martes, 27 de mayo de 2008

El Dorado, la ciudad de oro

La legendaria ciudad de El Dorado ha sido buscada por aventureros durante más de cuatro siglos en las selvas y montañas de América del Sur.
Nunca ha sido hallada, pues no existió, pero la imagen de un sitio de incalculables riquezas no ha perdido su poder de seducción.
Muchas expediciones españolas en la época de la conquista, se perdieron en las selvas, murieron a causa de extrañas enfermedades, picaduras de víboras y hambre, pero esto no detuvo a los obstinados adelantados, que buscaban su gloria personal y por sobre todo la riqueza material del oro.
Desde su descubrimiento, el oro ha obsesionado al mundo. Ello se debe en parte a su escasez: el oro extraído hasta la fecha en las minas del globo entero sólo alcanza las 100.000 t. Es también uno de los metales más constantes, pues no se corroe ni deslustra, lo que lo ha vuelto regalo de reyes, medida básica y símbolo de riqueza. Esta asociación con riquezas superiores a lo imaginable le dio un lugar en la realidad y la ficción, aunque también una categoría mítica. La más sugestiva leyenda sobre el oro -la de El Dorado, ciudad fabulosamente rica, donde incluso las ollas eran de oro- atrajo hacia América del Sur a generaciones de aventureros; todos quedaron desilusionados, como corresponde a la persecución de un mito. Como la mayoría de los mitos, el de El Dorado tiene parte de verdad, y su origen puede precisarse con bastante exactitud. En 1493, cuando Cristóbal Colón volvió de su viaje de descubrimiento relatando que había visto cantidades ilimitadas de oro, desató en Europa la fiebre de este metal precioso. Cincuenta años después, las cuantiosas posesiones de oro azteca, en México, e inca, en Perú, ya habían sido saqueadas por los conquistadores. Nadie en Europa que hubiese visto descargar barcos repletos de artefactos de oro, lingotes (muchos objetos eran fundidos para su transporte) y piedras preciosas dudaba de que el Nuevo Mundo fuera una magnífica fuente de riquezas. Se multiplicaron así los relatos sobre la suerte de los conquistadores. En 1530, por ejemplo, Francisco Pizarro exigió como rescate del emperador inca Atahualpa una habitación llena de oro y dos de plata, demanda que fue plenamente satisfecha.
En 1539, los españoles irrumpieron en territorio de los chibchas entablaron una interesada amistad y fundaron la ciudad de Bogotá.
Conocieron allí la ceremonia tradicional celebrada a orillas del lago Guatavita, al noreste, en homenaje al nuevo rey chibcha.
Se decía que aún vivían personas que habían presenciado la última de tales ceremonias en honor de un rey.
La ceremonia tenía lugar al amanecer, a fin de que el rey y su séquito saludasen al dios Sol. En un momento dado el rey, desnudo, era cubierto con polvo de oro para ser literalmente convertido en un hombre dorado, en "el dorado". Se le trasladaba entonces a una balsa de junco mientras sus súbditos ponían oro y esmeraldas a sus pies para que los ofreciese al dios Sol. Cuatro caudillos desnudos que llevaban sólo coronas, pulseras y joyas de oro se le unían en la balsa, portando cada uno de ellos una ofrenda. Cuando la barca llegaba a la mitad del lago, se izaba un estandarte en señal de silencio e inmediatamente después el rey y sus caudillos arrojaban sus ofrendas a las aguas.
La idea de tantos tesoros al alcance de la mano cautivó la imaginación española. En 1545, un intento por dragar el lago Guatavita no ofreció resultados, pero, obstinado, hacia 1580 un comerciante de Bogotá, Antonio de Sepúlveda, reincidió. Con el trabajo de 8.000 indios abrió una enorme brecha en la orilla, visible aún hoy. Un gran derrame bajó el nivel del lago unos 18 m, pero sus márgenes se derrumbaron y muchos trabajadores murieron. Mas Sepúlveda tuvo algún éxito, y al rey de España le fueron presentados un pectoral y un bastón de oro, así como una esmeralda del tamaño de un huevo, hallados en el lago.
Las cosas cambiaron un siglo después. Embellecido el relato, El Dorado dejó de representar a un personaje para convertirse en un sitio. Su emplazamiento también fue modificado: se le trasladó primero al bajo Orinoco y luego al Amazonas, a 2.400 km del lago Guatavita. Fue la leyenda lo que impulsó a los ingleses Walter Raleigh y Percy Fawcett, a los españoles Gonzalo Jiménez de Quesada y Sebastián de Belalcázar y al alemán Nicolaus Federmann a intentar la localización de la ciudad dorada.
El estudiante de leyes Gonzalo Jiménes Quesada fue tentado por la leyenda de El Dorado, tras presenciar en 1534, la descarga de lingotes de oro y plata que los españoles robaban a los Incas.
Emprendió así la búsqueda de esta ciudad por el resto de su vida. La actividad en el lago Guatavita, en buena medida infructuosa, se reanudó a partir de 1799, cuando un grupo de científicos dirigidos por el prusiano Alexander von Humboldt pasó 18 meses siguiendo el curso del río Orinoco, una de cuyas secciones corre por la frontera de Colombia y Venezuela, en lo profundo del territorio origen del mito. Informes sobre la existencia del lago suscitaron una nueva oleada de aventureros.
Cuando, en 1807, Humboldt retornó al lago y declaró públicamente que calculaba que en el fondo reposaban unos 500.000 objetos de oro, la búsqueda cobró renovado impulso.
El Inglés Percy Fawcett, mientras trabajaba en la definición de la frontera Brasil-Bolivia, supo en 1906 del mito de El Dorado. Volvió a la zona en los años 20 en busca de la ciudad, se interno en la selva con una pequeña expedición, pero desapareció en 1925. Todo indica que la mayor parte del oro y las joyas depositados en el lago Guatavita en las ceremonias del "hombre dorado" fue a dar al tesoro español en el siglo XVI. El último intento por drenar el lago, en 1912, dio como resultado unos cuantos ornamentos cuyo valor no compensó, con mucho, los costos de ingeniería. Por lo demás, quienes buscaron la ciudad de El Dorado estaban condenados al fracaso, pues a pesar de los volúmenes dedicados a describirla, la áurea ciudad no existió jamás.

