martes, 12 de febrero de 2008

Area 51 ¿Cooperación tecnológica?

El 21 y 24 de noviembre y el 20 de diciembre de 1989, el físico Bob Lazar hizo una sorprendente revelación pública en la radio de Las Vegas, Nevada. Lazar declaró que él había visto y trabajado en un OVNI en una localidad secreta de Nevada ubicada a 16 millas al sur del Área 51, también conocida como Groom Lake. El Área 51 ha sido utilizada por durante mucho tiempo para vuelos de prueba de aviones supersecretos.
Fue desde Groom Lake que Lazar pudo hacer su conexión con la base OVNI conocida como Zona S-4. “Como yo estaba empleado en forma irregular, se me había dicho que debía estar en un lugar específico, a una hora determinada, para tomar un vuelo hacia Groom Lake. Luego debía abordar un autobús que llevaba los cristales ennegrecidos, para ir a la zona S-4”.
Para llegar al Área 51 de Groom Lake, todo civil o militar debía tener autorización de seguridad de alto secreto. Llegar a la zona S-4 era un proceso más difícil todavía, que requería una autorización de nivel superior.
Según Bob Lazar, “en la zona S-4 trabajaban veintidós personas. Mi autorización de seguridad era treinta y ocho niveles más alta que la ‘Q’, máxima autorización civil. Yo tenía un distintivo que llevaba mi foto y una diagonal azul claro y oscuro. En la parte superior decía MJ 12, por el nivel de autorización denominado Majestic”. “Había un total de nueve platillos voladores en el lugar, en hangares ubicados en la cavidad de una pequeña montaña. Desde la puerta del hangar se puede ver Lake Papoose, en lo que se conoce como Emigrant Valley. La nave extraterrestre sobre la que yo trabajaba parecía nuevecita. Era un disco delgado con una protuberancia superior. Tenía entre diez y doce metros de largo, y cerca de cinco metros de altura. Parecía haber sido sacado a presión de una gigantesca lámina metálica”. Ante una extasiada audiencia radial, Lazar fue describiendo el interior y exterior del OVNI. “El interior y el exterior de la nave era color aluminio opaco. Tenía corredores alrededor de la pared interior, las sillas del disco estaban a sólo unos treinta o treinta y cinco centímetros del piso, parecían hechas para niños pequeños”.
Según este físico, la meta más alta del proyecto S-4 era la de “tratar de ver si podíamos duplicar el sistema de propulsión con la tecnología terrestre. Esto se denomina ‘back engineering’ (ingeniería retroactiva), y describe el proceso de comenzar con un producto terminado para encontrar su modo de construcción”.“No ví a ningún extraterrestre por ahí, en S-4. Trato de mantenerme alejado del tema porque es especulativo. Sin embargo, yo diría que los extraterrestres existen, simplemente motivado por la evidencia circunstancial: la información que se lee en los reportes y principalmente el tamaño de los asientos del disco”. Quizá una de las declaraciones más raras de Lazar es la de que Estados Unidos practicaba en los discos al oscurecer, vuelos de prueba, a pesar de que la fuente de energía y el sistema de propulsión de las naves no ha podido ser duplicado con la tecnología terrestre. Precisamente, el trabajo de Lazar en S-4 era investigar cómo trabajaba lo que él denomina “el reactor de antimateria del OVNI”.
“El combustible”, declaró Lazar, “no existe en la Tierra y no puede ser sintetizado porque es un elemento superpesado; se requieren unos 34 grams (átomo-gramo) para hechar a andar cada disco. Una de las razones por las que creo que esta investigación militar se mantiene en secreto es la de que todo se ve ahí desde el punto de vista militar”.

lunes, 11 de febrero de 2008

LA MANIPULACION

(no apto de seguir leyendo a personas que son altamente influenciables...)

El siguiente informe es altamente crudo y se tenían sospechas del mismo desde hace más de 25 años.
Una de las más grandes conspiraciones de todos los tiempos es sin duda alguna el encubrimiento de la verdad sobre el fenómeno OVNI y los supuestos acuerdos establecidos entre las potencias y los extraterrestres para el intercambio tecnológico, esta se ha puesto de manifiesto con la reciente liberación del llamado informe Matrix. Hasta hace apenas unos cuantos años se supo que en las denominadas bases militares subterráneas (lugares proporcionados por los Estados Unidos a seres extraterrestres para que ellos trabajen en proyectos genéticos), colaboraban con científicos terrestres alrededor de 10.000 extraterrestres entre ellos los denominados Grises Rigelianos y posteriormente los lagartos y otros más, la primera de estas bases fue la de Dulce en Nuevo México.
La reciente aparición en los Estado Unidos del llamado "INFORME MATRIX" vuelve a poner de actualidad el "asunto OVNI", un tema siempre controvertido a la vez que apasionante. Esta vez saltan a la luz supuestas relaciones de los extraterrestres con los representantes de los gobiernos de las dos superpotencias.

Nace el "Majestic 12"
Según leemos un informe que fue secreto por muchos años, "hay historias increíbles sobre el traslado de platillos estrellados. Para guardarlos hubo que llevarlos a veces a grandes distancias, viajando sólo durante la noche, comprando viejas haciendas, avanzando a través de bosques bloqueando carreteras principales, llevando a veces dos y tres plataformas transportadoras unidas con una carga extraterrestre de 30 m de diámetro. Uno de los platillos era tan enorme y los problemas logísticos tan grandes, que tuvo que ser enterrado en el mismo sitio en el que se estrelló y aún permanece allí".
El interés del gobierno de USA se incrementó a partir de 1947 cuando el piloto T. Mantell pereció mientras perseguía en su caza a uno de estos objetos. Y ese interés se convirtió en una historieta cuando en 1952 una escuadrilla de OVNIs sobrevoló descaradamente la ciudad de Washington dejando en ridículo a los más avanzados cazas de la Fuerza Aérea norteamericana.
Según un informe "hizo falta toda la inventiva e imaginación de los mejores expertos en la manipulación de la opinión pública para distraer la atención de la gente de aquel desgraciado incidente".
Fue a raíz del primer caso cuando varias agencias gubernamentales (CIA, NSA, DIA, EBI, NASA) tomaron cartas en el asunto y el general Marshall formó en julio de ese mismo año el grupo "MAJESTIC 12" (MJ-12).
Uno de los que formaban parte del grupo inicial fue el secretario del estado James Forrestal que se suicidó. La razón oficial del suicidio es que fue una depresión nerviosa pero otras fuentes aseguran que se debió a la preocupación que le producía lo que había detrás del fenómeno OVNI. Su familia, por otra parte, siempre había afirmado que fue asesinado por la CIA porque era de la opinión de que había que decirle toda la verdad al pueblo.
De las muchas personas que trabajaban en las diferentes organizaciones relacionadas con la investigación de los OVNIs, sólo un muy limitado número fuera del MJ-12 estaba al corriente de la verdad. De vez en cuando se divulgaban falsas noticias muchas veces parecidas a las verdaderas, con el fin de despistar a los investigadores y periodistas. El famoso "Informe Condón" de la Universidad de Colorado fue uno de estos esfuerzos oficiales para desacreditar el fenómeno.
A todos los que trabajaban en los diferentes programas relacionados con los OVNIs se les exigía un solemne juramento firmado cuyo incumplimiento podría acarrearles muy graves consecuencias. Y además del personal juramentado, el MJ-12 trataría de la misma manera, llegando incluso al asesinato camuflado, a toda aquella persona que estuviese "muy cerca de la verdad". Cualquier medio era lícito para proteger el "secreto final".
¿Cuál era ese "secreto final" tan celosamente guardado por el MJ-12 asistido por tres o cuatro agencias gubernamentales? Es el trato hecho por el gobierno de los Estados Unidos con ciertas entidades extraterrestres a las que un miembro del MJ-12 bautizó con el nombre de EBEs (Entidades Biológicas Extraterrestres).
Las películas Encuentros Cercanos del Tercer Tipo y ET, así como la serie "V" y muchas otras fueron hechas para que nos fuéramos acostumbrando a la existencia de semejantes seres y hasta de su nada agradable apariencia.
La primera comunicación física que se conoce del gobierno norteamericano con los EBEs fue el 30 de abril de 1964 en la base de la Fuerza Aérea de Holloman (N. México). En un área previamente concertada aterrizaron tres platillos de los que descendieron varios EBEs. Los esperaban oficiales de inteligencia del gobierno y allí mismo se celebró una reunión. La entrevista fue filmada.

El primer acuerdo con los extraterrestres
Hubo más reuniones como la de Holloman en las que se fue avanzando en el entendimiento hasta que por fin, durante el período comprendido entre 1969 y 1971, el MJ-12, en representación del gobierno, hizo un trato con ellos.
Consistía éste en que a cambio de tecnología que los EBEs les proporcionarían (mayormente relacionada con armamento y antigravitación) el gobierno de USA ignoraría ciertas cosas que estaban ocurriendo y les proporcionaría lugares seguros en donde ellos pudiesen desarrollar sus actividades y en los que a su vez enseñarían a los militares las nuevas tecnologías prometidas.
De hecho, la base de Groom Lake, una de las más secretas, fue ampliada a partir de 1972 y se construyó en ella bajo la dirección de los EBEs una enorme instalación subterránea en la que se colocó el instrumental pactado que era manejado exclusivamente por ellos.
Las "cosas" que estaban ocurriendo y que el gobierno prometía ignorar eran las misteriosas matanzas de ganado que se detectaban en toda la nación y los secuestros y desapariciones de seres humanos que de vez en cuando saltaban las páginas de los periódicos.
Ya desde un principio este trato provocó una fuerte discusión en el seno del MJ-12, o la confrontación de sus miembros se agravó cuando, o al tiempo, descubrieron que habían sido engañados y que habían traicionado a sus conciudadanos haciéndose cómplices de miles de crímenes.
En la actualidad el grupo MJ-12 (al que pertenecen personajes como el general Vernon Walters, el Dr. Kissinger y el ex presidente de USA George Bush, ex director de la CIA y muy posiblemente el Almirante Pointdexter envuelto en el sórdido asunto Irán – Contras) no sabe que hacer y está ganando tiempo para ver como puede salir de la encrucijada.
El engaño de que fueron víctimas tan ilustres señores es en verdad aterrador. Descubrieron en primer lugar que el número de seres humanos secuestrados y de los que en la mayoría de los casos no se volvía a saber, era muy superior a los que los EBEs les habían dicho.
Sin embargo lo que más les impresionó fue conocer con detalle lo que les sucedía a las personas que eran consciente o inconscientemente temporalmente abducidas y a aquellas que nunca volvían a aparecer. Se llenaron de horror cuando descubrieron lo que los EBEs suelen hacer con ellos: acostumbran a insertar en el cerebro, a través de las fosas nasales, un pequeño aparato esférico de unos 3 mm. Con el que pueden "monitorear" biológicamente al secuestrado y saber dónde está.

