropas italianas a cambio de importantes concesiones territoriales auspiciadas por el gobierno británico. A esto se suma la opinión de expertos en historia y táctica militares que juzgan el papel del ejército italiano, cuando menos, como sospechoso al tiempo que obviamente ridículo. Y dicen sospechoso porque, si por algo se caracterizaba tal ejército, era por contar con un magnífico mando militar.

El caso es que la cartera con los documentos, se extravió o fue robada según la versión oficial; aunque los partisanos recibieron órdenes explícitas de salvaguardarla y el servicio de inteligencia del bando aliado no escatimó esfuerzos por hacerse con ella.

Probablemente nunca sabremos la verdad y el paradero de aquellos papeles tan relevantes, pero sí contamos con una entrevista concedida por Benito Mussolini antes de su conato de huida que termina con una frase, como mínimo, algo turbadora:
“…De mi parte me siento con la conciencia tranquila de haber hecho todo lo que estuvo a mi alcance en esos años. No sé si Churchill estará igualmente tranquilo y sereno.”

viernes, 23 de diciembre de 2011

Los Dropa: Los alienígenas existían en el Tíbet

El hontanar del misterio es inagotable. Sucede aquí lo que en otros campos: una serie de nombres muy conocidos eclipsan cientos de fascinantes historias que requerirían una mayor atención por nuestra parte. Por supuesto, muchas de esas historias son lisa y llanamente un fraude. Respecto a otras, sin embargo, nos cuesta ser tan categóricos.

¿Qué diremos, por ejemplo, en relación a esa supuesta raza alienígena, los Dropa, a los que en mala hora se les estropeó la nave yendo a estrellarse contra las montañas tibetanas hace ahora más de 120 siglos? Esta historia es singular y causa perplejidad. A pesar de que haya algunos motivos para mostrarnos escépticos.

Básicamente porque, tras consultar blogs de España y Sudamérica, así como otros escritos en lengua portuguesa, italiana e incluso alemana, parece que toda la información proviene de una única fuente: ¿tal vez los libros de Erich von Däniken, que, no olvidemos, son obras que tienen mucho de ficción?

En todo caso, he aquí el (supuesto) relato de los hechos. En 1938, un tal Chi Pu Tei, a la sazón profesor universitario de arqueología en Beijing, organizó con sus estudiantes una expedición de investigación por los confines de China.

Profesor y alumnos acabaron descubriendo unas grutas en las montañas de Baian Kara Ula, en la frontera con el Tíbet. Allí se encontraron con tumbas y esqueletos que testimoniaban seres de inusitada constitución: cuerpos pequeños que no llegaban ni de lejos al metro y medio, frágiles, y con una cabeza desproporcionada.

Otro hallazgo que causó perplejidad a los expedicionarios fue el de cientos de discos, de unos 25 centímetros de diámetro, con figuras y trazos muy semejantes a los jeroglíficos. También había algunos dibujos tallados, algunos de los cuales parecían hablar de extraños humanoides muy semejantes a los marcianos de serie B que Hollywood pondría en circulación en los años 50.

En esta historia, a un nombre del que nada más sabemos, Chi Pu Tei, sucede otro que asimismo es un misterio. Tsum Um Nui, especialista chino, habría examinado en la misma Beijing los discos que los arqueólogos de la primera expedición se habían llevado consigo, consiguiendo la hazaña de descifrar los jeroglíficos.

De modo que Tsum Um Nui se topó de frente con mensajes que referían la caída de una nave espacial en aquella distante región en las fronteras montañosas del Tíbet, así como el temor primero de las tribus que vivían en la zona, seguida de la curiosidad y, finalmente, una especie de locura colectiva que llevó a los lugareños a acabar con (casi) todos los extraterrestres quienes, al parecer, eran de suyo buenos, pacíficos y un poco perezosos en el defenderse.

Esta historia, en primera instancia poco creíble, se cierra con dos hechos que vuelven a sembrar la duda en el investigador imparcial. Por una parte, las fotografías de Ernst Wegerer, un austriaco que por casualidad se topó en 1974, en un museo de Xian, con dos discos que creyó reconocer y que, oh misterio, desaparecieron a los pocos días. De hecho esas fotografías, trucadas o no, son la única evidencia que tenemos de tales discos.

Y, por el último, ciertas coincidencias de la tradición oral de la zona montañosa de Baian Kara Ula, que narra peripecias en las que interviene una raza “extranjera” de hombrecillos esmirriados y rasgos exóticos, que finalmente desaparecieron. En fin, esperamos informaciones más fidedignas y detalladas en los próximos años, que refuten de una vez por todas (o confirmen) la fascinante historia de los Dropa.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Clairvius Narcisse: El muerto viviente más famoso

El día 3 de mayo de 1962, el haitiano Clairvius Narcisse fue declarado muerto y así consta en el certificado expedido a tal efecto. Clairvius murió tras una crisis respiratoria provocada por los golpes recibidos de su propio hermano en una pelea. Tras varios días de agonía, en los que se debilitó alarmantemente y sufrió de espasmos sanguinolentos, terminó siendo enterrado en el cementerio de su aldea.

El día 26 de enero de 1980 un hombre, que llama la atención por ir casi desnudo y aparentemente en estado de shock, llega a la aldea. La policía le pregunta y dice ser Clairvius Narcisse, añadiendo además que ha sido desenterrado, golpeado y obligado a ser esclavo en una plantación. Y lo más curioso es que después se demuestra que la historia que cuenta es real.

Clairvius fue hospitalizado y llegó a recuperarse bastante, aunque no del todo. Entonces pudo aportar más datos a lo narrado anteriormente, como que había sido sometido a vudú para que su cuerpo se diera por muerto. Contó que, aunque no podía moverse debido a la parálisis que sufrió, sí que podía oír todo lo que ocurría a su alrededor hasta que lo enterraron; que intentó pedir auxilio pero le fue imposible; que vivió el terror de sentirse bajo tierra sin saber cuánto tiempo permanecería allí.

Luego siguió narrando cómo trabajó sin descanso hasta que su “amo” murió y entonces tanto él como otros como él, otros zombies, comenzaron a caminar sin rumbo… Entonces fue cuando Clairvius llegó hasta su aldea.

Según los estudios que se le practicaron, Clairvius Narcisse fue intoxicado con una combinación de fármacos, con una neurotoxina que afectó gravemente a su sistema nervioso, para que llegara a parecer muerto, y luego le dieron una especie de pasta fabricado de Datura, lo cual le produjo un intenso atontamiento y periodos de amnesia. Al morir el llamado Bokor, el amo que lo mantenía bajo su control, y cesar la administración de aquello que lo mantenía drogado, pudo recuperar la suficiente consciencia como para volver a la aldea. Eso sí, tuvo la precaución de esperar a que su hermano, al que consideraba culpable de sus males, hubiera ya pasado a “mejor” vida.