lunes, 26 de mayo de 2008

Dilmun, El Reino Olvidado

Mientras clasificaba las tabletas cuneiformes asirias que se habían encontrado en 1880, sir Henry Rawlinson, el descifrador de esa escritura en forma de cuña, notó frecuentes referencias a una isla llamada Dilmun. Parecía haber sido un pequeño reino de algún punto de la periferia del imperio asirio. El rey asirio del siglo VIII a.C., Sargón, había perseguido al rey rebelde de Babilonia hasta los reinos meridionales de Caldea, que significaba el delta de los ríos Éufrates y Tigris, y Bit-Ialcin, en las márgenes del mar Amargo. Sargón conquistó Bit-Iakin hasta los límites del Dilmun. Al relatar la historia de la campaña, Sargón agregó: "Uperi, rey de Dilmun, cuya residencia está situada como un pez, a treinta horas dobles de distancia en el medio del mar del sol naciente, se enteró del poder de mi soberanía y envió sus obsequios".
Senaquerib, hijo de Sargón y sucesor que imperara hacia el 705 a.C., brinda en sus Crónicas otros indicios para la ubicación de Dilmun. Senaquerib conquistó Bit Iakin y llegó al mar, por lo que los habitantes de los pueblos costeros tomaron embarcaciones y escaparon a Elam cruzando el mar. El reino de Elam estaba en el lado persa del Golfo Arábigo. Entonces, Bit-Iakin se hallaba en la costa arábiga y Dilmun estaba más adelante sobre la costa. Su rey vivía en una isla "como un pez" en el medio del mar, a unos tres días de viaje del probable punto de partida de Sargón en la Mesopotamia inferior, porque esa parece ser la explicación de un viaje de "treinta horas dobles", o sesenta horas de navegación. Los pueblos de la Mesopotamia llamaban al Golfo Arábigo el Mar Inferior, el Mar Amargo y el Mar del Sol Naciente.
Que Dilmun era bien conocido como puerto y centro comercial 2.000 años antes de los tiempos asirios, está demostrado por la tableta de Ur-nanshe, el rey de Lagash, quien afirmó hacia el 2520 a.C.: "Las naves de Dilmun, que vienen de tierras extranjeras, me traen madera como tributo". Un emperador aun más antiguo, Sargón el rey sumerio de Akkad, se refirió a su conquista de Dilmun en el "Mar Inferior".
A medida que fueron apareciendo más y más tabletas y se las descifró, se hizo evidente que para la gente de la Mesopotamia, Dilmun había sido una tierra de peculiar importancia, que ocupaba un lugar singular en su mitología. Himnos y sortilegios asociaban Dilmun con una variedad de dioses, incluidos "El dios Inzak y el dios Nabu ". Aun más significativo fue el descubrimiento en 1872 del relato asirio del diluvio, yen 1914 el de la mucho más antigua versión sumeria. La relación de Dilmun con la historia del diluvio universal requiere explicación.
En la versión asiria, encontrada en una tableta de la biblioteca del rey Asurbanipal, Gilgamesh, el semimítico rey de Erech, que ha pasado muchos años en busca de la vida eterna, visita al único mortal a quien se le ha garantizado la inmortalidad, el sobreviviente del diluvio,
Ut-nápishtim. Éste le cuenta a Gilgamesh la historia del diluvio y cómo él y su esposa han sido enviados por íos dioses a vivir alejados de la desembocadura de los ríos gemelos.
La anterior versión sumeria es más útil. Se la halló en el templo de Nippur entre 35.000 tabletas que databan de antes del año 2000 a.C. Los sumerios fueron los más antiguos entre los pueblos de la Mesopotamia, los predecesores de los babilonios y los asirios semíticos. La excavación de sír Leonard Woolley en Ur, donde halló el estrato de barro de 45 metros depositado por una gran inundación, ubica el diluvio en la época sumeria, posiblemente hacia 4250 a.C.
El héroe del diluvio sumerio se llama Ziusudra. Enlit era el primero entre los dioses, el dios patrono de Nippur. Anu era otro dios. La historia de Ziusudra es similar a la que Ut-napishtim narrara a Gilgamesh. Relata que: "Anu y Enlit apreciaban a Ziusudra, vida como la de un dios le dan, aliento eterno como para un dios le traen. Luego Ziusudra, el rey, el conservador del nombre de la vegetación y de la semilla de la humanidad, recibe orden de vivir en la tierra del cruce, la tierra de Dilmun, el lugar donde el sol nace".'
Si bien el significado de "la tierra del cruce" es oscuro, el relato ubica a Dilmun en el Mar del Sol Naciente, uno de los nombres del Golfo Arábigo, en algún punto "a la distancia", como lo describe Ut-napishtim, de la desembocadura de los ríos.
Dilmun es identificada como el hogar eterno de los antepasados inmortales de toda la humanidad, adonde Gilgamesh fue a buscar la vida eterna. Otro texto hallado en Nippur explica por qué los dioses habían elegido Dilmun como hogar del hombre al que habían salvado del diluvio. Ese poema mitológico se titula "Enki [o Enlit] y Ninhursag". Además de ser dios patrono de Nippur, Enki era también el "Dios del abismo".
Los sumerios creían (como veremos, en parte justificadamente) que la tierra y el mar se apoyaban sobre un mar inferior, un mar de agua dulce al que llamaban Abuzu, o el abismo. Los dos mares eran diferentes. El agua salada de uno impedía que se mezclaran. El Abuzu era la fuente de toda el agua dulce, de ríos, corrientes subterráneas y pozos. Enki era el soberano y el guardián de ese mar de agua dulce. Los hechos del mito tienen lugar en Dilum, que es reiteradamente descrito como una "tierra santa". Allá no hay animales de presa, ni enfermedad, ni vejez.