El Control
Controlan durante un período de 2 a 5 años, mediante sugestión hipnótica, a los abducidos de modo que éstos efectúen una actividad específica en el momento oportuno.
Sacrifican a algunos de ellos para que les proporcionen "material biológico". No tienen inconvenientes en asesinar a algunos individuos que son una amenaza para sus actividades en nuestro planeta. Efectúan con ellos experimentos de actividad genética. Fecundan a mujeres y les extraen prematuramente los fetos, cultivándolos fuera del útero para seguir de cerca su desarrollo. Estas son a grandes rasgos las actividades en que están ocupados los EBEs, con los que el MJ-12 hizo el pacto mencionado.
"El Gobierno de Estados Unidos no tuvo inicialmente conocimiento de las consecuencias del "trato" con los EBEs porque estos le hicieron creer que los secuestros eran esencialmente benignos y como se imaginaron que de todas maneras los EBEs los iban a seguir realizando simplemente insistieron en que les suministrasen una lista de secuestrados".

El engaño
Pero la realidad fue muy diferente. Los EBEs no solo mintieron en cuanto al propósito de los secuestros sino en el número de los secuestrados. Cuando el MJ-12 descubrió la realidad, ya era demasiado tarde. Aparte de la enorme humillación que supuso descubrir que los EBEs habían hecho un trato muy parecido con los rusos.
Hace pocos meses el MJ-12 tuvo en su recóndito refugio del "Country Club" una reunión tormentosa en la que se debatieron casi desesperadamente dos posiciones: la que los defendían que había que decirle al pueblo la verdad desnuda, pidiendo al mismo tiempo perdón y solicitando colaboración, y la de los que decían que de ninguna manera se podía hacer eso porque el pueblo no estaba preparado para asimilar la "horrible verdad" de que somos "conejos de indias" de una raza superior extrahumana.
Los defensores de esta segunda posición eran más abundantes y propusieron además desarrollar una arma contra los EBEs de los que se conocen ciertas debilidades (El arma ya fue probada por primera vez aunque sin éxito).
Esta desavenencia del MJ-12 se hace ver por un lado en la infiltración desde un tiempo a esta parte de noticias concretas, cintas magnetofónicas con información muy valiosa y hasta un vídeo cassette en el que se puede ver a un alienígena que la Fuerza Aérea tiene prisionero en la base YY y, por otro lado, en la dificultad con que semejante información llega a manos de los investigadores.
Es típico el caso Linda Howe quien había hecho un documental fílmico sobre los animales que aparecen mutilados y desangrados. Pues bien, Linda recibió en 1982 una llamada telefónica invitándola a hacer una película sobre el tema de los OVNIs y en concreto sobre varios platillos que se habían estrellado y cuyos restos estaban en poder del gobierno. La pusieron en contacto con un oficial de la Fuerza Aérea llamado Cody el cual le dio información de primera mano y le prometió 2.200 m de film sobre el aterrizaje de Holloman.
Durante varios meses su vida fue auténticamente "de película" ya que sus comunicantes la hacían ir de una ciudad a otra para recoger datos y para entrevistarse con escurridizos personajes. Le daba la impresión de que sus informantes tenían miedo de que se supiese lo que estaban haciendo y muchas veces se echaban atrás en sus promesas y citas. Finalmente, cuando ya tenían los contratos firmados para empezar a rodar, sus comunicantes dejaron de comunicarse.
Algo parecido le sucedió a un rico político del sur de California. Lo llamaron para hacer una película sobre el fenómeno OVNI y hasta lo llevaron al Pentágono en donde le enseñaron un vídeo de entrevistas con extraterrestres. Pero a última hora lo dejaron esperando con el material prometido.

La base de Dulce
Uno de los documentos recibidos por Linda Howe, fueron los famosos "Papeles de Dulce". Dulce es una base de la Fuerza Aérea en Nuevo México que se hizo famosa por lo que más tarde contaremos. Lo que allí sucede lo sabemos por dos fuentes.
La primera proviene del secuestro de una mujer y su hijo que más tarde fueron devueltos al mismo lugar, cerca del pueblo de Cimarrón.
"Conducían su coche por una carretera rural, cuando observaron dos naves en el proceso de llevarse a un ternero. Su coche se detuvo y ellos fueran también secuestrados y llevados a la instalación subterránea donde la mujer presenció la mutilación del animal. Observó también allí, dentro de grandes tinas, parte del ganado flotando en un líquido, mientras que otro recipiente contenía el cuerpo de un hombre. Esta mujer fue posteriormente sujeta a examen y se encontraron en su cuerpo pequeños objetos que habían sido artificialmente implantados al igual que en el de su hijo".
Otra de las fuentes por la que se conoce la existencia y las actividades de esa base subterránea es por el testimonio de un ex agente de la CIA que logró huir de ese lugar tras haber estado trabajando allí. Antes de escaparse tomó algunas notas, fotos y videotapes y posteriormente se escondió.

¿Cómo son los EBEs?
Resumiendo todo el maremagno de datos que sobre este particular tenemos, podemos decir que entre las 60 o 70 clases de EBEs que nos visitan hay 5 o 6 que son los que están más relacionados con nosotros.
TIPO I: Entidades invisibles muy difíciles de ser comprendidas por nuestra mente porque son prácticamente pura energía mental. Su actividad principal es influir la mente de los humanos y tienen mucho que ver con las religiones y todas las grandes corrientes filosóficas y sociológicas. Parece que están en la Tierra desde antes que nosotros.
TIPO II: Grises (por el color de la piel) llamados "Reticulianos" (porque dicen que vienen de Zeta Reticuli). Bajitos de 1,20 a 1,40 con una gran cabeza calva y ojos muy rasgados. Muy psíquicos, con un gran dominio de la telepatía. Mente grupal con una conciencia individual muy poco desarrollada, lo que constituye uno de sus puntos más débiles. Su meta es el conocimiento científico mediante el dominio del mundo. Tienen también gran dominio de la materia y pueden cambiar su apariencia física y crear robots biológicos. Están interesados en los experimentos genéticos debido a que quieren mezclarse con nosotros para conseguir una raza híbrida superior a ambas. Les preocupa mucho "monitorear" las mentes de ciertos humanos mediante aparatos que les implantan en la niñez y que revisan cada cierta cantidad de años, muchas veces sin que se dé cuenta el ser humano. Con tales experiencias adquieren conocimientos sobre nosotros y van implantando en nuestra sociedad, mediante un adoctrinamiento inconsistente, consciente que ellos llaman "inculación", ciertas ideas que les interesan. Rechazaron el trato que les fue propuesto por el gobierno de algún país de la Tierra que exigía de ellos, a cambio, tecnología para ser utilizada militarmente.
TIPO III: Grises llamados "Rigelianos" aliados en cierta manera de los del tipo II y físicamente muy parecidos aunque con los ojos no tan rasgados. Estos son los que están ahora en relación con el Gobierno de USA aunque éste esté arrepentido del trato. De hecho están viendo como pueden liberarse de la presencia de estos seres. Son una raza genéticamente dañada – parece que por una guerra atómica de hace miles de años – cuando están saludables tienen una piel amarillo-verdosa pero cuando no tienen suficientes "glandulares" – glándulas de animales molida – que absorben a través de la piel, tienen un color gris. Una característica muy importante de estos Rigelianos es que son capaces de salir de nuestro tiempo. Además son poco individualizados como los Reticulianos y están aparentemente militarizados como ellos. Su sistema digestivo y generativo está dañado y por eso tienen que nutrirse a través de la piel. Su alimento consiste en una especie de sopa celular procedente de tejido bovino que untan en la piel. Estos del tipo III son los que realizan la mayor parte de matanzas de reses con el fin de alimentarse pero no tienen inconvenientes en caso de necesidad de hacer lo mismo con seres humanos. Están verificando desesperadamente experiencias genéticas con los humanos, pero no por amor a la ciencia o por conseguir un cruce más perfecto sino para conservar su propia especie y para lograr reproducirse de un modo más natural ya que debido al defecto que portan en sus funciones generativas todos son clones. Esta es la razón por la que todos parecen iguales. Han tratado de llevarse ganado a otros sistemas solares pero hasta que nosotros sabemos no lo han conseguido todavía. Al parecer estos Rigelianos han penetrado masiva y radicalmente nuestra civilización. Mantienen bases en todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos, y controlan cada aspecto de nuestra sociedad. En la actualidad la raza humana está siendo prácticamente "conquistada" o sometida por estos seres a un "bombardeo mental" sin que se dé cuenta. Para mantener su control sobre nosotros se valen también de lideres e "iluminados" de muchos tipos.
He aquí como el informe "THE MATRIX" resume sus actividades:
- Se clonan a sí mismos en úteros parecidos a vejigas. Fecundan a hembras humanas para extraerles posteriormente el feto.
- Fabrican androides de apariencia humana que tienen un tiempo muy limitado de vida.
- Adquieren material biológico de ganado y seres humanos para alimentación y experimentos genéticos.