Después de leer esta historia es fácil comprender el porqué en Haití existe la costumbre de rematar a los familiares declarados muertos, llegando para ello a dispararles en la cabeza o a decapitarlos, impidiendo así que lleguen a convertirse en zombies.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El Evangelio de Judas: El manuscrito del traidor

En el año 2002 la organización suiza “Maecenas Foundation for Ancient Art” compró un manuscrito antiguo, que databa del Siglo II y que estaba guardado en una caja de seguridad de un Banco de Nueva York. El texto estaba tan deteriorado que parecía a punto de convertirse en polvo. Había sido descubierto por unos campesinos egipcios en el año 1978, sacado del país africano en forma ilegal y luego adquirido por un anticuario que lo conservó hasta venderlo a la fundación suiza.

En el 2004 fue dado a conocer al mundo en una conferencia de prensa y dos años después fue editado y llevado a la pantalla chica en un documental realizado por la National Geographic. Se trataba del Evangelio de Judas, el traidor.

El manuscrito se trata de un códice de 66 páginas, de las cuales un tercio estaban ilegibles. Junto con el Evangelio de Judas, se hallaban otras tres obras: El primer Apocalipsis de Santiago y la Epístola de Felipe, además de un tercer fragmento desconocido, y que fue bautizado como Libro de Alógenes.

El texto que corresponde al Evangelio de Judas está mutilado en varias de sus partes, por lo que hay líneas y palabras que se han perdido y dejan frases inconclusas, historias inacabadas, relatos que deben ser recompuestos.

Pero las palabras aparecen. Y cuentan otra historia de Jesús. Y también de su discípulo Judas. Según este texto, Judas no habría actuado por traición entregando a su maestro, sino que había seguido los dictados del propio Jesús que le pide que obre de esa manera para poder cumplir con el drama divino, para que quede liberado del cuerpo material. “Tú sacrificarás al hombre que me recubre”, le dice Jesús a su discípulo.

Según este evangelio, Judas era el más cercano al maestro, el más avanzado de todos los demás discípulos y el único que podía entender y cumplir con la misión encargada por Jesús.

El Evangelio de Judas se corresponde con las creencias de las escuelas gnósticas de principios de la era cristiana, que aseguraban que la vida, obra y muerte de Jesús debían mantenerse fiel al drama de la creación universal. Este drama postulaba que la materia debía morir para renacer en un nuevo orden más espiritual. Jesús necesitaba la traición para deshacerse de su materia. Y el mandato recayó en Judas, quien cumplió con lo que su maestro le encomendó, como ofrenda de devoción y humildad.

Este evangelio es un consuelo para el espíritu del apóstol, que ha estado por milenios soportando la carga de la traición sin, hasta ahora, ninguna voz que surja a su favor.

martes, 20 de diciembre de 2011

La verdad sobre el caso Galileo Galilei: La leyenda oscura de la Inquisición

La leyenda oscura cuenta que Galileo Galilei, el famoso científico italiano, falleció a manos de la Inquisición; aquélla institución eclesiástica que pretendía erradicar la herejía y no aceptaba el saber científico. Empero, los historiadores han rechazado enérgicamente esa afirmación, ya que el astrónomo y físico murió en otras circunstancias, no tan “llamativas”, si cabe. Una verdad que los detractores de la Iglesia no aceptan y que, curiosamente, sus fieles desconocen.

A la asombrosa edad de 78 años -para el siglo XVI fue todo un prodigio- fallecía, de muerte natural, en su hogar, una villa a las afueras de Florencia, uno de los más grandes científicos que de la historia: Galileo Galilei (1564- 1642). Su legado para la ciencia es indiscutible, pero su relación con la Inquisición es más que cuestionable. Según uno de sus discípulos, su maestro arrastraba desde los treinta años artritis, enfermedad que nunca le impidió seguir trabajando en sus investigaciones.

Igualmente, el único proceso judicial (la condena de 1633) "real" en el que se vio envuelto fue una pena de cárcel que no cumplió, al ser sustituida por arresto domiciliario. Así que nada de pena de muerte como han escrito, erróneamente, algunos autores. Como mucho, tuvo que pasar algún tiempo en una residencia de la Inquisición, en unas habitaciones destinadas, comúnmente, a los eclesiásticos. Además, se le enviaba comida desde la embajada de Toscana, ya que Galileo era el protegido del Gran Duque.

Esta situación privilegiada (teniendo en cuenta cómo eran tratados sus contemporáneos) se explica a que éste era el matemático y filósofo personal del mencionado Gran Duque de Toscana. Éste poseía un vasto territorio, formado por las regiones de Florencia, Pisa, Livorno, Siena, entre otros. Asimismo, mantenía una excelente relación con la Santa Sede, por lo que su embajador, Fransesco Nicollini, se esmeró al máximo para que Galileo no ingresara en prisión, y consiguió que se sustituyera el edicto por una reclusión en la Villa Medici.

También logró que el Arzobispo de Siena, monseñor Ascanio Piccolomini (un admirador), lo alojara en su residencia, hecho que ayudó a que el filósofo se recuperara psicológicamente del proceso (contaba ya con 69 años). Meses después, fue autorizado a trasladarse a su casa en las afueras de Florencia, lugar en el que terminó sus últimos días en absoluta paz y entregado en cuerpo y alma a su trabajo.

Por tanto, Galileo Galilei no murió a manos de la inquisición. Padeció un proceso judicial, efectivamente, pero la pena fue conmutada con varias estancias en diversos lugares donde se le dio un trato exquisito y amable, propio de alguien de su talento. Respecto a su condena, no debe entenderse el proceso como un enfrentamiento entre ciencia y religión (Galileo se consideraba cristiano e intentaba hacer entender que sus planteamientos no iban contra la iglesia), sino como una estrategia de sus enemigos para desprestigiarlo.

La Iglesia no se oponía al avance científico, pero algunos de sus más relevantes miembros no querían aceptar el movimiento rotatorio de la Tierra, una premisa que no encajaba con el pensamiento tradicional cristiano.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Explicación científica de las Plagas de Egipto: Pruebas evidentes biblicas

La ciencia afirma haber encontrado pruebas evidentes que demuestran que las Diez Plagas de Egipto fueron resultado del calentamiento global y una erupción volcánica, y no el acto iracundo de un Dios vengativo. Los investigadores afirman que estas plagas se pueden atribuir a una cadena de fenómenos naturales, provocadas por los cambios en el clima y desastres naturales que sucedieron a cientos de kilómetros de distancia de Egipto.

Las pruebas recopiladas ofrecen nuevas y convincentes explicaciones para las plagas bíblicas. Los arqueólogos creen que se produjeron en la antigua ciudad de Pi-Ramsés, en el Delta del Nilo, capital de Egipto durante el reinado del faraón Ramsés II, que gobernó entre el 1.279 y 1.213 A.C. Esta ciudad parece que fue abandonada hace alrededor de 3000 años, y los científicos afirman que la aparición de las plagas fue la causa.