En Dilmun el cuervo no grazna, el ave salvaje no emite el grito del ave salvaje, el león no mata, el lobo no arrebata al cordero, desconocido es el perro salvaje que devora cabritos, desconocido es el verraco que se traga el grano. La malta que la viuda esparce sobre el techo... los pájaros del cielo no se la comen. La paloma no inclina la cabeza. El de ojos enfermos no dice "Tengo ojos enfermos", El de cabeza enferma no dice "Tengo la cabeza enferma", su vieja mujer no dice "soy una mujer vieja", su viejo esposo no dice "soy un hombre viejo".
Dilmun necesitaba agua dulce. Enki ordena su provisión. Su hija, Ninhursag, cultiva ocho plantas, una de las cuales envenena a su padre. Ella se retira de la compañía de los dioses y amenaza no volver hasta que Enki muera. La persuaden para que lo cure, cosa que ella hace dando a luz ocho dioses y diosas, el último de los cuales se llama Enshag, nombre surnerio para el dios Inzak, quien impera con Nabu sobre Dilmun.
El mito demuestra que en el amanecer del tiempo, Enki había sido el dios original de Dilmun y había bendecido la tierra con agua dulce, con salud y juventud eterna. Correspondía, entonces, que Ziusudra, después de su salvación del diluvio, hubiese hecho su residencia en la tierra bendita donde se desconocía la muerte. Allí
él o su homónimo Ut-napishtim es visitado por Gilgamesh, quien busca el secreto de la juventud eterna. Cómo él lo encuentra o lo pierde, tiene su peso en la identificación de Dilmun.
Ut-napishtim le indica a Gilgamesh cómo encontrar la flor de la inmortalidad. Crece en el fondo del mar y en las aguas dulces del abismo. Instruye a Gilgamesh para que se ate piedras a los pies y, con ayuda de estas, se hunda en el fondo del mar y corte la flor mágica. Renovará su juventud si la come. Gilgamesh sigue las instrucciones de Ut-napishtim, corta la flor y vuelve a la superficie con el elixir de la vida, la perla, el antiguo símbolo de la pureza y, según el poema indio atharvan, "nuestro amuleto que da vida". La historia de Gilgamesh tiene un triste final, que recuerda el Génesis. Decide llevar la flor a su hogar en Erech para poder compartirla con los ancianos de la ciudad. Mientras duerme, sale la serpiente de la charca y se come la flor. De esa manera el reptil engaña al hombre y adquiere la inmortalidad. Cada año la serpiente cambia de piel y recupera su vigor.
Las antiguas referencias sirven de mucho para identificar a Dilmun como la moderna isla de Bahrein, tal cual lo ha deducido Rawlinson después de leer una inscripción referida a. Inzak, el dios de Dilmun, descubierta allá en 1879 por el capitán Durand. Bahrein es el centro mundial de la pesquería de perlas y su nombre árabe significa, según el Corán, "el lugar de encuentro de las aguas, la una fresca, dulce y agradable de beber, la otra salada y amarga". Bahrein es famosa por sus manantiales de agua dulce que surgen de los máres que rodean la isla, el antiguo abismo.
Geoffrey Bibby se sintió intrigado por la tentativa de Rawlinson de identificar Dilmun como Bahrein, cuando trabajó allá como ejecutivo de una compañía petrolera. Las decenas de miles de montículos sepulcrales que cubren el desierto también habían despertado su interés. Cuando estudió los antiguos textos quedó convencido de que la identificación de Rawlinson había sido correcta. Pero aún debía ser probada. Eso sólo podía hacerse por medio de excavaciones. Bibby volvió a su patria, Dinamarca, donde interesó en su teoría al profesor Peter Glob, director del Aarhs Museum. Ellos consiguieron reunir el dinero necesario para que el equipo arqueológico viajara a Bahrein en 1953. Bibby ha contado la historia en su libro, cautamente titulado Looking for Dilmun [En busca de Dilmun] (Collins, 1970).
El jeque de Bahrein recibió de buen grado a los arqueólogos que deseaban desentrañar el famoso pasado de su país y les brindó su ayuda económica. Les resultó difícil saber dónde empezar entre los 100.000 montículos sepulcrales, que sugerían que la pequeña isla una vez había tenido una población grande y próspera. Un gran montículo próximo a la aldea de Barbar atrajo la atención de Glob porque los nativos lo llamaban tel, el nombre árabe para una ciudad sepultada. Tenía 4,8 metros de altura y cubría 3.344 metros cuadrados. Mientras caminaba a su alrededor Glob observó los extremos de dos piedras que salían entre la arena. Las extrajo y halló dos bloques que pesaban casi tres toneladas cada uno. Estaban sobre un piso de caliza que llevaba al interior del montículo. Una zanja de 4,8 metros de ancho abierta en su centro reveló tronchos de antiguas paredes, más allá otros pisos, más paredes y una escalera que conducía a una plataforma elevada.