Otros tipos de seres
TIPO IV: Rubios, altos llamados también "procionanos" no tienen el poder de cambiar su apariencia y parecerse a los grises. En cambio estos sí pueden presentarse como rubios. Su altura anda alrededor de 1,90 m. Ejercen también bastantes actividades en nuestro planeta pero menos que los grises. No están de acuerdo con lo que los rigelianos del tipo III están haciendo. Parece que tratan de disuadirlos pero básicamente no intervienen.
TIPO V: Rubios bajos. De piel blanca, más discretos en la intervención en nuestro mundo. Según un informe "estarían dispuestos a expulsar de este planeta a los rigelianos si las autoridades mundiales se lo pidiesen oficialmente". Pero ello conllevaría una guerra en la que perecerían muchos humanos.
Aunque algunas de estas afirmaciones concretas pudieran no ser ciertas, el fondo de todo ello es real la presencia y actividad de seres inteligentes no humanos en nuestro planeta. Es algo que la humanidad no puede darse el lujo de ignorar por más tiempo. Desgraciadamente resulta muy difícil separar lo autentico de lo falso, ya que son muchas y muy diferentes las causas que intervienen en todo ello. Y aparte del factor humano hay que contar con el extrahumano, muy interesado en que no caigamos en la cuenta de lo que está pasando. Por eso es muy natural que la mayor parte de la humanidad, ante tantos hechos extraños y ante la imposibilidad de llegar a tener una idea clara de todo ello, dude perpetuamente o rechacé los hechos y en ocasiones su mente se desbloquee enloquecida. Esto es parte de la estrategia de estos seres.

- No hay dudas de que naves tripuladas por seres de otro mundo se han estrellado en la Tierra.
- Estas naves proceden no sólo de nuestra propia dimensión sino también de espacios ultra dimensionales.
- Los esfuerzos del Gobierno de Estados Unidos para obtener tecnología alienígena han resultado satisfactorios en algunas ocasiones.
- El Gobierno de Estados Unidos ha practicado autopsias de estos seres y ha tenido rehenes alienígenas durante algún tiempo.
- Agencias de seguridad norteamericanas y agencias públicas están involucradas en el encubrimiento de estos hechos.
- Como resultado de las actividades de ciertos alienígenas, muchas personas han sido y están actualmente abducidas, secuestradas, mutiladas y asesinadas.
- En la actualidad existe una presencia activa alienígena en el planeta, que controla elementos diferentes de nuestra sociedad.
- El Gobierno Estados Unidos ha tenido por algún tiempo relaciones de trabajo con estos seres con el propósito de obtener tecnología de propulsión gravitacional, armamento de rayos y control mental.
- Millones de reses han aparecido muertas con el propósito de obtener de ellas material biológica. - Vivimos en un mundo multidimensional que es compartido y visitado por entidades de otras dimensiones. Algunas son hostiles y otras no.
- Nuestro desarrollo genético y las religiones tienen que ver con la intervención de estos seres. Tanto terrestre como extraterrestre.
- La tecnología actual en poder de algunos gobiernos excede con mucho aquello que es conocido por el público.
- El programa espacial de la NASA encubre otros propósitos.
- Algunas personas que han llegado a saber lo que está sucediendo han sido asesinadas. La CIA y la NASA están involucradas en esto.
- Nuestra civilización es una de las muchas que han existido en los últimos dos millones de años.
¿Crees que exista una conspiración para ocultar los tratados con extraterrestres?

La gran conspiración
Algo enorme y ardiente se estrelló en una desolada llanura de la región de Sverdlovsky anteriormente Yekiatrinburg de la antigua U.R.S.S. en marzo de 1969 al parecer fue una nave extraterrestre, la información fue difundida internacionalmente en un increíble reportaje de 90 minutos el día 13 de septiembre de 1998 en el canal TNT (Turner Network Television) de los Estados Unidos, el programa fue llamado "Los archivos secretos de OVNIs de la KGB". Gracias al termino de la guerra fría fue posible lograr conseguir este valioso material, la supuesta fuente de este material es de los archivos de OVNIs de la inteligencia secreta Soviética KGB. En dicho reportaje no solo se narra el incidente y la conspiración del gobierno la Unión Soviética al ocultarlo, sino además se mostró un valioso video de la autopsia de un supuesto ser extraterrestre o más bien lo que quedo del cuerpo después del siniestro, así como los soldados soviéticos examinan la nave estrellada. Se especulo que el disco se estrelló en un campo cercano al bosque donde fue encontrado y este reboto hasta detenerse en un área arbolada quedando en la posición que se muestra en el video.
Los expertos Paul Stonehill investigador de fenómeno anómalos en Rusia, el destacado ufólogo norteamericano Stanton T. Friedman, el Dr. Richard F. Haine científico investigador de la NASA, afirmaron en el programa que la autopsia rusa del brazo y torso del cuerpo extraterrestre fue auténtica y muy precisa.
El 27 de septiembre de 1998 en San José, California el Total Research anunció, que su Presidente y CEO Kal Korff investigador el fenómeno OVNI, recibió un trozo de metal fragmentado en cinco partes para su análisis, eran del supuesto OVNI ruso.
Cuando se le cuestiono a Korff sobre lo que pensaba de los fragmentos, si eran de un OVNI "real", él declaro y especuló, diciendo, "¿Cómo sabría yo? Ahora mismo, no tengo ninguna opinión de una manera u otra. Yo permanezco, por ahora, neutro en esta materia. Estas muestras se continúan analizando adecuadamente, en un laboratorio de una universidad privada y en un laboratorio del gobierno de los Estados Unidos. Tan pronto como los resultados de laboratorio estén listos, yo lo haré inmediatamente públicos, y entonces es mi intención llamar a los productores de "Los archivos secretos de OVNIs de la KGB" de TNT (Turner Network Television) y tendré una conversación con ellos sobre este asunto".

jueves, 7 de febrero de 2008

Yeti, el abominable hombre de las nieves

En la Patria del Yeti
La India milenaria se encarama hacia Oriente, rompiéndose y empinándose en desfiladeros, cordones de elevados riscos, selvas colgantes que acaban por meterse resueltamente en los comienzos de las altas nieves, donde reina el Abeto Tibetano, ese árbol que llega a crecer más arriba que ningún otro. También la India se rompe en reinos e historias distintas, hasta que llega a compartir los Himalayas con Nepal, China y el Tibet.
Los Himalayas, esa majestuosa cordillera que ostenta las cumbres más elevadas del planeta, fueron siempre motivo de fascinación y desafío para los occidentales. Los montes Anapurna y Everest fueron el premio místico del europeo así como los inaccesibles lamasterios y conventos-fortalezas eran las rutas místicas del pueblo nativo.
Más arriba de la selva y el abeto, en los vertiginosos campos de las nieves eternas, resulta casi imposible describir el paisaje. La altura es superior a los cinco mil metros, y sin embargo se tiene la sensación de estar sobre colinas y tierras planas, suavemente onduladas, que aquí y allá tropieza con los grandes montes vedados para el hombre. Sólo dos o tres rutas pueden hallarse, practicables únicamente bajo las más propicias condiciones climáticas, para los majestuosos gigantes.
En aquel paisaje impera una fauna zoológica que ha sido satisfactoriamente estudiada. Pero también hay allí otros moradores para quienes los Lamas, sacerdotes de las diversas formas del budismo, tienen nombres inquietantes: los Tchang-Po, “devoradores del aliento vital”, demonios que persiguen implacablemente a los desdichados que se extravían en aquellas soledades, y que acechan también a los agonizantes para “cazarles el alma y comérsela”.
Es allí, en los venerables montes Himalaya, donde sin duda alguna está la Patria del Yeti, el “Abominable Hombre de las Nieves”, el “Metoh Kangmi”, de los porteadores nativos.
Fue precisamente Sir Edmund Hillary, el primer conquistador del Monte Everest, quien difundió al mundo el nombre “Yeti” para designar al “Metoh Kangmi”. Según refiere el valeroso explorador británico, fue cuando habían sobrepasado ya las últimas filas de abetos tibetanos y se adentraban en la desolación de la blancura eterna, que las presencias extrañas comenzaron a dejarse sentir, aunque sin dar ninguna muestra visible o audible de su existencia. Era más bien una sensación de estar siendo observados, que afectaba tanto a los nativos como a los europeos de la expedición.
Sólo la gran fatiga, el esfuerzo sostenido que exigía centrar toda la atención en cada paso, impidió que se posesionara de todos una neurosis colectiva. El cansancio dejaba muy poco lugar para el enervamiento.
Sin embargo, una noche el campamento fue visitado mientras todos dormían extenuados. Algunos admitieron haber sentido ruidos leves, semidormidos, pero no atinaron a reaccionar. No obstante, al amanecer, descubrieron en torno del campamento una serie de huellas enormes que habían roto la gruesa costra de nieve endurecida.
Aunque la nieve no resultaba un buen material para preservar con nitidez la forma de las huellas, éstas daban la impresión de corresponder a enormes pies desnudos, casi desprovistos de arco plantar, con un dedo mayor muy pronunciado y al parecer sólo tres dedos más. Sir Edmund y varios de los otros europeos eran hombres habituados a las montañas de muchas latitudes del mundo, y no confundirían fácilmente las huellas de un gran oso con las de pies humanos desnudos. Tampoco los Sherpas que hacían de guías baqueanos. Por otra parte, fuera de un oso de gran tamaño, no había ningún otro animal conocido que tuviera una corpulencia y un peso tan grandes como para romper la costra de nieve sólida en la cual los pasos humanos apenas si dejaban un tenue rastro con las botas reforzadas.
A la vista de las huellas, los porteadores nativos se dieron a la fuga, contra los esfuerzos y amenazas de los europeos que veían con desesperación cómo equipos y alimentos valiosos quedaban abandonados y perdidos. De los sherpas, sólo se mantuvo al lado de los europeos su jefe, Ten Sing, quien por orgullo y sentido de la lealtad se sobrepuso al temor.
Mientras huían, los porteadores gritaban llenos de pavor: “¡Yeti!... ¡Yeti!”.
El Yeti es la bestia-humanoide, el “Pithecantropus” mejor conocido, mas también es uno de los menos vistos. No obstante, hay una gran cantidad de huellas, recogidas por viajeros a quienes muy difícilmente imaginaría uno en ánimo de andar gastando bromas.
Entre los primeros relatos occidentales al respecto, está el publicado en 1889 por el Coronel británico L.A. Waddell, bajo el título “Among The Himalayas”, en que reporta sus experiencias al efectuar la travesía de la región montañosa entre el Darjeeling, en la India, y el Sikkim, donde Persia y China se fundieron durante siglos. El Cnel. Waddell informa así sus propios hallazgos de las huellas del Yeti:
“Cruzaban nuestro camino, alejándose hacia las cimas más altas, algunas huellas grandes en la nieve. De acuerdo con los nativos, se suponía que eran los rastros dejados por hombres salvajes y peludos que se cree viven en las nieves perpetuas, así como los míticos leones blancos cuyo rugido tiene fama de hacerse oír durante las tormentas. Todos los tibetanos creen en esas criaturas.”
Hay abundantes relatos posteriores de europeos que encontraron nativos y sacerdotes que afirmaron haber visto directamente a las misteriosas criaturas que dejaban tales huellas. Mas por ahora prestemos atención a los rastros mismos.
En 1972, una fundación norteamericana de protección e investigación sobre la vida silvestre envió una expedición a los Himalayas, encabezada por los doctores en zoología E.W. Cronin y Howard Emery. En el reporte de su investigación, que titularon “Evidencia Reciente sobre el Yeti, un Primate desconocido de los Himalayas”, informaron que a tres mil seiscientos metros de altura, al Oriente del Nepal, en la región llamada Kongmaa Laa, su campamento amaneció rodeado de extrañas huellas, de 25.5 centímetros de largo, en que se evidenciaban claramente un grueso dedo gordo, cuatro dedos más pequeños y un talón ancho y redondeado. Calcularon que se trataba del rastro de un ser bípedo de un peso aproximado de 75 kilos. Ambos zoólogos concordaron en que habían recibido la visita de un Yeti de pequeño tamaño.
En 1975, los integrantes de una expedición polaca al Monte Everest reportaron haber hallado huellas semejantes aunque mucho mayores: cuarenta y dos centímetros de largo.
El jefe de equipo de esta expedición, Andrew Dzávada, hizo el siguiente comentario a los periodistas, en marzo de 1975:
“Las huellas eran claras durante más de una milla, y constatamos que pertenecían a una criatura muy pesada que caminaba normalmente en dos pies. En mis 29 años de experiencia como escalador en Europa y Asia, he visto huellas de muchas clases, y por cierto también las huellas de diferentes clases de oso, pero esas huellas que vi en la base del Everest me obligan a creer en lo increíble.”