Justamente al estudiarse la climatología de aquel período histórico se descubrió que, hacia el final del reinado de este faraón, tuvo lugar un dramático cambio de las condiciones climáticas. Mediante el estudio de estalagmitas en cuevas egipcias, los investigadores han sido capaces de reconstruir un registro de los patrones climáticos, usando los rastros de elementos radiactivos contenidos en la roca.

Encontraron que el reinado de Ramsés II coincidía con un período cálido y húmedo pero, a continuación, se transformó a seco. El profesor Augusto Magni, un paleontólogo de la Universidad de Heidelberg dijo: “el faraón Ramsés II reinó durante un período climático muy favorable. Hubo mucha lluvia y el país floreció. Sin embargo, estas condiciones duraron sólo unas pocas décadas. De hecho, al finalizar su reinado, la curva del clima cayó bruscamente en el sentido contrario. Es entonces cuando aparece un época seca que, sin duda, tuvo graves consecuencias”.

Y es por ello que los científicos creen que este cambio en el clima fue el desencadenante de las primeras plagas a las que se refiere la Biblia. El aumento de las temperaturas pudo haber causado que el Nilo se secara, pasando de ser un río caudaloso y abundante que daba vida a Egipto, a una corriente de agua fangosa y estancada. Estas pésimas condiciones serían perfectas para la llegada de la primera de las plagas, aquella en la que dice la Biblia que “las aguas se teñirán de sangre”.

El Dr. Stephan Plugmacher, biólogo del Instituto Leibniz en Berlín, cree que esta descripción concuerda a la perfección con el resultado de la existencia en el agua de un alga tóxica: la Oscillatoria rubescens, que aún existe hoy en día. Esta alga se multiplica masivamente en aguas cálidas y con curso lento o estancadas, y cuando muere tiñe el agua de rojo.

Por otra parte, los investigadores también afirman que este primer fenómeno condujo a la segunda, tercera y cuarta plagas: ranas, piojos y moscas. Además se ha comprobado que el estrés acelera el desarrollo de las ranas. Las malas condiciones del río Nilo y la sequía tuvieron como consecuencia que estos animales se multiplicaran y se vieran forzados a abandonar su hábitat, e invadieron las ciudades. Al morir éstas, y al haberse quedado sin depredadores que controlaran su población, los mosquitos, moscas y otros insectos se extendieron por doquier.

Esto, a su vez, originaría las plagas quinta y sexta: ganado enfermo y sarpullidos y úlceras en humanos. Se sabe que los insectos transmiten enfermedades, tales como la malaria, por lo que el siguiente paso es la reacción en cadena de brotes de epidemias en la población.

Se cree también que otra gran catástrofe natural, a más de 400 millas de distancia, pudo haber sido la causa de la séptima, octava y novena plagas: granizo, langostas y oscuridad. Una de las mayores erupciones volcánicas de la historia ocurrió cuando Thera, un volcán que se encuentra en Santorini, justo al norte de Creta, hizo explosión hace unos 3.500 años, y arrojó miles de millones de toneladas de ceniza volcánica a la atmósfera.

La científica Nadine von Blohn, cree que esta ceniza volcánica podría haber chocado con tormentas sobre Egipto, provocando fuertes granizadas. Por otra parte, otro científico, Siro Trevisanato, está convencido de que la plaga de langosta se puede explicar a raíz de la lluvia de cenizas: “la ceniza causa anomalías climáticas que se traducen en mayores precipitaciones y mayor humedad. Y eso es precisamente lo que fomenta la presencia de langostas”.

Esta misma ceniza volcánica podría haber ocultado el sol, ocasionando así la oscuridad de la que hablan los textos sagrados.

El origen de la última plaga, “la muerte de los primogénitos”, pudo deberse a causa de un hongo que envenenó los suministros de granos. Dado que, según la costumbre egipcia, el mayor de los hijos varones era el primero que tenía derecho a comer, también fue el primero en caer enfermo y morir.

Y eso es todo. Espero que estas explicaciones, que yo considero muy razonables y plausibles, os ayuden a entender un poco más uno de los muchos misterios que guarda la Biblia.

viernes, 16 de diciembre de 2011

El misterio de las hermanas Fox: Uno de los casos más importantes en la historia del espiritismo

Pocas personas han influido de manera tan significativa en el mundo del Espiritismo como las hermanas Kate y Maggie Fox las cuales, ya desde niñas, daban muestras de poder comunicarse con entidades “de otros planos”.

La familia Fox llegaba al pequeño y apacible pueblo de Hydesville (Nueva York) a finales del año 1847, para instalarse en su recién adquirida casa de campo. Durante sus primeros meses de estancia las cosas parecían ir bien, al menos dentro de lo normal. Poco después, la tranquilidad de la familia se vería turbada por unos extraños golpes secos (que hoy en día los espiritistas denominan “Rap”) y que parecían producirse de manera intencionada en presencia de las pequeñas Kate y Maggie (de 6 y 8 años de edad).

La intranquilidad de la madre se convertiría en miedo al ver a su hija Maggie exclamar: ¡Eh tu, patas de cabra, haz lo que yo hago! y a continuación escuchar aquellos extraños golpes después de cada chasquido de dedos que efectuaba la niña, como si la acompañara.

Ante esto, la madre decidió poner a prueba el fenómeno pidiendo a aquel “ente” que le dijera las edades de las niñas y escuchó tres series de golpes, primero 8 (los de Maggie), luego 7 (los recién cumplidos de Kate) y un 3. La señora Fox, quedó completamente convencida del fenómeno, ya que una hija suya había muerto al cumplir los 3 años. Unos días después preguntó a aquel ser si era un ente vivo, a lo que no obtuvo respuesta.

A partir de esto, la fama de las pequeñas fue en aumento. Portadas de periódicos y revistas, fueron recibidas por lo más selecto de la alta sociedad e incluso de la política. La mayoría de los investigadores paranormales de la época, a pesar de que no las consideraban como Meduims (en el sentido más amplio), sí estaban de acuerdo en que las hermanas Fox tenían algún tipo de habilidad natural para comunicarse con entidades de otros planos, y recibir las respuestas en forma de “raps”.

Para la nación más avanzada en cuanto a investigación científica del momento, Kate y Maggie eran un misterio que no se podía explicar, y durante 40 años vivieron en medio del reconocimiento y la admiración del mundo entero. Eran la prueba viviente de la existencia de algo más allá de nuestra realidad tangible.

Pero la gran decepción vendría en 1888, cuando las hermanas Fox declararon en el New York Herald que el espiritismo era una maldición que Dios había puesto en su contra y que todo era mentira. Admitieron que desde niñas, habían desarrollado la habilidad de chasquear los dedos de los pies, perfeccionándola con el paso de los años y que al principio sólo era un juego (alentado por el efecto que provocaban en los mayores) pero que, llegado un punto, ya no fueron capaces de reconocer el engaño.