Glob había descubierto un complejo de templos, o más bien tres templos sucesivos que habían sido construidos uno sobre el otro. Parecía que se había intentado oscurecer el templo superior llenándolo de arena. La arena había sido colocada en gran cantidad y mezclada con yeso para unirla. Eso no era la acumulación de materiales por la acción meteorológica durante siglos. Debajo de esa estratificación había un segundo templo, más grande, de forma de ziggurat, la típica estructura religiosa mesopotámica. Se accedía mediante una escalera de piedra por un lado y una rampa de piedra por el otro. El tercer edilicio, que era el más antiguo, consistía en un patio interno, rodeado por una pared, en el que se erigía un altar pétreo. Varios objetos databan esa estructura hacia el año 2300 a.C., el período culminante de la civilización sumeria. Incluían cacharros de cerámica de tipo mesopotámico, cabezas de hacha, un vaso de alabastro, figurillas de cobre, copas de cerámica y una magnífica talla de la cabeza de un toro. Presentaba un notable parecido con una talla similar hallada por sir Leonard Woolley en Ur. Siete sellos cilíndricos, que representaban a un dios sentado en un banco, indicaban una estrecha relación con los sumerios. Otros sellos, de forma cuadrada, se parecían a los de la civilización india.
Glob y Bibby evitaron extraer conclusiones prematuras. El templo de Barbar indicaba una influencia sumeria. Pasaron a otro sitio, un montículo de 209.000 metros cuadrados en Qulaat. Fue el jeque quien sugirió la búsqueda, ya que su posición sobre un terreno elevado junto a la costa lo tornaba un punto ideal para un fuerte o una ciudad. ¿Estaría la antigua capital dentro del montículo? El tel medía 550 metros de este a oeste y 275 metros de norte a sur. Dos años de excavaciones descubrieron estratos superpuestos de edificios. Bibby se consoló pensando que Woolley había trabajado en Ur durante doce años sin descubrir más que una fracción de la ciudad sumeria. El montículo de Qulaat tenía un tamaño igual a dos tercios del montículo que había cubierto Ur. Bibby no tenía idea de cuánto podía llevar hacia atrás en el tiempo. Saberlo implicaría muchos años de fatigosa excavación.
El equipo comenzó por cavar profundamente en el centro del montículo. A los 90 centímetros aparecieron paredes macizas. A medida que seguían cavando, las pa redes continuaban hacia abajo. Cuatro años de excavación revelaron un palacio a nivel del suelo. Era una cáscara sin techo a la que habían caído artefactos de los niveles superiores. Eso la tornaba difícil de datar. Los objetos de períodos posteriores de ocupación sugirieron la fecha de 703 a.C., el período de la dominación asiria en la Mesopotamia, época de la expedición de Sargón a los límites de Dilmun. El palacio inferior debió construirse unos 1000 años antes, en la época de Sargón el anterior, el rey sumerio que sabía de Dilmun.
Un notable descubrimiento debajo del piso del palacio pareció vincular definitivamente a este con el primer período de Dilmun. Los arqueólogos desenterraron siete urnas que contenían esqueletos de serpientes y una pequeña cuenta, una obvia asociación con el héroe del diluvio. Las serpientes poseían un significado religioso o mágico y se las enterraba debajo del piso del palacio como poderoso seguro contra la vejez y la muerte. La serpiente y la perla habían sido símbolos de la exención de la enfermedad y la muerte. En Dilmun la serpiente se había comido la flor de la inmortalidad de Gilgamesh, la perla. Las urnas pueden haber contenido originalmente perlas. Formada por la ostra a partir de materia orgánica, la perla se desintegra con el tiempo. Posteriormente Bibby halló perlas con los esqueletos de serpientes. Ese descubrimiento sugirió que Ut-napishtim, o Ziusudra, había sido una leyenda viviente cuando se construyó el palacio. Esa pudo haber sido la residencia del héroe del diluvio.
Otro sitio, en la costa sudoeste de la isla, proporcionó confirmación adicional. Cerca de la playa Bibby halló grandes pilas de valvas de ostra, los restos de siglos de pesca de perlas en los antiguos días en que los pescadores llevaban las ostras a la costa para que se secaran y abrieran, costumbre que luego desecharon en favor de abrirlas a bordo y arrojar al mar las valvas inútiles.
Deberán pasar muchos años antes de que los daneses puedan afirmar de manera definitiva que han encontrado Dilmun. Uno de sus descubrimientos ha provocado controversia: su afirmación de que han hallado sellos de un tipo similar a los de Ur y de Mohenjo-daro y Harappa en el valle del Indo. Ellos corroboran que las civilizaciones del Indo estaban influidas por las mesopotámicas y que Dilmun servia como almacén de comercio entre ellas. Esos sellos parecen ajustarse a ambas culturas y sugieren que los comerciantes de Dilmun crearon sus propios sellos, o símbolos para el comercio, para facilitar sus operaciones internacionales. De ese comercio marítimo sus cien mil muertos enterrados derivaban su prosperidad hacia la época en que Ziusudra fue a gozar de su inmortalidad en esa isla. Fueran de quienes fuesen esos esqueletos, ninguno puede ser el de Ziusudra. El vive para siempre como el más famoso ciudadano de Dilmun.

