Aquella Suiza de los siglos XIII y XIV estaba dominado por los Habsburgo. Reinaba por aquel entonces Rodolfo I de Habsburgo, quien había dado comienzo a la dinastía, cuando estalló una rebelión en tres cantones suizos montañosos de una gran riqueza: Shwyz, Uri y Unterwalden. Fue el hijo de Rodolfo I, Alberto, el que sofocó aquella rebelión con extrema dureza, anexionando los territorios a la familia de los Habsburgo.
Fue entonces, cuando bajo aquella fuerte represión, apareció la figura heroica que todos los cantones suizos necesitaban.
Cuenta la leyenda que Guillermo Tell, nacido en Bürglen, en el cantón suizo de Uri, pasaba un día por la plaza central de Altdorf donde estaba el sombrero de la casa dominante, ante el cual todos los suizos debían inclinarse. Altivo, Tell no lo hizo y fue apresado. Hermann Gessler, gobernador de Altdorf, cruel y mezquino, impuso un castigo por su rebeldía al héroe y le obligó a disparar con su ballesta a una manzana situada sobre la cabeza de su hijo.
Guillermo Tell cargó su carcaj con dos flechas. Disparó la primera y atravesó en su mismo centro la manzana que estaba sobre la cabeza de su hijo. Cuando fue interrogado por Gessler acerca de la segunda flecha, Tell contestó que aquella estaba dirigida al tirano que lo obligó a disparar, en caso de que sin querer hubiera matado a su hijo. Al oírlo, fue nuevamente apresado y mandado a galeras. Pero el barco sufrió un naufragio, y Guillermo Tell salvó a los soldados y al propio gobernador que también viajaba. Al llegar a tierra, el ballestero suizo le tendió una emboscada a Gessler y lo mató.
Desde entonces su historia se ha corrido de boca en boca, y siglos más tarde fue tomada para ser divulgada como símbolo de la lucha por la libertad, aunque jamás pudo saberse si realmente aquella historia fue real o no, y ni tan siquiera quedó constancia de si Guillermo Tell y Gessler existieron o fueron producto de la imaginación popular que necesitaba de un héroe para sublevarse ante los opresores.
Finalmente, en el año 1389, la Confederación Helvética proclamó su independencia de los Habsburgo.
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