Es curioso que, durante los 40 años que duró dicho fraude, ningún investigador (ni paranormal ni científico) pudiera encontrar la más prueba de trampa. Aunque ellas mismas lo admitieron, hoy en día siguen siendo citadas como uno de los casos más importantes en la historia del espiritismo.

jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Resuelto el misterio del Chupacabras?: Sigue el misterio

Hasta ahora, las historias sobre el misterioso “chupacabras” circulaban alrededor del mundo, dando lugar a gran cantidad de especulaciones, pero los científicos han resuelto el misterio que rodea a este animal legendario. Lejos de la figura de monstruos malignos que hincan sus colmillos en el ganado para beber su sangre, los chupacabras no serían sino perros salvajes afectados por una forma mortal de la sarna.

La leyenda del chupacabras comenzó después de numerosos informes de ataques a animales en Puerto Rico y México, donde se descubrieron cuerpos de ovejas muertas con heridas punzantes, con su sangre completamente drenada. A estos informes siguieron una ola de casos similares en otros lugares de América Latina y Estados Unidos.

A continuación, llegaron los avistamientos de animales de aspecto maligno, descritos como perros, o bien como roedores y hasta reptiles, con hocicos largos, colmillos grandes, gruesas pieles cubiertas de escamas color gris verdoso y un olor desagradable. Inmediatamente se vincularon las apariciones de estos seres con los cuerpos de animales sin sangre, señalándolos como los responsables de las muertes.

Sin embargo, los científicos piensan que un ácaro de 8 patas que se desarrolla bajo la piel de los coyotes puede dar a estos animales el aspecto del famoso “chupacabras.”

El ácaro responsable de la extrema pérdida de cabello vista en “el síndrome del chupacabras” es el Sarcoptes scabiei, que también ocasiona la erupción cutánea con comezón conocida como sarna en las personas. La sarna humana, si bien molesta, no suele ser un problema grave de salud o estético, en parte porque nuestros cuerpos ya han perdido prácticamente todo el cabello, y porque la población de ácaros en una determinada persona, por lo general, es relativamente pequeña, sólo 20 ó 30 ácaros.

Los seres humanos han desarrollado defensas naturales ante este ácaro en los últimos años. Cuando empezamos a domesticar perros, es probable que hayamos contagiado el ácaro a estos. Cuando los ácaros luego se transfieren a los perros salvajes, como zorros, lobos y coyotes, las víctimas parecen ser menos capaces de luchar contra ellos.

En una nueva asociación huésped-parásito, los efectos son terribles. La mortalidad puede ser relativamente alta debido a que las especies de acogida no han tenido ninguna historia evolutiva con el parásito, por lo que no han sido capaces de desarrollar alguna defensa.

En estos animales, lamentablemente, un gran número de ácaros cavan túneles bajo la piel, causando la inflamación, que da lugar a un engrosamiento de la piel. El suministro de sangre a los folículos del cabello se corta, por lo que el cabello se cae. En casos particularmente graves, la débil condición del animal abre la puerta a bacterias que causan infecciones secundarias de la piel, a veces produciendo un olor fétido.

Uniendo todo esto, el producto es una criatura fea y desnuda, con una especie de cuero, maloliente: la que se ha denominado “chupacabras”.

Debido a que estos animales se encuentran muy debilitados, no pueden cazar, por lo que se ven obligados a atacar el ganado, una presa más fácil que un conejo o ciervo.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Autómatas: Misteriosos muñecos diabólicos

Un autómata, según la Real Academia de la Lengua Española y en su segunda acepción, es una “máquina que imita la figura y los movimientos de un ser animado”, por tanto, una estructura que reproduce de forma automática, mediante complejos mecanismos, movimientos similares a los seres humanos o animales.

Estas máquinas se remontan a la antigüedad desde la imperiosa necesidad del ser humano de emular a la naturaleza en su creación. Los primeros autómatas eran de madera, y si tienen forma humana se les denomina “androide”. Fueron una especie de pre-robots, un salto cualitativo de la primitiva ciencia.

Sus creadores buscaban con ahínco que éstos fueran a imagen y semejanza de los seres humanos y que, incluso, dieran la impresión de pensar por sí mismos. Los engranajes en los que se basaban sus complejos esqueletos son los primeros bocetos de la actual robótica. No obstante, lo que a priori debería parecer un asombroso descubrimiento tecnológico, se convirtió en objeto de recelo para muchas personas que empezaron a ver en ellos títeres del demonio.

Pero al contrario de lo que muchos tachaban como obras del mal, los autómatas funcionaban mediante diferentes mecanismos que se basaban en aire y agua caliente con válvulas, palancas y contrapesos y engranajes, entre otros. Sus rostros y movimientos causaban inquietud en las multitudes, que se asustaban al verles mover los ojos de un lado para otro, parpadear, sonreír, mover los brazos y piernas... Y hablar.

Pronto nacieron leyendas que aseguraban que estos autómatas eran poseídos por espíritus y que tenían capacidades psíquicas. Ejemplo de ello, son los bustos de zíngaras que, a cambio de una moneda, se activaban y adivinaban el porvenir. También sus artífices empezaron a ser observados con resquemor, ya que se les atribuía la fabricación de extraordinarias máquinas que jugaban al ajedrez o palomas que podía volar. En algunos casos, se les acusó de herejía y/o pactos con el diablo.

¿Por qué los autómatas causan recelo?

Sus cuidados movimientos, unidos a la música que les suele acompañar, los relaciona directamente con algo más allá que la mera tecnología, con un ente mágico. Es la imitación de la vida misma, como cuando Dios nos creó a imagen y semejanza. No obstante, estas vidas artificiales, con carácter y personalidad propias, carecen de alma, empero son productos artesanales, únicos en su existencia.

Lo que es indudable es que cuando miramos a los ojos de un autómata, algo nos inquieta. A veces es difícil separar de nuestra percepción que son piezas inertes que reciben el hálito a través de engranajes mecánicos, y llegamos a verlos como máquinas poseedoras de alma. Evidentemente, nada más lejos de la realidad, todo forma parte de nuestra imaginería.

Por tanto, he aquí el misterio de los autómatas.

martes, 13 de diciembre de 2011

Proyecto HAARP: ¿El arma más poderosa?

El 12 de enero la tierra tembló en Haití. Murieron 200 mil personas, una auténtica barbaridad. Hugo Chávez dijo que la culpa era de los… ¡EEUU! Parecía una de sus típicas butades. Pero en realidad Chávez simplemente se hacía eco de las informaciones que llegaban desde Rusia. De hecho los rusos no se quedaron ahí y responsabilizaron a su antiguo archienemigo de otros terremotos, como el de China en 2008.