viernes, 23 de mayo de 2008

Chartres

La monumental catedral gótica de Nótre-Dame domina el pequeño poblado de Chantres. La inspiración de su diseño intriga a los historiadores.
La magnífica catedral del siglo XII de la ciudad de Chantres, al norte de Francia, es un antiguo enigma. Gran acertijo, conjetura indemostrable formulada en bloques de piedra y vitrales magistralmente trabajados -a 800 años de distancia siguen deslumbrando a sus visitantes-, no permite que nadie escape a su hechizo. Los cristianos siguen celebrando allí sus ceremonias, y arquitectos e historiadores la visitan con el afán de desentrañar su misterio. La construcción se inició en 1194, después de un incendio en la zona.
El lugar que ocupa Notre-Dame (no se debe confundir con la célebre catedral de París) servía de antiguo a intereses espirituales. En la prehistoria se erigió allí un dolmen (dos o tres voluminosas piedras en bruto rematadas por otra, plana) para aprovechar la energía terrestre; quien entraba a aquel recinto salía revitalizado por las fuerzas naturales de la Tierra. Provisto también de un pozo y un montículo, el lugar se consideró sagrado tiempo después.
Aún en épocas precristianas, los druidas (sacerdotes celtas de Galia y Britania) fundaron en Chantres una universidad para difundir sus enseñanzas. Obedeciendo a una visión profética, esculpieron en madera la estatua de una virgen y un niño, a la que llamaron la Virgen bajo la tierra. Descubierta por los cristianos en el siglo III, la veneraron como la Virgen Negra, pues se había oscurecido con el tiempo. Se inició así la tradición de erigir en ese lugar sagrado iglesias en honor de Nuestra Señora; la obra maestra gótica que conocemos es la culminación de todas ellas.
Abundan las teorías sobre la inspiración de la catedral. Según la leyenda, los caballeros templarios originales obtuvieron en Oriente avanzados conocimientos arquitectónicos, con los que fue posible construir el templo. Persuadidos por Bernardo de Clairvaux, fundador de la orden monástica cisterciense, nueve caballeros franceses abandonaron sus posesiones materiales para ir en busca de los "secretos" supuestamente ocultos en el Sagrado Santuario bajo las ruinas del templo de Salomón, en Jerusalén. Durante su búsqueda de 10 años se sospechó que los caballeros se habían iniciado en el ocultismo. A su vuelta a Francia en 1128, se rumoreó que habían encontrado el arca de la Alianza, cofre que contenía los secretos de la ley divina referentes a números, pesas y medidas, entre ellos el Número Dorado, 1,618. La escala 1:1,618, Sección o Proporción Dorada, era considerada de especial valor estético y rigió en gran medida el arte y la arquitectura del Renacimiento, así como las de periodos posteriores. El retorno de los caballeros coincidió con el florecimiento de la arquitectura gótica en Europa, de modo que la construcción de la primera catedral de Chantres comenzó seis años más tarde. En tres décadas, mamposteros, vidrieros, escultores, geómetras, astrónomos y otros artesanos crearon un templo inmenso, cuyas proporciones, orientación, posición y simbolismo han estimulado desde entonces la imaginación de sus visitantes, y confortado su espíritu. El "centro sagrado" de la catedral descansa entre el segundo y el tercer vano del coro. Allí se alzaba originalmente el altar. A unos 37 m debajo se sitúa el nivel del agua en el pozo de los druidas. El pináculo de la bóveda gótica de la catedral se levanta exactamente a la misma distancia sobre el centro sagrado.
Unas 2000 esculturas adornan los pórticos de Notre Dame. Las actitudes naturalistas y la mezcla ocacional de temas sagrados y seculares son características góticas distintivas. No se conoce la identidad de la mayoría de los artesanos medievales que las crearon, pero se pueden encontrar características y elementos propios de las figuras de Chartres en las esculturas de las catedrales de Angers, le Mans, Bourges y Senlis, lo que hace pensar en que pudieron tener ciertas manos particulares como orígen común.
Se ignora si esta simetría fue intencional o casual, lo que no disminuye la fuerza espiritual del lugar. Se dijo que poseía el poder de transformar ala gente y de transmutarla a un estado espiritual superior, tal como los alquimistas convertían el metal en oro. Los peregrinos que accedían al umbral del santuario, la Gran Puerta Occidental, se sentían en efecto más erguidos y exaltados. Se diría que el interior de la catedral provoca un efecto de elevación, que dispone al cuerpo a recibir las misteriosas energías que emanan de la tierra y la inspiración divina de lo alto.
Tal vez el significado espiritual de Nótre-Dame no sea revelado jamás, pero su trascendencia histórica es evidente en sus muchas imitaciones, como las de Reims, Amiens y Brujas. Pero aunque estas catedrales poseen quizá mayor valor arquitectónico, son incapaces de quitarle a Chartres su fascinación excepcional.