Algo más que huellas
Y dos años después, a principios de 1977, los montañistas Joe Tasker y Peter Boardman tuvieron una experiencia bastante más impactante mientras acampaban en el Changabang, a 5.100 metros de altura en los Himalayas, en un campo de hielo y nieve endurecida que formaba abruptos muros con una temperatura de 18 grados Celcius bajo cero.
A medianoche fueron despertados por un estrépito del equipo de cocina al ser arrojado al suelo, y escucharon gruñidos rabiosos, como si hubiera una pelea bestial afuera de las tiendas. Con mucha sensatez optaron por no salir a investigar hasta que estuviera claro. A la salida del sol descubrieron que todo había sido rudamente trajinado aunque sólo faltaba una caja en la que guardaban 36 barras de chocolate dulce. Encontraron asimismo una serie de huellas de 36 centímetros de largo que se acercaban y alejaban del campamento. Eran huellas de pies desnudos.
“Ningún ser vivo podría subsistir a esta altura y con esta temperatura. Bueno, pero hubo alguien allí. Quizá haya sido un Yeti. Pero sabía lo que estaba buscando, pues los chocolates estaban empaquetados en plástico, dentro de las mochilas, junto a los demás alimentos.”
Así lo comentó Joe Tasker, y agregó que, un año antes, en la región del Dunagiri, él y su compañero Dick Renshaw habían sido ya visitados durante la noche por merodeadores de esta misma naturaleza que también habían sustraído cuantos chocolates pudieron encontrar.

Son muy numerosos los testimonios sobre huellas y visitas misteriosas, de las cuales se infiere que estas criaturas sienten curiosidad por los seres humanos y de paso estiman que la presencia de humanos significa una posible comida tan fácil como exótica y deliciosa.
De los encuentros directos con los “Pithecantropus” Yeti, uno de los más interesantes data de 1921, referido por el Teniente Coronel británico C.K. Howard-Bury, quien, con un grupo de escaladores expertos intentaba conquistar la vertiente Norte del Monte Everest. Divisaron a lo lejos un grupo de puntos oscuros que se movían en la nieve a una altura aproximada de 6.900 metros. Al observarlos con prismáticos, les pareció que se trataba de alguna especie de monos. Cuando llegaron allí encontraron huellas “enormes”. Desgraciadamente no indicaron el tamaño exacto que querían decir con “enorme”.
Otra observación digna de confianza fue hecha por N.A. Tombazi, miembro de la Royal Geographical Society, durante una expedición fotográfica a los Himalayas. Cerca del glaciar Zemu, a 4.500 metros de altura, los sherpas le advirtieron la presencia de una figura humana a no más de 270 metros de distancia. En su reporte a la Royal Geographical Society de Londres, el fotógrafo señaló que la criatura caminaba erguida arrastrando unas matas de rododendro. Iba desnuda y parecía oscura contra la nieve. Al sentirse observada, la criatura se esfumó entre el denso matorral, antes de que Tombazi pudiera fotografiarla. Cuando éste llegó al lugar donde había estado la criatura encontró huellas semejantes a las humanas pero de 17 a 21 centímetros de largo.
Un testigo sherpa, Pasang Nyima, nepalés, informó al zoólogo Charles Stonor que había visto un Yeti tres meses antes. Tenía la estatura de un humano pequeño, como de un metro cincuenta, con pelos largos en la cabeza, cuerpo y piernas, pero no en el pecho ni en el rostro. Caminaba erguido y parecía ocupado en desenterrar raíces. Cuando advirtió que lo espiaban, lanzó un grito y se metió corriendo en el bosque, siempre erguido.
El mismo Stonor recogió otro testimonio de un aldeano de Pangboche, de apellido Mingma, quien pudo observar a un Yeti de pequeño tamaño desde el interior de un refugio. Señala que la criatura se movía a zancadas largas y ligeramente inclinada. Pudo distinguir bien su rostro, con nariz aplastada, muy hundida en su nacimiento; la cabeza cónica y puntiaguda con una cresta de pelos. Vello castaño en el rostro y dientes grandes y planos, como de caballo aunque con colmillos bastantes destacados.
El más alto número de testigos se reunió en el lamasterio de Thyangboche, situado a casi 4.000 metros de altura, durante una fiesta religiosa, en noviembre de 1949. Los testigos, unos 140 sherpas y una docena de monjes budistas tántricos, señalan que el Yeti salió súbitamente del bosque. Tenía el pelaje gris y su estatura alrededor de 1.80 metros. Parecía despreocupado y de buen humor, y se paseó sobre la nieve rascándose, gruñendo y jugando con montones de nieve fresca. Los monjes entonces hicieron sonar gongs, valvas y trompetas, y el Yeti se alejó. Los lamas tántricos suelen depositar alimentos en lugares especiales para que los recojan los Yetis.
De los Yetis, fuera de sus huellas y avistamientos ocasionales, lo único concreto que se ha encontrado hasta ahora son muestras de su excremento, que no deja de ser un factor importante para reconocer a las especies zoológicas. En este caso, los excrementos del Yeti son por completo distintos de cualquier otro de origen animal. Al ser analizados indicaron una dieta a base de materia vegetal, insectos, ratones, aves y... tierra. Es posible que coman tierra para compensar algunas carencias de minerales. Se sospecha también que roban ocasionalmente ganado, en especial yaks, terneros, ciervos y carneros. Lo más probable es que sean omnívoros y coman cuanto puedan hallar.
Otro testigo ocular de gran prestigio es el célebre montañista británico Don Whillans, quien observó un Yeti de gran tamaño, alrededor de tres metros, recortado contra el cielo claro, junto a un abeto que le permitió calcular la estatura del ente. Lo escuchó asimismo lanzar un grito muy extraño, como canto de un pájaro. Bien iluminado por la luna, el enorme corpachón se veía desnudo aunque cubierto de pelos, y su apariencia era vagamente humana. Pudo observarlo alrededor de 20 minutos, hasta que el ser misterioso desapareció moviéndose a gran velocidad. Al día siguiente, encontró huellas de 52 centímetros hundidas profundamente en la nieve. Este relato lo hace el célebre escalador luego de haber conquistado la cima del Anapurna, en su expedición de 1970.
En su libro “Where the Gods are Mountains”, el profesor René von Nebesky-Wojkowitz, quien realizó investigaciones de terreno durante tres años en la zona del Tibet y Sikkim, entre 1953 y 1956, afirma que el Yeti es un Pithecantropus real, un ser que, sin ser del todo humano, es mucho más que un mono. Señala que su habitat está en los bosques más espesos de la zona alta en los Himalayas. Su estatura media es de 2.25 metros. Está cubierto de pelaje castaño oscuro; tiene brazos largos y cabeza puntiaguda, rematada en un cono cubierto de terminaciones musculares. El rostro es simiesco pero mucho más humano que el de un chimpancé o un orangután. Duerme durante el día y se desplaza de noche. Suele adentrarse en las nieves en busca de un liquen rico en ciertas vitaminas.
Por su parte, el investigador francés Heuvelman, en “En el Rastro de los Animales Desconocidos”, menciona que los lamas del Tibet hablan de tres tipos diferentes de Yeti. Unos son gigantes carnívoros y pueden ser muy peligrosos en ciertas circunstancias. Miden entre 3.9 y 4.8 metros y viven sólo en las zonas nevadas arriba de los cuatro mil metros. A estos gigantes los llaman Nyalmo. La segunda clase son los llamados Rimi, que miden desde 2.10 a 2.70 metros, habitan entre los tres mil y cuatro mil metros, alimentándose de animales, insectos y plantas. Bajo el nivel de los 3.000 metros viven los Yeti de menor tamaño, como los humanos o menos, se les llama Rackshi bompo, a los que los sherpas llaman Yeh-teh o Mih-teh. Son los que dejan las huellas más pequeñas, que se pueden hallar con mayor frecuencia. Es posible, señala Heuvelman, que estos Rackshi bompo sean hijos de los Rimi, en su etapa de crecimiento, que viven en zonas más llevaderas y protegidas por las espesas selvas.