Es más: ya una semana antes del terremoto de Haití científicos y políticos rusos venían acusando a EEUU de estar detrás de la ola de frío que azotaba el norte planetario a principios de año. Ocho meses después, el extremo es el contrario pero las acusaciones las mismas. El calor y los incendios consumen Rusia mientras que los investigadores de ese país siguen señalando con el dedo a la potencia americana.

Y bien preguntaréis: ¿qué extraña y maniática rabieta tienen los rusos con los yanquis para que los culpen de prácticamente todos los desastres naturales que asolan al planeta? La solución a este misterio se resume en las siglas HAARP. ¿Qué es el HAARP?

Las siglas esconden la siguiente palabrería: High Frequency Advanced Auroral Research Project. Se trata de un proyecto patrocinado por instancias militares desde los años 90 en una base situada en Alaska, donde un ejército de 180 potentes antenas transmiten ondas electromagnéticas de alta potencia que inundan la ionosfera.

El HAARP se presenta como un complejo programa de investigación climatológica pero, según algunos, no es sino el último capítulo de lo que a veces se llaman armas meteorológicas, cuyo desarrollo comienza al finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Nos permitiréis que no entremos demasiado en detalle acerca del funcionamiento del HAARP. A decir verdad, solo hace unas cuantas semanas tuvimos conocimiento de este fascinante y enigmático programa, y a falta de un mayor estudio tampoco queremos repetir sin más lo que ya circula por numerosas páginas de Internet.

Si os diremos que muchos científicos han levantado la voz para advertir contra el HAARP. Dicen, a grandes rasgos, que funciona como una especie de enorme calentador de la atmósfera, en concreto de la ionosfera. Las consecuencias, aseguran, no se pueden calibrar a ciencia cierta pero al menos las alteraciones climáticas parecen inevitables.

No solo eso. No son pocos los investigadores que van más allá: no se trataría que todas esas antenas o radares funcionando en Alaska provoquen transformaciones aleatorias en el clima sino que las alteraciones podrían ser programadas para cualquier parte deseada del mundo.

Si fuera así entraríamos en un terreno peligroso: Un arma capaz de provocar tormentas, inundaciones, sequías prolongadas, tornados, tsunamis…una máquina del tiempo con el que controlar el mundo. ¿Y provocar incluso un terremoto? En efecto, hay quien cree que el HAARP podría hacer tal cosa.

Lo cierto es que todo esto, que suena a desbocada ciencia ficción, no es ni mucho menos un secreto. Científicos rusos, como decíamos al principio, han acusado repetidas veces de que ciertos desastres naturales no eran en el fondo tan “naturales”. Aunque también desde el otro lado se ha llegado a señalar por voces neocons que el Katrina, el tornado que destrozó Nueva Orleans, fue un efecto del “HAARP ruso”: el proyecto Sura.

Porque en efecto parece que los rusos no se quedaron atrás y desde la década de los 80 cuentan con su propia instalación para andar enredando por la ionosfera. El panorama es inquietante. ¿Hemos de creer que existe una posible arma tan poderosa? Está claro que durante la guerra fría se gastaron cantidades ingentes de dinero en desarrollar nuevo armamento, alguno tan estrambótico como el que se ensayaba hipnotizando a las cabras o buscando pócimas de seducción.

Y en el fondo nos tememos que la industria militar está más viva que nunca. Hay tantos intereses en juego que cuando no es el soviet será la guerra contra el terror o cualquier otra inventada amenaza global: las excusas no van a faltar nunca. Y si hace ya 65 años que el hombre se calumnió a sí mismo creando la bomba atómica, ¿qué demoníacos ingenios no habrá sido capaz de alumbrar desde entonces con su retorcido, grandioso, brutal cerebro?

lunes, 12 de diciembre de 2011

El Santo Grial: Una búsqueda mística

La búsqueda del Santo Grial es uno de esos mitos que perduran siglo tras siglo; una creencia entre mística y popular que se originó allá por el siglo XII y que no se ha abandonado hasta el día de hoy. Y como suele ocurrir en historias de este tipo, su leyenda se ha ido engrandeciendo con el tiempo y haciendo que cada vez se presente más difusa esa extraña barrera entre la ficción y la realidad.

¿Qué es realmente el Santo Grial?... La creencia popular siempre pensó que era el cáliz de Cristo, aquel que utilizó en la Última Cena, la copa con la que posteriormente José de Arimatea recogió la sangre del Hijo de Dios mientras estaba crucificado, y quizás por ello, se le atribuyen poderes misteriosos.

Con el paso de los siglos, aquella búsqueda de ese Sagrado Cáliz a la que se ha asociado a los Caballeros Templarios, e incluso hasta al Tercer Reich alemán, se ha convertido en algo más que la propia física de una copa de madera. De ese Santo Grial se ha teorizado con que podría tratarse incluso de la matriz de María Magdalena a la que determinados escritos (supuestamente escondidos por la Iglesia) asocian con la esposa de Jesús, con el que probablemente tuvo descendencia.

Y es a partir de esa teoría cuando se comienza a relacionar a la búsqueda del Santo Grial con la búsqueda de la descendencia de Cristo.

Un primer documento, del año 1010, menciona por primera vez en latín medieval, la palabra “gradales”, de la que derivó posteriormente “graal” (en francés), “grail” (en inglés) y “grial”, en España. Precisamente en nuestro país, por Grial se designaba en épocas medievales a ciertos recipientes en forma de copa de uso doméstico.

Una forma más, ésta, de relacionarlo con la búsqueda del Cáliz. Pero los que defienden la teoría de la descendencia, hacen hincapié que la derivación de aquel “gradal” inicial a “graal”, no fue correcta. No fue el “San Graal” lo que se trasladó, sino el “Sang Raal”, es decia, la Sangre Real. Puede que, según esta teoría, lo que se trasladara de Asia a Europa no fuera entonces una copa de madera, el Grial o cáliz de Cristo, sino la Sangre Real, el linaje y descendencia de Cristo.

Obviamente, un descubrimiento así podría suponer un auténtico terremoto para las creencias religiosas cristinas, y podría suponer daños irreparables para la Iglesia Católica. Quizás por ello se han asociado distintas facciones misteriosas que luchaban a lo largo de los siglos por defender ese sagrado cáliz y mantenerlo oculto y otros por lo contrario, sacar la Historia a la luz. Nombres como el del Priorato de Sion, o el de los Illuminati se han asociado con su búsqueda.

