Seguro que conoces historias sobre el mítico Yeti, el Abominable Hombre de las Nieves del Himalaya, un ser monstruoso del que cuentan infinidad de leyendas. Nadie sabe con exactitud si existe o no, aunque son muchos los que cuentan haberlo visto. Algo parecido ocurre allá en las antípodas del mundo. Nueva Zelanda tiene su propio monstruo, su particular Yeti.
Ellos lo llaman Moehau, una bestia enorme, misteriosa y terrorífica. Teniendo en cuenta las maravillas naturales y las montañas salvajes de este país, no resulta extraño que en las profundidades de las mismas pueda vivir esta criatura.
Las primeras leyendas, historias y relatos de Moehau en Nueva Zelanda se las debemos a las tradiciones el folclore de los maoríes. Las tribus de la isla sur de Nueva Zelanda le dieron el nombre de Maeroro, que significa el hombre salvaje de los bosques. Lo describían como un ser enorme, cubierto de pelo y con grandes colmillos, y que arrastraba a hombres, mujeres y niños al interior de los bosques.
Este Maeroro fue considerado desde siempre un mito de la cultura maorí, hasta que las historias y leyendas llegaron a los europeos, quienes comenzaron a explorar la zona, aunque el primer avistamiento de un Maeroro cuentan que no se produjo hasta comienzos del siglo XX y, curiosamente, en la isla norte. Durante los años siguientes continuaron, sobre todo en la década de los 30 y los 40.
A partir de esos años cualquier avistamiento era llevado incluso a los periódicos locales. Fue entonces cuando comenzaron a llamarlo Moehau, por ser la región donde más veces se ha visto a este monstruo. A finales de 1969 se organizó incluso una expedición en su busca, pero no se llegó a ninguna conclusión y no se encontró al monstruo.
Sin embargo, en los últimos años siguen produciéndose avistamientos entre los turistas que recorren Nueva Zelanda. Sin ir más lejos, en la década de los 90 un grupo de japoneses dijeron haber visto un ser parecido a Godzilla. Fue entonces cuando el eminente científico australiano, Rex Gilry, montó una expedición en busca del Moehau.
Sólo lograron encontrar huellas fosilizadas de un ser bípedo que supuestamente mediría unos tres metros de altura, una de las grandes pruebas de que los antiguos maoríes tenían razón. ¿Existió en realidad aquel ser gigantesco en las profundidades de Nueva Zelanda?
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