El Yeti tras la Cortina de Hierro
Los Himalayas se enlazan con otra cordillera que, si bien no tiene su sobrecogedora majestad, es también una cadena imponente que se extiende desde el Asia Central hacia el Oriente, separando China de Rusia. Desde Mongolia, al norte del desolado desierto de Gobi y los montes Altái, la cadena montañosa recorre el sur de la ex-URSS: Kazajstán, Tayikistán (Pamir), Uzbekistán, hasta llegar a hundirse en las planices caucásicas, entre el mar Caspio y el mar Negro.
Y esas montañas son también morada de los Pithecantropus, aunque aquí ya no reciben el nombre de Yeti sino el apelativo eslavo de Almas, aunque los campesinos siberianos suelen llamarlos también “Snezhnyi Chelovek” —hombre de la nieve—, en los Montes Pamir les dicen “Dev”, y en los montes del Cáucaso se refieren a ellos como “Kaptar”.
Al parecer la ex-URSS es el único lugar del mundo donde son más abundantes los encuentros visuales y aun los contactos inmediatos con estas criaturas, que el número de simples huellas reportadas. Hasta tal extremo que, antes de la Revolución Bolchevique, ya el profesor de Anatomía Animal Comparada Dr. V.A. Khakhlov, se abocó al estudio de lo que llamó “bestias humanoides en el Este de Asia” y envió un informe extenso y detallado a la Academia Imperial Rusa de Ciencias. Los académicos moscovitas de la época le recomendaron que olvidara el asunto, por el bien de su prestigio. Afortunadamente los trabajos del Dr. Khakhlov fueron conservados.
Años después, en pleno periodo de Stalin, un académico de la Universidad de Ulan Bator, Arkady Rinchen, reunió abundante información sistemática sobre los Almas del Desierto de Gobi y zonas aledañas, pero sus trabajos no fueron tomados en serio. En su caso no hubo material rescatado, al menos en conocimiento de occidentales.
De los informes del Dr. Khakhlov es digno de nota el relato de la captura de un Almas macho, en el Cáucaso, al que persiguieron a lomo de camello utilizando lazos para atraparlo. Indicó el científico que finalmente los cazadores debieron dejar en libertad al espécimen a instancias de los pobladores de las aldeas vecinas, quienes señalaron que el Almas era una criatura de influencia benéfica, que eran bien conocidos de todos y que jamás representaron peligro para el hombre. Señala Khakhlov que el Almas cautivo era un individuo bajo, cubierto de pelo como el de un camello joven. Largos brazos, postura inclinada hacia adelante, pecho angosto, frente plana, gran mandíbula inferior sin barbilla. Nariz corta con anchas fosas, orejas grandes, aguzadas y echadas hacia atrás como las de un zorro. Tenía una extraña protuberancia bajo la nuca. Caminaba con las rodillas flectadas y los dedos de los pies estaban muy separados.
Otro caso señalado por el informe del Dr. Khakhlov reviste gran interés. Se trata de una Almas hembra, capturada en las cercanías del río Manas. También este espécimen hubo de ser puesto en libertad por la presión casi beligerante de las gentes del lugar. Pero alcanzó a ser observada durante varios meses. Señala que generalmente estaba tranquila aunque enseñaba los dientes y gritaba cuando alguien se le acercaba. Dormía como un camello, sobre el suelo, apoyándose en rodillas y codos, cubriéndose la nuca con los puños. Comía carne cruda, cereales y algunas hortalizas. Atrapaba insectos y se los comía. Para beber lamía el agua o bien metía los brazos en ella y los langüeteaba.
De estos informes, que datan de entre 1905 y 1913, podemos saltar al informe dado por el profesor Anatoly Pechersky, en 1972. Refiere el profesor que, yendo de excursión por los montes Kighiz en compañía de dos de sus estudiantes, en julio, es decir pleno verano ruso, fueron seguidos persistentemente por un Almas macho que parecía viejo y asmático. Durante la noche, esta criatura intentó robarles comida de la tienda de campaña, y a la luz de una linterna eléctrica pudieron ver claramente el largo brazo peludo introduciéndose por la abertura. Dos días después, el Almas se acercó al fuego del campamento hasta llegar a menos de cuatro metros, pero el profesor se asustó y fue a su carpa en procura de su escopeta. El ser, comprendiendo el peligro, huyó rápidamente y no volvieron a verlo.
Los testimonios de personas sencillas, campesinos, cazadores y aldeanos, son abundantes y notablemente similares en los detalles. Pero quizás el informe más impresionante sea el del médico del Ejército Soviético V.S. Karapetyan, cuyo grado era Teniente Coronel. Señala el oficial médico que en noviembre de 1941 se encontraba con su batallón en las cercanías de la ciudad de Buinaksk en el Daguestán y fue llamado por las autoridades a examinar a un prisionero muy extraño. Fue hasta la ciudad y encontró que tenían al individuo en un cobertizo casi a la intemperie. Preguntó por qué se le daba ese trato y le respondieron que el prisionero no soportaba el calor del interior de las cabañas.
“Sin duda era un hombre —escribe el oficial—, pues toda su forma era humana. Sin embargo el pecho, la espalda y los hombros los tenía cubiertos de un pelo lanudo color castaño oscuro. Parecía la piel de un oso y el pelo medía unos 3 centímetros de largo. Bajo el pecho el pelaje era más delgado y suave. Las muñecas eran muy fuertes y apenas mostraban pilosidad. Carecía de pelo en las palmas de pies y manos. El pelo de la cabeza le llegaba hasta los hombros y cubría parcialmente la frente, siendo muy grueso y áspero. El rostro estaba cubierto de un ligero vello y el pelo que le rodeaba la boca era ralo y corto.
”Su postura era totalmente erguida, con los brazos colgando y su estatura era de 1.80 metros. Era notablemente fornido, de pecho poderoso. Los dedos eran fuertes, gruesos y extraordinariamente grandes. Se notaba más corpulento que cualquiera de los habitantes locales.
”Sus ojos eran inexpresivos, apagados y vacíos, como los de un animal. A mi me pareció que en su mente era un animal y nada más.
”Me informaron que se había negado a recibir alimentos o bebida desde su captura. No decía nada ni pedía nada. Llegué a la conclusión que se trataba de algún tipo de hombre salvaje. Extendí mi informe y regresé a mi unidad.”
Finalmente, el Tte. Coronel Karapetyan señala que, años más tarde, se enteró de que al infortunado prisionero lo habían fusilado... por si acaso hubiese sido un espía.
Otro testimonio de indudable valor es el del profesor V.K. Leontiev, especialista en ecología y conservación de la vida silvestre. Señala que durante el verano de 1957, durante unas investigaciones en el Daguestán, explorando las fuentes del río Jurmut, escuchó una noche un grito extraño, muy agudo: “No era el de un animal. Ningún pájaro o mamífero silvestre que yo conociera podría hacer ese ruido. Y tampoco era humano”.
Al día siguiente vio a un ser que cruzaba un espacio nevado, a más o menos 50 metros de distancia. “Caminaba erguido, balanceando los largos brazos. Sus hombros eran extremadamente anchos. Tenía el cuerpo cubierto de un largo pelaje oscuro. Media dos metros veinte centímetros”. El profesor Leontiev hizo un disparo a los pies de la criatura, pensando que podría inmovilizarla. Pero ésta se atemorizó y escapó a gran velocidad.
La actitud de los campesinos y pastores respecto de los Almas es de simpatía. De hecho, muy a menudo dejan para ellos, como los lamas de los Himalayas, recipientes con alimentos en lugares bien elegidos. Señalan que en general los Almas viven en cuevas de las montañas, en cañadas y bosques inaccesibles.
Para los ecologistas rusos actuales, los Almas distan mucho de ser un mito. Se les tiene como una especie muy poco estudiada que, por encontrarse en peligro inminente de extinción, debe ser investigada con las mayores precauciones. Estiman que en la región del Cáucaso no queda una población de más de doscientos Almas que podrían prosperar pues no tienen más enemigos naturales que el hombre. Sin embargo, según avanza la civilización, el habitat de los Almas disminuye y quizás la extinción sea inevitable.