Sin embargo, hubo un hecho que reforzó la leyenda. Fue en un perdido pueblo francés, allá por el siglo XIX, de nombre Rennes-Le-Chateau. Desde el siglo XII diversos escritos comenzaron ya a hablar de la leyenda, relacionándola con el Rey Arturo y sus caballeros. Eran los años en que los Templarios dejaron atrás Jerusalén. Un siglo después, un poeta alemán, Wolfram von Eschenbach, dejó escrito que los templarios custodiaban y ocultaban aquel objeto sagrado. Investigaciones realizadas en pleno siglo XX sacaron a la luz teorías (que no pruebas) de que durante siglos hubo una conspiración eclesiástica apoyada por los reyes de Francia de aquella época para mantener oculto un terrible secreto. Aquellas teorías que se plasmaron en un polémico libro, El Enigma Sagrado (1982), y que concluía afirmando que la búsqueda del Santo Grial era la búsqueda de todo el linaje de David con el que se entroncaba el de Jesucristo, fueron las que sirvieron de base para el libro de Dan Brown, El Código da Vinci, el que finalmente le ha dado la fama necesaria a un caso que se mantuvo durante siglos, sino oculto, sí en las sombras.

Aquellas mismas investigaciones observaron que alrededor de Rennes-le-Chateau se había construido una triada de enclaves templarios, formando así una red de protección alrededor del pueblo. Eran los castillos de Champagne-sur-Aude, el de Blanche-fort y el de Saint Just et le Bézu. Y entonces fue cuando se recordó cierto hecho ocurrido en aquel pueblo perdido de Francia...
Pero esa... esa es otra historia...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Rennes le Chateau y el Santo Grial: la búsqueda mística francesa

Viene de “El Santo Grial: la búsqueda mística” François Bérenger Saunière era el párroco de la iglesia de la localidad de Rennes le Chateau, un pequeño pueblo que se levanta sobre unas colinas en Francia. Por todos era conocida su pobreza y austeridad hasta que cierto día los habitantes del pueblo comenzaron a observar que a su casa particular llegaban invitados siempre de la alta sociedad. Sus viajes a París se hicieron cada vez más frecuentes y poco a poco fue perdiendo su modestia y convirtiéndola en ostentosidad.

No tardó mucho en extenderse el rumor de que el párroco había encontrado algo junto al altar de su iglesia. Aparecieron cuatro manuscritos escritos en una caligrafía muy antigua, dos de ellos con pasajes de la Biblia, y otros dos que databan de los años 1244 y 1644 en los que aparentemente se describía la descendencia del rey merovingio Dagoberto II. Lo único que realmente se pudo confirmar es que aquellos dos manuscritos que acompañaban a los de los años 1244 y 1644 habían sido escritos por Antoine Bigou, un párroco anterior, un siglo antes, que casualmente era el confesor de Marie de Hatpoul de Blanchefort, descendiente directa del Gran Maestre de los Templarios Bertrand de Blanchefort.

De nuevo volvía a establecerse un lazo entre aquellos documentos y los templarios.

Además, ¿qué había impulsado a Antoine Bigou, párroco de aquel pequeño pueblo a escribir dos pergaminos y dejarlos enterrados en una columna visigoda de la propia iglesia? ¿Cuál era aquel secreto que había necesitado ocultar a los ojos del mundo? ¿Sería cierto que en aquel pergamino iba escrita la última voluntad de la marquesa que sin descendencia ninguna, y siguiendo la tradición familiar, debía legar su secreto y lo hizo en la persona de su confesor?

Pero la duda que surgió fue si Saunière habría encontrado algo más junto con estos cuatro manuscritos. Y comenzó a correrse el rumor de que lo encontrado había sido el Santo Grial. Lo que también se pudo constatar es que al día siguiente de encontrar aquellos pergaminos, el párroco encontró una lápida frente al altar, vuelta hacia abajo, la conocida como “baldosa de los caballeros“, con la figura de dos jinetes montados en un sólo caballo, símbolo de los templarios. Bajo ella, se encontró una bolsa llena de monedas de oro. Tras despedir a los obreros, continuaron las excavaciones, y bajo aquel pequeño tesoro encontró la entrada a una cripta merovingia que incluso aparece en los registros históricos de la iglesia como el sepulcro de los señores de Rennes. Lo cierto es que desde ese día, Saunière comenzó a vivir en la opulencia. ¿Habría encontrado el Santo Grial, y le pagaban por ocultar el secreto? ¿Sería el famoso y codiciado tesoro de los Cátaros? ¿Sería la misma tumba de Jesucristo a quien habían traído allí los propios templarios, embalsamado?, y así podríamos continuar con muchas preguntas y teorías más.

Las investigaciones que se llevaron a cabo decenas de años después no pudieron averiguar el significado oculto de aquellos manuscritos, si es que los tiene, y por lo tanto, continuaba siendo un misterio cómo aquel párroco había adquirido esa riqueza tan repentina ni el secreto que había encontrado en aquella cripta. En el libro “El enigma Sagrado”, de 1982, del que ya os comentábamos que establecía la hipótesis de que el Santo Grial se refiriera en realidad a la descendencia de Cristo, y no al cáliz de la Última Cena, argumenta que al párroco le pagaron por encontrar unos determinados documentos genealógicos y que al final los encontró. Desgraciadamente, Saunière falleció en el año 1917 sin decir qué fue lo que encontró, aunque aseguran que escrito en unos mensajes cifrados ocultos en la iglesia dejó la clave de todo.

Poco antes de morir comenzó a decorar la iglesias con nuevas y ricas imágenes, algunas de ellas de demonios, e incluso construyó una torre a su lado (que hoy día aún se conserva) a la que puso por nombre Torre Magdala, nombre de la tierra palestina de la que procedía María Magdalena. Sobre la puerta de acceso de la iglesia, en un contrafuerte, inscribió la frase “Terribilis est locus iste“(este lugar es terrible) en referencia a un pasaje del Génesis.

De aquellos cuatro manuscritos, los dos originales de los años 1244 y 1644 se perdieron en un incendio, quedando sólo los dos de Antoine Biogu, que están expuestos actualmente.

Todo esto fue motivo suficiente para convertir Rennes le Chateau en un sitio venerado (a la par que misterioso) y desde entonces cientos de peregrinos acuden anualmente a visitar aquella iglesia. Por supuesto, no solamente peregrinos que acuden a proclamar su fe, sino también investigadores tanto públicos como privados, deseosos de encontrar aquellas claves perdidas.

Recientemente, el alcalde del pueblo al fin permitió realizar excavaciones junto a la iglesia, hecho éste que había estado prohibido durante muchos años. Y así, con el visto bueno del propio ayuntamiento, la Torre Magdala se llenó de aparatos de última generación que ayudarían en su investigación. Por medio de un radar de penetración del suelo se pudieron localizar una serie de objetos enterrados en el subsuelo de la torre e igualmente otros dos más bajo el suelo de la iglesia.

Así comenzaron las excavaciones hasta que tras 20 minutos dieron con unas astillas de madera. Poco después, volvieron a dar con un segundo objeto. Se estudiaron las imágenes del radar, se solicitó un informe, y extrañamente, las obras se mandaron paralizar. Se sacó al exterior una gran roca, pero lo cierto es que a pesar de las mediciones, la obra se detuvo sin razones, quien sabe si para siempre. De aquellos dos sepulcros bajo la iglesia tampoco nada más se supo, pues ni se llegaron a estudiar.