jueves, 22 de mayo de 2008

Camelot

La ilusión de Camelot, dorada ciudad de paz y armonía, sedujo por vez primera la imaginación popular en la Edad Media, entre guerras y enfermedades. El deseo de que esta ciudad ideal haya existido ha inspirado la búsqueda de un lugar verdadero que pueda identificarse como Camelot. El reino mítico de la leyenda artúrica ha cautivado al mundo durante ocho siglos. En su centro se alzaría Camelot, la encumbrada ciudad en la que el rey Arturo alojaba a su corte y se sometía, junto a sus caballeros, a los códigos de la caballería y el amor cortés.
El nombre "Camelot fue acuñado por el poeta francés del siglo XII Chrétien de Troyes. Inspirado por los trovadores de la corte de Leonor de Aquitania, había introducido en la historia de Arturo el tema del amor cortés, según el cual una dama podía convertirse en el objeto de devoción de un caballero (le honor, dedicado a ella.
Los caballeros disponían así (le motivos para sus hazañas, y las historias cobraban gran seducción para las damas.
El Camelot de Chrétien reposa en un sitio atemporal de bosques y castillos encantados, de magia y maravilla. Los caballeros emprendían desde allí sus aventuras, rescatando a damas en desgracia, corriendo peligros físicos y sobrehumanos y regresando satisfechos a Camelot. Síntesis de estabilidad en un mundo impredecible, simbolizaba la civilización contra la barbarie, el orden en medio del caos, un futuro prometedor y un pasado glorioso.
La historia de Camelot empieza y termina con Arturo. Ciertas pruebas indican que tras el legendario rey estuvo una persona real, un caudillo británico del siglo V que tuvo a raya a las tribus germanas tras la partida de los romanos. Consumada la conquista sajona, los relatos sobre el guerrero se integraron en la tradición céltica y circularon durante generaciones entre los habitantes del oeste de Inglaterra, Gales y Bretaña, fuera del alcance sajón. Así, la búsqueda de Camelot se inició en los territorios celtas.
El historiador Geoffrey de Monmouth fue el primero en popularizar a Arturo, en el siglo XII. En su versión, la corte del rey ocupaba Caerleon, en Gales del Sur, sede de una importante fortaleza y un anfiteatro romanos. En el siglo XII aún eran visibles las ruinas de una magnífica ciudad, así que su elección del sitio es explicable. Caerleon se alza en el río Usk, una posible vía de acceso para reyes y reinas a la ciudad de dorados palacios de Arturo.
El castillo de Cadbury en Cadbury del Sur (Somerset) es el emplazamiento más probable de Camelot. En el periodo en el que supuestamente vivió Arturo, se alzaba allí la mayor de las fortalezas británicas, cuartel de un rey con incomparables recursos. El primero en identificar a Cadbury con Camelot fue John Leland, anticuario del rey Enrique VIII, quien escribió: "En el extremo sur de la iglesia de Cadbury del Sur se elevaba Camelot, famosa ciudad o castillo antiguo...".
Algunas huellas arqueológicas apoyan la afirmación de Leland. En las excavaciones de los años sesenta, conducidas por el arqueólogo Leslie Alcock, se descubrió que la fortaleza de la Edad del Hierro de Cadbury del Sur, fue remozada y vuelta a ocupar a fines del siglo V, en tiempos que coinciden con los de Arturo. Construida en el siglo I a.C., fue atacada por los romanos en 83 d.C. y abandonada 400 años hasta su reconstrucción. Sobreviven apenas unos cuantos indicios de las estructuras de madera, entre ellas un salón de 19 m de largo. ¿Podría tratarse del recinto que albergó a la Mesa Redonda?
Otra opción muy aceptable sería el castillo de Tintagel, en la costa norte de Cornwall, presunta cuna de Arturo. Un castillo se alza allí desde 1145, muy reciente para ser Carnelot, pero ciertas excavaciones revelaron que un monasterio celta ocupó el lugar, y trozos de cerámica hallados allí indican que estuvo habitado en el siglo V. Exista o no relación entre Camelot y Tintagel, sus supuestas evocaciones artúricas siguen atrayendo a los turistas.
La historia del rey Arturo más conocida actualmente es La Morte d'Arthur (1485), de sir Thomas Malory, quien identificó a Camelot con Winchester debido, simplemente, a que ésta fue la capital sajona de 849 a 1066. Otra tradición sostiene que Arturo vivió en el norte de Britania, en un reino llamado Dalriada (hoy Argyll), y que la batalla de Camlan (la última de Arturo) tuvo lugar en Camboglanna, fuerte romano en la Muralla de Adriano.
La incertidumbre sobre el emplazamiento de Camelot se debe probablemente a que, lo mismo que su gobernante, sólo existió en la imaginación de los cuentistas. Si fue real, el castillo de Cadbury sería la sede más factible. Pero el verdadero atractivo de Camelot radica en lo que representa: un lugar regido por la valentía y el honor, donde el fuerte defendía al débil e imperaba la armonía. No en vano el poeta Tennyson escribió sobre Camelot: "La ciudad no se halla en ningún sitio, pero sí su visión".

LA HISTORIA DEL REY ARTURO
El rey Arturo fue mencionado por vez primera en un poema galés del siglo X, pero popularizado por Geoffrey de Monmouth en el XII. Varios elementos fueron añadidos a la leyenda el amor cortés por Chrétien de Troyes, el Santo Grial por Robert de Boron, y fundidos finalmente por sir Thomas Malory.
El Arturo de Malory corresponde a la tradición heroica, en lucha contra quienes pretendían apoderarse de su reino. Educado por el mago Merlín, supo de joven que era el verdadero heredero del trono al extraer la espada Excalibur de una piedra, proeza que nadie había podido realizar.
Otra versión de la historia afirma que la espada le fue entregada por la Dama del lago. Después se casó con Ginebra, recibió la Mesa Redonda como parte de la dote y corte en Camelot.
Los caballeros eran sometidos a pruebas de valor, que culminaban en la búsqueda del Santo Grial. Sin embargo, el amor de Ginebra por Lanzarote, el mayor de los caballeros, significó la caída de Arturo. Ida la armonía Mordred sobrino del rey intentó
hacerse con el poder. Este y Arturo se enfrentaron en la batalla de Camlan, donde ambos fueron aniquilados, y con ellos, el reino de Camelot.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Rasputin