El primo Ucu Viajó a Sudamérica
En la revista Contactos Extraterrestres, del 16 de abril de 1980, el antropólogo Pablo Latapi Ortega publicó un interesante trabajo titulado “Ucumar, el Yeti de Argentina”. En dicho trabajo, cita parte del material recogido por la antropóloga Silvia Alicia Barrios en las regiones montañosas del Norte argentino, en donde obtuvo diversas referencias a un extraño mono llamado Ucumar o Ucu.
Uno de sus entrevistados, un baqueano llamado Don Pepe, es experto en las serranías que conforman la frontera argentino boliviana. Respecto del extraño ser se expresó así:
“El Ucu vive en las colinas detrás del El Chorro (una serranía selvática) y le gusta gritarle a las vacas y los pollos. Es un animal rezuncho (fornido a grueso) y no corre mucho, pero es muy forzudo. A mi no se me ha acercado nunca, pero a algunos de mis paisanos, si. Yo he visto Ucus, y los he visto a los Ucus atrapando gente. Cuando un Ucu lo atrapa a uno, lo mejor es orinarse, porque entonces lo suelta a uno... Es grande, con el pelo como el de un perro lanudo, y siempre camina sobre sus patas de atrás, como la gente.”
Según los antropólogos argentinos, el nombre Ucu o Ucumar está relacionado al sonido que suele hacer cuando deambula oculto por la vegetación, un grito ululante Uhú, o Ughuú. Semejante al grito que describen los “Maricoxi” de la jungla matogrosense y de Goias, en el Brasil.
Respecto de estas criaturas, las descripciones acumuladas los muestran como seres notablemente más humanizados que sus parientes del Himalaya o de las montañas del Asia Central.
En particular es significativa la narración hecha por el célebre explorador de la Amazonia y el Mato Grosso, P.H. Fawcett, quien, en su última expedición a las selvas del interior brasilero, desapareció para siempre.
En el curso de una expedición desde la región boliviana del Beni hacia el Mato Grosso, el coronel Fawcett tuvo un encuentro inesperado con cierta extraña clase de nativos, mientras cruzaban una región boscosa que se suponía deshabitada. Se trataba precisamente de los Maricoxi. La descripción de Fawcett es la siguiente:
“Al vernos se quedaron inmóviles y rápidamente pusieron flechas en sus arcos, mientras yo les gritaba en lengua Macubi. No podíamos verles claramente por las sombras que moteaban sus cuerpos, pero me pareció que eran unos hombres grandes y peludos, de brazos excepcionalmente largos y frentes echadas hacia atrás con órbitas oculares pronunciadas; hombres verdaderamente primitivos, que iban desnudos. De pronto se dieron vuelta y se perdieron en la espesura.”
Agrega el explorador que al día siguiente llegaron a una aldea primitiva en la cual unos “grandes brutos con aspecto de monos” se dedicaban a distintos quehaceres.
“Toqué un silbato y una criatura enorme, peluda como un perro, apareció en la choza más próxima. En un instante puso una flecha en su arco y vino danzando con una y otra pierna hasta que estuvo a sólo unos cuatro metros. Emitiendo sonidos que se oían como ‘¡Eugh! ¡Eugh! ¡Eugh!’, siguió bailando allí, y de pronto todo el bosque que nos rodeaba pareció cobrar vida con esos horribles hombres mono, gritando todos ¡Eugh! ¡Eugh! y bailando sobre una y otra pierna mientras ponían flechas en sus arcos. Parecía una situación muy delicada para nosotros y me pregunté si habría llegado el fin. Hice amables presentaciones en lengua Macubi, pero no prestaron atención. Era como si el lenguaje humano estuviera más allá de su entendimiento.”
El hombre-mono levantó dos veces su arco haciendo ademán de disparar, pero no llegando a hacerlo. Fawcett pensó que una tercera vez probablemente dispararía el flechazo, de modo que extrajo su revólver e hizo un disparo a los pies de la criatura.
“El efecto fue instantáneo. Una mirada de completo asombro se reflejó en su cara, y abrió los pequeños ojos. Dejó caer el arco y las flechas y corrió con la velocidad de un gato a esconderse detrás de un árbol. Entonces empezaron a volar las flechas. Disparamos unas cuantas ráfagas contra las ramas, esperando que el ruido asustara a los salvajes y los hiciera más receptivos, pero no parecían de ningún modo dispuestos a aceptarnos, por ello ordené la retirada antes de que alguien fuera herido. Tomamos el mismo camino hasta que el campamento quedó fuera de la vista.”
Luego de publicados los relatos del Coronel Fawcett, éste recibió numerosas cartas y sostuvo entrevistas con personas que tenían información sobre gentes muy primitivas que vivían en aquella zona selvática y con frecuencia pantanosa.
El investigador Iván Sanderson, especialista en el tema de los Pithecantropus, escribió sobre los Maricoxi en su libro “Cosas”: “La única conclusión final que podemos extraer es que en 1914 hubo en el Mato Grosso algunos grupos subhumanos del tipo neandertaloide. No hay razón para suponer que no sigan viviendo ahí”.
Llama la atención el recordar la descripción hecha en 1796 por el Dr. Edward Bancroft, sobre un supuesto “orangután” de la Guayana británica. El Dr. Bancroft señala:
“Mucho más grande que el africano o el de las islas orientales, si podemos fiarnos de los relatos de los nativos. Dicen los indios que mide alrededor de cinco pies de estatura (1.5 mts.) mantiene una posición erguida, tiene forma humana y está recubierto por un pelo corto y negro; pero sospecho que la altura se ha exagerado por el miedo de los indios, que sienten un gran pavor ante él...”
En general las descripciones de los Ucu o Maricoxi hablan de seres de baja estatura. El naturalista alemán Alejandro Von Humboldt efectuó una expedición, por desgracia infructuosa, al Orinoco, siguiendo los indicios que ya se propalaban con insistencia a fines del siglo 19, sobre la existencia de estos antropoides. Hay testimonios de encuentros con estos seres por parte de funcionarios coloniales británicos en Guayana (Guyana) y en Honduras Británicas (Belice), donde reciben el nombre de Dwendis, sin duda a partir de la palabra castellana “Duendes”. Varios relatos plausibles procedentes de Venezuela coinciden en los detalles más significativos de las descripciones, aunque algunos tienen detalles truculentos que pueden ser fruto de la imaginación, como es el caso de un tal Emelino Martínez que cuenta haber sido atacado por dos “animales humanos peludos”, el 10 de abril de 1954, cuando regresaba a su coche de una partida de caza en las colinas. Dice el venezolano que lo agarraron justo cuanto iba a entrar a su auto. Lucharon y él logró zafarse hiriendo a uno de los hombres mono con una piedra en la cabeza. Asi pudo poner en marcha el vehículo y escapar mientras los seres peludos golpeaban las ventanas con los puños.
Las únicas descripciones que salen de este contexto provienen de la región selvática del noreste del Perú, que geográficamente está unificada con la amazonia brasilera.
De aquella región informó el explorador peruano Carlos Torrealba, quien señaló que estando perdido en la jungla, en abril de 1976, en la región de san Martín, en la vertiente oriental de los Andes, había encontrado una comunidad de “gigantes de la edad de piedra”. Dijo que los hombres eran de piel olivácea, de pies grandes y desnudos y caminaban con la espalda inclinada. Tenían una estatura entre 1.90 y 2 metros, tenían el pelo rojizo y vestían pieles de animales. Janet y Colin Bord, en su libro sobre “los Yeti”, señalan que en esa misma época un guía indígena, de nombre Encarnación Mapuri, había dado cuenta de que una banda de 15 gigantes había atacado un campamento de cazadores profesionales.
¿Es posible que el explorador peruano, que no da muchos detalles sobre su encuentro con los gigantes, haya tenido algunas fallas de observación? ¿Es posible que tales gigantes no hayan estado vestidos con pieles de animales, sino que se encontraban desnudos y las supuestas pieles fuesen la pelambrera natural de sus cuerpos?
Si así fuese, querría decir que también en Sudamérica existirían dos razas distintas de Pithecantropus. Unos de estatura elevada, agresivos, y otra más tímida de individuos de estatura mucho menor, apenas unos cinco pies.

Pie Grande en la Televisión
Si dijimos que el Himalaya es la Patria del Yeti, debemos agregar que Norteamérica es la Patria de Sasquatch el Patón. El Pie Grande.
Sólo en los Estados Unidos hay recopilados más de tres mil testimonios de encuentros con esta clase de seres. Y se trata de testimonios cuidadosamente analizados y clasificados. Incluso mucho del material norteameriano es enviado, en canje, a los institutos rusos correspondientes en el área de la investigación zoológica, la ecología y la conservación de la vida silvestre.
A diferencia de los casos en el sur de Siberia, en que se mencionan numerosos casos de Almas abatidos a tiros, en Estados Unidos no se ha obtenido ni una sola muestra física de las criaturas, excepto algunas fotografías y una notable película filmada por Roger Patterson, el 20 de octubre de 1967 en Bluff Creek, al Norte de California.
Una de las razones más poderosas que inhibe al eventual cazador norteamericano de “Pies Grandes” es la formación cristiana y la mentalidad respecto de la justicia. En efecto, la mayoría de los testimonios refieren que el monstruo es demasiado humano para considerarlo un animal. En caso de darle muerte, si resulta ser demasiado humano, el cazador habrá cometido un asesinato y en consecuencia podrá ser sometido a juicio por ello.
Pero más allá del temor a la ley, está la resistencia moral. De hecho, el cazador rara vez se resuelve a disparar, y si lo hace está en un estado tal de shock que es muy probable que yerre el tiro.
La abundancia de testimonios norteamericanos es demasiado grande e incluye un número demasiado alto de casos de alta calidad para que resulte tarea fácil hacer un muestrario casuístico.
Quizás uno de los testimonios más valiosos sea el del propio Roger Patterson, autor de la filmación que mencionamos antes.
Patterson refiere que en el otoño de 1967 se dirigió a Bluff Creek, California, acompañado de Bob Gimlin, continuando investigaciones sobre los Pies Grandes que habían iniciado hacía ya más de diez años.
Viajaban a caballo por caminos, senderos y lechos de riachuelos, y cuando iban por uno de estos últimos, vieron a una hembra Pie Grande agachada junto al agua. Los caballos retrocedieron alarmados y Patterson se apresuró en extraer del árguena de su silla de montar la filmadora que llevaba permanentemente pronta.
Cuando desmontó, ya la hembra caminaba alejándose por un banco de arena y Patterson tuvo que correr tras ella para obtener tomas cercanas y detalladas. Pero a medida que corría iba filmando. Esto explica la imprecisión de las tomas de la mayor parte de la película. Cuando se había acercado hasta unos 24 metros, Patterson dejó de correr y la hembra Pie Grande se volvió hacia atrás a mirarlo. Es la parte del film en que la criatura da varios pasos acercándose al borde de la línea de árboles, y es la más clara de las tomas. Por desgracia la criatura se ve oscurecida por subexposición, aunque se definen muy bien sus facciones.
Finalmente, aquel ser se metió entre los árboles y se perdió de vista a gran velocidad.
Ambos investigadores fotografiaron también las huellas de la criatura y sacaron moldes en escayola de las mismas. Tienen 43 centímetros de largo por 17 de ancho. Asimismo se advierte que mientras las huellas se hunden dos o tres centímetros en la arena, las huellas de los hombres dejaban una leve marca en cambio.
Al principio, la película provocó una reacción de escepticismo y burla. Sin embargo, fueron analistas rusos quienes prestaron atención más que a la nitidez de los detalles, a la forma en que el sujeto filmado se desplazaba, el control de su musculatura y la forma en que desplazaba sus centros de equilibrio. Analizando esos factores, resultaba completamente claro que allí no había ningún oso, ni un ser humano disfrazado. La conducta motora de la hembra Pie Grande demostraba que se estaba ante un ser de características musculares y óseas definidas y distintas de cualquier otro animal.
Esto fue ratificado de una manera pintoresca, cuando se llevó la filmación a los expertos en disfraces y trucos de los estudios cinematográficos de Walt Disney. Allí, los más hábiles expertos concordaron en que no existe truco cinematográfico capaz de reproducir los movimientos de masas musculares como aparecía en aquella filmación, y al mismo tiempo, que ninguna persona de tanta corpulencia podría moverse con la agilidad del personaje.
Fue así como los grandes maestros de la farsa concordaron con los científicos rusos en demostrar que allí se tenía una auténtica filmación, la primera en el mundo, de un Sasquatch o Pie Grande, versión norteamericana del Yeti, en plena vida y movimiento.
¿Se acerca ya el momento en que se descubrirá definitivamente la verdad de estos seres?
¿Son acaso descendientes del arcaico Hombre de Neanderthal, que se suponía tan extinguido como el Celacanto, y que podría estar tan vivo como aquel pez?
¿Hay todavía espacio en esta Tierra superpoblada y super explorada, para nuevos descubrimientos zoológicos? Recordemos la sorpresa del mundo cuando fue descubierta la iguana gigante de las Islas Cómodo, capaces de devorar a un turista desaprensivo, a un venado o a un cerdo salvaje.
Lo que es importante es que, si hemos de saber finalmente la verdad sobre el Yeti, ello ocurra sin que a estos extraños seres les cueste la vida el haber sido descubiertos.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Donar – Thor