Ahora, la imaginación humana y los misterios que históricamente ha ido dejando la literatura y el Santo Grial en sí, añadido a lo sucedido en Rennes le Chateau, han hecho de este sitio un lugar casi “paranormal”, pues de él se ha dicho que se han encontrado signos geométricos perfectos, que es el camino hacia el mundo espiritual, que se trata de una zona de aterrizaje marcada por los extraterrestres, e incluso, mucha gente ha llegado a decir que junto aquella iglesia existe una fuerza especial y mágica que los arrastra.

Y cómo no, muchas iglesias del mundo presumen de tener aquél mágico cáliz, como el Museo Catedralicio Diocesano de Valencia, como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, como la Sacra Catina de Génova o como dicen del Cáliz de Antioquía en The Cloisters, entre otros. Pero bueno, como también de las astillas de madera de la cruz de Cristo... si fuera verdad y se reunieran todas habría para más de una cruz sagrada...

jueves, 8 de diciembre de 2011

La vasija de Cristo el mago: ¿Cuál es la relación habida entre la figura del Mesías y Egipto?

Hará cosa de un año Franck Goddio, submarinista arqueológico francés, encontró una vasija en la bahía de Alejandría que dataría del siglo I. Lo más espectacular, sin embargo, era la inscripción en griego que poseía, por cierto que bien visible: “Cristo el mago“.

En realidad la copa dice Cresto, no Cristo, pero estas cosillas de letras cambiadas o mal escritas se las dejamos a los filólogos, total para el público son nimiedades apenas inteligibles. Indudable fue desde el primer momento el origen mágico de la vasija: claramente se trataba de un recipiente utilizado por las religiones mistéricas del entorno egipcio en los convulsos años de cambio de milenio.

La polémica se centra, entonces, en la asociación con Cristo. ¿Cuál es la relación habida entre la figura (si real, imaginada o al menos acicalada por los comentaristas poco nos importa, la verdad) del Mesías y Egipto? ¿Acaso hay elementos vitales y doctrinarios de Jesús que se remontan al país de los faraones?

Todo esto fue como echar gasolina a un incendio. Hay historiadores, teólogos, arqueólogos y simples amantes del ruido que vienen sosteniendo de antiguo la procedencia egipcia de Jesús. Aunque lo hacen a través de modalidades diversas. Para algunos, Jesús nació un milenio antes del año 0 y bastante de lo recogido en el Nuevo Testamento aparece ya en textos faraónicos: Cristo sería una especie de excelso faraón.

Otros, sin llegar tan lejos, reconocen que aquellos maravillosos sermones de quien se sentaría a la derecha del Padre estaban preñados de una sabiduría que denotaba, de algún modo, un conocimiento de la cultura en la que se insertaba la casta sacerdotal del antiguo Egipto. Reconozcamos que los seguidores de Jesús, en general gente pobre y sin estudios, se sentían un poco perdidos con las malditas parábolas del Maestro y que lo raro del asunto fue que no lo corrieran a pedradas.

Que el Egipto faraónico mantenía una “íntima” relación, por utilizar el eufemismo, con el antiguo pueblo de Israel, es un hecho. Ya el mismo Freud, fundador del psicoanálisis, coqueteada con la idea de que el faraón revolucionario Akenatón, defensor de un monoteísmo que por su rigor cabría calificar de hebreo, no era sino el conductor de pueblos por autopistas de arena llamado Moisés.

Y no nos olvidemos de los coptos, cuya Iglesia, fundada en Egipto también en el siglo I, sigue empeñada en defender el itinerario egipcio de la sagrada familia, mula y burro incluidos. Así que ¿Jesús de Egipto? Ya que estamos, ¿no sería Cristo uno de lo hijos tenidos por Cleopatra con algún César o emperador romano? Cuánto terreno virgen tiene todavía los inquietos del misterio para entretenerse.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿Tuvo hermanos Jesucristo?: Una de las controversias más conocidas entre las enseñanzas por la Iglesia Católica

¿Tuvo hermanos Jesús? La pregunta es trivial. Sin embargo aclaremos desde el primer momento que siempre que hablamos de Jesús lo intentamos hacer desde cierta noción histórica, nunca teológica.

En castellano viejo: hablamos de Jesús, no de Cristo. Es decir, nos referimos a un hombre nacido en Galilea hace, más o menos, unos dos mil años, nunca al hijo de Dios, imagen que nos desconcierta. Por mucho que sobre ese varón llamado Jesús se levantase luego toda una serie de dogmas religiosos.

En todo caso, escribimos noción histórica sin ignorar que incluso es posible que ni siquiera el hombre (el predicador, el revolucionario, el que se creía mesías) haya existido (aunque creemos más que probable, en efecto, su existencia).

Así las cosas, ¿tuvo hermanos Jesús? Respuesta: sí. La respuesta es afirmativa, pero no porque nosotros seamos unos iluminados y hayamos descubierto la gran conspiración de Códigos da Vinci y sabe dios cuántas historias más. Sencillamente está escrito en el Nuevo Testamento. Punto.

Por lo tanto esto no es ninguna novedad, aunque sí lo sea en parte en el ámbito estrictamente católico. La Iglesia católica, apostólica y romana (o si quieren ustedes, el Vaticano: alguno nos dirá que exactamente no es lo mismo, este blogger le diría que “exactamente” no hay nada que sea lo mismo) en esto se volvió hace mucho tiempo cerril (¡ni un paso atrás!), pero eso no sucede en todas las iglesias, por ejemplo en las protestantes es un poco diferente.

En esto, es decir: en el dogma de la virginidad de María, la madre de Jesús, que por algo se la conoce como la Virgen. Pero, repito, los textos son tozudos, por mucho que las traducciones católicas se empeñen en manipularlos. ¿Y qué dicen los textos? A eso vamos.

El pasaje clave, tantas veces estudiado, es Mateo 1:25: “Y no la conoció [se refiere a José, por conocer léase tener relaciones sexuales] hasta que dio a luz un hijo”. Ese hasta que aparece tal cual en el original griego. Es fundamental. El evangelista Mateo (si es que en verdad existió un evangelista Mateo) quiere destacar el hecho milagroso, sí, de que María, siendo virgen, alumbró un niño…pero no niega en absoluto el hecho de que, ya agraciada por el Espíritu Santo, y nacida la criatura, no pudiese parir ulteriormente otros retoños cuya paternidad sería humana.

Repitamos: así está escrito. Pero, por si fuera poco, para rematar la faena en el mismo Mateo (12:47), pero también en diversos pasajes de Marcos (3:32, por ejemplo), se habla de los “hermanos” de Jesús. Las traducciones católicas tiran de diplomacia: escriben parientes o, a lo sumo, primos. Nada de eso.