Grígori Efímovich o Yefímovich Rasputín, conocido como El Monje Loco; nació el 29 de julio de 1872 en Pokróvskoie (Siberia), Rusia, fue considerado por sus contemporáneos como un Monje, aventurero y cortesano ruso.
De origen campesino y sin ninguna formación creció en un hogar humilde y católico. De muy pequeño sentía que la virgen María le llamaba y le hablaba. Su madre apoyaba estas ideas y colaboró para que sus visiones se hicieran populares en la región. Predicó el futuro y decía sentir la unión entre la virgen María y el hombre.Dice quien le conoció, que era un hombre de talla alargada y muy fuerte, así como su carácter ciclotímico. Le apasionaba tanto las mujeres como el vino.
Tenía algunos conocimientos sobre ciencias denominadas ocultas y prohibidas, aprendió a hipnotizar a la gente con su mirada y hacer que hicieran lo que él deseaba.
Con menos de veinte años se casa con Proskovia Fyodorovna. Por entonces su vocación religiosa se vio temporalmente apartada justo hasta unos años después de ser padre de cuatro niños. abandonó a su familia en 1901 y viajó a Grecia y a Tierra Santa para poder formarse junto a monjes ortodoxos, en esta estadía se conoce que entro en una sociedad secreta, tal vez la masonería rusa, donde cultivo su formación intelectual y mística.
De camino a su madre Rusia, mendigó por los campos y los campesinos le ofrecían cobijo y comida. Dicen que él pagaba la ayuda ofrecida por los más pobres, ayudándoles a mejorar o a curar sus enfermedades y preocupaciones. Su fama de sanador y hombre que rosaba la santidad se mezclaba con sus comportamientos licenciosos y de perversión sexual, eran muy famosas, sus reuniones con cortesanas y simples campesinas con las que organizaba orgias, donde el vino y el opio abundaban.
Pero la verdadera fama de Rasputín llegó cuando se instaló en 1903 en la ciudad de St. Petersburgo, la segunda ciudad en importancia después de Moscú, allí se instaló en una pequeña habitación de una pensión que consiguió gratuitamente a cambio de proteger con sus poderes a la posada, desde este lugar prosiguió con su ayuda hacia los más necesitados. Con el paso de los meses, fue su fama creciendo y tuvo acceso a codearse con muchas familias de clase alta en la ciudad.
El inspector de la Academia de Teología en St. Petersburgo, monseñor Teofán, fue uno de sus amigos más cercanos y con quien pasaba noches en vela discutiendo sobre religión y ciencias ocultas.

Situación político social de Rusia
Antes de continuar con la parte más impactante de la vida de este personaje, tenemos que mencionar cual era la situación de la Corona rusa en esta época.
La crisis social era muy dramática, las brechas sociales entre ricos y pobres era un abismo, los campesinos trabajaban todo el día solo por la comida, la educación era un privilegio de las clases altas, la industria estaba muy lejos de ser importante, tan solo Moscú y St. Petersburgo concentraban el 100% de la industria.
La monarquía rusa estaba en manos del Zar Nicolás II, quien tenía todos los poderes, decretaba las leyes, designaba los ministros y tenía incluso la autoridad religiosa. Su intolerancia a los cambios era total y solo contestaba a las protestas con represiones armadas que dejaban muertos entre los manifestantes, generalmente obreros que comenzaban a perfilarse dentro del socialismo.
En 1905, en st Petersburgo, lugar donde residía Rasputín, se produjo una de estas manifestaciones que terminó con la muerte de cientos obreros en manos del ejército ruso, este episodio se denomina en la historia como Domingo Sangriento. A partir de aquí, cambia la visión del zar como benefactor por la de un tirano contra el que se dirige el odio popular. Se dice que Rasputín apoyo la idea de la manifestación y que incluso participó en muchas reuniones de obreras y sus ideales socialistas.

Nicolás II El Zar
Había subido al trono en 1894, se casó con Alejandra Fiodorovna, Del matrimonio nacieron cinco hijos: Olga, Tatiana, María, Anastasia, y Alexis. Este último, heredero de la corona (ya que fue el único varón), sería, por azares del destino, el iniciador de la dinastía de los Romanov, pues había nacido con una enfermedad sanguínea incurable: hemofilia.
A pesar de los recursos económicos del Zar, la medicina era tan precaria que no había tratamiento alguno para el niño, es aquí donde entra la figura de Rasputín en la corte Rusa.

Rasputín y la Zarina
Rasputín es presentado a la Zarina Alexandra, era esta una mujer muy religiosa y muy supersticiosa a la vez, el aspecto Sucio de su vestido, con cabello y barba que daban asco, lenguaje profano y costumbres vulgares, dieron una mala impresión a la zarina, pero ante la desesperación por su hijo, aceptó permitirle ver al niño e intentar aliviarlo.
Cuentas las crónicas que Rasputin se preparo encerrado en un cuarto acondicionado para él en el palacio durante 2 días, salió pidió que lo llevaran ante el heredero al trono, nunca nadie supo que sucedió dentro de la habitación, pero si es sabido que después de ese momento, el infante mejoró considerablemente, algunos hablan de hipnosis, otros de magia y algunos de conocimiento real sobre medicina.Este “Milagro” fue tomado como la muestra de que poder del Monje Místico era de origen divino, la zarina pidió a Nicolas II, permitirle vivir junto con ellos en el palació para poder asistir al zarévich, enfermo de hemofilia. Pero no las tenía todas consigo, ya que el Zar Nicolás II nunca se fió de este personaje, cosa que Rasputín sabia, solo tenía la confianza de la Zarina.
En 1907 siguiendo la influencia que la zarina tenía del monje, le colocarían en un cargo público con poder en el gobierno del zar, en este momento es que Rasputín comenzó a cosechar enemigos poderosos que veían en el a un oportunista peligroso y al que debían sacar de encima rápidamente.
Sus escándalos sexuales eran cada vez mas públicos y la zarina debía hacer mucho para limpiar la imagen del monje. Se cuenta que una noche fue sorprendido en la alcoba de una de las damas más cercana a la corte en una orgia con más de 20 mujeres a las que había pedido bañarse en sangre de animales.