La segunda divinidad germánica común es el dios del trueno (antiguo alto alemán, Donar; antiguo sajón, Thuner; antiguo nórdico, Zorr). Los antiguos escritores latinos y los soldados germánicos al servicio de los romanos le llaman Hércules; fuentes posteriores le dan el nombre de Júpiter. Por esto el día romano, dies Iovis (jueves), se llama en germánico donarestac, alemán moderno, Donnerstag. Etimológicamente la palabra donar es hermana del latín tonare = tronar. En tiempos primitivos los germanos no conocían el dios del trueno; el fenómeno natural les causaba terror y espanto y pudieron representarse a un demonio en figura de gigante como productor del fenómeno. Pero ya en tiempos prehistóricos surgió la idea de un ser, que veneraban como a Dios todos los pueblos germánicos. Muy especial veneración se le tributaba en Noruega entre los libres campesinos, que le consagraron un templo propio, ponían a sus hijos bajo la protección de él, le daban su nombre y recurrían a él en todas las circunstancias de la vida. De fuentes alemanas e inglesas antiguas se sabe poco acerca de esta divinidad; los testimonios se refieren todos a la creencia en él y a su culto, pero mitos del dios posee sólo la poesía noruego - islandesa. Aquí es Thor la figura de un héroe germánico, que se complace en luchar con los gigantes, que en servicio de la humanidad vence a los antiguos poderes demoníacos y en quien han cristalizado los diversos temas de leyendas. Él se ha convertido, pues, en el héroe legendario, como Odín en el héroe novelesco. Un antiguo canto de los Eddas, el Harbardsliod, señaló claramente esta oposición de las dos divinidades. Al volver a su patria, Thor, de su viaje al Oriente, llega desnudo de piernas, con un traje ligero y un poco de comida campesina en el bolsillo, al estrecho de Sund. En la otra orilla del agua se encuentra, en figura de batelero, Odín, el de la barba gris. Thor pide a éste que lo pase al otro lado. Mas el barquero no tiene ganas y entonces se desarrolla entre los dos un diálogo agresivo, en que cada uno se alaba a sí mismo y procura rebajar al otro. Pero mientras Odín se vanagloria de sus aventuras galantes, Thor se jacta de sus combates con los gigantes y las gigantas, de los cuales ha limpiado el mundo, favoreciendo de este modo a los Ases y a los hombres.
La oposición entre Odín y Thor que aparece en esta poesía, tiene su raíz en la diversa veneración que se tributaba a estos dos dioses. No pocas veces encontramos en las leyendas nórdicas que, de dos enemigos, el uno invoca y ofrece dones a Odín, y el otro a Thor, para que entre ambos dioses tomen partido por ellos.
En todas las fuentes en que encontramos a Donar, o sea Thor, siempre aparece como una gran figura llena de fuerza. En las inscripciones de los soldados germánicos al servicio de Roma se le llama Hércules magusanus, "el fuerte", o invictus, "el invencible", y Tácito dice que los germanos le cantaban, al entrar en batalla, como el más famoso de todos los héroes. Una gran barba adorna su rostro. Por esto los soldados germánicos le llamaban Hércules barbatus; los noruegos, suecos, islandeses que acuden a él en demanda de auxilio, lo ven en sueños como una gran figura con barba roja.
Una vez el rey Olaf de Noruega, en sus viajes para convertir a sus súbditos a la fe cristiana, llegó a la casa de un adorador de Thor. Éste encuentra a su dios de mal talante y se entera por él de la causa de su mal humor. Por los esfuerzos de Olaf para convertir a las personas, iban abandonando al dios todos, unos en pos de otros. Entonces el adorador de Thor exclama dirigiéndose a éste: "Haz que retumbe contra ellos (Olaf y los suyos) la voz de tu barba y nosotros les opondremos poderosa resistencia". Esta voz de la barba del dios era imitada por los germanos cuando iban a la batalla; es el barditus (canto de la barba) de que habla Tácito. También es germánica común la idea de que Thor llevaba en la mano un arma, una clava o un martillo, que, lanzada por él, volvía por sí misma a sus manos. Esta arma dio ocasión a que los escritores romanos vieran en él al Hércules griego. En Dithmarschen se dice todavía hoy, cuando truena, que el viejo golpea con el hacha en las ruedas de su carro. En Escandinavia se conoce asimismo aún hoy el pesado martillo de Thor. En los mitos nórdicos recibe este martillo el nombre de Miolnir, es decir, el triturador. Primitivamente era éste, como en otros muchos pueblos, una piedra caída del cielo, la piedra de rayo, a la cual se le atribuía una virtud especial y a la que estaban ligadas muchas supersticiones. Sólo cuando apareció Thor convertido en dios del trueno se le relacionó con esa arma.
Este martillo de Thor muestra frecuentemente las esculturas de las piedras rúnicas del Norte y muchos martillitos de plata que como amuletos sagrados y protectores se han encontrado en sepulturas prehistóricas. Con su martillo santificaba Donar los contratos, entre otros también el matrimonial. También otras acciones sagradas y actos jurídicos se consagran con el martillo de Thor. En las piedras rúnicas se encuentran frecuentemente las palabras: "Thor consagre estas runas", "consagre esta colina". Cuando se había ya erigido la pira para Bálder (dios germánico, hijo de Odin y de Frigg, también llamado Baldur) y estaba ya para ser quemado el cuerpo del dios muerto, también entonces consagró Thor el montón de leña. Así, con su martillo juega un papel en todos los actos solemnes. Con esto puede estar relacionado el hecho de que después de la introducción de la semana romana en Germania, se consideró el Donerstag (día de Donar, jueves), como especialmente propio para las asambleas públicas y para las bodas.
Sobre todo Thor fue venerado en Noruega y en los países del mar occidental, habitados por noruegos. Por centenares se cuentan los nombres de personas derivados del nombre del dios y varios lugares recuerdan su culto. Así, este dios era consultado para pedirle consejo en todo lo que uno hacía, y se pedía su auxilio en todas las empresas. Él era el protector del trabajo en la paz y ayudaba a los hombres en la lucha contra los poderes demoníacos. Por esto se le llamaba el enemigo de los gigantes y de las gigantas, el protector de Midgard, es decir, de la Tierra. Y cuando en Asgard se dio a los Ases una residencia especial, él fue también el defensor de éstos y la poesía mitológica refiere cómo defendió a Asenburg (ciudad de los Ases) contra los gigantes.
En esta poesía nórdico-mitológica aparece aún más adornada la imagen del dios. Antiguas divinidades, en otro tiempo independientes, fueron emparentadas con él, sus cualidades se convirtieron en hijos suyos, a sus instrumentos se les dieron nombres. Entre los escaldas, Thor, después de la inmigración de Odín, se convirtió en hijo de éste. Más antigua es seguramente la unión de Thor con la diosa de la tierra, como hijo de la cual aparece frecuentemente. Esta madre de Thor se llama unas veces Iord (tierra), otras Hlodin, la Hludana de las inscripciones romano-germánicas del bajo Rin, otras Fiorgyn. Todos estos nombres son igualmente designaciones poéticas de "tierra". La mujer de Thor es Sif "la que alegra, la esposa". Hijos de ambos es Trudr, "la fuerza", la personificación mítica de una cualidad del dios. También los dos hijos de Thor, Magni, "fuerza" y Modi, "sentido agudo", son sólo personificaciones de cualidades del padre. De Magni, a quien el dios crió con la giganta Iarnsaxa, se pondera la fuerza: cuando en el combate con el gigante Hrungnir cayó el pie de éste sobre Thor, nadie pudo levantarlo más que este hijo de tres días. Los dos hijos dispondrán un día del martillo Miolnir en el mundo rejuvenecido. De las acciones del dios sacó también la poesía a sus hijos adoptivos, Vingnir, "aventador" y Hlora, "llama que se mueve". En compañía del dios encontramos al lado de Loki al muchacho Thialfi que se distingue por su agilidad. De este Thialfi (Thielvar) se contaba en la isla de Gotlandia, que fue el primero que trajo el fuego a la Tierra.
La poesía nórdica dio también a Thor una patria: Thrudheim o Trudgang, "la patria, el campo de la fuerza". Aquí se encuentra su residencia Bilskirnir, el mayor de todos los palacios de los dioses. De ahí emprendió el dios sus viajes al Este, al país de los gigantes. No siempre camina a pie, sino que a veces va en su carro. Por esto se le llama el "dios del carro" o el Wagenmann (carretero). Dos chivos, Tanngniostr ("el que rechina los dientes") y Tanngrisnir ("el del crujir de dientes"), tiran del carro. La mano con guantelete de hierro empuña el martillo de Miolnir, ciñe y adorna los lomos del dios el cinturón de la fuerza (megingiord), por medio del cual aumenta su poder.
Un dios tan forzudo como Thor debía, naturalmente, comer y beber también mucho. Este apetito de comer y beber se hizo típico, como el fuego de su mirada, que nadie podía resistir. Cuando él, con el vestido de Freyya, se encontraba en casa del gigante, se comió dos bueyes, ocho salmones, toda la comida preparada para las mujeres, y se bebió tres barriles de aguamiel. Y cuando el ansioso gigante levantó el velo de la esperada novia y la miró a los ojos, retrocedió ante la mirada del dios y cayó cuan largo era en la sala.
De este predilecto del pueblo se contaron, naturalmente, muchas y muy variadas cosas, pues de él se apoderó la leyenda mitológica y la fábula. De ningún dios ha narrado la poesía nórdica tantas aventuras como de Thor. Generalmente son batallas que tuvo que sostener con los gigantes. Muy especialmente la Edda de Snorri las tiene en gran número, las cuales, claro está, aparecen muchas veces realzadas por el arte narrativo de Snorri.