El texto griego dice: adelphoi, plural de adelphós. O sea, “hermanos”. Y no es que la lengua griega de entonces sólo tuviese ese término para referirse a hermanos, primos o parientes cercanos. En absoluto, todo lo contrario. Poseía vocablos para hermanos, para primos, para parientes. Y adelphós es hermano, como cualquier mal alumno de letras sabe todavía hoy (época en la que pocos se atreven con el griego clásico, es cierto).

Así que señores de la curia, menos divagaciones y aplíquense el cuento. No se puede insistir tanto en la palabra de Cristo esto y lo otro, citando la Biblia con prodigalidad, y luego callarse lo que no interesa. Cada uno puede creer lo que quiera (o pueda), por supuesto. Pero sin caer en la hipocresía ni en la deslealtad.

(Nota: El lector atraído por el título del post acaso se sienta desilusionado... no se ha dicho nada respecto a los hermanos de Jesús... más allá de demostrar que, según la misma Biblia, Jesús tuvo hermanos. Pero es que, amigos, no nos parece poca cosa. Aquí ni venimos a aventurar teorías sino a rescatar palabras de los originales neotestamentarios que de modo reiterado las traducciones católicos omiten)

martes, 6 de diciembre de 2011

Tumba del apóstol San Pedro en el Vaticano: ¿Verdad o mentira?

La Historia, leyenda o creencias populares católicas, según el punto de vista, identifican al apóstol Pedro como el pilar sobre el que se asientan los cimientos de la Iglesia Católica.

El Vaticano es, hoy día, el símbolo y centro del mundo católico, y como tal el edificio que lo representa su Basílica de San Pedro. Precisamente, bajo ella, debajo del altar papal, debajo mismo del centro del coro y directamente bajo la Cúpula que un día diseñara el gran Miguel Ángel, se levanta un monumento simbólico y muy sencillo que revela la presencia de un sepulcro que, según dicen, contiene los restos de Pedro, el alma de la Iglesia.

Curiosamente, esta necrópolis es de reciente hallazgo, pues fue descubierta en los años 40 del siglo XX cuando se estaban haciendo unas obras que habían sido encargadas por el entonces Papa Pío XI. Durante muchos años se habían buscado esos restos, pero quiso la casualidad que no fuera en unas investigaciones arqueológicas cuando se descubrieran.

En el subsuelo de la Basílica se encontraron dos filas de tumbas perfectamente alineadas que databan de los siglos I y II de nuestra era. Rápidamente la Iglesia movió todo lo necesario para dictaminar si aquélla podría ser la necrópolis tan largamente buscada.

En excavaciones de este tipo, bajo suelo papal, en territorio vaticano, la dirección pertenecía a la propia Iglesia. Siendo así, y conociendo historias pasadas, la validez y objetividad de las conclusiones que pudieran sacarse podrían quedar en entredicho. Se encargó, además, las investigaciones a dos personas íntimamente ligadas con la propia Iglesia: Monseñor Kaas, el supervisor de las mismas, y el arqueólogo Antonio Ferrua, un monje jesuita.

Diez años duraron aquellas primeras investigaciones en las que poco a poco la Iglesia descubrió en Ferrua a un arqueólogo serio y objetivo, que para nada se doblegó a los dictámenes de la propia iglesia. Lejos de lo que hubiera deseado el estamento papal, de aquellas investigaciones nada pudo sacarse. No se encontraron indicios de que aquellos restos pudieran pertenecer a Pedro. No había símbolos ni inscripciones, no había dataciones ni nada que objetivamente pudiera hacer pensar que allí descansaba el Apóstol.

Así se lo hizo saber a Pío XI. Lejos de aceptar aquellos resultados, la Iglesia inició unas nuevas investigaciones y, por supuesto, Antonio Ferrua fue descartado de las mismas, entregando el pleno gobierno de las mismas a Monseñor Kaas y, a su muerte, a Margherita Guarducci, una epigrafista muy cercana a los altos estamentos del Vaticano.

Curiosamente, y a pesar de que durante diez años, nada había podido encontrarse a pesar de que el trabajo fue duro y detallado, rápidamente se encontraron mensajes donde no hacía muchos meses habían dicho que nada había.

Guarducci encontró una inscripción al lado mismo de la tumba que tradujo como “Pedro está aquí”. Incluso sobre la propia tumba encontró símbolos que hacían referencias al Apóstol. Ya se tenían las pruebas necesarias y, por si fuera poco, unas investigaciones realizadas por ella misma sobre las osamentas determinaron que éstas pertenecían a un hombre de unos 70 años, muerto durante el siglo I de nuestra era. Con eso se completaba el ciclo para que, al fin, el Papa Pío XI pudiera hacer oficial el descubrimiento.

Así lo hizo a través de Radio Vaticano en diciembre del año 1950. Habían hecho falta solo unos meses para encontrar todo lo necesario para que así se constatara que, tal como decían las Antiguas Escrituras, la Iglesia se había levantado sobre Pedro, siendo éste así la piedra angular sobre la que se cimentó toda la creencia católico. De nuevo, un antiguo dicho se cumplía.

Evidentemente, aquellas investigaciones de Guarducci siempre han estado en entredicho por su falta de rigor científico. Tanto fue así que posteriores pruebas realizadas nuevamente sobre los restos encontrados en aquella tumba determinaron que los huesos no pertenecían a una sola persona, sino que entre ellos había huesos de un niño, de una mujer de unos 50 años, de un caballo y hasta de un cerdo.

Pero ahondando más en la antigua Historia de Pedro, nada, ningún escrito ni ningún texto, atestigua que verdaderamente Pedro estuviera en Roma. De hecho, incluso el apóstol Pablo escribió siete cartas desde Roma en las que nunca mencionó a Pedro. Es cierto, eso sí, que hubo un monumento levantado en honor a Pedro en aquel mismo lugar, aunque se data en el siglo II, pero no fue sino hasta la época de Constantino, cuando el cristianismo comenzó a hacerse fuerte, cuando comenzó a extenderse el rumor de que bajo aquel monumento había una sepultura. A eso se unió la cada vez mayor creencia popular de aquel entonces de que Pedro era el centro de la Iglesia… sólo hubo que atar cabos para que aquello se extendiera por todo el cristianismo, sin más pruebas que la de un monumento erigido en las colinas vaticanas.

Ateniéndonos además a las tradiciones de la época, y dado que supuestamente Pedro fue martirizado por un delito grave por aquel entonces, el de pertenencia al cristianismo, los cuerpos de los así sacrificados, eran arrojados a las aguas del Tíber, y desde luego, difícilmente, se les concedía sepultura.

Muchas coincidencias, una vez, como tantas otras en la historia del cristianismo, las que se dieron desde el siglo II, hasta el año 1950, para considerar al fin, que las palabras atestiguadas en el Libro de los Apóstoles eran ciertas.

¿Ciertas? quizás sí, quizás no. Pero a día de hoy, difícilmente demostrable que lo que hoy se venera bajo San Pedro sean los restos reales del apóstol Pedro.