La familia imperial con Nicolás II.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en 1914 a Rusia no le quedo más alternativa que ingresar en la contienda, el zar encabezó el ejército mientras que Rasputín se dedicó a controlar el gobierno, de forma casi absoluta. La fama contradictoria que creó contra la familia imperial por parte del pueblo ruso, hizo que fuera menospreciado junto a los Romanov. El pueblo se levantó en armas, la pobreza, el descontrol político, la inseguridad en Rusia creó que los pre revolucionarios se dispersara y crearan focos de anarquistas.La corte rusa se escandalizó por su forma de llevar el gobierno, por el poder que había adquirido, por sus hazañas libertinas y otras aventuras.
A pesar de su comportamiento y de que la salud del hijo de zar había decaído, la zarina seguía bajo su influjo y lo defendía ante todos. Pero un día en que se sintió liberado de la ayuda de la virgen, comunicó preocupado a la zarina de aquella sensación. Pronto la zarina le haría ir a la capilla real para ver al Pope y visto que Rasputín, en aquel momento, perdiera la cordura, la monarca y el Pope le echarían seguidamente de palacio. Sintiéndose frustrado y abandonado por su protectora; sermoneado por la iglesia ortodoxa por sus atroces visiones, llamándole “Monje endiablado”, no aceptaría peticiones del pueblo ni de la corte para acudir a sus fiestas ni para servir como sanador.
Volvió a centrarse por su gusto por las mujeres y por ello, originó muchos disgustos a la corte rusa.

El fin de Rasputín
La mirada de Rasputín seguía siendo su mayor arma persuasiva, muy pocas personas osaban mirarlo fijamente a los ojos, incluso sus propios enemigos le temían por sus supuestos poderes, sus fama de leer la mente de las personas, de predecir lo que pasaría y de curar o generar enfermedades lo hacía a un poderoso.El conocido príncipe Félix Yusupov, uno de los hombres más ricos de Rusia y gobernador de Moscú, preparó la forma para quitárselo del medio, y acompañado por un grupo de hombres de la corte del zar, preparó un plan para asesinarlo.
El 30 de diciembre de 1916, Llamó a Rasputín a visitar el palacio Yusupov y conocer a una sobrina del zar que se encontraba enferma desde hacia varios meses. Le condujeron hasta el sótano para cenar junto al príncipe. Le colmaron de ricos manjares y de muchos litros de vino, la gula era su perdición. Parece ser que entre la comida, su anfitrión mandó colocar cianuro, un veneno mortal que acabaría con su vida. Pero Rasputín, cuidadoso y viendo que ningún invitado ni Yusupov probaban nada, tomo la decisión de no tomar él la iniciativa. Visto que parecía ser que no querían probar si él no lo hacía antes, admitió una copa de vino de Crimea y otra de Madeira. Seguidamente empezó a comer y a beber ante la atenta mirada de los otros invitados y a cantar a causa de la gran cantidad de vino ingerido.
A pesar de la ingesta el veneno no le hizo un efecto inmediato, dándose cuenta de lo que había sucedido, pudo salir con sus piernas del palacio, corrió hacia un lugar desconocido, pero fue perseguido por Yusupov y los suyos, hasta que cayó al suelo mojado por la nieve que se iba derritiendo, ahí según algunos historiadores se lo fusilo con varios tiros en todo su cuerpo.
Una vez muerto, su cuerpo fue tirado al río Neva. Cuando se encontró su cadáver, dicen que le quisieron extraer su corazón y que se sirvieron de su miembro inferior, el cual fue guardado. Se dice que al enterarse la zarina de su muerte sintió una profunda depresión y no pudo ocultar su tristeza y recordar sus predicciones, evidentemente el poder de Rasputín seguía estando en la corte.
De esta manera terminaban los días de Rasputín, un simple hijo de campesinos que llego a lomas alto, incluso a dirigir el gobierno durante unos meses, su fama llegan hasta hoy, y hay muchos que afirman que se trato de un ser superior, con una visión elevada de las ciencias, otros afirman que fue solo un loco oportunista y otros que un pacto con el diablo le dio su influencia indiscutible.
Sus últimas predicciones fueron en 1908 donde alarmó a la familia imperial, ya que consideraba que veía muy pronto el fin de la familia Romanov y que todos morirían, cosa que sucedió el 16 de julio de 1918, 10 años después.
Parece ser que fue enterrado en una fosa, cerca del palacio de St. Petersburgo con la única compañía de la zarina y un monje. Tras aquello comenzaría la Revolución Rusa, con el descontrol del pueblo ruso.
Otra de sus profecías, aclamó que si él muriese en manos del pueblo, el Zar podría seguir reinando así como sus descendientes. Por otro lado si muriese en manos de nobles rusos, la vida monárquica en el país tenían los días contados. Y así ocurrió. Rusia entró en la Revolución Rusa y Lenin se hizo con el poder, acabando con los Romanov.