lunes, 4 de febrero de 2008

QUETZALCOATL

¿Qué o quién es realmente Quetzalcóatl? ¿Por qué el mito de la serpiente emplumada – y la misteriosa historia del hombre blanco que lo reencarna – sigue conmoviendo, de Alaska a la Patagonia, a todos los pueblos nativos de América?
Aunque para algunos solamente sea un nombre imposible de pronunciar, los interrogantes que plantea la figura de Quetzalcóatl, a caballo entre la historia y el mito, son tan complejos y extensos como fascinantes. Dios y hombre a la vez, como el Cristo de la religión importada, este carácter dual es la primera clave que nos abre las puertas de un universo prodigioso, el de la oscura teogonía americana y sus ignoradas, pero más que probables conexiones con civilizaciones llegadas del Este y del Oeste.
La tradición inmemorial, transmitida a través de las generaciones, nos ha legado una insólita descripción de este hombre-mito. Al parecer, Quetzalcóatl tenía la piel blanca, la frente amplia, la barba roja y entrecana y los ojos grandes y azules, de modo que en muy poco se parecía a los individuos naturales de México. Era, además, sorprendentemente alto, su figura destacaba holgadamente sobre las cabezas de los demás, y atención: vestía una amplia túnica blanca que se adornaba, sobre el pecho, con una cruz de un color rojo intenso... ¡Exactamente igual que los templarios!
Estas y otras constataciones no menos insólitas, recogidas por la tradición, hacen creer a los investigadores en la posibilidad de que Quetzalcóatl fue quizás un hombre de procedencia europea que se adelantó en varios siglos a la llegada de los colonizadores españoles. Fue probablemente en el mes de marzo de 1517, con la llegada de Francisco Fernández de Córdoba al Yucatán, cuando los españoles tuvieron las primeras noticias de Quetzalcóatl en su versión maya de Kukulcán; cuando descubrieron, perplejos, que los nativos del Yucatán conocían y veneraban la cruz y poseían, además, nociones semejantes al bautismo, la confesión, la comunión, el diluvio universal, la virgen que concibe y las tres personas divinas. Tales evidencias alarmaron enormemente a los recién llegados y sembraron el desconcierto entre las más altas jerarquías eclesiásticas, que se afanaban desesperada e inútilmente en resolver este nuevo misterio, aduciendo las más extrañas y controvertidas teorías.
No faltó quien intentara dar solución al problema acudiendo a la propia Biblia, como hiciera el historiador fray Diego Durán al rescatar las palabras de san Marcos que hablaban del envío de los apóstoles a predicar el Evangelio a todas las criaturas del mundo. ¿Y no eran también – argumentaba el fray – los indios criaturas de Dios?
Otros escritores, como el oscuro Pedro Ruiz Ptolomeo, alquimista y nigromante sevillano del siglo XVI, no cejaron en su empeño por demostrar que Quetzalcóatl, el sacerdote de la cruz, era en realidad un destacado miembro de la Orden de los Templarios, quien llegaría a América huyendo de las persecuciones que contra dicha Orden se iniciaron en casi toda Europa.
Lo que sí parece fuera de toda duda es que durante el tiempo en que Quetzalcóatl permaneció entre los aztecas, antes de exiliarse, al parecer, entre los mayas, el sacerdote encabezó una corriente nacida como reacción a la vida lujuriosa y desordenada que imperaba en la ciudad de Teotihuacán, actualmente México D.F., y que estaba ocasionando la ruina de la civilización y el imperio azteca. Quetzalcóatl suprimió los sacrificios humanos, muy frecuentes y tremendamente sangrientos, imprimiendo en el espíritu de los aztecas un profundo sentido de austeridad y misticismo y conduciéndoles al recogimiento y al ejercicio constante de los deberes religiosos.
Después, el mero transcurso del tiempo y la tradición se encargaron del resto; el mito, sostenido por arquetipos mucho más antiguos de los pueblos americanos, estaba forjado. El gran Quetzalcóatl sería desde entonces recordado como el gobernante y político ejemplar, héroe civilizador, inventor del calendario, descubridor del maíz, maestro agricultor, inventor del arte de fundir metales, tallista de piedras preciosas, juez y jurista, rey de los Toltecas y dios unificador del mundo.

ARTILUGIOS VOLADORES
Pero, ¿cómo consiguió el extraño Quetzalcóatl llegar hasta el apartado y lejano imperio de los aztecas? ¿De qué medios se valió, de dónde procedía? ¿Por qué se le relaciona persistentemente, en el folclore mexica, con el planeta Venus.
En el "Templo de las Inscripciones", en México D.F., fue encontrada una hermosa lápida funeraria adornada con un extraño grabado: muestra una serie de figuras que parecen describir a un hombre pilotando una nave espacial. Pero si estas y algunas otras representaciones correspondieran a Quetzalcóatl, ¿qué razones motivaron al pueblo azteca a relacionar de un modo directo a su dios y gobernante Quetzalcóatl con el pájaro-serpiente, animal mítico, monstruo imposible que, según la tradición, llegó del cielo?
Una serie de curiosos cuadros pintados por descendientes de los antiguos zapotecas, que se encuentran actualmente en la región de Oaxaca y en el Museo Nacional de México, muestran imágenes en las que se pueden apreciar extraños artilugios e ingenios humeantes, que sugieren la posibilidad de que la mítica serpiente no fuera sino el vehículo empleado por Quetzalcóatl en sus hipotéticos viajes a través de los cielos azules de México.
Corroborando, al menos en parte, estas nada ortodoxas teorías, encontramos el sorprendente códice "Telleriano-Remensis", nada menos que del año 1509, en el que se describen los persistentes vuelos nocturnos de un ingenio espacial que realiza travesías y aterrizajes ante el asombro y terror de los enmudecidos indígenas mexicanos. "Cada atardecer – podemos leer en este códice – , y durante varias noches, aparece una gran claridad que nace del horizonte y sube hasta los cielos; de forma piramidal y con llamas, impresionó de tal modo al rey de Texcoco, que éste decidió acabar con las guerras".

SU RELACION CON EGIPTO
Los descubrimientos arqueológicos actuales han constatado, entre muchas otras fascinantes cosas, que las pirámides construidas a ambos lados del Atlántico fueron erigidas con idéntica orientación astronómica y que la construcción en forma de grada es siempre la misma para ambas.
Si además tenemos en cuenta que los egipcios veneraban a Ra, el dios del sol, y que Ra-Na era el dios sol entre los peruanos; que tanto el calendario mexicano como el egipcio constataban de un año de doce meses más cinco días por cada año, conocidos como "días sin uso"; que igual que en México, los egipcios contaban con doce dioses principales, uno correspondiente a cada mes; que por razones aún no descubiertas, desde el año 747 antes de Cristo, tanto en México como en Egipto el año solar comenzaba en la misma fecha, el 26 de febrero, y que las técnicas de medicina, y en especial las trepanaciones craneales, eran también muy similares en ambas culturas, concluiremos que tal cúmulo de coincidencias, aunque sin ser todavía concluyentes, nos sugieren la posibilidad de que entre ambas culturas hubiese existido, efectivamente, un contacto milenario, profundo y sostenido, tal vez a la sombra de la ¿mítica? Atlántida...

SIMBOLISMO DEL PAJARO-SERPIENTE
La figura mítica del pájaro serpiente nos pone en contacto con el mundo oculto y simbólico de México, abriendo una puerta que conduce al orbe secreto y mitológico de los antiguos aztecas: las ondulaciones y anillos de la piel de la serpiente simbolizan la ligereza y sinuosidad del agua de los ríos mexicanos. El humo desenvuelto en la quietud de los páramos, las trombas fluviales o el polvo infernal del Dios del mal, el Dios Tezcatlipoca, opuesto de Quetzalcóatl.
Quetzalcóatl, el Dragón del Cielo, era así considerado como una representación de la naturaleza en sentido amplio, del cambio y del movimiento del Universo.
El pájaro quetzal, por el color verde esmeralda de su plumaje, su pico ganchudo y su cresta peculiar es, unido a la serpiente cascabel, el modelo preferido de la figura de Quetzalcóatl, que representa el sonido del trueno, cuyas plumas son la lluvia y el llanto del pueblo azteca, y sus garras afiladas, la furia de los guerreros mexicanos.
Aunque si uno se pone a atar cabos, Quetzalcoatl, se asemeja a ciertos personajes de relatos antiguos de otras culturas ancestrales, como la Sumeria, en la cual Enki ("deidad") es representado con la serpiente, simbolizando su sabiduría. Tal vez, ese misterio y paralelismo pueda develar la razón de las similitudes entre las Pirámides de uno y otro lado del Atlántico, pero ese es otro tema...

CORTES Y MOCTEZUMA
Por una rara y curiosa coincidencia, en 1519, año en que Cortés desembarcó, la tradición azteca predecía el retorno de Quetzalcóatl, que había partido ya hacía largos años hacia el Oriente, embarcado en una almadía de serpientes enroscadas.
"Cuando vieron las velas blancas creyeron que era Quetzalcóatl que volvía, trayendo sus templos por el mar".
Este hecho desmoralizó a Moctezuma, que se vio asaltado por tristes pensamientos, pues tenía mala conciencia. Mandó llamar a sus sacerdotes diciéndoles: "Este es Quetzalcóatl que vuelve ya a la ciudad de Tula".
Esta confusión, a la que en gran medida contribuyó el resplandor áureo de las armaduras y vestimentas de los conquistadores, salvó la vida de Cortés y de sus acompañantes, quienes en una extraña muestra de gratitud y agradecimiento, penetraron con sus ejércitos hasta el corazón del imperio, ocasionando su destrucción.